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By Vodka_San_

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¡Pero que barbaridad! Apenas despierto y veo una nota junto a la repisa, mi querida hermana Selena acaba de f... More

I N T R O D U C C I Ó N
ᴜɴᴏ
ᴅᴏs
ᴄᴜᴀᴛʀᴏ
ᴄɪɴᴄᴏ
sᴇɪs
sɪᴇᴛᴇ
ᴏᴄʜᴏ
ɴᴜᴇᴠᴇ
ᴅɪᴇᴢ
ᴏɴᴄᴇ
ᴅᴏᴄᴇ

ᴛʀᴇs

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By Vodka_San_

—Su majestad la princesa Imperial Ingrid Von Patus hace presencia—

Y de nuevo ese silencio incómodo tan normal para mi. Ingrid estaba justo debajo del gran marco qué da la entrada al salón de fiestas de la emperatriz mientras que las chicas y yo estábamos ya entre el público.
Si a mi me hubieran recibido de esta manera después de la victoria aplastante contra el reino Fenox estaría muy avergonzado y deprimido. La verdad esto es injusto.

Me posicione detrás de un noble y grite con mi voz masculina.


—¡Viva su majestad la princesa Imperial!

—¡Viva!—Me siguieron el juego los demás.


Y ahí aparecieron los aplausos. No hace falta tener una vista de halcón para darte cuenta del desprecio qué le tienen los nobles a la hija de un demonio.

Cada paso que daba la princesa se hacía sonar por todo el salón, todos volvieron a guardar silencio. Cada escalón daba un sonido más fuerte que el anterior a la par de que en fila, los nobles daban su reverencia.
Todos abrían paso para que pudiera, la princesa, llegar hasta el trono junto a la emperatriz y emperador asignado para la noche.
La sonrisa que le dieron ambos gobernantes a la princesa era digna de pensar en que eran una familia feliz, cuando en realidad el mismísimo emperador le tenía un "regalo sorpresa" a su querida hijastra.

El emperador Vicent, era bastante amado pues llegó al trono teniendo su origen en un país caído. Aunque inicio siendo un concubino de la emperatriz, logró embarazarla pero este trato de protegerlo enviándolo a un lugar lejano perdiendo toda conexión con el bebé, pero... ¿Cuál era el peligro del qué tenía que protegerlo? Ni más ni menos que la primera hija de la emperatriz quien la trajo al mundo gracias a un asqueroso demonio.
Ahora tendría que darle una fiesta, tendría que estrechar su mano, darle ese abrazo de "padre amoroso", qué asquerosidad.

Ahí estaba subiendo al fin los pequeños escalones para llegar hasta el trono asignado especialmente para la princesa.
Una pequeña reverencia y procede a sentarse en él. Todos los invitados volvieron a lo suyo.

Y esa sería la señal para que inicie con lo mío.


Las damas de compañía tienen que estar cerca del entorno de a quienes sirven en momentos de fiestas para arreglar el vestido o maquillarla si algo sale mal. Aunque en este caso...
No veo a las otras dos por aquí a excepción de Leticia.

Según por lo que tengo entendido en este corto tiempo de dama de compañía qué he sido pude averiguar varias cosas.

Kocho: Aunque sea la dama preferida, es la más abusiva contra Selena, desde darle los cargos más pesados hasta empujarla desde las escaleras de la torre diciendo que mi hermana era la "torpe"

Rufina: La nombraré "La víbora", se la pasaba robando la mayoría de joyas de las demás sirvientas inculpando a otras, logrando así despedirlas, suele colocar condimentos en descomposición en los platillos de mi hermana. Es la que más sabe esparcir rumores.

En estos momentos logré encontrar a ambas chicas, Kocho al parecer estaba conversando con el guardia de la vizcondesa Rubel, mientras que Rufina estaba rodeada de varias chicas jóvenes.
Es hora de la acción.

...

—Según lo que escuche, la vizcondesa Rubel tiene un amante. Por eso quedó embarazada siendo que el vizconde estaba junto a los caballeros en la batalla contra el reino Fenox—exclamó una de las señoritas qué se encontraba con Rufina.

—No puede ser posible eso ¿Que no se supone que es estéril? Por eso durante tantos años no logro concebir un heredero, pero misteriosamente después de la partida de su esposo, se anunció su embarazo—

—Según dicen, ella y su guardia personal Sir John se llevan muy bien—

—¿Acaso estamos hablando del mismo Sir John?—todas voltearon a ver a Celestine— Dios santo, ella se pondrá tan mal—

—Lady Selena, ¿De que estas hablando?—Preguntó curiosa una pelirosa.

—Es que tengo una amiga bastante cercana, asique no se lo cuenten a nadie—susurro—Pero parece que esa amiga esta enamorada del Sir, me dijo que esta noche iría a hablar con él—

—No lo puedo creer, aunque Sir John es bastante apuesto—

—Creía que Lady Kocho gustaba de él—

—¿Lady Kocho? ¿La dama de compañía de su majestad?—

—Ella misma—

—Chicas eso es imposible, Kocho nunca iría detrás de ese bueno para nada— exclamó Rufina.

—Ni una dijo en algún momento que Kocho iba detrás de él—pequeña pausa de sorpresa— No puede ser, no me digas que te gusta Sir John—

—¿Qué? No, alto, no digan eso—

—No puedo creerlo, mi querida Rufina, el no es para ti—

—Dudo que a Rufina le guste esa clase de hombres, aunque no conocemos los gustos de Lady Kocho ¿No es así mi querida amiga?— Miro con picardia Celestine a Rufina.

—Eh, ¡si!—

—Nunca pensé que a Kocho tendría esos gustos—

—No podemos opinar rápido chicas— exclamó Celestine— Puede que simplemente quiere ser amistosa con el Sir—

—Ay mi querida Selena, siempre tan inocente y linda—

—Tranquila Selena, si te integras más con nosotras conocerás los secretos de la nobleza—

—Oigan— Nadie prestó atención a Rufina.

El círculo de señoritas ahora estaban rodeando a Selena dejando por detrás a Lady Rufina, a quien se le notaba que estaba rechinando entre dientes de la furia.
Por otro lado, la princesa Ingrid estaba atenta, pues las grullas de papel hechas por su propia magia le susurraron al oído que la mayoría de sus caballeros estaban alcoholizados, lo cual era bastante extraño, pues como era una celebración por una victoria, los guerreros qué se presentaron en la batalla serían quienes tienen el permiso de beber lo que quisieran, sin embargo, los que estaban trabajando de papel de protectores no tendrían esta autorización.

Sin duda alguna no estaba sorprendida.

—Lady Leticia—

—¿Si, su majestad?—

—Mantente unos 16 pasos detrás de mi en todo momento, incluso cuando empiece el momento de bailar—

—Sus deseos son órdenes—


Ingrid se levantó del trono y dio unos toques suaves con una cuchara de plata a su copa.

—Queridos presentes, me honra de verdad verlos a todos presentes el día de hoy, esta no es una simple celebración para festejar la victoria qué obtuvimos, más bien es para venerar a todos esos caballeros valientes qué dejaron su último aliento en el campo de batalla. Obtuvimos más terreno para todos ustedes— suelta unas cuantas lagrimas —En verdad extraño a cada una de esas personas que estuvieron luchando para acabar con la invasión de Fenox contra nuestro Imperio, pero nada de eso fue en vano—

De repente se escuchó un golpe fuerte, como si una persona hubiera caído de gran altura. El hechizo de la princesa había funcionado, el primer arquero con la intención de dañarla había sido desorientado hasta el punto de caer.

Para evitar malos entendidos siguió hablando para que no prestarán atención a los sollozos del herido mientras que Rivetti se encargaba de este.

—Asique elevemos nuestras copas al cielo y roguemos a nuestras deidades para que nuestros amigos, hijos, esposos, padres o hermanos logren encontrar la paz tan deseada por todos. ¡Salud! —

—¡Salud!— Gritaron al unísono todos los presentes.


La mayoría de parejas ya se posicionaron esperando a que alguien invitará a la princesa, ya que esta, sería quien dé el inicio al baile.

Con pasos firmes, un traje blanco y dorado, un cabello tan brillante como si estuviera echo de oro puro, más con unos ojos verde esmeralda.

—Saludos su majestad la princesa Imperial— arrodillandose frente a la nombrada poniendo su mano sobre su pecho— Soy hijo de la Duquesa Enoch, Ian Enoch. ¿Me concedería esta primera pieza de baile?—

—Con gusto *Nobile Enoch—


Y así comenzó el baile.
Aunque nuestro protagonista se percató de algo al instante.

Rufina desapareció luego de que sus amigas la dejaran sola, Kocho, apenas dio comienzo al baile también desapareció, Leticia esta siguiendo a la princesa, pero, ¿A dónde fue ese par?—

Discúlpeme—Se oyó una voz masculina por detrás— Mi nombre es Sir Thomas, me llamó la atención su cabello tan hermoso, sin duda alguna no le hace justicia a ese hermoso rostro hecho por los mismimos dioses, seguro hasta tendrían envidia de la creación qué hicieron en ti—

Y este es gay o qué—Me alaga Sir— Fingiendo taparse la boca para no demostrar su risa.

—¿Podría saber su nombre para escribirlo en mi piel y nunca olvidar la bella noche donde conocí a tan bello ángel?—

—Lady Evans, dama de compañía de su majestad la princesa Imperial— Haciendo una reverencia.

—¿Evans? ¿Por si acaso no tendrá un hermano?—

—Sir Evans, también es un caballero. Seguro ambos se conocen—

—¡Claro que si! Somos muy unidos, aunque— susurra cerca de Celestine— Entre los dos, yo soy el mejor. Pero guardalo como un secreto—

Y este quien carajos es—

Bueno, ya es momento de la siguiente pieza— De un momento para otro toma de la cintura de Celestine para apegarlo más a él —Hay que divertirnos muñeca—

...

La primera pieza de baile había llegado a su fin, con eso el baile entre Ian y Ingrid había concluido. Todos al rededor aplaudían con devoción mientras que ambas joyas resplandecientes hacían una breve reverencia despidiéndose, abriendo paso a los siguientes bailarines.

—Espero que piense bien mi pedido su majestad—

Con una mirada pesada y un tono de voz seco, el hijo del duque había dejado a la albina descontenta.
Quien se cree ese imbecil niño malcriado a decirme que tengo que casarme con él. Pensaba Ingrid.

Era algo sabido que la única en carrera a ser heredera al trono era Ingrid, al ser princesa Imperial, le abrió paso a ser una mujer codiciada por hombres en busca de un matrimonio arreglado políticamente por poder. Ella lo sabía bien, ella sabía que él pediría su mano en matrimonio de manera abrupta, ella sabía que se lo pediría mientras bailaban.

Una pequeña sonrisa y abandonó la pista de baile para encontrarse con Rivetti quien estaba junto a Leticia mientras que los murmullos entre los nobles no cesaban...

Se supone que las Damas de compañía imitan los mismos pasos de a quienes sirven—

—Shh... No digas eso que la princesa puede escucharte—

—Ese monstruo no oeude considerarse una princesa, ¿Acaso no viste como Lady Kocho estaba encima de Sir John?—

—Según los rumores que escuche, el hijo del duque, el joven Ian, estaba teniendo un encuentro con la hija del archiduque vonaparte—

—Encima hacen buena pareja—

—Seguro la princesa monstruo quiere seducirlo ya que el archiduque vonaparte estaba en contra de que sea nombrada princesa Imperial—

—¿Asique de ahí Lady Kocho sacó esa conducta? —

—Te lo aseguro, Lady Rufina me lo dejó en claro—

—Miren nada más, Sir Thomas esta junto a Lady Selena—

—¡Sir Thomas es el pretendiente de Rufina!, qué descarado

Los murmullos se hicieron más presentes y notorios haciendo llegar a oídos de Ingrid, mientras que Selena solo quería echarse a reír por las supuestas "Hazañas" qué este Thomas hacía en el campo de entrenamiento sabiendo que son todas falsas.


—Jajaja, recuerdo esa vez en que Sir Celestine quedo atascado entre los barriles de cerveza, fui el único que lo ayudó, pobresillo, tiene un cuerpo tan pequeño y frágil— Mirando fijamente al pelirrojo —Tendría que pagarme por cuidar tan bien de su hermano

—Ay Sir... —¿Y si mejor te pago con golpes? ¿Yo cuando quedé atrapado entre barriles? Odio la cerveza— Agradezco que cuide tan bien de Celestine. Pero...

—¿Hay algún pero mi bella dama?

—Acaso no es su prometida la qué está detrás suyo—Afirmó Celestine señalando por detrás de Thomas.


Tal y como el muchacho lo había dicho, la pelirubia estaba detrás de este con lágrimas en los ojos. Celestine solo rió en voz baja.


—¡Rufina!

—¡Traidora!, como te atreves a acercarte al hombre de tu compañera.

—Querida, me alegro que llegaras—Musito el hombre— Esta sinvergüenza intentaba endulzarme el oído.

—Mi Thomas... Ese diablo rojo intento hacerte daño, ¡Se merece todas las ejecuciones traídas por la ley!

Ah ya lo entiendo—Disculpame Porfavor Rufina—Entre lagrimas— Es que tenía envidia por tu apariencia, quería ser como tú. Me acerque al Sir para preguntarle de donde consiguió esas joyas invaluables qué tienes puestas siempre... —Arrodillandose en el suelo tapándose el rostro con ambas manos— ¡Perdón si te cause malos entendidos!

Que carajos Selena—Tranquila Selena no hace falta que llores tan fuerte, Si-Si quieres te presto al-algunas..

—¿Qué ocurre aquí?

  Haciendo presencia llegó Ingrid junto a Leticia de manera brusca. Asustada y abrumada, Rufina habló primero.

—¡Su majestad! Puedo explicarlo- —Celestine interrumpió colocándose de pie.

—Su majestad, es un mal entendido, yo solo quería saber de donde Lady Rufina consiguió tan exóticas joyas ya que también quería adquirirlas para parecerme a usted...

—¿A mi?, ¿Porque dice eso Lady Selena?

—Tranquila Selena, podemos solucionarlo sin armar escándalo verdad —Esto último lo dijo de manera abrupta.

—Para ser sincera esa gargantilla me es familiar.

—Lo mismo opino su majestad— Exclamó Leticia.

—E-Es que mi prometido me lo obsequio por nuetsro compromiso...

—No recuerdo haberte dado eso

JAJAJA más idiota no puedes ser verdad— Pensó Celestine.

—Guardias, quiero que lleven a Lady Rufina a mi palacio.

—¡Su majestad! — Grito Rufina siendo llevada por los guardias.


—Qué estupidez, era notorio qué Lady Selena estaba insinuando a Sir Thomas.

—Siempre tienes la razón Lady Kocho, Selena no es más que una facilucha en busca de hombres.

—Pero Kocho... ¿Acaso no sientes compasión por ellas?

—Por qué sentiría algo por una ladrona y una plebeya.  

—Con eso tenemos un total de 34 soldados abatidos qué intentaban atacarla Ingrid.

—¿Donde esta tu respeto por los honoríficos señorita Rivetti?

—En el mismo lugar donde esta mi paga.

Era un nuevo día, Ingrid y Rivetti estaban en lo suyo contando el "Regalo" dejado por su amado padrastro anoche.

La fiesta acabo con Selena y Rufina discutiendo por un hombre según los rumores corridos.

—Añadiremos el uso de magia excesiva dejada para desorientar a los soldados como una falta de respeto a la corona, usted sabe que la podrían ejecutar si se enteran que su princesa utiliza magia.

—No recuerdo habértelo preguntado Rivetti.

—Ha... ¿Qué piensa hacer con Sir Evan?

—Me notificaron qué también falto hoy a la práctica.

—Eso es una falta de respeto también. Su hermana está muy cambiada, es algo inusual qué la gente cambie de la noche a la mañana.

—Quería hablar respecto a eso.

—¿Huh?

—Selena esta desaparecida, no siento rastro de ella en un radio de 50 kilómetros en este territorio.

—¿Disculpa-

—Selena esta desaparecida, Celestine no está entre los demás caballeros

—¿Mi señora de que rayos esta hablan-

—Celestine esta usando la ropa de su hermana, eso confunde a mi nariz.

—...

—¿No dirás nada Rivetti?

—Para qué si terminarás interrumpiendome. Asique tu conclusión es-

—Tengo a un travestido como dama de compañía.

...

Que hermoso día, al fin pude ir a ver a mi madre, Rufina esta encerrada en su alcoba por sospecha de robo y rumores corren sobre mi por ser una supuesta "rompehogares" qué hermosa rutina nueva. Además los tacones estaban matándome.

Dentro de 3 días tendré que volver al palacio para ser testigo del juicio de Rufina. Ya que hay chismes sobre mi tendré que ocultarme hasta que todo vuelva a la normalidad, aunque al parecer no caeré sola. Hay rumores de que Kocho andaba junto a Sir John.

En estos momentos estoy descansando sobre el sofá cómodamente, nada malo podría pasar...

¡PUM!

Cómo dije nada malo podría pasar...

Celestine cogio un cuchillo para mantequilla qué tenía sobre la mesita, acercándose lentamente hacía la cocina donde provenía tal ruido.

—¿Selena?

—¿Celestine?

—¿Qué estás haciendo aquí?—Dijeron al unísono.

...

—Y como te decía Selena, eres una estúpida.

La nombrada quien estaba arrodillada frente a su hermano gemelo tenía unos cuantos chichones sobre su cabeza por los golpes dados recientemente por el muchacho.

Según lo que había contado su hermana, ella y Román habían vuelto ya que esta estaba muy preocupada por su madre y hermano a quien había abandonado.

—Ya te dije perdón, solo dejame volver y ya, la princesa nunca me puso atención asique no creo que se haya dado cuenta que cambie posición con mi gemelo.

—Olvidas una cosa hermanita mía. Tu dulce versión masculina es todo un encanto, una luz que brilla en la oscuridad...

—¿Llamaste la atención de la princesa verdad?—

—Sipí.

—Eres más imbecil qué yo.

—Me llamas imbecil cuando intentabas entrar por la ventana de la cocina cuando se supone que tienes las llaves de la casa.

—Nadie te pregunto.

—Ay ajá.

—¿Qué se supone que haremos ahora?

—Tenía pensado en cambiar de roles pero tengo que estar presente para el juicio de alguien, solo yo se que paso en ese momento.

—¿Qué hiciste ahora Celestine?

—Tu tranquila, descansa, tu hermanito se ocupará de todas esas cucarachas.

Celestine quien siempre insistió en hacer cambiar de opinión a su hermana sobre su labor como dama de compañía al ver los tratos qué está recibía, obviamente aprovecharía esta oportunidad para poder cobrar todo lo que le hicieron pasar a su más grande tesoro.

—Estarás bien desde ahora Selena, aquí estoy para ti— mientras le daba un reconfortante abrazo.


Hey, Hey

Aquí su servidora reportándose después de mucho tiempo, mi excusa:

Le encontré a mi novio de 3 años poniéndome los cuernos XD, como andaba mal me dio bloqueo del escritor y demás cosas. ¡Pero ya me encuentro bien!

Les prometo traer más capítulos estos días.

Si tienen algún insulto para ponerlo en un papel y envolverlo en una roca para tirarselo a mi ex déjemelo aquí 👉

Aquí me despido mis amores.

Bye Bye

Palabras: 2948

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