EL HUBIERA SÍ EXISTE (CAMREN)

Da CocodriloSWIFT

183K 10.4K 11.3K

NO RECOMENDABLE PARA MENORES DE 18 AÑOS. Clasificación NC-17 (USA) o "D" En México Advertencia: Esta histor... Altro

NOTA DE LA AUTORA
PROLOGO
CAPITULO UNO
CAPITULO DOS
CAPÍTULO TRES
CAPÍTULO CUATRO
CAPÍTULO CINCO
CAPÍTULO SEIS
CAPÍTULO SIETE
CAPITULO OCHO
CAPÍTULO NUEVE
CAPÍTULO DIEZ
CAPÍTULO ONCE
CAPÍTULO DOCE
CAPITULO TRECE
CAPITULO CATORCE
CAPÍTULO QUINCE
CAPÍTULO DIECISÉIS
CAPÍTULO DIECISIETE
CAPITULO DIECIOCHO
CAPÍTULO DIECINUEVE
CAPÍTULO VEINTE
CAPÍTULO VEINTIUNO
PERSONAJES
CAPÍTULO VEINTIDÓS
CAPITULO VEINTITRÉS
CAPÍTULO VEINTICUATRO
CAPÍTULO VEINTICINCO
CAPITILO VEINTISÉIS
CAPÍTULO VEINTISIETE
CAPÍTULO VEINTIOCHO
CAPITULO VEINTINUEVE
CAPÍTULO TREINTA
CAPÍTULO TREINTA Y UNO
CAPÍTULO TREINTA Y DOS
CAPÍTULO TREINTA Y TRES
CAPÍTULO TREINTA Y CUATRO
CAPÍTULO TREINTA Y CINCO
CAPÍTULO TREINTA Y SEIS
CAPÍTULO TREINTA Y SIETE
CAPÍTULO TREINTA Y OCHO
CAPÍTULO CUARENTA
CAPÍTULO CUARENTA Y UNO
CAPÍTULO CUARENTA Y DOS
CAPÍTULO CUARENTA Y TRES
NUEVAS POLÍTICAS DE WATTPAD

CAPÍTULO TREINTA Y NUEVE

1.1K 51 319
Da CocodriloSWIFT

PERSPECTIVA DE MATÍAS

¿Quién iba a imaginarse que tres mujeres que ni siquiera me conocían y de quienes yo mismo desconocía sus nombres hasta hace muy poco salvarían mi vida?

Había pasado alrededor de unas setenta y dos horas refugiado en la casa veraniega de la Familia Jauregui, tres largas noches con intentos desesperados por mitigar mi ansiedad debido al paso tan dolorosamente lento del tiempo. Demasiado cansado de estar acostado en la cama como para tener ganas de dormir y aunque mi estado de salud era bastante estable dadas las circunstancias: Recibir cinco disparos y que la mujer cuyas manos habían sacado mis balas fuera nada más y nada menos que la Directora de un Colegio Católico para niñas...

Insisto, físicamente las cosas marchaban dentro de lo esperado, pero...Algo no estaba bien conmigo.

Cosas mías y de mi mente, así que no por culpa de mis demonios internos podía restarle mérito a la labor casi heroica de Taylor Swift.

Ella no solamente me había salvado la vida, también se mantuvo a mi lado durante toda la primera noche, vigilante de mi temperatura y alerta de mis signos vitales en general. Se encargó de mantenerme hidratado, desinfectó mis heridas y me suministró hierro para que mi cuerpo recuperara los glóbulos rojos que habían disminuido de manera considerable tras sangrar profusamente.

A la mañana siguiente del aquel día que casi termina en tragedia, me sentía como si un camión me hubiese pasado por encima, tenía el cuerpo todo jodido y dolorido, pero entonces había aparecido nuevamente Lauren, acompañada de otra joven mujer, una muy alta y atractiva, también con los ojos verdes; Supe que se trataba de la pareja de mi Doctora cuando se saludaron con un beso en los labios.

Ellas trajeron comida suficiente para que desayunáramos los cuatro y además dejaron para mí ropa nueva, de manera que tras darme una larga ducha con agua caliente pudiera colocarme algo cómodo y limpio.

Karlie Kloss, la novia de Swift, me entregó varias bolsas con el logo de Macy's, no existía nada estrafalario allí dentro, lo cuál agradecí en silencio porque mis gustos al vestir eran bastante sencillos, aunque en realidad nadie fuera a verme con los atuendos puestos, me sentiría raro. Afortunadamente lo que habían elegido para mí eran playeras de algodón en colores sobrios y lisos, sin mangas, para evitar que cualquier otra textura de tela hiciera fricción con mi brazo y con mi hombro lastimado. Además me proveyó un par de pantalones cortos, dos juegos de pijamas, calzoncillos tipo bóxers y dos trajes de baño, en caso de que quisiera zambullirme en el mar o en la piscina, obviamente pensando hacia un futuro cercano, cuando mis heridas estuviesen completamente cicatrizadas.

Eso me recordaba que mi estancia allí sería por tiempo indefinido.

Mientras desayunábamos waffles y emparedados preparados con diversos ingredientes más nutritivos que deliciosos, a decir verdad, me informaron que la Señora Hansen había dejado una tarjeta de crédito dispuesta para mí, con un límite de crédito que casi me hizo escupir el jugo de naranja.

Me sentí como Michael Corleone en El Padrino, literalmente me estaban mimando como si del hijo exiliado de un poderoso mafioso italiano de la vieja escuela se tratara.

Karlie amablemente me entregó un móvil de la manzana mordida, última generación y con montón de aplicaciones instaladas para realizar compras en línea a las que vinculó los números del valioso plástico para que pudiera ordenar comida, artículos de cuidado personal, medicamentos y hasta licor si así lo deseaba.

No perdió oportunidad en recordarme que podía gastar libremente cuanto quisiera o necesitara.

Todo era muy extraño para mí, sabía que Mamá Dinah tenía su buen guardadito, pero seguía sin entender de dónde estaba sacando tanto dinero para costear todo esto, algo no encajaba del todo, temía que en su desesperación por ayudarme hubiese recurrido a un usurero y ahora tuviera una enorme deuda por saldar.

Dicha situación tan llena de incertidumbre aumentaba considerablemente mi ansiedad porque ahora mismo yo ni siquiera sabía si algún día sería capaz de reunir la cantidad suficiente para pagarle y aunque sé que la mujer mayor jamás me cobraría, mi conciencia me gritaba que estaba terminando con su patrimonio y privando a los niños desprotegidos del orfanato de recibir su ayuda.

Para mi mala fortuna, cuando la policía me apresó meses atrás, el Gobierno congeló mis cuentas bancarias y ahora que había sido declarado legalmente muerto, con toda certeza harían de ese dinero algo perdedizo, ó en el mejor de los casos, las autoridades correspondientes liberarían mis bienes para que automáticamente las cantidades que había conseguido amasar con mi sueldo a lo largo de los años con la finalidad de construir un patrimonio para Matty, pasaran a su nombre, lo cuál sería maravilloso de no ser por el pequeño detalle que mi cachorro al ser menor de edad necesitaría de un tutor quién manejara su herencia hasta que cumpliera los veintiuno.

Mucho me temía que ese alguien encantado de administrar su herencia sería la basura pestilente de su abuelo.

Una vez que las mujeres cumplieron con dejarme a salvo y darme instrucciones para tener una estancia cómoda en la casa, ellas se marcharon, grabaron sus respectivos números telefónicos en la agenda de contactos de mi nuevo móvil y me autorizaron para llamarles si llegaba a necesitar algo, cualquier cosa, por insignificante que pareciera.

Debo admitir que se comportaron sumamente amables y hasta cariñosas conmigo, tenían personalidades muy diferentes entre sí, pero debía reconocer que fui más feliz las horas que compartimos juntos que cuando se marcharon y me quedé a solas con todos los fantasmas que me atormentaban.

Las horas habían seguido su curso y reflexioné en todas las ocasiones que creí erróneamente que una vez liberado de aquel grillete electrónico me sentiría más como yo mismo, que de alguna manera recuperaría la motivación para planear una vida fuera de aquel edificio, pero la realidad es que mi entorno seguía siendo demasiado parecido...

Me seguía sintiendo en la misma prisión.

Mi mente se encontraba en algún sitio en medio de la nada o tal vez cerca de un todo, pero de un todo que estaba muy lejos de la libertad.

Cansado de tener las alas rotas y de esas cadenas invisibles que ataban mis brazos y piernas, inclusive me cortaban la respiración aunque materialmente ni siquiera existieran, pero condicionaban cada uno de mis deseos, mis movimientos, impidiéndome estirar los músculos como me gustaría hacerlo, pero yo seguía sin ánimos para levantarme de la cama...Sin embargo, la dramática y cruda realización de que los barrotes que se negaban a abandonarme y me mantenían en cautiverio, amordazando mis pensamientos no eran otra cosa más que mi propio cuerpo, me obligó a ser resiliente, quizás estaba a menos de la mitad del camino pero no podía darme el lujo de parar ahora.

Seguía siendo un simple reo pagando por el precio de soñar a color, cuando un hombre como yo solamente tiene derecho a soñar en blanco y negro, reducido a un hámster de laboratorio dando vueltas en su rueda, y entre toda la maldita obscuridad que reina en mi cabeza...Lo único que me mantiene cuerdo es la imagen de mi hijo y de ella.

Scarlet.

Y una vez que la idea de su existencia se instaura en mi mente, no puedo parar de pensar compulsivamente en ella. Grito en silencio con tanta fuerza que casi desgarro mis entrañas para llamarla y pedirle que venga, como si tuviera el poder de entablar una conversación telepática con ella, y el imaginar que me escucha y que llega por sorpresa...Se ha convertido casi en una obsesión que duele y al mismo tiempo me llena el cerebro de cuestionamientos absurdos aderezados por la culpa:

¿Existía alguna diferencia entre los videojuegos de aquel Piso Franco y ver Netflix en esta casa de playa?

¿Todas esas balas y el riesgo en que puse a las demás personas valieron la pena solamente para tener una linda vista al mar?

Una vista que ni siquiera era capaz de disfrutar porque ni sangrando por el pavimento ni en las vestiduras del auto de Lauren pude drenar toda la necesidad que siento por esa mujer...Ahora puedo asegurar que el amor es la muerte de la paz mental, y ella era como una tormenta de granizo golpeando por la ventana.

Ni siquiera me atreví a confesarle alguna vez que la única unidad métrica que he conocido para describir lo mucho que la quiero, es la misma cantidad de besos que quisiera darle.

Pero ¡Vamos! que teníamos todo en contra, así que ella no tenia la obligación de apostar por quererme, como sea, decidió no hacerlo y marcharse a su lugar seguro; yo sé que era la única opción posible, la única opción real, la única opción en donde no podría lastimarla ni ponerla en peligro, pero saberlo no le basta a mi corazón que se niega a resignarse, que se resiste a comprender que muchas veces las parejas protagónicas no terminan juntas y eso no significa que no tengan un final feliz.

Solamente me queda aferrarme a la idea de que ella se decantó por el camino correcto y que el Fiscal podrá ofrecerle la estabilidad y la protección que yo nunca podría.

Y el final feliz.

También podrá darle ese amor, ese mismo que se cocinó en mi interior sin que yo encendiera el fuego, simplemente cuando abrí los ojos y fui consciente de lo que sucedía a mi alrededor, el platillo ya estaba servido, humeante y listo para ser paladeado; Yo debería ser valiente y no sentir este miedo tan atroz por tenerme que tragar solo todo este sentimiento.

Pero no puedo mentirme a mí mismo, no me puedo repetir que la herida ya no sangra cuando me estoy desbaratando por dentro en este silencio que es una puta trampa para recordarme lo miserable que se siente cuando tu única compañía es la soledad.

Como sea, conseguí reunir el coraje suficiente para abandonar la cama y bajar las escaleras al primer piso, prepararme un emparedado en su expresión más básica con jamón y mayonesa, más por la necesidad de alimentar mi cuerpo que porque realmente tuviese apetito.

Me tumbé en el sofá y encendí el televisor, ni siquiera me di cuenta cómo carajos terminé viendo esta puta serie coreana romántica de mierda, pero el final era tan triste, y honestamente yo no sabía si mis lágrimas rodaban porqué el Capitán Ri y Se-ri tendrían que vivir separados la mayor parte de sus vidas, aun amándose desesperadamente como lo hacían y aún así debían conformarse con encontrarse únicamente una vez al año...

O si por el contrario, yo lloraba debido a la envidia que sentía, porque no importa cuan agridulce resulte su final, siempre serán mejor unas cuantas migajas que nada.

Y yo tenía nada, yo no tenía una vez al año para poder estar con la mujer que amaba durante dos semanas en Suiza.

-¡Maldita historia, malditos coreanos!- Estaban por todas partes infestando el mundo como una plaga, yo solamente había querido mirar algo sobre militares, ¿Por qué precisamente había decidido oprimir el botón de reproducir justo en "Crash Landing on you"? -Ahora solamente puedo pensar en emborracharme con soju o como carajos se llame el licor que salía de esas botellitas verdes- Comencé a pelear con la pantalla.

Pude continuar conmiserándome y nadando entre el excremento de vaca imaginario creado por mi mente durante días, semanas, incluso meses, cuando de repente un sonido completamente inesperado me asaltó de mis pensamientos.

-¿Peleando tú solo?- Esa voz. Su voz que me hizo pegar un salto por el susto y al mismo tiempo me erizó la piel. -Creo que necesitarás retomar la Terapia con tu Psiquiatra-

Estuve tan ajeno con mi mar de divagaciones que me perdí totalmente del ruido que debió emitir la llave al girar por el picaporte de la puerta.

Ninguna de las chicas me mensajeó para avisar que vendrían y mi atención estaba dispersa, por lo que mi sorpresa fue mayúscula y mis ojos no daban crédito a lo que tenían frente a ellos.

O mejor dicho, a la mujer de pie en el umbral de la puerta sosteniendo varios paquetes en la mano.

Si te fijas, la vida es un ciclo porque la realidad comienza donde terminan los sueños...Pero al mismo tiempo...Los sueños comienzan donde termina la realidad.

Desde que conocí a Scarlet me impuso con su presencia, su manera tan elegante de vestir con marcas de diseñadores que yo ni siquiera conocía, pero imaginaba que serían impagables para mis posibilidades económicas. Ella siempre se presentó firme ante mí, impecablemente maquillada y con esa manera arrogante de caminar con sus pies calzados en tacones que mínimo le aumentaban diez centímetros a su estatura, reforzando esa apariencia que ya de por sí, tenía de modelo.

Pero hoy todo parecía ser diferente.

Ésta fue la primera vez que su ropa era tan casual como unos pantalones y una sudadera de chándal en color negro con franjas blancas al costado, zapatillas deportivas, cabello recogido con una liga simple y no había rastros de maquillaje en su rostro.

Lo que más resaltaba en ella ahora eran los vestigios de lo que parecían haber sido hematomas dispersados por gran parte de su cara. Las marcas que seguramente días atrás debieron ser de color morado, ahora comenzaban a desteñirse tornándose en un verde amarillento, además, tenía una cortada en la ceja con puntos de sutura y otra mucho más aparatosa en la comisura izquierda de la boca.

-¿Qué te pasó?- Pregunté temblando. Eran demasiadas emociones a la vez y yo no sabía cómo ordenarlas en mi mente para procesarlas, así que los músculos de mi cuerpo comenzaron tiritar por mero acto reflejo, era la alegría de tenerla frente a mí, la sorpresa de que hubiera aparecido sin previo aviso como tantas veces había sucedido en mis fantasías cuando se suponía que estaba intentando salvar su matrimonio, pero también se presentaba el miedo de que le hubieran hecho tanto daño y la rabia que me llenaba todo el torrente sanguíneo con solo imaginarlo provocando que me castañearan los dientes. -¿Fue él? ¿Tu esposo?-

Ella negó con la cabeza. -Mario sería incapaz de lastimarme en esa forma, pero no quiero hablar de eso ahora- Scarlet no supo que decir o tal vez no quería hablar, pero tampoco encontró alguna excusa para llenar el silencio. Trató de mirar hacia otro sitio, primero hacia la pantalla de televisión en donde se proyectaban los créditos finales de la serie coreana que acababa de terminar y que en parte era responsable de que mis ojos lucieran tan rojos e hinchados, pero después dejó de parecerle interesante y posó sus ojos sobre las persianas francesas que comunicaban a la terraza, y claro, la vista por ese ventanal no dejaba de maravillarme y supongo que a ella tampoco porque se quedó más rato del que pude medir observando.

Quizás contemplaba el bonito color del agua o simplemente su cabeza se perdía en la nada para evadir mi mirada. Yo no iba darme por vencido, por supuesto que no me conformaría con su negativa para contarme qué demonios estaba sucediendo.

-No puedes simplemente aparecerte aquí llena de golpes y pretender que no me preocupe, me quede callado y no haga preguntas- Me quejé apretando los puños y haciendo un gran esfuerzo por no levantar la voz más de lo que ya lo estaba haciendo. Lo que menos pretendía era asustarla o que tuviera miedo de mí.

-Estoy bien, Matías, te prometo que te lo voy a contar, pero no ahora, ni hoy, aún no me siento lista para hablar contigo sobre eso- Se encogió de hombros y cerró la puerta tras de sí dándome la espalda.

¿Lista? ¿A qué se refería con eso? Solamente pude pensar en que todos esos golpes se trataban de un suceso traumático, y yo no me tragaría esa historia típica del accidente, las escaleras o la puerta, así osara a inventarme ese cuento para calmarme. Y sin embargo...Debía ser respetuoso de su intimidad y de sus tiempos, solamente me quedaba confiar en que ella realmente hablaría conmigo en algún momento y sería sincera.

Ella inhaló y exhaló profundamente con cierta resignación. Definitivamente algo andaba mal y yo comencé a temer lo peor, muchos escenarios catastróficos pasaron por mi cabeza pero fui incapaz de exteriorizarlos porque ella fue mucho más rápida que yo y retomó la palabra.

-Te traje una consola de X-Box para que no te aburras tanto, no soy experta en estas cosas, pero me dijo el vendedor que era la última generación y la mejor, además compré algunos juegos, no tuve idea de cuáles podrían ser tus favoritos pero tienes varios para elegir...NFL, FIFA, WWF...Y bueno ya los revisarás tú mismo de uno por uno, espero te puedan ayudar a que el tiempo aquí no pase tan lento- Ella me sonrió y por supuesto yo me derretí. -Si quieres puedes enseñarme a jugar y podemos jugar juntos-

Ella hablaba y hablaba con rapidez, intentando ocultar en vano su nerviosismo, mientras que mi mente creativa no paraba de dar vueltas, me hervía la sangre de solamente imaginar que...Que alguien le había puesto la mano encima, pero apenas cinco segundos atrás me había prometido a mí mismo que no seguiría presionando ese botón hasta que ella decidiera contarme. -Gracias- Recibí las bolsas que cargaba entre sus manos, aún sin entender muy bien qué hacía ella aquí. Obviamente no había viajado tres horas desde Miami solamente para entregarme esto. -Haremos lo que tú me pidas pero solamente quiero saber sí estás bien-

-"Bien" es una palabra demasiado relativa, no quiero mentirte, hace algunos días estuve grave en el hospital- En ese momento mi corazón se detuvo y reparé en la enorme gasa que cubría su cuello, ¿Acaso había recibido una puñalada? ¿Alguien le había rebanado la garganta con el objetivo de matarla? Sin embargo, ella no cedería ni un ápice y tampoco me permitiría insistir con el tema. -Pero ahora mismo solamente me importan dos cosas: Que estoy viva y que tú estás aquí libre y que nadie podrá encontrarte para hacerte más daño-

-¿Libre?- Negué con la cabeza. Me sentí ofuscado, no con ella, por supuesto que los demonios que me atormentaban eran solo míos, pero no pude esconderlos, después de pasar tantas horas hablando solamente con mi reflejo, esperando a que el reloj se moviera más rápido para terminar el día y llegara el siguiente...Sentía la necesidad de vomitarlo todo de mi sistema. -No quiero parecer un malagradecido con Mamá Dinah, sé que debió gastarse los ahorros de toda una vida para sacarme de allí, pero me siento de todo menos libre, me siento miserable aquí solo, lejos de mi hijo- Y de ti. Pero eso último tuve que tragármelo.

-¿Quieres que traigamos a Matty para que lo veas? Podría quedarse unos días aquí contigo en la casa, la pasarían increíble, videojuegos, alberca...Los niños aman eso y sobre todo estaría contigo-

Sé que su ofrecimiento traía consigo las mejores intenciones, de hecho, aunque fuese ilegal, sé que Mamá Dinah podría saltarse la ley para que yo pudiera reunirme con mi mini yo...Pero la maldita sombra de mi suegro siempre estaría en medio. Solamente de pensar que tuviera vigilado el orfanato...Quizás hasta gente infiltrada ahí dentro...Sería como guiarlos hasta mi guarida y ponernos a todos en peligro. -Me encantaría- Le sonreí sin mostrar los dientes porque en lugar de sentirme feliz, yo era la representación viviente de la amargura y la frustración. -Pero ambos sabemos que no es la mejor opción en este momento-

-¿Qué has pensado?- Curioseó ella. -Me refiero a si tienes algún plan-

-Hay un tipo en la milicia que siempre ha sido como un padre para mí, de alguna manera mientras estuve encerrado en el Piso Franco me las ingenié para mantener comunicación con él a través de notas-

-¿Y eso no es peligroso?-

-A estas alturas hasta respirar resulta peligroso para mí, pero él y yo creamos una especie de código que utilizábamos cuando estábamos de misión, así que escribíamos todo en clave...Como sea, él está trabajando ahora mismo en conseguir una nueva identidad, tanto para mí como para Matty-

-¿Te vas a ir del país?- Podría jurar que el tono en su voz era de tristeza y que sus ojos que siempre habían sido una especie de luz al final mi túnel desde que la conocí, ahora se encontraban apagados. Quizás yo me estaba haciendo ilusiones absurdas, porque ¡Vamos! Esas cosas solamente suceden en las pantallas de cine, pero su mirada en verdad parecía que me suplicaba para quedarme.

-Me gustaría que existieran otras alternativas, pero...- Me encogí de hombros. En este momento yo no era más que un prófugo de la Justicia, físicamente débil, que había perdido la confianza en sí mismo, que había perdido su camino en la vida y ya era demasiado tarde para enderezar esa brújula. -Es lo qué hay-

-No te vayas- Las lágrimas aparecieron en sus ojos y aunque intentó retener la caída, éstas se derramaron por sus mejillas. Se acercó lentamente hacia mí y por un momento pensé que me abrazaría, pero una vez que estuvimos frente a frente, separados solamente por un centímetro o quizás menos, ella paró en seco. No supe si se arrepentía por las palabras que acababa de pronunciar o si tenía miedo de estrujarme fuerte y lastimarme. -No me dejes, por favor- Sus manos acariciaron mi cara y yo me limité a cerrar los ojos al sentir el contacto tan gentil de sus palmas tan suaves.

-Scarlet...- Yo estaba en el momento más obscuro de mi vida cuando ella apareció con toda la magia y su aura brillante, como si estrellas centelleantes emanaran de su mirada...Y cuando creí que esto era el final tras haber asistido al funeral de la esperanza, ella aparecía para exhumar el cadáver y devolverla a la vida. ¿En verdad existía la más mínima posibilidad?
-Es un sentimiento tan grande el que has despertado dentro de mí que no tengo ni idea en dónde meterlo porqué en mi pecho definitivamente ya no cabe y tampoco tengo idea de cómo manejarlo...Así que...No abras puertas para mí si después las vas a cerrar, no me pidas que me quede si después vas a dejarme-

-No voy a dejarte, si tú te quedas conmigo yo me voy a quedar contigo también y si tú decides abandonar el país yo estoy dispuesta a seguirte-

Parecía tan segura y decidida como si estuviera dispuesta a desafiar al destino, que tuve miedo de despertar y descubrir que solamente había sido un sueño. -Pero es que no entiendo nada-

-¿Qué es exactamente lo que no entiendes? Yo te explico lo que sea que necesites saber- Acarició mi mejilla con delicadeza como si intentara quitarme una pestaña que ni siquiera estoy seguro que existiera.

-Hace apenas tres días estabas con tu mari...-

-Hace tres días estaba en el hospital-

-Pero Camila me dijo...-

-Olvida lo que te haya dicho esa Psicópata, ella solamente quería que te desilusionaras de mí para que no hicieras preguntas y continuaras con el plan de escape porque yo misma se lo pedí-

-Eso significa que no pensabas verme de nuevo y solamente estás aquí porque me dispararon y sentiste algún tipo de obligación-

-¡No te atrevas a decir que estoy aquí por lástima o por culpa!- Comenzó a alterarse.

-Ni siquiera me llamaste o me enviaste una nota, yo...-

-Ya sé que debiste pensar lo peor de mí y que había elegido no arriesgarme por ti, por nosotros, pero no fue así- Me mostró su muñeca, tenía sangre seca. -Apenas me enteré que te habían disparado me arranqué los cables del suero, dolió como la mierda pero yo no podía esperar a que me dieran el alta, me escapé del hospital como una delincuente y no me importa, si hubiera sabido antes lo que te pasó entonces desde antes habría venido hasta aquí-

-No debiste...-

-¡Cállate y deja de ponerle peros a cada maldita cosa que digo! ¿No te das cuenta que me estoy muriendo por estar contigo? Por tocarte...- Me gritó pero nunca el hecho de que alguien me regañara se había sentido tan bien, ni siquiera sé cómo seguía respirando.

Me temblaban las rodillas y moría por decirle que se quede conmigo, que huyamos juntos, que me abrace y que no me suelte, que si estoy soñando no me despierte porque estoy tan profundamente enamorado...Pero tengo miedo de las noches sin dormir y de las opresiones en el pecho que vendrán si ella se queda solamente para arrepentirse y marcharse después. Regresan a mi mente las madrugadas en que me faltaba el aire imaginándola con él...Así que me aferro a construir muros de cristal blindado a prueba de bazucas, porque la elocuencia de sus palabras golpea como una pistola 9 mm mi razonamiento y me temo que si la sigo escuchando, que si permito que el sonido de su voz inunde mis sentidos, entonces los sentimientos golpearán tan salvajemente como un AK47 y no habrá marcha atrás. Mi corazón se convertirá en una marioneta que necesita de su ventrílocuo para sobrevivir. Entonces como si ella pudiese escuchar esas voces atormentando mi mente, me calmó con una simple frase: -Me voy a divorciar-

Ella no estaba bromeando y todas mis defensas cayeron al piso y los muros de cristal se convirtieron en esquirlas...-Mis huesos están temblando sin que ni siquiera me toques- Confesé con el corazón y el orgullo arrodillados ante ella.

-Entonces déjame tocarte- Susurró casi contra mi boca y pude sentir el calor de su aliento mentolado cosquillear sobre mis labios.

Yo moría por besarla pero temía reventar las puntadas y hacerle daño, así que tuve que morder mis propios labios para no sucumbir ante la tentación.

Ella pegó su frente a la mía y con su dedo índice que también temblaba, dibujó el contorno de mi boca, y yo que en un inicio me había convertido en una estatua de piedra, finalmente pude desentumir mi mente y mi cuerpo para colocar mis manos sobre su cabello y enredar mis dedos en algunos mechones rebeldes que se habían escapado de la coleta.
-¿Estás segura que no vas a arrepentirte de esto?- Me atreví a preguntar con mucho miedo de escuchar su respuesta, pero ella rápidamente curó mi angustia con un movimiento de cabeza que claramente significaba un "Sí".

-Tan Segura como que estando contigo mis pies no se enfriarán en el invierno-

Unió sus labios con los míos en un movimiento sumamente delicado, dejándome claro sin palabras que aún sentía dolor en esa parte de su cuerpo, pero la necesidad de tocarnos y sentirnos aunque fuera con un simple roce era tan grande que nos obligó a permanecer con los labios adheridos y los ojos cerrados por tiempo indefinido; pudieron ser segundos o un par de minutos, no lo sé. El momento fue tan íntimo que todos mis sentidos quedaron concentrados en la calidez de su tacto y perdí la noción del tiempo.

Seguí disfrutando de su toque sin ejercer presión o movimiento alguno que pudiera lastimar la zona herida.

Fue el ósculo más casto y puro que había dado en toda mi vida, fue como experimentar mi primer beso, me sentía tan torpe, tan nervioso, sin saber qué hacer ni qué decir...Sólo era capaz de disfrutar esos escalofríos que me ponían la piel de gallina, mi corazón palpitando de una manera que no lo había hecho jamás y las mariposas...Podía imaginar perfectamente la escena dentro de mi estómago, ellas abriendo sus alas, intentando aletear pero estrellándose violentamente contra mis paredes abdominales en el intento por falta de espacio, y eran tantas...Una colonia entera y la sensación indescriptible, fuente de placer infinita...

Yo seguía sin tener idea de cómo debía moverme, no sabía qué hacer exactamente con mis manos, claro que deseaba halar y succionar su labio inferior con los míos, profanar su boca con mi lengua, tenía un hambre voraz de ella, un deseo casi animal por adorar cada parte de su cuerpo, pero nuevamente me recordé que no debíamos ya que la posibilidad de reventarle las puntadas o como mínimo causarle mucho dolor físico era latente.

Así que solamente acerté a colocar mis manos alrededor de su cintura en un claro gesto posesivo, como reclamando lo que ya sentía como algo muy mío.

Mi Psiquiatra se despegó unos cuantos milímetros de mis labios para continuar respondiendo a mi pregunta con palabras, siendo sumamente cuidadosa de mantener nuestras frentes unidas, la punta de su nariz rozando la mía...Y juro por Dios que jamás creí que podría encontrar tanto erotismo en un beso de esquimal, pero la corriente eléctrica que recorría todos los nervios de mi cuerpo era como tener los pies descalzos sobre la lluvia mientras me aferraba a un cable pelado, mandando señales violentas por toda mi espina dorsal.

Por un momento pensé que mis piernas serían incapaces de sostenerme y que caería al vacío, solamente me quedaba seguir aferrando mis manos a su cintura y por acto reflejo mis dedos buscaron refugio por dentro de su chaqueta de chándal, solamente para conquistar nuevos fragmentos de piel desnuda y tibia.

Estaba tan erizada como la mía.

-Matías...Siempre tuve problemas para que la gente me gustara, me refiero a que me gustara de verdad. Salía con un tipo visualmente atractivo y era como...Como la Gasolina. - Consiguió decir después de meditarlo un poco. -Disfruto mucho de oler la gasolina, pero después de un rato...La Naftalina me marea, me abruma, me hace sentir asfixiada y así puedo definir mis relaciones, demasiado fugaces y abrumadoras, y honestamente no creo que haya sido culpa de ellos que no funcionara, supongo que fue mi eterna necesidad por mantener el control que cuando algo se ponía fuera de lugar, el más mínimo detalle, yo salía corriendo, hasta que llegó Mario, él no me cansó, no me sentí mareada y tampoco encontré defectos significativos en él, así que asumí que se trataba del hombre ideal para mí, quizás hasta perfecto y por eso me casé, pero en el fondo siempre supe que eso no era amor, era más como disfrutar de un muñeco de aparador, sabía que era objeto de la envidia de otras mujeres que también querían poseerlo, a él y al estatus de ser su esposa, por supuesto, y eso me hacía sentir extrañamente poderosa, saber que otras lo desearan tanto o más que yo y él solamente tuviera ojos para mí, era como una inyección de adrenalina, como una jodida droga que consiguió mantener viva la chispa entre nosotros durante muchos años, pero amor, lo que se dice amor, nunca lo había sentido antes, hasta...Hasta que apareciste tú, A ti...A ti te amo, Matías...Y me asusta, me asusta tanto amarte, me asusta perder el control de esta manera, sentirme tan doblegada cuando me miras...pero ya me cansé de fingir, me cansé de correr para alejarme de ti cuando en realidad deseaba quedarme, me cansé de callarme lo que siento cuando me estoy desbordando de amor por ti y al igual que tú...Tampoco sé cómo manejarlo, así qué tal vez juntos podamos encontrar una manera-

-Yo también te amo y no quiero matar este momento tan hermoso pero debemos ser realistas...¿Qué futuro podemos tener?, yo solamente puedo ofrecerte peligro, carencias, condenarte a vivir escondiéndonos ¿De verdad esto puede llegar a algún sitio?-

-Intentarlo es la única forma de saberlo. ¿O acaso te piensas quedar con las ganas de arriesgarnos a vivirlo? Porque yo no, tuve que estar a punto de morir para reaccionar, pero para mí ya no hay marcha atrás y me importa una mierda sí estar contigo me convierte en una forajida, me importa una mierda si nos convertimos en una copia barata de Bonnie Parker y Clyde Barrow...Y también estoy consciente de lo ridículo e intenso que suena todo esto que acabo de decir, pero es que cuando te enamoras haces y dices cosas que jamás imaginaste que podrían salir de tu boca, así que me disculpo por anticipado por cualquier cursilería que pueda decir después-

-Obviamente yo también quiero intentarlo- Sonreí, ahora sí mostrando los dientes y consciente de que se trataba de una de esas sonrisas que llegan hasta los ojos. -Pero...- Por supuesto que quería. Mi cuerpo, mi alma, mi carne, mi piel y todas las pequeñas partículas que conforman mi ser era lo que más deseaban, pero me aterraba condenarla a terminar sus días en un baile macabro bajo una lluvia de balas y ahogándonos en una piscina de sangre.

-Puedo inferir lo que estás pensando y estoy segura que tus miedos son demasiado parecidos a los míos, pero te aseguro que tú y yo no vamos a terminar muertos, no estamos condenados a repetir sus errores, en cambio, podemos decretar para aprender de ellos y reescribir el final. Nuestro final no tiene porque ser trágico, ni intuición me grita que nos corresponde un final feliz-

No pude evitar sonreír como un reverendo imbécil, pero es que escuchar salir esas palabras de su boca, el sonido de su voz que tanto había extrañado, confesando todo lo que sentía por mí y encima todo lo que está dispuesta a esforzarse para que lo nuestro funcione...Era como terciopelo acariciando mi alma. Era irreal, pero ansiaba con todo mi ser sumergirme en esa irrealidad, ahogarme en ella y no emerger a la superficie jamás. -¿En verdad dejarías todo? Me refiero a tu trabajo, tus padres...- Me encantaría que respondiera con un rotundo "Sí", pero prefiero que me diga que no o que tiene dudas porque ese tipo de decisiones tan importantes y radicales deben tomarse con la cabeza fría y desde mi perspectiva, Scarlet estaba actuando por mero impulso. Lo que menos deseaba era que en un futuro me ganara su odio o me recriminara por haberla alejado de las comodidades materiales a las que siempre ha estado acostumbrada...Y luego estaban sus padres. Ellos jamás aceptarían que su hija estuviera con un prófugo.

-Lo voy a hacer...Pero de manera provisional- Nuevamente no había mentira en ese universo brillante que eran sus ojos. -Estoy consciente de todos los riesgos que implica vivir una vida huyendo y que no podemos estar escondiéndonos por siempre, pero tengo un plan, bueno, Camila y yo elaboramos una estrategia que tiene mucho sentido y por lo tanto muchas posibilidades de éxito, bueno, Taylor también aportó algunas ideas, el punto aquí es que si sale bien...Solamente tendremos que desaparecer por un periodo de tiempo relativamente corto y después podremos volver, el hecho de que estés legalmente muerto facilita mucho las cosas-

-¿Qué plan?- Levanté una ceja.

-Por ahora todo lo que tenemos preparado es apenas un borrador, hacen falta pulir varios detalles y quiero mostrártelo cuando ya tenga por lo menos una estructura-

-Confío en ti- Sé que es una locura confiar en unas mujeres desquiciadas, pero debía admitir que las amigas de Scarlet me tenían muy impresionado, no solamente por lo mucho que se quieren y se protegen entre ellas...También estaba el hecho de que eran increíblemente valientes, con un cerebro que ¡Wow! Realmente eran calculadoras, meticulosas, ¡Vaya, unas putas genios!. Nunca podría olvidar como consiguieron montar todo el numerito para sacarme del edificio con todo y grillete electrónico y encima me habían salvado la vida, así que elegía creer. -Y en ellas también-

-Entonces, en un rato me marcho de vuelta a Miami, me quedo más tranquila después de haberte visto, te noto con buen semblante. Camila y Lauren vendrán en un rato a recogerme y nos traerán algo rico para comer y te quedas en compañía de los videojuegos-

-Pensé que...Bueno que te quedarías-

-Claro que me quedaré pero dejé absolutamente todo botado allá, ni siquiera traje conmigo una maleta con ropa, y además necesito hablar con Mario, él aún no sabe que voy a dejarlo-

-¿Y si te convence de que lo vuelvan a intentar?- Nuevamente esa maldita inseguridad que no podía controlar.

-Eso no va a suceder, es verdad que en cuanto supe que te habían herido corrí hacia ti sin pensar en nada más, pero independientemente de ti, desde hace unos días yo ya había tomado la decisión con respecto a disolver mi matrimonio y eso definitivamente no tiene revés-

-Tengo miedo, es como una corazonada de que si te dejo marchar no volveré a verte-

-Yo también tengo muchos miedos, Matías, pero si queremos que esto prospere entre nosotros, debemos confiar el uno en el otro y si te estoy diciendo que ya tomé una decisión y que voy a volver para quedarme contigo es porque eso es justamente lo que voy a hacer, además...Me urge que me quiten las puntadas...Estoy muy segura de que ni recorrer los nueve círculos del infierno de Dante fue tan tortuoso como contenerme para darte un beso de verdad-

-A mí me encantó nuestro primer beso...Pero tienes razón, para mí también fue difícil ignorar los pensamientos tan primitivos acerca de todo lo que podríamos hacer estando aquí solos tú y yo-

-Déjame revisar tu espalda, necesito cerciorarme de que ninguna de tus heridas presente infección, necesitas que te haga curación y colocarte gasas nuevas-

Yo asentí con la cabeza ante su petición, aunque me dio la impresión de que quizás había sido demasiado directo con el tema sexual y debía ir más lento para evitar incomodarla. -¿Quieres que vayamos al baño de arriba? Allá están todas las cosas del botiquín- Le ofrecí y ahora fue Scar quien asintió en respuesta.

Tomé su mano entrelazando nuestros dedos para guiarla al cubículo, ya que supuse el espacio de la casa era tan desconocido para ella como lo había sido para mí recién me había instalado el primer día.

Una vez que llegamos al cuanto de baño, ella se sorprendió por lo espacioso y lo bonita que resultaba la bañera de cerámica en color blanco, tenía la forma de un plato de cereal y honestamente solo se me ocurrían todas las cosas que podríamos hacer allí dentro.

Me gustaba aferrarme a la idea de que ella imaginó algo similar porque noté sus mejillas un poco sonrojadas y carraspeó disimuladamente para que su voz saliera lo más limpia y clara posible, entonces me preguntó si el material de curación se encontraba detrás del espejo.

Más que responder con palabras, yo mismo abrí la puertita detrás del cristal por donde podía contemplar el reflejo de Scarlet detrás de mí y antes de sacar el antiséptico, algodón y demás objetos que serían utilizados, me tomé una pausa para admirar su rostro, incluso con todos esos golpes, ella se seguía viendo demasiado hermosa para ser real.

Nunca me cansaría de mirarla.

-¿Te ayudo?- Me preguntó cariñosamente al notar mi demora, supongo pensó que mi brazo aún dolía lo suficiente como para no poder levantarlo y agarrar las cosas.

-No te preocupes, ya casi no me duele- Mentí para hacerme el rudo, quería que ella me admirara, que se sintiera protegida por mí y brindarle esa seguridad que seguramente había perdido después del ataque sufrido.

El ataque...¿Qué carajos había sucedido realmente?

¿Quién había sido?

Y sobre todo...¿Por qué?

-¿Sigues pensando en lo que me pasó, cierto?-

-No te lo voy a negar- Y tampoco podía negarme a mí mismo lo mucho que me descolocaba el hecho de resultar tan transparente para ella, era asombrosa la manera en que podía leerme como si yo fuese un libro abierto entre sus manos. -Pero estoy haciendo mi mayor esfuerzo para respetar tus tiempos y que me cuentes cuando te sientas cómoda hablando sobre ello, por eso no he insistido con el tema-

-Te lo agradezco mucho- Apretó mi mano llenándome el alma con su calidez. -Es probable que ese momento nunca llegue, me refiero a sentirme cómoda hablando sobre el tema, pero eventualmente te prometo que lo haré, si no te lo he dicho aún es porque debes concentrarte en recuperarte por completo y no quiero que te alteres, no porque realmente esté esperando a estar lista o porque crea que existirá algún momento perfecto para conversar sobre eso-

-Pero estoy prácticamente recuperado- Protesté, ella solamente sonrió burlesca mientras tomaba las gasas y el alcohol de mis manos.

-Aquí la Diosa de la Medicina soy yo, así que únicamente yo decido si estás recuperado o no- Lo dijo medio en broma, medio en serio. Aunque amaba conocer esta faceta juguetona de ella, usando un tono mucho menos institucional, más relajada, y apenas caí en cuenta que era la primera vez que teníamos la oportunidad de estar realmente a solas y fuera de un contexto terapéutico. De pronto acarició mi cabello con delicadeza y nuevamente las corrientes eléctricas en cada nervio de mi cuerpo casi provocan un corto circuito en todo el condominio. -Ya creció, me gusta más así que cuando lo tenías casi al ras-

-A mí me gusta todo de usted, Diosa Panacea-

-En este momento me siento más como Higiea, Diosa de la limpieza y la curación, además me veo horrible, mi cara parece un manto de auroras boreales- Se quejó mientras se miraba en el espejo.

-Estoy de acuerdo...Las auroras boreales son impresionantes, están llenas de magia y además son preciosas, no tanto como tú, pero digamos que se defienden- Sonreí. -Así que...¿Ya no quieres que me pase la wahl clipper?-

-Te ves más guapo así...Pero tampoco se te vaya a ocurrir dejarte crecer la melena como vocalista de heavy metal de los ochentas- Hizo un mohín para expresar su desaprobación y solamente conseguía lucir más adorable. -Pero me encanta tu barba, así que esa también tienes prohibido afeitarla-

-Me podría dejar crecer el bigote y las patillas de King Diamond y aún así seguiría siendo guapo- En realidad lo había hecho durante mi adolescencia, ya que Mercyful Fate había marcado una etapa de mi vida, escuchar sus canciones era como acariciar la gloria sin haber muerto, pero Scarlet no tenía porqué conocer esos detalles ni mi faceta como fanboy.

Ella solamente rodó los ojos y negó con la cabeza. -Creo que alguien aquí está postergando la curación...¿Será que el rudo militar le tiene miedo al escozor del alcohol sobre la carne a medio cicatrizar?-

-Después de los rasguños que me provocaron los casquillos de bala, el alcohol ni siquiera lo voy a sentir- Alardeé de mi macho alfa opresor capitalista patriarcal interno. Aunque ciertamente estaba fallando en la parte del Capital, pero esperaba que esa situación cambiara pronto en cuanto recibiera los documentos con mi nueva identidad para trabajar en otro país.

-¿Puedes quitarte la camisa o necesitas que te ayude?- Su pregunta era de lo más inocente, pero yo alternaba mi mirada entre el brillo de sus ojos y la bañera...Ideas de nosotros dos sin ropa aparecieron en mi mente, pero rápidamente las deseché.

-Muchas gracias por ofrecerme tu ayuda pero el día que me quites la camisa prefiero que sea bajo otras circunstancias- Le guiñé el ojo. -Estoy bromeando, pero sí puedo hacerlo- Y la verdad es que yo podía, claro que aún me dolía un poco cuando levantaba el brazo herido, pero llevaba tres días vistiéndome yo solo.

Ese no era el problema.

Siempre me consideré un sujeto atractivo, medía casi uno noventa de estatura, así que eso ya era algo de cierta forma llamativo y por mi condición como militar tenía el cuerpo trabajado, hasta antes de ser arrestado pasaba muchísimo tiempo en el gimnasio, infelizmente con el confinamiento había perdido masa muscular, estaba mucho más delgado ahora y ese era el problema.

Me sentía demasiado inseguro de que ella me mirara sin camisa, además de mi fisico desmejorado, ella podría notar todas mis cicatrices, y no hablo solamente de los agujeros de bala, sino de las marcas que me dejó mi padre cuando era niño.

Muchos miedos se incrustaron por mi mente, desde que al descubrirlas le hicieran sentir lástima, hasta miedo o peor aún...Asco.

PERSPECTIVA DE SCARLET

Sentía demasiadas cosas cuando nos mirábamos a los ojos y conversábamos de temas tan íntimos como triviales, tan desnudos del alma que conseguía ponerme nerviosa al punto de volverme patosa.

Observé las manos de Matías aterrizar sobre el dobladillo de su camiseta y comenzó a subir el pedazo de tela por su torso exponiendo su piel para mí.

Una escena en cámara lenta que para cualquier ser normal quizás no significara nada relevante, pero para mí resultaba casi erótica la manera tan lenta y sensual en la que se había despojado de su playera.

Quizás él no se daba cuenta pero mi alma se arrodillaba y al mismo tiempo temblaba con su sola presencia...Humedecí mis labios que ya comenzaban a doler por no poder besarlo de la manera que el corazón me exigía y me reprendí a mí misma por quedarme embobada mirándolo por más tiempo del que debería, pero es que deseaba tanto memorizar cada uno de sus tatuajes, de sus lunares y sobre todo de sus marcas porque la Señora Hansen me había contado a detalle lo difícil que fue su infancia...Pero mi hermoso paisaje se vio interrumpido por un movimiento suyo.

Giró su cuerpo para quedar de espaldas hacia a mí y sé que debí concentrarme en las heridas cubiertas con gasas pero me fue imposible apartar mi atención de las marcas que ni siquiera los tatuajes habían sido capaces de ocultar, lo cuál solamente hablaban de la ferocidad y crueldad con que habían sido infligidas.

Mi dedo índice derecho tomó vida propia y comenzó a delinear una de las cicatrices viejas, que seguramente llevaban años ahí porque el color era claro y su textura se sentía suave y plana al tacto.

-Mí papá era algo violento y cuando estaba borracho se ponía como loco sin motivo- Comenzó a explicarme cómo si se sintiera avergonzado por algo que ni siquiera era su culpa.

-¿Te duele?- Me acerqué más a él para abrazarlo por detrás y depositar un tierno beso en la misma cicatriz que acababa de tocar.

-No, yo era muy niño cuando él apagaba los cigarrillos en mi espalda, no tengo ningún tipo de sensibilidad en esa zona-

¿Qué clase de desalmado podría lastimar así a su propio hijo? Después pensé en Lisa, pero bueno, al menos ella era una esquizofrénica peligrosa y aunque no la justifico, mi mente al menos encuentra una explicación científica para entender su comportamiento enfermo.

Quizás el padre de Matías también lo estuviera y nunca fue diagnosticado.

-Has tenido una vida difícil- Se que era una eufemismo, pero fue lo único que me atreví a decir, mis palabras habían sido bastante mediocres pero mi garganta comenzaba a cerrarse y unas ganas de llorar invadieron mis ojos que amenazaban con derramar una que otra lágrima, pero me contuve, no permitiría que él se diera cuenta. En cambio, seguí besando sus marcas muy despacio y con todo el amor que sentía. -Sólo eras un niño y merecías todo el amor y el cuidado del mundo-

Sé que es muy ingenuo creer que con mi amor y mis besos puedo borrar el pasado o cuidar de ese niño pequeño que no pudo defenderse, pero aún sabiendo que no podría deshacer su dolor, mis sentimientos de mujer enamorada me llevaban a seguirlo curando metafóricamente con mis labios.

-Todos merecemos eso...- Dijo- Pero no siempre encontramos ni recibimos el amor que merecemos. -Entonces él giró de nuevo para quedar frente a mí. -Además...Lo volvería a vivir todo de nuevo, le permitiría a mi padre arrástrame al infierno y arrojarme a las llamas mil veces o las que fueran necesarias, si eso significa a cambio voy a conocerte de nuevo y vas a enamorarte de mí-

Tomé sus mejillas entre mis manos convencida de que la forma de su cara había sido diseñada para embonar a la perfección con mis palmas. -No tengo idea si lo que me ha tocado sufrir hasta ahora es mínimamente comparable con tu dolor, pero créeme que yo también volvería a vivirlo todo de nuevo si ese camino va a traerme de vuelta a este momento junto a ti-

Sentía la respiración de Matías tan cerca que su aliento provocaba que mis pestañas emitieran un movimiento totalmente imperceptible para el ojo humano, pero yo era capaz de sentirlo y entonces sus labios llenos de calidez se posaron sobre mí pómulo amoratado y meramente dolorido. Cerré los ojos para poder disfrutar de ese acto tan sencillo pero que para mí significaba el mundo entero y entonces repitió la acción en cada uno de mis hematomas hasta quedarse quieto rozando mi boca.

Sonrió y murmuró sobre mi sonrisa de idiota: -Yo sé que todas las cosas por más que nos aferremos a ellas porque nos hagan sentir bien deben llegar a su fin, pero...Si pudiera hacer que un momento durara para siempre, sin duda elegiría éste-

-Y yo te elegiría a ti siempre- Correspondí a su sonrisa y volvimos a juntar nuestros labios con extrema delicadeza para no hacerme daño. En contraste, el pulso de mi lengua se aceleraba salvajemente, suplicando por salir de su cueva con desesperación, implorando por ser liberada para poseer la suya, y yo tan indefensa, apenas conseguía con mucha dificultad estabilizar mi respiración sin saber de dónde obtuve fuerzas para poner freno a mis instintos más básicos.

Y aunque no pudiera ofrecerle un título o un lugar oficial en mi vida aún y solamente fuéramos dos locos sueltos follándonos el corazón, viviendo en un mundo diseñado para los otros, para aquellos cuerdos y sensatos que quizás nunca se han enamorado hasta tal punto de sentir que tus venas se deshilachan con la explosión provocada por tanto amor y prefieren estigmatizar con sus reglas y juicios de valor a los amantes forajidos como nosotros...Eso realmente ya no me importaba porque su alma era mía y mi alma era suya.

***

Emprender el viaje en coche de regreso fue más duro de lo que imaginé. Aunque planeaba volver mañana mismo para quedarme con Matías por tiempo indefinido, la verdad es que habría preferido no tener que separarme de él. Indudablemente nos hizo falta tiempo para conversar de tantas cosas...Me habría gustado curiosear en su móvil para descubrir cuál era la música que solía escuchar y husmear un poco en su cuenta de Netflix para por fin saber el nombre de la serie o película que lo tenía llorando a moco tendido cuando llegué recién de manera inesperada, pero en un principio me sentí avergonzada por parecer una cotilla y después conversamos sobre tantas cosas y el tiempo se esfumo como una estrella fugaz.

De igual manera me habría gustado que me contara acerca de sus días como soldado, historias de la guerra en Irak, sus miedos, sus sueños, sus aprendizajes emocionales y espirituales...También me quería saber a qué se habría dedicado de no haberse enlistado en el ejército, ¿qué se sentía pilotear un avión? ¿Alguna vez habría incurrido en la práctica despiadada de rociar Agente Naranja desde una avioneta fumigadora? De la misma manera en que se había llevado a cabo en Vietnam durante la década de los sesentas como parte del programa de guerra química en la operación Ranch Hand ...

No me interesaba juzgarlo ni condenarlo por ello, al final de cuentas aunque no me agrade ese aspecto de su vida ni la manera tan absurda de exterminar personas en el nombre de la patria, entiendo perfectamente que en eso consistió su trabajo durante muchos años y yo solamente me interesaba genuinamente por conocer cada pequeño detalle que había vivido y lo había convertido en el magnífico hombre que es ahora, ese maravilloso ser humano de quien me enamoré, lo cuál me llevaba a plantearme un nuevo cuestionamiento, uno más azucarado esta vez...¿Alguna vez nosotros podríamos pasear a bordo de un aeronave de combate por el puro placer de saber que somos invencibles? Solamente él y yo sintiendo que podemos tocar las nubes.

Ojalá todo fuera así de sencillo como el simple acto de desear e imaginar.

Maldecía silenciosamente la herida suturada en la comisura de mis labios que había impedido que nos besáramos apropiadamente, aunque si lo analizo con cabeza fría, quizás ese obstáculo había sido lo mejor que nos pudo suceder. Me conozco lo suficiente como para saber que después de la borrachera llega la resaca y embriagarme con los besos de un hombre prohibido, por mucho que lo adore, solamente me habría provocado cruda moral después. Yo aún tenía la obligación de hablar con Mario para terminar oficialmente nuestra relación y aunque sería complicado y doloroso a partes iguales, era necesario romperle el corazón para que yo pudiera comenzar algo puro y bonito con quién hasta hace muy poco era mi paciente.

Haciendo uso de todas mis habilidades cognitivas, mi mente consiguió construir una barrera de estímulos con la finalidad de que los sonidos a mi a alrededor no perturbaran mis cavilaciones, pero aún así podía distinguir la inconfundible voz de Camila charlando con Lauren acerca de lo exitosa que había resultado la cena con sus padres el día anterior y que parecían encantados con la idea de tener a Jauregui como nuera. Para ser honesta me alegraba infinitamente por ellas, pero aunque suene egoísta de mi parte, en ese momento yo solamente tenía cabeza para pensar en Matías y en sus labios. La sensación de su calor aún permanecía en los míos y una descarga eléctrica sacudió todo mi cuerpo.

Camila también discutía con Lauren acerca de la ropa que usarían esta noche, ya que finalmente conocería a su suegra, la Señora Clara Morgado. Y ese era un tema que aunque tratáramos de estirar la liga, habría que hacerle frente tarde o temprano, situación que me preocupaba e incluso me sentía parte del problema al conocer el terrible secreto. Esa macabra verdad que sobradamente sabía, poseía el poder de cambiar el curso de la vida de todos los involucrados.

Y podía ser de una manera muy trágica.

Hasta ahora, Cabello parecía tener pacto con alguna entidad demoníaca porque la suerte no podía estar más de su lado y Michael Jauregui había tenido que viajar fuera del país por cuestiones de negocios y muy probablemente estuviera al menos un mes bien lejos de Miami por su trabajo.

La perra había nacido con suerte, pero todo en esta vida se acaba y aunque estaba consciente de que Camila debía tomar responsabilidad por sus actos y enfrentar las consecuencias de los mismos, sinceramente y desde el fondo de mi corazón yo deseaba que esa suerte le durara para siempre.

Volviendo a mis propios asuntos...El destino puede ser bastante cruel algunas veces, tanto esfuerzo y tantos obstáculos tuve que derribar para por lo menos albergar una pequeña luz de esperanza de que por fin Matías y yo pudiéramos ilusionarnos con un "nosotros", con un presente y un futuro juntos...Pero esa sonrisa tonta que adorna mi cara cubierta con magulladuras, desaparece instantáneamente en cuanto todas esas inseguridades se materializan en forma de sanguijuelas que tienen el poder de clavarse en los rincones más profundos de mi alma, como dardos envenenados.

¡Que ironía! En otras circunstancias yo estaría con la adrenalina hasta los topes planeando sobregirar mi tarjeta de crédito en Victoria's Secret, pero ahora mismo, lejos de resultar un incentivo, todo se tornaba en ansiedad, en temor y vergüenza.

-¿Y que vas a hacer si fracasa el plan?-

Escuché la voz de esa desquiciada revienta-granos como cariñosamente le había apodado Matías, y únicamente me bastó con recordar su nombre para que mi sonrisa bobalicona y enamorada regresara, disipando por un pequeño pero maravilloso instante cualquier duda o sentimiento negativo dentro de mí. -No va a fracasar, Camila- Respondí con una seguridad que ni yo misma terminaba por creer, pero por un momento me vuelvo a sentir como la vieja yo, como la mujer altiva y empoderada que una vez fui y que mucho me temo haya muerto, o al menos algunas partes de ella, después de aquella fatídica tarde en una cancha de fútbol.

-Siempre necesitas tener un plan B- Intervino Lauren sin apartar la vista del camino mientras nos conducía de regreso a Miami.

-El Plan B es huir con él, no hay más- Respondí secamente porque era la verdad, no es que dispusiéramos de un gran abanico de opciones.

-¿Estás loca?- Me cuestionó Camila. Sé que sonará muy raro que la defienda, porque ella era la menos indicada para reprenderme por mis decisiones, pero sé que ella no intentaba crucificarme, más bien se veía preocupada con toda esta situación.

-La respuesta es bastante más sencilla de lo que parece- Comencé a explicarme con tranquilidad. -Estoy loca por Matías, pero eso además de sonar muy trillado, ya lo sabías- Ruedo los ojos porqué soy perfectamente consciente de las obviedades que estoy relatando. -La cuestión aquí es...Desde que lo conocí siento que necesito cosas que antes no me hacían falta, pero que ahora resultan altamente significativas, y al mismo tiempo, siento que me sobran otras cosas, pero también personas que antes me gustaban...Es como si todo lo relacionado con mi vida antes de que él llegara ya no encajase en absoluto conmigo, aunque antes sí encajaba y se sintiera correcto- No sé si tuviera sentido para ellas, naturalmente para mí sí que lo tenia, pero es difícil comprender las emociones de alguien más cuando no eres tú quien está experimentando todas estas sensaciones nuevas y por demás aterradoras.

-No puedo juzgarte- Convino mi Camila. -Porque me identifico plenamente con todo lo que acabas de decir, justamente me di cuenta de que mi vida como solía conocerla, simplemente ya no existe y no sé cómo fusionar mi yo del pasado con el actual, durante mi estancia en el hospital me sentí como si estuviera transitando por una doble vida, como si no fuera yo misma. La verdad me dolió mucho darme cuenta que las personas que antes eran parte de mí, que consideraba mi familia y creía amar incondicionalmente, pues ahora se sienten como simples colegas o conocidos, como si todas las cosas que vivimos hubieran sucedido muchos años atrás, tantos, que apenas puedo recordar porqué disfrutaba tanto de sus respectivas compañías, pero ahora con el pasar de los días, creo que ya lo asimilé de mejor forma, después de mucho taladrarme la cabeza comprendí que a veces una cambia pero el entorno no cambia con nosotras, o al menos no al mismo ritmo, y sin embargo, no podemos detener nuestra vida esperando integrar las partes que ya no embonan, así tal y como lo explicaste-

-Vaya, ya era hora de que comenzaras a divagar con coherencia, me agradó la manera en cómo describiste todo, creo que también me ayudó a clarificar mis propias ideas que aunque rondaban por mi mente estaban un poco desordenadas-

-No agradezcas, ya sabes que estamos veinticuatro siete prestando servicio a la comunidad. - Dijo mientras se metía en la boca unas papas fritas que había sacado de una bolsa de color amarillo. Y yo solamente podía pensar en lo paciente y permisiva que Lauren era con Camila, yo no soportaría que comiera a bordo de mi auto, menos esa chatarra con olor a grasa que además podría dejar moronas en los tapetes de mi carro, pero mientras yo reflexionaba sobre esas cosas que para muchos podrían resultar banales o exageradas, pero para mí TOC eran importantes, Camila seguía mascullando con la boca llena. -No me malentiendan, no reniego de ser un genio, pero lo único que apesta de ser tan genial es tener la lengua corta y no poder lamerme el cerebro a mí misma-

-Tu lengua es perfecta, amor- Intervino Lauren para defender a su mujer. -Sabes usarla maravillosamente y mientras puedas comerme la vagi...-

-¡JAUREGUI!- La corté. -Ya entendimos, pero no necesito tanta información, gracias-

-Es que tú no entiendes mis inseguridades- Me riñó la Dermatóloga. -Es obvio porque en tu otra vida estrellaste tu cabeza contra el asfalto y convertiste tu cerebro en papilla para bebés caníbales, así que pudiste haberlo lamido sin problemas-

Rodé los ojos por su chiste y me puse seria, disfrutaba mucho de su sentido del humor, mi problema es que estaba preocupada y así no se puede disfrutar de los detalles valiosos de la vida. -A ver...hablando de inseguridades tengo un jodido problema que no para de taladrarme la cabeza desde que vi a Matías sin camisa-

-¿Pooor?- La voz de Camila sonaba atrapada porque seguía tragándose las papas, situación que me provocó arrugar la nariz, me daba algo de asco. Me disculpo nuevamente por mi TOC. -Cuando le instalé el dispositivo ese yo también lo vi sin camisa y está bastante bueno-

Después de su comentario no sé quién tuvo más ganas de asesinarla con la mirada, si Lauren o yo.

-No me vean así- Se quejó. -El tipo perdió algo de peso durante el arraigo domiciliario pero seguro hacía lagartijas porque sigue teniendo el six pack-

-No estás ayudando con los celos de Scarlet- La traidora de Jauregui abrió su gran boca solamente para lavarse las manos, ocultar sus propios celos y yo me sentí como Daniel cuando fue arrojado por Darío al Foso de los Leones en Babilonia.

-¿Por qué Scarlet estaría celosa de mí?- Se quejó Camila. -Es lo que hago con cualquier paciente que llega al consultorio y presenta un absceso, además Swift le vio el culo y hasta se lo sobó, pero claro a ella no le dice nada porque es blanca privilegiada y está en el clóset, entonces prácticamente cuenta como heterosexual-

Apreté los puños. ¿Qué carajos acababa de decir? -¿Cómo que Taylor le sobó el culo?- El tono de mi pregunta delataba mi furia. Ahora resulta que todas mis amigas habían manoseado a mi hombre.

-Cuando le inyectó el hierro- Relató Lauren. -Ella lo hizo en una nalga y lo masajeó un poco, ya sabes con el algodón ese que usan rociado de alcohol-

-¡Esa maldita traidora me lo ocultó!- Rechiné los dientes.

-¿Quieres una papa?- Ofreció mi cuñada pasándome la envoltura amarilla. -Son tan grasosas como deliciosas y la sensación de éxtasis que dejan en tu paladar te eleva a una dimensión tan desconocida que a lo mejor hasta te ayudan a controlar tus problemas de celotipia-

-¡No soy una celópata- Me defendí ante sus acusaciones ridículas y por supuesto falsas. Por supuesto rechacé las frituras que seguramente ya estarían todas babeadas.

-Bueno y entonces...¿Cuál fue el problema de haberlo visto sin camisa? No puedes negar que sus cicatrices son sexys-

-Claro que lo son y justamente ese es el problema- Espeté frustrada. -Él es tan guapo y tan perfecto...En cambio yo...- Pero el par de recién casadas me impidieron terminar la frase.

-¡También eres perfecta!- Respondieron al unísono.

-Era perfecta- De pronto me invadió la añoranza. -Hay algo que no les he contado, solamente lo sabe Mario y porque él recibió el parte médico cuando yo estaba aún en coma-

-¿Te dejaron estéril?- Por supuesto que la autora de esa pregunta no podía ser otra que Cabello, ella siempre con el tacto tan sutil como el de un elefante.

-Escapé del hospital antes de que me dieran el alta, así que aún no he tenido tiempo de averiguarlo, pero de momento hay algo que me parece mucho peor-

-¿La cicatriz de tu cuello?- Esa fue Lauren desde el volante quien a diferencia de su
esposa/madrastra/hermana lanzó la pregunta de una forma menos violenta.

Suspiré con ansiedad porque eran demasiadas las secuelas que habían quedado plasmadas en mi piel después de tan bestial ataque. -Me cercenaron el pezón izquierdo a mordidas-

Por un momento se hizo ese silencio incómodo, obviamente ellas no se esperaban que lanzara semejante bomba y por ende no tenían la menor idea de lo que debían decir.

Instantes después fue Camila quien mencionó que mi problema tenía solución y propuso una cirugía de reconstrucción de pezón.

-Camila querida- Pronuncié su nombre con ironía -Nunca has sido una persona políticamente correcta desde que te conozco, así que no comiences a comportarte como una hipócrita conmigo ahora, las tres aquí sabemos que esa parte de mi cuerpo será todo menos un espectáculo lindo para mirar y yo tengo fobia de que Matías me vea desnuda y sienta repulsión- Escupí finalmente el más grande de mis temores.

-Pero en verdad se puede hacer una reconstrucción y queda casi idéntico al otro, es más, casi ni se va a notar que no es el original-

-Casi- Resoplé no sé si era dolor o rabia lo que sentía, pero desde que me quité el vendaje para echar un vistazo...Me había sumergido en mi pequeño infierno personal.

Buscar información en internet siempre resulta un arma de dos filos: Por una parte sabía que existía la posibilidad de una intervención quirúrgica exitosa y que como bien dijo Camila, "casi" ni se notaría que se trataba de una especie de reemplazo, pero por otro lado, estaba el riesgo de perder la sensibilidad, quizás no podría utilizar sujetadores regulares en mucho tiempo y ni pensar en algo sexy para tener una noche romántica, además me encontré con muchos casos en los que el cirujano fracasaba en su intento por igualar la pigmentación de las areolas.

-Yo sé que no debe ser nada fácil, Scar- Lauren habló nuevamente. -Pero lo más importante aquí y ahora es que estás viva y hay que comenzar a mirar hacia delante para poder construir-

-Lo sé, Lauren, gracias- Había estado tan distraída con mis cavilaciones que no me di cuenta en qué momento entramos a la Ciudad de Miami y precisamente ahora estábamos aparcando afuera de mi casa.

La charla con Mario era imposible de someter al mecanismo de procrastinación y parafraseando a Camila, enfrentarlo sería más complicado que extirparle un absceso de pus a una hormiga usando guantes de boxeo.

***

La camioneta Mercedes-AMG 63 que conducía Mario se encontraba aparcada en la entrada, así que cuando abrí la puerta no me sorprendió encontrarlo sentado en el sofá con cara de pocos amigos. Lo que sí me tomó por sorpresa fue observarlo sostener un vaso old fashioned de cristal casi vacío de lo que parecía un líquido con tonalidad marrón dorado, mientras que en la mesa de centro se encontraba la botella de Blue Label con un poco más de la mitad del contenido.

-No sé si saludarte, si alegrarme porque estás en casa o si ponerme furioso por la manera tan irresponsable en que te comportaste esta mañana- Dejó escapar las palabras de manera tal que sonaba herido, posteriormente se llevó lo que quedaba de su Whisky a la boca y se lo terminó, solamente para volver a servirse otro poco.

Deposité el juego de llaves y mi bolso de mano sobre la misma mesa donde descansaba la botella y me senté en el sillón frente a él para mirarlo tranquilamente mientras colapsábamos, aunque muy probablemente él ni siquiera se hubiese enterado de que una bomba atómica estaba por caer encima de nuestra acta matrimonial. -Reconozco que me precipité al marcharme del hospital sin esperar a que me dieran el alta, por eso te mandé mensaje, para que no te preocuparas- Intenté justificarme, inútilmente, por supuesto.

-¿Me mandaste mensaje?- Comenzó a reír de manera irónica. -"Estoy bien, después te explico", tienes razón, fue una gentileza de tu parte, gracias por tener ese detalle conmigo, no creo merecer tal distinción- Volvió a vaciar el vaso en su boca.

-Ha sido un día bastante largo y pesado, así que me gustaría conversar civilizadamente y sin ironías, ¿Crees que sea posible?- Puse todo mi empeño para que las palabras sonaran relajadas aunque por dentro me estuviera cagando de los nervios.

-¿Y crees tú posible que me expliques en dónde carajos te metiste y por qué te largaste del hospital como una delincuente que no tiene dinero para pagar la cuenta?-

Sabía que llegaríamos a este punto dentro de la charla en el que se exaltarían los ánimos, aunque no pensé que sería tan pronto y por supuesto no tenía clara la respuesta que se me tenía permitido darle, así que me vi obligada a darle un poco de vueltas al asunto. -¿Es en serio? ¿Lo único que te importa es lo que vayan a pensar los demás? Que el Fiscal Casas no tiene dinero para sacar a su esposa del hospital, ¡Vaya! No me había dado cuenta de lo trágico que suena eso- Puse los ojos en blanco. Realmente él tenía la razón, pero yo no estaba dispuesta a concedérsela. Era cuestión de orgullo.

-No seas ridícula- Y dale con el puto Whisky, bebía hasta el fondo y se servía de nuevo. -Me preocupo por ti, hace un par de días tu vida aún estaba en riesgo y no tengo idea que estaba pasando por tu cabeza para haberte escabullido así, además, olvidas que intentaron matarte y que quien sea que lo haya hecho anda suelto por ahí, incluso podría estar merodeando la casa o peor aún, podría estar acechándote. Por lo menos en el hospital tenías vigilancia las veinticuatro horas-

-No pues vaya con la eficiencia de tu gente, deberían condecorarlos con una medalla...Ni siquiera se dieron cuenta cuando me fui- Negué con la cabeza por lo ineptos que eran.

-Ya los despedí, contrataré los servicios de otra Agencia de seguridad que sí sepa cómo desempeñar su trabajo-

Hice un mohín. -Ese no es el punto-

-Es verdad, sigues sin decirme en dónde te metiste...Con quién...- La desconfianza invadía su mirada, sé que no creería absolutamente nada de lo que yo tuviera para decir, pero aún así debía proporcionarle algún tipo de explicación, inventar una excusa o lo que fuera.
-¿Qué era tan importante como para ponerte en riesgo de esa forma?- Él definitivamente sospechaba cosas, lo sentía en su forma de analizarme, como buscando la mentira sin siquiera haberla escuchado.

Matías. La única respuesta correcta y verdadera, y al mismo tiempo la única que tenía estrictamente prohibido pronunciar. -Fue un paciente, tuve que hacer una intervención en crisis- Respondí en cambio.

-¿Intervención en crisis? ¿De verdad te pones a dar terapia por teléfono desde una cama de hospital mientras estabas conectada al suero?-

Ni siquiera tenía sentido esmerarme por inventar algo medio verosímil, pero ni modo de quedarme callada. Era cuestión de principios y una Gruber jamás pierde en una discusión. -No es que me ponga a dar terapia, es que fue una emergencia y tengo mucho tiempo atendiendo a esa persona, su familia solamente confía en mí para controlar sus crisis y Ok, admito que fue una gran imprudencia de mi parte salir para hacerme cargo, pero es un paciente de alto riesgo y tuve miedo que atentara contra su vida- Pude haberle contado de la loca que se lanzó del Empire State en Nueva York cuando descubrió que su hermana se había follado al padre de la prometida, pero Mario no estaba listo para tener esa conversación y nunca lo estaría.

-Siento que no te reconozco- Su discurso se tornó más en algo parecido al inicio de una catarsis que a una retahíla de reclamos como yo lo hubiera esperado. Obviamente esto complicaba más la situación para mí porque estaba a punto de aullar una bola de demolición que inexorablemente rompería sus ilusiones y jodería sus planes a futuro. Esto no solamente se trataba de destruir su corazón, también estaba de por medio su carrera política. Arruinarle la vida era lo que menos pretendía, pero una debe aprender a ser egoísta y ponerse siempre en primer lugar, aunque en el camino alguien más pueda salir lastimado. -Es como si pudiera percibir que ya no te importo, que ya no te importa esto que tenemos- Bebió de nuevo y lo único que consiguió fue antojarme su trago, un poco de valor extra no me vendría nada mal.

-Al menos coincidimos en algo- Me levanté de mi sitio en el sillón para robarle su vaso y beberme el contenido del mismo. -Yo tampoco me reconozco a mí misma, aunque no sé si eso sea algo bueno o malo pero he descubierto que me gusta mucho más esta versión de mí-

-Felicidades por tu descubrimiento pero...No hagas eso, todavía estás con los antibióticos- Tan controlador como yo pero siempre cuidándome y supongo que ese fue uno de los principales motivos por los que me casé con él. Es curioso porque yo solía centrarme en su lado seductor y presté nula atención a pequeños grandes detalles como el hecho de que nunca me escuchaba realmente, solamente se escuchaba a sí mismo o lo que le convenía.

-¿Sabes por dónde me paso los putos antibióticos, cierto?- Volví a servirme y bebí de nuevo un gran sorbo. -Exactamente, por el culo- Rellené mi vaso de nuevo y lo levanté en su dirección. -¡Salud!-

-Te estás comportando como una niña caprichosa y sabes perfectamente que necesitas atender los cuidados que indicó tu Médico-

-¿Así que tú sí puedes tomar y yo no?- Chasqueé la lengua. -¡Pues vaya mierda! ¡Y vaya mierda porque esto no está funcionando! Somos incapaces de ponernos de acuerdo con algo tan simple como compartir una botella de Whisky y emborracharnos juntos-

-Estoy hablando en serio, Scarlet-

-Yo también estoy hablando en serio, Mario. Esto...Tú y yo...Ya no da para más, no vamos para ningún sitio-

-No entiendo el punto al que quieres llegar-

-Yo creo que sí me entiendes porque hace mucho tiempo que dejó de existir un nosotros, hace mucho tiempo que lo único que verdaderamente nos mantiene unidos son tus cenas de negocios y el sexo, fuera de ahí...No somos más que un hueco vacío y hay vacíos que ya no se pueden llenar-

-Tú de verdad no piensas eso ¿cierto?, es que dicho de esa manera suena como si solamente te considerara una esposa trofeo-

-¿Y no es así?-

-¡Scarlet, ¡Por supuesto que no!, yo te amo muchísimo- Mario se levantó del sillón y se acercó a mí lo más que las estructuras de nuestros cuerpos lo permitían. -Perdón si no te lo he recordado últimamente, a veces damos por sentado que la otra persona sabe lo qué sentimos y el cómo nos sentimos y descuidamos esa parte, pero jamás, ni por un momento he dejado de sentir lo mismo que sentía por ti la noche que te pregunté si querías casarte conmigo y también sé que aunque discutamos y tengamos nuestras diferencias tan a menudo...Tú te sientes exactamente igual, tan enamorada de mí como cuando me diste el "Sí"-

Podía sentir su aliento con olor a Whisky casi cepillando mis labios, pero así como la luz se convierte en oscuridad, las piedras se convierten en polvo, el dolor se convierte en aprendizaje, la vida se convierte en recuerdos...La pasión desenfrenada que algún día sentí por él, se convirtió en un enorme cariño.

Cuanta razón tuvo Heráclito hace más de 2500 años cuando dijo que nada es permanente a excepción del cambio.

Nuestro barco se hundió tan lentamente que de no haber conocido el verdadero amor por Matías, ni siquiera me habría dado cuenta que esta parodia de pareja perfecta construida con porcelana muy fina, diseñada para posar y sonreír en Instagram...Estaba rota.

Durante nuestros años de matrimonio peleamos en múltiples ocasiones y solamente bastaba que él se acercara a mí de la misma forma que acababa de hacerlo, que me hablara con seguridad y dulzura a la vez, esa mezcla suya me parecía demasiado sexy, y ni hablar del familiar olor a whisky que despedía su boca...En el pasado, esa pequeña chispa habría bastado para encenderme y olvidarme de la razón por la cuál estábamos discutiendo en primer lugar, pero incluso cuando mis circunstancias físicas no fueran tan adversas como para solucionar todas nuestras desavenencias en la cama...Mi marido ya no me excitaba.

Coloqué mi mano derecha sobre su pecho como una valla de contención y lo alejé unos cuantos centímetros, solamente para contemplar la asimilación del fracaso en sus ojos, era como si de alguna manera él admitiera en silencio que sabía o al menos presintiera lo que estaba por suceder.

Definitivamente yo no me encontraba bien, estaba a punto de escupir sobre la lápida de nuestra boda, de nuestros momentos felices, de la complicidad que alguna vez compartimos, del gran equipo que fuimos y los planos arquitectónicos  del mundo ideal que diseñamos juntos y que no viviríamos para verlo florecer, pero tampoco podía fingir y permanecer junto a él, sé de lo injusto que sería para ambos, pero el saberlo no lo convertía en una tarea más fácil. -Sé que te prometí que tendríamos un hijo y te juro que de verdad estaba dispuesta a embarazarme, tenía toda la disposición de intentar ser la esposa que siempre has querido y de ser una buena madre, pero...- Me vi obligada a realizar una pausa para terminar de expresar mi idea porque me había quedado sin palabras coherentes, así que simplemente me encogí de hombros. -Estoy demasiado rota como para intentar construir algo contigo- Y entre tanta mentira esa era la única verdad que le había dicho desde que llegué a casa y comenzamos a hablar, aún así agaché la cabeza y me quedé mirando al piso avergonzada.

Miré de soslayo cómo se empinó la botella a boca de jarro, supuse que en situaciones como éstas hasta el Fiscal Casas podía darse el lujo de perder sus finos modales. -¿Estás terminando conmigo?- Y mientras la pregunta nos desgarraba por dentro, la llovizna se desataba en sus ojos.

Asentí y permanecí con la cabeza gacha. -Lo lamento- Fui incapaz de articular una oración completa.

-¿Estás interesada en alguien más?- Bingo. Formuló la pregunta del millón, con la mirada derrotada y vidriosa.

Y yo...Yo solamente podía actuar, mentir y fingir estar indignada. Nunca pensé que el infierno que viví podría tener un lado positivo, pero justo ahora, era mi momento de sacarle provecho a la tragedia. -¿Es en serio, Mario? Después de que me violaron con semejante brutalidad, me mutilaron parte del cuerpo y me llenaron de inseguridades...¿Tú de verdad piensas que yo podría desear estar con alguien más?-

-No, claro que no, por favor te suplico que me disculpes, fue un comentario de pésimo gusto...- Se notaba visiblemente afligido e incluso nervioso, arrepentido, avergonzado y desesperado por enmendar su desagradable insinuación. -No tengo justificación por haberte ofendido de esa forma, pero es que te juro que la sola idea de perderte, de divórcianos, me pone muy mal-

-No me perdiste, Mario, nos perdimos el uno al otro y a mí también me pone mal la idea de divorciarnos, pero es un mal necesario e inevitable-

-¡No! a ver, escúchame, yo sé que atravesaste por algo espantoso y no te puedo decir que entiendo cómo te sientes porqué obviamente no tengo idea, yo no pasé por ahí, pero podemos ir a terapia, estoy seguro de que existen muchas alternativas para solucionar esto, no podemos rendirnos antes de agotar todas las posibilidades-

-Con respecto a nuestro matrimonio yo ya me he rendido, ni siquiera puedo sopesar la idea de estar contigo en un plano más íntimo, no soportaría ni que me toques-

-Pero es normal, después de la experiencia traumática que viviste es una posibilidad que te cueste pensar en tener relaciones sexuales, pero iremos paso a paso, estoy seguro que la terapia puede ayudarnos a ambos, además tú estás en ese medio y puedes conseguir el contacto del mejor o la mejor especialista en su ramo...Por favor, Scarlet, yo te amo, de verdad te amo y puedo esperar todo el tiempo que necesites...- Pero él traspasó mi alma con su mirada y entonces se dio cuenta de que esta vez era diferente, de que mi silencio era una respuesta en sí y no precisamente la que él esperaba. Entendió que yo ya tenía tomada una decisión y permanecería firme, así que decidí aprovechar ese momento para pillarlo con la guardia baja.

-Yo no te amo- Él abrió muy grandes los ojos, lo conocía suficiente como para saber que acababa de abofetear su ego. Sabía lo mucho que él disfrutaba del cine y ni siquiera era necesario preguntarle porque pude leer en su mirada que de todas las películas que había visto, definitivamente ésta ha sido con la que más había llorado. Y no quedaba espacio para finales alternativos o para crear una segunda parte. -Y no te lo estoy diciendo a manera de un berrinche o porque quiera lastimarte, te lo estoy diciendo porque lo mínimo que te debo es la verdad, no puedo permitir que me esperes y que abrigues esperanzas porque yo no voy a volver contigo-

-No me digas eso, por favor, tengo mucho miedo de que la vida no tenga sentido sin ti, de no saber cómo seguir viviendo si terminas conmigo-

-Discúlpame si sueno cruel pero si no sabes vivir sin mí, entonces, tendrás que aprender a improvisar-

-No puedo, por favor escúchame y no me hagas esto, no me dejes ir-

-Mario, llevo meses sintiéndome sola incluso durmiendo contigo en la misma cama, si para ti la vida no tiene sentido sin mí, para mí la vida no tiene ningún sentido estando contigo-

-Tengo un agujero en el pecho y me pregunto si te abracé lo suficiente- Se arrodilló ante mí y se abrazó a mis piernas, yo podía sentir el agua tibia de las lágrimas que emanaban de sus ojos. -Recuerdo que cuando era niño y me dolía el estómago yo lloraba y le pedía permiso a mi mamá para dormir en su cama, en medio de ella y mi padre, pero ella me decía que me fuera a mi cuarto y me hiciera bolita y así el dolor desaparecería, ahora mi corazón está llorando y tengo la esperanza de que si se hace bolita deje de doler tanto-

¡Mierda! ¿Por qué coños tenía que ser esto tan difícil? Definitivamente éramos un par de adictos al drama. A mí también me estaba matando el dolor y la culpa de verlo tan derrotado, pero no podía flaquear ahora. -Mario, levántate, por favor- Me agaché un poco para poder besar su cabeza. Me pesaba tanto toda esta situación...¿Cómo le hacía para disculparme y devolverle todas las lagrimas a sus ojos? Yo no merecía que las estuviera desperdiciando en mí.

-Permíteme estar así un poco más- Comenzó a sollozar. -Prometo que no montaré una jodida escena violenta, si has decidido ponerle fin a lo nuestro, no te voy a detener, aunque claro que desearía hacerlo, pero no intentaré manipularte ni nada de eso, y si no te ruego para que te quedes no es por soberbia o por orgullo, es porque voy a respetar tu decisión, ya suficiente has tenido que sufrir como para convertirme en un obstáculo más en tu proceso de sanación-

-Lo que acabas de decir me conmovió mucho, es el regalo más grande y más bonito que me has dado- Besé su cabeza de nueva cuenta y comencé a sollozar yo también. -Pero necesito que te pongas de pie y te trates de tranquilizarte, aún hay muchas cosas que debemos conversar-

-Quédate con la casa- Finalmente aflojó el agarre y dejó de aferrarse a mis piernas como un koala, se puso de pie y ambos nos sentamos en el sillón. Uno al lado del otro. -No sé si querrás quedarte a vivir aquí o prefieres venderla, lo que tú decidas está bien para mí-

Me sorprendió en demasía que aceptara tan rápido mi decisión, no sé si era porque la noticia le había causado una impresión tan terrible que había alterado su estado mental al punto de sentirse confuso y actuar de una manera extraña.

Seguramente el alcohol también había influido.

Por supuesto que era inusual en él verlo desmoronarse e hincarse en el piso para aferrarse a mis piernas y caderas con sus manos, adorándolas como si se trataran de un altar.

Estaba tan sumiso y roto que lo único que deseaba era que pudiera recoger sus pedazos para levantarse y pegarlos de uno por uno, pero tendría que hacerlo por sí mismo, reconstruirse él solo y seguir adelante.

-Está claro que yo no viviría aquí, además esta casa es demasiado grande para una sola persona y seamos honestos, tú la elegiste así pensando en niños corriendo por todo el jardín, es más la casa de tus sueños que de los míos- Sonreí amargamente.

-Pero la propiedad está a tu nombre, puedes venderla-

-Pero tú la compraste y no me parece justo quedarme con un dinero que ganaste con el esfuerzo de tu trabajo-

-Yo no podría vivir en esta casa tampoco, los recuerdos me destrozarían...Es más...Me dan ganas de cerrar nuestra habitación y no abrirla nunca más, imagínate esas sábanas siendo solamente mías, pero sin poder sentirlas mías porqué las compramos juntos-

-Duramos más de dos horas discutiendo por el color antes de comprarlas y al final terminaste dándome gusto y compramos un juego de rojas y otras grises-

-Nos enojamos pero tan pronto llegamos a casa estrenamos las rojas, las revolvimos, las empapamos y...En fin, cada objeto en esta casa tiene una historia que contar y yo no soy tan masoquista como para escucharlas-

-Hoy voy a pasar la noche en la casa de mis padres pero tengo pensado tomarme unas vacaciones en un club de playa, Lauren, mi amiga tiene una casa con una vista espectacular como a unas tres horas de aquí y es un sitio bastante seguro, creo que es justamente lo que necesito para pensar en lo que sigue, replantearme qué quiero hacer con mi vida-

-¿Y vas a estar bien? ¿Te gustaría que contrate...?-

Pero no lo dejé terminar. -No quiero escoltas, ya te dije que el lugar tiene muchísima seguridad, de verdad estaré bien, además, Taylor renunció a su puesto como Directora en el Colegio y seguramente irá conmigo- Eso último era mentira. Swift se largaría de vacaciones, pero con su jirafa y yo no podía esperar para estar a solas con Matías.

-Lo que te haga sentir cómoda está bien para mí...¿Quieres que te mande a mi Abogado para agilizar los trámites del divorcio?-

Yo sacudí la cabeza a manera de negación. -Por supuesto que no, primero lo primero, tu candidatura, no vamos a ponerla en riesgo-

-No te preocupes, al final soy un Fiscal, no un político, y no voy a mantenerte atada a un contrato nupcial solamente por mi capricho de ganar las elecciones-

-No me molesta seguir casada contigo por unos meses más, tampoco es que me queme el anillo- Fue entonces cuando ambos desviamos la mirada hacia mi dedo y observamos que no lo traía puesto.

-Supongo que tampoco es algo que te encante, parece que dejaste de usarlo- Acotó con un nuevo atisbo de tristeza, pero no pensaba quedarme atrapada en ese bucle de miseria y depresión, podía explicarle que cuando el personal del hospital me entregó mis pertenencias había decidido guardar el anillo en mi bolso para no perderlo, pero ya tampoco creo que importara, además había decidido que era mejor no llevarlo puesto, resultaría extraño usarlo mientras estaba en brazos de Matías.

-Hay algo que quiero entregarte- Era hora de poner en marcha mi famoso plan, así que tomé mi bolso de la mesa y saqué un sobre color manila tamaño carta. -No sé cómo explicarte el contenido, pero es como una especie de regalo de mí para ti- Y era verdad, si lo utilizaba con sabiduría, estoy segura de que algún día sería Gobernador de Florida, mientras que para mí representaba la llave que podía abrir la puerta hacia una nueva vida.

-¿Acaso las rupturas modernas incluyen una indemnización por daños al corazón?-

-Algo así- Sonreí y me aseguré de que tomara el objeto entre sus manos. -Es importante que lo revises minuciosamente, es un expediente con toda la información privada que pude conseguir acerca del sujeto que me atacó y... -Y bueno, había que echar una mentirijilla piadosa, una más a la lista. -Y que destruyó nuestro matrimonio y nuestra felicidad-

-¿Cómo lo...?- Él estaba boquiabierto.
-¿Cómo supiste quién era? ¿Y cómo conseguiste información sobre él?-

-Sus datos pude obtenerlos gracias a una amiga que es hacker- Esa había sido una cortesía de Karlie Kloss, aunque no dudo que con un poco de la ayuda de Richard, el rapero tatuado. -Y con respecto a cómo supe quién había sido, la verdad es que siempre lo supe-

-Pero...¿Por qué te callaste?-

-Porque es un tipo peligroso pero con mucho poder, no será nada fácil que caiga. Te conozco y sé que eres un hombre que ama su profesión, que crees en la Justicia como pocos y que además eres íntegro, en el legajo de documentos incluí varios anexos que te serán de utilidad, puntos débiles, gente que lo protege porque le deben favores, pero también hay nombres interesantes, tiene muchos enemigos que seguramente estarían encantados y agradecidos contigo si les ayudas a sacarlo del camino-

-No entiendo porque simplemente no denunciamos y ya, tenemos suficientes muestras biológicas para probar su culpabilidad y encerrarlo-

-Cuando te digo que es se trata de un hombre poderoso no estoy exagerando, no será nada fácil, es por eso que además de proporcionarte todo lo que necesitas conocer acerca de él, algunas evidencias que pueden aportar para amar un buen caso y muchos etcéteras, me tomé la libertad de proponerte una estrategia, todo está por escrito, aún es una especie de borrador, algo bastante burdo, pero si te rodeas de las personas correctas podemos hacer que pague, a tu manera, ambos obtendremos nuestra venganza y además te estoy poniendo en bandeja de plata tu boleto para ganar las elecciones-

-¿Podrías explicarte más claramente?-

Yo negué con la cabeza. -Cuando leas todo lo que contiene el sobre vas a entenderlo mejor- Me puse de pie y tomé mi bolso. -De todas maneras si tienes alguna pregunta puedes llamarme, reúnete con tus asesores y tus publicistas para que discutan el proyecto y cuando tengas una contrapropuesta formal podemos reunirnos de nuevo para comentarla y afinar detalles-

-Está bien, aunque suena demasiado extraño que apenas anoche éramos una pareja y ahora nos estamos tratando como simples colegas-

-Para mí también resulta extraño, no soy de palo, pero es lo qué hay-

-Te llevo a la casa de tus padres- Se ofreció amablemente, obviamente yo estaba casi recuperada pero no en condiciones para manejar mi coche.

-Prefiero tomar un uber-

-No es momento de llevarme la contraria, hay un loco que anda suelto y si bien hemos mantenido todo lo qué pasó con total discreción, tú sabes que la información siempre termina filtrándose más temprano que tarde, no voy a permitir que andes sola y ponerte en riesgo de que regresen para rematarte-

Habría aceptado gustosa que me llevara, después de todo él tenía razón y de alguna manera siempre me sentiría segura y protegida a su lado, sin embargo, él había bebido y sería bastante irresponsable por ambas partes que me condujera a casa.

Lo abracé fuerte, besé su mejilla, tomé mi bolso y abandoné el juego de llaves que sé encontraba en la mesa para siempre.

Abandoné ese sitio al que había llamado por muchos años hogar y mientras esperaba en la entrada al taxi de aplicación abrí el contacto de Matías
para escribirle, sería nuestro primer mensaje de texto y yo sonreía como adolescente, con las mismas mariposas pero más grandes, más fuertes, más intensas.

"Estoy saliendo de mi ahora ex casa"

"Ya hablé con Mario y estamos oficialmente separados, mañana te cuento los detalles"

"Por cierto, es la primera vez que te mando un mensaje de texto y no pude evitar pensar en que esto signifique algo..."

"Tal vez la señal de que esto es el inicio de algo?"

"Scarlet. En serio no te armó un escándalo? No se porque me daba la impresión de ser un tipo medio agresivo"

"Por supuesto que es el comienzo de algo 🥰, pero mejor mañana personalmente te parece?"

"Siiiií, ya quiero estar contigo a solas de nuevo, extraño tu olor"

"Y nah, Mario es algo intransigente y quizás un poco posesivo pero es una buena persona"

"Tienes mal gusto porque cuando llegaste ni siquiera me había duchado 😰"

No tenía el mejor uso en los signos de puntuación pero para ser un ex militar creo que escribía de una forma bastante decente, además usaba emojis y eso me mataba en el buen sentido de la palabra.

"¿Qué significa ese emoji?

"Siempre he querido saber pero casi nadie lo usa como para preguntarle"

"No tengo idea pero está sudando y en mi cabeza huele muy mal"

"Si quieres mañana puedo ayudarte a darte un baño en la tina, puedo tallarte la espalda con mucho cuidado mientras te doy besitos en el cuello 😈"

"Basta que causas estragos en mí"

"¿Ajá?"

"Ajá"

"Está bien, mi uber está llegando. Voy a dormir en la casa de mis padres esta noche."

"¿Me avisas cuando llegues? 🙈"

"Claro que sí"

"Oye, no sé qué tan cursi sea dedicarte una canción, pero me esmeré para que no fuera tan Pop, no esperes Mayhem, ni Dimmu Borgir o Venom, pero se hace lo que se puede"

"JA JA JA Sí me gusta escuchar metal pero no tan brutal ni tan extremo así que tú manda la canción aunque sea de Ed Sheeran o BTS-

"No te voy a mandar canciones en coreano 🙄. Aunque me di cuenta que estabas llorando como Magdalena con una serie coreana"

"¿Cómo se llamaba?"

"No te lo diré porque quiero que la veamos juntos"

"Me encanta la idea de tumbarnos en el sofá y abrazarnos mientras vemos televisión"

"Te mando el link de NUESTRA canción"

"Se llama "Part of me" de Evanescence"

https://youtu.be/_35yX_u6h7w

"Me gustan algunas de sus canciones pero esa no la conozco ahora mismo le pongo play al video que enviaste"

"Espero que te guste ❤️"

"Por el simple hecho de que me la estés dedicando me gustará y yo voy a buscar alguna para enviártela y que te acuerdes de mí cada que la escuches"

"No necesito de una canción para acordame de ti. Lo hago todo el tiempo"

"Pero me encanta la idea de que tú también me dediques una"

Y así fue como bajé del Uber convencida de que la vida era demasiado corta como para conformarse para vivir sin amor o con un amor a medias.

Ya había desaprovechado una vida en el pasado y no repetiría el mismo error, si para estar con Matías tenía que aprender a escalar muros, saltar vallas, disparar armas...Y sobre todo despojarme de mis nuevos complejos acerca de mi cuerpo, entonces lo haría, costara lo que costara.


***
Hola, espero que estén disfrutando su fin de semana.
Primero que nada por andar de hocicona en twitter que iba actualizar ayer me auto salé porque literalmente comencé a editar 18:30 horas y tuve mil interrupciones, terminé a las 5 am bueeeh!

Espero les haya gustado el capítulo, por fin ya tocaba un poco de romance entre Scarlet y Matías, mi ship! Estoy enamorándome muy fuerte de esta pareja.

Ha sido un capítulo particularmente difícil de escribir, me cuesta mucho más trabajo imaginar en la reacción de un guey que de una vieja, o sea, no quiero hacerlos cursis como yo, necesito que se comporten como onvres sin necesidad de convertirlos en unos patanes, entonces bueno, eso fue todo un reto y ni hablar de escribir romance hetero. Pero lo puse en la nota de la autora, que ese sería un gran reto, intento probarme como "escritora" todo terreno, por lo que esta actualización pues es doblemente especial y es por eso que metí canción y todo y NO CUALQUIER CANCIÓN, fue "Part of me" de EV, mi favorita de The bitter truth, y creo que valió la pena guardarla para este Momentazo Marlet.

Gracias a la Señora CamzGobernadora porque nos hizo favor de ponerle nombre al ship, lo bautizó como #Marlet

Así que esto fue un capítulo totalmente Marlet. En mi cabeza tendríamos 6 escenas en el capítulo 39 jajajaja y solo metí 2, la verdad no pensé que me desgastara tanto mental y emocionalmente con la escena de Mario y Scarlet, para bien o para mal siempre trato de estudiar la situación desde la perspectiva de mi personaje y me meto demasiado en el rol.

Moraleja? Termino hecha polvo, con dolor de cuello, espalda y mentalmente agotadísima.

Ahora sí el próximo capítulo será de felicidad y smut Camren, será como un equivalente al 68 de MVVYODUENC, el del coyote ugly que creo en general es de nuestros favoritos, así que el capítulo 40 de aquí debe ser así #LeyendasLegendarias

Ah y por último, una disculpa porque yo bien grosera genteeee no he respondido a sus comentarios del capítulo 38, me voy a poner en la labor porque luego escriben cosas bien bonitas y me dejan speechless como canción de The Veronicas y ni sé qué decir hahahaah, estoy acostumbrada al maltrato se fijan?

Continua a leggere

Ti piacerà anche

383K 38.4K 98
La verdad esta idea es pervertida al comienzo, pero si le ves más a fondo en vastante tierno más que perverso. nop, no hay Lemon, ecchi obviamente, p...
509K 27.1K 76
Dani y Gavi son mejores amigos prácticamente desde que los dos tienen consciencia. Gavi la considera una hermana pequeña, Dani está enamorada de él. ...
527K 42.3K 167
~SINOPSIS DE LA 1ª PARTE~ Anya Forger, la adorable y telepática niña, se ve envuelta en un enredo de rumores junto con Damian Desmond, el hijo del pr...
353K 56K 27
Park Jimin, un padre soltero. Por culpa de una estafa termina viviendo con un completo extraño. Min Yoongi, un hombre solitario que guarda un triste...