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By EBolivar01

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By EBolivar01

La oscuridad es abrumadora. La oscuridad es algo que ahora le hace compañía y solo es cuestión de tiempo para que lo que sea que este sofocándolo; le abandone. 

Callisto Regulus sentía su cuerpo en llamas, como si estuviera quemándose vivo y lo único que mantiene su mente circulando (y de manera cuerda), es el hecho de que Penélope le había puesto un hechizo de protección, un hechizo que ni él sabía que existía o tan siquiera que estaba en su persona.

Cuando abre sus ojos, ha notado que flota, flota sobre una espacio negro, con la oscuridad abrazando todo el lugar y por consiguiente a él, Callisto sabe que posiblemente esta en el limbo, aunque aquello se le hace una locura, porque no esta muerto, ¿Verdad? 

Sus orbes rubí se han enfocado en su alrededor, donde si bien no hay nada, también deja que sus momentos vividos con Penélope están alrededor. Momentos que ha atesorado desde que conoció a la peli-magenta, momentos que saben que ahora se quedarán como recuerdos, recuerdos más apreciados que poseía en aquellos instantes. 

Su cuerpo se mueve de manera tranquila, no hay ningún malestar, no hay molestia alguna; cuando una suave luz blanca aparece frente de él y solo momentos después, hay listones magentas volando a su alrededor,  listones que se vuelven largos cabellos y posteriormente puede ver unos hermosos ojos verdosos con reflejos grises, tan raros y únicos que por algún motivo; hacen vibrar su corazón.

—¿Princesa?— cuestiona, no desea decir aquel apellido que le ha atormentado tantos años —¿Es usted?

—Su majestad— saluda, su voz ya no posee maldad alguna, ya no posee sentimientos negativos, sino todo lo contrario parece estar en paz —Es un gusto verlo, luce tan sano 

Callisto no sabe si es reflejo alguno, pero su mano tarta de tocar una de las mejillas de la mujer frente de él. 

—¿Su majestad?

—Me llamas majestad, cuando aun soy un príncipe— niega lentamente Callisto, como si aquello fuera importante 

—Para mi siempre ha sido el emperador— expresa ella, sonriendo y "apoyando" su cabeza en la palma de la mano del rubio —Solo he pensado que usted es el único capaz de guiar al imperio

—¿Lo crees?— cuestiona en voz serena Callisto, no quiere pelear, no lo desea, solo quiere seguir hablando con ella —¿Por qué?

Penélope ríe divertida de la situación y aquello solo hace que Callisto se sienta todavía más perdido.

—¿Qué es lo divertido?— interroga Callisto cuando sabe que no tendrá una respuesta del «¿Por qué?»

—Su majestad luce más guapo de lo que recuerdo— señala ella 

«Mujer desvergonzada» piensa Callisto, pero aun así, para él, ella es más que perfecta en aquellos momentos. 

—Su majestad, ¿Por qué me ve así?— interroga tranquila Penélope 

—Viéndote bien, si te pareces mucho a tu padre— señala Callisto

Los ojos de Penélope se llenan de lagrimas que no son derramadas y Callisto se siente como un idiota. No quiere que ella se sienta mal, no quiere que ella llore, pero en vez de eso, nota que una sonrisa pequeña aparece en su rostro. 

—Papá— dice en voz baja —No pude verlo, no sabía que él...

—Él te ama— responde, sabe que es un asco en aquello, no sirve para consolar gente, pero aun así trata de consolar a la dama frente de él —Princesa Penélope Robane

«Robane, Penélope Robane» ese era su nombre, un nombre que significaba muchas cosas. 

—Papá me ama— susurra con voz suave y grumosa la dama —Papi me ama 

Callisto se siente mal. Penélope, quien siempre había soñado con tener una familia que le amara, ahora había dejado a su padre solo, un padre que nunca podría volver a ver.

—Su majestad— le llama, su voz detona respeto —Papá ¿Cómo es?

—Es bueno con la espada, demasiado bueno debo de decir— expresa con voz serena el rubio, solo eso podía decir 

No hay nada que decir, pero aun así, Penélope se acerca a donde esta él, y aunque sabe que es un fantasma o una ilusión, puede sentir la calidez que ella portaba en vida y una suave fragancia. 

—Creo que es hora de que vuelvas— expresa Penélope, alejándose de él 

—Espere princesa— dice, atrayendo su atención —¿Qué fue lo que le gusto de mi?

—¿Lo que me gusto de usted?— cuestiona de nuevo Penélope, para después sonreír —Su cabello es tan rubio que creí que era como un polvo de hadas dorado alrededor, sus ojos rojos tan parecidos al rubí que creí que eran hermosas gemas que me cautivaron, su manejo en la espada, y su actitud, ¡Me llamaron tanto la atención!

—¿Solo eso?— interroga Callisto, aun sorprendido 

—También su sinceridad, su arrogancia, ¡Oh por el dragón de Eorka, me ha vuelto loca por usted!— exclama ella con emoción 

Callisto esta mudo, no puede creer lo que ella le ha dicho, pero la sinceridad en sus ojos; ella era la única que podía dejarlo mudo y pensando miles de cosas. Penélope se acerca nuevamente a él y Callisto siente una sensación satisfactoria, como si realmente pudiera sentir los suaves labios de Penélope en los de él.

—Adiós su majestad— sonríe Penélope 

Ella se va desvaneciendo, y Callisto siente miedo, demasiado miedo y no sabe porque, no espera, si lo sabe. Penélope Robane era la única mujer que lo buscaba a él, Callisto; no al príncipe heredero, y era algo que deseaba de nuevo. 

—¡Espera!— grita, pero ya no hay respuesta —¡Penélope!

Pero solo hay eco, ella ya no esta y Callisto solo puede comenzar a caer en la desesperación, porque la quiere de vuelta, la necesita de vuelta, ella era su todo. 

—Te puedo ayudar— dice una voz, misma que se escucha como si fuera alguna entidad —Te la daré de vuelta, pero tendrás que juntar a la espada y a la rosa

Callisto no entiende lo que se le esta diciendo, pero solo es cuestión de tiempo para que la oscuridad que le envuelve comience ha adquirir colores diversos que parecen que son remolinos erráticos y pronto, siente que cae al vació mismo y antes de caer en la inconsciencia; puede ver unos ojos rojos como los suyos, pero parecen ser más agresivos y detrás de aquel sujeto, hay otros ojos observándole, unos dorados y otros dos azules como hermosas joyas. 


Callisto siente que puede temblar, su cuerpo se mueve de manera involuntaria, pero aun así, cuando su vista por fin puede enfocarse, puede notar que esta frente a la puerta del palacio y hay música que se escucha desde dentro. 

«¿Dónde estoy?» cuestiona para si mismo. Hay algo que hace que su mano pese y puede ver que es un cuerpo y lo reconoce como el asesino que iba a matarlo en el pasado, o sería ahora su futuro, ¡No lo sabe! El sujeto gimotea, y Callisto esta listo para dar marcha atrás, cuando recuerda que ahí dentro esta Penélope, su Penélope.

—Hagamos esto— sonríe Callisto, solo desea ver a la dama que le había protegido sin que él supiera —Sera divertido

Con pasos rápidos y feroces, ingresa al banquete que se le ha hecho al traidor que tiene por hermano, ganando varias exclamaciones que le divierten.

—¡Ahh! ¡En el suelo!
—¿Qué es eso? ¿Sangre? 
—Lo que tiene en sus manos...
—¡¿No es una persona?!

Callisto no los mira, solo observa a los traidores que están frente de él, su maldita madrastra y el idiota de su medio hermano.

—Feliz cumpleaños hermano— dice con voz sería, aunque desea lanzarse sobre de él y matarlo, en su lugar, deja caer el cuerpo de aquel sujeto en la perfecta alfombra roja

—¡C-Callisto!— exclama aquel idiota

—¡Príncipe heredero! ¡¿Qué significa esto?!— chilla la reina

Callisto chasquea la lengua, se siente enfermo con respecto a que aquella perra le diga que hacer. 

—¿Cómo qué que significa?— cuestiona burlón, mientras toma la empuñadora de su espada, y la presiona con el cuerpo del sujetó —Mi querido hermano menor, deberías ir tu personalmente a dejar la invitación en un futuro y no dejar que alguien más lo haga, al fin y al cabo, no daño a los niños

Callisto escucha los jadeos de muchos, y quiere reírse. Referirse a su hermano como un niño, era una señal de que el más joven no estaba en condición de estar en la posición de príncipe, ni mucho menos, portar un lugar dentro de la familia imperial. Callisto disfruta de la mirada de la reina, ella luce ofendida y es lo que desea, así que mientras su hermano se excusa de manera tonta y pobre, él se da la vuelta y entre la multitud ve los hermosos cabellos magenta que pertenecen solo a una persona.

«Ahí estás» pensó Callisto, y salió del palacio, yendo directo al laberinto, con la esperanza de que ella vaya nuevamente al laberinto, como aquella ocasión.

—¿Su alteza?— cuestionan de pronto y Callisto se resiste el sonreír al escuchar la hermosa voz

Cuando gira su rostro, puede observar a Penélope, tal y como la recordaba, ese vestido verde y negro le hacían ver más seria y apostaba a que fue su idea, porque si de algo recordaba muy bien, era el cambio que había tenido.

—Princesa, ¿Qué hace por acá con el bastardo del imperio?— se burla Callisto sobre su propio apodo

Penélope no comprende lo que está pasando. Cuando llega despertó hace días, se dio cuenta de que algo estaba pasando, algo era diferente, pero no espero a que esa diferencia (posiblemente imaginada) envolviera al joven príncipe heredero, pero ahora que lo veía diferente, aquello todavía se le hacía muy raro.

—Quería verlo— expresa, su voz no tiene miedo, tampoco temor, pero incluso así, Callisto nota que hay algo que ella no le dice —Para consolarlo

—¿Es así?— cuestiona con una sonrisa en su rostro el rubio  —Vaya noticias, que lindo detalle

Callisto se maravilla con el suave tono rosa que ha logrado subir por sus mejillas, era como sí ella se apenara de lo ocurrido, cuando de pronto, nota como Penélope tropieza con algo y por reflejo, sujeta su cintura, con la esperanza que ella no se lastimara 

—Su alteza— dice en voz baja —Esta muy cerca

Talvez es la reacción de años, pero aleja a Penélope de él, aunque claro; no lo hace de manera rápida sino con cuidado, detesta la idea de herirla y solo desea decirle miles de cosas, pero en su lugar, la ve irse de manera rápida, pero en esta ocasión; ella no lleva una cortada en su cuello, no va dejando rastros de sangre y con algo de suerte, ella ahora no huirá de él.


Penélope no entiende lo que ha pasado, aquel escenario no era nada como lo esperaba. Mientras salía del laberinto, sentía un cosquilleo en su cuerpo, como si fuera algo normal el acercamiento que hubo entre ambos tan solo unos momentos atrás. 

Sus zapatillas negras no producen ruido alguno gracias al césped, pero aun así, ella está dispuesta a irse del lugar, cuando choco con alguien.

—¡Lo siento!— exclama Penélope, lo que menos desea es que alguien le comente a Derrick el incidente

—Princesa— habla una voz suave, tranquila pero que por algún motivo no le da seguridad

Al alzar la mirada, pudo ver con quien había chocado, era el marqués Bernadi, quien le miraba con preocupación.

—¡Marqués!— exclama con sorpresa Penélope —Lo lamento tanto, venía pensando en otras cosas

—Discúlpeme a mi princesa— se lamenta el de cabello blanco —¿Puedo saber hacia donde se dirige?

—Voy a buscar a mi hermano mayor— responde ella, sabe que tiene que mantener la fachada frente a los demás, sinceramente solo desea irse al ducado y descansar —Ya me encuentro cansada y deseo volver

El marqués no puede decir ya nada, Penélope ha huido de la escena, en su lugar, él se queda viendo a donde ella se había ido, y siente un ardor en el pecho, algo pidiéndole que no la deje ir.

Penélope por su parte, a ingresado al salón y busca a Derrick, el cual al verle, le hace un seña rápida, logrando que él se le acercara.

—Ya tengo sueño— se excusa, lo que menos desea es pelear —Me iré ahora, le diré al cochero que vuelva por ti

Derrick chasquea la lengua, Penélope lleva días actuando de manera rara, pero incluso así, aquello le comienza atormentar, ¿Qué era lo que le estaba sucediendo? No lo sabe, no logra comprender lo, en su lugar, solo la ve irse, e ignora que así como ella se va, una sombra la sigue de cerca.

Penélope, quien ha estado en el carruaje, siente que todo su ser pesa y es cuestión de tiempo para que caiga dormida, mientras que el cochero sigue manejando las arneses de los caballos, ignorando que las cosas comenzarían a cambiar a partir de ese momento, porque Callisto no dejaría que aquel demonio atormentara a la bella dama y para ello, necesitaba a una persona en especial.

Félix Robane.













Si también les parece buena esta parte comenten y denme su opinión, alguna duda de este prototipo 2.0 ponganmelo en este apartado y donde deseen la aclaración.

Mientras iré poniendo una fecha de publicación para los capítulos e iré organizando todo.

Saludos cordiales.

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