- Esto te ayudará un poco a calmar tu ansiedad - Mark terminó de inyectar el medicamento en el catéter al Omega.
Jimin no dijo nada, solamente observó todo el proceso del médico Omega. La esencia natural del Omega lo tranquilizó de cierta forma, era cálido, como una hermosa primavera entre las flores de cerezo y reconfortante como una taza de té de limón en días frescos.
El Omega pelinegro quería entender toda la situación que estaba viviendo. Pero aún no se atrevía a preguntar y pareció que Mark entendió la pregunta silenciosa del Omega. Después de que Jimin haya calmado su ansiedad por un poco de droga en su sangre, Mark entro y les pidió “amablemente” a todos, que salieran de la habitación, pues todos juntos llegaron alterar a Jimin y eso causó su inminente necesidad por la droga.
Suga no tuvo más remedio que salir junto al peliazul y Jk, pues de cierta forma, los olores de todos juntos alteraban a Jimin, lo incomodaban e inconscientemente lo desesperaban. Así que sin refutar en contra de la orden del médico Omega, salieron de la habitación dejándolo solo con Jimin para que se encargará de tranquilizar lo que quedaba de su desesperada ansiedad por consumir o inyectarse un poco de droga.
- Se que tienes muchas preguntas Jimin y con gusto responderé cada una de ellas. Solo si prometes descansar después, ¿Bien? - Jimin asintió lentamente.
El Omega parecía un niño pequeño al que acababan de regañar por cometer una travesura, su ceño se encontraba levemente fruncido, sus ojitos grises demostraban la confusión en estos, eran vacilantes, temerosos y con cierta ansiedad que se iba calmando con lentitud pero seguro.
- Pregúntame lo que desees saber - Sonrió suavemente el Omega.
- ¿Por qué estoy aquí? - Pregunto y aunque ya sabía la respuesta, porque el mismo Alfa se lo dijo, quería escucharlo de aquel bonito Omega.
- Mi jefe te encontró con pocos signos vitales. Te habías inyectado una fuerte droga en la vena Jimin, con una jeringa desgastada, lo que ocasionó que en tu brazo se formará un hematoma, estabas pálido y casi sin vida. Afortunadamente pude controlar tu estado a tiempo, si tienes duda sobre la bala en tu hombro, la herida ya sano en su mayoría, he quitado los puntos y la he estado curando correctamente. Así que por esa razón no tienes más el cabestrillo.
Jimin asintió entendiendo la mayoría de palabras del Omega. Pero su cabecita era un lío, ¿Quién era Suga en realidad?, ¿Quién es Agust?, ¿Por qué parecen ser la misma persona y al mismo tiempo una diferente?
- Suga... ¿Es tu jefe?
- Lo es. Min Yoongi, o mejor dicho Suga, como todos lo conocemos, es nuestro jefe, el líder de esta mafia. Quizá te parece descabellado o una locura que tú Alfa destinado sea un mafioso, pero debes saber Jimin que el estar con él solo es tu decisión, ¿Si? No quiero que te sientas forzado a corresponderle solo por ser destinados.
- ¿No te mataría tu jefe por decirme literalmente que puedo decidir rechazarlo? - La diversión se noto en los ojitos del Omega peliazul.
Mark sonrió divertido y nego, dejo los suplementos utilizados a un lado y tomo asiento en la orilla de la cama, junto a Jimin.
- Suga es un hombre demasiado intenso, su carácter es indomable, es un Alfa insufrible muchas veces, jamás le baja la mirada a nadie y a pesar de ser nuestro jefe, es nuestro líder y aunque no demuestre afecto hacía nosotros, siempre se preocupa por nuestro bienestar. Aunque pertenezcsmos a una mafia, aquí somos amigos, compañeros y siempre cubrimos nuestras espaldas. Él es muy consciente que si tú deseas irte, te dejará ir, porque no quiere atarte a un mundo como este, en dónde tu vida corra peligro día a día.
Jimin suspiro y quiso entender todo. El Alfa parecía tan perfecto a pesar de sus defectos, le encanta, lo atrae, le gusta, su lobo parece estar profundamente enamorado de él. Pero se sentía tan malditamente confundido, ¿Por quién siente todo?, ¿Por Suga? ¿Por Agust?, ¿Por ambos?
Después de luchar mucho en su mente. Jimin comprendió todo, sabe la verdad y solo necesita confirmarlo.
- ¿Suga nunca ha tenido ninguna cicatriz en su rostro? - Pregunto con cierta cautela.
- No - Respondió con curiosidad el médico Omega. No entendió a qué se refería Jimin con aquella pregunta - ¿Por qué lo preguntas?
- Por nada. Creí confundirlo con alguien - Mostró una leve sonrisa. Pero Jimin lo sabía y con la repuesta del Omega casi lo confirmo en un 50%
Pero como bien dice el dicho. Hasta no ver, no creer.
- ¿Cuándo podré levantarme de esta cama? - Jimin tenía la necesidad de levantarse.
- Solo descansa está noche. Te prometo que mañana podrás ser libre de explorar la mansión y poder salir cuántas veces desees.
Aquello pareció gustarle mucho a Jimin. Poco a poco sintió como los medicamentos hacían efecto, un ligero sueño comenzó a caer en su rostro, quería dormir, descansar, olvidar todo a su alrededor durante algunas horas y después descubrir la verdad, una que ya supone saber, pero necesita confirmar.
- Una pregunta más... - Bostezo.
- Dime.
- ¿Cómo... Es que el oficial Kim está aquí? - Cerro sus ojitos un segundo.
- Quizá desees que esa pregunta te la responda él mismo. Mañana podrás ver a tu amigo y hablar mucho con él - Susurro Mark.
- Él... No es mi... Amigo - Bostezo una segunda vez y se acomodo para poder dormir mejor.
- Que raro. Puedo jurar que en sus ojitos bonitos se nota el enorme cariño que le tienes a ese oficial - Mark río bajito al verlo frucir el ceño y negar lentamente ante sus palabras, para después escucharlo soltar un suave ronquido.
- Descansa pequeño Jimin - Mark prendió una lámpara cercana a la cama y después apago las luces de la habitación.
Sabía que Jimin necesitaba descansar, los medicamentos que le inyectó, lo harían descansar lo suficiente, algo que el pelinegro necesitaba con urgencia, un largo descanso en el mundo de Morfeo. Salió de la habitación y se encontró a un efurruñado Suga esperando afuera.
- ¿Puedo entrar a ver a mi Omega que está en MI habitación? - Enfatizó el Alfa.
- Lo lamento jefe, pero Jimin está durmiendo y le pediré el enorme favor que al menos está noche lo dejé descansar correctamente. Él lo necesita.
Suga suspiro rendido y asintió. Mark tenía razón, a pesar de que Jimin durmió durante una semana por el coma, sus ojitos denotaban cansancio y lo menos que quería ahora era ser un estorbo en los sueños de su pequeño Jiminie, por ahora lo dejaría descansar y ya mañana podría hablar con él.
- Está bien, supongo que dormiré en la oficina otra vez - Se enfurruño.
- Quizá. Yo le sugiero que piense en hacer una habitación dentro de su oficina jefe - Se burló el Omega.
- Lo digo y lo repito. Ya no hay respeto hoy en día - Se cruzó de brazos y Mark disfruto el berrinche.
Jimin abrió sus ojitos lentamente y soltó un suave suspiro. Por primera vez en todos los años que lleva de vida, sintió que ha dormido realmente.
El Omega se estiró y se acomodo de lado en aquella enorme cama. Pudo darse cuenta que la mañana había llegado, gracias a la cocina blanca que cubría el balcón y por la cual entraba una tenue luz de la mañana. La observó durante algunos minutos y pronto se dió cuenta que no tenía más la intravenosa en su muñeca, aquello lo tranquilizó y pensó que quizá Mark llegó temprano a retirarla.
Con lentitud y cuidado se sentó en la cama y observó a su alrededor, dándose cuenta que no había nadie y no podía percibir el aroma de Suga, más uno lejano del médico Omega. De pronto deseo una taza de té de limón justo como el bonito aroma del doctor.
Jimin era consciente que aquel médico le agrada. Así como quiere mucho a Taehyung, pero no pretende admitirlo, su corazón está demasiado cerrado como para aceptar el cariño que le tiene aquel insistente oficial de policía.
Se levantó con cuidado y camino a pasos lentos hasta el balcón, abrió las cortinas y pronto se encontró abriendo con cuidado una de las puertas corredizas. El fresco aire mañanero le golpeó con delicadeza en el rostro, el delicioso aroma a naturaleza lo cautivo y tomo aire profundo para luego soltarlo con lentitud.
Camino un par de pasos fuera y quedó maravillado con la espléndida vista frente a él. Innumerables árboles frondosos lo recibieron, junto algunos otros llenos de bonitas fotos de cerezo. El cántico de los pájaros anunciando una nueva mañana fue como una delicada melodía para sus oídos. Jimin fue consciente del enorme lugar, pues al ver a su alrededor se dió cuenta de los incontables metros cuadrados que abarcaba cada edificio que veía. Porque no parecía una simple mansión, más bien parecía un palacio donde habita un pueblo completo.
- Debe tener mucho dinero con el tráfico para poder tener todo este lugar para él - Susurro para si mismo.
Aquello pareció no importarles a Jimin. Es de la idea que cada quien vive su vida como quiere, cada quien es libre de vivirla al máximo o arruinarla en sus peores maneras. Justo como él piensa, su vida actualmente está en un mover intermedio, aún no está totalmente arruinada, pero tampoco está a salvó, Jimin se siente en una cuerda floja, en dónde si cae, no sabe si caerá sobre un trampolín que lo ayude a seguir adelante o caerá al frío piso, destruyendo lo poco que tiene.
Jimin sintió una suave ventisca colarse por sus ropas. Hasta ese momento se percató que traía una nueva pijama y solo rogaba que haya sido el médico Omega quien lo haya cambiado o Taehyung. No es que le importe mucho que haya sido el Alfa, pero prefiere que por el momento no vuelva a ver su cuerpo el que una vez ya vio y en mal estado. La mente del pelinegro se volvía un lío cuando sobre pensaba las cosas. En fin, así es él.
Se abrazo a si mismo y decidió entrar, quizá le pida al médico Omega que le dé un recorrido por aquel palacio tan maravilloso. Logro ver lo que parecía ser un río un poco más alejado y le encantó la idea de conocerlo. Inconscientemente Jimin se estaba haciendo a la idea de que pasaría más tiempo del necesario en aquella mansión. Pero sin él saberlo o ser plenamente consciente de ello, se sentía seguro y sentía que ese era su hogar, al menos su lobo lo sabe.
Cuando se volteó y dió un paso dentro de la habitación sintió que podría haber soltado algún gritito agudo al ver al Alfa de pie en la puerta de la habitación observandolo fijamente. Jimin se enfurruño y decidió ignorarlo mientras se metía a la cama y le daba la espalda.
- ¿Amaneciste de mal humor cachorro? - Hablo Min sin moverse mucho de su lugar.
- ¿Cachorro?, ¿A quién le llamas cachorro, bobo? - Refunfuño el Omega.
Min río bajito y camino hasta el otro lado de la habitación. Tomo asiento sobre un sofá que se encuentra frente al Omega y noto los ojitos grises del menor verlo fijamente y con el entrecejo fruncido. Adorable, pensó el Alfa.
- Tú eres como un cachorrito. Lo eres para mí, tierno, adorable y con muchos deseos de afecto.
- Debes estar delirando. ¿No quieres que Mark también te inyecte algún cálmate para tu locura? - Suga río por aquella ofensa más que todo, divertida.
- Jimin. ¿Podemos hablar? - Pidió Min y el Omega simplemente suspiro - Lo tomaré como un sí. Se que tienes muchas dudas, al igual que yo las tengo y no estaría mal aclararlas, ¿No crees?
Jimin asintió. Él también tenía muchas dudas y prefería aclararlas con el Alfa, quería saber quién era realmente él, si no está loco aún y ve doble, si Agust y Suga son una sola persona o dos diferentes, quería saberlo o pensaría que las drogas han causado un daño grave en su cerebro.
La puerta fue tocada con insistencia y Min mostró su descontento. Odiaba que lo interrumpan en los momentos menos inoportunos. Solo Mark podía entrar a su habitación de inmediato después del toque, pero supo que no era él porque la fuerta fue tocada nuevamente.
- Maldición, ¿Quién demonios osa a molestar en este momento? - Gruño el Alfa.
- Es mejor que vayas a ver quién es - Sugirió el Omega restándole importancia a quien sea que esté tocando tan insistente.
La puerta fue tocada nuevamente y Min se levantó en medio de gruñidos y maldiciones, deseando llevar a decapitar a quien sea que esté al otro lado. Estaba en su momento, quería hablar con Jimin, conocerlo más y hasta le pidió a Hope que este pendiente y nadie entre a su ala privada, porque era justo lo que necesitaba con Jimin, privacidad. Estaba seguro que mataría a Hope primero y luego al que este molestando. Al abrir la puerta, Suga enfureció más.
- ¡¿Qué demonios quieres?! - Exigió.
- Y-oongi... - Se escuchó la asustadiza voz.
- ¡Es jefe maldición!, ¡JEFE! - Suga la empujó y salió de la habitación - Más vale que tengas un buena excusa para venir a irrumpir en mi habitación cuando estoy en un momento importante con mi Omega.
Aquellas palabras parecieron destrozar el corazón de Dahyun. Entonces pensó que los rumores eran ciertos, ¿Su adorado jefe ya tenía Omega?, La irá se apoderó de la chica, pero intento disimular, no cometería un error, al menos no aún.
- J-hope me envió a decirle que hay algunos problemas con la misión del tráfico de armas en el embarcadero de esta noche - Dijo la chica conteniendo la respiración.
- ¿Qué tipo de problema? - Min quería ahorcar a la mujer frente a él en ese preciso instante.
- Dice que... Al parecer la mafia dragones está intentando idear un plan para apoderarse de nuestro tráfico y quiere llevarse todas las armas.
- Maldigo infeliz - Gruño Min - Seokjin de esta metiendo dónde no deje - Bufo.
Suga estaba enfurecido. Siempre era lo mismo, él creaba planes, estrategias, asaltos, atracos, de todo y en cada una de sus misiones Seokjin debía intervenir, irrumpir o fastidiar sus planes y aunque rara vez logro salirse con la suya, sus planes no siempre salían perfectos puesto que Seokjin se las ingeniaba para fastidiarlo en el momento justo de llevar a cabo su plan e intentaba llevarse parte de su mercancía.
El Alfa salió hecho un rayo cargado de rabia y furia hasta su oficina. Ignorando a Dahyun quien se quedó fuera de su habitación esperando ver que su jefe desaparezca de su vista y así poder conocer a la persona que se atrevió a interponerse entre el amor de su líder y ella. Al menos esos eran los pensamientos retrogradas de la chica.
Dahyun abrió con sigilo y pronto sintió el fuerte golpe del aroma a frambuesa y chile, una mezcla poco común pero muy llamativa, atractiva y delirante. Dahyun juraba que si no fuese Omega ya habría caído también por aquel interesante aroma.
Observó detenidamente la habitación y noto que no había nadie en la cama, solo se veían las sábanas medio revueltas, se encolerizo enseguida a imaginarse a su jefe metido entre las piernas de alguien más. Pero sonrió ladina al no percibir ningún aroma a celo o sexo por la habitación. Solo podía sentir el intenso aroma de aquel Omega y uno lejano de su jefe. Quiso entrar, pero sabía que si su aroma quedaba impregnado dentro y Suga se enteraba, querría matarla viva después, así que se resistió todo lo que pudo.
Pronto escucho la regadera del baño sonar y supuso que el famoso Omega estaba tomando un baño y cuando esté salga, ella estaría lista para ahuyentarlo de los brazos del que debe ser su Alfa. Dahyun no permitiría que nadie más tenga al hombre que es para ella, primero muerta antes que permitirlo.
La mujer salió y decidió quedarse muy cerca de las gradas del ala privada en dónde está la habitación de su jefe. Estaba casi segura que aquel Omega bajaría para conocer y ella estaría lista para atacar.
Por otro lado, Jimin salió tranquilamente de la ducha. Sabía que no tiene ropa, así que sin pensarlo mucho entro al clóset del Alfa y hurgo entre sus ropas. Aplaudió victorioso cuando encontró un cajón con boxers sellados. Se colocó unos y luego tomo unos pantalones de chandal negros que se ajustaron perfectamente a su cadera, hicieron resaltar sus glúteos y marcaron muy bien sus muslos, tomo una camiseta blanca, sencilla pero que dejaba ver sus brazos pálidos y un abdomen que no dejaba mucho a la imaginación, pues fácilmente se notaba su estrecha cintura, su abdomen plano y con lo que parecía ser un tatuaje en su costado derecho. Jimin sabía que fácilmente podía notarse también sus tatuajes en la espalda, así que no le dió mucha importancia. Luego se colocó unos tenis blancos que le quedaron nada más medio centímetro más grande pero que no perjudicaba en nada a su atrayente outfit.
Una vez que se sintió listo solo alboroto un poco su cabello negro que rápidamente se acomodo y aspiró el delicioso aroma que desprendía. No admitiría que le encantaba sentir el intenso aroma a madera y vino que lo cubría por completo gracias al estar usando la ropa del Alfa. Cuando se sintió listo, pensó en ir a buscar al Alfa y si no lo encontraba, por lo menos esperaba encontrarse con Mark o con Taehyung, aún necesitaba saber cómo es que aquel oficial fue a parar en aquel lugar también.
Salió de la habitación y arrugó la nariz al sentir el aroma de otro Omega, demasiado dulce para su gusto. Aún así, le resto importancia y trato de encontrar la salida de aquel largo pasillo. Obsevaba todo a su alrededor con interés. Habían algunos cuadros muy bonitos decorando el pasillo, uno que otro jarrón con flores artificiales y ubicados cada diez pasos. Lo único que lo incómodo fue la escasa luz del pasillo, las ventanas estaba cerradas con las enormes cortinas, algo que no le gustó del todo. Pero en fin, el resto fue de su agrado.
Cuando encontró las gradas, sonrió victorioso, vio a una chica pelirubia al final y pensó en preguntarle a ella sobre la ubicación del tonto Alfa líder. Así que bajo como todo un dios. Pues Jimin tenía elegancia aunque nunca se haya criado con un buen estatus social. Era delicado, lindo, atrayente y hasta cierto punto tenía más porte de niño rico que los verdaderos, aunque la verdad fuese otra.
Dahyun escuchó unos pasos y se volteó lista para iniciar con su plan. Sin embargo, quedó atónita, sintió que el habla se le fue al igual que la respiración. ¿Cómo demonios competiría por el amor de Min con un Omega como aquel?, Era imposible y no tenía sentido el siquiera pensarlo. Ese chico de cabello negro con mullet, cuerpo de infarto ante sus evidentes curvas, pasos seguros y delicados. Sus ojos grises e intensos pero al mismo tiempo inocentes, es que el chico es un verdadero dios al que se le debe rezar.
- Hola - Dios... Su voz... Dahyun estaba segura que caería ante él - ¿Puedes decirme dónde se encuentra Suga? - La chica creía que caería de rodillas ante el hermoso chico.
Su aroma..., ¿Por qué demonios huele tan bien? Había sentido el aroma antes en la habitación, pero tenerlo así de cerca era mucho mejor y aunque sintió que su estómago de revolvió al percibir la escencia del Omega mezclado con el de su jefe, no podía negar que era una combinación increíblemente exquisita.
- Yo... - Dahyun debía recomponerse de su estado de shock. Debía seguir con su plan - ¿Para que quieres saber? - Frunció el ceño, ¿Qué demonios necesitas de mi Alfa?
Jimin elevó una ceja con incredulidad y diversión ante las palabras de la rubia. Debía admitir que la chica es linda, pero era aún más divertido escucharla hablarle a la defensiva, intentando crear una guerra que claramente jamás podrá ganar.
- Así que tú Alfa, ¿No? - Jimin sonrió ladino al percibir el aroma de aquella chica. Cacahuate y jalea.
- Así es. ¿Para que buscas a mi Alfa? - Dahyun seguía su plan y aunque estaba nerviosa, estaba casi segura que aquel Omega se creería todo y saldría corriendo de ahí como un niño al que han robado su dulce.
- Bien linda - Jimin bajo dos gradas más hasta estar a la altura de la chica - Dime, ¿Dónde puedo encontrar a tu Alfa? - Siguió el juego de la mujer frente a él.
Su lobo se sintió disgustado y enfadado por pensar que su Alfa tiene a alguien más. Pero Jimin no es ningún tonto, él sabe jugar, sabe cómo ganar y está no será la excepción.
- Él... - Dahyun estaba a punto de comenzar a tartamudear o quedar muda cuando no logro su principal objetivo.
- ¿Jimin? - El nombrado volteó y de inmediato sonrió al ver a Mark acercarse.
- Mark Hyung, ¿Usted si sabe dónde se encuentra Suga el Alfa de esta linda chica? - El doctor quedó estupefacto ante las palabras de Jimin.
Volteó a ver a Dahyun y frunció el ceño. Luego regreso la mirada incrédula hacia Jimin y noto como este le guiñaba un ojo, entonces el médico Omega se dió cuenta del plan de Jimin y se rió internamente de la pobre Dahyun. Así que decidió seguirle el juego a Jimin, ese chico sin duda alguna le cae de maravilla.
- Claro. Justo ahora está en una reunión importante, pero estoy seguro que podrá atenderte - Fueron las palabras del Omega mayor.
- Eso suena bien. ¿Puedes llevarme? - Pidió el pelinegro.
- Claro. Ven conmigo - Mark río bajito y comenzó a caminar sabiendo que Jimin lo seguiría.
- Espero que no te moleste que vea a tu Alfa por unos minutos querida - Jimin se acercó al oído de la rubia - Es solo que debemos tratar asuntos de destinados - Jimin río bajito y la piel de Dahyun se erizo.
El Omega pelinegro siguió sus pasos con total calma y seguridad alcanzando a Mark y juntos sonriendo cuando lograron su cometido, dejando a una furiosa Dahyun atrás.
Pronto Kim Dahyun se daría cuenta que intentar ganarle al Omega de su jefe, es imposible.
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¡Hola amigos!
¿Qué les pareció este capítulo?
Quise traerles este capítulo ahora, el cuál acabo de terminar de escribir porque quiero despejar mi mente y mi corazón🥺 justo ahora mi gatita a la cual llame Luna, se murió😭 me duele mucho porque solo la tuve conmigo seis meses, pero fueron los mejores y a la que considere mi fiel amiga, quien siempre estaba conmigo a dónde sea que fuese y mi niña se me fue de este mundo, pero se que ahora está en un mejor lugar, dejó de sufrir porque estaba muy enfermita y por más que intenté, no pude salvarla. Así que por eso, intenté distraerme un poco.
Espero que esté capitulo haya sido de su agrado mís chiquillos, perdón si hay algún error ortográfico. ¡Nos leemos pronto!
Bye💜
No olviden dejar su estrellita si les gustó el capítulo ⭐