Contrato de Matrimonio

By avalonger

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Dónde Harry y Draco se ven obligados a fingir un matrimonio. Colección: Pármeno (#2) - 35 capítulos. - relaci... More

Contrato de Matrimonio
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32

Capítulo 21

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By avalonger

Mientras desayunábamos, Hermione recibió una llamada de Ron que le dijo que no regresaría hasta el domingo.

Dado que las tormentas continuaban, le aseguramos que podía quedarse ese día en casa hasta que él la recogiera al día siguiente. No había alternativa. Además, lograba hacer reír a Harry, y me gustaba oír el sonido de su risa. Quería oírlo con más frecuencia.

Los tres fuimos a ver a Penny acompañados por los truenos lejanos de la tormenta. Insistí en que el menú consistiera en hamburguesas de queso, y solté que acostumbraba a llevarle una a Penny a escondidas.

Harry se sorprendió al descubrir todas las visitas que yo había hecho sin que él se enterara. En sus ojos brilló el agradecimiento mientras se acercaba para besarme, un gesto que me pilló por sorpresa.

Tiré de él para estrecharlo contra mí, aprovechándome del hecho de tener a Hermione de audiencia, y lo besé hasta que estuvo colorado y avergonzado. Hermione me miró y me guiñó un ojo mientras yo aceptaba la pesada bolsa de las hamburguesas con una enorme sonrisa.

Penny estaba silenciosa pero lúcida cuando llegamos. Se echó a reír cuando le dije que llevaba uvas para Joey. Al pájaro le gustaba picotearlas y yo no tenía que cortar nada, ni tenía que sobornar a Tami a fin de que lo hiciera por mí.

La tienda de bombones donde compraba seguramente habría tenido un aumento en las ventas durante las últimas semanas, y el personal de la residencia estaba deseando que apareciera por la puerta para ver qué llevaba en cada ocasión. Nunca los decepcionaba.

Hermione estaba casi recuperada, volvía a ser una mujer alegre y habladora, y entretuvo a Penny con las historias de su familia. Eso me ofreció la oportunidad de sentarme y observar a Harry con Penny.

Estaba a su lado y le había tomado la mano. De vez en cuando, le acariciaba una mejilla o le pasaba la mano por la frente para apartarle algún mechón suelto mientras hablaba o se reía. Bromeaba con Penny y la animaba a comer. También le puso una servilleta al cuello mientras la reñía por mancharse. Penny le pellizcó la nariz a modo de respuesta.

—Deja de ser tan mandón, Harry.

—Sí que lo es —murmuré—. Se pasa todo el día dándome órdenes.

—Es mi venganza —susurró él.

—¡Para eso están los esposos! —exclamó Hermione con una carcajada.

Harry y yo nos quedamos helados. No le habíamos dicho a Penny que nos habíamos casado. Nuestras miradas se encontraron por encima de la cabeza de la anciana, sin saber muy bien qué hacer.

Penny se enderezó en la silla y dejó de comer. Nos miró a uno y a otro.

—¿Os habéis casado? —Se volvió hacia Harry—. ¿Os habéis casado sin decírmelo? Harry, ¿Cómo has podido ocultármelo?

Harry negó con la cabeza.

—Por favor, Penny, escúchame. No es lo que crees.

—Pero os habéis casado.

—Sí.

Penny me miró y apartó la bandeja del almuerzo.

—Me gustaría hablar con mi hijo en privado.

●●●

Caminé de un lado a otro del pasillo sin dejar de mirar la puerta cerrada. Gemí al tiempo que me dejaba caer contra la pared y apoyaba la cabeza en la dura superficie.

—Draco, lo siento mucho —se disculpó Hermione—. No imaginaba que Penny no lo sabía. Ni siquiera se me ocurrió la posibilidad de que no se lo hubierais dicho.

—Por supuesto que no.

—¿No lo sabía? ¿No es una cuestión de que lo haya olvidado?

Quise mentirle y responderle que se lo habíamos dicho a Penny. Que la culpable era la enfermedad, no nosotros. Pero me estaba cansando de tantas mentiras. Me alejé de la pared y me froté la nuca.

—Harry tuvo una adolescencia muy dura. Su historia es complicada, pero debería ser él quien te la contara. Penny lo es todo para él y solo trataba de protegerla.

Hermione asintió con la cabeza y esperó a que yo continuara.

—Fui yo el instigador. Yo lo perseguí. He sido yo el que ha forzado la relación desde el primer momento. Al principio, él no quería que conociera a Penny, hasta estar seguro —Me di un tirón del mechón de la frente—. Yo forcé la situación y vine a ver a Penny sin su permiso. Quería saber más sobre la mujer que había ayudado a Harry. Yo forcé la situación. Me casé con él a la carrera, para que no cambiara de opinión. A Harry lo preocupaba la idea de que Penny pensara que era todo muy precipitado, así que decidimos no decirle nada durante un tiempo y dejar que Penny se acostumbrara a mí.

—Y yo he metido la pata.

Me encogí de hombros.

—Deberíamos haberle echado valor y habérselo dicho nosotros. La culpa es nuestra.

La puerta se abrió y salió Harry.

—Draco, ¿puedes entrar?

—Mierda —murmuré—. Si no salgo de una pieza, cuida a Harry por mí.

Hermione esbozó una sonrisa compasiva y me dio unas palmaditas en el hombro.

Harry me puso una mano en un brazo.

—Lo siento.

Le di un apretón en los dedos.

—Tranquilo.

Entré en la habitación con Harry detrás.

Me había enfrentado a clientes furiosos en el trabajo. Había aguantado el tipo en salas de conferencias llenas de rostros poco amigables que esperaban que mi presentación fuera un fracaso. Había afrontado esas situaciones sin despeinarme. Sin embargo, me descubrí sudando delante de esa anciana de gesto adusto y tomando a mi marido de la mano, como si fuera un talismán.

Penny me miraba fijamente.

—Te has casado con mi Harry.

—Sí.

—Sin mi permiso.

—Sí.

—¿Por qué?

—Nunca lo había hecho. No sabía que debía preguntar antes…

Penny agitó una mano.

—A veces eres un poco lento, ¿verdad, jovencito?

Tragué saliva.

—¿Cómo dices?

—¿Por qué te has casado con él?

—Porque no podía vivir sin él.

—¿Y por qué no me lo has dicho nunca?

No sabía qué le habría dicho Harry, pero intuí que no debía alejarme mucho de la verdad.

Me agaché para quedar a la altura de sus ojos.

—Me casé con él a la carrera porque no quería perderlo. Lo necesitaba en mi vida. Nos preocupaba que no aprobases nuestra unión, pero esperaba que si llegabas a conocerme bien, tal vez aceptaras la idea de que se casara conmigo.

—Es demasiado bueno para ti.

Me eché a reír porque era cierto.

—Lo sé muy bien.

—Deberías haberme preguntado antes.

—Tienes razón, debería haberlo hecho. Lo siento.

—Dice que es feliz.

—Yo también lo soy. —Miré de reojo a Harry, sorprendido porque era verdad—. No deja de asombrarme.

Penny sorbió por la nariz.

—Espera y verás. Todavía no has visto nada.

—Me lo imagino.

La anciana frunció los labios.

—No pienso quitarte el ojo de encima.

—Lo tendré en cuenta.

—Muy bien. Me debes una tarta.

—¿Una tarta?

Harry se acercó y colocó una mano en mi hombro. Me percaté de que se había puesto los anillos y verlos me arrancó una sonrisa, aunque no supe por qué. Yo nunca me había quitado la alianza y Penny nunca me había preguntado por ella. Sin pensar, le besé la mano y el gesto hizo que la anciana sonriera de oreja a oreja.

—Siempre celebramos las cosas buenas con una tarta.

—Así que ¿esto es bueno? ¿Yo soy algo bueno?

Penny me dio unas palmaditas en una mejilla.

—Dependo de ti para que lo cuides.

—Lo haré.

—Bueno, ¿qué pasa con esa tarta?

Había una pastelería en la misma calle.

—Ahora mismo.

—De chocolate —añadió Penny.

Le di un beso en su arrugada mejilla.

—Ni que hubiera de otra clase…

●●●

Harry entró con una taza de café en la mano que acepté, agradecido. Le hice un gesto para que se sentara.

—¿Dónde está Hermione?

—Durmiendo. Creo que está aprovechando ahora que ha pasado la tormenta. Me da que anoche no pegó ojo.

—Yo dormí como un bebé.

Puso los ojos en blanco.

—Como un bebé pulpo.

Sonreí.

—Yo no tengo la culpa de que seas perfecto para abrazar. Hueles muy bien.

—Tus… mmm… resoplidos son más fuertes de cerca.

Lo miré con los ojos entrecerrados.

—Muy bonito.

Él sonrió.

—Lo siento —Su expresión se tornó seria—. Siento mucho lo de esta mañana.

Me rasqué la nuca.

—Supongo que era lo que tenía que pasar.

—Es muy posible que lo olvide. Tal vez incluso tengamos otra vez la misma conversación.

—Al menos podremos alegar que ya se lo hemos dicho y tal vez no se moleste tanto.

—Supongo.

Bebí un sorbo de café.

—¿Qué te dijo?

—La preocupaba que estuviera apresurándome. Ella sabe que deseaba casarme algún día, tener, ya sabes… una familia.

—No debe preocuparse por eso. Nunca. —No pude evitar bromear sobre el tema—. Aunque expandamos nuestros límites.

—¿No puedes tener niños?

—No lo sé. Nunca he intentado procrear y no tengo intención de hacerlo. Siempre uso protección y me aseguro de que mis parejas también la usen.

Harry ladeó la cabeza, confundido.

—¿No quieres tener hijos?

—Harry, carezco de la capacidad para mantener una relación real. No tengo el menor interés en ser padre y en traer al mundo a otra persona emocionalmente atrofiada. No sería capaz de conectar con un niño, de ahí que no tenga deseos de engendrarlos. Jamás.

—Creo que te equivocas.

—¿Que me equivoco?

—Creo que sí tienes la capacidad. Creo que podrías conectar, querer a un niño. Si quieres al padre.

Solté una carcajada.

—Puesto que eso no va a suceder, me remito a lo que ya te he dicho.

—¿Por qué estás tan seguro de que nunca vas a enamorarte?

Empezaba a impacientarme.

—Ya te lo he dicho. El amor te debilita. Te obliga a necesitar a los demás. A depender de ellos. No voy a permitir que eso me suceda.

—A veces suceden cosas que se escapan a nuestro control.

Agité una mano.

—No en este caso. En mi futuro no hay ni amor ni niños.

—Parece muy solitario.

—Tengo mi trabajo y eso me satisface. Con eso me sobra.

Me observó un instante con el ceño fruncido.

—¿Ah, sí?

—Deja de analizarme, Potter.

—No te estoy analizando. Solo trato de entenderte.

—No lo hagas.

—¿Por qué?

Me incliné hacia delante y apreté los puños sobre la mesa.

—No te pago para que me entiendas. Te pago para que interpretes un papel.

—Un papel que cada día se complica más.

—¿De qué estás hablando?

—¿No te cansas, Draco? ¿De las mentiras? Nos pasamos el día añadiendo más y más. Es como una bola de nieve que crece a medida que desciende por una ladera. —Suspiró—. Se suponía que iba a ser algo sencillo. Yo fingiría ser tu prometido. Ahora la cosa ha ido a mayores y ha llegado a un punto en el que ni siquiera me reconozco. ¡Detesto mentir y le estoy mintiendo a todo el mundo! A Penny, a la familia Black, al personal de la residencia de ancianos… ¡Es una montaña enorme de mentiras!

—Es un medio para conseguir un fin. Nadie está sufriendo.

—¿Ah, no? Creo que te equivocas.

—¿Qué sabes tú si la gente sufre? —Agité una mano y abarqué la estancia—. Remus no está sufriendo. Penny está bien cuidada. Tú vives en un sitio mejor y no tienes que trabajar. ¿Quién sufre?

Su voz se redujo a un mero susurro.

—Me siento culpable… cada día más.

—¿Por qué?

—Porque me caen bien estas personas. Me gusta Hermione. Nos hemos hecho amigos. Saber que le estoy mintiendo me molesta. Remus y Sirius se han portado muy bien con nosotros. Es como si los estuviera traicionando con esta farsa. La gente de la residencia de ancianos cree que estamos casados.

—Y lo estamos —insistí—. No es una farsa. Nuestro matrimonio es legal.

—Ellos creen que es real. Creen que estamos enamorados. Y Penny… nunca tuve la intención de que Penny se enterara. A ella sí que no quería mentirle. Y eso es lo que más detesto, haber tenido que mentirle a ella.

—Sabes que seguramente lo olvidará.

Harry puso los ojos en blanco.

—Sigue siendo una mentira. Tami y los demás se lo recordarán constantemente para que no se le olvide. Y además están Ron, Theodore y Astoria…—Resopló, exasperado—. La lista sigue.

Me encogí de hombros al tiempo que tamborileaba con los dedos sobre la mesa.

—Es más complicado de lo que pensaba, lo admito. Hasta Blaise cree que he cambiado. El otro día me felicitó por haber encontrado por fin mi «lado humano» mientras jugábamos al golf.

—¿No te molesta? ¿No te molesta la cantidad de personas que se están viendo afectadas por esta mentira? ¿La gente que se verá afectada cuando acabe?

—Potter, deja de exagerar. Los divorcios están a la orden del día. El mundo sigue. Ya nos encargaremos de los detalles cuando creamos que ha llegado el momento.

—Y, mientras tanto, seguimos mintiendo.

Ya estaba harto de esa conversación absurda. Me froté la cabeza y fruncí el ceño.

—Sí. Seguimos mintiendo. Todavía te estoy pagando, así que sigue siendo un trabajo. Serás mi marido hasta nuevo aviso. Así que tendrás que seguir interpretando el papel. Tendrás que fingir que te gusto. Profundiza un poco más e imagina que me quieres. Haz lo que sea necesario para mantener la «farsa», tal y como tú la llamas.

Se puso en pie, meneando la cabeza.

—Ese es el problema, Draco. Que no siempre tengo que fingir que me gustas. Cuando dejas de comportarte como un gilipollas, eres un hombre decente. Respondes a la gente. Eres amable y generoso con
Penny. Por algún motivo, cuando estás con ella, se te olvida que eres ese gilipollas que demuestras ser con el resto del mundo. A veces, hasta se te olvida cuando estás conmigo —Su expresión era triste y su voz, abatida—. A veces se me olvida que te caigo mal y creo que somos amigos de verdad. —Echó a andar hacia la puerta, se detuvo y miró hacia atrás—. Me gustan esas ocasiones. Hacen que el resto del día sea más fácil de sobrellevar.

Y después salió, dejándome pasmado.

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