Nunca Jamás

By LucyCruz579

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"Los Cuatro Grandes" el futuro de la magia. Cuatro pequeños que están destinados a la grandeza, a ser los hér... More

Atención
Prólogo
Capitulo 1 | Divide y Vencerás
Capitulo 2 | 48 Hrs | Noticias
Capitulo 3 | El Rey de Nunca Jamás
Capítulo 4 | Solos
Capítulo 5 | La niña que no estaba perdida
Capítulo 6 | La profecía interrumpida.
Capítulo 7 | No subestimes a una Niña Perdida
Capítulo 8 | Jack Frost
Capítulo 9 | Sueño hecho realidad
Capítulo 10 | Los Guardianes
Capítulo 11 | Mery
Capitulo 12 | Mentiras e ilusiones
Capitulo 13 | Presente
Capítulo 14 | Oscuridad
Capítulo 15 | El pasado sobre la mesa
Capítulo 16 | Plan
Capítulo 17 | No sé que pasa
Capítulo 18 | Verdaderas caras
Capítulo 20 | ¿Merida?
Capítulo 21 Dolor
Capítulo 22 | Traición
Capítulo 23 | Nadie ve venir la oscuridad
Capítulo 24 | Búsqueda de libertad
Capítulo 25 | Palabras
Capítulo 26 | Planes y acciones
Capítulo 27 | Guerras
Capítulo 28 | Sacrificio de amor
Capítulo 29 | Pasado, presente y finales
Epilogo | Parte 1
Epilogo | Parte 2

Capítulo 19 | Problemas

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By LucyCruz579

Terminó de atar sus agujetas y colocarse su manga de arquera como pudo, ya que Chimuelo sí la había roto un poco. Mery aun no sabía cómo, pero debía escapar y para cualquier oportunidad debía estar lista. Volvió a tratar con la ventana, pero estaba sellada; era una ventana que estaba cerca del borde del agua por fuera, era lógico que debía estar bien sellada y protegida. Ninguna tabla estaba suelta o floja y no tenía herramientas que la pudieran ayudar.

Trataba de no caer en desesperación y enojo, eso no la ayudaría.

- ¿Qué debo hacer? Necesito salir. -

Tomó su cabello y lo amarró. Se recargó en la puerta para poder observar todo el cuarto y pensar, estaba frustrada. Al cruzar los brazos y recargarse casi cae porque esta se movió.

- ¿Pero qué...? -

Se levantó rápido y observó la puerta.

- No tiene seguro. -

Con cuidado y en silencio abrió la puerta, vio al pirata dormido en el suelo; no sabía que Jack lo había golpeado y que él había dejado la puerta abierta. La cuestión es ¿Fue a propósito?

Mery tomó la espada del pirata y empezó a moverse poco a poco por el barco, teniendo cuidado de no toparse con nadie de la tripulación.

- He estado en este barco antes... ¿Por qué no... por qué no recuerdo...? ¿Cómo escapé la última vez? -

A veces parecía que Mery se provocaba los dolores de cabeza ella misma.

- Smith nos movió para hacer rondas. Hay que estar atentos ya que regresará pronto y traerá prisioneros. -

- Diablos... -

Escuchó voces y se escondió en la primera habitación que encontró abierta. Entró y cerró sin hacer ningún ruido. Pegó su odio a la puerta y escuchó como se acercaban los pasos y las voces.

- ¿Cuándo volverá el Capitán? -

- Creo que Smith fue por él, con otros de la tripulación y los niños prodigio. -

- Niños de la profecía... -

- Lo que sea. Ya casi amanecía y Smith se los llevó. -

Los pasos se alejaron poco a poco y Mery se calmó. Al menos sabía que había menos tripulantes, Smith no estaba y tampoco el Capitán.

- Será más fácil salir de aquí. -

Se dijo.

- ¿Merida? -

Y se asustó de nuevo. No estaba sola. Dio vuelta y notó que estaba en un camarote y había una joven ahí; como de su edad, blanca de ojos verdes y, lo que más llamó su atención, fue su rubio cabello, muy largo, sujeto en una trenza que casi llegaba al suelo.

- ¿Eres tú... Merida? -

- Ay no... no otro más. -

Susurró e iba a abrir la puerta para salir.

- No. No te vayas... por favor. -

Mery la observó con una ceja levantada. No se veía peligrosa o mala persona, pero sabía quien era.

- Eres uno de ellos ¿No? -

- ¿Uno de ellos?

- Los otros chicos que también me llamaron así. Uno de ellos. -

- Por la Flor Dorada... ¡Si eres tú, Merida! -

- ¡No!... -

Gritaron bajo. Mery se desesperó, estaba cansada de esa situación.

- ... no sé de quien hablan... y mira... yo solo quiero salir de aquí. Perdón por gritarte, perdón si soy muy mala, pero tú... -

- Rapunzel. Soy Rapunzel. -

- Rapunzel... no me interesan ustedes o lo que crean. Solo... solo debo irme. -

La rubia se levantó de la cama y trató de acercarse poco a poco a Mery.

- ¿Hipo habló contigo? -

Mery no desconfiaba de ella. Igual que antes, le parecía que la había visto y sentía que no debía alejarse de ella; aun que eso significara escuchar, otra vez, las palabras de los jóvenes que la vieron antes. Al menos eso creyó.

- Estás escapando ¿Cierto? -

Aunque fue discreta, Rapunzel notó como la pelirroja colocó su mano en el mango de la espada.

- ¿Vas a delatarme? -

- No... no, no. Claro que no. No tendría porque... técnicamente, también soy una prisionera. -

Mery alzó una ceja, curiosa.

- ¿Y tú por qué? -

- Bueno... al parecer mis amigos y yo encajamos en un plan de Garfio, pero no sabemos cómo. -

La niña perdida se relajó. Cruzó los brazos y tenía una postura más relajada.

- Entonces... ¿No están... trabajando con él? ¿Con Garfio? -

- ¡No! Cielos no. Creo... creo que solo confiamos en el hombre equivocado. -

Mery asintió, ella lo entendía perfectamente. Garfio siempre ve por su propio beneficio y el de su tripulación, no le importaba lo que le pasara a los demás.

- Bueno... y... -

Volvió su atención a Rapunzel.

- ¿Cómo... cómo te llamas? -

Le sonrió. Era la primera vez que le preguntaban eso. Se acercó y extendió su mano.

- Mery. Mi nombre esMery. -

Estrecharon las manos y Mery sintió una paz en su pecho; una sensación conocida, pero nueva. "Que raro"

- ¿Sabes como salir de aquí, Rapunzel? -

- No, pero podemos improvisar con la marcha. -

- Necesito llevarme a Mofeta. -

- Sé dónde está y también vendría con nosotros un amigo. Se llama Varian. -

Mery asintió.

-----

Smith y los chicos habían caminado un largo recorrido de la isla. Jack e Hipo solo habían seguido ordenes de Smith de salir a la isla y encontrase con el Capitán.

- ¿Falta mucho? -

- No demasiado, joven Frost. Estamos cerca. -

Caminaron otro poco e Hipo observó con mas detalle su alrededor.

- Vamos hacia... ¿Estamos cerca de la laguna de las sirenas? -

Dieron la vuelta a unas rocas y escucharon la voz del Capitán.

- Si, muchacho. Es la laguna. -

Vieron la hermosa agua brillante y al Capitán observándola con una mirada llena de conocimiento. Tenía un plan.

- Gracias por venir, jóvenes. -

- ¿Qué hacemos aquí, Garfio? -

Bajó de la roca donde estaba y se acercó a todos.

- Tengo información nueva en realidad... tenemos información nueva ¿Cierto, Hipo? -

Jack miró extrañado a su amigo. Hipo solo desvió la mirada y llevó sus manos debajo de sus brazos, cruzándolos.

- Ya dinos que quieres, Garfio. -

- Una trampa. -

- ¿Trampa? -

Preguntó Jack.

- Las sirenas son las que tienen una información más completa de lo que pasó con su amiga Merida. Así que... debemos atrapar una. -

Todos observaron la laguna. Siendo honestos, todos tenían algo de miedo y se veían preocupados.

- Vamos, muchachos. Ambos ya se enfrentaron a una. -

Jack e Hipo se vieron entre ellos. El haber enfrentado a Adara no significaba que quisieran hacerlo de nuevo. Y nadie de la tripulación pirata quería enfrentar a una sirena tampoco, ni siquiera el Sr. Smith. Pero ninguno lo cuestionó.

Pusieron una red cerca de la orilla y varios piratas se escondieron detrás de unas rocas. El plan era sencillo; Jack atraería a la sirena enfriando el agua, como la ultima vez y cuando se presentara, los jóvenes de a profecía la distraerían para que los piratas pudieran actuar y atraparla.

Todos en posición.

- Adelante, Jack. -

El peliblanco suspiró hondo. Sumergió la punta de su cayado al lago y comenzó a enfriar el agua sin congelarla. Fue cuestión de un minuto para que unas manos tomaran el cayado de Jack y lo jalara al lago. El joven no tuvo oportunidad de reaccionar, ya estaba dentro del agua sin siquiera pestañear.

- ¡Jack!... ¡Jack! -

Gritó Hipo. Iba a saltar al agua, pero Garfio lo detuvo.

- No seas tonto. Desde está perspectiva... Jack tiene más oportunidad que nosotros. -

- Yo no apostaría lo mismo. -

La cabeza de Adara surgió del agua y Garfio tuvo que sostener más fuerte a Hipo, ya que se iba a abalanzar sobre ella.

- De nuevo ustedes, mocosos. Y tú... Garfio ¿Por qué vienen a molestarme en mi hogar? Podrían a arrepentirse. -

El Capitán hizo a un lado a Hipo y recuperó la compostura para hablar con la sirena.

- Adara querida... solo queremos intercambiar algunas palabras. -

- ¿Por qué no vas con tu sonrisa encantadora a otra parte, Jones? No caeré en tus juegos. -

- ¿Cuáles juegos? Me encanta pasar tiempo con las sirenas. -

Se acercó a la orilla y se hincó cerca del agua.

- ¿Ah si...? ¿Ahora quieres aventurarte en aguas de sirenas? -

De pronto el agua comenzó a brillar más. Hipo retrocedió, pues creyó que era obra de las mismas sirenas y que atacarían. Pero la sonrisa de Adara se borró y la sonrisa de Garfio se volvió mas grande.

- No... en realidad no quiero estar donde estás. -

Adara comenzó a sentir el agua cada vez más fría y todos observaron cómo, poco a poco, el agua se escarchaba y se volvía hielo, atrapando a la sirena de gran corona.

- ¡No!... ¡Killian! ¡Killian, ayúdame! -

Pero el capitán no se movió. Todos dieron unos pasos atrás. El brillo aumentaba y aumentaba hasta que paso a ser un brillo de color azul intenso, de pronto el lago congelado se rompió y terminó en una explosión de agua y hielo. Adara salió disparada del lago y a penas su cuerpo tocó tierra, Garfio gritó la orden de capturarla; todos se movieron rápido, tomaron la red y la envolvieron en ella.

Hipo no dejaba de ver asombrado el lago "¿Qué demonios pasó?"

Jack salió del agua, tomó una enorme bocanada de agua y se aferró a la orilla con su cayado en la mano.

- ¡Jack! -

Hipo corrió a ayudarlo. Lo tomó fuerte de los brazos y lo ayudó a salir del agua para sentarse en la orilla.

- Jack ¿Estás bien? -

- Si... sí, estoy... -

Vio como ya habían capturado a la sirena. Agitó la cabeza y trató de sacarse las imágenes de la cabeza de lo que vio allá abajo.

- Jack... ¿Co... cómo hiciste eso? -

- Yo... yo, yo no tengo idea. -

- ¡Suéltenme! -

Ambos jóvenes voltearon y vieron como la sirena trataba de pelear, pero fue inútil. Estaba fuera del agua, le quitaron su corona y habían sujetado sus manos. No haría magia, no estaba en su elemento y su único objeto mágico había sido arrebatado.

- Juro que te vas a arrepentir, Jones. -

Garfio se acercó y se hincó frente a ella para poder hablarle bajo y que nadie los escuchara.

- Lo que hago es por el bien de todos, lo creas o no. Tú deberías arrepentirte de haber ayudado a Peter Pan. -

Se levantó y los piratas, poco a poco, la arrastraron al bosque. Garfio se acercó a los jóvenes; sacó su pipa y la encendió para poder fumar.

- Me alegra que estés bien, muchacho. -

- ¿A dónde la llevan? -

- A un lugar cercano al barco, donde estará encerrada. -

Hipo y Jack intercambiaron miradas.

- No me digan que se preocupan por ella. -

- No confiamos en ti. -

Contestó Hipo. Garfio escupió una nube de humo.

- Y hacen bien. -

Contestó.

- Ahora... vámonos. Aun falta una pequeña hadita traidora que capturar. -

Los chicos no sabían a que se refería, pero lo siguieron. Hipo ayudó a Jack a caminar por un rato; esperaba que se sintiera mejor pronto.

-----

- Estás ahorcándome, Mofeta. Baja mas los brazos. -

- Lo siento, Mer. -

Las chicas habían logrado llegar a la cubierta del barco burlando a los pocos piratas que hubo. Amarraron unas cuerdas y bajaron por ahí con cuidado; claro que Varian, Rapunzel y Mery podían bajar, pero Matt se asustó, así que subió a la espalda de la pelirroja y con cuidado lo bajó.

- Ya casi llegamos, tranquilo. -

- Si, Merida. -

Mofeta la había llamado así varias veces y no le gustaba, pero lo que más le incomodaba era que se sentía familiar.

Tocaron tierra y de inmediato corrieron dentro del bosque.

- ¡¿A dónde vamos?! -

Preguntó Rapunzel.

- ¡A la guarida! ¡Estaremos a salvo ahí! ¡Y necesito ver que todos lo niños perdidos estén bien! -

Varian y Rapunzel voltearon a verse. La verdad, no querían ir al territorio de Peter Pan, pero Rapunzel quería confiar en Merida; además que, con algo de suerte podrían averiguar todo lo que le hicieron y al fin Varian podría ayudarla.

Después de unos minutos se detuvieron y Mery bajó a Mofeta, se aseguró de que estuviera bien. Varian y Rapunzel también descansaron.

- La guarida no está lejos. Y hay un pequeño rio adelante, podemos tomar agua y seguir. -

Varian acomodó sus cosas, Matt se acercó a ayudarlo y Rapunzel se acercó a la niña perdida.

- Mer... Mery ¿Puedo decirte algo? -

- ¿Qué pasa? -

- Escucha... no quiero poner en peligro a nadie. Confío en ti, en serio, pero quiero ser clara. -

Mery se paró erguida frente a la rubia.

- No llevaré a Varian y a Matt con Peter Pan. -

- Sé que ustedes no confían en él... -

- Me sorprende que tú sigas confiando en él. -

- Se que hay demasiadas cosas que me ocultó, pero una parte de mi quiere... creer en él. -

No sabía como sentirse. Rapunzel en serio se sentía enojada por lo que Peter Pan le había hecho a su amiga, pero sabía que esa compasión era parte de Merida, del gran corazón que tiene su mejor amiga.

- Lo entiendo, pero por favor entiéndeme a mí. -

Mery estaba pensando. Al final, ella estaba poniendo su confianza en desconocidos, en Rapunzel, en Varian, incluso al escuchar a Jack e Hipo cuestionó todo lo que le dijeron. Conocía a Peter desde hace mucho, era justo que él también tuviera el beneficio de la duda por parte de ella; debía darle una oportunidad.

Antes de poder responder a Rapunzel, se escucharon unos gritos y aullidos salvajes. Varian tomó la mochila con fuerza y Rapunzel lo colocó detrás de ella, también a Matt.

- ¿Qué es eso? -

- Viene de todos lados. -

Varian y Rapunzel eran los más asustados.

- Mer... ¿Eso es...? -

- Esperen un momento... -

Se acercaron los pasos. Mery llevó su mano a la espada, pero no la desenfundó.

- ¡Mery! -

- ¡Mery! -

Dos pequeños niños cayeron encima de la pelirroja, la aplastaron, pero la llenaron de abrazos y cariño.

- ¡Hey! ¡Mapaches traviesos! -

Les regresó el abrazo. Y luego mas niños llegaron a su alrededor.

- ¡Mery! ¡Volviste! -

- ¡Estás aquí! -

- ¡Mery! -

Se levantó y empezó a abrazar a todos.

- ¡Hola! Hola... ay como los extrañé. -

- ¿Mucho? -

- Demasiado. Estaba preocupada por ustedes. -

Varian y Rapunzel se calmaron. La rubia no pudo evitar sonreír; definitivamente su amiga seguía ahí.

- ¿Dónde habías estado? -

- ¿Y Félix? ¿No está contigo? -

- ¿Félix? -

- Los dos desaparecieron. Eso nos dijo Peter. -

Los piratas la habían dejado inconsciente primero y jamás creyó que se llevarían a Félix; habían dejado muy en claro que solo la querían a ella.

- Garfio, él... -

- ¡Mofeta! -

Los niños notaron la presencia del pequeño Mofeta y de inmediato todos fueron a abrazarlo igual que con Mery.

- ¿Dónde estabas? -

- Creímos que Peter te había castigado. -

- O algo peor. -

Mery se sacudió la tierra y se acercó a uno de los niños.

- Liebre ¿Y Peter? -

El pelirrojo la observó.

- Va y viene. En estos días estuve a cargo cuando él se iba. Solo nos traía la comida y algunos juegos. No quiere que dejemos el campamento. -

- Lo hiciste muy bien. Todos ustedes. Que bueno que siguieron órdenes. -

- Gracias, Mery. -

- Bueno... vamos al campamento. Les presentaré formalmente a mis nuevos compañeros y aremos una rica comida. -

Todos los niños perdidos, de inmediato, formaron una fila y caminaron detrás de la pelirroja. Definitivamente ella era la niña perdida líder. La hermana mayor de todos.

Llegaron al campamento sin problema y para tranquilidad de Rapunzel, Peter Pan no estaba. El lugar era lindo, se veía muy rustico y todo hecho por los mismos niños. El tiempo pasó más rápido de lo que uno pudiera sentir en la isla; además que últimamente siempre parecía estar oscura, siempre nublada y llena de oscuridad.

Con la niña perdida de vuelta, todos pudieron hacer sus actividades normales de nuevo. Claro, sin salir del campamento.

- ¿Hay comida para cenar? -

- Nadie ha ido a cazar. Peter, estos días, ha traído lo necesario para cocinar y comer. No debe tardar. -

Mery asintió. De inmediato vio a la rubia y notó su preocupación.

- Pueden bajar a la guarida del tronco, quedarse en mi habitación. Hablaré con Peter primero y le diré... -

Rapunzel levantó su palma, pidiendo que se detuviera.

- Preferiría si no le dijeras nada de nosotros. Ni de mí, ni de Varian. -

- Te pido que confíes en mí, él... -

- Confío en ti, Mer. No confío en Peter Pan. Lo siento. -

Iba a seguir hablando, pero los niños las interrumpieron. Le pidieron ayuda a Mery para algunas actividades, antes de que llegara Peter.

Varian y Rapunzel observaron como la pelirroja se alejaba feliz con los niños y ambos se quedaron a solas, apartados del campamento. La rubia sabía que tarde o temprano Jack e Hipo aparecerían para buscarlos y entonces podría empezar el caos.

- Varian. -

- ¿Sí? -

- ¿Trajiste tus cosas? -

- Sí, algunas ¿Por qué? -

- Todos los niños tienen ojos de colores bastante peculiares. Creo... que les hicieron lo mismo que a Mathew. Hay que ayudarlos. -

Varian vio hacia el campamento, observó a todos los niños. Ninguno llegaba a su edad y sintió tristeza de que les hicieran daño.

- Bien... veré que puedo hacer. -

- Hay que darnos prisa. No quiero toparme con Peter Pan. -

-----

Garfio se limpiaba un poco de sangre de su labio. Estaba exhausto.

- Todo listo, Capitán. -

- Bien, Smith. Vete con los muchachos. Ya sabes que hacer. -

- Si, señor. -

Hipo y Jack se acercaron.

- Bueno. Ya tienes a la otra secuas de Peter Pan. La hadita ¿Ahora qué? -

Garfio guardó su pañuelo y les sonrió a los jóvenes.

- Que buen entusiasmo, vikingo.

- ¿Para qué las quieres a ambas? -

Preguntó Jack.

- Es parte del plan. Tranquilos. -

- No sabemos nada de tu supuesto plan. Y la ultima vez que hiciste eso, todos terminamos peleando. -

Hipo se impuso al capitán.

- No quiero que vuelvas a dejarnos fuera de tus planes.

A lo contrario que creyeron, el Capitán no se enojó o les contestó mal; él sonrió y se veía tranquilo y cooperativo.

- Tranquilos, Hipo y Jack. Son parte del plan, se los aseguro. -

Con esas palabras se dio vuelta y empezó a caminar; los jóvenes se vieron entre ellos y decidieron seguirlo.

Caminaron un buen rato, el atardecer ya estaba cerca y todos se dirigían a la playa, más en especifico a la Isla Calavera. Los jóvenes se preocuparon un poco.

- Ahora hubiera deseado traer a Chimuelo. -

- ¿Hasta ahora? Yo no sé porque escuchaste a los piratas e hiciste que Chimuelo se quedara en el barco. -

Reclamó Jack. Empezaron a discutir en susurros, no se dieron cuenta que el Capitán se detuvo y chocaron con él.

- Perdón. -

Él torció los ojos.

- Muévanse. Hay que ir a la Isla Calavera; hay algo ahí que necesito. -

Jack siguió haciendo caras inconformes al vikingo, pero volvieron a seguir al Capitán. En realidad, ninguno de los jóvenes había estado en esa Isla, les dio escalofríos.

La Isla Calavera es de los lugares en Nunca Jamás donde debías estar alerta y era mejor si la conocías. No debías estar ahí si no estabas preparado, porque cualquier cosa podría pasarte.

De pronto sintieron arena en su rostro, al menos creyeron que era arena. Garfio les había arrojado un puño de tierra a sus caras. Hipo y Jack se tallaron los ojos, dieron unos pasos torpes para tratar de mantenerse de pie y Jack soltó su cayado.

- ¡Killian! ¡¿Qué demonios?! -

El Capitán guardó una pequeña bolsa y se dirigió a los jóvenes.

- Se los dije una vez... no es nada personal, muchachos. -

Los chicos fueron hincándose lentamente y lograron abrir los ojos, pero se sentían cansados, débiles, con algo de sueño.

- ¿Qué nos hiciste? -

- Nada grave. No se preocupen. -

Jack trató de tomar su cayado, pero alguien más lo tomó primero. Sujetó el cayado con curiosidad, sonrió y caminó a lado de los jóvenes, pasándolos de lado.

- Tardaste mucho. -

- Mi Isla, mis asuntos. -

Jack e Hipo lo observaron. El vikingo no pudo evitar apretar los puños.

- Peter Pan. -

- Hipo Haddock... al fin te conozco. -

Jack le gritó a Grafio.

- ¡¿Cómo pudiste?! ¡¿Por qué?! -

- Nada personal, Jack. Solo veo por mis intereses. -

Seguían con un poco de ardor en los ojos y batallaban mucho por tratar de ponerse de pie.

- Lo que les arrojé es polvo de hada. No podrán hacer nada. -

- ¿Qué sigue? -

Preguntó Pan al pirata. Seguían viendo como los jóvenes se frustraban más al no poder moverse. Al final cayeron por completo al suelo y solo pudieron escuchar lo que hablaban Peter y Kilian.

- Cuando la Princesa Rapunzel se enteré que están en problemas vendrá de inmediato. Tendrás a los tres y podrás hacer lo que quieras. -

- ¿El alquimista? -

- Se quedará en mi barco. No te preocupes, yo me ocuparé de él. -

En serio ya no podían moverse para nada. Hipo y Jack estaban indefensos.

-----

El barco comenzó a temblar. Los piratas no podían ni caminar sobre la cubierta. El rugido potente se escuchó bajo el barco y de un solo golpe el dragón negro, el gran Furia Nocturna, rompió las tablas del suelo.

Smith y los otros piratas, que estaban en la orilla con las prisioneras, lograron escuchar el gran estruendo. Dirigieron su vista a la nave y vieron al dragón irse volando.

- Oh no. Esto no le va a gustar al capitán. -

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