HEIRS OF THE RISING KINGDOM

By angiel_95

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Cuarta parte de Alfa King More

HEIRS OF THE RISING KINGDOM
CAPÍTULO 1.- primer fragmento
Nota de Autora
Nota de Autora
CAPÍTULO 1.- segundo fragmento
CAPÍTULO 1.- tercer fragmento
CAPÍTULO 2.- primer fragmento
CAPÍTULO 2.- segundo fragmento
CAPÍTULO 2.- tercer fragmento
CAPÍTULO 3.- primer fragmento
CAPÍTULO 3.- segundo fragmento
CAPÍTULO 3.- tercer fragmento
CAPÍTULO 4.- primer fragmento
CAPÍTULO 4.- segundo fragmento
CAPÍTULO 4.- tercer fragmento
CAPÍTULO 5.- primer fragmento
CAPÍTULO 5.- segundo fragmento
CAPÍTULO 5.- tercer fragmento
CAPÍTULO 6.- primer fragmento
Nota de Autora
CAPÍTULO 6.- segundo fragmento
CAPÍTULO 6.- tercer fragmento
CAPÍTULO 7.- primer fragmento
CAPÍTULO 7.- segundo fragmento
CAPÍTULO 7.- tercer fragmento
CAPÍTULO 8.- primer fragmento
CAPÍTULO 8.- segundo fragmento
CAPÍTULO 8 .- tercer fragmento
CAPÍTULO 9.- primer fragmento
CAPÍTULO 9.- segundo fragmento
CAPÍTULO 9 .- tercer fragmento
CAPÍTULO 10.- primer fragmento
CAPÍTULO 10.- segundo fragmento
CAPÍTULO 10 .- tercer fragmento
CAPÍTULO 11.- primer fragmento
CAPÍTULO 11.- segundo fragmento
CAPÍTULO 11 .- tercer fragmento
CAPÍTULO 12.- primer fragmento
CAPÍTULO 12.- segundo fragmento
CAPÍTULO 12 .- tercer fragmento
CAPÍTULO 13.- primer fragmento
CAPÍTULO 13.- segundo fragmento
CAPÍTULO 13 .- tercer fragmento
CAPÍTULO 14.- primer fragmento
CAPÍTULO 14.- segundo fragmento
CAPÍTULO 14 .- tercer fragmento
CAPÍTULO 15.- primer fragmento
CAPÍTULO 15.- segundo fragmento
CAPÍTULO 15 .- tercer fragmento
CAPÍTULO 16.- primer fragmento
CAPÍTULO 16.- segundo fragmento
CAPÍTULO 16 .- tercer fragmento
CAPÍTULO 17.- primer fragmento
CAPÍTULO 17.- segundo fragmento
CAPÍTULO 17 .- tercer fragmento
CAPÍTULO 18.- primer fragmento
CAPÍTULO 18.- segundo fragmento
CAPÍTULO 18 .- tercer fragmento
CAPÍTULO 19.- primer fragmento
CAPÍTULO 19.- segundo fragmento
CAPÍTULO 19 .- tercer fragmento
CAPÍTULO 20.- primer fragmento
CAPÍTULO 20.- segundo fragmento
CAPÍTULO 20 .- tercer fragmento
CAPÍTULO 21.- primer fragmento
CAPÍTULO 21.- segundo fragmento
CAPÍTULO 21 .- tercer fragmento
CAPÍTULO 22.- primer fragmento
CAPÍTULO 22.- segundo fragmento
CAPÍTULO 22 .- tercer fragmento
CAPÍTULO 23.- primer fragmento
CAPÍTULO 23.- segundo fragmento
CAPÍTULO 23 .- tercer fragmento
CAPÍTULO 24.- primer fragmento
CAPÍTULO 24.- segundo fragmento
CAPÍTULO 24 .- tercer fragmento
CAPÍTULO 25.- primer fragmento
CAPÍTULO 25.- segundo fragmento
CAPÍTULO 25 .- tercer fragmento
CAPÍTULO 26.- primer fragmento
CAPÍTULO 26.- segundo fragmento
CAPÍTULO 26 .- tercer fragmento
CAPÍTULO 27.- primer fragmento
CAPÍTULO 27.- segundo fragmento
Nota de autora
CAPÍTULO 27 .- tercer fragmento
CAPÍTULO 28.- primer fragmento
CAPÍTULO 28.- segundo fragmento
CAPÍTULO 28 .- tercer fragmento
CAPÍTULO 29.- primer fragmento
CAPÍTULO 29.- segundo fragmento
CAPÍTULO 29 .- tercer fragmento
CAPÍTULO 30.- primer fragmento
CAPÍTULO 30.- segundo fragmento
CAPÍTULO 30.- tercer fragmento
CAPÍTULO 31.- primer fragmento
CAPÍTULO 31.- segundo fragmento
CAPÍTULO 31.- tercer fragmento
CAPÍTULO 32.- primer fragmento
CAPÍTULO 32.- segundo fragmento
CAPÍTULO 32.- tercer fragmento
CAPÍTULO 33.- primer fragmento
CAPÍTULO 33.- segundo fragmento
CAPÍTULO 33.- tercer fragmento
CAPÍTULO 34.- primer fragmento
CAPÍTULO 34.- segundo fragmento
CAPÍTULO 34.- tercer fragmento
CAPÍTULO 35.- primer fragmento
CAPÍTULO 35.- segundo fragmento
CAPÍTULO 35.- tercer fragmento
CAPÍTULO 36.- primer fragmento
Nota de autor
CAPÍTULO 36.- segundo fragmento
CAPÍTULO 36.- tercer fragmento
CAPÍTULO 37.- primer fragmento
CAPÍTULO 37.- segundo fragmento
CAPÍTULO 37.- tercer fragmento
CAPÍTULO 38.- primer fragmento
CAPÍTULO 38.- segundo fragmento
CAPÍTULO 38.- tercer fragmento
CAPÍTULO 39.- primer fragmento
CAPÍTULO 39.- segundo fragmento
CAPÍTULO 39.- tercer fragmento
CAPÍTULO 40.- primer fragmento
CAPÍTULO 40.- segundo fragmento
CAPÍTULO 40.- tercer fragmento
CAPÍTULO 41.- primer fragmento
CAPÍTULO 41.- segundo fragmento
CAPÍTULO 41.- tercer fragmento
CAPÍTULO 42.- primer fragmento
CAPÍTULO 42.- segundo fragmento
CAPÍTULO 42.- tercer fragmento
CAPÍTULO 43.- primer fragmento
CAPÍTULO 43.- segundo fragmento
CAPÍTULO 43.- tercer fragmento
CAPÍTULO 44.- primer fragmento
CAPÍTULO 44.- segundo fragmento
CAPÍTULO 44.- tercer fragmento
CAPÍTULO 45.- primer fragmento
CAPÍTULO 45.- segundo fragmento
CAPÍTULO 45.- tercer fragmento
CAPÍTULO 46.- primer fragmento
CAPÍTULO 46.- segundo fragmento
CAPÍTULO 46.- tercer fragmento
CAPÍTULO 47.- primer fragmento
CAPÍTULO 47.- tercer fragmento
CAPÍTULO 48.- primer fragmento
CAPÍTULO 48.- segundo fragmento
CAPÍTULO 48.- tercer fragmento
CAPÍTULO 49.- primer fragmento
CAPÍTULO 49.- segundo fragmento
CAPÍTULO 49.- tercer fragmento
CAPÍTULO 50.- primer fragmento
CAPÍTULO 50.- segundo fragmento
CAPÍTULO 50.- tercer fragmento
CAPÍTULO 51.- primer fragmento
CAPÍTULO 51.- segundo fragmento
CAPÍTULO 51.- tercer fragmento
CAPÍTULO 52.- primer fragmento
CAPÍTULO 52.- segundo fragmento
CAPÍTULO 52.- tercer fragmento
CAPÍTULO 53.- primer fragmento
CAPÍTULO 53.- segundo fragmento
CAPÍTULO 53.- tercer fragmento
Nota de autora
Capitulo Final - Parte I
Capitulo Final - Parte II
Epílogo
Nota de autora
Dantalian
La isla de Jeju

CAPÍTULO 47.- segundo fragmento

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By angiel_95


Este cap no les gustara a varios, creo que desde este capítulo se puede ver en qué dirección va a ir lo que queda de esta parte (que ya falta poco para terminar) y el siguiente y último libro. Así que si no les gusta para nada como va yendo el libro, es mejor que lo abandonen aquí y se ahorran un disgusto.

De verdad no me gusta dejar notas, pero me di cuenta de que este capítulo recibió mucho odio en la otra plataforma que va algunos caps adelantados. Así que me gustaría dejar en claro mi posición. 

Nenas hermosas, si no les gusta lo que escribo, no lo lean.

Yo escribo esto para que se diviertan y se desconecten del mundo real como lo hago yo cuando escribo. No para que se enojen y discutan entre ustedes.

Se sienta, se pone lentes de sol, espera el odio comiendo chocolate, escuchando a The 1975 y rezándole a Matthew Healy.

Gracias por leer y muchos besos.

¡Cuídense!





***





Aparecieron cayendo estrepitosamente en el suelo, Gunnar la levantó rápidamente. Le hubiera gustado usar su magia, pero casi había gastado todas sus energías y necesitaba lo que le quedaba para sanarla.


Pateó la puerta de la choza oculta que tenía en medio de la selva de Brasil, un lugar tan oculto y apartado de la sociedad tanto humana como de hombres lobos. Apartó las cosas que había en el mesón de madera que estaba en medio del lugar y puso a la enferme en esta.


—¡Por la madre naturaleza! —se dio cuenta de que aquella chica tenía media cabeza abierta—. ¡Ninguno de mis hechizos sanará esto!


Entró en pánico, se sacó la túnica porque en el lugar hacía un calor del infierno y porque recordó que tenía algunas pócimas sanadoras ahí. En su desesperación sacó todo en un gran desorden y ahí fue donde las vio.


"Las lágrimas de ángel"


Tomó uno de los frasquitos llenos de estas y las llevó a los labios de aquella joven.


Sabía que con una lagrima bastaba, pero ella estaba demasiado herida, tanto física como espiritualmente. Gunnar podía sentir las hemorragias internas además de tener medio cráneo rajado. Su alma también estaba dañada, el hechizo a medio hacer que le estaban practicando la había dejado infestada de magia oscura.


Así que le dio tres lágrimas de ángel y el mismo se tomó una, necesitaba su magia a tope para intentar cerrar las heridas en su cabeza.


Después de mucho esfuerzo y sangre de por medio. Logró reconstruir mediante magia, toda la zona que tenía dañada, aunque por trabajar tan rápido, había dejado una gruesa y larga cicatriz que seguramente podría tapar con cabello.


Volvió a revisarla, todo adentro de ella se había sanado gracias a las lágrimas de ángel y sentía a su alma más estable.


Se acercó al sofá más cercano y sin importarle que estaba lleno de suciedad, se desplomó mirándola.


¿Qué había hecho? ¿Por qué la salvó?


Era lo más probable que hubiera muerto, si alguien hubiera ido por ella después de aquella caída, la hubiera encontrado muerta.


La culpa, se dijo a sí mismo, la culpa lo había hecho actuar.


No solo era porque la secuestro, era todo lo que sucedió después. Sintió tanto asco al escuchar que su propia madre le confesaba cosas repudiables para terminar diciéndole que se adueñaría de su cuerpo.


Cuando vio que los hombres lobos del Reino estaban ganando, se sintió aliviado al saber que su mate estaba yendo por ella y rezaba internamente que lo logrará antes del hechizo que le estaban imponiendo sucediera.


Sin embargo, cuando escuchó que aquella joven había actuado para que el príncipe heredero perdiera un hijo junto a su mate, supo que la chica estaba perdida. No importaba quien ganara, terminaría muerta.


Y después de conocer a su abominable madre, supo que ella estaba detrás de todo.


No lo había planeado en lo absoluto, solo actuó cuando aquel hechicero se lanzó hacia la chica que luchaba con su madre.


El barco empezó a caer y todo dio vueltas, cuando al fin logró matar a su compañero hechicero, que nunca le había caído bien, por cierto. Vio a la joven siendo lanzada de un lado a otro como un muñeco de trapo. Así que se impulsó a ella cuando se golpeó la cabeza y la trajo a uno de sus escondites.


Ahora era que se daba cuenta que tenía consigo a la hija de la peor enemiga del reino de los hombres lobos y mate de un semidemonio.


¿Por qué carajos se unió a esos hechiceros?


Estaba perdido.


La chica empezó a moverse.

Él se levantó inmediatamente, intentando recordar cómo se llamaba.


Hmmm... —la chica empezó a quejarse y pestañear.


¿Jessica?


—Abre los ojos lentamente —dijo él con voz suave—, estás a salvo, pero la luz puede dañarte los ojos.


¿Jenna?


Hmmm... —la chica abrió los ojos lentamente como le indico él y lo miro levantándose un poco—. ¿Don...dónde estoy?


Creo que se llamaba Jess.


—Estás en un escondite mío —explicó él cuidadoso—, no creas que te voy a hacer daño, solo te traje para salvarte, si quieres irte, te llevaré gustoso.


Ella pestañeó observándolo con detenimiento.


—Yo... —ella lo miró perdida—, yo... ¿nos conocemos?


Él se rasco la cabeza.


—¿Te acuerdas del hechicero que te llevó de nuevo con tu madre cuando estabas con tus amigos del Reino? —dijo él avergonzado.


—¿Reino? —ella pestañeó más confundida—. ¿Yo... de qué Reino hablas?


Gunnar palideció.


—¿Cómo te llamas? —preguntó Gunnar al borde de un ataque de pánico.


Jess, oh como fuera que se llamara aquella chica, lo miró confundida y después gimió de dolor tocándose la cabeza.


—Yo... —sus ojos se llenaron de lágrimas—. Yo... yo no sé...yo no recuerdo cómo me llamo.


Ay no... —Gunnar empezó a arrancarse los cabellos de la cabeza—. ¡¿Por qué a mí?!





***





—No estará ahí —preguntó Dylan—. Yo no regresaría a mi casa si me estuvieran buscando.


—Obvio que no estará, pero vale la pena la visita —dijo Concetta—, seguramente Elizabeth dejó documentos o cosas así que nos den más pistas de sus aliados ocultos. Es por eso por lo que voy a acompañarlos.


—Podríamos buscar esos documentos por nosotros mismos —gruño Alan—, no entiendo porque tienes que acompañarnos.


—Ay bien que me extrañas zoquete —hablo Concetta—, además de que eres muy tarado para ver cosas que a simple vista no están.


—Si es cierto, él solo piensa en destruir todo el tiempo —asintió Dylan—, es como un gorila torpe.


—Sin cerebro precisaría yo —acoto Concetta.


—Si yo fuera un gorila, ustedes serían un par de chimpancés deformados —replicó Alan.


Los tres se enzarzaron en una discusión llena de insultos. Después de unos días, Dylan y Concetta habían unido fuerzas y ahora los dos habían formado una amistad que era unida gracias a las ganas de molestar a cierto semidemonio.


Bael llegó algo disgustado al jardín de su casa después de haber dormido solo dos horas. Desde hace dos semanas que había sido la batalla, desde hace dos semanas Jessy estaba desaparecida y desde hace dos semanas casi no dormía.


Desde el mismo día de la batalla, después de que se enteraran de que Jessy desapareció junto a uno de esos hechiceros contra los que pelearon, habían saltado de un lugar a otro con su tío Dylan y su padre.


El padre de Kerim dio detalles exactos de todos los escondites que sabía, así que algunas veces no encontraron nada y otras veces tuvieron que luchar contra algunos hechiceros o hombres lobos sin manadas.


Pero hasta ahora no la encontraban.


Bael sentía que cada día que pasaba, era como si cada vez más la distanciaba.


Tenía los sentimientos revueltos, no sabía que más hacer ni qué pensar. El primer día que volvió sin encontrarla. Estefan lo había apartado para decirle que Liam lo sabía todo y que era un desastre.


Bael fue un cobarde y regresó a dormir a su casa. No sabía que decirle a Liam si lo enfrentaba ¿Qué podría decirle?, ¿Qué se equivocó en guardar aquel secreto?, ¿Qué lo sentía por tener de mate a Jessy?


El daño ya estaba hecho, otra vez los había dañado a ambos, fue un primo de mierda de nuevo con Liam y no tenía nada para remediarlo.


Su mente solo estaba enfocada en rescatarla, hizo un maldito juramento, le dijo que no permitiría que nadie le hiciera daño a pesar de que iban a separarse y ha fracasado rotundamente.


Casi la mataron, ahora estaba sabe la diosa luna donde y con quien, tal vez estaba pasando hambre, tal vez la estaban torturando por las promesas sin cumplir de la bestia de su madre. No sabía dónde estaba o que podría estar pasando.


Sin embargo, tenía que encontrarla.


—Partamos ya —habló Alan—, ya todos los malditos alfas de las estúpidas manadas principales han llegado y mañana temprano será la primera reunión de manadas para preparar los juicios, tenemos mucho que hacer.


—Ni me lo recuerdes, que tengo mucho papeleo —se quejó Dylan.


Juntaron sus manos y Dylan hizo el hechizo de teletransportación a la zona indicada.


Cuando Bael aterrizó otra vez en el suelo, se dio cuenta que estaban ante una finca, según había entendido, Jessy y su familia vivían en la ciudad de Compiegne en Francia, cerca de un bosque con el mismo nombre de la ciudad.


Cuando estuvieron a punto de caminar, Alan los detuvo.


—¿Huelen eso? —preguntó Alan.


Los demás empezaron a olfatear.


Bael lo sintió.


—Hay alguien muerto en esa casa —habló Concetta.


—Lleva ahí varios días —dijo Dylan con disgusto—. ¿Es que dejaron a alguien atrás?


—Todos con cuidado —gruñó Alan—, no me sorprendería si esa loca dejará trampas en su propia casa.


Los cuatro empezaron a caminar hacia la casa, cuando más se acercaban, el olor de la persona muerta se intensificaba. Cuando entraron a la casa, el olor de Jessy junto a otros olores le golpearon la nariz.


No pudo evitarlo, salió corriendo a las escaleras buscando el olor de Jessy a pesar de los gritos de su padre.


Llegó a la puerta y la abrió con rapidez.


El olor de Jessy estaba impregnado en aquellas paredes color rosa pastel. Supo de inmediato que esa era su habitación.


Obviamente no había nadie más que ellos y el muerto en esa casa, pero por un instante creyó que Jessy estaba escondida por algún lugar de ese cuarto.


Camino sin rumbo hacia una pared que era un mural llena de fotos de Jessy. Eran al menos un ciento de fotos de Jessy de todas las edades sola o con otras personas.


Bael perdió el aliento al ver a una sonriente Jessy de 5 años montando una bicicleta con un hombre que la empujaba. El hombre se repetía en muchas fotos, seguramente era el padre de Jessy.


Un grito la alertó.


Bael salió rápidamente de la habitación y siguió el grito. No muy lejos de ahí encontró a su tío Dylan masajeando la espalda de Concetta.


Su padre salió de la habitación de donde salía el olor de la persona muerta.


—Por la diosa luna, Concetta —la molesto Alan—, has visto cosas peores.


—Si, pero él... él era un viejo amigo y... —Concetta suspiro negando por la cabeza—. Verlo en ese estado es...


—¿Qué está pasando? —pregunto Bael.


—Encontramos al padre de tu mate —le explicó Dylan—, está muerto y en estado de descomposición.


—Descomposición es un decir muy leve —Alan agrió el gesto—, con el calor se ha estado fundiendo con sus sábanas.


Concetta se tapó la boca y Dylan le lanzó una mirada desagradable a Alan.


Bael sintió un gran pesar, Jessy arriesgó todo por su padre y todo había sido en vano.


—Ni entres —Alan le impidió el paso—, no tienes por qué ver esto, voy a quemar ese cuerpo, es lo mejor.


—No...no lo quemes —pidió Bael—. ¿Podrías enterrarlo?


Alan alzó una ceja.


—¿Enterrarlo?


—Si —Concetta asintió—, yo también creo que debemos enterrarlo, hay que darle santa sepultura.


Alan soltó una risa burlona y cruel. Estaba a punto de soltar una de sus frases más crueles que explicaban su sentir al que quieran enterrar en santa sepultura al mate de su peor pesadilla, pero Bael lo detuvo tomando su mano.


—Por favor, papá —Bael apretó su mano mirándolo suplicante—. ¿Puedes hacerlo por mí?


Alan soltó un resoplido y asintió a regañadientes.


—Haré el hoyo a mano en el jardín, como mandan nuestros sacramentos —gruño Alan—, vayan buscando cosas que nos sirvan en la casa por mientras, es para lo que hemos venido.


Bael asintió dándole una pequeña sonrisa a su papá y volvió a la habitación de Jessy. Volvió a ver las fotos con más detenimiento, viendo a Jessy más feliz de lo que jamás la había visto en su tiempo con él. Era extraño no verla con el cabello negro y corto, pero debía admitir que era más hermosa en su aspecto real.


Su corazón le dolía demasiado, Jessy se había metido debajo de su piel.


Camino hacia la repisa de sus libros observando todo de pasada y después fue a su ropero. Estaba lleno de sweaters. Los que usaba en sus fotos con mucha frecuencia.


Jamás le había visto un sweater puesto en el Reino.


Tomo uno y aspiro el aroma de Jessy como si fuera una droga, tan peligrosamente adictiva y tan anhelante. No había conocido a la real Jessy y era posible que jamás la conociera. Definitivamente se llevaría algunos sweaters a su casa, junto a las fotos.


Camino hacia la cama, toco el edredón y las sábanas.


Cerró los ojos y pudo observar a Jessy acostada ahí con alguno de esos sweaters puestos leyendo alguno de sus tantos libros. Se recostó en la cama y abrió los ojos. También podía imaginar a Jessy en el mismo lugar que él, mirando el techo perdido en sus ensoñaciones.


—¿Dónde estás? —preguntó Bael a la nada—. ¿Dónde estás Jessy?


Siguió mirando el techo y noto que en medio de este había una cuerda. Se levantó de un salto desplegando sus alas y volando hacia la cuerda. Noto que era la puerta al ático de la casa.


Subió y distinguió que el ático estaba decorado como un lugar para guardar juguetes y cosas que seguramente eran de Jessy cuando era niña.


Empezó a caminar por ese estrecho lugar y notó que tenía otra pequeña librera.


En vez de libros eran diarios, al leerlos noto que eran los diarios de Jessy. Había tomado uno de los más antiguos y que tenía letras escrito por una Jessy de menos de diez años evidentemente.


"Querido diario, hoy mi primo me jaloneo el cabello..."


Bael empezó a revisar los demás diarios y se dio cuenta que había diarios incluso cuando estuvo en el reino.


"Mañana viajaré a ese temible lugar, no sé cómo engañare a todos actuando como una persona totalmente diferente a mi..."


Bael adelantó las páginas hasta leer su nombre.


"Bael es el más grande idiota cabeza hueca que he conocido en mi vida..."


El nombrado sonrió con burla, esa era la Jessy que él conocía. La chica más fuerte de espíritu que había conocido, no la fantasma lamistera en la que se había convertido desde que descubrió la verdad.


Escuchó el grito de su padre pidiéndole que saliera al jardín. Dejó el diario con cuidado en su lugar.


Llegó en el momento en el que Dylan hacía levitar el cuerpo del padre de Jessy mediante magia. Estaba envuelto en sábanas cuidadosamente. No se veía nada de él


—Espera tío —dijo Bael acercándose al cuerpo justo antes de que lo metiera dentro del enorme hoyo que hizo Alan—, tiene que llevarse algo con él.


Bael puso encima del cuerpo la foto de Jessy en bicicleta junto al difunto. Asintió hacia su tío y este terminó de meter el cuerpo.


Dylan empezó con la ceremonia de entierro que se hacía normalmente para los hombres lobos, Concetta dio unas palabras porque era la única que lo conocía a pesar de que no se veían hace años. Bael y Alan enterraron el cuerpo con la tierra a mano, como dictaban sus sacramentos.


—¿Te acuerdas de que me prometiste una casa cuando cumpliera 18 años? —pregunto Bael.


—Si, ¿es tu manera de recordarme que mañana es tu cumpleaños? —respondió Alan pisando la tierra para dejarla uniforme.


—Quiero esta casa —dijo Bael decidido—, quiero que me regales esta casa.


Alan lo miró pasmado.


—¿Quieres vivir en este lugar? —preguntó confundido.


Bael asintió mirándolo a los ojos.


Alan soltó un gruñido feroz, pero acepto.


—Hablaré con Pierre —siguió gruñendo Alan—, pero no se lo digas a nadie, no quiero discutir con tus tíos porque le estoy comprando la casa de la peor traidora del Reino a mi hijo.


—Gracias papá.


Fueron interrumpidos por Concetta y Dylan que llegaban con una cruz de madera que improvisaron con el nombre del difunto.

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