Casada con el CEO ©

By GabrielaGasvi

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Secretos, intriga, amor eso es lo que llena este mundo, su mundo, la pregunta es ¿hasta donde es capaz de lle... More

Bienvenida
1. La propuesta
2. La decisión
3. El contrato
4. Día de compras
5. La abuela
6. La familia Huberman
7. El anuncio
8. Feliz Cumpleaños
9. La subasta
10. Sr. Dulce Gesto
11. La ciudad del amor
12. ¿Ópera? No lo creo
13. El atentado Carrington
14. Día de Campo
15. El despertar
16. Los Carrington
17. Esto no es real I
18. Esto no es real II
19. Lágrimas, Helado y Canciones de Taylor Swift
20. Entre confesiones y secretos
21. Una Pequeña Gran Idea
22. Una esposa Trofeo
23. El Lago
24. ¿Suicidio u Homicidio?
25. El Accidente
26. Libertad
27. El origen de todo
28. La Confesión
29. Planes no tan Planeados
30. Alguien tiene que pagar
31. Como antes
32. Disculpas Mortales
33. La dulce venganza
34. Sin Nada
35. Un amor sin Límite
36. Esto no es un felices para siempre
¿Segundo libro?
Estreno de parte 2
1. El reencuentro
2. Otra vez tú
3. Historia antigua
4. Te quiero de vuelta
5. Nuevo vecino
7. Un nuevo trato
8. Comenzar de nuevo
9. Pareja imperfecta
10. Árboles de Olivo
11. Mi casa no es tu casa
12. Como solia amarte
13. Los juegos de Rachel
14. ¿Donde esta la niña?
15. Lo mejor para ti
16. Yo confieso
17. Llamalo como quieras
18. La verdad
19. ¿lazos de sangre?
20. Amor verdadero
Epilogo
Extra 1
Extra 2

6. Es por él

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By GabrielaGasvi

Gabriela

Hice una maleta pequeña con las cosas que necesitaría para arreglarme. Era obvio que no me quedaría en el apartamento con ese ruido horrible y mi ex a lado.

Hoy tenía que acompañar a Gregor a la cena con Vasseur, pero antes debía ir a recoger a Olive a su clase de ballet y llevarla a casa de su abuela a las afueras de Roma para que pasara la noche allí.

Llegue al apartamento de Gregor al mediodía. Todo estaba limpio e impecable como siempre, entre a mi habitación designada cuando me quedaba aquí y empecé a buscar en el armario algunos vestidos de gala que había dejado. Encontré uno negro con escote de corazón, uno rojo con encaje y uno blanco con un moño negro.

¿Cuál me pongo?

Entre en una crisis sin saber cuál debería usar, hasta que decidí que yo sola no me decidiría así que llame a Fred.

*Fred*

—Hola—contestó luego de tres tonos algo agitado.

—Necesito tu ayuda. — rogué.

—Espera— él salió a lo que parece su terraza.

"papá regresa" el grito de London no se hizo esperar.

—gracias por salvarme— susurró y yo reí— estaban a punto de cortarme de nuevo el cabello ¿sabes cuánto tiempo me tardo en crecer desde la última vez?

—Son solo niñas.

—Yo las llamaría demonios rencarnados, parece que nunca se les acaba la pila.

Eso solo hizo que riera más fuerte.

Pobre Fred siempre que le toca lidiar con esos pequeños tornados algo termina saliendo mal.

—¿Y tú como vas con Olive?

—Es un amor— él suelta un suspiro de cansancio.

—Salió a su padre.

Asentí con una sonrisa.

—Sí, lo hizo.

—Y dime ¿cómo vas con él innombrable?

—Se mudo al departamento de alado, ahora somos vecinos— solté con un tono lastimoso e irritado.

—bueno, siempre puedes quedarte con Gregor.

—Lo sé, es solo que me irrita verlo en todas partes, es como si ahora que estoy lista para cerrar ciclos el universo se negara a que lo haga.

—Nena, debes urgentemente buscarte a otro clavo.

—¿qué? — fruncí el ceño.

—Si, ya sabes un clavo saca a otro clavo.

—Eso no funcionó muy bien que digamos para ti.

—Son historias diferentes—me aclaro con una sonrisa. — además tienes a un hombre guapísimo con un trabajo de ensueño y la vida perfecta que esta más que dispuesto a formalizar las cosas contigo.

—Gregor y yo solo...

—No digas que solo son amigos— me corto— te recuerdo de esa vez hace años cuando...

—Basta— esta vez yo le corte— no significo nada para ambos.

—Si que lo hizo— me corrigió. — y estoy seguro de que muere por repetir y darle hermanos a Olive.

Enseguida me sonroje y mire a todos lados buscando que el equipo de limpieza de Gregor no este escuchando la conversación.

—Fred

—Solo digo la verdad— él levanto las manos en signo inocente con una sonrisa pícara.

—En fin ¿me vas a ayudar o llamo a Cass? — zanjó la conversación.

—Bien, enojona, ¿en qué te ayudo?

Volteo la cámara y le muestro los vestidos.

—Esta noche acompañare a Gregor a una cena con el director de Ferrari y no sé qué debería usar.

—pruébatelos y veremos— voy rápido al vestidor y me cambio tres veces para enseñarle los tres vestidos.

—El negro— sentenció— te ves como toda una mujer empoderada en ese vestido, además de que resalta mejor tu cuerpo.

Me miro al espejo con el último vestido que me puse y era verdad me quedaba muy bien y creo que es una de las razones por las que lo compre.

Me pongo unos tacones negros de punta con moños de tela adornándolos y debo decir que estoy muy contenta con el resultado.

—Te ves hermosa— sonrío a la cámara y le mando un beso a mi mejor amigo.

Seguimos hablando de cosas banales mientras yo me vuelvo a cambiar a mi ropa normal y guardo las cosas de Olive en su maletita rosada de unicornio.

—¡Papá, London le corto el cabello a mi Barbie! — el grito de una de las gemelas casi nos deja sordo a ambos

—Esa es mi señal para irme, te quiero nena, ten una hermosa noche y no olvides lo que te dije, Gregor es un partidazo y por mucho que aprecie a Chris debo decir que es un idiota— ruedo los ojos.

—Lo sé.

Nos despedimos y segundos después me cuelga para ir a resolver la pelea de sus hijas.

....

—¡mami! — envuelvo a mi hija en un fuerte abrazo de oso.

—¿quieres ir a comer al parque?

—Siii

Llevo a mi pequeña al parque y mientras la veo correr de un lado a otro jugando con nuevos amigos saco sus juguetes de su mochila de ballet y es entonces cuando veo un unicornio que nunca había visto antes.

Giro el muñeco y veo la etiqueta, era totalmente nuevo, pero yo no se lo compre y Gregor apenas llego ayer.

Tal vez estoy siendo paranoica, pero con la llegada de Chris cada vez estoy más presionada.

Respira, Gaby, lo más probable es que Gregor se lo haya regalado. — me repetí una y otra vez.

Olive se acercó a mi corriendo y empezó a buscar en su mochila de ballet sus juguetes, pero no saco nada así que se volteó para pedirme ayuda.

—Mami yo deje mi uni...es ese— señala el juguete en mis manos y lo toma.

Justo cuando estaba lista para irse con sus amiguitos la detuve.

—Cariño, ven— ella se acercó a mí con sus ojitos de cachorro— ¿quién te regalo eso? ¿fue tu papá? — ella niega con su cabeza. —dile a mami ¿quién fue?

No soy paranoica al final de todo.

—El amigo de mamá, Chistopher. — pronuncio mal y sentí como me congele.

—Olive, cariño, ¿cuándo te dio esto lo viste?

—Si, él me lo dio antes de llegar Marce. — se trabo entre palabras

—¿Fue ayer o cuándo cariño? — Olive se quejó de mi agarre en su brazo y entonces me di cuenta de que estaba siendo algo brusca.

—Me asustas mami, hice algo mal— sus ojos se pusieron llorosos.

—No, cariño claro que no— la abrace y bese su cabecita un millón de veces.

Ni siquiera sé cómo llegue a dejar a Olive con su abuela, estaba en modo automático, había un enojo en mí que ni siquiera sabía cómo explicarlo, era obvio que no podía decirle a Gregor que Chris le había comprado juguetes a Olive mientras él no estaba.

Miedo, ansiedad y estrés me llegaron todos al mismo tiempo, no estaba lista para enfrentar esa verdad y la vida lo único que hacía era empujarme a hacerlo.

Era una mierda

Cuando llegue al apartamento fui directo a arreglarme, faltaban tres horas para la cena, el tiempo necesario para hacer que mi rostro demacrado por la preocupación no se note.

Volví a ponerme el vestido y los tacones y arregle mi cabello en ondas de sirena.

Un toque en mi puerta me distrajo de los pensamientos del acercamiento de Chris a mi hija.

—Adelante.

Gregor entro a la habitación ya todo arreglado y elegante.

Fred tenía razón, Gregor no tenía nada que pedirle a Chris, así era perfecto.

—Wow— se detuvo a medio camino y se puso sus manos en la boca para tapar su sorpresa—Soy él más afortunado hombre del mundo para poder decir que mi hija tiene a la madre más hermosa del universo— por fin se acercó y me admiro con sus ojos brillosos.

Eso me encantaba de él, todo era tan natural, después de lo de Chris temía que todo hombre me mintiera, pero con Gregor era diferente, con él siempre sentía que todo era verdad.

—Es un cumplido bastante exagerado.

Ay a quien engaño, claro que no exagera, me veo espectacular.

—Sabes que no lo es, pero aun que te ves radiante le falta un toque— saca una cajita de porcelana roja de su saco.

—Gregor no tenías por qué hacerlo...— me niego a aceptar uno de esos regalos costosos que suele darme sin razón alguna.

—Es una cena especial para mí y tú eres una persona muy especial para mí. —sus palabras me causan una sonrisa inmediata. —¿me permites? — señala mi cuello y abre la caja, dejando ver un hermoso collar de perlas blancas.

Acomode mi cabello hacia un lado para dejar mi cuello despejado.

Flash back

Me dirijo de nuevo al tocador, veo como el pasea por la estancia y aparto la mirada cuando me atrapa mirándole. Él al cabo de unos minutos se para detrás de mí y abre una caja larga.

—Esto es un regalo de mi para ti— saca un preciso collar de diamantes que debe costar una fortuna.

Me quedo sin palabras y él toma eso como un sí, porque aparta mi cabello con cuidado y me abrocha el collar.

—Se ve precioso— susurra cerca de mi oído haciendo que sostenga la respiración y mi piel se haga chinita.

Fin del flash back

—No te gusto— la voz de Gregor me devuelve a la realidad. —¿puedo cambiarlo por uno de diamantes o rubies si prefieres? — la preocupación en su voz me dio mucha ternura.

Toque las delicadas perlas en un suave roce.

—Son perfectas, Greg, en serio.

Él soltó un suspiro de alivio.

—Qué bueno que dices eso, porque no estaba seguro de que la joyería siguiera abierta— ambos reímos ante su comentario— en fin ¿Estás lista? — pregunto.

—Sí, solo dame unos minutos para darme el último retoque.

Él asintió y me dio mi espacio. Me acerque a mi maleta en busca de mi perfume favorito del momento, Coco con extracto de rosas.

...

Él camino a la cena estuvo lleno de chisme, hablamos de su carrera, y sus metas, de mi trabajo y de Olive, por supuesto que no de la parte en donde Chris le regalaba un juguete.

—¿dormiste bien anoche? — me pregunto.

Se que es incorrecto hacer esto la mayor parte de mi tiempo, pero no dejo de comparar a Greg con Chris, es decir son tan diferentes, con Chris la mayor parte del tiempo las conversaciones en auto eran escasas e incomodas, con Greg no era así.

—No, mi nuevo vecino hace un ruido tremendo al remodelar su casa.

—¿Nuevo vecino? — debía contarle, mi ser chismoso decía que lo hiciera.

—Christopher se mudó al pent house de alado.

—Ese idiota...

—Si, es terrible— le corte.

Gregor acuno mis manos y me miro con ojos de cachorro.

—Siempre puedes venir a quedarte en casa más días a la semana— se refirió a su apartamento, obviamente.

Ni siquiera pude responder porque en cuanto iba a hacerlo un hombre vestido de valet abrió mi puerta.

Christopher

Entre al lugar lleno de gente de la industria, desde hace años que The Huberman Corp ha producido motores para marcas de auto y no era sorprendente que también lo hiciera para autos de carrera, especialmente después de que Danielle propusiera la idea de incursionar en el mercado de la fórmula 1, volviéndonos no solo en los patrocinadores número uno de su escudería favorita, Ferrari, sino también en la empresa productora de sus motores.

Vasseur en cuanto supo que estaba en Roma me invito a una de sus más famosas cenas de inicios de temporada, ahora que su "piloto estrella" como él suele llamarlo gano el podio múltiples veces esta que radia energía positiva.

Realmente el mundo de la fórmula 1 no era lo mío, la única razón por la que estoy aquí es por el alto nivel de persuasión que mi hermana tiene, y también por su alto nivel de des obligación con todo lo que tiene que ver con la compañía, además no puedo mentir cuando digo que me gustan los motores, pero de ahí siento que soy un pez fuera del agua, ni siquiera ubico al "piloto estrella" que patrocino.

—Christopher, amigo mío— Vasseur me recibió con los brazos abiertos.

—Vasseur, cuánto tiempo sin vernos— le doy un fuerte abrazo.

Ay ni al caso hace tres meses que nos vimos en Londres para renegociar.

—Lo mismo digo, amigo mío. — me tendió una copa de whisky la cuál acepte con gusto.

Porque nunca se le debe decir que no a un buen whisky.

—Pensé que no vendrías.

—Tenía que salir de la madriguera.

—Me alegra que haya sido para asistir a mi fiesta—dio una pequeña pausa para beber su alcohol—y dime ¿cuánto tiempo te quedaras por aquí?

No pude responder por que la entrada de una pareja causo emoción entre todo el mundo que no hacía más que rodearlos para hablar con ellos.

—Mi piloto estrella acaba de llegar con su hermosa mujer— dejó su copa en la barra para acercarse a la pareja apenas distinguible entre la multitud.

Tenía curiosidad, así que entre la multitud que rodeaba a la pareja recién llegada empecé a buscar con la mirada un pequeño espacio que me dejara conocer un poco de la identidad de las estrellas de la noche.

Mis esfuerzos fueron en vano, porque apenas logre distinguir el cabello oscuro del chico que supongo es el "piloto estrella" más gente los rodeo, abrumando a la pareja con sus presencias e incesantes cumplidos vacíos.

Yo no era uno de esos fanáticos obsesionados con el chisme, así que ni siquiera hice amago de acercarme, aparte soy un patrocinador muy fuerte de la marca tarde o temprano lo tendré que conocer.

Nunca he tenido que hacer fila o rogar por atención y esta no será la excepción.

Su risa, fue esa risa suave y contagiosa, ni siquiera tuve que acercarme o tenerla enfrente para reconocerla, ella estaba aquí.

Vacié mi copa de whisky en un solo trago y la deje en la barra.

Empecé a mirar a todos lados en busca de ella, pero no la veía en ninguna parte, estaba por pensar que era una ilusión mía hasta que parte de la gente se empezó a dispersar y ahí estaba ella sonriendo con ese radiante vestido negro puesto que solo la hacia ver más hermosa, pero mi felicidad de verla de nuevo se rompió cuando el "piloto estrella" estaba colgado de mi Gabriela.

¿qué mierda hace con él?

Con celos corriendo por mi sangre más rápido de lo que Toretto estaciona un auto decidí acercarme a la feliz pareja, que de feliz no tendrían nada.

Vasseur me vio venir y puso una gran sonrisa en su rostro haciendo que, a menos de un metro de ellos, Gabriela volteara y me mirará con sus ojos miel bien abiertos.

—Ven, Chris— Vasseur me invito a unirme, invitación que claramente no necesitaba para poder entrometerme. —Déjame presentarte— el cuerpo de mi ex se puso tenso al acercarme cada vez más, notaba su mandíbula apretada y el puño de su mano libre cerrado.

—Él es Gregor McGowan, nuestro piloto estrella— repitió, él chico solo asintió.

Lo podía ver en su mirada, en la forma en la que acerco en un movimiento casi imperceptible a Gabriela, pero su negativa a saludarme como se debe me lo confirmo.

Ellos tenían algo y él estaba celoso de mi presencia.

Y apenas me di cuenta de eso quise tomar la mano de Gabriela y llevarla muy lejos de aquí, que se alejara de todos esos buitres y volviera a mí.

—Y ella es...

—Ya nos conocemos— le corta Gabriela.

—Oh— nos mira sorprendido.

—De Londres— Gabriela agrega información que nadie pregunto.

—¿En serio? Que grata sorpresa que los amigos se rencuentren — Vasseur intercalaba su mirada entre ambos.

—Sí, que grata sorpresa— agregue con una sonrisa forzada mientras miraba como ese tal Gregor seguía teniendo las manos sobre mi esposa, bueno exesposa, pero es casi lo mismo.

La necesidad primitiva de dejar ver donde se extendían los limites de mi territorio me nublaba mi conciencia.

—¿Y ustedes son pareja? — señale a mi ex y al buitre McGowan.

—Sí— agrega Vasseur metiéndose a la conversación.

Que metiche

—¿No son lindos? Cada vez que los veo el amor vuelve a mi vida— ok, este señor ya se esta pasando de la raya.

¿Pero qué le pasa?

—Si se ven muy lindos— mi respuesta pareció incomodar a Gabriela que no hizo más que alejarse del fuerte agarre de Gregor y tomar una copa de alcohol que estaban ofreciendo los meseros— pero ¿puedo hacer una pregunta? — a decir verdad, no me importaba si aceptaban o no— ¿Ustedes se hicieron pareja antes o después de que me mandaras los papeles del divorcio? — La tos de Gabriela rompió el momento.

Se ahogo con el alcohol que estaba consumiendo, pero una vez recuperada me miro con sus ojos inyectados de enojo.

—Bueno, supongo que si eran muy amigos— fue el único comentario que escuche antes de que Gabriela me jalara.

...

Gabriela

El aire fresco de la noche golpeo mi rostro, sin embargo, aun sentía mi cuerpo caliente del enojo que me traigo.

Antes de decir una palabra conduje a Chris a un lugar alejado del jardín donde nadie pudiera vernos y una vez cerciorado que estuviéramos solos solté todo lo que pensaba.

—¡¿Qué carajos te pasa?! — grite del enojo.

—¿De qué me hablas? Solo hice una simple pregunta y a decir verdad sigo esperando la respuesta.

Me cruce de brazos indignada, ahora es él el que tiene derecho a cuestionarme.

—No me vengas con tonterías, Chris— pido con coraje—Tu no tienes derecho alguno a cuestionar absolutamente nada de mi vida.

—¡Crees que no lo sé! — me grita desesperado y se jala el cabello en un intento de calmarse— Cada mañana al despertar y cada noche antes de dormir maldigo el día en el que te deje ir, maldigo el no poder ser yo él que está a tu lado.

—Tu y yo sabemos que si me hubiera quedado hubiéramos terminado mal.

—Eso no lo sabes— se negó a aceptar lo obvio.

—Chris detén esto, vuelve a Londres y déjame en paz— suplico.

—¿Estas con él? — se acerca a mi a pasos lentos— ¿Es por eso por lo que no me quieres de vuelta?

—No tengo porque contestar a nada, Chris.

—¿Lo quieres? — ignoro por completo mis palabras. — Dime ¿Lo quieres? —presiono.

—¡Si! —esta situación ya era mucho para mí, así que decidí decir lo que sabía que lo lastimaría.

—Mientes. — aseguro más para él mismo que para mí.

Juro que yo también escuche el sonido de sus ilusiones romperse en mil pedazos tal cual se rompieron las mías tiempo atrás, pero no cedería ante él.

—Aléjate de mí y aléjate de Olive. — le advertí señalándolo con mi dedo.

Sin escuchar su respuesta me voltee y emprendí mi camino de regreso a la fiesta.

En el pasado hubiera huido, pero no tenia porque irme o de que avergonzarme, esta era yo y la gente debía aceptarlo o no.

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