ANTES DE LEER
Han pasado exactamente 41 días desde el último OS que publiqué jajsjaja. Pido perdón, pero que sepan que no desaparecí por completo, ya que estuve actualizando el fanfic de Rivers, el cual va bastante bien ¿Lo están leyendo?🤔
Ahí actualizo una vez a la semana, así que si me extrañan pueden ir a leerlo jajsjaja.
Tengo varios OS escritos, pero no los puedo publicar aún, ya pronto sabrán por qué 👀
Pero se vienen cositas JAJAJAJAJAJA, de verdad 🤣. Tienen SAMP para rato, saben que en mis tiempos libres escribo bastante y agradezco que me esperen cuando me demoro, muchas gracias.
No prometo un OS semanal, pero intentaré que sean uno o dos al mes, ya que hay que sumarle los capítulos del fic y otras cosas que estoy escribiendo.
Muchas gracias por esperarme, disfruten la lectura♥️
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Narras tú
–Muchas gracias, doctora Bailey– dije sonriéndole luego de haber firmado mi contrato como neurocirujana en el Grey Sloan Memorial Hospital.
–Gracias a ti, la neurocirujana que tengo es excelente, pero hay demasiado trabajo y dice que los otros que hay son unos incompetentes, espero que tú no lo seas– reí.
–Seré de gran ayuda, no se preocupe– me levanté y le extendí mi mano –Un gusto hablar con usted, ¿Puedo ponerme al corriente con mis compañeros y los turnos u operaciones?– asintió –Qué tenga un buen día– me sonrió y salí de su oficina.
A lo lejos vi a tres mujeres hablando y me acerqué a ellas. Las dos que estaban de frente me miraron algo confundidas y me paré junto a la tercera.
–Un gusto, soy _____ _____, la nueva neurocirujana que contrató Bailey– me miraron algo incómodas y miré a la mujer a mi lado.
–¿Nueva neurocirujana? Le diré a Bailey que contrate a alguien más agradable– dijo mirándome de arriba a abajo.
–Soy bastante agradable, te lo puedo demostrar si aceptas ir conmigo a por unas copas– asintió.
–Cuando termine mi turno podemos ir, aquí cerca hay un...– la interrumpieron.
–Amelia tiene un compromiso con nosotras, no puede ir– miré a Amelia y reímos.
–Ay, qué lindo que la cuiden– me sonrió.
–Conozco a esta irritable mujer– giré los ojos.
–La irritable eres tú– negó mientras sonreía.
–Nos conocimos en Harvard...fue la segunda mejor de la clase– dijo apuntándome.
–Qué gracioso, hubiera sido la primera si no me hubieras distraído con tus pechos cada vez que iba a estudiar– nos miraron sorprendidas.
–Claro que no– dijo algo sonrojada –Ah, y también fuimos a las reuniones de rehabilitación juntas...es que _____ no puede separarse de mí y hasta en eso me copió– asentí.
–Es un gusto volver a verte, a pesar de que me recordarás cada día que fuiste la primera– asintió.
–Todos los días sin falta– ambas miramos nuestros labios de reojo –Te presento a Meredith y Maggie, mis hermanas– les sonreí.
–Meredith Grey, es un honor conocerte– le di la mano –Y Maggie...– cerré mis ojos para pensar –Maggie Pierce, también es un gusto– también tomé su mano.
–Igualmente– dijeron –Las dejamos solas, para que hablen de...cirugías– se fueron y miré a Amelia.
–Primero que todo...debo saber una cosa– asintió –¿Estás casada?– negó –¿Y en una relación?– suspiró negando.
–No...no queríamos lo mismo y se acabó– suspiré.
–¿Quería una gran boda y muchos niños?– asintió riendo levemente.
–Me conoces bastante– asentí –Oh, hablando de muchos niños...tengo un hijo con él– la miré un momento.
–¿Y no me llamaste para contarme? Me ofende muchísimo, aunque no nos hayamos hablado como en cuatro años– reímos –Pero...¿El embarazo estuvo bien?– asintió –Me alegro– dije recordando lo que había ocurrido en su primer embarazo, lo cual fue bastante trágico.
–Se llama Scout, si quieres puedes conocerlo luego del trabajo– asentí.
–¿Y tendré que conocer al padre?– rió asintiendo.
–Sí, trabaja aquí– suspiró acomodando su bata –Vamos a conocer el hospital, sígueme– caminé tras ella y fue mostrándome todos los lugares.
Finalmente me llevó a los quirófanos y al final nos detuvimos frente a una sala de descanso, la cual miró de reojo para luego mirar mis labios.
–¿Es acaso esto una propuesta indecente de tu parte, querida Amelia, primera de la clase de Harvard?– sonrió mirando nuevamente el cartel que indicaba que era una sala de descanso.
–Lo es si quieres aceptarla, querida _____, segunda en la clase de Harvard– sonreí y abrí lentamente la puerta para asegurarme de que no había nadie dentro.
Como estaba vacío, encendí la luz y Amelia cerró la puerta tras de mí. Comenzó a besarme de inmediato y reí levemente.
–Sí que me extrañaste– asintió y metió sus manos a mi camiseta, así que la quité y ella bajó sus besos a mi cuello.
Cuando volvió a mi boca llevé mis manos a su trasero y mordí su labio con cuidado. Subí mis manos hasta meterlas dentro de su camiseta y acaricié su espalda.
Me empujó levemente para quitarme el pantalón y después se lo saqué también a ella. La miré relamiendo mis labios y acomodé mi pantalón en el piso para luego apoyar mis rodillas sobre este.
–Abre las piernas– le susurré y lo hizo –¿Puedo besar aquí?– asintió y puse mis labios sobre sus pliegues, por sobre la ropa interior.
Esta se afirmó de la pared y sonreí repitiendo aquella acción hasta que estuvo bastante mojada.
Ella misma se quitó las bragas y abrió sus piernas para mí. Relamí mis labios y los puse sobre sus muy húmedos pliegues.
–Te...extrañé tanto– reí siguiendo con el movimiento de mi boca y como apoyé mis manos en el piso al agacharme, solo ocupé mis labios y lengua para hacerla llegar al orgasmo.
Tuvo que cubrir su boca para no gemir y reímos cuando me levanté.
–Extrañé bastante esto...pero me encanta hacerlo sobria, porque lo voy a recordar– se rió y su aparato comenzó a sonar.
–Estuvo delicioso, pero hay una urgencia– le di su braga y le ayudé a acomodar su ropa –¿Nos vemos al final del turno?– negué y tomé mi ropa para vestirme.
–Te acompaño, quiero ver cómo trabajan aquí– ambas ya estábamos vestidas –¿Podemos pasar por un baño? Quiero lavarme la boca, sabe rico, pero si le hablo a alguien...– reímos y asintió.
Cuando abrió la puerta chocó con un hombre y se miraron sin decir nada, así que salí y puse mis manos en la cintura de Amelia para empujarla y que me dejara salir.
Este nos miró algo molesto y supuse que era el ex de Amelia por la forma en la que me miró y luego a ella, como pidiéndole explicaciones, pero Amelia lo ignoró y caminó, así que fui caminando bastante cerca de ella.
Luego de pasar al baño corrimos a la urgencia y había un hombre con algo incrustado en la cabeza.
–Wow...¿Puedo ayudar?– asintió y Amelia me presentó con los demás, mencionando que ella fue la primera y yo la segunda de nuestra clase en la universidad de Harvard.
Al salir del quirófano ambas estábamos bastante cansadas, pero la invité a mi departamento y aceptó de inmediato.
Mientras ella se daba una ducha preparé una comida que antes le hacía siempre, y esta sonrió ampliamente al verla.
–Es muy pronto para que me enamores, _____– levanté mis cejas.
–Si hiciera un esfuerzo para enamorarte, ya estarías pidiéndome matrimonio– rió –Solo estoy siendo yo– asintió y le di un vaso con jugo natural –Ahora...si yo te enamoro por ser yo, entonces mejor no te acerques a mí– susurré.
–Cocinas y haces el amor delicioso, veo bastante difícil el no acercarme a ti ahora que te tengo en el mismo lugar– sonreí.
–Hey...¿Tú no tenías un hijo?– me miró unos instantes.
–Está con Link...Creo, _____, no me distraigas de mis responsabilidades– reí y su celular comenzó a sonar –Hola...sí, me atrasé, acabo de salir del turno...voy a buscarlo enseguida– le cortó –Tengo que ir a buscar a mi hijo– reí.
–¿Te hice olvidar que tienes un hijo? Vaya, sí que te gusto– sonrió algo sonrojada –¿Vamos en mi auto?– apagué la cocina y asintió.
Cuando llegamos ella se bajó y entró a la casa. Esperé cerca de diez minutos y salió con su hijo entre los brazos.
Me lo presentó y se fue atrás con él mientras me iba mostrando lugares de Seattle que debíamos visitar, lo cual me alegró bastante, ya que en el pasado tuvimos una relación muy cercana.
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-Un mes después-
–¿Qué buscas con Amelia?– terminé de secar mis manos y miré al hombre.
–Te llamas Atticus Lincoln ¿Verdad?– este asintió –Atticus, lo que yo busque con Amelia no es de tu incumbencia– dije mirándolo a los ojos.
–Link– corrigió –Y lo es, porque llegaste a romper y arruinar todo por completo– sonreí.
–Lo único que he roto es a Amelia y porque ella me lo pide...supongo que sabes a qué me refiero– frunció su ceño.
–Yo iba a arreglar las cosas con Amelia y tú te interpusiste– negué.
–¿Cómo ibas a arreglar las cosas con Amelia? Estando con ella hasta volver a tenerla perdida por ti y nuevamente pedirle matrimonio una y otra vez, hasta que aceptara por la presión que la harías sentir?– negó.
–Encontraríamos la forma si tú no estuvieras en medio– suspiré.
–Atticus...Amelia es difícil de entender porque ni ella misma se entiende a veces...y lamentablemente tú no lograste hacerlo cuando ella te dio la oportunidad, no sigas insistiendo en algo que ya no existe– dije intentando hacer que entrara en razón.
–Primero que todo, llámame Link– dijo molesto –Y segundo, no eres nadie para venir a decirme qué debo hacer– lo miré durante algunos segundos.
–Amelia necesita a alguien que la ame de una forma que la haga sentir ella misma...y no puedes exigirle a ella que te ame de la forma que tú quieres...A mí me encantaría que Amelia tenga un compromiso formal conmigo en algún punto, pero sé que ella lo demuestra de otras formas– levantó sus cejas.
–¿Llevas un mes aquí y vas a hablarme de amor y consejos sobre cómo tratar aAmelia?– preguntó ofendido.
–Me parece que no sabes que fui a clases con Amelia y que trabajamos juntas...que superamos nuestra adicción juntas y nos separamos por temas de trabajo, pero las cosas del destino volvieron a juntarnos ahora...¿Puede que lleve enamorada de Amelia desde la universidad? Veo una gran posibilidad, pero nunca le he exigido más de lo que sé que puede entregar– me miró sin decir nada –No le hagas las cosas más difíciles, ya ha sufrido demasiado, se merece algo de felicidad– pasé por su lado y Amelia nos estaba mirando.
Se acercó a mí y miró a Link, así que este se fue y Amelia suspiró.
–¿Qué te dijo?– sonreí.
–Que si te doy más orgasmos que él, le dije que fue un rival bastante más efectivo que anteriores, pero que nadie conoce tu cuerpo mejor que yo– rió levemente.
–¿Qué fue lo que te dijo?– repitió y miré sus labios.
–Que me entrometí en una posible reconciliación entre ustedes...pero le dije que no es así y que acepte que te gustan más mis dedos que su pene– de rió de nuevo.
–Eres tan inmadura– asentí.
–Así me amas...quieres– corregí de inmediato –Le doy alegría a tu vida– asintió –Soy como una droga, solo que por mí no deberás ir a rehabilitación...tal vez solo a una física de tan duro que te voy a...– me dio un pequeño golpe.
–Cállate, estamos en nuestro lugar de trabajo– reí.
–Oh, cierto...entonces deberíamos dejar de tener sexo cada vez que tenemos un descanso, es un lugar de trabajo y no podemos hacer esas cosas– nos miramos durante unos segundos.
–Tengo diez minutos– susurró y tomó mi mano para guiarme a la sala de descanso que estaba a unos metros.
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–Wow...– dije viendo la tomografía.
–Está...enorme– sonreí.
–¿Cinco centímetros te parece enorme?– me miró de reojo y sonrió.
–Depende, ¿Cuánto te mide? No quiero hacerte sentir mal– reí.
–Por suerte los míos los escoges en una tienda– relamió sus labios y escuchamos a alguien tosiendo.
–¿Está lista la revisión? Quiero saber si puedo operar primero– asentimos.
–No hay daños por el accidente, pero sí un tumor anterior a este...no tiene otros daños, así que opera su pierna y cuando esté estable y consciente se lo comunicamos para proceder con el tumor– Link asintió.
–Suerte en la cirugía, Atticus– rodó los ojos para luego irse y Amelia rió dándome un pequeño golpe.
–No le digas así– me regañó y Meredith justo entró.
–Se ve de malhumor– asentí.
–Nos escuchó hablando de dildos y lo llamé Atticus– se rió.
–Deberían ser más precavidas con lo que dicen, he tenido una vida sexual muy buena y aún así logran sorprenderme cada vez que interrumpo sus conversaciones– sonreí.
–Te haría una propuesta indecente, pero si le hablo a otra mujer Amelia se pone celosa, aunque diga que no y que puedo estar con otras personas, porque es solo sexo– se rieron y Amelia me miró a los ojos.
–Desearías aquello, querida segunda en la clase de Harvard– reí y la miré de vuelta.
–¿Entonces puedo proponerle a otras mujeres ir a mi casa a tener sexo?– no dijo nada y miró la pantalla.
–Hay un paciente que necesita revisión– volvió a mirarme –y como soy tu jefa, ahora es tu trabajo ir a ver que todo esté bien– sonreí y me levanté.
–Enseguida, jefa– Meredith se rió –¿Las enfermeras saben quién es?– asintió –Entonces le preguntaré a ellas, así aprovecho de invitar a alguna a que vayamos a comer algo para después comérmela a ella– frunció su ceño.
–Tú te atreves a acercarte a una de ellas y despídete de tu trabajo– sonreí.
–Me quieres solo para ti– golpeó mi trasero con su puño, pero no muy fuerte.
–El paciente– miré a Meredith.
–Me quiere solo para ella– asintió y me fui rápidamente.
Luego de revisar al paciente llegó una urgencia y tuve que operar por varias horas, así que no volví a hablar con Amelia por el resto del día.
Al día siguiente a penas llegué al hospital la vi en la sala donde descansábamos todos juntos y se comió rápidamente su sandwich.
–Buenos días– me miró de reojo.
–Buenos días– salió casi corriendo y miré a Maggie.
–Tienes que hablar con ella...ahora me iré para no decir más cosas de las que debo, esa es una charla que deben tener ustedes y no quiero interferir– tomé su brazo cuando se iba.
–¿La embaracé?– se rió y sonreí –Hablaré con ella, gracias– guardé mis cosas y le mandé un mensaje pidiéndole una cita en la noche.
Me aseguré de adelantar sus pendientes para que no tuviera más trabajo y pudiera salir temprano.
Cuando iba a mi auto me crucé con Meredith, la cual me detuvo y me apuntó algo amenazante.
–Le haces daño a mi hermana y te voy a matar– levanté mis cejas y se fue. Rasqué mi nuca algo confundida y suspiré yendo a mi auto.
Pasaron cerca de diez minutos y ya venía cinco minutos tarde, pero finalmente llegó.
–Perdón por la demora...no quería venir– dijo riendo levemente.
–¿Ocurre algo? ¿Hice algo que te molestó?– suspiró.
–Vayamos a comer– se subió y conduje en silencio.
Al llegar pedimos la comida y estuvimos calladas hasta un poco después de que empezamos a comer.
–No acostumbras a estar tan callada...– dije tomando un poco de mi soda.
–Tú tampoco, siempre hablas y hablas– sonreí.
–Dime qué ocurre...Estás rara– suspiró y dejó su vaso en la mesa.
–Me conoces desde hace mucho...me viste en mis peores momentos y estuviste allí para mí...– asentí –Y ahora mírate, eres una cirujana excelente, llevas una vida tranquila y tus únicos problemas son relacionados a los asombrosos estudios que estás haciendo, lo cual sigue siendo maravilloso, porque tienes tu vida resuelta– miré mi comida y luego a ella.
–Sí...en parte sí, mi vida ha sido bastante buena y tranquila estos últimos años– asintió.
–¿Eras feliz antes de venir a Seattle?– pensé un momento y asentí –_____...mi vida ha sido y sigue siendo un completo desastre...Probablemente te has dado cuenta de que cuando estoy contigo estoy bien, pero tengo otros problemas tanto externos como interno que a veces me consumen...así que te presento esta oportunidad, por mucho que me duela...– fruncí mi ceño.
–¿Qué oportunidad?– dije confundida.
–Yo...te voy a entender completamente si decides no tener nada que ver con este desastre soy y el que me rodea– su voz se quebró un poco y sus ojos se cristalizaron – No quiero hacerte caer conmigo– moví mi silla para sentarme a su lado y la abracé.
–No eres un desastre, Amelia– limpié sus lágrimas cuando se separó –Eres una de las mejores neurocirujanas del mundo y indudablemente la mejor de esta ciudad– rió levemente –Llevas mucho tiempo sobria, lo cual es horriblemente difícil...no te alejaste de tus ideales y decidiste terminar una relación, ya que sabías que no te haría feliz...tienes un hermoso hijo que te ama y eres una madre asombrosa...además me haces muy feliz– la besé.
–Pero...– la interrumpí.
–Olvida esos pesos del pasado que no te permiten mantenerte de pie...solo tú te juzgas por tu pasado, la Amelia de hace diez años no existe, eres una mujer responsable y exitosa, no le debes nada a nadie– limpié nuevamente su mejilla.
–Sí te quiero solo para mí– sonreí.
–Entonces soy toda tuya– me besó y sonó su celular.
–Es...es una foto de Scout– me la mostró y sonreí.
–Es un niño hermoso– asintió –Atticus es un buen padre...te manda fotos aunque la relación de ustedes no esté bien...tarde o temprano se dará cuenta de sus errores, es un buen hombre– asintió mientras reía levemente.
–Odia que le digas así– dijo mientras reaccionaba con un corazón a la foto, para luego guardar su celular –Mi hijo...lo amo y extraño siempre con cada célula de mi cuerpo...¿Aceptas eso como parte de mí? Porque Scout en este momento es parte de mi vida...pero si decides ser parte de la mía, entonces él viene incluido– asentí –No como hijo, el tiene a Link y a mí...pero sí como alguien que cuide de él y le haga sentir que su madre está feliz y que no es un impedimento– asentí nuevamente.
–Scout me agrada más que tú– rió –Será un honor formar parte de la vida de Scout, te aseguro que lo trataré como si fuera mi hijo, pero no pasaré a llevar la autoridad de Atticus ni la tuya– sonrió.
–¿Estás segura de que quieres ser parte de la vida de Amelia Shepherd? Quizás sea lo más difícil que hayas hecho en tu vida...de verdad soy un desastre, aunque no quieras admitirlo– dijo con los ojos llorosos nuevamente.
–No sé de qué Amelia me hablas...la que yo conozco es una extremadamente valiente neurocirujana, una mamá extraordinaria, alguien que se esfuerza como nadie para mantenerse sobria, es una hermana amorosa, una amiga entregada...la Amelia que yo conozco es inspiradora...¿Quieres que te cuente un secreto?– asintió y limpié sus lágrimas nuevamente.
–Antes de que la comida se enfríe– reí levemente y la besé.
–Tuve una recaída...cuando las dos logramos estar sobrias, en nuestro aniversario de seis meses...salí con una chica que me llevó a una fiesta y no pude controlarme– me miró a los ojos –Esto fue na semana antes de esos seis meses...y cuando nos juntamos a celebrarlo...tú estabas tan contenta y te veías tan animada con nuestro nuevo logro– mis ojos se cristalizaron.
–¿Por qué no me dijiste?– suspiré.
–Porque en ese momento supe que o salía de tu vida o mejoraba para ser digna de alguien tan fuerte como tú...desde ese momento no he vuelto a si quiera pensar en volver a consumir alguna droga...todo gracias a ti, así que no eres un desastre, Amelia– me sonrió –Eres mi salvadora, aunque te parezca algo imposible de creer– me besó.
–Te...te amo– susurró y sonreí.
–¿Te quieres casar conmigo?– se rió y la besé –Te amo– le ofrecí una papa –Prometo nunca pedirte matrimonio, si eso llega a pasar será porque tú me lo pidas– la comió.
–Muchas gracias– tomó una papa y la puso frente a mi boca –Yo prometo...que te daré tantos orgasmos como tú a mí– sonreí.
–Tenemos un trato...¿Comenzamos a igualar la cuenta luego de comer? Me debes unos cuantos– asintió y tomé mi plato para traerlo a su lado, para así comer junto a ella
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No he visto las últimas dos temporadas de Greys Anatomy, pido perdón si fallé en algún detalle de continuidad jasjajaja hice el intento, espero que les haya gustado ☺️
En cuanto a los próximos one shots...
•¡El siguiente OS es el de ARIGAMEPLAYS!
•¡Luego sigue el de HAILEE STEINFELD, el cual ganó con 121.275 votos!
Después...¿Cuál OS seguirá?🤔 Ustedes lo deciden
-Hermione Granger (__G!p) [sin smut] (Al usar amortentia Rayis sintió el olor de Hermione y viceversa)
-Cheryl Blossom (__G!p) (Celos, Rayis muy pasiva y mucho smut)
-Chloe Decker (__G!p y smut) (Rayis es Lucifer, Chloe queda embarazada)
-Max Mayfield (__G!p y triste)
-Lady Dimitrescu (__G!p, BDSM) (Lady Dimitrescu pasiva)