𝗤𝗨𝗜𝗘𝗧 • 𝗗𝗨𝗧𝗬 𝗔𝗙𝗧�...

By Lucy-pasquarelli

23.7K 2.5K 1K

En dónde Su-Zu, una adolescente de 17 años que sufre día tras día con sus inseguridades y traumas, deberá enf... More

𝗜𝗡𝗧𝗥𝗢𝗗𝗨𝗖𝗧𝗜𝗢𝗡.
𝗣𝗘𝗥𝗦𝗢𝗡𝗔𝗝𝗘𝗦 𝗙𝗘𝗠𝗘𝗡𝗜𝗡𝗢𝗦.
𝗣𝗘𝗥𝗦𝗢𝗡𝗔𝗝𝗘𝗦 𝗠𝗔𝗦𝗖𝗨𝗟𝗜𝗡𝗢𝗦.
O1.
O2.
O3.
O4.
O5
O6.
O7.
O8.
O9.
1O.
11
12
13
14.
15
16
17
18.
19.
20
21
23.
24
LIMPIEZA (Eliminación de historias, edición... etc)
25
26
27.

22

584 66 36
By Lucy-pasquarelli


⚠️Antes de empezar a leer, les quiero pedir que me comenten sus opiniones en los comentarios debido a que tengo muchas dudas con respecto a la redacción y edición de éste capítulo a la hora de escribirlo desde el punto de vista de la lectora (para ser exacta, siento que puede que a ustedes no les guste como lo hice, por eso se los pido) de antemano, ¡Muchas gracias! ⚠️

Altercados.

Suspiré.

Lágrimas salían de mis ojos y bajaban por mis mejillas de manera automática, mi mente estaba en blanco y mis ojos miraban fijo el lugar que estaba frente a ellos.

Sabía qué estaba ahí, pero me negaba a reconocerlo.

No quería creer lo que mis ojos habían presenciado tan solo momentos atrás.

Esa horrible criatura con tentáculos.

Atacando a mi profesora... Atacando a los soldados.

Jadee apretando el arma entre mis manos.

No podía, me negaba a creerlo.

Ver sus cuerpos delante de nosotros siendo arropados con la típica manta, aumentó nuestro dolor.

¿Eso era todo?

¿Nos iríamos así?

¿No nos dirán que fue lo que provocó ésto?

¿De dónde salieron esas cosas moradas?

¿No buscarán a Tae-Man y Hee-Rak?

¿Que harán con los cuerpos?

Eso era lo único que podía asimilar mi mente en esos instantes. Y tan solo segundos después, el primer teniente Lee nos explicó que era lo que estaba pasando, y empeoró todo.

“Lo que viste hoy...  son las divisiones de la esfera que cayó del cielo.”

Recuerdo haberlo mirado con la esperanza de que sus palabras solo fueran una descabellada hipótesis.

“Esas esferas más pequeñas separadas atacan a la gente y los devoran...”

O sea que, en pocas palabras, me estás queriendo decir que estamos en una invasión alienígena, ¿Verdad?

“Estás siendo entrenado para matar esas esferas.”

Lo sabía. 

Quería gritar en ese momento. O bueno, aún quiero hacerlo.

Sabía que era muy rara toda la situación que estamos pasando.

Técnicamente nos obligaran a realizar éste entrenamiento a pesar de que la mayoría no quería, lo hicieron sabiendo que nuestro punto débil es la universidad y lo usaron en nuestra contra diciéndonos que nos recompensarían con puntos extras.

Nos usaron a su favor.

Y justo después de eso escuchamos un ruido proveniente de una calle a nuestra izquierda logrando que nuestros sentidos de alerta se activaran y nos colocáramos en posición inmediata, cuando nos acercamos dimos con la sorpresa de que eran nada más y nada menos que los dos chicos desaparecidos.

Tae-Man y Hee-Rak.

Encontrarlos a ambos fue como un respiro, un alivio en medio de toda la tormenta de sucesos caóticos que nos está cayendo encima.

Nuevamente el primer teniente Lee nos habló y nos dió la orden de partir, hicimos caso y nos encaminamos en dirección a nuestra secundaria.

Y ahora, nos encontrábamos en el salón de clases.

Éramos un desastre.

Todos.

Sin excepción.

El soldado Kim se veía resignado.

Incluso me atrevo a decir que hasta el primer teniente Lee estaba afectado con la situación. Y con muchísima razón, había perdido bajo su cargo a tres personas muy importantes para el entrenamiento militar, tres personas que tenían familia en casa con la esperanza de volverlos a ver con vida. 

Pero eso ya no iba a suceder. No los verían con vida.

Ahí lo recordé. Recordé como había notado unas cicatrices un poco grandes en uno de los brazos de nuestro líder de pelotón y primer teniente, pero yo misma había decidido no prestarles atención aún luego de darme cuenta cómo este mismo las miró con melancolía.

Perdí la noción del tiempo.

No sé muy bien cuánto tiempo pasó desde que llegamos a la secundaria y pasamos por todos esos compañeros que se encontraban entrenando como normalmente lo hacían.

¿Si hubiese sido de otro salón, me habría salvado de esa horrible experiencia?

Quién sabe.

Quizá sí, quizá no.

Pero si me "salvaba de la experiencia" no estaría al corriente con la situación, así que estaría en más peligro.

En otra persona en la cuál noté heridas —solo que ésta vez si me preocupé muchísimo— fue en mi novio, el brazo de Jang-Soo también estaba lastimado con una línea un poco rojiza y cojeaba levemente, pero no pude decirle nada… ya que apenas entramos al salón él soltó mi mano luego de darle un apretón y me empujó suavemente hacia mi lugar, dejando claro que ambos estábamos muy perturbados para formar palabra alguna.

Y al sentarme, me dejé llevar por mis pensamientos. Fue la peor decisión que pude tomar.

Inconscientemente empecé a idealizar la situación, imaginando que todo había sucedido de forma distinta. Mi mente trató de convencerme de que me había vuelto a desmayar en los brazos de Jang-Soo cuando el mismo me presionó contra su cuerpo en medio de nuestra pequeña discusión. Y que al hacerlo el temor que sentía desde que salí de la secundaria junto con mi miedo a los sonidos y mi temor por la seguridad de mi novio junto con mi rabia contra las esferas que adornan el cielo, se habían colisionado creando una horripilante pesadilla que parecía ser eterna y demasiado real.

Quería convencerme de que todo a partir de ese abrazo, había sido un horrible sueño.

Lo cuál es extraño, ¿Verdad?. Porque ésta situación parece ser algo que pude presentir al estar sobrepensando en demasía aquel sueño que tuve en días pasados, lo cuál me llevaría a estar más consciente y con los pies sobre la tierra, alerta a cualquier situación. 

Pero no.

Traté de actuar lo más tranquila posible mientras corríamos para no distraer la atención de Jang-Soo de nuestro objetivo de escapar, pero apenas llegué a mi asiento la realidad me abrazó.

En mi mente la profesora Park seguía con vida e iba a entrar al salón de clases en compañía del primer teniente Lee, regalándonos una de sus hermosas sonrisas para después darnos suaves palabras de apoyo buscando ayudar a aliviar nuestro estrés por los entrenamientos, animándonos a estudiar tal y como hizo cuando Chi-Yeol empezó a grabarnos a todos en el campo de tiro después de haberme entrevistado, para después seguir con nuestra vida tal y como lo habíamos estado haciendo hasta hace poco.

Pero no.

Todo esto era real.

Ella está muerta.

La Soldado Seo también lo está, y aquel otro soldado—del cuál jamás hice caso en su nombre— también lo estaban.

Almas inocentes se habían ido por la avaricia de unas insípidas criaturas moradas.

— Esto no es un sueño, ¿Verdad?

No Soon-Yi, yo también quisiera que fuera un sueño, pero no lo es.

Mis ojos volvieron a sentir como las lágrimas desbordaban de los mismos en el mismo momento en que ella soltó en llanto, me quité los auriculares y los coloqué junto con mi casco en mi pupitre, para después cubrir mi rostro creando una cortina con mi cabello.

Quería evitar que me vieran llorar.

No me gusta exponerme de esa forma a pesar de no ser la única llorando.

El estar sentada en mi lugar habitual del salón de clases, acompañada de mis compañeros que se encontraban en completo silencio lamentando el hecho de no haber podido haber algo para evitar que todo pasara, me hizo volver a caer en la realidad.

Y caí muy feo.

Subí una de mis manos a mi boca tapando con fuerza la misma, evitando que sonidos fuertes salieran de ella y llamaran la atención de los demás al romper el tenso silencio del salón. La adrenalina pareció abandonar mi cuerpo dándole paso a la pesadez y el cansancio, me recosté contra mi casco mordiendo mi labio.

Por favor, que mis padres estén bien.

Por favor, que los padres de Jang-Soo estén bien.

Pero...

En ese momento, mi cabeza hizo click.

¿Habrá algún refugio?

Me parecía lo más lógico a decir verdad, ya que normalmente cuando el gobierno sabe de estas cosas suelen tener la muy mínima precaución de avisar a la población y llevarlos a un lugar seguro.

Pero en este caso, no veo mi lógica como algo funcional, ya que no creo que nuestros padres nos dieran permiso para éste entrenamiento teniendo conocimiento previo acerca de la situación.

Aunque lo vieran como una oportunidad para que fuera más independiente, a mis padres no les gustaría que su hija se prepare para combatir con aquello que amenaza su integridad, claro que no.

Entonces...

¿Estarán vivos?

¿Sabrán de la situación actual?

— ¡Siéntense! — me sobresalté y miré a mi alrededor notando cómo había cambiado la situación de un momento a otro, mostrándose ahora ante mis ojos a uno que otro estudiante de pie cerca a sus casilleros, mientras que otros se quitaban furiosos sus equipos militares.

¿Qué hacen de pie? ¿Acaso intentan irse? ¡Afuera es muy peligroso!

El primer teniente se encontraba en la entrada del salón, para después acercarse al pupitre que estaba en la mitad al obtener la atención de todos.

No... ese es el lugar de nuestra profesora.

— Toma asiento primero. — los chicos siguieron su orden de mala manera, sosteniendo cosas como su equipo militar y mochila escolar a duras penas. — Ahí afuera es peligroso.

Primer teniente Lee... Eso lo sabemos.

Solo que algunos se dejaron cegar por la impotencia y por ende se niegan a creer que la realidad a la que están acostumbrados cambió de un momento a otro. Y lo peor, que fue de manera tan fea.

La escuela es el lugar más seguro por ahora.

Tiene razón, teniendo en cuenta la situación que se vive afuera, es mejor estar en un lugar en dónde nuestra seguridad está garantizada.

Pero no es justo que nos engañen y no nos digan a lo que nos vamos a enfrentar. Eligieron nuestro destino por nosotros.

— ¿Seguro? Nuestra maestra murió y escuchamos que Yeong-Hoon también lo hizo. — declaró So-Yoon, desafiando con la mirada al mayor. — ¿Y llamas a esto protección?

— Estar protegido por otra persona no significa que estarás a salvo. Tienes que protegerte. Y la escuela te está entrenando para eso. — si les soy sincera, me dió muchísimo pesar cuando lo escuché decir esas palabras. No puedo negar que también me siento utilizada, pero de solo escuchar su voz y su respiración pude notar lo cansado y asustado que estaba, técnicamente nos estaba suplicando que no paremos y siguiéramos con el entrenamiento para así mejorar nuestra técnica y con ello, mejorar nuestra seguridad. Se estaba preocupando por nuestro bienestar.

Me siento mal por él. Si antes tenía mucha responsabilidad sobre sus hombros al cuidarnos y estar a cargo de los entrenamientos, ahora que sucedió aquello la tendría al doble.

No nos quiere hacer un mal, nos quiere hacer un bien.

— Pero nos viste. Ni siquiera podemos disparar un arma. Entonces, ¿Cómo podemos...? — Dios. Mi llanto volvió con intensidad. Aveces odio lo sensible que puedo llegar a ser.

La situación ya me pone mal, pero escucharlos suplicar por regresar a casa y ver a sus padres para garantizar tanto su seguridad como la de ellos mismos, me apretuja el corazón.

Los entiendo, entiendo que se sientan desesperados, pero tienen que tomar una decisión teniendo la cabeza fría. Estando enojados no podemos pensar con claridad y podemos llegar a tener resultados desastrosos.

— Digamos que te vas a casa. Pero, ¿Qué pasa si más esferas atacan tu casa? ¿Qué harás entonces?

Tiene un punto.

¿Está bien estar de acuerdo con sus palabras y no querer irme?

Levanté la mirada al no escuchar respuesta alguna de parte de mis compañeros, solo para verlos revolver sus cabellos con frustración y bajar la cabeza con una expresión pensativa.

Lo que dice el primer teniente tiene muchísimo sentido.

No podemos arriesgarnos así.

— El entrenamiento nocturno se llevará a cabo según lo programado. Mejor prepárate para ello. — y sin decir más, abandonó el salón bajo la indignada mirada de sus alumnos. Bajé el casco de mi pupitre a mi regazo junto con los auriculares y coloqué mis manos en una posición específica, de tal manera que estos quedaran unidos a los lados dejando un espacio cuadrado en el medio, en el cuál escondí mi rostro dejando escapar lágrimas traicioneras.

No importaba que tanto las limpiara o tratara de pensar en otra cosa, siempre volvían los recuerdos de todo lo que vivimos y con ellos volvía la impotencia, el miedo y el asco que sentía y siento.

Por ende, saco mis sentimientos a través del llanto.

¿Porqué nos pasaba ésto?

¿Habíamos hecho algo malo en nuestra vida pasada que nos había llevado a tener una vida así?

¿Porqué tiene que ser algo tan feo?

Apreté más mi rostro contra mis brazos intentando tapar los sonidos fuertes que hacían mis compañeros de clase, que ahora se encontraban discutiendo con más fuerza.

No quería hablar.

No quería opinar.

Además, mi opinión no importaba. Si se les daba por pedir elección por voto a mano alzada, diga lo que diga ya la mayoría quiere irse a casa, por lo que mi voto sería en vano.

Sería un desperdicio de tiempo y saliva.

No quería entrenar de noche ya que no me sentía en condiciones, pero también sabía que reclamar solo hará que las cosas empeoren. El primer teniente Lee no tiene la culpa, el también recibe órdenes de un superior. Que seguramente lo está presionando.

Ésto se siente tan mal.

Bajé las manos intentando tomar con éstas los auriculares de cancelación de sonido con la intención de ignorar por completo mi alrededor, pero la voz de Young-Shin pintada con una pizca de resignación interrumpió mis acciones.

— Creo que deberíamos irnos todos juntos o quedarnos todos. — teniendo en cuenta que en éste salón ciertas personas no suelen respetar las opiniones de los demás, no creo que eso se pueda tener en cuenta. — Creo que nada saldrá de ésto si no llegamos a un acuerdo.

— Todos ustedes lo vieron, el primer teniente Lee tiene razón. — con un atisbo de esperanza en su voz, Soo-Cheol intentó convencer a los demás. — Si salimos así seremos presa de las esferas.

No me lo quiero ni imaginar.

— Prefiero quedarme aquí que morir miserablemente afuera. — concluyó luciendo perturbado.

— Maldita sea. ¿Qué diferencia hace si nos quedamos aquí? — el grito de Hee-Rak resonó en el salón una vez que Soo-Cheol terminó con sus palabras, volví a bajar mi rostro suspirando.

Así no van a llegar a ningún acuerdo.

— ¡Solo vámonos!

— ¿Qué no escuchaste lo que dijo? ¡Tenemos que actuar como un equipo! — contraatacó Bo-Ra levantando la voz. — Si lo piensas bien todo ésto sucedió porque no actuaste en equipo, lo sabes.

Considero que tiene razón en parte. 

Sí, los chicos no debieron desobedecer las órdenes impuestas por los soldados, ya que cuando lo hicieron la profesora Park fue a buscarlos con Yoo-Jeong y todo el alboroto llamó la atención de las esferas.

Pero tampoco fueron ellos los que tiraron de la esfera para que estuviera cerca del lugar en dónde nos detuvimos a descansar.

Ahora que lo pienso, ¿Las criaturas esas escucharán? Estaban tranquilas hasta que escucharon el grito de la profesora.

— Maldita sea. ¿Qué es lo que acabas de decir? — con expresión amenazante se acercó a la pelinegra, con la intención de iniciar más que una discusión.

— ¿Quieres que hable un poco más? — Ha-Na agarró a Bo-Ra del brazo impidiendo que ésta caminara hasta Hee-Rak, mientras que Yoo-Jeong se acercó a ambos apresurada con Jang-Soo pisando sus talones. 

Dios no, repito, no vamos a llegar a ningún lado así.

Ojalá tuviera el mismo nivel de voz y voto que tienen ellos para así decirles en la cara todo lo que en éste momento estoy pensando.

— ¿Acaso es momento de pelear?

— ¿Entonces qué? ¿Qué sugieres que hagamos? — se acercó a ella de la misma manera en que se acercó a Bo-Ra, siendo detenido por un apresurado Tae-Man.

— Bien. Fue nuestra culpa. Hee-Rak, fue nuestra culpa, ya sabes, ¿Verdad? — el mencionado solo se soltó bruscamente y se alejó en dirección a los casilleros, recostando su rostro sobre ellos.

Por primera vez, se siente extraño no ser partícipe de una conversación.

Solo estoy aquí viéndolos e imaginando lo que podría opinar si no me diera miedo ser criticada por tener un punto de vista completamente diferente. Me siento como una sobra.

Entonces, ¿Estás diciendo que es mejor que nos quedemos todos juntos?

— No nos pongamos demasiado extremos. Escuchemos lo que todos tienen que decir. — respondió Yoo-Jeong en dirección a Ha-Na, la cuál no tuvo tiempo de responderle ya que fue interrumpida por Hee-Rak.

— ¿Escuchar lo que todos tienen que decir? ¿Para qué? — ¿Conoces algo llamado voz propia quizá? — Solo vota, si nos vamos o nos quedamos.

— Está bien. Entonces vamos a decidir a mano alzada.

Ay no no no.

Ésto no.

— ¿Quién cree que deberíamos irnos a casa? — bajé mi rostro y lo escondí detrás de la cortina de cabello que se formó al bajar el mismo, escuchando como Il-Ha empezaba a maldecir de un momento a otro.

— Malditos idiotas. ¿No levantarás las manos?

Aún después de sus palabras, mantuve mis manos guardadas entre mis piernas.

Escuché un golpe seguido de un gemido femenino, me encogí en mi lugar con miedo.

Si no digo lo que pienso, ¿También me molestarán o insultarán?

No quiero.

Me da miedo.

— Maldita sea.

— ¡Il-Ha!

— Eres un idiota egoísta. — levanté un poco la vista y pude ver a quién se refería.

Young-Soo.

¿Sigue obsesionado con los puntos extras y el CSAT?

Para mí también es importante pero... Viendo la situación, ¿No cree que poner eso como prioridad está fuera de lugar?

¡Primero tiene que pensar en mantenerse vivo!

— Levanta la mano. ¡Te dije que levantaras la mano idiota!

— ¡Basta, Il-Ha!

— ¿Qué?

— Cada quién tiene su propia opinión e historia.

— ¿Qué historia? ¿Los puntos extra?

— Incluso si su maestro de salón y su compañero de clase murieron, ¿Está feliz siempre que obtenga los puntos adicionales para CSAT?

— ¿Qué hay de ti entonces? ¿Por qué no dijiste nada cuando supiste de Yeong-Hoon? — contraatacó. Tiene mucha lógica la verdad. — Si nos lo hubieras dicho, las cosas habrían cambiado.

¿Segura?

— Era una paria y nunca nos preocupamos por él de todos modos. — ¡Qué descaro! ¿Acaso tiene sentimientos? ¡Eso fue algo muy fuera de lugar! — ¿O te importaba? Debes haber sido feliz. Tu ranking subiría una vez que él se haya ido.

¿En serio dijo ese montón de cosas? ¿Porqué simplemente no acepta sus errores o respeta a los demás?

Un estruendo se escuchó por el salón y apreté los ojos, reconociendo el sonido como el de una cachetada.

No puede ser.

— ¡Maldita sea!

— Nos reunimos para tener una discusión, no para pelear. — ¿Jang-Soo? Levanté la mirada de inmediato cuando reconocí su voz, viendo cómo él sostenía con fuerza uno de los brazos de Il-Ha.

¿Iba a ser lo que creo que iba a hacer?

¡Aún me duele haber desperdiciado mis intentos por socializar con una persona así!

— ¿Entonces cuál es tu brillante idea? ¿Deberíamos morir todos aquí? ¡Maldita sea!

— ¡Yah! No somos verdaderos soldados, ¿Verdad? Me voy a casa, si se quieren quedar quédense todo lo que quieran.

— Por eso debemos discutirlo y llegar a un acuerdo — demandó Young-Shin levantando la voz, volví a encogerme en mi lugar.

Estoy viendo facetas que no había visto antes y es un poco incómodo.

Me da miedo verlos enojados.

No sé de otras cosas. Simplemente no la soporto, mándenla lejos. — añadió Bo-Ra mirando en dirección a Ae-Sol, que se encogió un poco ante sus acusaciones.

— ¿Porqué culpas a Ae-Sol? — ¿Na-Ra?

— No moriremos a causa de las esferas, moriremos a causa de ella, por eso debemos enviarla lejos. Incluso Su-Zu es más soportable que ella. — levanté mi rostro de golpe en su dirección al escuchar sus palabras. Pude sentir la mirada de Jang-Soo sobre mí.

Perdón, ¿Qué yo qué?

¡No me metan en sus líos!

Tenemos que unirnos. ¿Porqué sigues intentando luchar?

— Todos ustedes lo vieron, después de lo que pasó nadie preguntó si estábamos bien o si fue muy duro lo que pasó. ¿Alguien preguntó eso? — exclamó So-Yoon con voz rota.

Ay.

— Cuando se trata del CSAT, no podemos decir nada. — empezó Deok-Joon.

— Cierto. Saben que el CSAT es nuestro punto débil. — asentí ante las palabras de Yeon-Joo, estando de acuerdo con las mismas.

Repito, nos están usando a su favor. Eligieron nuestro futuro por nosotros. 

— Entonces, debemos de dejarnos de engañar por lo que nos dicen los adultos. — cruzó miradas con Yoo-Jeong, que la miró decidida.

Suspiró.

— Bien, volvamos a votar a mano alzada.

Ay no.

Me siento como una espectadora externa.

Sinceramente prefiero quedarme, aunque se que decir eso solo causará conflicto. Pero tampoco me atrevo a levantar el brazo, pero si no lo hago también se causará conflicto porque sería la única sin hacerlo.

¡¿Qué hago?!

— ¿Quién cree que deberíamos irnos a casa? — preguntó una vez que se colocó en el pupitre que se encontraba frente al tablero, cuando notó que todos ya estaban de vuelta en sus lugares.

Ésta vez fue mi turno de suspirar.

Miré alrededor de reojo y pude notar como todos levantaron su brazo, mirando con expectativa a aquellos que no lo habíamos hecho.

Young-Soo y yo.

Siento que mi corazón va salir volando de mi pecho debido a lo asustada que estoy.

Dirigí una mirada acuosa en dirección a Jang-Soo, el cuál me devolvió la mirada y asintió suavemente.

Dios mío. ¿Qué hago?

Siento mi brazo entumecido.

¡Rayos!

¡No eres la única que lo levantará! ¿Porqué dudas?

No quería llamar la atención y eso fue lo que logré al no levantar mi brazo.

Crucé miradas con Young-Shin y este hizo lo mismo que Jang-Soo, asintió en mi dirección incitándome a ceder.

Tragué saliva.

No me gusta ser influenciada por los demás, pero era eso o ser insultada.

Saqué mi brazo de su escondite con temor y lo coloqué sobre mi pupitre, levantando hasta dejar mi codo presionado con el mismo. Por último, levanté mi dedo índice y apreté el resto en un puño, sintiéndome retraída.

No lo levanté por completo, pero se entendía lo que trataba de decir.

Por favor, que esto acabe ya.

— Chicos. — bajé mi mano al escuchar su voz y presioné mis dedos entre mis cejas. — Ha sucedido algo terrible, pero, ¿Y si no pasa nada después de eso?

¿Acaso cree que es un juego?

¡Es de alienígenas qué estamos hablando!

— Seremos los únicos que no consigamos puntos adicionales.

Y dale de nuevo con el tema de los puntos adicionales.

¡Basta ya! ¡Reacciona de una vez!

— Si es así, estaré en una gran desventaja... — Il-Ha pateó su silla terminando con sus palabras, haciendo que Young-Soo cayera al suelo cubriéndose la cabeza.

— ¡Yah! ¡Kwon Il-Ha! — Woo-Taek se apresuró a tomar el cuerpo de un asustado Young-Soo, que se encogía queriendo huir de su matón.

Mordí mi labio preocupada, notando cómo los chicos se acercaban.

Jang-Soo...

— Puedes esperar un millón de años, pero el CSAT no se realizará solo por tí. — afirmó. — Levanta la mano, ¡Levanta la maldita mano idiota! — seguido de eso, empezó a propinarle patadas tanto en su cuerpo como en su rostro generando chillidos llenos de miedo de las chicas.

Tapé mi rostro con mis manos ahora temblorosas, intentando con todas mis fuerzas no ceder a los nervios y dejar que en un momento así me atacaran.

Estoy lejos de mi lugar seguro, no puedo permitirme eso. Mucho menos en una situación así.

Pero tampoco quiero ver eso.

Pude escuchar cómo la dirección del sonido cambiaba de sitio, pasando de estar frente a mí, a estar a mis espaldas.

Presioné más mis manos sobre mi rostro.

Se que ver como una persona es asesinada por unas criaturas alienígenas purpuras es mucho peor que ésto, pero aún me sigue poniendo de los nervios ver cómo una persona es golpeada tan bruscamente por otra.

— Young-Soo, te lo ruego. — al no escuchar más sonidos de pelea decidí destapar mi rostro, solo para ver cómo una asustadiza Soon-Yi se arrodillaba delante de un golpeado Young-Soo, que solo la veía expectante. — No puedo quedarme más aquí, de verdad estoy muy asustada. Déjame ver a mi mamá Young-Soo, ¡Por favor! — soltó en llanto. Volví a cubrir mi rostro.

¿Cuándo acabará éste martirio?

Nuestra presidenta trató de actuar lo más calmada posible y les ordenó a los chicos volver a sus lugares. Ella se encargó de hacer una lista en dónde se demostraba que todos querían abandonar la escuela y el entrenamiento, queriendo retomar el antiguo rumbo que tenían sus vidas. Ninguno salió del salón luego de ésto a excepción de la presidenta de nuestra clase—Yoo-Jeong— ya que ésta misma se encaminó a la oficina de nuestro líder de pelotón en compañía de Young-Shin, el cuál se encargó de hacerle compañía al ser uno de los que más tenía la cabeza fría de entre los compañeros.

Lo último que pretendo es sonar negativa.

Pero… tengo el presentimiento de que esto no va a salir bien.

23 de junio del 2023.

Les pido una disculpa por haberme ausentado por más de una semana, estuve muy ocupada debido a que pronto empezaré mi primer semestre universitario y estaba haciendo mucho papeleo con respecto a esa situación, pero aquí está el capítulo!

Continue Reading

You'll Also Like

1.5K 58 3
𝑻𝑯𝑬 𝑷𝑬𝑵𝑻𝑯𝑶𝑼𝑺𝑬 𝐋𝐚 𝐟𝐚𝐦𝐢𝐥𝐢𝐚 𝐏𝐚𝐫𝐤 𝐯𝐮𝐞𝐥𝐯𝐞 𝐚𝐥 𝐏𝐚𝐥𝐚𝐜𝐢𝐨 𝐇𝐞𝐫𝐚 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐧𝐮𝐞𝐯𝐚𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐪𝐮𝐞𝐝𝐚𝐫𝐬𝐞 𝐞𝐧...
2.5K 339 16
Corre el principio de los 90s. El guitarrista de Feeling B, Paul Landers y Flake Lorenz, su amigo tecladista, se topan con una misteriosa chica al pe...
14.7K 1.1K 21
Nene es una chica muy popular en la escuela eso ha hecho que se alejara de todos los hombres provocando una inseguridad pero eso cambiará con la lleg...
161K 4.3K 30
la tipica historia de universos viendo otros universos atraves de pantallas flotantes que aparecerán en sus mundos aunque también agregare otras cosa...