Contrato de Matrimonio

By avalonger

38.3K 3.7K 637

Dónde Harry y Draco se ven obligados a fingir un matrimonio. Colección: Pármeno (#2) - 35 capítulos. - relaci... More

Contrato de Matrimonio
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32

Capítulo 4

1.1K 129 6
By avalonger

El ruido de la cinta de correr era un zumbido constante bajo mis pies mientras corría.

Apenas había pegado ojo la noche anterior y estaba de un humor de perros. El sudor me corría por la espalda y por la cara. Tomé una toalla y me sequé de mala manera antes de tirarla al suelo. Mi iPod sonaba a toda pastilla con música heavy, pero no estaba lo bastante alto, así que subí el volumen, agradecido porque el piso estuviera insonorizado.

Seguí corriendo a un ritmo casi frenético. Había repasado todas mis opciones y planes durante la noche y había acabado con dos ideas.

La primera era que si Blaise y Ron conseguían meterme en la empresa, podría intentar pasar la entrevista dándole a Remus detalles muy vagos acerca de la persona que supuestamente había cambiado mi punto de vista y, por tanto, me había reformado.

Si jugaba bien mis cartas, podría mantener la farsa hasta demostrarle mi valía a Remus y luego decir que había pasado lo impensable: esa persona perfecta me dejaba. Podría fingir que estaba destrozado y volcarme en el trabajo.

Sin embargo, a juzgar por lo que Blaise me había explicado, la idea seguramente no funcionaría. Tendría que presentarle a una pareja de verdad, una que convenciera a Remus de que era mejor persona de lo que él creía que era. Alguien, en palabras de Blaise, «sensata, agradable y afectuosa».

No conocía a muchas personas que encajasen en todas esas categorías, a menos que tuvieran más de sesenta años. No creía que Remus se tragara que me había enamorado de alguien que me doblaba la edad. Ninguna de las personas con las que me relacionaba pasaría su inspección.

Sopesé la idea de contratar a alguien, tal vez a una actriz, pero parecía demasiado arriesgado.

Las palabras de Blaise no dejaban de repetirse en mi cabeza.

«Estás ciego, Draco. Tienes la solución delante de las narices».

El señor Potter.

Blaise creía que debía usar al señor Potter para que fingiera ser mi novio.

Si me distanciaba de la cuestión e intentaba ser objetivo, debía admitir que tenía razón. Era la tapadera perfecta. Si Remus creía que me marchaba de Anderson Inc. porque estaba enamorado de mi asistente personal y lo elegía a él, y a nuestra relación por encima de mi trabajo, ganaría muchos puntos.

No se parecía en nada a cualquier otra persona con la que hubiera estado. Blaise creía que era agradable, inteligente y encantador. Parecía caerles bien a los demás. Todo eran ventajas.

Salvo que estaba hablando de el señor Potter.

Apagué la cinta de correr con un gruñido y tomé la toalla que había tirado. Una vez en la cocina, saqué una botella de agua y me la bebí de un tirón antes de encender el portátil. Inicié sesión en el sitio web de la empresa, repasé los archivos de personal y me detuve al llegar a la ficha del señor Potter.

Estudié su fotografía mientras intentaba ser objetivo.

No tenía nada reseñable, salvo los brillantes ojos verdes, rodeados de largas pestañas y escondidos tras esas gafas horrendas y pasadas de moda. Tenía el cabello corto y oscuro, pero siempre lo llevaba rebelde y voluminoso. Tenía la piel muy blanca. Me pregunté qué aspecto tendría tras pasar por las manos de un estilista profesional y vestido con ropa decente.

Miré la pantalla con los ojos entrecerrados, concentrado en su imagen. Dormir unas cuantas horas no le iría mal para librarse de las ojeras que tenía y tal vez le sentaría bien comer otra cosa que no fuera sándwiches de mantequilla de cacahuete y mermelada. Estaba como un palo. Me gustaba que mis parejas tuvieran más curvas.

Gemí, frustrado, mientras me frotaba la nuca. Suponía que, en esas circunstancias, mis preferencias daban igual. Era lo que necesitaba. En esas circunstancias, tal vez debería admitir que necesitaba al señor Potter.

Menuda mierda.

Mi móvil sonó y miré la pantalla. Me sorprendí al ver el nombre de Blaise.

—Hola.

—Perdona por despertarte.

Miré el reloj y me di cuenta de que solo eran las seis y media de la mañana. Me sorprendió que él sí estuviera despierto. Sabía que le gustaba levantarse tarde.

—Llevo despierto un rato. ¿Qué pasa?

—Remus te verá hoy a las once.

Me levanté y sentí un escalofrío en la columna.

—¿Lo dices en serio? ¿A qué vienen las prisas?

—Estará fuera el resto de la semana y le dije a Ron que estabas pensando acudir a una entrevista en Toronto.

Solté una carcajada.

—Te debo una.

—De las gordas. Tanto que nunca podrás pagarme —Se echó a reír—. Sabes muy bien que hay muchas posibilidades de que esto acabe en nada a menos que puedas convencerlo de que las cosas han cambiado, ¿verdad? Mentí a Ron como un bellaco, pero mi palabra solo te ayudará al principio.

—Lo sé.

—De acuerdo. Buena suerte. Dime cómo te va.

—Lo haré.

Colgué, comprobé mi agenda y esbocé una sonrisa torcida al darme cuenta de que el señor Potter la había actualizado la noche anterior. Tenía un desayuno de trabajo a las ocho, lo que quería decir que volvería a la oficina a eso de las diez. Decidí que no iría a la oficina. Se me había ocurrido cómo presentar a mi supuesto novio en la entrevista.

Marqué el número del señor Potter. Contestó tras unos cuantos tonos, con voz soñolienta.

—Mmm… ¿diga?

—Señor Potter.

—¿Qué?

Inspiré hondo en un intento por ser paciente. Saltaba a la vista que lo había despertado. Lo intenté de nuevo.

—Señor Potter, soy Draco Malfoy.

Su voz sonaba ronca y desconcertada.

—¿Señor Malfoy?

Suspiré con pesadez.

—Sí.

Oía mucho movimiento y me lo imaginé sentándose torpemente, con aspecto desaliñado.

Carraspeó.

—¿Hay… esto… hay algún problema, señor Malfoy?

—No iré a la oficina hasta después del almuerzo.

Se hizo el silencio.

—Tengo que ocuparme de un asunto personal.

Contestó con sequedad:

—Podría haberme mandado un mensaje de texto… señor.

—Necesito que haga dos cosas por mí —Seguí, haciendo caso omiso del deje sarcástico de su voz—. Si David aparece y quiere saber dónde estoy, dígale que me estoy ocupando de un asunto personal y que no sabe dónde me encuentro. ¿Le ha quedado claro?

—Como el agua.

—Necesito que me llame a las once y cuarto. Justo a esa hora.

—¿Quiere que diga algo o me limito a jadear?

Me aparté el teléfono de la oreja, sorprendido por su tono. De hecho, parecía que a mi asistente no le hacía gracia que lo despertasen temprano. Semejante descaro no era habitual en él, y no sabía muy bien cómo tomármelo.

—Necesito que me diga que mi cita de las cuatro se ha adelantado a las tres.

—¿Algo más?

—No. Ahora repítame lo que acabo de decirle.

Emitió un sonido raro, una especie de gruñido, que me hizo sonreír. El señor Potter parecía tener carácter en según qué circunstancias. Sin embargo, quería asegurarme de que estaba lo bastante despierto como para recordar mis instrucciones.

—Tengo que decirle a David que se está ocupando de un asunto personal y que no tengo ni idea de dónde está. Lo llamaré exactamente a las once y cuarto y le diré que su cita de las cuatro se ha adelantado a las tres.

—Bien. No la cague.

—Pero, señor Malfoy, esto no tiene sentido, ¿por qué va a…?

Colgué, sin hacerle el menor caso.

Continue Reading

You'll Also Like

52.7K 1.8K 18
¿Quien la iba a decir a nuestras queridas hadas que tras vencer a Acheron la paz llegaría a sus vidas? Después de esa batalla entre líneas, las hadas...
1.5K 91 31
Su casta cambió y está en cinta. Su relación ahora mismo está en un punto sin retorno donde no sabe que hacer. Días donde definitivamente no puede de...
349K 23.2K 95
Todas las personas se cansan. Junior lo sabía y aun así continuó lastimando a quien estaba seguro que era el amor de su vida.
114K 15.3K 19
Viajar al Amazonas a pesar de su disgusto le abrió los ojos para darse cuenta que al final... Todavía no era verdaderamente libre. . . . No. 1 en #t...