Ya era de mañana, hoy era mi día libre, el que usaría para ir a mi casa y ver a mis hermanos. Pero antes necesitaba hablar con Amélia sobre lo ocurrido anoche.
Mientras desayunaba se hace presente la señora Ivanna y me llama en señal de que la siga. Me preguntaba si Pilar le habría dicho algo, por su reacción lo más probable era que si.
—Siéntese señor Leiva —menciona ella mientras cierra la puerta de su oficina, lo cual procedo a sentarme y esperar que hablará
—Le quería comentar que estoy informada sobre el incidente de anoche. La verdad me tiene muy preocupada mi hija, ella es adicta a las drogas
—Perdón, no sabía
—No, la idea es que esto no salga de acá, somos una familia de renombre y nadie se puede enterar del problema de Amélia, puedo confiar en usted, verdad?
—Si, por supuesto de mi boca no sale una palabra de esto
—Perfecto, porque te voy a pedir que controles a mi hija, por el momento esta castigada, aúnque no puedo tenerla así por mucho. Lo cual apenas levante su castigo quiero que veas a donde va, con quien sale, que junta tiene y me informes absolutamente todo
—La mande a Italia a un centro de rehabilitación, esa es la verdad. Allá parecía ir bien, hasta comenzó a hacer vida normal y ahora vuelve al país, no pasa una semana y cae de vuelta en lo mismo
—La entiendo, debe ser re duró como madre —le digo, al verla que su voz se quebraba al contarme la historia cierta sobre su hija
—Lo se, discúlpame usted no tendría que saber sobre esto, pero con lo que pasó anoche creí oportuno contarle. Y gracias por traer a mi hija sana y salva
—Por nada, confíe en mí que estoy para cuidar a su familia
—Muchas gracias, usted es una gran persona —agrega mientras se extiende a darme un leve abrazo
No podía creer que aquella adolescente que parecía tan perfecta, en realidad estaba pasando por una adicción y a lo peor de todo, las drogas. Ahora podía entender un poco más el dolor de su madre hacía ella, debe ser terrible saber que tu hija se droga y no saber como detener que se siga haciendo daño.
También creo que a partir de lo que sucedió, sacó su lado más humana. Jamás vi a mi jefa como el día de hoy, se la veía una mujer soberbia, imponente y pedante. Pero hoy era todo lo contrario, dejó notar su dolor y angustia por lo que estaba atravezando.
Aún así necesitaba hablar con Amélia, que me jurará que no lo iba a hacer más. Había algo en mí que quería ayudar a esa chica más que a nada en el mundo. No obstante hoy no iba a poder ser, ya me tenía que ir a casa con mi madre era mi día libre y no lo iba a pasar en la mansión y por supuesto que la peliroja aún dormía.
A eso del mediodía llegamos a casa con mi mamá y saludamos a mis hermanos, en medio del almuerzo Lucas (el que sigue después de mí) pregunta
—Tomi, anoche te bañaste en casa, fuiste vos no?
—Si, tenía que esperar a que las hijas de mi patrona me llamarán para buscarlas y decidí pasar a tomarme un baño
—Me parecía, yo llegué a las 6am y me di cuenta que usarón la bañera y Gabi (el menor) no fue porque estaba en la casa de la novia
—Les iba a avisar, pero no quería molestar supuse que se iban a dar cuenta
Disimule la situación lo más que pude y agradecía que no hayan estado en la casa, no quería que me vieran llegar con esa chica en ese estado. Además debía ser discreto ante la situación y era mejor que ni mi madre supiera lo que pasó realmente.
Entre una cosa y otra se hicieron las 16 pm, cuando escucho el sonido de llamada de mi celular y atiendó
—Tomi, perdón por lo de anoche, yo no se porque lo hice —pronuncia una voz resquebrajada con sonido de llanto
—Amélia?? Estas bien?
—No estoy bien, no se que me paso, pero te juro que yo no quería que pasará esto
—Ya pasó lo importante es que estas bien. Y que entiendas que la droga no es la solución ni el camino a nada
—Tomi, yo estoy enferma, y ya no tengo cura —dice rompiendo en llanto
—No digas eso, escúchame una cosa y escúchame bien...
—No te voy a dejar que vuelvas a caer en eso, yo tengo amigos que pasaron tu situación y hoy en día salieron adelante. Como ellos lo hicieron vos también lo podes hacer y en esto no te voy a soltar la mano, pero tenes que confiar en mí
—Gracias Tomi, y perdón yo no meresco tu ayuda ni nada de eso. Creí que le había ganado a la adicción, pero se ve que no
—Basta Amélia, sólo tenes que dejarte ayudar y tener voluntad. Podes empezar por tirar toda la mierda que tenes en tu habitación
—No tengo nada
—Amélia...
—Bueno, quizás una bolsita o dos
—Mañana me las das, no quiero escusa, y más te vale que no me estés mintiendo porque mira que confió en vos
-—Esta bien, de todos modos ya estoy castigada, no puedo ir a ningún lado que no sea la escuela por no se cuanto tiempo
—No te vas a escapar más supongo
—De que hablás?
—No me veas la cara de estúpido, el otro día Nora te vio salir sola a la calle, sabes que no tenes permitido eso
—Es que no lo entenderían. No me escape a buscar droga si es lo que pensas, estoy tocando en una banda y como a mi madre no le gusta eso tengo que salir a escondidas a ensayar
—Y porque no me lo dijiste? Sabes que te podía cubrir en eso
—Porque dude el día del supermercado me dijiste que era la única que vez que me cubrirías, así supuse que no lo harías con lo de la banda
—Y porque si confías en Juan? Crees que no puede decir nada?
—No puede, porque le pago para que cierre la boca —claro, con razón ahora todo encajaba el raro del portero, no es más que un vendido.
—Hagamos un trato, si vos me dejas que te ayude con tu adicción, te cubro con tus ensayos y gratis
—Enserio? Porq insistís en ayudarme?
—Lo hago por conosco en carne propia lo difícil que es por lo que estas atravezando, no era algo que quería hablar con vos aún, pero si yo estuve en tu lugar y por suerte mi Mamá se desvivió por sacarme de ahí y hoy a ella le debo la vida. Y yo quiero que vos también salgas de eso
—Gracias enserió Tomi, por todo, y por cierto acepto el trato —dice más relajada
—Ah y otra cosa... que pasó anoche? Porque tengo otro corpiño que no es mio?
—Es de mi Mamá, te tuve que llevar a mi casa y meterte en agua helada porque estabas incontrolable. Tranquila que te metí con tu ropa interior y luego te cambie el corpiño mojado con el mayor de los cuidados
—Enserió gracias, me podía haber pasado cualquier cosa sino fuera por vos
Luego nos despedimos y corté la llamada. Realmente quería con lo más profundo de mi corazón ayudar a esa chica, a través de ella revivía mi pasado y deseaba sacarla adelante cueste lo cueste.
Amélia
Me desperté con un dolor de cabeza inmenso sin entender que me pasaba, ni porque era tan tarde. Me levante de la cama y fuí al baño, me cepille los dientes y lave mi cara de demacrada.
Anoche había aspirado cocaína y eso era último que recordaba, me daba miedo salir de mi habitación y que mi madre se haya enterado.
Estuve un rato sentada en la cama pensativa, y allí empeze a recordar algunas cosas y si estaba con Tomás y el me había visto en ese estado que vergüenza. Luego me levante de cama y me cambié, ahí me di cuenta que el corpiño que tenía puesto no era mio, y el terror comenzó a recorrer mi cuerpo.
¿Porque tenía otro corpiño? Comenzé a llorar sin saber que me había pasado, mire mi ropa interior y tenía la misma con la que había salido, así que me calme un poco.
Al rato agarré mi celular y tenía varias llamadas perdidas de mi amigo Julián al que llamé para avisarle que estaba bien, él se había preocupado mucho por mí.
No quería salir de mi habitación, pero tenía hambre ya que recién me despertaba y así que baje cuidadosamente. Para mi mala suerte me cruce con mi Mamá quien me agarró del brazo para meterme a su oficina
—Ya no se que más hacer con vos Amélia, te mande a Italia, me comunicaron que ya estabas mejorando y que lo habías dejado y resulta que ahora te tuvó que llevar el chofer hasta tu habitación, ya que no podías moverte de lo drogada que estabas_ Tomi mi salvador, sabía que había sido él quien me dejó en mi cama
—Perdón, no volverá a pasar
—Claro que no, porque no vas a salir más y no pienses en escaparte porque vas a estar vigilada. De ahora en más de casa a la escuela y de la escuela a casa
—Date cuenta que estas arruinando está familia con toda tu mierda, si sabia te hubiera dejado en Italia —Las palabras de mi madre me herían y lo único que hice fue llorar
—Perdón, se que soy la peor de todas, siempre lo fuí
—Si siempre fuiste la peor, la que caga a la familia, la rebelde, la mal educada, y la drogadicta. Ahora, salí de mi vista que no te quiero ni ver
Salí corriendo de su oficina, salí destruida con la respiración a medias de tanto llorar. En ese momento sólo quería morir, me sentía la peor mierda que haya pisado el planeta. "Soy una maldita enferma" era lo único que podía repetirme a mi misma.
Me quedé encerrada en la habitación, cuando me tranquilice lo mínimo que pude llamé a Tomás necesitaba hablar con él y pedirle perdón por todo lo que cause.
Después de hablar con mi chofer estaba más tranquila, siempre me había sentido sola, incomprendida en una familia a la que me sentía ajena, pero luego de aquella charla sentí que al fin tenía a alguien que me comprendía y eso me aliviaba de alguna manera.
Seguí encerrada, me puse a hacer lo que mejor sabía hacer componer canciones con mi guitarra y cantarlas.
A partir de la música podía soltar el dolor y la angustia y transformalos en arte.
"Maldita, ella es una completa y maldita drogadicta.
Una incomprendida de la vida que busca la salida"
Esa era una estrofa de la canción que empezé a componer aquel día, no contaba más que parte de mi vida y lo que me estaba pasando. En ese momento cuando me encontraba enchufada con la canción, golpean la puerta varias veces
—Améliaaa, améliaaa —era Pilar pero no tenía ganas de hablar con ella
—Amélia por favor abrime, tenemos que hablar
—Amélia me vas abrir ahora o tumbo la puerta —ahí me levante y la abrí, no la iba a aguantar tanto gritando atrás de mi puerta
—Que te pasa? No tengo nada que hablar con vos
—Mira hermanita te voy a hablar con toda la tranquilidad posible. Lo que hiciste anoche, no lo podes volver a hacer
—Gracias, Mamá ya me castigo —digo con la menor de las simpatías
—Quiero una hermana sana, que al fin pueda decir que está curada, o ¿te pensas que me gustó ver como ese tipo te metía en tu cama? —de las pocas veces que Pilar era coherente con lo que decía, tenía razón y por mi culpa hice que Tomás me cargue hasta mi habitación, pero no iba a permitir que se refiera de esa forma a él
—Tenes razón, estoy enferma y eso es problema mío. Pero Tomi es una buena persona, no hay motivo para que hables así de él
—Si no te curas por vos, hacelo por mí, no quiero perder a ninguna de mis hermanas, y con respecto al chofer quizás no es un mal tipo, pero hace una semana que trabaja acá. No se puede confiar así como así
—Por qué me decís esto? O sea, nunca me prestaste atención, ni tenemos la mejor de las relaciones
—Te lo digo porqué quiero evitar que sea demasiado tarde, y los hermanos se ayudan entre sí... Y nunca te dije esto, pero para lo que necesites contá conmigo —dice mientras me abraza que creó que es la primera vez en su vida que lo hace
—Gracias supongo, pensé que era a la que más detestabas
—Lo seguis siendo —ríe
—Mentira entre nos, la que más detesto es Alfonsina ella tiene maldad, vos sólo estás enferma
—Pensé que ella era tu favorita
—No, jamás. Somos hermanas y que poco nos conocemos
—Sí creo que no nos conocemos para nada —digo pensando en que era así, ya que nunca nos habíamos llevado bien. Somos como polos opuestos podría decirse
—Bueno Sis, me tengo que ir. Te dejó con tu cosas. Bye
Ella era la típica chica adinerada medio tarada que dice ciertas palabras en inglés para ser "cool". Aún así me sorprendió definitivamente el gesto que tuvo recién, esperaba que lo haya hecho genuinamente, y no por otra cosa.