El cazador

By guerrerilla

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Encontrarte un cuerpo detrás de un cubo de basura, salvarle la vida y tener que huir de un ser extraño. Desde... More

El cazador
El extraño
El simio
El color
¬¬
El guardaespaldas
El beso
La fotografía
El cambio
La traidora
La verdad
La atracción de feria
El despertar de la Diosa
el gato
Ian
Sentimientos encontrados
Malas palabras
El mensaje
Bienvenida a la humanidad
El sueño de Alicia
El intruso
Lo siento!

Pelea dulce

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By guerrerilla

Al principio Sam se quedó en blanco, sin saber que hacer, en silencio.

-Sam, por favor, sé que estás ahí.

-¿acaso vienes a decirme algo más? ¿no te has quedado totalmente satisfecho antes?

-Por favor Sam, intento disculparme.-Sam suspiró.

-Pasa, está abierta.

Drake entró en la habitación y se puso a mirar a todos lados, Sam se encontraba en mitad de la habitación mirándole con cara de pocos amigos.

-¿qué haces ahí de pie?

-Iba a cambiarme de ropa cuando me has interrumpido.

-Adelante, no te cortes, te esperaré aquí.-Sam entró en el cuarto de baño y salió varios segundos después con sus camiseta negra larga y su pantalón corto verde. Olía a las noches que pasaba viendo la tele con su padre y con pince...Ian encima. Sam miró a Drake, que la observaba de arriba a abajo como muchas otras veces había hecho. Sam se fijó entonces en la cara de Drake, que sangraba, y se olvido por completo de todo lo demás.

-¡Drake! ¿qué demonios te ha pasado?- Sam se puso a su lado y empezó a mirarle la herida, le sangraba la frente y tenía gran parte de la cara hinchada.

-Tú novio, eso es lo que me ha pasado.

-Ian no es mi novio, y si te ha hecho esto es que te lo merecías.- Sam les puso ambas manos en la cara y se concentró para curarle.

-Entonces debo estar equivocado y te vas besando con todos los chicos que conoces.- Sam le terminó de curar y le dedicó una mirada de rabia.

-Solo con los que resultan ser unos completos imbéciles.-Sam se sentó en la cama y abrió las ventanas de par en par sin mover un músculo.- Si ya has terminado de incordiarme, por favor, piérdete, no tengo ganas de aguantar tus gilipolleces.

-Se supone que venía a disculparme, pero veo que no estas de humor.

-¿que no estoy de humor, Drake? ¿qué no estoy de humor? Me dices eso sobre mi madre y después vienes aquí para seguir diciendome cosas. ¿qué demonios te pasa?

Drake se quedo completamente serio.

-Creía que era yo al que querías, me pediste que jamás me separara de ti, que me necesitabas. Yo era el único capaz de calmarte o incluso de tocarte-Cogió aire y continuó- y de repente aparece un tio de la nada, te dice que es un dios y me olvidas completamente.

-Yo no te he olvidado Drake, y no sé porque te dije eso, no lo entiendo, no era yo misma cuando te dije. Yo no quiero herirte.

-¿y entonces qué pasa con el Dios?

-no sé lo que pasa con él, no tengo nada claro ahora mismo. Y además ¿qué tiene que ver él todo esto? Creía que habías venido a pedirme perdón.

Drake suspiró y después la miró a los ojos

-Siento mucho todo lo que he dicho sobre tu madre, no lo decía en serio, solo estaba dolido.

-Esta bien, supongo que eso me vale.

-Claro, olvidaba que eres una diosa ¿debería hacerte una ofrenda? quizás una vaca o toda una cosecha.

-Me conformaría con haber terminado mi cena.

-baja a la cocina, seguramente aún te preparen algo. Si Ian no ha destrozado también la cocina.

-¿también?

-AH, sí. Después de casi matarme destrozó el comedor.- Se tumbó en la cama y empezó a toquetear su móvil.- Joe me está llamando, tengo que irme.- Se levantó de la cama y se dirigió a la puerta- No creas que me he rendido Sam, si aún no estás con él significa que puedes estar conmigo, y realmente siento todo lo que he dicho.

Cuando Drake salió de la habitación Sam se tumbó en la cama sin tener ni idea de lo que hacer. Era cierto que Drake le gustaba, pero Ian también era capaz de provocar que su corazón se agitara, y ese beso... Sam empezó a rodar sobre la cama mientras su cabeza no paraba de pensar en Drake y en Ian. Finalmente decidió no preocuparse más y bajar a ver si encontraba algo para comer.

Entró en la cocina que se encontraba completamente vacia, al parecer todo el mundo se había ido a sus habitaciones o estaba fuera. Nada más entrar se encontró una enorme tanta de chocolate en la mesa y no dudó en cogerla.

-Cometamos un dulce asesinato esta noche- decía para sí misma mientras cogía una cuchara y se sentaba en la mesa. Sam empezó a preguntarse seriamente que iba a pasar con los Licaón, había pasado demasiado tiempo pensando en chicos y se había olvidado de lo realmente importante. Muchos cazadores estaban en aquella casa para combatir a los Licaón, pero como se encontraban en una parte especial de la casa nunca los veía. ¿qué pasaría si los Licaón atacaban? ¿podría ella combatirlos?. La rubia muchacha no paraba de suspirar mientras comía a cucharadas del pastel de chocolate.

-Eso es ralmente poco femenino.- Sam levantó la cabeza y vió a Jetsel cogiendo una silla para sentarse a su lado- Tienes la cara llena de chocolate. ¿y qué a pasado con tus vestidos y tus tacones?

-Afí ef gomo foy en gealidaf- le contestó con la boca llena de tarta. Jetsel le puso cara de no entender lo que decía, Sam tragó y volvió a repetir.- así es como soy en realidad, me gusta la ropa ancha, los zapatos planos y las pelis de superheroes, por no decir los comics.

-¿qué es lo que pasa por tu cabeza?

-¿es esto una charla de chicas? ¿vas a pintarme las uñas mientras hablamos mal de otras chicas?

-No se me da nada mal pintar las uñas y creo que Helena está muy gruñona últimamente- Sam empezó a reir mientras Jetsel cogía otra cuchara para meterle mano a aquella jugosa tarta- Solo pienso que te haría bien hablar con un amigo, uno que no intente llevarte a la cama, no como el cazador y el Dios.- Sam se rió.

-Pues pueden esperar sentados entonces.- agachó la cabeza y siguió comiendo.- Me siento abrumada, todo a cambiado tanto últimamente.

Jetsel resopló y le dió fuertemente con el dedo en la frente.

-Auch! eso ha dolido.

-Callate ya niña tonta, todo el día quejándote "todo a cambiado" "nada es como era" "que desdichada soy" bla, bla, bla.- Sam le miraba con los ojos abiertos por la sorpresa, era la primera vez que veía a Jetsel así de enfadado- ¡oh, vaya! mi vida ha cambiado completamente, antes era una chica totalmente normal que se pasaba el tiempo leyendo y ahora soy una jodida diosa todopoderosa que puede salvar el mundo, que desdichada soy.- Sam no sabía que contestar y Jetsel se quedó callado mientras la miraba de manera seria- Que las cosas cambien es ver a tu hermana morir sin poder hacer nada, perder tu hogar para siempre y no encontrar nadie en quien confiar, no tener un lugar en ningún sitio; significa que tu mejor amigo muera por algo que no tiene la culpa y tener que cargar con un bebé que no es tuyo.

-Jetsel...- Aunque Sam intentaba hablar Jetsel estaba demasiado encendido como para parar ahí.

-No puedes quejarte Sam, mírate eres preciosa, tienes a dos chicos locos por ti, tu padre no te dejará nunca y tienes superpoderes. Te has convertido en uno de ese superheroes que tanto te gustan. No has perdido nada, no has tenido que renunciar a nada, deja de compadecerte a ti misma.

Sam se quedó completamente callada, todo lo que había dicho Jetsel era cierto, se estaba comportando como una niña chica. Pero Jetsel no se iba a librar por hablarle así.

-Creo que me he excedido, no debería hablarte así.

-Tienes toda la razón Jetsel- este sonrió y Sam cogió una cucharada de la tarta- tienes toooooooooooooooda la razón.

-¿qué? ¿qué vas a hace...- Antes de que Jetsel pudiese decir algo más Sam le tiró el trozo de tarta a la cara.- ¿pero qué?

-Te veía muy serío- Sam empezó a reir y Jetsel no pudo evitar reirse también.- eso es por darme con el dedo antes.

-con que esas tenemos ¿eh?- Jetsel agarró la cara de Sam y la hundió en la tarta, cuando la levantó estaba completamente llena de chocolate.

-¿cómo te has atrevido?- Sam arrimó la cara completamente manchada a la de Jetsel y le llenó también de chocolate.

ahí fue donde empezó una completa lucha con la tarta como arma, pero la tarta no era infinita y ambos acabaron sentados en el suelo espalda con espalda con la cara, el pelo y las ropas manchadas completamente llenas de chocolate.

-Definitivamente, esto no es bueno para mi cutis- dijo Sam

-Creí que no te interesaban esas cosas.

-Bueno, tener la cara llena de granos es algo que si me importa.-Jetsel se echó a reir.

-Siento haberte dicho todo eso antes.

-no tienes que disculparte, tienes toda la razón, me estaba comportando como una niña pequeña enfadada.

-totalmente, una completa malcriada.- Jetsel volvió a reirse y su cabello blanco hizó cosquillas a Sam en la oreja.

-Creo que la pelea de tarta es mejor que pintarse las uñas, aunque es una completa pérdida.

-¿Sabes algo más sobre los Licaón?

-No, hace poco vi una visión en la que todo ardía y eramos atacados por miles de Licaón, pero en esta todo a cambiado, solo he podido ver a un Licaón enorme mirándome, como queriendo hablar conmigo, no había rastro de ira u odio en su mirada.

-No se puede confiar en esos seres Sam, son bestias salvajes.

-no es acaso el oso o el tiburón una bestia salvaje.

-Sam, eso no tienen nada que ver...

-Lo que mató a mi madre no fue un Licaón, fue un cazador.- Jetsel la miraba sin entender- Las verdaderas bestias son los humanos, son capaces de llevar a cabo las mayores atrocidades posibles, matar a sus propios hijos o pudrir el planeta que les sostiene, lo único que mueve a los humanos son sus propios propositos; puedes que te estes muriendo en la calle, ellos simplemente aparta la mirada y no hacen caso a lo que tienen delante. Pobreza, hambre y sufrimiento, ese es el sentimiento que les está pudriendo por dentro, son seres egoistas. No sabría decirte quien es el verdadero animal.

-Estás hablando como un Dios.-Jetsel la miraba boquiabierto

-¿acaso no lo soy? No me malinterpretes, no estoy defendiendo a los Licaón ni nada por el estilo, pero ninguna raza es perfecta. Los cazadores tampoco os librais.

-¿Eso también lo opinas de tu padre?

-No todos son buenos, pero no todos son malos.- Sam rió y Jetsel se relajó un poco- quizás me he pasado un poco, parece que paso de un extremo a otro.

Antes de que Jetsel pudiese responderle, Helena entró en la cocina y se encontró a los dos llenos de chocolate y la cocina toda salpicada.

-Primero el comedor y después la cocina. ¿qué más quereis destrozar?

-Solo ha sido una pequeña pelea Helena.- Sam se fijó en las vendas que llevaba Helena en los brazos, los arañazos en la cara y como cojeaba levemente cuando andaba. Sam se acercó a Helena y le puso una mano en la cara, está se asustó al principio, pero la mirada serena de la chica y aquellos ojos que no hacían más que cambiar de color hicieron que se regalaran por completo.

-Siento los problemas que Ian haya podido causar- Helena notaba una sensación agradable atravesándole el cuerpo y después un cosquilleo, como cuando se te queda un miembro dormido e intentas despertarlo.- Gracias por acogerme en tu casa Helena.- La muchacha dejó caer la mano y se dirigió a Jetsel- Será mejor que me duche.

Cuando Sam salió de la habitación se dió cuenta de que estaba totalmente curada, no sentía ningún dolor y en su cara no había rastró de cicatrices; por un momento dudó pero entonces se levantó la camiseta y vió que la cicatrices de haber luchado con Licaón en el pasado también habían desaparecido. Miró a Jetsel con los ojos abiertos y este solo se encogió de hombros.

Sam entró en la habitación y empezó a quitarse la ropa mientras suplicaba que el chocolate pudiese salir de la camiseta sin dejar grandes manchas. Dejó la ropa en el cuarto de baño y empezó a lavarse la cara, cuando levantó la cara y se miró en el espejo vió a alguien reflejado.

Un enorme grito subió por su garganta, pero antes de que pudiese salir de su boca la persona del reflejo la agarró y se la tapó con sus manos.

- Tranquila, tranquila, soy yo.- Cuando Sam se relajó Ian la soltó.

-Me has dado un susto de muerte capullo.

-Vaya, no sabía que podrías pronunciar tales palabras.

-El corazón me late a mil, creo que se me va a salir por la boca.

-Por verme a mi o por el susto.

-Creo que ambas, tu cara da verdadero miedo.

-¿soy tan guapo que asusto? es la primera vez que me dicen algo así.- Sam le golpeo en el brazo y ambos rieron.

-¿qué haces aquí Ian?

-Te dije que vendría más tarde, pero no esperaba que me recibieras de esta manera ¿tantas ganas tienes de convertirte en mi esposa? ¿y esto qué es? ¿chocolate?- Antes de que Sam pudiera preguntarle a que se refería Ian se inclinó levemente hacia Sam y lamió su cuello. Sam casi arde en aquel momento, el roce de la lengua en su cuerpo hizó que los relampagos que Ian siempre utilizaba se transmitieran al cuerpo de Sam.- Sí, es chocolate, sin duda.

-sí...he tenido...una pelea con... Jetsel...- A Sam le costaba articular las palabras.

-oh, yo creía que formaba parte del set erótico.

-¿set erótico?- Sam se miró al espejo y entonces recordó que nada más llegar se había quitado la ropa. Pegó un pequeño grito y empujó a Ian, que chocó contra la pared, Sam aprovechó el momento para ponerse el pijama.

-para empezar a recobrar tus poderes eres muy fuerte.

-Mi padre me enseñó a defenderme de pervertidos que atacan a jovencitas.

-oh, así que ahora soy un pervertido.- dijo divertido mientras se quitaba la camiseta.

-Entras en mi habitación sin llamar mientras estoy en ropa interior, me lames el cuello y ahora mismo te estás quitando la camiseta ¡y te acuestas en mi cama!

-eh, eh, eh, que conste que te avisé que volvería. Pensé que el estar en ropa interior y cubierta de chocolate era solo un recibimiento amistoso. ¡y claro que voy a dormir contigo! llevo años haciéndolo.

- Eso era cuando eras un gato.- Ian se tumbó en la cama como si fuese suya y la miró.

-¿qué? por lo menos no me he quitado los pantalones.- Sam suspiró.

-Voy a darme un baño.

Un rato después Sam salió de la ducha y se vistió, se miró en espejo y vió que tenía una pequeña marca en el lugar en el que Ian la había tocado con la lengua. Era como una media luna. Sam suspiró y salió del cuarto de baño, cuando se fijó en la cama vió que Ian estaba completamente dormido. Su cara estaba completamente relajada y parecía un niño. El corazóon de Sam latió tan fuerte que por un momento pensó que su corazón saldría de su pecho como en las películas de dibujos. Antes de que pudiera darse cuenta estaba sentada a su lado y acariciándole la cara con los dedos, aquello parecía totalmente natural, se sentía bien. Ian respiraba pesadamente y su boca estaba medio abierta.

De alguna manera su corazón le decía que era él, lentamente se inclinó y le besó. Cuando se apartó Ian la miraba con los ojos muy abiertos.

-Pensaba que estabas dormido.

-Lo estaba, pero tu beso me ha despertado.

-Lo siento

-Se supone que yo era el pervertido, pero no voy besando a jovencitas mientras duermen.

-Pues perdón si te ha molestado.- Sam se fue a levantar dolida pero Ian la agarró del brazo.

-No, es solo que me ha sorprendido.- Se acercó a ella y volvió a besarla de manera suave pero con posesion- llevo muchos tiempo esperando esto.

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Bueno, he tardado mucho en escribirla pero estaba liada con los examenes. Pensaba escribir esta semana santa pero me voy a Inglaterra de viaje así que no sé cuando podré subir el próximo, pero no tardaré mucho.

Me gustaría saber vuestra opinión: ¿os gusta más Ian o Drake?

Comentad, comentad y muchas gracias por leerme. ^.^

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