#27. Planeando viaje.
-Pasen –Taylor abrió la puerta pero no me miró al estar parado ahí, miró a Cameron como si él hubiera venido solo. Al pasar a su lado noté que me miró de reojo, pero sin expresión en su rostro-.
La seguimos hasta la sala de TV y ahí se encontraban todos los demás, por todos me refiero a Matt, Zoe, Ryan y Jackson. Taylor se sentó en un Puf verde chillón donde estaba Ryan y lo tomó de la mano.
Nos sentamos en dos sillones y esperamos a que alguien hablara.
-Ok –habló Zoe-. Quería que vinieran, porque un día en la cafetería dejamos un tema pendiente. Mi cumpleaños.
Oh claro, ahora lo entendía. Todo se debía a su cumpleaños número 18.
-Como sea –continuó-. Sigo teniendo en cuenta el viaje, y sé que es una locura, porque pronto será invierno y estará muy frío... pero me gustaría cumplirlo y sin ningún problema –suspiró, sabía que se debía a Taylor y a mí y/o Ryan-.
-Yo estoy de acuerdo, obviamente iré –dijo Jackson-.
-Y yo –dijo Cameron-.
-Yo ya te lo respondí –dijo Taylor con una sonrisa... una muy bonita sonrisa-.
-Si va Taylor voy yo –continuó Matthew-.
-¿Entonces a Miami? –Habló Ryan-.
Miami.
Miami.
Miami.
Rayos deja de pensar en ese lugar –me dije a mí mismo-.
El hecho de que fuera Miami el lugar no me dejaba responder, y menos el hecho de que fuera Ryan el que lo haya articulado.
Miami...
-Sí, ¿Qué pasa con el lugar? –Preguntó Zoe-.
¡Rayos! Lo dije en voz alta.
Por si no sabías cerebro, hay cosas que solo son para los dos. Nadie más.
-Oh... n-nada, por supuesto que nada...
-¿Entonces irás? –Preguntó emocionada-.
-Uhm... y-yo... no... lo sé –hice una mueca con los labios y el ceño un poco fruncido-.
-Por favor... -suplicó-.
Pasé mi mirada por cada uno, Matt con cara de me da igual, Zoe con su labio inferior afuera en forma de súplica, Jackson con la misma cara de Matt, Ryan con la mirada en el suelo, Taylor me miraba con las cejas alzadas esperando respuesta.
-En verdad no lo sé –volví a pasar mi mirada por cada uno pero más rápido, hasta llegar a Cameron-.
-No sé qué decirte. Es tu decisión.
Suspiré pensativo. Clavé mi mirada en el suelo y asentí con la cabeza.
-Está bien.
-¡Sí! –Exclamó Zoe-. ¡Gracias, gracias, gracias! Ahora solo falta lo que haremos ya en Miami.
Miami.
Miami.
Miami.
Miami.
¡Y ahora en qué me metí!
Zoe continuó hablando efusiva y alegre sobre los temas de su cumpleaños. Taylor hablaba y aportaba ideas e igual Jackson. Yo no paraba de mover mi pierna pensando en los hechos. Pensando en el lugar de los hechos. El lugar donde todo sucedió. Miami.
(...)
| Zoe |
Estaba muy emocionada porque todos habían aceptado viajar. No sé por qué hubo ese intercalo con Mason y Cam pero no era de mi incumbencia. Nos despedimos y salí de la casa de Tay y vi a Cameron recostado en su auto con Mason adentro ya.
Me hizo señas para que me acercara y lo hice con una sonrisa confusa y el ceño fruncido.
-¿Qué pasa? –Él sonreía, se lamió el labio y lo mordió-.
Separó su espalda del auto y me tomó por la espalda rodeándome con sus sexys y musculosos brazos bronceados, con nuestros cuerpos juntos me dedicó una última sonrisa antes de juntar –por primera vez- nuestros labios. Eso me tomó por sorpresa, mucha en realidad, tanta que me costó unos segundos seguir el beso, mordió mi labio jalándolo hacia él, mi lengua ya se encontraba en su cavidad bucal. Por falta de aire me separé un poco de él y lo miré sonrojada, mordí mi labio y me alejé sin decir nada. Luego me percaté de algo. Más bien, alguien.
Jackson.
Tenía pena, mucha. No podía simplemente subirme a su auto, sería incómodo. Sería como darle una bofetada. Simplemente no podía. Jackson seguía dentro, pero no tardaría en salir. Me decidí por entrar de nuevo a la casa, vi a Jackson hablando con Taylor y luego despedirse de un beso en la mejilla. Me miró y me dijo que me esperaba en el auto, de una manera alegre, o por lo menos normal. Mierda.
-T-Taylor –la miré y ella frunció el ceño-. No puedo irme con Jackson.
-¿Qué rayos paso? –Preguntó desconcertada-.
-Cameron me beso.
Y ahí estaba el dilema, no sabía cómo reaccionar, feliz, emocionada, ilusionada, triste... no. Cameron me besó, y me encantó, amé el beso.
-Zoe... dime que bromeas...
-No...
-Dios, Zoe... -se mordió el labio, pensativa-. Entonces ve y dile que no te irás con él porque acabas de besar a Cameron, y no tienes el valor de decirle lo que en realidad sientes por él.
-Taylor, Jackson es mi amigo al igual que tú, simplemente no quiero romperle el corazón, él sabe que no me gusta de la misma manera, pero... no puedo simular estar normal después de haber besado a Cameron –Taylor hizo un seña que al principio no entendí, pero luego sí-. ¿Está detrás de mí cierto?
Taylor asintió levemente.
Me di vuelta de golpe quedando en frente de él, tenía el ceño fruncido, los ojos cristalizados, y se mordía el labio. Sabía que no iba a llorar, pero lo conocía, así se ponía él cuando estaba frustrado.
-Jack...
-No... mira Zoe... me gustaste, hasta el punto de enamorarme de ti... -negó con la cabeza y continuó-. Pero es lógico que no debería seguir insistiendo, nunca te gusté de esta manera, y nunca pasará...
Se dio vuelta y caminó a la salida –también me di cuenta de que Taylor ya no estaba en la sala-.
-Jack... Jack... -lo llamé pero no volteó a mirarme-. ¡Jackson! –Exclamé y se detuvo a escuchar, no a mirar-. Yo Te amo...
-¡Pero no de esa manera! Si fuera sí, serías capaz de ir afuera, con... él y decirle que en realidad me amas y que se desilusione –señaló la puerta a sus espaldas-.
-J-Jack...
-No, Zoe, porque en realidad no me amas de esa manera ¿Ok?
Cerré los ojos y una lágrima se escapó por mi mejilla.
-No, diablos Zoe... no llores... no, simplemente no lo hagas –dijo entre preocupado y enfadado-.
Seguía con los ojos cerrados, pero lo sentía cerca. Puso una mano en mi mejilla y limpió la lágrima.
-Lo siento... Siento mucho haber arruinado esto, la amistad, y cualquier tipo de relación que haya existido entre nosotros –suspiré triste mirando al suelo-.
-Sí Zoe, yo también lo siento –dio vuelta y salió de la casa-.
No sabía qué hacer, ahora era lógico que me tenía que ir con Cameron...
Así que salí sin decirle adiós a Taylor –que no sabía dónde estaba- y vi a Cameron de nuevo, viéndome por la ventanilla abierta de su auto con el ceño fruncido.
-Cam... necesito...
-Que te lleve –completó-, lo sé. Lo siento, lo siento mucho.
-Ya... no importa.
-Bien sube.
Mason estaba en el asiento de copiloto entonces subí atrás detrás de Cameron. Mason puso su móvil en su oreja y esperó, al parecer estaba llamando a alguien.
-Hey Kath... Soy yo, Mason... sí, el mismo –rió-... era para decirte que iré a... -Mason separó el móvil de su oído y se escuchó un grito-. Sí, iré por el cumpleaños de una amiga... Sí, es solo una amiga, te lo juro... -rió de nuevo-. Han pasado bastantes cosas desde la última vez que hablamos, ¿dos año ya?... Bueno, salúdame a todos y no les digas que iré... solo porque no, adiós, también te quiero –y colgó-.
-¿Era quien creo que era?
-Sí, era Katherine.
-Wow... tanto tiempo.
-Sí.
-Lo siento me perdí y me siento excluida –añadí confundida-.
-Lo siento Zo, Mason... -comentó Cam para que Mason continuara-.
-Era mi prima.
-Y vive en... Miami –deduje-.
-Exacto, y pues... cuando lleguemos allá estaba pensando que la podía ir a visitar. ¿Está bien, no?
-Sí, sí. ¿Por qué no lo estaría?
Ambos estábamos igual de incómodos hablando. Eso seguro.
-Bien... -y silencio incómodo-. Entonces... no es por... meterla en el tema pero... ¿T-Taylor... no habla de mí?
-¡Oh vamos! Mason no seas imbécil –solté de golpe-.
-Ya, ya. Lo siento tenía que preguntar.
-Bueno, no, no habla de ti. Idiota –murmuré lo último-.
-Mmm... ok
Al llegar a mi casa, Cameron también bajó del auto. Caminamos a la entrada y él apunto de despedirse lo detuve porque recordé algo.
-Hey, la sudadera que me prestaste el otro día está arriba, si quieres pasa...
-Ok –asintió-.
Entramos y observó la casa.
-No es mucho pero... esta es mi casa –dije un tanto nerviosa-.
-Me gusta, es... acogedora –dijo sincero-.
-Ven –hice que me siguiera a mi habitación, pasamos enfrente del cuarto de mis padres y esa puerta se abrió, de ahí salió mi madre y corrió lentamente la mirada de mí hacia Cam, se le notaba nervioso-.
-¿Quién es él Zoe? –Preguntó aun mirándolo, era un poco más alto que ella-.
-M-mamá él es... Cameron.
-Ahm... mucho gusto Señora Brooks –dijo un poco desconcertado-.
-Claro –respondió mi madre seca-.
Oh, oh.
A mi madre no le cae bien... eso es malo.
-¿Qué estaban haciendo?
-Él me prestó una sudadera y se la iba a devolver –respondí rápido-.
-Mm... bien.
Y en ningún momento quitó la mirada de él, Cam se veía intimidado, ¿y quién no lo estaría?
Tomé su mano y él la aceptó apretándola, tiré de él hacia mi habitación pero no cerré la puerta, sería un regaño de parte de mi madre.
| Cameron |
Me senté en una silla de Zoe enfrente al armario, ella se dirigió ahí y empezó a volar ropa por los aires buscando la dichosa sudadera gris con azul.
Yo estaba justo detrás de ella mirándola, más bien su trasero. Mordí mi labio imaginándomela en la cama, conmigo, desnuda. Ella era increíblemente sexy.
-¡Aquí está! –Exclamó y la sacó, me la lanzó y se volteó a mirarme-.
-Gracias –pasé de mirar sus ojos a sus labios y noté que hizo lo mismo-.
Se sentó a arcadas sobre mí, sin despegar sus ojos de mis labios, y me besó, puso una mano en mi nuca y la otra en mi pecho, conforme seguía el beso se iba acercando más a mí –si se podía- y el beso se hacía más profundo y rápido.
-¡ZOE!
La voz de su madre. Zoe había dejado la puerta abierta. Zoe se levantó y yo igual. Y podía apostar todo a que mis mejillas se confundían con el cabello de Ronald McDonald. Tenía los ojos bien abiertos y la boca cerrada mirando como la madre de Zoe estaba hecha furia.
-Sal de aquí –señaló fuera de la habitación-.
-S-sí, señora.
Salí de la habitación casi corriendo pero no me fui, quería escuchar.
-¡Mamá! –Le reclamó notablemente enojada-. ¿¡Qué demonios te sucede!?
-¡Primero no me levantes la voz! Y segundo... ¿Qué demonios me sucede? ¿Enserio? Estabas a punto de...
-De nada, no estaba a punto de nada, lo besé mamá ¡Lo besé! No es nada malo.
-Oh, claro y yo nací ayer... Estabas sentada sobre él.
-¡Ugh! –Exclamó-.
-Escúchame Zoe, no quiero que lo vuelvas a ver ¿entendido?
-No, mamá, no entiendo ¿Qué demonios pasa?
-Pasa que el padre de Taylor se comunica conmigo, y ese chico es investigado junto con otros cuatro por el departamento de policía de New York.
¿¡QUÉ CARÁJOS!?
Me escabullí hacia la puerta por donde entré y salí sin hacer ruido. Mierda, Mierda y más Mierda.
Entré al auto y arranqué con la respiración agitada.
-¿Por qué duraste tanto?
-Me iba a devolver una sudadera, que por cierto olvidé de nuevo y conocí a su madre –dije rápido con la mirada en el camino-.
-Entonces le caíste mal a su madre...
-Peor aún, estamos siendo investigados y vigilados por la policía.
-Estás bromeando.
-¿Tengo cara de estar bromeando? No, no bromeo Mason.
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*-*