“¿Cómo les va el proyecto?”
“¿Bien, estamos progresando bastante. Creo que ______ está lista para deshacerse de Greg y yo.”
Mike se rió. “Querrá deshacerse de ti más que de Greg.”
Yo tenía el presentimiento de que tenía razón. Quería preguntarle por qué, pero no pensaba que me lo diría. Eché un vistazo a la sala y vi a ______ sentada con Greg viendo la tele. La pregunta que no me había dejado en paz desde que fui emparejado con ______ era qué le había pasado. Las posibilidades que surgieron no eran para nada placenteras.
La vi reírse de algo que dijo Greg. “Debemos volver al trabajo,” pronuncié, sin saber qué más decir. Quería como loco verla como la había visto en las fotos, como la veía con Greg. Sin embargo, ¿alguna vez sucedería? ¿Qué le sacaría del estado de aislamiento en qué se encerraba? Me levanté y me fui para la sala. Descansé mis brazos sobre el respaldo del sofá entre ______ y Greg. “Pensé que estábamos trabajando, ” dije.
______ saltó y yo me sentí arrepentido por llegar hasta ellos a hurtadillas. Greg me fulminó con la mirada y le palmeó la mano de ______.
Ella le sonrió y dijo, “Tú puedes pasar tiempo con mi padre mientras trabajamos.”
Mike entró y se sentó en el sillón. ______ se levantó y se fue para la cocina mientras Mike empezó a hablar con Greg quién inmediatamente se lanzó a contarle lo de los lagartos y el caimán.
Seguí a ______ y me senté. “Siento mucho haberte dado un susto.”
Ella se encogió de hombros y se preparó otro vaso de Dr. Pepper.
“¿Quieres algo?” me preguntó sobre su hombro. “Estoy bien.”
Ella se sentó y volvimos al trabajo.
Una hora más tarde ya habíamos terminado el proyecto. Me eché para atrás en el asiento, cansado de trabajar, y dije, “Creo que esta es la primera vez que he hecho un proyecto por adelante. Soy hombre del último minuto.” sonrío tenuemente y me incliné para adelante. Quería que me mirara.“ ¿Es esa una sonrisa que veo?”
La sonrisa se apagó y ella me miró fugazmente antes de mirar hacia la sala. “Voy a echar de menos pasar tiempo con Greg,” susurró.
“Suelo llevarlo conmigo a la práctica, pero igual tú podrías cuidarlo aquí mientras practico, si te gustaría,” le ofrecí. Una voz en mi fuera interior me decía que era una buena manera de tener una excusa para verla.
Se sonrió, “Me encantaría. Podría recogerlo de la escuela también.”