Cautivo | Kookv (omegaverse)

By jeonTH2

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Taehyung tuvo la mala suerte de estar en el lugar equivocado y en el momento equivocado. Vivió en una pesadil... More

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By jeonTH2


"𝘾𝙤𝙣𝙛𝙞𝙖𝙧 𝙙𝙚𝙢𝙖𝙨𝙞𝙖𝙙𝙤 𝙩𝙚 𝙚𝙣𝙨𝙖𝙣̃𝙖 𝙖 𝙣𝙪𝙣𝙘𝙖 𝙢𝙖́𝙨 𝙝𝙖𝙘𝙚𝙧𝙡𝙤"

El ambiente estaba tenso, el rubio aún no soltaba la mano del azabache y Taehyung no se movía ni un centímetro.

Tae encontró esta situación muy estupida, pareciera que había descubierto a su esposo engañándolo con su secretaria, pero no era así. No había nada entre ellos, y por lo tanto, podía haberlo todo entre el azabache y aquel rubio estúpidamente ardiente.

— Yo... volveré cuando termine.— Tae se propuso cerrar la puerta y salir, pero el rubio soltó la mano Jungkook y se apresuró hacia él de pronto.

— Espera, espera.— El rubio caminaba hacia él como si el camino fuera su pasarela. Era más bajito que él, pero aún así era alto. Figura delgada y cintura de avispa. Vestía con un pantalón semi-informal que se ajustaban a su cintura, haciéndola parecer más pequeña de lo que ya era. Una camina azul oscuro que transparentaba, dejando ver una segunda prenda debajo de la misma. Su pelo corto y escondido detrás de sus orejas, las cuales tenían bastantes perforaciones.

Tae no se detuvo. El rubio camino más rápido hacia él antes que Tae lograra salir, y lo sostuvo del brazo para que se detuviera.

— Tu debes de ser Tae... Kim Taehyung.

Taehyung guardó silencio. El rubio entendió rápidamente lo que sucedía. El agrio estaba en el ambiente.

El rubio le solté del brazo.

— Hola, mi nombre es Jimin, Park Jimin. Es un placer— Le estiró su brazo para saludarlo, pero Tae no le presto interés.— Supongo que el placer es solo mío.— Retiro el brazo, y camino hasta donde estaba sentado. Tomó su bolso. Que parecía ser bastante costoso. Lo era, porque era de diseñador y coleccionable.

>> Se porqué estás actuando de esta manera, pero, lo que crees que está pasando es solo una confusión y...

— Eso no me importa.— Escupió Tae.

Jimin sonrió tantito al notar que su manipulación para hacerlo hablar había funcionado. Tae era muy fácil de descifrar pero a la vez parecía un total enigma.

Tal vez no estaba enamorado, no lo estaba. Lo notó inmediatamente Tae cruzó mirada con Jungkook. En la mirada del castaño había odio, desesperación y... ¿lujuria?, pero no miedo, ni una gota de miedo. Y para alguien que estaba siendo obligado a estar donde estaba, eso no era normal.

Con Jungkook las cosas eran fáciles. Si no sentías amor, sentías odio,  y viceversa.

Tal vez no era amor, pero era algo lo suficientemente firme como para causarle una leve irritación al verlo junto al azabache.

— Si, supongo que estás en lo cierto. Pero yo odio los malentendidos. Siempre es mejor ser directo y evitarse una larga telenovela donde un puto malentendido no deja ser feliz a los protagonistas. Esas historias me cansan.

>> El hombre ahí— Señaló a Jungkook— Es mi mejor amigo y mejor amigo de 𝘮𝘪 esposo. Somos aliados. — Hizo énfasis en la palabra para que Taehyung entendiera rápidamente que él ya estaba apartado.— Lamento mucho si malinterpretaste la situación. Estaba intentando convencerlo de asistir a uno de mis eventos benéficos, al cual está negado en aceptar ir porque odia dichos eventos. Bueno, asistir a ellos.

A todo esto, Jungkook guardaba silencio sin apartar la mirada de Taehyung. No tenía nada que decir, puesto que conocía muy bien a Jimin y sabía perfectamente que aclararía todo sin mucho rodeo.

Además estaba sin habla, la ropa que había elegido para Taehyung le quedaba mortal. Los pantalones se ajustaban a sus muslo cómo si fuese su propia piel. Estaba detestando ese enorme abrigo que ocultaba el resto de su cuerpo.

Hubo otro silencio de segundos. — Bueno, creo que ya todo está más claro que el agua, así que me voy.— Se acercó a Jungkook, y le dió doble beso, mejilla con mejilla. Tradiciones Italianas. Luego se dispuso a salir. Se detuvo frente a Taehyung.

>> A pesar del desafortunado primer encuentro, espero que un futuro podamos ser amigos. La pareja de Jungkook, también es mi familia. Así que las puertas de mi casa están abiertas para ti. Visítame cuando quieras.— Le puso una mano en el hombro y lo miro. Sonrió de nuevo al ver cómo la mirada Tae se había suavizado, y la tensión en el aire había disminuido.

Jimin se marcho, no sin antes voltear hacia Jungkook y decir: No creas que has ganado, seguiré insistiendo.— Jungkook lo miró, dejándole un claro mensaje de que esa guerra ya estaba perdida.

Era irónico que Jungkook siendo una figura pública, a la vez no lo fuera. Existían pocas fotos de él, ya que casi nunca asistía a eventos, y de cierto modo odiaba la cámara y, a las personas.

El azabache abandonó su asiento y caminó desesperadamente de espacio hacia Taehyung.

— ¿Para que hiciste que me trajeran aquí? ¿Para que quieres que trabaje para ti?¿Te das cuenta de la posición en la que estoy?

— Haces muchas preguntas.— Jungkook seguía acercándose y el aire se despedía.

— Y tu das pocas respuestas.— Taehyung dió un paso hacia atrás, quedando contra la puerta. ¡Oh no! Esta situación ya la había vivido antes.

— Anoche dijiste que querías ser tan libre como el cielo.— Taehyung sudó frío. No se había encontrado con él después de... el accidente. Así que ¿cuando?

Y recordó, no lo que había pasado, sino la razón por lo que no lo recordaba. El alcohol definitivamente era perjudicial para la salud.

— Esto no es ser libre. Sigo siendo un prisionero.

— Pero al menos se le asemeja ¿no es así?

— No. Esto está lejos de ser libertad. Si fuera libre, podría irme de este estupido país y regresar a...— Recordó su primer secuestró.— A mi... vida.

— Yo te ofrezco una mejor vida Taehyung.— Jungkook quedo frente a él. Muy cerca.— A mi lado puedes tener el mundo en la palma de tu mano.

— Yo no quiero nada de eso. No quiero nada que me obligue a quedarme a tu lado.— Taehyung se sobresalto cuando Jungkook metió la mano en su abrigo para tomarlo de la cintura. Volteó la cara hacia el lado contrario para evitar...

— ¿Estabas celoso?— Jungkook acerco su nariz a su mejilla. Acariciándola con su nariz.

— Por favor, aléjate.— Le pidió con su voz entrecortada.

— Eso no fue lo que dijiste ayer.— El azabache afirmó su agarre.

— Lo de ayer fue... un error.— Taehyung seguía alejando la cara.

— Con que un error ¿eh? — Jungkook tomó su barbilla y le obligó a mirarle.— Parecias disfrutar de ese error.

Tae trago saliva.— Yo... no. Fue asqueroso, repulsivo y me dio ganas de vomitar.— Mentiras, pero jamás lo admitiría, jamás.— Tu me obligaste.

— No parecías tan obligado.— El agarre del azabache se ligero.— Pero esta bien. Si dices que fue horrible, te creeré.— Lo soltó y caminó hacia su escritorio.— Prometo no volver hacerte pasar un momento tan... desagradable.

Taehyung miró la espalda de Jungkook, tomó una bocanada de aire y un sorbo de valor. — Si me vas a obligar a hacer esto, quiero algo a cambio.

Jungkook se semi-sentó frente al escritorio. Cruzó las piernas y los brazos.

— ¿Algo a cambio?— Jungkook pensó en todo lo que podría pedir. Nada sería un impedimento.— Continua. — Nunca se imagino lo que Taehyung pediría.

— Fidelidad.— Se ánimo a decir. Ciertamente verlo junto a Jimin lo dejo pensando. No era de negar que el hombre era aparente, y estúpidamente millonario, obviamente debía de tener a muchos en su cama.

Jungkook se convertiría en su primera "pareja", y algo que Taehyung siempre había odiado eran las mentiras. La infidelidad y las mentiras iban de la mano.

Jungkook se rio un poco, dejando entender con su risa que le parecía algo estupido. — ¿Fidelidad?, de todo lo que imagine, eso ni siquiera estaba en la lista. ¿Que eres? ¿Un adolescente?

— Al menos hasta que te canses de mi, hasta que te canses de esta absurda idea. Yo... nunca he tenido novio, así que...

— Ey ey, calmado. ¿Que es eso de "Novio"?— Jungkook enmarcó una ceja.— Yo no soy tu novio, no somos nada, tú mismo lo has dejado bastante claro.

— Pero... entonces ¿que es todo esto?— Taehyung estaba muy confundido.

— Yo soy Ahmed, y tu serás mi Harat. Nada mas.

— Bien. Eso está mejor.

— Pero... puedo darte eso que quieres. Por algo a cambio.

— Esto no es...

— Un "Dar por dar" Taehyung. A cambio de mi... fidelidad. Yo te pido que te comportes como "Harat". ¿Sabes lo que quiero decir?, Una vez presentado, tendrás que comportarte como tal y asumir tu cargo. Comportarte como mi pareja real, al menos mientras estemos en público.— Jungkook se inclinó un poco.— ¿Trato, Taehyung?

— ¿Tendré que asesinar personas?— Jungkook no sabía porqué, pero la forma en la que lo preguntó, le pareció tierna e inocente.

—¿Que crees que somos? ¿Animales salvajes?

— Son mafiosos. Es lo mismo.

— El punto es, Taehyung, ¿aceptas o no?

— Sin sexo. Ni besos. Ni toqueteos.

— Lo intentaré. No lo controlo, pero lo intentaré.— ¿Cuanta fuerza de voluntad necesitará para lograrlo?— Sin embargo delante de la gente, no puedes evadirme. Serás en su totalidad, mi pareja.

— Bien.— De cualquier forma, ya estaba hundido.

— Entonces ¿Trató?— Taehyung se sentía como Ariel, sabía que era un error firmar ese papel, pero su libertad era su "Erick", y Tae quería ir hacia Erick.

— Trató.— Su cola fue intercambiada por unas hermosas piernas. Solo faltaba aprender a usarlas.

— Bene... ya que todo está claro. Empecemos el día.— El azabache tomó asiento nuevamente para continuar su destructiva vida laboral.

Taehyung se giró para irse.— ¿A donde vas? — La voz de Jungkook lo detuvo.

— A trabajar.

— Pues trabaja. Ven.

— ¿Trabajaré aquí? ¿Por qué?

— Porque eres mi asistente, siempre debes estar cerca. Acércate.— Tae lo hizo.— Toma asiento.

— Pero...

— To-ma asiento.— Tae lo hizo. Jungkook le hizo entrega de lo necesario. Una laptop último modelo, una tableta y un móvil.— Eso es todo lo que necesitaras. Ya tiene todo instalado . Mi número ya está registrado. Es el único al que puedes llamar, y al de Maximus. La laptop y la tableta también están configuradas para hacer lo necesario. Por si se te ocurre hacer algo estupido.

¿Que creía que haría? ¿Enviarle un mensaje con una alerta a todas las autoridades de corea para informarle que uno de sus ciudadanos había sido secuestrado por una mafia italiana?, por supuesto que... SI.

—Tu escritorio llegara dentro de unas horas, mientras tanto, trabajarás ahí. No hagas mucho ruido y compórtate.

El día transcurrió rápido, Jungkook no trabajo de manera correcta. Aunque quería, no podía evitar mirarlo cada que podía. Taehyung estaba tan concentrado en lo que hacía, que siquiera despegaba la mano de los dispositivos. Se notaba que había trabajado toda su vida, y que era una persona muy decidida y dedicada a lo que hacía.

La noche ya había caído, y por primera vez Tae miró a través del cristal. La noche se veía espectacular desde ese lugar. El edifico estaba tan alto que parecía que podría tocar las Estrellas.

— Tiene una última reunión, Señor.— Taehyung indicó. Realmente se estaba tomando enserio su nuevo empleo.

— Quieres dejar de llamarme "Señor". Mi nombre es Jungkook. Eres Harat, debe sentirse la confianza entre nosotros.

— No hasta ser presentado, Se-ñor. Y además, esto solo será delante de la gente ¿No es así?

— Como quieras.— Jungkook abandonó su asiento y se colocó su chaqueta.— Vamos.— Le ordenó a Tae.

— ¿A donde?— Tae dudó.

— La reunión no es dentro de las instalaciones. Vienes conmigo.

— Ok.— Se puso de pie y se colocó su abrigo. Una vez listos se dirigieron al ascensor. — ¿Puedo preguntar algo?— Pregunto mientras estaban en ascensor.

— Acabas de preguntar algo.— Dijo tecleando algo en su teléfono.

— Otra cosa.— Jungkook guardo silencio.— ¿Cuánto es la paga?

Jungkook dejo de teclear. Y lo miro. —¿Paga?... ¿Quieres una paga?— Esto a jungkook le parecía ilógico. ¿Acaso Taehyung no sabía la magnitud de convertirse en Harat? Él no necesitaría paga, la paga lo necesitaría a él.

— Pues... sí. Es un empleo, y en los empleo se paga. — El azabache seguía sin entender. Pero bien, si era lo que el quería.

— ¿Cuanto quieres?— Jungkook preguntó.

— ¿Que?

— Pon un precio, te pagaré lo que quieras.— Tae lo miró extrañado.

— ¿Así funcionas con tus empleados?

— No. Así funcionó contigo. — Tae no dijo una palabra más. — ¿Que harás con tu pago?

— Eso no te importa.— Salieron del edificio.

Tae miró a su alrededor, había un poco de tráfico unas calles adelante. Pensó en correr, tal vez en la civilización lograría escapar y... no. Estaba agarrando el camino correcto para poder escapar de manera exitosa.

— Harat.— Escucho la voz de Max, y giró hacia él.— Suba al auto. — Tae subió. Pensó que estaría solo en ese auto. Que equivocado estaba. Jungkook estaba al otro costado. Tantos autos y lo obligaban a subir al mismo auto que él. Que desgracia.

Llegaron al lugar. Taehyung frunció el ceño.

— ¿Que hacemos aquí?— Preguntó Taehyung viendo cómo las luces del lugar parpadeaban. Era un club nocturno.

— Vamos a una reunión.

— Este no es lugar para reuniones. ¿Es una reunión de la mafia?

— No. Es cliente extranjero. Tiene mucho dinero pero es un joven inepto. Un adicto al alcohol. ¿Y que mejor forma de atrapar a una hormiga que meterla en el azucarero?

Bajaron del auto y se adentraron al lugar. En el lugar había muchísima gente, pero no se mezclaron con la multitud, sino que tomaron un pasillo que los llevó a unas escaleras que llevaban al segundo nivel.

Era una sala privada.

El lugar tenía un enorme cristal que permitía ver todo hacia afuera pero no permitía ver nada hacia adentro.

En la sala ya habían dos personas.

— Jungkook Di'varti, es un honor tenerlo frente a mi.— Hablo el más joven. Leonardo Tadachi. Hijo de dos familias poderosas. Madre española, padre Japonés. Los dos provenientes de familias pudientes.

Jungkook asintió.

— Viene muy bien acompañado.— Miró a Taehyung.— Es una belleza.

— Vamos directo al grano, Sr. Leonardo. El trato es este.— Hablo Jungkook. Taehyung se acercó a Leonardo y le entregó los documentos. Leonardo aprovechó la oportunidad y rozo sus dedos con los de Taehyung.

Tae la retiró rápidamente, y ese asco que ya no recordaba o, al menos que intentaba no recordar, volvió. Sin darse cuenta retrocedió hasta quedar detrás de Jungkook, buscando protección de manera inconsciente. El azabache notó el cambio en su aroma.

El joven hojeó los documentos.

— Todo bien. Lo haremos tal y cómo está aquí.— Balanceo los papeles en aire.— Pero antes.— Intentó avanzar hacia Tae, pero el azabache se cruzó en su camino.— Solo quiero hablar con él.

— No está permitido hablar con él.— Su aroma empezo a intensificarse. Lo cual indicó peligro para el alfa más joven.— Decide. Firma o no lo hagas.

— Yo... yo voy al baño.— Taehyung se giró. Y Jungkook indicó a uno de sus hombres que lo cuidara.

Una vez solos en la habitación.

— Tiene un buen cu...— Intentó decir el más joven, pero no le dió tiempo a terminar de decir, Jungkook lo inmovilizó y lo estampó contra la mesa de cristal, causando que la mesa se destruyera con el peso del impacto.

El hombre que acompañaba al más joven, sacó su arma y apuntó hacia Jungkook pero Max  se colocó frente al arma y sacó la suya colocándola justo en la frente del hombre. Al cuál no le dió tiempo de nada ya que los movimientos de Max fueron muy rápidos y precisos.

Con el joven aún en suelo, quejándose por el dolor causado por el impacto, Jungkook volvió a someterlo. Doblo el brazo del más joven en su espalda y ejerció mucha presión— Si vuelves a siquiera mirar en su dirección, me aseguraré de desaparecer toda tu ascendencia y descendencia. Y a tu perro.

— No... tengo perro.— Estaba tan alcoholizado que no se daba cuenta de la situación en la que estaba. Y quien era hombre con el que hablaba.

— Entonces te comprare uno, y luego lo mataré.— Lo estallo contra el suelo nueva vez.— Ahora largo de aquí. AHORA.

El hombre recogió lo que quedaba del joven y lo sacó de allí. El guardia estaba agradecido de haber salido vivo de allí, ya que él sí sabía que Jungkook era jefe de una mafia muy poderosa.

Taehyung estaba lavando sus manos desesperado, como si quisiera arrancarse la piel.

Jungkook lo había tocado muchas veces, pero el simple toque de alguien más, le removió los sentidos y trajo de vuelta recuerdos que quería olvidar.

Ahí se dió cuenta; Algo le estaba pasando con Jungkook... y no podía permitir tal cosa.

Taehyung no se dio cuenta que alguien había entrado en al baño. Ni tampoco que se estaba acercando a él. Tae volteó por inercia.

Una mujer estaba parada justo frente a él. Alta, tal vez de metro setenta. Con el pelo largo y negro como la noche.

— Kim Taehyung.— ¿Como carajos sabía su nombre?, La mujer lo barrio con la mirada.

— ¿Tú eres?— Taehyung preguntó dudoso.

— Es obvio que no sabes de mi. A él no le conviene que sepas.

— ¿Saber que?

— Mi nombre es Ava Carrol, soy la prometida legítima de Jungkook Di'varti.

Taehyung sudo frío y una sensación desagradable recorrió todo su cuerpo. — ¿Prometida?

— Quería conocerte. Conocer al nuevo juguete de Jungkook.— Lo volvió a barrer con la mirada.— La verdad no eres la gran cosa. He visto mejores. Sus estándares han bajado.— Su voz sonó burlona.

Taehyung amenazo con irse. Pero ella se colocó frente él.— Ey. quieto. ¿A donde crees que vas?

— ¿Si eres su prometida, entonces por qué yo...?

— ¿Te ilusionaste?, que patetico.

— Yo no me ilusione con nada. Yo ni siquiera quiero estar aquí.

— Pues vete. Lárgate por donde viniste.

Él no me deja.

Se sentía tan estupido, tan sólo horas antes Jungkook había hecho un trato con él. Un trato de fidelidad.

Y él... estaba comprometido. Cómo pudo confiar en él. Se sentía muy estupido.

Esquivando cualquier intento de la mujer de detenerlo, Taehyung salió del baño. Las lágrimas amenazaban con salir, pero no porqué Jungkook estuviera prometido, sino porqué volvió a confiar y le volvieron a ver la cara.

El "No somos nada" dicho por Jungkook horas atrás, ahora cobraba sentido.

Cómo podían ser "algo" si él ya era "todo" con alguien más.




• Preguntas que tienen hasta ahora>>

¿Cómo encontraron esta historia?

Nos vemos a la proxima.

¡No se olviden de respirar!

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