Seduciendo Un Alfa |NamJin|

By nayechwan18

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SeokJin no quiere casarse. SeokJin no quiere enamorarse. Pero él ama los retos. Y NamJoon es el mejor reto p... More

ADVERTENCIA
PRÓLOGO
1: Seduciendo Un Alfa.
2: Plan para seducir a un alfa.
3: Una boca placentera.
4: El verdadero Kim SeokJin.
5: El nuero perfecto.
6: Dedos calientes y agiles.
7: Un repentino rival.
8: Los celos no son una opción.
9: Un beso no debería ser tan bueno.
10: Una puta recién follada.
11. Secretos entre amigos.
12: Nadie puede odiarte como yo.
13: No finjas ser lindo.
14: Duerme conmigo.
15: Una pequeña excepción.
16: Conflicto entre omegas.
17. ¡No somos novios!
18: La temperatura perfecta.
19: Pequeños accidentes.
20: Traicionar tu confianza.
21: La cúspide de su tolerancia.
22: Una pareja de recién casados.
23: Los ojos del amor.
24: Desde la primera vez que nos vimos.
25: No hables con desconocidos.
26: Profundamente enamorados.
27: Tu luna y mis estrellas.
28: Dime que eres mío.
29: Remanentes de un calor.
30: Tres pruebas no son suficientes.
31: Promesa.
32: Escenas de besos.
33: Soy tuyo.
34: Soy especial.
35: Destino.
36: Sueño de concepción.
37: Las historias se repiten.
38: El hijo del viejo zorro.
39: El principio del fin.
40: Confianza quebrantada.
41: Está bien si lloras.
42: Por primera vez.
43: Hay belleza en los desastres.
45: El arcoíris después de la tormenta.
46: Un Futuro Juntos.
Final: Amando Un Alfa.
EPÍLOGO
EXTRA 1
EXTRA 2
Extra 3
• AGRADECIMIENTOS E INFORMACIÓN •

44: Fruto de su amor.

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By nayechwan18




Desde siempre, SeokJin ha tenido una comprensión profunda sobre cómo funcionan las cosas en su país. En Corea del Sur, su amada nación, toda figura pública debe comprender a la perfección la trascendencia de la imagen personal, porque la sociedad valoraba más la decencia, la moral y la perfección que cualquier otra cosa.

Su país estaba conformado por una sociedad en la cual sin importar si eres víctima o culpable, el escrutinio público no haría excepciones. Cada detalle de tu vida sería sometido a juicio en un tribunal virtual de opiniones donde incluso la más mínima imperfección podría convertirse en una condena. Los ojos vigilantes de dicha sociedad permanecían en alerta constante, incluso las figuras más prominentes de la élite corrían el riesgo de caer en el abismo de la exposición mediática.

Los ídolos admirados y los talentos en ascenso siempre caminaban por un sendero peligroso, donde un solo paso en falso podría ser capaz de arrasar con toda su carrera. A pesar de este conocimiento, la simple idea de que tu privacidad fuera arrastrada a la luz pública contra tu voluntad era, en sí misma, aterradora.

Era aquí en donde la línea que separa la gloria de la desgracia, lo público de lo privado, se volvía aún más delicada de lo que cualquiera podría imaginar. Las vidas de aquellos que son el foco de atención podrían cambiar con un solo clic.

SeokJin apretó su celular con firmeza y, con un temor palpable, hizo clic en el enlace del video. A medida que la imagen comenzó a reproducirse, sintió que la sangre abandonaba su rostro y una sensación gélida recorría su piel.

Era un video capturado por la cámara de seguridad del penthouse de NamJoon.

La iluminación y la calidad del video eran pésimas; apenas se distinguía el rostro de NamJoon debido al acercamiento. El alfa se encontraba sentado en el sofá con el pecho descubierto, pero no había dudas de que era él, y que había alguien más arrodillado entre sus piernas.

Eres una puta que le gusta chupar pollas, ¿no? —NamJoon dijo en medio del video, el audio también era poco claro, pero aún así cualquiera era capaz de entender lo que estaba diciendo—. Haré que me chupes la polla todas las noches...

Hubo un extraño corte en el video y después se escuchó el sonido de un golpe. La imagen cambió y NamJoon parecía tener a alguien acostado sobre su regazo.

Voy a azotarte el culo hasta que llores y supliques...

De repente, el video se cortó, la imagen volvió a pausarse y los sonidos obscenos de respiraciones laboriosas y jadeos desaparecieron. Después de ver el video completo, que tan solo duraba unos pocos diez segundos, la sangre que había abandonado el rostro de SeokJin volvió a precipitarse en su cara y toda su piel se enrojeció de una terrible vergüenza.

—Hyung... —JiMin lo llamó con cierta cautela en su voz—. ¿Eres tú el del video...?

SeokJin apretó los dientes y trató de respirar correctamente. No podía hacerlo. Aunque la persona a la que NamJoon llamaba puta y azotaba en el video no se veía claramente, pues este había sido curiosamente recortado y enfocado en NamJoon, ese omega no era otro más que él.

De todas las cosas que podía esperar, esto no era una de ellas.

Las manos de SeokJin temblaron, el mareo lo asaltó y tuvo que apoyarse en JiMin para no caer. Esa grabación fue hace meses atrás, cuando NamJoon y él apenas estaban empezando su arreglo, y por eso la voz del alfa sonaba tan ruda al hablarle. Sin embargo, solo ellos dos, que compartieron innumerables noches juntos, sabían que el alfa nunca se atrevería a lastimarlo realmente.

—No... No lo entiendo —murmuró con desconcierto—. Cómo... ¿Cómo obtuvieron este video...?

JiMin colocó una mano en su espalda y lo miró con preocupación.

—Ninguno de nosotros lo sabe. Vimos el video después de que te fuiste. Estábamos tan perplejos como tú y no sabíamos si lo habías visto o no.

SeokJin asintió lentamente y salió de su estupor. Con los dedos aún temblorosos, comenzó a revisar los comentarios en Naver. La gente estaba hablando mal de NamJoon. Habían sacado de contexto su charla sucia y ahora lo estaban llamando abusador de omegas. La reputación bien cuidada del alfa como un prestigioso empresario estaba siendo pisoteada en las redes, el valor de las acciones de KNS Inc. estaba cayendo y la gente lo estaba tachando de toda clase de cosas sin sentido por sus palabras sacadas de contexto. NamJoon estaba siendo expuesto mientras él estaba bien, a salvo, siendo el omega anónimo del video que fue violentado y forzado por un alfa rico sin escrúpulos...

SeokJin no pudo soportar seguir mirando los comentarios de la gente y apagó la pantalla. Cerró los ojos, inhaló y exhaló varias veces. Recordó cada palabra compartida con NamJoon un rato atrás y la sensación de despedida que había percibido en el alfa lo enfermó.

NamJoon...

Su alfa...

¿Qué diablos había hecho?

—Tengo que ir a verlo... —susurró después de un rato en silencio. Los pensamientos caóticos en su mente se volvieron aún más frenéticos—. Necesito verlo... Él... Él no está bien... Nada de esto está bien.

NamJoon estaba solo.

Estaba solo y estaba perdiendo todo lo que había construido con esmero durante más de una década. La idea de que el alfa pudiera hacer una locura le causaba aún más angustia que cualquier otra cosa. SeokJin podría soportarlo todo, cualquier cosa, excepto que ese alfa estúpido hiciera algo que pusiera en riesgo su propia seguridad.

—¿Qué? —JiMin lo miró con confusión y comenzó a seguirlo—. ¿Hyung? ¿A dónde vas? ¡No puedes simplemente irte así!

SeokJin prácticamente corrió hacia la avenida para tomar un taxi. Las palabras de JiMin se convirtieron en motas de polvo en el aire, inaudibles ante su confusión. Abrió su celular, revisó sus llamadas recientes y volvió a marcar el número de NamJoon. Su corazón latía aún más rápido con cada tono de llamada. Sin embargo, esta vez el alfa no contestó tan rápido como antes. Sus primeras llamadas fueron a parar al buzón de voz, y lo mismo ocurrió con todas las siguientes.

—¡Mierda! —SeokJin exclamó exasperado y volvió a marcar el número—. ¡¿Por qué no respondes la maldita llamada...?!

El claxon de un automóvil lo sacó de su aturdimiento, y SeokJin abrió los ojos al percatarse de que el auto estaba frenando bruscamente debido a él. No tuvo tiempo de reaccionar y apartarse lo suficientemente rápido. Cerró los ojos, se giró y esperó lo peor. Sin embargo, alguien lo tomó del brazo y lo arrastró hacia atrás.

—Tenga cuidado, señor —dijo un hombre, y si no estuviera tan abrumado, SeokJin habría reconocido que lo conocía de algún lugar.

El beta que lo sujetó lo soltó y retrocedió. SeokJin quedó inmóvil en la acera. Miró hacia adelante, y la mujer alfa en el auto le gritó unas cuantas maldiciones antes de seguir su camino. Las personas que pasaban por el lugar se detuvieron por unos momentos para observar la escena, y el estruendo de los cláxones, los murmullos, el rodar de las llantas, todo se superpuso. Las luces de los comercios, farolas y automóviles parpadearon en sus ojos, dejándolo aún más conmocionado.

—¡Hyung! —JiMin gritó al acercarse a él y agarró sus brazos—. ¡¿Estás loco?! ¡No puedes simplemente marcharte así! ¡Ese coche casi te atropella! ¿Hyung? ¿Me estás escuchando al menos?

SeokJin inhaló profundamente, sintiendo que su cabeza giraba, pero sus ojos se fijaron en su celular en el suelo. Lo había dejado caer debido a la impresión. La pantalla estaba rota y aún estaba encendido. El contacto de NamJoon se reflejaba en su mirada. Había algo tan terrible en todo esto que casi le provocó náuseas.

—JiMin... —habló con la voz ahogada—. ¿Qué hago...? Él... Él no quiere que esté a su lado... No me responde...

JiMin detuvo su reprimenda y su expresión enojada se transformó en una de preocupación y tristeza.

—Por favor, Jin-hyung... —el omega suspiró y sostuvo el rostro de SeokJin entre sus manos—. Mírate, estás temblando. ¿Cómo piensas ir a verlo en este estado? Si NamJoon no quiere verte, debe tener sus motivos.

SeokJin negó con la cabeza y luchó por sofocar los jadeos entrecortados que amenazaban con escapar de su garganta. No. NamJoon no podía simplemente desvanecerse sin más. No podía marcharse y dejarlo sin explicación.

—La gente está hablando de él, criticando sus acciones... ¡Incluso piensan que me lastimó y me forzó a hacer algo en contra de mi voluntad! ¿Cómo puedo quedarme aquí y ver cómo su reputación se derrumba por ese video...? —SeokJin se frotó las mejillas y tomó una bocanada de aire para seguir hablando—. Dime, JiMin, cómo puedo vivir en paz sabiendo que él... que él...

Lo hizo por mí.

SeokJin contuvo sus palabras, era solo una suposición, una corazonada, pero cuanto más lo pensaba, más creía en ella. En cierta manera, NamJoon lo estaba protegiendo. No era una coincidencia que el único enfocado en el video fuera el alfa.

JiMin soltó sus brazos y sacó su celular del bolsillo. SeokJin lo observó mientras desbloqueaba el teléfono y le mostraba su chat con HoSeok. Había un mensaje reciente del otro omega que seguía sin respuesta.

—Jungkook te está buscando, hyung —explicó JiMin con una expresión seria—. Está en la fiesta y quiere hablar contigo... Creo que él te proporcionará las respuestas que necesitas en este momento.

Al escuchar esto, la expresión de SeokJin cambió, y rápidamente sus pensamientos tomaron un nuevo rumbo.

—¿Jungkook me estaba buscando? —murmuró, más para sí mismo que para JiMin, pero el omega asintió en respuesta—. Entonces, volvamos... Luego pensaré en qué hacer con respecto a NamJoon.

JiMin suspiró y estuvo de acuerdo. Hizo una señal para detener un taxi y ambos se subieron para regresar a la fiesta más rápido. El viaje fue corto porque no estaban tan lejos. En tan solo cinco minutos ya estaban de vuelta en el club.

Cuando SeokJin entró en el lugar y caminó en medio del salón, no pudo evitar notar el extraño ambiente entre los invitados. Ya no estaban bailando ni caminando de un lado a otro; ahora estaban apiñados en sus mesas con sus celulares en las manos y conversando entre sí.

Cuando fue notado por algunos de ellos, la mayoría le echó largas miradas antes de girar el rostro y volver a murmurar.

SeokJin frunció el ceño y apretó los dientes para no gritarles qué demonios estaban mirando. Era obvio que muchos de estos idiotas, que sabían sobre la relación entre NamJoon y él debido a la ocasión en que el alfa fue a buscarlo al rodaje, creían que él era el del video, o peor aún, que NamJoon lo había traicionado con alguien más.

—¡SeokJin! —Hoseok apareció de repente, luciendo enojado y preocupado—. ¿Por qué te fuiste así? ¿Qué se suponía que estabas haciendo? ¡Estábamos muy preocupados!

—No me sentía cómodo y salí a tomar aire —se excusó con una mueca en los labios. Lo que menos deseaba en ese momento era ser regañado por su amigo—. Por favor, Hoseok, no ahora... Solo dime dónde está Jungkook.

JiMin colocó una mano en el hombro de Hoseok y le lanzó una mirada que indicaba que no debería continuar la discusión. El omega se llevó una mano a la frente, miró a su alrededor con preocupación y después agarró la mano de SeokJin para llevarlo a otro lugar.

—Vamos afuera primero —Hoseok avisó mientras los guiaba—. Los demás también están afuera.

SeokJin se dejó llevar. Sin embargo, en medio de todo el caos, sus ojos se detuvieron en Kang Jooha por un instante. El omega estaba sentado en una mesa con sus amigos, todos bebiendo y riendo con excesiva alegría. Parecían disfrutar de la fiesta como si nada estuviera pasando. Ver eso le causó una ira irracional. No quería que nadie siguiera celebrando. Ya no había nada que celebrar. Él era uno de los protagonistas y no estaba pasándola bien.

SeokJin apretó los labios y desvió la mirada.

Cuando salieron a la terraza, sus ojos se posaron en los demás. TaeHyung, YoonGi y Jungkook estaban alrededor de una mesa cerca de la piscina. TaeHyung estaba hablando por teléfono, parecía estar enojado, su ceño estaba fruncido y algunas venas se marcaban en su frente. SeokJin nunca lo había visto tan molesto. Era muy probable que, a pesar de ser amigos de NamJoon, ninguno de los dos alfas supiera lo que estaba sucediendo.

En cambio, Jungkook, de pie en el borde de la piscina, tenía la mirada distante y los ojos llenos de conflicto. El omega no apartó la vista del agua hasta que escuchó sus pasos al acercarse. Cuando Jungkook lo miró a los ojos, su expresión cambió y una confusa incomodidad se apoderó del pecho de SeokJin, recordándole que el muchacho y él no habían hablado en casi tres semanas.

—SeokJin-hyung... —Jungkook murmuró con una expresión apenada en el rostro. Luego, como si tomara valor, se acercó a SeokJin y agarró sus manos—. Hyung, lamento mucho haberte ignorado todos estos días y no haberte dicho nada, pero había tantas cosas en las que necesitaba pensar que fue muy difícil... Espero que todavía me consideres un amigo a pesar de todo.

SeokJin se quedó en silencio por unos segundos. Observó el rostro del omega más joven y después sus manos sostenidas por él. Al final, sonrió levemente, apretó la mano de Jungkook y dejó escapar un suspiro.

—Es bueno saber que no te he perdido también...

Después de escuchar estas palabras, fue como si innumerables piedras que le pesaban en el pecho desaparecieran. Jungkook se apresuró a abrazarlo y SeokJin le devolvió el abrazo con una sensación cálida abriéndose paso a través del tormento de los últimos días. Francamente, no le importaban las razones que Jungkook tuvo para evitarlo; en ese momento, lo único que le importaba era volver a abrazar a su amigo...

Alguien carraspeó e interrumpió su emotivo abrazo.

—Es bueno que se hayan reconciliado —JiMin los miró con una sonrisa torcida y una obvia preocupación en el rostro—. Sin embargo, hay algo muy importante que ambos necesitan ver —el omega levantó el celular y les mostró una foto—. Recientemente, una cuenta anónima publicó esta foto en Theqoo... Y está generando una rápida reacción.

En la foto, NamJoon parecía estar golpeando a un hombre que se parecía a su primo.

La expresión de SeokJin volvió a cambiar y su rostro se puso pálido. Ni siquiera sabía de dónde había aparecido esa foto, pero falsa o verdadera, era lo suficientemente convincente como para ser sacada de contexto y avivar aún más las llamas.

—¿Qué diablos...? —Jungkook agarró el teléfono, pareciendo tan sorprendido como ellos—. Esto fue de la reunión anual... Pero todos los celulares fueron confiscados y los videos eliminados... No lo entiendo.

—No es la única foto que ha publicado esa cuenta —Taehyung interrumpió con el ceño fruncido—. También publicaron una foto donde aparecen tú y NamJoon frente a la compañía en la que trabajas... Si no fuera porque el equipo de tecnología de KNS Inc. ya está lidiando con las publicaciones, la gente estaría empezando a relacionarte como el omega del video. Estuve hablando con algunos conocidos y van a bloquear el nombre de NamJoon-hyung para eliminar la tendencia. El video también ha sido eliminado de la fuente original.

SeokJin dejó escapar un jadeo y deseó ver la foto de la que hablaba TaeHyung. Afortunadamente, ya se había eliminado y nadie parecía estar comentando sobre ella. Pero pensó en la compañía, en la seguridad que la rodeaba e incluso en los acuerdos de confidencialidad que todos los empleados tenían...

Una sospecha se hizo paso en medio del caos que era su mente.

—Esta situación es bastante extraña —YoonGi murmuró con una expresión pensativa—. El hecho de que un video de seguridad del penthouse de NamJoon haya sido filtrado es inquietante en sí mismo... Hay algo que no encaja...

De alguna manera, después de escuchar las palabras de YoonGi, todos se volvieron hacia Jungkook con miradas contemplativas. El omega abrió los ojos y se dio cuenta de que era el centro de atención. Solo entonces recordó por qué había venido.

—Lo siento, pero hay cosas que yo tampoco entiendo... —Jungkook negó con la cabeza y las manos apresuradamente—. Lo poco que sé es confidencial y no puedo hablar sobre eso con todos ustedes... Solo puedo decírselo a SeokJin-hyung.

JiMin estaba a punto de replicar, pero Hoseok lo detuvo y asintió comprensivamente.

—Lo entendemos —el omega dijo con precaución—. Les daremos espacio a Jin-hyung y a ti para hablar —Hoseok se volvió hacia los dos alfas—. Vamos adentro y dejemos que hablen.

JiMin, quien no estaba de acuerdo con esta decisión, apartó la mano de Hoseok de su boca, le lanzó una mirada con el ceño fruncido y se alejó resoplando. TaeHyung siguió detrás de él después de lanzar una larga mirada a Jungkook, Hoseok los siguió a ambos.

—No te preocupes tanto por NamJoon —YoonGi le dijo antes de irse. Sus ojos se desviaron de SeokJin a Jungkook y agregó—: Esto no va a lograr arruinarlo, SeokJin. KNS Inc. es un gran conglomerado. Todas las familias poderosas que forman parte del mismo no permitirán que caiga. NamJoon saldrá de esta y limpiará su imagen.

Las palabras de YoonGi eran reconfortantes. SeokJin también sabía que era muy difícil que KNS Inc. sufriera daños irreparables. Pero lo que le sucediera a la empresa de NamJoon o al conglomerado en sí, era lo que menos le importaba a SeokJin en ese momento. Lo único que deseaba era que NamJoon estuviera bien, y no porque creyera que NamJoon estaba emocionalmente afectado por esto, el hombre era demasiado duro para eso, sino por lo que podría hacer en respuesta debido a su furia.

—Gracias... —susurró con una pequeña sonrisa y YoonGi asintió antes de alejarse.

Esta vez, cuando Jungkook y él se quedaron solos, el omega dejó escapar un suspiro de alivio y lo miró con aprensión.

—No puedo decirte todo porque prometí no hacerlo pero...

—Por favor, Jungkook, ya no lo aguanto más —SeokJin agarró sus hombros con desesperación y lo sacudió—. ¡Solo dime de una vez qué demonios está pasando!

Jungkook lo miró con los labios apretados y una mirada llena de sentimientos complicados. Luego, se encogió de hombros y confesó la verdad.

—¡Esto es culpa de Kang Jooha...!

SeokJin se tomó unos segundos para procesar las palabras de Jungkook.

—¿Jooha...? ¿Cómo es posible...? ¿No fue su tía?

Jungkook asintió y luego negó con la cabeza.

—Sí, fue la directora Kim... Pero Jooha tiene mucho que ver. Mierda, tampoco lo creía cuando lo escuché. ¿Cómo pudo ese omega llegar a este punto? Pero fue el mismo NamJoon quien lo dijo... —Jungkook respiró hondo y señaló hacia el club—. Ese omega fue quien ideó lo del secuestro para robar tu celular. No sé cómo, pero de alguna manera sabía que guardabas muchas cosas confidenciales en tu teléfono, así que creyó que sería bueno robarlo para arruinar tu carrera...

SeokJin se quedó perplejo y su mente rememoró esa tarde en la compañía cuando discutió con Jooha y dejó su celular sobre la mesa del baño. En ese momento, no había reflexionado mucho sobre ello, pero ahora se dio cuenta de que, antes de que el omega entrara al baño, él había estado hablando con NamJoon. Quizás olvidó bloquear su teléfono antes de colocarlo en el lavabo. Jooha probablemente había visto algo en ese momento y luego se lo llevó como si nada hubiera pasado.

Todo tenía sentido ahora. Sin embargo, ¿por qué NamJoon estaba tan seguro de que su tía había planeado el secuestro? ¿Cómo había conseguido la mujer acceso a sus conversaciones tan fácilmente? ¿Por qué el video filtrado era de una cámara de vigilancia del penthouse de NamJoon y no uno de los videos privados que SeokJin a veces le enviaba a NamJoon?

—Sé lo que te estás preguntando —Jungkook lo sacó de su ensimismamiento—. El padre de Jooha es uno de los partidarios de la directora Kim. De alguna manera, Jooha logró que su padre le hablara sobre su plan a la directora y ella aceptó usar sus conexiones para planear tu secuestro...

—Porque yo no le intereso a tu tía —SeokJin añadió después de reflexionar—. Ella solo aceptó porque era una forma de deshabilitar a NamJoon usándome a mí... —tragó saliva, inhaló y sintió un nudo en su garganta—. Ella logró su objetivo... Y Jooha consiguió lo que quería... Vi a Jooha esa tarde hablando con tu tía, pero estaba tan conmocionado por lo que había sucedido que nunca lo pensé detenidamente. —SeokJin se cubrió la cara con las manos y soltó una risa ronca—. Por supuesto... Ese era su plan. Es probable que ese jodido omega también haya sido quien subió la foto de NamJoon y yo fuera de la compañía desde una cuenta anónima.

La comprensión llegó como un torrente de agua golpeando su cuerpo. Le dolían todos los miembros. Le dolían las entrañas. Le dolía incluso hablar. SeokJin entendía parcialmente todo en este momento. Sin embargo, aún había lagunas en la historia y volvió a mirar a Jungkook a los ojos cuando se dio cuenta de esto.

—¿De dónde salió el video de vigilancia...? —preguntó, con un presentimiento palpable en su pecho que le provocó una sacudida violenta de emociones—. ¡¿Qué fue realmente a hacer Kang Jooha al despacho de NamJoon ese día?!

El otro omega lo miró con sorpresa y hubo un cambio en su expresión.

—No lo sé...

Jungkook mintió, porque SeokJin sabía que estaba mintiendo, y su agarre en los hombros de Jungkook se volvió más apretado.

—No mientas —exigió con una ira desbordante creciendo en su interior—. Dime la verdad, Jungkook.

El omega negó con la cabeza nuevamente y parecía un tanto consternado. Él estaba entre la espada y la pared. Por un lado, había prometido no decir nada y no actuar de manera imprudente. Por otro lado, le resultaba difícil mentir y tampoco quería ver a SeokJin seguir en la oscuridad sobre lo que su primo había hecho para protegerlo.

—Le prometí que no te lo diría...

—¡Jungkook! —SeokJin lo interrumpió—. ¡Dime todo de una vez!

Jungkook llegó a su límite y su resistencia se desmoronó como castillos de arena.

—¡NamJoon-hyung fue quien publicó el video! —exclamó, soltándose del doloroso agarre de SeokJin y sintiendo que podría arrepentirse—. ¡Lo hizo por ti, Jin-hyung! ¡Hizo todo para proteger tu imagen y no involucrarte en esto! Ese día que viste a Jooha, él estaba allí para chantajear a NamJoon-hyung por orden de la directora Kim. Jooha iba a publicar todos tus videos, conversaciones y fotos en las redes, ¡iba a arruinar tu carrera para siempre! —Jungkook tomó aliento y luego sonrió con dolor—. Sin embargo, la directora Kim decidió que era mejor usarlo de otra manera. NamJoon tuvo que ceder a sus demandas y firmar un contrato de confidencialidad con Jooha, prometiendo alejarse de ti, renunciar a su posición como presidente de KNS Inc. y no emprender acciones legales por la exposición pública que está sufriendo ahora en las redes sociales debido a ese video explícito de ustedes dos... Todo a cambio de que Jooha, ni nadie más, pudiera subir alguna de las fotos o videos que estaban en tu celular a las redes. Si alguien lo hiciera, la culpa recaería en Kang Jooha, y él enfrentaría un proceso legal en el que tendría que asumir toda la responsabilidad de exponerte públicamente y pagar una indemnización de más de mil millones de wones... Firmaron un contrato ese día con esos términos. ¡NamJoon no podía hablarte de esto! ¡Yo no podía hablarte de esto! Pero ahora... —Jungkook se encogió de hombros y soltó un resoplido—. Supongo que ahora todo se ha ido a la mierda, ¿verdad?

Contrario a lo que Jungkook esperaba, SeokJin permaneció en silencio. Su expresión era estoica y sus manos habían dejado de temblar. Se mantuvo quieto como una estatua, y un silencio los envolvió a ambos. A medida que miraba su rostro inexpresivo, Jungkook comenzó a sentir que algo no iba bien. Así que agarró el brazo de SeokJin y murmuró: —¿Hyung...?

SeokJin se apartó de su agarre, le dio una palmada en el hombro y lo miró directamente a los ojos.

—¿NamJoon podría tener problemas si le rompo la cara a ese omega?

Jungkook abrió la boca y lo miró atónito. No podía creer que Kim SeokJin realmente quisiera golpear a Jooha. Pero recordó a su primo diciéndole que no hiciera nada imprudente y no supo qué responder.

—Técnicamente, no debería haber ningún problema... —murmuró con cautela—. Pero NamJoon-hyung me advirtió que no fuera imprudente y...

—Bien —SeokJin lo interrumpió—. Eso es lo único que necesitaba saber.

De repente, SeokJin apartó a Jungkook y comenzó a caminar de vuelta hacia el club. Jungkook lo miró asombrado y luego corrió tras él, intuyendo lo que SeokJin estaba a punto de hacer.

—¡SeokJin-Hyung! ¡Espera! ¿Qué estás planeando hacer?

—Voy a confrontarlo —respondió SeokJin con una expresión tan oscura que era irreconocible.

Jungkook se detuvo, sin saber qué hacer. Después de un momento, decidió que era mejor ir a buscar a los demás.

SeokJin lo ignoró y continuó su camino. Nunca antes había peleado con alguien. Si alguna vez lo hizo, fue durante la primaria por cosas tan triviales que ni siquiera podía recordar. A pesar de ello, tenía cierto conocimiento de defensa personal debido a las clases que tomó durante la secundaria, lo que le ayudó a saber cómo defenderse cuando sufrió acoso por parte de algunos pervertidos.

Kang Jooha ya no estaba sentado en la misma mesa de antes. Solo sus amigos seguían allí, tomando shots de soju y riendo por algo en sus teléfonos. SeokJin apretó los labios y tuvo un extraño presentimiento de que no le gustaría de qué se estaban riendo. Se acercó a ellos por detrás y observó a la amiga de Jooha escribir una publicación en Pann.

«La gente no lo sabe, pero ese alfa no solo es un abusador de omegas, también es tan violento que es capaz de golpear hasta la muerte a su propia familia...»

SeokJin abrió los ojos con incredulidad y sintió que la rabia le retorcía las tripas. ¿Cómo se atrevía esa perra asquerosa a publicar ese tipo de cosas sobre un hombre que no conocía? Le arrebató el teléfono a la omega y canceló la publicación.

—¡¿Qué diablos te pasa...?! —La voz de la chica se convirtió en un jadeo ahogado al ver que era él. Todos dejaron de reír y lo miraron con sopresa.

—¿Te diviertes? —SeokJin cuestionó en voz baja y después observó a todos los demás con una sonrisa dura en los labios—. ¿Las escorias como ustedes tienen derecho a divertirse?

Todos se miraron entre sí en silencio. El bullicio de la música, las luces parpadeantes y las conversaciones aleatorias, todo se detuvo. La gente empezó a mirar en dirección a la mesa y los amigos de Jooha se quedaron callados.

—¿Qué quieres, idiota? —la omega preguntó con voz agraviada—. ¡Devuélveme mi celular!

Si SeokJin no estaba equivocado, esta niña tonta tenía que ser MinMin, la perra faldera de Jooha, pero parecía que se había sometido a cirugía de nariz, doble párpado y pómulos.

—¿Dónde está Kang Jooha? —preguntó sin rodeos—. Quiero verlo. Ve a buscarlo.

—No puedes aparecer y dar órdenes como te plazca. ¿Estás buscando que te demos una paliza? —Un alfa se puso de pie y lo miró de arriba abajo con el ceño fruncido. Probablemente, era el novio de MinMin. Luego, esbozó una sonrisa burlona y lo señaló—. ¿Crees que te tenemos miedo? Ya no tienes a nadie que te defienda o te respalde. ¿Crees que vas a salir ileso?

SeokJin bajó la cabeza, cerró los ojos por unos segundos, asintió lentamente y luego miró a ese imbécil con una sonrisa en los labios. Una extraña emoción estaba creciendo en su interior y, por primera vez, sintió que comprendía a Kim NamJoon en algo.

Tenía ganas de golpear a este idiota hasta dejarlo inconsciente.

—¿Crees que siempre necesito que alguien me defienda...? —Arrojó el teléfono de MinMin al suelo y dio unos pasos más cerca. Frente a las miradas de todos, agarró una botella de soju y la rompió contra el borde de la mesa. Todos a su alrededor quedaron salpicados por el alcohol y soltaron jadeos de asombro. SeokJin levantó la botella rota y apuntó al alfa con una sonrisa torcida en los labios—. ¿Olvidas quién soy...? Ven, acércate, veamos si no puedo salir ileso después de destrozarte la cara...

En medio de la súbita tensión, todos se quedaron quietos; incluso el alfa que parecía tan arrogante al hablarle ahora lo miraba perplejo. SeokJin sonrió para sí mismo y no bajó la botella rota. Aunque no tenía intención de involucrarse en una pelea con ellos, no iba a mostrar cobardía ante ninguno.

—SeokJin-ah... —Alguien puso una mano en su hombro y SeokJin se dio cuenta de que era su manager—. Por favor, baja esa botella, ven y hablemos de esto en privado... ¿sí?

SeokJin miró al beta de forma contemplativa y después negó con la cabeza.

—Manténgase alejado de esto, manager.

—¡SeokJin! —Kang Jooha apareció de repente y lo miró con una sonrisa tensa en los labios—. ¿Me estabas buscando?

Al ver al omega, SeokJin inclinó la cabeza y luego le entregó la botella a su manager, asintiendo lentamente.

—Hablemos en privado —demandó con un semblante inexpresivo—. Sígueme afuera.

Jooha arqueó una ceja al escuchar su demanda y luego se giró para mirar a su grupo de amigos. Todos ellos estaban en silencio, las risas de antes habían terminado, y no dijeron ninguna palabra.

—Kim SeokJin... —el omega suspiró y forzó una sonrisa en sus labios—. ¿Por qué debería hablar contigo en privado...? ¿No sería mucho mejor si disfrutamos la fiesta?

SeokJin se volvió otra vez hacia él y lo miró fijamente. De reojo, logró ver a JiMin y Taehyung discutiendo con otras personas para evitar que graben la escena. Sin embargo, a SeokJin no le importaba nada en este momento. Solo quería liberar la frustración, la furia y la tristeza que presionaban su pecho y no lo dejaban respirar.

—Dije que vengas conmigo —volvió a demandar con voz más grave—. Vamos afuera.

Jooha frunció el ceño por unos segundos, luego lo miró de arriba abajo y soltó una risa, como si no pudiera creer que SeokJin realmente fuera capaz de hacer algo más que parloteo.

—SeokJin-ah... Es mejor que te diviertas como todos los demás, ¿no crees? —el omega sonrió con falsa preocupación y agarró su mano como si fueran amigos—. Estás soltero ahora, ¿no? Consigue un buen alfa y folla con él... Yang Seojong-ssi está interesado en ti y ahora mismo pareces como si realmente lo necesitaras mucho...

—Dije que vengas conmigo, Kang Jooha —SeokJin repitió por tercera y última vez—. Hazlo ahora mismo si no quieres enfrentar las consecuencias.

—¿Y qué harás si no lo hago? —Jooha lo desafió con diversión en su voz—. ¿Vas a golpearme con la botella? ¡Por favor, no seas ridículo!

SeokJin se quedó en silencio al escucharlo. Los amigos de Jooha soltaron pequeñas risas y todos los demás empezaron a murmurar. No, por supuesto que no planeaba golpear a nadie con una botella, no estaba tan loco para eso, pero ya había tenido suficiente de este maldito omega.

Ya no le importaba nada de esta mierda.

Iba a arrastrarlo.

—¿Qué haré si no lo haces...? —él soltó una risa y luego levantó una mano—. ¡Esto es lo que haré, Kang Jooha!

SeokJin agarró a Jooha por el cabello y el omega soltó un grito de dolor. Todos se quedaron boquiabiertos ante su repentina acción. Incluso su propio grupo de amigos, que ahora estaban de pie detrás de él, lo miraron con sorpresa e incredulidad. Pero él tiró del otro omega con fuerza y lo hizo comenzar a caminar.

—¡Detente...! —Jooha gritó con voz entrecortada—. ¡Mi cabello! ¡¿Qué estás haciendo?!

Pero SeokJin no se detuvo.

Arrastró a Kang Jooha por el cabello fuera del club. Todos los miembros del personal de la compañía y sus invitados se quedaron atónitos por lo que estaban viendo.

—¡Suéltame...! —Jooha volvió a chillar con desconcierto y enojo—. ¡¿Estás loco...?! ¡Vas a dañar nuestra reputación!

SeokJin dejó escapar una carcajada al escucharlo. Él ya no estaba pensando en nada más que en darle una buena lección a Kang Jooha, esta perra barata que se atrevió a hablar de reputación después de haber arruinado la reputación de otra persona.

Al diablo con su reputación.

Al diablo con Kang Jooha y su grupo putrefacto de amigos.

—¿De qué reputación estás hablando...? —preguntó con rabia y sarcasmo en su voz—. ¡Todos deben ver cómo arrastró a un jodido bastardo como tú!

Agarró el cabello del omega con más fuerza y lo arrastró hacia la parte trasera del club. SeokJin no lo soltó hasta que estuvieron afuera, frente a la piscina, donde la música no se escuchaba y no había tantos ojos expectantes.

—¿Por qué lo hiciste?

Empujó a Jooha y lo miró a la cara con seriedad. Ambos se pararon el uno frente al otro. Había algo teatral en esto, y SeokJin comenzó a disfrutarlo de una manera retorcida; después de todo, Jooha y él eran actores.

Detrás de ellos, SeokJin vio tanto a sus amigos como a los de Jooha salir de la misma forma. No se molestó en mirarlos y continuó mirando al otro omega a la cara.

—¡¿De qué estás hablando perra loca?! —Jooha le gritó mientras se peinaba el cabello y se agarraba unos mechones rotos—. ¡Mira lo que me hiciste!

—Tú sabes de lo que estoy hablando —SeokJin le dijo con enojo—. Tú tomaste mi celular ese día... ¡Tú eres responsable de todo esto! ¡¿Por qué lo hiciste?!

Jooha lo miró con la boca abierta, transcurrieron varios segundos en silencio y después el omega soltó una risa.

—¿Por qué debería decirte...? —preguntó con diversión—. Deberías estar agradecido de que no eres tú el que está en esas tendencias.

SeokJin apretó los puños a su costado y respiró hondo para no perder los estribos. Si quería tener la ventaja, tenía que usar las palabras correctas.

—¿Crees que porque convenciste a NamJoon de dejarme has ganado? —La sonrisa en sus labios se profundizó y miró a Jooha por debajo, como el insecto que era, sabiendo cuánto eso enojaba al otro omega—. Esto no hará que NamJoon te mire diferente. Eres basura y seguirás siendo basura a sus ojos. ¿Y sabes por qué? —SeokJin se acercó a él y lo empujó—. Porque solo eres un maldito envidioso y arrastrado que nunca estará a mi nivel, ¿cuándo lo entenderás?

Jooha abrió los ojos y luego frunció el ceño con rabia. Dio un paso adelante y también empujó a SeokJin.

—¡No me hables así! ¿Crees que tu familia al borde de la bancarrota podrá seguir respaldándote en el futuro? ¿Acaso eres estúpido? ¡Siempre he sido mejor que tú! ¡Haré que te arrepientas de tratarme como a un insecto!

—¿Ah, sí? —SeokJin se acercó y volvió a empujarlo—. ¿Tanto te molesta escuchar la verdad? Nunca he entendido por qué me odias tanto, pero supongo que solo se debe a que eres una maldita perra envidiosa. Desde que nos conocemos, siempre lo has sido. Me envidiabas incluso cuando fingías ser mi amigo. Eres un inútil, ¿crees que el cobarde de tu padre realmente se atreverá a ir en contra de mi familia? ¡Tu familia solo son unos nuevos ricos! ¿Sabes cuánto le suplicó tu padre a mi papá para evitar que te investigaran por la filtración de mis fotos en el pasado? ¡Esa es la única razón por la que dejamos el asunto de lado! ¿Crees que no sé qué fuiste tú en aquel entonces? Maldito puto, tú nunca serás mejor que yo, ¿lo entiendes? ¡Tendrás que operarte todo el rostro o volver a nacer para parecerte a-...!

Kang Jooha le soltó una repentina cachetada, provocando que su oración quedará inconclusa, y todos a su alrededor llevaran las manos a la boca por la conmoción.

—¿Quién es la perra engreída que se cree mejor que los demás...? —el omega respiró alterado y sonrió de manera torcida—. Siempre fuiste un maldito narcisista con complejo de superioridad, pero olvidas todo muy fácilmente. ¡Fuimos a la misma secundaria y ni siquiera lo recuerdas! Te odio desde la primera vez que nos vimos. Al diablo con NamJoon. ¿Crees que hice todo esto porque aún me interesa ese desgraciado? ¡Solo estaba con él por su estatus! No me importa ese maldito idiota. ¿Pero sabes que? Me alegra mucho saber que tampoco será tuyo... ¡Que no estará con un maldito bastardo engreído como tú...!

SeokJin le devolvió la bofetada con todas sus fuerzas. El sonido del golpe resonó y danzó en la brisa nocturna. Kang Jooha soltó un jadeo de dolor, y se balanceó unos pasos hacia atrás, hasta que resbaló y cayó de bruces al suelo. SeokJin lo miró desde arriba con los ojos inyectados en sangre y soltó una risa.

—¿Íbamos a la misma secundaria...? —preguntó con incredulidad, ira, diversión y un sin número de emociones, mientras caminaba lentamente para alcanzar al otro omega—. Siempre he sido un engreído de mierda desde que tengo uso de razón... Pero sé muy bien que nunca le hice bullying a alguien en la secundaria. Entonces, ¿por qué me odias tanto? ¡Ni siquiera nos conocíamos! ¡No existe ningún motivo para que me odiaras en ese entonces!

—¡Yo te conocía! —Jooha le gritó desde el suelo—. ¡Siempre te veía y traté de acercarme a ti para ser tu amigo! ¡Pero tú, maldita perra creída, nunca me miraste porque no te fijabas en los que no eran de tu mismo estatus!

Esta vez SeokJin se rió a carcajadas y se arrodilló a horcajadas sobre Jooha para poder golpearlo otra vez.

—¡¿Cómo diablos esperabas que te conociera?! ¡Ni siquiera estábamos en el mismo salón! —SeokJin le pegó un puñetazo que provocó que le dolieran los nudillos—. ¡¿Crees que iba al colegio a fijarme en todos?! ¡Tenía que sacar buenas notas para que mi padre estuviera orgulloso de mí...! —agarró el cuello de la camisa de Jooha y lo sacudió. Sus ojos se llenaron de lágrimas por la rabia. No podía creer que este loco le hubiera arruinado tanto la vida por algo tan estúpido—. ¡¿Crees que me iba a fijar en un niño tonto como tú...?!

Jooha soltó un grito y trató de empujarlo, pero SeokJin se puso de pie y agarró su cabello para arrastrarlo por el suelo. Tiró de Jooha con tanta fuerza que le arrancó algunas hebras de cabello y el omega gritó de dolor.

SeokJin recordó a NamJoon golpeando a ese alfa en Japón, y se rió con lágrimas en los ojos.

¿Así se habrá sentido...?

De repente, alguien más se unió a la pelea y tiró del cabello de SeokJin hacia atrás hasta que no tuvo más remedio que soltar a Jooha y gemir de dolor.

—¡¿Crees que te vas a salir con la tuya?! —una voz femenina exclamó—. ¡Voy a arrancarte el cabello, maldito idiota!

SeokJin intentó darse la vuelta, dándose cuenta de que era MinMin, pero la omega estaba tirando con demasiada fuerza de su cabello.

—¡¿Cómo te atreves a meterte...?! —JiMin gritó con incredulidad y también se metió en la riña—. ¡Maldita perra! ¡SUÉLTALO!

El omega agarró a MinMin por su coleta alta y tiró de ella hasta que esta soltó a SeokJin, quien aprovechó el momento para girarse y abofetear a la mujer, lleno de ira. Un zumbido resonaba en sus oídos, su respiración estaba alterada y le dolía la muñeca. A su alrededor, todos estaban boquiabiertos y MinMin se resbaló de la misma forma que Jooha. La mujer intentó levantarse a toda prisa al darse cuenta de que estaba en desventaja. Sin embargo, su intento se vio frustrado porque JiMin volvió a agarrar su coleta y tiró de ella con tanta fuerza que también cayó al suelo cuando le arrancó las extensiones.

—¡MI... ¡MI CABELLO! —MinMin gritó con horror. Se llevó la mano a su coleta enmarañada y volvió a chillar—. ¡VOY A MATARTE, HIJO DE PUTA!

La omega se volvió y se abalanzó sobre JiMin para clavarle las uñas en la cara. SeokJin estuvo a punto de lanzarse sobre ella para detenerla cuando de repente sintió que alguien lo golpeaba en la espalda. Jooha había aprovechado la oportunidad para ponerse de pie y tomarlo por sorpresa.

SeokJin se tambaleó y casi perdió el equilibrio, pero logró mantenerse firme. Giró sobre sus pies y golpeó a Jooha con el dorso de su brazo. El golpe impactó en la nariz del omega, quien soltó un quejido de dolor al sentir el impacto. Se cubrió la nariz con las manos y gimió de nuevo.

—¡MALDITA SEAS! ¡ME ROMPISTE LA NARIZ!

SeokJin no creía haberle roto la nariz con un golpe de su revés. No obstante, el omega estaba sangrando, y él casi sintió compasión por su nariz operada, pero prefirió abalanzarse sobre Jooha y volver a darle un puñetazo.

—¡VOY A ROMPERTE LA BOCA TAMBIÉN! —SeokJin amenazó después de asestar otro golpe—. ¡HARÉ QUE TE ARREPIENTAS...!

En un abrir y cerrar de ojos, todo se volvió un caos.

SeokJin volvió a agarrar el cabello de Jooha con ambas manos, y el omega también agarró el suyo de la misma forma. Se tambalearon juntos por el borde de la piscina hasta que le dio un pisotón a Jooha y este soltó su cabello. Fue la oportunidad perfecta para que SeokJin volviera a abofetearlo.

Detrás de ellos, en algún momento, no solo MinMin y JiMin seguían peleándose en el suelo. Los otros dos amigos de Jooha se habían unido a la pelea. Taehyung estaba golpeando al novio de MinMin y Jungkook estaba encima del otro omega varón. Solo YoonGi y Hoseok permanecieron fuera del conflicto. El primero, porque estaba evitando que los otros invitados grabaran la riña junto con manager de SeokJin y el segundo, porque estaba embarazado y buscando ayuda para detener la pelea.

Jooha golpeó a SeokJin en la cara, y SeokJin le devolvió el golpe con aún más fuerza. Luego, ambos volvieron a agarrarse del cabello y se gritaron innumerables maldiciones. Hubo una liberación de emociones que hizo que SeokJin se sintiera lleno de adrenalina. La sangre se precipitó en su cabeza y lo único en lo que podía pensar era en hacer que este perro loco probara su propia sangre.

Cuando estaba apunto de arrojar a Jooha al suelo otra vez, unos hombres ingresaron al lugar, y SeokJin sintió que alguien lo tiraba hacia atrás mientras lo cubría con su cuerpo. Se dio cuenta de que era el mismo hombre que lo había jaloneado del brazo cuando estuvo a punto de ser atropellado y una corazonada se instaló en su pecho.

Por supuesto, conocía a este beta.

Era uno de los hombres que trabajaban para NamJoon.

Hubo otros desconocidos que intervinieron en la pelea, alejando a los amigos de Jooha y poniendo fin a su riña. Hubo gritos, maldiciones e incontables exclamaciones. SeokJin forcejeó en los brazos del beta mientras gritaba que lo soltara. Todavía la adrenalina estaba en su sistema y quería terminar de golpear a Kang Jooha. No había terminado con ese maldito omega. Sin embargo, el hombre mantuvo un firme agarre en sus brazos hasta que se calmó y dejó de patalear. En ese momento, el beta finalmente soltó sus brazos y se dispuso a darle una explicación.

Pero fue entonces cuando sucedió algo repentino.

SeokJin no sabía cómo, pero Jooha estaba otra vez encima de él, embistiéndolo con su cuerpo con tanta fuerza que se tambaleó y tropezó con el borde de la piscina. En ese momento, lo único en lo que pudo pensar fue que no sería el único en caer al agua, así que estiró la mano y agarró el cuello de la camisa del otro omega para arrastrarlo con él.

En medio del caos, del bullicio, de los alaridos y de la conmoción, Jooha y SeokJin cayeron en la piscina y el agua envolvió sus cuerpos.

Fue entonces cuando finalmente todo terminó.

. . .

De alguna manera, todos habían terminado en el destacamento de la policía y, después de incontables discusiones, fueron separados en grupos para tomar sus declaraciones individuales.

SeokJin se sentó en una silla de metal del destacamento y tembló de frío. Su rostro estaba pálido, sus labios se habían puesto azulados y su cabello, húmedo. Se abrazó a sí mismo y no pensó en nada más que en volver a casa. Ahora que la adrenalina en su cuerpo se había agotado, no quedaba nada más que agotamiento, dolor y una sensación de entumecimiento en sus músculos. No obstante, tenían que esperar a que el abogado de la compañía, sus managers y el jefe del destacamento llegaran a un acuerdo.

—Oh, Jinnie, ¿quieres que consiga otra toalla para ti? —Hoseok le preguntó con preocupación al ver cómo temblaba. El omega pasó un brazo por sus hombros sin importar mojarse y lo abrazó—. Has empezado a temblar de frío, te vas a resfriar.

Lo que SeokJin menos necesitaba en ese momento era resfriarse; a pesar de ello, era inevitable. Su sistema inmunológico era débil, y pasar tanto tiempo empapado de agua fría, durante una noche también fría, era un presagio de un futuro resfriado.

—No te preocupes, Hobi... —susurró centrando su energía en evitar, por todos los medios, castañetear—. Mi hermana está de camino... Me traerá algo abrigado para cambiarme de ropa.

La única persona en la que había pensado llamar fue a su hermana. Decirles a sus padres lo que había sucedido solo le traería más problemas. Ninguno de los dos se quedaría tranquilo y harían un enorme escándalo. SeokJin solo pudo confiar en su hermana para que la pequeña alfa le trajera algo abrigado para cambiarse de ropa sin decirle nada a sus padres.

—¿Cuándo se supone que podremos irnos? —JiMin preguntó, con una expresión irritada, caminando de un lado a otro en el pasillo—. ¡Estoy cansado de estar aquí!

JiMin no se veía muy diferente de él, quizás la única diferencia es que no había caído a la piscina, pero su cabello estaba alborotado, su ropa estrujada y tenía un par de arañazos en los brazos.

—Te aviso que todavía necesitas declarar —Hoseok le recordó con una expresión malhumorada—. Además, Jungkook y TaeHyung aún no terminan.

Hablando de Jungkook, el omega salió en ese mismo momento siendo escoltado por una mujer policía, y caminó hacia ellos con una expresión incómoda.

—¿Qué sucedió? —JiMin le preguntó al otro omega con preocupación—. ¿Tuviste que ver a esos hijos de puta otra vez?

Jungkook negó con la cabeza, también pareciendo muy agotado, y señaló la puerta.

—Es tu turno para ir a declarar. Ellos se están haciendo la víctima y echándonos la culpa de todo —avisó con enojo—. Pero creo que pronto podremos irnos si llegamos a un acuerdo.

—¡Esos hijos de puta...! —JiMin exclamó con enojo, y la mujer policía carraspeó a su lado—. Si vuelvo a ver a esos bastardos, me volveré loco...

JiMin se fue caminando por el pasillo, siendo escoltado por la policía, y ellos tres se quedaron en silencio por varios segundos. Francamente, ninguno confiaba en que JiMin pudiera mantener los estribos. De hecho, a SeokJin le fue bastante difícil hacerlo, solo porque se sentía como la mierda logró calmarse.

Unos minutos más tarde, YoonGi volvió y se unió a ellos tres. El alfa había ido a comprarles chocolate caliente y SeokJin se sintió bastante agradecido mientras tomaba un sorbo de la bebida. Un poco de calor regresó a su cuerpo y soltó una exhalación. Con cada minuto que pasaba, su cuerpo se sentía más cansado, y el dolor en algunas zonas se agravaba.

—¡SeokJin-ssi, ven aquí un momento! —su manager lo llamó. A su lado, se encontraba el abogado de la compañía.

SeokJin dejó su vaso a un lado, se puso de pie muy lentamente y después caminó de la misma manera. Cada paso se sintió más pesado que el anterior, y le costó mantener una expresión serena.

—¿Qué sucede? ¿Ya puedo irme?

—Si no pones ninguna denuncia, podrás irte de inmediato —el abogado de la compañía le explicó con una sonrisa que a SeokJin no le agradó—. Vamos a fingir que esto solo fue un pequeño inconveniente y no hacerlo más grande. ¿No te parece mejor?

SeokJin arqueó una ceja y lo miró con desconcierto. Bien. Este abogado de mierda solo esperaba que Jooha y él fingieran que nada pasó para evitar un escándalo y salir beneficiado.

—SeokJin-ah... —su manager colocó una mano sobre su hombro y se acercó a él para susurrarle algo al oído—. Sé que no estás de acuerdo con esto... Pero es la única manera de que salgas de este asunto sin complicaciones.

—Entonces, ¿qué tal si procedemos con no presentar una denuncia? —El abogado volvió a insistir—. Vamos a hacer eso por ahora y todos saldrán bien. Les diré que no vas a presentar ninguna denuncia.

SeokJin abrió la boca y quiso replicar. No quería dejar las cosas así. No se trataba solo de su pelea. Kang Jooha lo había agravado de muchas formas. Merecería ser denunciado por robo, chantaje, extorsión y violación de la privacidad. No podía dejar las cosas así y seguir con su vida tan fácilmente...

—Mi cliente va a presentar una denuncia contra el Sr. Kang —alguien repentinamente habló detrás de él y SeokJin se dio la vuelta con sorpresa.

Era un hombre alto, que le resultó parcialmente familiar, y SeokJin se quedó confundido. Sin embargo, no tuvo que pensarlo mucho, unos metros más alejados de ellos, sus ojos se posaron en alguien que era sumamente familiar para él.

Kim NamJoon estaba allí.

SeokJin miró al alfa, que se encontraba regañando a Jungkook con una expresión severa, y su cuerpo volvió a temblar, pero esta vez no fue por el frío. Había algo diferente en NamJoon, aunque debido a la distancia entre ellos no podía decir con certeza qué era, pero esa sensación lo llenó de mucha ansiedad. Tragó en seco y apretó los puños para evitar que sus manos temblaran.

Repentinamente, el alfa giró el rostro, como si sintiera su mirada sobre él, y cuando sus ojos se encontraron, fue como si todo a su alrededor se desvaneciera. Su respiración se volvió más lenta y los sonidos a su alrededor se convirtieron en zumbidos en sus oídos. No escuchó lo que los abogados estaban discutiendo, o lo que su manager trataba de decirle, pero el corazón en su pecho se saltó un latido y sus ojos ardieron.

Si pudiera controlar sus extremidades, no estaba seguro de lo que haría en ese momento; si correr a los brazos de NamJoon, o escapar de su mirada. Sin embargo, cuando logró que su cuerpo respondiera, una voz femenina lo sacó de su trance y desvió la mirada.

Su hermana corrió hacia él y envolvió sus brazos alrededor de su cuerpo.

—¡Oppa! —la muchacha gritó mientras lo abrazaba—. ¿Estás bien? ¿Qué te sucedió? ¡Estás empapado! Traje ropa para ti. ¡Date prisa y ve a cambiarte!

SeokJin dejó escapar el aliento que había estado conteniendo y le devolvió el abrazo a su hermana. La sensación de familiaridad con la pequeña alfa lo llenó de un breve alivio para sus emociones.

—Gracias por traerme la ropa, Ji-ah —respondió agarrando la bolsa—. Iré a cambiarme al baño, ¿de acuerdo?

—Sí, sí, date prisa y ve a cambiarte antes que te resfríes —la chica asintió—. Le dije a mamá que me invitaste a pasar la noche contigo. Pero ya sabes cómo es. Pronto llamará por videollamada para ver que estemos juntos.

SeokJin asintió, sabiendo que eso era cierto, y después comenzó a caminar lentamente en dirección al baño. Cuando estuvo a punto de doblar en la esquina, su mirada inevitablemente volvió a viajar hacia NamJoon. El alfa todavía lo estaba mirando fijamente con una expresión estoica. SeokJin desvió la mirada y sonrió ligeramente para sí mismo. Era probable que NamJoon estuviera muy enojado con él por volver a arruinar las cosas.

Pero bueno. También podría vivir con eso.

Entró al baño y cerró la puerta detrás de él. Colocó la bolsa sobre el lavabo y comenzó a sacar las prendas que su hermana había traído. Como se lo encargó, ella le consiguió una toalla para secarse bien, ropa interior, medias, un abrigo de cuello alto y unos pantalones de chándal. SeokJin sonrió con amargura ante la antiestética combinación. Nunca se había puesto algo tan poco atractivo en sus veintitantos. Si ya se veía fatal, podría imaginar lo feo que se vería. No obstante, lo único que deseaba era estar cómodo y abrigado.

Se quitó la ropa mojada, se secó el cuerpo y después se colocó una a una las prendas. Antes de ponerse el abrigo de cuello alto, se miró en el espejo por un instante, notando que tenía unos cuantos rasguños en la cara. SeokJin sintió un indescriptible odio llenar su corazón. Quería que Jooha pagara caro por lo que había hecho. Llevó sus dedos a su mejilla y no supo qué era lo que estaba sintiendo además del odio, pero había un sentimiento aún más complicado envolviendo su cuerpo. Deslizó sus dedos por su mejilla hasta llegar a las cicatrices en su cuello. Estaban desapareciendo, muy lentamente, pero pronto no habría señal de las marcas. Hubo una sensación de aprensión cuando tocó el lugar donde había estado la marca de NamJoon. Respiró hondo y suspiró de forma temblorosa. Sus dedos se deslizaron por su pecho hasta llegar a su abdomen, donde se detuvo, y no pudo continuar mirando más abajo.

Sus ojos volvieron a subir y agarró su abrigo para colocárselo. De repente, alguien tocó la puerta, y SeokJin se estremeció. Terminó de ponerse apresuradamente el abrigo y avisó que el baño estaba ocupado. A pesar de su advertencia, la manija giró y él se dio la vuelta para enfrentar a la persona con el ceño fruncido, sin embargo, sus insultos quedaron atascados en su garganta cuando Kim NamJoon entró al baño y cerró la puerta detrás de él.

SeokJin lo miró con una expresión perpleja.

—¿Qué... qué haces aquí? —preguntó con la voz ronca y completamente desconcertado—. ¿Por qué entras sin permiso...?

Era tonto. Sus propias preguntas lo eran. Pero parecía que su cerebro dejaba de funcionar cuando este alfa estaba cerca. Con todo lo que había pasado, y todo lo que había descubierto, no sabía cómo comportarse alrededor de NamJoon. Se sentía culpable, terriblemente culpable, pero también herido y confundido. El NamJoon con el que había peleado y el NamJoon que lo estaba protegiendo eran la misma persona de pie frente a él. ¿Qué debía hacer ahora? ¿Qué se suponía que debía decirle? Si NamJoon seguía alejándose, para protegerlo o por cualquier otra razón, simplemente no sabía qué hacer.

Se sentía perdido.

El alfa no le respondió de inmediato y lo miró fijamente durante unos segundos. Fue entonces cuando SeokJin notó que el hombre tenía en sus manos un botiquín de primeros auxilios.

—Déjame ver tu tobillo —NamJoon rompió el silencio. El semblante del alfa era inexpresivo y no cambió mientras daba unos cuantos pasos para acercarse a él.

SeokJin dio la misma cantidad de pasos hacia atrás, hasta que su cadera chocó contra el borde del lavabo, y observó a NamJoon con confusión.

¿Cómo se había dado cuenta...?

Su piel era sensible, eso era algo que todos sus amigos cercanos sabían, especialmente NamJoon. Por lo mismo, era normal que tuviera moretones en los brazos y en la espalda, ¿pero su tobillo? Ni siquiera los chicos lo habían notado. Probablemente, se torció el tobillo cuando Jooha lo empujó y tropezó con el borde de la piscina. Era doloroso y le costaba caminar. Pero había estado haciendo un gran esfuerzo por no dejar entrever nada.

—No es necesario —murmuró desviando la mirada. No deseaba que NamJoon continuara haciendo todas estas cosas por él cuando lo dejaría nuevamente más tarde. Las despedidas eran lo más doloroso de todo y ya habían tenido suficientes—. Puedes dejar el botiquín ahí y me ocuparé de eso yo mismo...

NamJoon arqueó una ceja y terminó de acortar la distancia entre ellos. SeokJin trató por todos los medios de no respirar profundamente, de no mirarlo a los ojos, pero la presencia del alfa fue suficiente para provocar una sensación opresiva y hacerle consciente de cada pequeña parte de su cuerpo. Se sentía pequeño, cohibido y muy, muy ansioso.

NamJoon dejó el botiquín sobre el lavabo, sin apartar la mirada de él, y se sintió aún más acorralado entre la superficie y el cuerpo del alfa. No planeaba mirar al hombre a los ojos. Si lo hacía, temía que todas esas emociones acumuladas se desbordaran. Sin embargo, NamJoon no tenía el mismo sentido común que él; el alfa agarró su barbilla y lo obligó a alzar la mirada. SeokJin soltó un jadeo lleno de sorpresa y sus uñas se clavaron en sus palmas.

Los orbes oscuros e inexpresivos de NamJoon se posaron sobre su mejilla enrojecida durante tanto tiempo que el roce de sus dedos en la piel de SeokJin empezó a provocar una sensación de cosquilleo y ardor.

—Te rasguñó la mejilla... —NamJoon dijo con frialdad—. ¿Por qué hiciste algo tan imprudente?

SeokJin hizo una mueca y apartó la mano de NamJoon de su barbilla con un manotazo. Odiaba que este hombre, de todas las personas, lo viera de esa forma.

—Su cara está mucho peor que la mía —masculló a la defensiva—. Esto es solo una pequeña cosa en comparación...

—Sabes que a eso no es a lo que me refiero —NamJoon le interrumpió. El alfa parecía listo para discutir, pero miró sus ojos y de repente pareció cambiar de opinión—. Olvídalo. Déjame revisar tu tobillo.

SeokJin se mordió el labio inferior y colocó su palma en el pecho del hombre para alejarlo unos centímetros de él. Le incomodaba que NamJoon estuviera en todo su espacio personal.

—Es un pequeño golpe... —replicó, tratando de restarle importancia mientras miraba de reojo el rostro del alfa—. No sigas preocupándote por mí... No quiero que te preocupes por mí.

Solo ahora, que estaban tan cerca, SeokJin notó cómo las ojeras debajo de los ojos de NamJoon estaban más oscuras que días atrás. La barba incipiente en su mandíbula y su cabello alborotado. Tal vez el alfa había salido apresuradamente de su penthouse cuando escuchó la noticia. Tal vez había estado preocupado desde que hizo su llamada.

—¿Que no me preocupe por ti? —NamJoon resopló como si hubiera escuchado algo bastante divertido.

—¿Por qué es tan difícil para ti entenderlo...? —SeokJin apretó los dientes y suspiró profundamente—. Preocúpate por ti mismo... Si todavía lo estás pensando, céntrate en ti mismo y olvídate de mí... Estaré bien.

Aunque no estaba diciendo directamente que se sentía culpable, NamJoon debió entender lo que sus palabras significaban, ya que el alfa frunció el ceño pareciendo enojado. SeokJin frunció los labios y estuvo a punto de volver a pedirle que se fuera. Tener a NamJoon en un espacio tan reducido era una tortura para él. Sin embargo, antes de que pudiera echarlo, el alfa lo agarró por la cintura y lo levantó para sentarlo sobre el lavabo.

—Deja de decir tonterías —NamJoon protestó con voz grave—. Dije que iba a revisar tu tobillo, ¿no?

SeokJin tuvo que apoyarse en sus hombros por la sorpresa y lo observó con completa incredulidad. Esto era muy inapropiado para un alfa y un omega que fingían ya no tener ninguna clase de relación. Pero al alfa pareció no importarle en lo más mínimo; después de todo, no había una parte en el cuerpo de SeokJin que él no hubiera tocado, visto o besado antes...

—¿No me estás escuchando...? —preguntó con resignación.

NamJoon lo miró sin demostrar ninguna emoción.

—No, en realidad no.

El alfa se agachó y se puso en una rodilla. Agarró el pie de SeokJin y lo colocó sobre su muslo. SeokJin lo observó con sentimientos complicados. La forma en la que el hombre se arrodilló sin pensarlo dos veces, como si no fuera un problema para él arrodillarse para SeokJin de esta forma, hizo que su corazón doliera y sus ojos picaran.

NamJoon enrolló los pantalones hasta la pantorrilla y después le quitó la media para observar su tobillo. No pareció sorprendido cuando vio el moretón rojo y la inflamación en la zona. A pesar de eso, NamJoon agarró de repente su tobillo con una mano y lo presionó.

—¡Ah...! —SeokJin gimió y se estremeció de dolor. Rápidamente, llevó una mano a su boca y observó al hombre con una expresión enojada—. ¡¿Qué crees que estás haciendo?!

—Reviso que no tengas un esguince.

—¡Pero solo me golpeé un poco...!

NamJoon volvió a ejercer un poco de presión en su tobillo y SeokJin cerró la boca, palideciendo, mientras apretaba los bordes del lavabo por el dolor.

—No parece que solo te golpeaste un poco —NamJoon soltó con frustración—. Tienes un esguince y te dolerá si no lo tratas.

—Entonces... Deja de apretar tan fuerte, ¿quieres? —SeokJin expresó con una nota de molestia en su voz.

NamJoon pareció considerarlo un momento, y luego soltó un suspiro exasperado. Dejó de presionar el tobillo de SeokJin y se enderezó.

—Lo siento —le dijo, su voz más suave ahora—. Solo quería asegurarme de que estuvieras bien.

SeokJin asintió con un murmullo y volvió a mirar hacia otro lado. La tensión entre ellos ahora era más densa que antes, casi tangible. Pero sin agregar una palabra más, el alfa abrió el botiquín de primeros auxilios y rebuscó en él hasta que encontró un pequeño tubo de crema en gel.

—Es una crema analgésica y antiinflamatoria —NamJoon le avisó mientras abría el tubo—. Ayudará un poco con el dolor y la hinchazón. Cuando vuelvas a casa, deberás aplicar hielo y guardar reposo, ¿entiendes?

—Sí, lo entiendo —SeokJin rodó los ojos y asintió con desesperación. Solo deseaba terminar lo más rápido posible con esta tortura. Ya no soportaba lo mucho que le incomodaba estar a solas con el alfa—. Hazlo rápido, por favor...

NamJoon asintió en silencio y tomó un poco de la crema en gel en sus dedos para esparcirla por toda el área hinchada. SeokJin tembló por el contacto y cerró los ojos cuando un escalofrío de dolor le recorrió la pierna. Aun así, esta vez, NamJoon tocó su tobillo de manera más gentil que antes. Una vez que terminó de aplicar la crema, el alfa también sacó una venda elástica del botiquín y empezó a envolverla alrededor de su pie. SeokJin se sorprendió por cómo NamJoon pensó en ajustar correctamente la venda para que la hinchazón se detuviera.

—Si aprieto muy fuerte, házmelo saber —NamJoon le advirtió con un tono apacible. Pero desde un principio, él no había ajustado demasiado la venda, quizás para no lastimarlo o simplemente para no impedir la circulación o tal vez por ambas razones.

Desde ese ángulo, SeokJin podía ver su expresión y cada una de sus acciones. El alfa lucía tan imperturbable como siempre y eso le molestó un poco, porque él estaba empezando a sentirse como un cachorro tonto, al límite, muy cerca de explotar. Se aferró a los bordes de la mesa y se miró a sí mismo en el espejo que estaba en el otro extremo de la pared. ¿Era eso lo que NamJoon estaba viendo...? Su cabello continuaba húmedo y su rostro estaba desprovisto de color. Sus labios todavía estaban pálidos y sus ojos, inyectados en sangre.

Fue realmente lamentable.

Pero NamJoon no había hecho ningún comentario acerca de su apariencia. Él fingió —porque SeokJin estaba seguro de que lo estaba haciendo— no ver nada más allá del hematoma en su pie y el arañazo en su mejilla.

—Duele... —susurró con los ojos entrecerrados y un nudo en la garganta. Sin embargo, no sabía qué era lo que realmente estaba doliendo, si el golpe en su pie o que NamJoon estuviera allí, haciendo esto por y para él.

—No te muevas mucho. Si lo haces, te dolerá más.

NamJoon le colocó los ganchos a la venda elástica y finalmente terminó el trabajo. Cuando alzó la cabeza para mirar a SeokJin, sus ojos volvieron a encontrarse como lo hicieron antes, y SeokJin volvió a experimentar esa sensación de asfixia. El alfa lo miró fijamente durante varios segundos, hasta que desvió la mirada, movió su pie suavemente fuera de su muslo y se puso de pie.

SeokJin estaba a punto de bajarse del lavabo, pero NamJoon no se lo permitió, volvió a sostenerlo por la cintura y lo ayudó a bajar. Apoyó sus manos en los brazos del alfa y, cuando colocó su pie en el suelo, instintivamente volvió a levantar la cabeza para encontrarse con los ojos del otro hombre.

Estaban tan cerca el uno del otro que SeokJin podía sentir el calor que emanaba de su cuerpo, su aliento cálido y esa necesidad por tenerlo más cerca, quitándole el frío y la sensación helada que lo había atormentado desde el día en que se separaron incrementando con cada segundo que permanecían inmóviles. Quería que NamJoon lo sostuviera, allí mismo, para siempre, en sus brazos. Quería robarle su calor y su aroma; volverlo suyo hasta que no recordara cuál era su propio aroma.

SeokJin respiró hondo, tan profundo que fue audible, al igual que el estremecimiento de su cuerpo. Los músculos de NamJoon bajo el toque de sus manos se tensaron y su ceño se frunció ligeramente. Entonces, como si estuviera entrando en terreno peligroso, NamJoon lo soltó para alejarse...

SeokJin sostuvo sus brazos y no lo dejó ir.

—¿Esto es todo...? —su voz estaba temblorosa, a punto de quebrarse, pero algo más filoso se insinuaba en sus ojos—. ¿Me buscas, me ayudas y te vuelves a ir...? Dime, NamJoon, ¿esto es todo otra vez?

La mandíbula del alfa se tensó al escuchar sus palabras. Él no quería responder. SeokJin lo sabía con solo mirar ese pequeño gesto.

—SeokJin...

—No, NamJoon —le interrumpió de inmediato. Alzó la barbilla y lo miró a los ojos con toda la firmeza que pudo reunir ahora que sus emociones estaban desbordándose—. Me dices todas esas cosas por teléfono, luego dejas de responder mis llamadas y apareces aquí de repente, invades mi espacio personal y no me das ninguna explicación... ¿Qué diablos estás haciendo? ¿Cómo se supone que regrese a mi departamento esta noche sin tener idea de lo que estás haciendo...? —SeokJin se mordió el labio inferior, luchando contra las lágrimas—. ¿Tienes idea de cuánto me preocupé por ti cuando no contestaste mis llamadas...?

La expresión del alfa se suavizó al escuchar su voz aguda y notar la humedad en sus ojos. No había nada que hiciera a Kim NamJoon bajar la guardia tan rápido como ver los ojos cristalizados de SeokJin. Él suspiró y pasó una mano por su cabello con frustración.

—Jungkook me llamó y me contó lo que sucedió —NamJoon trató de explicar, su voz baja y pausada—. Vine para comprobar cómo estabas y para iniciar un proceso legal contra Kang Jooha por romper nuestro trato. Publicar esas fotos tuyas incumple algunas cláusulas de nuestro acuerdo. Sabía que caería en su propia trampa... Pero nunca imaginé que te pelearías con él... —NamJoon esbozó una sonrisa autocrítica—. Nunca vas a dejar de sorprenderme, ¿verdad?

SeokJin frunció los labios y negó con la cabeza. En otra situación, habría hecho un comentario mordaz, pero ahora solo quería aclarar las cosas, poner los puntos sobre las íes y dejar de sentir esa inquietud que amenazaba con asfixiarlo.

—NamJoon, por favor, dime toda la verdad... —SeokJin agarró las solapas de su abrigo y lo miró suplicante—. ¿Qué planeas hacer a partir de ahora?

No necesitaba explicar más. El alfa sabía perfectamente que su pregunta era en relación a ellos, su relación, y lo que les esperaba a ambos a partir de ahora.

—Tengo un vuelo mañana temprano —NamJoon finalmente respondió, sin ser explícito sobre sus intenciones, pero SeokJin entendió lo que estaba tratando de comunicar—. Estaré fuera de la ciudad y del país por unos días para resolver algunos asuntos.

SeokJin dejó lentamente las solapas del traje del hombre y bajó la mirada. Quería reírse de sí mismo, a pesar de que NamJoon no le prometió nada, tuvo la esperanza de que ahora que sabía parcialmente la verdad, ellos podrían arreglar las cosas. Pero NamJoon lo estaba alejando de nuevo.

Lo estaba excluyendo de sus asuntos como a un extraño.

SeokJin dejó escapar una risa ronca y asintió, como si realmente comprendiera la situación, cuando en realidad quería gritar que no lo entendía.

—¿Comprendes lo que significa un compromiso...? —su voz tembló—. Cuando decidí casarme contigo, significaba que estaríamos juntos en lo bueno y en lo malo, que compartiríamos nuestras vidas... Estaba contento de hacerlo, ¿sabes? Estaba muy feliz porque eras tú... —musitó, su voz quebrándose—. Entonces, ¿por qué...? ¿por qué no puedo estar a tu lado cuando más me necesitas? ¿No ves cómo nos afecta eso a ambos...?

Esta vez, hubo un cambio muy perceptible en la expresión NamJoon. Parecía herido, como si no soportara escuchar tal confesión o ver el dolor que sus acciones le estaban provocando. Levantó las manos y ahuecó las mejillas de SeokJin. Su tacto era tan suave y cálido como en el pasado. SeokJin se estremeció y cerró los ojos para no llorar.

—¿Crees que no lo he pensado...? —NamJoon inquirió con voz grave y ronca. El alfa estaba haciendo todo lo posible por controlarse, por no tirar de SeokJin a sus brazos y olvidar todo lo que estaba pasando afuera—. No es fácil para mí tampoco, Kim SeokJin. No solo te protejo de mi familia, sino de otras personas que podrían dañarte, como acaba de hacer Kang Jooha. No puedo ponerte en peligro, ni a ti, ni a mi padre o hermanos. Si estás a mi lado, eres una debilidad para mí y, en este momento, no puedo protegerte como quisiera. Lo sabes, ¿verdad? Estoy entre la espada y la pared... Además, temo por la forma en que esto podría terminar para mí y no quiero que te expongas a toda esa mierda. Estás mejor lejos de mí, Jin. Por tu seguridad, tu carrera y tu imagen... Al menos, hasta que esto finalmente termine.

NamJoon acarició sus mejillas y después se inclinó para besar su frente. El cariño, el afecto, todo el amor dentro de este gesto, hizo a SeokJin dejar escapar el primer sollozo. No lo aceptaba. No quería estar lejos de NamJoon. No quería más despedidas.

No ahora que más lo necesitaba a su lado. 

—¿Crees que así estoy mejor...? —SeokJin apartó sus manos de su rostro, negó con la cabeza y golpeó su pecho con sus puños cerrados. Estaba en negación, no podía aceptarlo—. ¿Crees que estaría bien sabiendo que lo hiciste por mí? ¿Cómo quieres que me sienta cuando todos están hablando mal de ti? ¡Dime, Kim NamJoon! ¡¿Cómo diablos quieres que me sienta cuando te están llamando abusador, violento y sin escrúpulos...?! ¡No puedo soportarlo y no voy a entenderlo si no me lo explicas!

A pesar de decir esto, SeokJin no podía imaginarse en el lugar de NamJoon. Si él estuviera expuesto de esa forma, su carrera estaría arruinada y no tendría una imagen que salvar. NamJoon actuó como lo hizo porque sabía que él no podría vivir de esa manera. NamJoon lo conocía perfectamente bien y eso era lo que le hacía sentir más culpable.

—Estoy bien con lo que hice. No me arrepiento —NamJoon agarró sus brazos y lo sostuvo—. Solo quiero una cosa de ti. ¿Por qué te cuesta tanto? Quédate en casa, no te expongas y no hagas nada imprudente.

—¿Imprudente...? ¡Tú eres el imprudente! ¡Tú eres quien está poniéndose en peligro y en la boca de todos! —le gritó con enojado.

Estaba desconsolado. Se estaba ahogando patéticamente en el amor que sentía por este alfa. Odiaba a NamJoon por hacerlo amar de esta manera. Por hacerlo llorar y sufrir como lo estaba haciendo. Lo odiaba porque ahora no tenía ninguna duda de que Kim NamJoon lo amaba.

—Tengo miedo... —musitó, respirando con dificultad—. ¿Qué haré si te pierdo para siempre...?

Súbitamente, SeokJin se sintió un poco mareado y sin aire. Dejó escapar un jadeo y llevó una mano a su abdomen bajo. Unas repentinas punzadas de dolor lo hicieron encorvarse y experimentar que todo daba vueltas. Su visión se volvió borrosa por las lágrimas y el mareo. Percibió a NamJoon intentando ayudarlo, pero negó con la cabeza, incapaz de hablar por el cólico, y luego se cubrió la boca con las manos. La sensación de asfixia, el dolor físico y la abrumadora desesperación lo llevaron a las arcadas. Iba a vomitar. Y cuando se dio cuenta de que era inevitable, empujó al alfa a un lado y se apresuró a arrodillarse en el frío piso del baño para vomitar...

No vomitó. Tosió varias veces sin poder vomitar y experimentó una sensación de debilidad. Su garganta ardió y las lágrimas volvieron a picar en sus ojos. Sin embargo, un momento después, NamJoon se arrodilló a su lado y posó una mano en su nuca para acariciar su cuero cabelludo con las yemas de sus dedos.

—Voy a llevarte a una clínica —el alfa dijo con seriedad—. No te ves bien.

SeokJin quería replicar y negarse. Estar tan cerca de él solo empeoraba su malestar. Kim NamJoon debería irse y dejarlo solo de una vez por todas. Ya habían hablado todo lo necesario y en un par de días sería capaz de procesar todo y aceptar que NamJoon lo estaba haciendo por su bien. Sin embargo, las arcadas volvieron a abrumar todos sus sentidos. Esta vez se aferró al retrete y finalmente vomitó. Su cuerpo tembló y se debilitó aún más. El sudor le recorrió la frente, los latidos de su corazón se aceleraron y, de repente, un profundo miedo se instaló en su pecho.

—N-No... No puedo...

SeokJin jadeó por aire, escuchó los latidos de su corazón en sus oídos y la voz de NamJoon se volvió lejana. No podía hablar, no podía respirar bien. Estaba temblando y sudando frío. Le estaba sacudiendo un terrible ataque de ansiedad. NamJoon lo atrajo hacia sí como si fuera un muñeco y se sentó en el suelo con él en sus brazos. El alfa limpió sus comisuras y labios con un pañuelo y liberó una gran cantidad de feromonas para calmarlo.

—¿Dónde te duele? ¿Es tu abdomen? —escuchó a NamJoon preguntar con un tono alarmado—. Mírame, SeokJin, tienes que calmarte, cachorro, ¿sí? No me iré hasta que te calmes.

Sus dientes castañearon y hasta ahora se dio cuenta de que seguía llorando cuando NamJoon limpió sus mejillas. El alfa se agachó y besó sus párpados uno a uno. SeokJin sintió que sus emociones lo abrumaban y lloró con más fuerza. NamJoon lo atrajo más hacia sí e intentó llevar su mano a su vientre, pero SeokJin lo detuvo y no lo dejó tocarlo.

—No... No me toques... —balbuceó entre su llanto—. No quiero...

NamJoon frunció el ceño con desconcierto y algo se volvió sombrío en su mirada. Apartó la mano de SeokJin y metió su mano por debajo de su abrigo para palpar su abdomen. No hubo nada extraño por unos segundos, pero mientras NamJoon descendía y acarició la parte baja de su vientre, cerca de su pelvis, su ceño se profundizó al notar ese algo que era diferente.

La parte inferior del abdomen de SeokJin, que siempre fue plana y suave, estaba inusualmente abultada e hinchada.

NamJoon se quedó quieto, incluso su respiración pareció volverse más lenta que antes, y en la pequeña habitación del baño solo se escucharon los sollozos y la respiración alterada de SeokJin. Sus ojos se encontraron con los del omega y ambos se miraron por varios segundos. Quizás fueron los segundos más largos y tortuosos en la vida de NamJoon, porque al final solo pudo pronunciar una sola palabra.

—¿Tú...?

SeokJin seguía negando con la cabeza.

—Te dije que no me tocaras... —el omega colocó una mano en su pecho e hizo un mediocre intento de apartarlo. Su nariz estaba roja y las lágrimas todavía resbalaban por sus mejillas—. Déjame ir... No es lo que crees...

NamJoon lo miró con demasiadas emociones conflictivas, ni siquiera tenía palabras para expresar lo que estaba sintiendo. Respiró hondo, trató de controlar el temblor de sus manos y después abrazó con más fuerza al omega.

—Está bien... Lo entiendo... —NamJoon susurró con la voz más ronca que antes. Si SeokJin no estuviera tan histérico, se habría dado cuenta de cómo la voz del alfa se había quebrado—. Haré que ya no duela y puedas descansar, ¿bien?

SeokJin no entendía lo que él estaba diciendo, pero de repente el aroma a ginebra de NamJoon se intensificó, y él se sintió ahogado en su olor. Las feromonas hicieron que sus pensamientos se nublaran y una gran somnolencia lo arropara. Era una sensación extraña, como si estuviera siendo drogado por las feromonas alfa, y sus párpados se pusieron pesados.

—¿Qué... qué me estás haciendo? —preguntó, teniendo una extraña sensación de estar a la deriva y confuso.

NamJoon no le respondió de inmediato. El alfa besó su frente y lo acunó en sus brazos.

—Todo estará bien, cachorro... —NamJoon murmuró, su tono cuidadosamente suave y bajo—. Vas a estar bien, ¿de acuerdo?

SeokJin parpadeó y trató por todos los medios de mantenerse consciente, pero de repente se sentía sin fuerzas y su cuerpo también se sentía pesado; cerró los ojos y pensó que el cuerpo de NamJoon se sentía muy cálido. Le gustaba esta posición. Inhaló más profundamente y esa sensación de paz lo envolvió por completo. Quería quedarse allí, siendo abrazado por NamJoon de esa forma para siempre...

—Ya no estoy cansado... ¿me vas a dejar? —balbuceó entre la inconsciencia y la conciencia—. Quédate conmigo para siempre, por favor... No te vayas...

—Nunca te dejaría, bebé.

SeokJin abrió los ojos y soltó una pequeña exhalación. Llevó una mano al rostro de NamJoon y acarició su mejilla.

—¿Me estás mintiendo...? —preguntó e hizo un puchero—. Uhm... No puedes irte durante mucho tiempo... ¿Lo entiendes?

NamJoon le dio una pequeña sonrisa triste.

—Lo entiendo.

El rostro del alfa se empezó a volver borroso. SeokJin parpadeó varias veces para enfocarlo, pero no pudo hacerlo. El sonido de la voz de NamJoon también era lejano, y se preguntó si no estaría soñando, porque la mejilla de NamJoon estaba un poco húmeda, como si el hombre también hubiera llorado...

—¿Estás llorando...? —preguntó con curiosidad y una sensación ajena de tristeza—. No llores, no me gusta... Tengo mucho sueño, Joon-ah...

—Shh... —NamJoon le indicó que hiciera silencio—. Duérmete ya, bonito.

SeokJin negó con la cabeza, trató de concentrarse en enfocar el rostro de NamJoon otra vez, pero cuando volvió a inhalar profundamente las feromonas alfas sus ojos se cerraron y ya no los volvió a abrir.

Se quedó profundamente dormido.

Cuando el omega se quedó dormido, NamJoon contempló su rostro durante tanto tiempo que perdió el sentido del tiempo y el espacio. Hubo muchas cosas en las que meditó durante ese intervalo. Pensó en SeokJin, en sí mismo, en su compromiso y en su futuro juntos. Reflexionó sobre sus planes, sus problemas y cómo todo acabaría.

Sufrir el mismo destino que su padre nunca fue una opción. Llevar a KNS Inc. a la ruina, terminar con el problema de raíz y enfrentar la prisión tampoco eran opciones viables ahora. No podía dejar solo por mucho tiempo a este omega en sus brazos. ¿Hasta cuándo lo haría sufrir? No podía alejarse de él, menos aún ahora que tenía cierta sospecha incrustada en su pecho.

NamJoon se dio cuenta de que sus opciones eran limitadas. Tendría que dejar de lado algunas promesas que se había hecho a sí mismo, hacer innumerables sacrificios y reconsiderar muchas concepciones para volver al lado de su omega en una sola pieza y como un hombre libre. Debía ser capaz de brindarle a su futura familia una vida segura y tranquila.

Cuando volvió en sí mismo, fue porque oyó a alguien llamando a la puerta. Abrazó los hombros de SeokJin con un brazo y, con el otro, maniobró para quitarse el abrigo y cubrir al omega con él. Con sumo cuidado, lo levantó y se puso de pie. De reojo, antes de salir, vio su reflejo en el espejo, notando que sus ojos seguían inyectados de sangre, pero no se detuvo a pensar en eso. Agarró el bolso de SeokJin y salió del cuarto de baño. Afuera de la puerta se encontraba la hermana menor del omega, con una expresión preocupada. Al verlo salir con su hermano en brazos, su expresión pasó de la preocupación al desconcierto.

—¿Qué le sucedió a mi hermano? —ella preguntó alarmada—. ¿Se encuentra bien? ¡¿Qué le hizo?!

—Usé mis feromonas para tranquilizarlo e inducirlo al sueño —NamJoon confesó sin más. Su expresión era tan dura e inexpresiva como siempre—. SeokJin tenía un ataque de ansiedad y fue lo único que se me ocurrió para calmarlo.

Kim Minji abrió los ojos y lo observó con sorpresa e incredulidad.

—Eso es ilegal, un alfa no debería usar sus feromonas en un omega de esa forma, ¿sabe...? —La niña murmuró con cautela, como si NamJoon no fuera consciente de las leyes, y después observó el tobillo de su hermano con confusión—. ¿Qué le sucedió en el tobillo? ¿Él realmente está bien?

NamJoon no estaba de ánimo para entrar en detalles con ella. Decidió que era mejor acabar con la charla innecesaria.

—Llamaré a mi chofer e irás con él a una clínica para que le hagan un chequeo general y revisen su tobillo —NamJoon fue al punto para evitar la charla innecesaria—. No puedo llevarlo yo mismo porque sería malo para él que nos vean juntos en este momento. Pero si hay un problema grave, te comunicarás conmigo. ¿Lo entiendes?

Minji estaba sin palabras. Miró el rostro intimidante de su ex cuñado y asintió lentamente en respuesta. No entendía qué estaba sucediendo entre NamJoon y su hermano, pero no era el momento adecuado para ser curiosa, lo más importante era comprobar que SeokJin estuviera bien.

Ella siguió a NamJoon y salieron por la puerta de emergencia del destacamento. Caminaron hasta un sedán negro aparcado en la acera y NamJoon se detuvo unos segundos para darle instrucciones al beta que se encontraba cuidando el auto. Después, el hombre abrió la puerta trasera para ellos.

—Sube al auto —NamJoon le índico a la alfa—. Mi chofer los llevará a la clínica. No tienes que preocuparte por nada. Me comunicaré con ellos para que los reciban.

Minji asintió de acuerdo y después se subió a la parte trasera. Se volvió para mirar a NamJoon y abrió los brazos.

—Deme a mi hermano —ella pidió con una expresión más confiada, sacando ese lado alfa que aún estaba desarrollando—. Puedo sostenerlo bien.

NamJoon la miró por un momento y después sus ojos volvieron a SeokJin. Su semblante lucía más tranquilo, un poco de color había regresado a sus mejillas y parecía más saludable que antes, cuando estaba tan pálido que NamJoon creyó que se desmayaría en sus brazos. Sin quererlo, se quedó observando al omega durante demasiado tiempo. Cuando volvió a mirar a la pequeña alfa, notó que ella había bajado los brazos y lo contemplaba con curiosidad.

—Sería bueno que llames a tu madre y le avises que están en la clínica —NamJoon le volvió a dar una indicación, todavía sintiéndose demasiado preocupado por dejar a su omega con alguien más—. La señora Kim sabrá cómo tratar con tu hermano cuando despierte.

Minji asintió y volvió a abrir los brazos. Esta vez NamJoon no dudó tanto y se inclinó para recostar a SeokJin en el asiento, permitiendo que la niña pudiera sostenerlo. Cuando se apartó, cerró la puerta y observó cómo la alfa colocaba la cabeza de su hermano sobre su hombro y lo abrazaba. Ella también le devolvió la mirada y frunció ligeramente el ceño. NamJoon podía imaginar qué podía estar ella pensando acerca de su comportamiento a través de sus ojos, pero no tenía excusas que darle. Al contrario, cuando el chofer encendió el auto y estuvo a punto de subir el vidrio, se inclinó y colocó sus manos en la ventana, con aún algo más que decir.

—Pídele al doctor de cabecera que le haga una ecografía a tu hermano —ordenó con un tono bajo y vacilante—. Si hay algo de suma importancia, ¿puedes avisarme...?

Minjin arqueó una ceja e inclinó la cabeza como si no entendiera de qué estaba hablando.

—Si hay algo importante, solo mi hermano decidirá si quiere avisarle o no —respondió tajante—. Gracias por su ayuda, Sr. Kim. Le diré a mi hermano que se comunique con usted si hay algún problema.

NamJoon estuvo de acuerdo y no dijo más. Se apartó del auto y lo observó partir. Ya no podía ver a SeokJin a través del cristal oscuro, pero mantuvo sus ojos en el coche hasta que este estuvo fuera de su vista al girar en una esquina. La brisa nocturna meció su cabello y metió sus manos en sus bolsillos. Quería fumar un cigarrillo, pero había salido tan deprisa de su departamento que olvidó su pitillera. De todas formas, era mucho mejor así. Aunque había recaído otra vez debido a su estrés, debería empezar a reducir su consumo de nicotina.

—Entonces, ¿qué fue todo eso?

La pregunta llegó de repente y sacó a NamJoon de sus pensamientos. Él giró el rostro y observó a Taehyung recostado en la puerta de emergencia con una mirada contemplativa sobre él.

—¿Qué haces aquí? —inquirió con desinterés.

—Vine a mostrarte algo —Taehyung sonrió y se acercó a él—. No te gustará lo que uno de tus hombres descubrió en la fiesta.

NamJoon arqueó una ceja y miró el sobre amarillo en las manos del otro alfa. Taehyung se lo lanzó y él lo atrapó con una mano. Lo abrió sin esperar alguna indicación y sacó unas fotos que había dentro.

Eran fotos de ese actor llamado Yang Seojong besando a SeokJin.

—Había alguien tomando fotos en la fiesta —Taehyung explicó con una mueca en los labios—. Uno de los hombres que contrataste lo detuvo y le quitó la cámara. Entonces, descubrí que ese tal Yang Seojong solo quería aprovechar la oportunidad para sacarse fotos con SeokJin y llamar la atención hacia ellos para ganar más popularidad.

NamJoon inclinó la cabeza y evaluó la información.

—Él no pertenece a una familia importante y solo es un actor en ascenso —explicó con los ojos aún en las fotos—. Sería conveniente para él relacionarse con SeokJin, que aunque también es un actor novato, pertenece a una familia reconocida y con influencia política.

—También lo pensé —Taehyung resopló y metió las manos en sus bolsillos—. Creo que merece que le des una lección. Él sabía que SeokJin-hyung estaba comprometido y aún así trató de aprovecharse de él. Los alfas como él solo aprenden de una manera.

NamJoon pensó que sí, que este alfa merecía una lección, y si lo tuviera frente a él, le rompería la cara. No obstante, Yang Seojong era lo de menos dentro de sus preocupaciones, así que no se molestaría en buscar al alfa por sí mismo.

—¿Tienes un encendedor? —preguntó después de un momento.

Taehyung asintió y sacó su encendedor del bolsillo. NamJoon lo tomó y lo llevó a la esquina de las fotos para quemarlas. Luego, observó cómo la pequeña llama empezaba a crecer antes de arrojar las fotos al suelo para que terminaran de arder.

—¿Qué piensas hacer con él?

NamJoon lo consideró durante unos segundos.

—Le enviaré un pequeño regalo para que nunca más se atreva a aprovecharse de mi omega.

Sin decir más, NamJoon se dio la vuelta y se marchó. Las fotos de la fiesta se quemaron lentamente en el suelo hasta que no quedó nada más que cenizas que se elevaron en el viento.

. . .

SeokJin abrió los ojos y una luz blanca inundó sus sentidos mientras parpadeaba varias veces, permitiendo que sus ojos se acostumbraran gradualmente a la luz. Se encontraba en una habitación desconocida, rodeado por la tranquilidad de paredes blancas y el tenue murmullo de aparatos médicos cercanos.

—¿Jin-ah...? —Una voz preocupada rompió el silencio. SeokJin giró la cabeza hacia el sonido y encontró a JiEun, su madre, a su lado. Ella lo miraba con curiosidad y afecto, su mano sosteniendo la suya con firmeza—. Oh, dios, me alegra que hayas despertado. Estuviste dormido toda la noche y empezaba a preocuparme.

SeokJin frunció ligeramente el ceño al escuchar las palabras de su madre. Ni siquiera recordaba haberse quedado dormido, especialmente, no recordaba haber dormido durante toda la noche. En esos días había tenido un sueño ligero, apenas había descansado algunos ciclos completos.

—¿Cariño? ¿Me estás escuchando? —La voz de su madre llegó a sus oídos con un toque de preocupación—. ¿No te sientes bien? ¿Debería llamar al doctor?

Sus labios se abrieron para responder que se encontraba bien. De hecho, más que bien. Se sentía extrañamente relajado y descansado. Sin embargo, cuando la realidad se aclaró en su mente, quedó momentáneamente atónito.

Estaba en una habitación de hospital, y JiEun estaba sentada a su lado.

SeokJin dejó escapar una exhalación y luego los recuerdos de lo sucedido antes de quedarse dormido lo golpearon como un torrente. Recordó su discusión con NamJoon en el baño, su ansiedad alcanzando niveles insostenibles, las emociones desbordándose. La sensación de asfixia, el mareo y las náuseas. NamJoon tratando de calmarlo mientras lidiaba con su evidente ataque de ansiedad, y luego, el dolor punzante en su vientre...

Sus manos se movieron instintivamente hacia su abdomen, y miró a su madre con una expresión aterrada. 

—¿Qué...? ¿Qué me pasó...? —titubeó. La pregunta colgó en el aire por un momento antes de que otras preguntas se precipitaran en su mente—. M-Mamá, ¿cómo terminé aquí? ¿Me desmaye? Yo...

—Tranquilo, todo está bien, cariño... —JiEun interrumpió con voz suave. Inclinándose, depositó un beso en su frente y luego se sentó, su mano acariciando su cabello con ternura—. Minji me llamó anoche para decirme que te trajo a esta clínica. Dijo que te caíste accidentalmente, te sentías mal y que te desmayaste. Estaba muy preocupada, así que vine de inmediato. La envié a casa y me quedé aquí esperando que despertaras.

Los ojos de SeokJin se abrieron con sorpresa. No podía creer que su hermana hubiera inventado una historia así. Sin embargo, esa explicación tenía sentido para los moretones, el desmayo y...

—Sé que ella estaba mintiendo —JiEun resopló, negando con la cabeza. Cruzó los brazos y lo miró con una mezcla de cariño y enojo—. ¿Qué pasó realmente, SeokJin? ¿Por qué hiciste que tu hermana te trajera ropa y mintiera para cubrirte? ¿Y esos moretones...? —La preocupación llenó su mirada mientras mencionaba los hematomas—. No le he dicho nada a tu padre acerca de que Ji-ah tuvo que llevarte a una clínica anoche. Pero espero que me des una buena explicación.

Con su madre siendo tan curiosa y entrometida, era obvio que Minji no lograría engañarla por mucho tiempo. SeokJin podía imaginar todo tipo de pensamientos que ella había tenido durante la noche y la reprimenda que probablemente recibió su pobre hermana por su culpa.

Dejando caer la cabeza en la almohada, SeokJin soltó un suspiro profundo. Miró el reloj en la pared al fondo de la habitación y vio que eran alrededor de las siete de la mañana. Volvió la mirada hacia su madre, notando el cansancio en sus ojos. No podía creer que ella realmente hubiera pasado la noche aquí. Aunque no hubiera pasado toda la noche despierta, para una mujer como su madre, simplemente dormir en un sofá en una clínica ya era un gran desafío.

—Tuve una pelea con Kang Jooha en la fiesta de finalización del rodaje, terminé cayendo en una piscina... —confesó, sintiéndose incómodo y avergonzado al recordar la noche anterior—. Acabé en el destacamento de la policía con los chicos, y luego vi a... a NamJoon. Él vino a verme, revisó mi tobillo, discutimos y después me desmayé... Me sentí tan mal en ese momento, mamá... No tienes idea de lo que él hizo por mí...

Terminar de resumir lo ocurrido la noche anterior en esas pocas oraciones fue difícil. Su voz temblaba ligeramente mientras hablaba, reviviendo las emociones de lo sucedido anoche.

Al finalizar, JiEun lo miró con afecto, colocando una mano suave en su mejilla.

—Está bien, entiendo —la mujer le dijo en un tono reconfortante, como si realmente entendiera lo que sucedió—. Lo importante es que estás bien ahora.

SeokJin cerró los ojos y se quedó en silencio, permitiéndose sumergirse en el cariño que emanaba de su madre. Sintió sus dedos deslizarse suavemente por su cabello, como un bálsamo que aliviaba las tensiones que había acumulado. A medida que la calidez de su madre lo envolvía, las preocupaciones y los miedos que habían estado acechando su mente parecían desvanecerse lentamente.

—Mamá... —llamó en voz baja—. Quiero irme a casa. Ve a buscar a un doctor para que me den el alta.

Al escuchar su petición, JiEun hizo una pausa, sus dedos deteniéndose en su cabello. SeokJin abrió los ojos y notó que la mujer tenía una expresión extraña, una mezcla de preocupación y algo más difícil de descifrar. Había algo en sus ojos que le decía que existía algo más que ella quería decirle; algo muy difícil de decir y que él aún no sabía.

—Hay algo más, cariño... —ella aclaró en un tono lento—. Debes quedarte en el hospital para otros chequeos.

La confusión inundó sus pensamientos y la idea de permanecer en el hospital lo llenó de incomodidad. Quería estar en su propio espacio, en su hogar.

—¿Qué es, mamá? Estoy cansado y quiero estar en casa.

—Jinnie... —JiEun volvió a llamarlo, su tono lleno de preocupación—. Tú... ¿Lo sabías, verdad? Es imposible que no te hayas dado cuenta...

La mujer empezó a divagar y SeokJin la miró con un extraño presentimiento. Los latidos de su corazón se volvieron más lentos y apenas respiró cuando un pensamiento se instaló en mente, pero esperó a que ella finalmente le dijera lo que sucedía.

—Dilo de una vez, mamá...

—¡Jin, cariño, tú estás embarazado! —JiEun soltó la noticia—. Tienes diez semanas de embarazo, casi tres meses, dios mío, ¿realmente no te habías dado cuenta...?

SeokJin enmudeció.

Todo lo que su madre acababa de decir resonó en su mente como un eco distante.

¿Embarazado...?

Su corazón empezó a latir más despacio, como si el tiempo se hubiera detenido en ese momento. Levantó la mirada y sus ojos se encontraron con los de la omega, y en ese instante, supo que no había escapatoria. Las palabras de la mujer se repitieron en su cabeza una y otra vez. Abrió los labios ligeramente y después los cerró.

Estaba embarazado...

Él realmente estaba embarazado.

—¿Embarazado...? —susurró con un semblante en blanco—. Ya veo... ¿Nos podemos ir a casa de todas formas?

JiEun lo miró con preocupación, quizás esperando una reacción diferente, y se alertó por la poca reacción de SeokJin hacia una noticia que era tan enorme. Estaba completamente confundida. No estaba segura de si SeokJin ya lo sabía o se estaba enterando ahora.

—Jinnie, cariño, ¿estás escuchando? ¡Estás esperando un bebé! ¡O quizás dos! Tus niveles de HCG son más altos de lo común. Todavía necesitas hacerte una ecografía. Sé que es algo difícil de aceptar en una situación como esta. Pero debes tomar una decisión ahora que estamos en la clínica... —JiEun se levantó y se sentó en la orilla de la cama. Tomó su mano y lo miró a los ojos—. No importa lo que decidas... Te voy a apoyar en todo, ¿bien?

SeokJin luchó por encontrar las palabras adecuadas. Sus pensamientos estaban en un torbellino, se encontraba en shock, pero en medio de la tormenta, había una verdad que no podía negar.

Un bebé crecía dentro de él, y eso era algo innegable ahora.

—Gracias... —SeokJin dijo sin más—. Mamá, ¿puedes dejarme solo un momento?

JiEun lo miró con el ceño fruncido, claramente preocupada por dejarlo solo en un momento como este.

—SeokJin...

—No te preocupes, estoy bien —él le dio una pequeña sonrisa, tratando de tranquilizarla—. Tampoco tienes que preocuparte por mi decisión. Si el bebé está bien, no planeo abortar.

La reacción de SeokJin, aunque aparentemente tranquila, dejó a JiEun con un sentimiento de inquietud.

—Cariño... ¿Estás seguro? —preguntó JiEun, llena de inquietud, pero un cariño genuino—. Esto es una gran responsabilidad y una decisión importante... Tu vida nunca más será la misma.

SeokJin se quedó momentáneamente callado.

—Sí —respondió finalmente y luego bromeó un poco—: Si es necesario, también voy a pelear por la custodia, ¿de acuerdo?

SeokJin estaba sonriendo. Parecía estar bien con la noticia. Pero JiEun sintió una horrible desazón en su corazón. Incluso si su hijo la miraba con una sonrisa en los labios, sus ojos no brillaban como lo hacían antes. Ella lo sabía más que bien con tan solo verlo. Su SeokJin. Su cachorro. Estaba completamente desconsolado y ella no podía hacer nada para ayudarlo.

—Volveré en un rato... —avisó con la voz ronca y los ojos ardiéndole—. Yo... Iré a hablar con el doctor.

—Está bien.

Cuando JiEun salió, SeokJin se encontró solo en la habitación, sumido en un silencio que solo se veía interrumpido por el goteo de la solución salina. Su mirada se posó en la ventana, a través de la cual la luz del sol fluía como siempre, ajena a la oscuridad que llenaba su mente. Todo parecía igual que siempre, el mundo seguía girando, pero él se sentía tan distinto, tan aturdido por la noticia que había recibido.

Estaba embarazado.

La realidad lo golpeó con fuerza y dejó un nudo en su garganta. Por dios, estaba esperando un cachorro. Quiso buscar excusas para todos sus síntomas y cambios físicos, negándose a aceptar ese conocimiento, pero fue inevitable no notar cómo su vientre se estaba hinchando y abultando, las náuseas, los calambres y cólicos abdominales e incluso los repentinos antojos. Ahora que finalmente lo había confirmado, ya no podía negarlo o fingir que no se daba cuenta.

—¿Qué se supone que debería hacer ahora...?

Un gemido se escapó de sus labios y lágrimas calientes resbalaron por sus mejillas. Iba a ser padre. Ellos iban a ser padres. No había peor momento para confirmar la noticia. Una risa se le escapó en medio de su llanto y luego se tapó los ojos con las manos.

—Vamos a tener un cachorro, NamJoon... —Aunque la noticia lo había sacudido hasta lo más profundo, no podía evitar el sentimiento que crecía en él—. ¿Siquiera podremos pelear por esa custodia...?

No debería tener a este bebé. Su vida terminaría de arruinarse si continuaba con esa decisión, pero al mismo tiempo, la idea de abortarlo le resultaba insoportable. Él no estaba bromeando con lo que le dijo a JiEun; realmente deseaba este bebé, por el simple hecho de que lo concibió amando y queriendo formar una familia con Kim NamJoon: su alfa y su compañero.

Este cachorro, de alguna manera, había sido planeado y esperado por ambos, y esa realidad le provocaba un dolor agudo en el pecho. Le resultaba difícil pensar en deshacerse de él sin siquiera compartirlo con NamJoon. Este era el fruto de su amor. Pero, ¿qué tipo de reacción provocaría si la familia del alfa se enterara de que NamJoon iba a ser padre...?

Mierda, SeokJin estaría condenado, realmente no debería tener a este bebé. Sería el primogénito de NamJoon, su futuro heredero, y eso significaba que tanto su vida como la del cachorro también estarían en peligro. Pero al mismo tiempo, conocía lo que este bebé significaría para NamJoon, no solo por su familia, sino porque era suyo, de ambos. Un cachorro de ellos. NamJoon lo amaría, adoraría y querría con su vida, y esa perspectiva le partía el corazón, especialmente ahora que no podía compartir la noticia con el hombre.

SeokJin se llevó las manos al cabello y pensó durante mucho tiempo.

Estaba decidido.

A pesar de las dudas y el miedo, estaba dispuesto a apostarlo todo por este bebé. Era una elección que le cambiaría la vida de maneras inimaginables, pero también era una promesa de amor y compromiso que estaba dispuesto a mantener por una vez en la vida.

Iba a tener a su cachorro.







Me costó escribir este capítulo porque perdí el primer borrador y me dio un bajón al tener que volver a escribirlo 😔. El próximo capítulo será bastante largo (si no decido cortarlo) así que es probable que me tome más tiempo en escribirlo. Les avisó desde ahora para que lo tengan en cuenta. Igual les aviso por ig cuando vaya a publicar.

¡Pero ya es oficial! ¡Nuestro Seokjinnie está preñado!🫃🏻Quedan todos invitados a la revelación de sexo, el baby shower y el parto hahaha.

Por otro lado, enhorabuena, ya terminó la etapa de "decepción". Ahora entraremos en la sexta etapa 🎉

Gracias por leer! ❤️

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