Nan termino pasando la noche en Jaeh, después de la tarde emocional todos se habían apresurado a tener una celebración improvisada. Los niños hábilmente elaboraron una corona de flores para ella, cada cierto tiempo tenia que pedir ayuda para que la acomodaran nuevamente en su cabeza, pero mas que gustosos todos la ayudaban.
Despedirse fue difícil, pero se prometio volver.
—Siempre serás bienvenida, pantera. Nunca olvides eso.
Recargando su cabeza con afecto, Nan dio un ultimo rugido de despedida.
Corriendo a un paso moderado regreso al palacio por la tarde. Se transformo lejos de miradas curiosas, escabulléndose a su habitación sin querer averiguar si T'Challa había vuelto. No tenia verdaderos motivos para estar enfadada con él, pero lo estaba. Tal vez de la forma tan fría que la descarto cuando le ofreció acompañarlo, estaba confundida por lo mucho que le afligía su rechazo, de cualquier otra persona simplemente lo habría ignorado tras la decepción inicial.
Si bien deseó que T'Challa se disculpara, no se imagino que el nuevo rey estaría tocando a su puerta tan noche.
—Nan —algo en su voz levanto precipitadamente a la pantera— ¿Puedo hablar contigo?
El tono de suplica, no... era desesperación en su voz.
—T'Challa —nombro tan pronto le miro— ¿Que ocurre?
Nan lo tomo del rostro y lo obligo a verla, había una angustia indescriptible en su semblante.
—Lo siento, Nan —dijo— hablaste palabras honestas y fui duro contigo.
Su disculpa aunque sincera, no era el motivo de su tormento.
—T'Challa —llamo de nuevo— ¿Que sucedió?
—Mi padre... —negó sin poder concebir los pensamientos en su cabeza— pensé que era un buen hombre —susurro con tristeza.
Aun sin saber el motivo de sus palabras loo abrazo. Gotas tibias mojaron su hombro, T'Challa se sostuvo de ella y se entrego a su tristeza.
—Estoy aquí—le dijo Nan— llora tanto como necesites.
Sin dejar de abrazarlo, Nan maniobro para cerrar la puerta y llevarlos al borde de la cama. Hizo que T'Challa se sentara mientras se calmaba contra su hombro. Al sentir una respiración mas rítmica contra su cuello se aparto para mirar su rostro.
—Necesitas descansar —dijo Nan notando su agotamiento.
—No puedo.
Su rostro y voz se notaban lejanos al presente, perdidos en memorias dolorosas. Nan sintió que no estaba listo para contarle, pero tampoco para irse, así que sintiéndose ligeramente avergonzada, pero decidida le quito su túnica, deslizándola por sus hombros hasta solo dejarlo con su pantalón. T'Challa volvió a enredar su brazos en ella antes de que pudiera arrodillarse y quitarle su calzado, Nan improvisando guió su pie por las pantorrillas de T'Challa hasta llegar al talón y empujar sus sandalias.
Recostados en la oscuridad, escucharon sus respiraciones por largo tiempo, hasta que T'Challa por fin expreso su tormento.
—Mi padre mato a su hermano, Nan —susurro en voz baja— y dejo a su hijo, lo dejo para no tener que confesar que mi tío nos había traicionado y ayudado a Klaw.
Nan se estremeció en sus brazos.
—¿Que...? T'Chaka nunca... —negó en silencio— me ayudo ¿Por que me acogería y dejaría a su sobrino solo? ese no es el hombre que conocí T'Challa.
—Lo sé —musito— pero aun así es cierto, vi al hijo de mi tío en Busan, tenia el anillo de mi abuelo y Zuri me confeso lo que mi padre hizo.
Nan recordó el sueño que había tenido, el hombre que le había pedido ayuda.
N'Jadaka.
— ¿Que hacia en Busan?
—Ayudaba a Klaw, lo fugo —contó— me temo que las acciones de mi padre lo llevaron a ver Wakanda como su enemigo.
Nan encontraba confuso lo que T'Chaka había hecho, pero no podía negar la certeza de lo ocurrido solo por su amor al difunto rey.
—No sé que decir —confeso Nan con tristeza.
—Ni yo —respondió T'Challa.
El sueño tardo en llegar, no era así como T'Challa se había imaginado pasar la noche, pero tener a Nan abrazándolo era un consuelo en su corazón. Estaba avergonzado de reflexionar todas las veces que Nan lo había ayudado, y que sin embargo él continuaba hiriéndola y descartando sus consejos, si algo le había demostrado las ultimas horas era que no era infalible, tenia que enfrentar su primer promesa rota como rey.
Pero aprendería de su error, seria un mejor hombre y rey, encontraría la forma de remediar el error de su padre.
—Realmente estoy bendecido de tenerte, Nan —susurro T'Challa mientras conciliaba el sueño en brazos de Nan.
Despertar junto al otro no fue incomodo, si no reconfortante. T'Challa no estaba lista para dejarla ir, fue así como se encontraron paseando hasta encontrar refugio de los rayos del sol a la sombra de un viejo árbol.
—T'Chaka fue un buen hombre —expreso repentinamente Nan con gesto triste— que tomo una terrible decisión, incluso un buen hombre puede equivocarse, no borra el daño que hizo, pero no podemos exigirle a tu padre ser perfecto, nadie lo es.
T'Challa absorbió sus palabras.
—Incluso si mi tío nos traiciono, temo que mi padre haya creado algo peor.
—El niño que no sea abrazado por su tribu cuando sea adulto quemará la aldea para sentir su calor —recito con melancolía Nan— tu padre olvido eso, y es posible que las heridas de tu primo sean demasiado profundas para sanar. Los errores de tu padre no son tuyos, pero tendrás que enfrentarte a ellos y tomar una decisión.
La perla Kimoyo de T'Challa vibro.
—Hermano, debes volver pronto —la urgencia en Shuri alerto ambos.
—¿Que sucede?
—Un extraño dice traer el cuerpo de Klaw
Nan y T'Challa se miraron preocupados. No les llevo mucho tiempo llegar al laboratorio de Shuri, quien se adelanto a presentar al desconocido que la acompañaba al notar la mirada inquisitiva de Nan.
—El agente Ross, mi hermano lo trajo de Busan.
—Nan —se presento extendiendo su mano al agente.
—Everett Ross —saludo de vuelta.
Los cuatros giraron su atención a la imagen del desconocido que proclamaba haber asesinado a Klaw.
—Erik Stevens —comenzó a explicar Ross—. Graduado a los 19 años en Annapolis, hizo un posgrado en el MIT. Se unió a los SEAL y fue directo a Afganistán, donde coleccionaba asesinatos como si fuera un videojuego, empezaron a llamarlo Killmonger, se unio a una unidad encubierta de JSOC, son peligrosos. Capaces de desaparecer del mapa para así asesinar y derribar gobiernos.
—¿Revelo algo de su identidad? —pregunto T'Challa
—Tiene un tatuaje de perro de guerra, pero no tenemos registros de él —respondió Shuri.
T'Challa digirió la información en silencio, abandonando el laboratorio para dirigirse al trono. Nan los acompaño inquieta sin irrumpir el tenso ambiente, se limito a tragar su preocupación, y ver a Shuri y T'Challa desaparecer tras las puertas del trono.
Chasqueo la lengua molesta de no poder ofrecerles mas protección, la política era otra bestia de la que Nan era cautelosa.
No paso mucho antes de que W'Kabi apareciera con el intruso, Nan podía olfatear la sangre seca en su ropa, pero lo que más llamo su atención era la confianza que exudaba.
—N'Jadaka —nombro Nan.
Los ojos confiados se tornaron en una ira asesina, la pregunta era clara en sus ojos ¿Como sabia ella ese nombre?
Nan se limito a verle impasible, sosteniendo su mirada hasta que las puertas del trono volvieron a cerrarse, y temió por el odio en su mirada, una tempestad colosal que arrasaría con todo sin titubear.
Nan no tenia dudas de que estaba aquí por el trono, pero mientras en la mente de N'jadaka solo había una opción, en la de T'Challa reinaba el conflicto. Si T'Challa dudaba solo por un segundo...
Decidió no pensar lo peor.
Las puertas del trono se abrieron, y N'jadaka escoltado por W'kabi fueron los primeros en salir. La mirada de odio se había vuelto una calculadora, que estudiaron a Nan con intensidad.
—¿Eres la chica de mi primo? —inquirió en tono burlón— puedes venir a verme si necesitas consuelo, hermosa. porque mi primo tiene las horas contadas
Nan avanzo a su presa con precisión, pero las Doras le impidieron el paso, inclinando su cuerpo sobre las lanzas cruzadas le dio una sonrisa feroz.
—Si voy a ti no será por consuelo, niño —gruño— ten cuidado con esa boca problemática, las Doras no van a detenerme una segunda vez.
Killmonger le sonrió con descaro, casi retándola a cumplir su palabra en ese momento.
—¿Cual es tu nombre, encanto? —inquirió
Un par de manos la tomaron por los brazos, sin darle oportunidad a responder
—No es tu problema... primo —interrumpió T'Challa— deberías prepararte para el combate.
—Nahhh, voy a prepararme para mi victoria —respondió sonriendo mordaz.
Vieron a N'jadaka alejarse junto W'Kabi.
—Debemos hablar —murmuro T'Challa.
Shuri solo les dio una breve mirada de preocupación, pero no les siguió.
En cuanto llegaron a un lugar solitario, Nan sujeto la mano de T'Challa.
—T'Challa —llamo preocupada— ¿Que quieres hablar?
—No sé si estoy haciendo lo correcto, pero debo encarar a mi primo —T'Challa sostuvo la mano que los unía sobre su corazón— te pido que no intervengas.
—Jamas rompería el ritual —exclamo Nan molesta.
—¿Incluso si estuviera a punto de morir?
Nan abrió la boca, pero no entono ninguna palabra, sin embargo sus ojos pronunciaron su incredulidad y miseria ¿Acaso se estaba dando por vencido? quiso sacudirlo y gritarle ¿Como podría si quiera pensar que lo dejaría morir?
—No pidas eso de mi, T'Challa —respondió finalmente en un susurro.
—Te suplico que no intervengas —repitió— debo ser yo quien derrote a mi primo, sabes que haré todo lo posible, pero...
—¿Pero? ¡¿Pero?! —Nan alejo su mano como si T'Challa la quemara— se que estas herido por la decisión de tu padre, T'Challa, es algo que también me duele —reprocho con un nudo en la garganta— pero tu primo tiene muy claro su camino ¿Acaso no lo ves? no solo luchas contra el pasado, el futuro de Wakanda esta en riesgo.
A pesar de sus reproches, T'Challa no perdió la compostura, fueron sus ojos heridos que sacudieron a Nan, impidiéndole interrumpir lo que trataba de decirle con tanto fervor.
—Estuve a punto de no aceptar, de ocultar a mi primo como mi padre lo hizo —confesó— no se que clase de rey ser, pero no quiero ser uno cobarde.
T'Challa sostuvo su rostro entre sus palmas, conectando sus frentes, mirándola fijamente, y demostrando cuan serias eran sus palabras.
—Nan, dame tu palabra de que no intervendrás, que mantendrás a mi madre y Shuri a salvo.
Los ojos de Nan se llenaron con lagrimas contenidas, sin duda siendo un reflejo del rostro desconsolado de T'Challa.
—Como mi rey ordene —murmuro monótona.
No pudo seguir viéndole, huyo dejándolo solo.
Pero se obligo a ir al ritual, aunque todo fuera un eco borroso a su alrededor.
Ni siquiera el inexplicable escalofrío que sintió Nan mientras T'Challa era despojado de los dones de Pantera Negra pareció importante en ese momento
—Toda mi vida, estuve esperando este momento —dijo Erik—.Entrene, mentí... asesine, todo por llegar aquí —declaro — asesine en America, Afganistan, Irak, ¡Le quite la vida! ¡A mis hermanos y hermanas en este continente! —Nan inhalo al sentir su resolución, tomando sus armas sabiéndose un cazador—mate a tantos... solo para seguir contigo.
La compasión de T'Challa siempre había sido un noble atributo, pero en las circunstancias actuales se volvía su debilidad.
La cuchillas chocaron, y los sonidos del metal danzaron en su feroz enfrentamiento. T'Challa era un guerrero precavido, mientras Killmonger era vicioso, con cada golpe parecían tener un poder igual, pero T'Challa aventajo al asestar un golpe en sus pantorrillas y hacerle perder el equilibrio.
—¡Ríndete! —exclamo T'Challa
Nan solo pudo negar, porque Erik jamas lo haría, para él la muerte era la única resolución, y Nan solo podía esperar trémula al resultado letal.
Pudo ver el cambio de humor en el rostro de Erik tan pronto recibió el primer corte que derramo sangre, su ira provoco que sus golpes fueran mas violentos, y aquel ímpetu se volvió favorable para él.
Nan mordió su labio al sentir el corte de T'Challa en su muslo
—¡Levantate y pelea T'Challa! —grito Shuri.
El segundo corte en el torso le quito el aliento por unos segundos, Nan jadeo mientras trataba de calmar el dolor presionando su mano, pero antes de siquiera reponerse algo perforo dentro de ella, su vista nublada solo pudo percibir a T'Challa empalado por su primo.
—¡T'CHALLAAA! —rugió con desesperación.
Nan no podía perderlo así, se negaba. Dio pasos descordinados, ahogando un grito mientras la filosa navaja de la espada de Erik bajaba directo al cuello de T'Challa.
—¡Erik!
Zuri interrumpió el fatal golpe con su lanza, y una parte de Nan agradeció que hiciera a un lado el ritual, porque aquel combate no estaba siendo realizado por el honor al trono, sino como un medio a la venganza.
—Zuri, no —suplico T'Challa
—Se acabo
La reina y Okoye llamaron por Zuri, en sus voces evidente el desacuerdo en sus acciones.
—Yo cause la muerte de tu padre, Erik —confeso— no él, mátame.
Solo una fracción de estupefacción se mostró en los ojos de Erik, la confesión de Zuri suficiente para decidir.
—¡Los dos morirán, tío James!
Las manos de Nan se aferraron y borbotones de sangre corrieron entre sus dedos, Zuri tambaleándose mientras la hoja perforaba ligeramente su pecho, aunque consciente su semblante se debilito ante la herida
—Esto es un ritual, no una ejecución —gruño Nan— ¿Quien eres para decidir matar a un Chaman de Bast?
—¿Y tú? —espeto Erik—. Deberíamos preguntarnos de donde te saco mi primo, porque nadie sabe quien eres —gruño— ¿Así que quien te crees para intervenir en mi camino?
—¿Y quien te crees que eres para sembrar tu odio en Wakanda? ¡Conozco esos ojos! aun tengas que quemar esta nación, vas hacer lo posible para esparcir tu tan ansiada venganza, esto no va acabar con T'Challa y Zuri ¿No es verdad?
Erik sin negarlo, le dio una sonrisa feraz.
—Pronto vas arrodillaste frente a mi, tu rey —le prometio.
—Jamas vas a ser mi rey —negó Nan.
—Nan, detente —murmuro T'Challa manteniéndose con dificultad de pie— hiciste una promesa —le recordó.
—T'Challa...
Pero su corazón solo recibió otro severo golpe cuando le vio negar en silencio, negándole intervenir.
—Llevate a Zuri —fue su ultima solicitud.
Nan le miro con recriminación, mientras Erik soltaba una risa en su cara.
—¿Este es su rey? —señalo Erik— apenas y puede sostenerse de pie.
T'Challa grito, blandiendo su arma con dificultad. Y Nan fue nuevamente una expectadora mientras guiaba a Zuri a lado de la reina y Shuri, siendo testigos de como T'Challa recibía los golpes de Erik sin oportunidad, cayendo constantemente al suelo
—La pantera negra ¿El que se suponía que los guiaría al futuro? —reto Erik
—¡Levantate, hermano! —grito con desesperación Shuri
—¡¿Él?! —instigo Erik— ¿Se suponía que los protegiera?
—Nan ¡Haz algo! —suplico Shuri— ¡Nan!
Pero la pantera apenas pudo reaccionar cuando Erik levanto a T'Challa sobre sus hombros, acercándose a la pendiente... lanzándolo.
—T'CHALLAAAAAAAA —grito Nan
—NOOOOOOO —grito la reina.
Killmonger volteo y miro a todos.
—No, yo soy su rey —proclamo Erik con fervor.
—Reina madre, debemos irnos —susurro Nakia.
Aquella oración fue suficiente para Nan, quien con ojos vacios empujo a Shuri y Ramonda, cargando a un jadeante Zuri para apresurarse detrás de ellas, huyendo del nuevo rey.
¿Como podía haber fallado tanto? Mientras se marchaban, los llantos de Shuri y la reina eran como dagas que la perforaban, su cabeza dolía, pero la parte más aterradora era el vació que se esparcía en su pecho.
Pero no podía sucumbir, Shuri y la reina ya no estaban a salvo, Zuri se debilitaba con cada paso, y la única que parecía medianamente razonable era Nakia.
—Iré al palacio, buscare a Okoye —comento Nakia— ¿Pueden aguardar aquí?
—Necesitamos medicamento para Zuri —murmuro Nan— ¿Vas a estar bien yendo sola?
—Será más fácil si solo soy yo —contesto mientras contemplaba a la desconsoladas princesa y Reina— cuidalas.
Quiso contestar "Con mi vida" ¿Pero como? después de haber dejado que T'Challa muriera.
Para cuando Nakia regreso, Zuri apenas se mantenía consciente.
—¿Quien es este hombre? —demando saber la reina.
—Es un amigo de T'Challa, salvo mi vida —dijo Nakia.
—¿Donde esta Okoye?
—Okoye no viene. Ella y las Dora Milaje serán leales al nuevo rey.
—Denle esto a Zuri —indico Nakia— volveré pronto.
Nan se apresuro a inyectar a Zuri, unos segundos después su respiración se tranquilizó, pero su semblante aun lucia cansado.
—Necesita reposo, es peligroso que siga en la intemperie —murmuro Shuri.
—Nan —llamo Ramonda— sé que tu naturaleza se ha mantenido en secreto, pero mi hijo ya no esta —susurro con voz rota— más que nunca Wakanda te necesita, debes tomar el trono.
Nan le miro atónita.
—Reina...
—Escuchame, Nan. Sin mi hijo nuestra mejor apuesta eres tu —suplico.
—No soy de sangre real —respondió Nan.
—Eres algo más grande que eso —intervino Shuri— tan pronto... —inhalo tratando de controlar el temblor en su voz— incluso si no lo imaginaba de esta forma, vas a ser reina —afirmo decidida— ¿Por que quien tiene mejor reclamo que la gran pantera? la bendición de Bast.
—No puedo hacerlo sola —confeso— no estoy sanando, Shuri.
Extendió las palmas de sus manos y le mostró los cortes que se ocasiono al detener el ataque de Erik, solo había dejado de sangrar por la sangre coagulada. Pero esas heridas no tenían ni comparación al dolor que se extendía en su corazón, algo que la ahogaba y la hacia avanzar con trote pesado mientras su alrededor era un eco nubloso.
—Sin T'Challa... —Nan agito su cabeza limpiando las lagrimas que derramaban por su mejilla— es como si hubiera perdido la mitad de mi —rio sin humor— no puedo ni encontrar la fuerza para ir al palacio y vengarlo.
—Pero debes hacerlo —confronto Ramonda— lamento que deba pedirte esto, no te pido por venganza, pero no podemos dejar a Wakanda en las manos... de ese hombre.
Nan no podía salvar a T'Challa, ni a N'Jadaka, era muy tarde para eso. Pero ¿Wakanda? aun tenia oportunidad.
—Jaeh —respondió Nan— podemos pedir ayuda para Zuri, pero no podemos quedarnos todos ahí, debemos buscar otra forma de obtener el trono, dudo que Erik acepte mi desafío.
—No lo hará —interno Ross— tan pronto oiga que tienes un reclamo al trono va a usar cualquier recurso para matarte antes de que puedas pronunciarte.
—Debemos darle la hierba a M'Baku
Todos giraron a ver a Nakia.
—Es el único con un ejercito que no dudaría en confrontar al nuevo rey —explico— tenemos que ir con los Jabari.
Nan contemplo sus palabras y solo pudo asentir de acuerdo.
—Primero vayamos por ayuda para Zuri. Shuri ¿Te encargas?
La princesa asintió. Nan se alejo para tener espacio y se transformo, gruñendo al sentir los cortes en sus patas delanteras.
—Por Bast —susurro Nakia— es...
—Entonces los rumores de la Balsa son ciertos —admiro Everett— se clasifico como un delirio colectivo, pero era real.
Nan bufo al escucharle, no recordaba con aprecio su tiempo en prisión.
Shuri indico al agente Ross y Nakia que la ayudaran a subir a Zuri, Nan aguardaba en posición de esfinge, en cuanto Zuri estuvo acomodado el resto subió. Para cuando llegaron a Jaeh, pocos seguían despiertos, pero quienes la vieron llegar se encontraron sorprendidos de que volviera tan pronto, aunque sus expresiones de felicidad mitigaron al notar que llevaba pasajeros.
—Pantera, reina madre —saludo al reconocerla— ¿Que ocurre?
—Les pido que mantengan esta visita en silencio —se apresuro a decir Ramonda— ¿Nos pueden llevar con un medico?
Sin demoras los escoltaron, solo dieron algunas miradas curiosas a Everett Ross, pero nadie cuestiono su presencia en voz alta. Zuri fue llevado rápidamente al interior del área medica de Jaeh, unos pocos hombres se quedaron con el pequeño grupo fugitivo, y tras otro momento el líder de Jaeh llego acompañado de otros consejeros.
—Pantera —llamo con preocupación— ¡Estas sangrando! Assam, ve por un medico.
Nan gruño en respuesta, negándose a ser atendida, podía tolerar los cortes.
—Nan —llamo Shuri— sometiste a mucha presión a tus patas, es mejor si cambias.
Nan le dio una mirada inquieta.
—Va a estar bien —aseguro Shuri suavemente.
Nan reflexiono que tal vez no había mejor lugar que Jaeh para revelarse, sintió la usual retracción de sus fauces, y en cuestión de segundos volvió a su forma humana.
Las expresiones confundidas se tornaron en asombro.
—Oh no, no es necesario —se apresuro a decir Nan.
Pero los pobladores presentes ya se habían arrodillado, mirando con reverencia a Nan, orando agradecimientos a Bast.
—Pantera, si alguna vez nos necesitas, responderemos a tu llamado.
Y Nan estaba segura de la verdad en sus palabras.
—Lo sé —contesto desanimada.
Porque no quería que Jaeh se arriesgara, pero en la situación actual necesitaban toda la ayuda posible. Así que relataron lo sucedido horas antes, y aunque hubo algunas protestas en involucrar a los Jabari, el plan se mantuvo.
—Con el nuevo rey es arriesgado tomar una aeronave, levantara muchas preguntas —contemplo el líder de Jaeh— prepararemos una carreta y caballos.
Nan hablo.
—Puedo...
—No puedes —interrumpió Shuri—te acaban de curar.
Nan miro molesta a la palma de sus manos, usualmente habrían cerrado sus heridas con la tecnologia a base de vibranium, pero no había funcionado en ella, asi que ahora tenia incomodos puntos en ambas manos.
Y lo peor es que no había nada que hacer por los dolorosos moretones, Shuri no era capaz de mencionar a su hermano en voz alta, pero ambas se preguntaban en miradas silenciosas si cargaría esas heridas por siempre con la muerte de T'Challa.
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Desde Diciembre andaba pendiente de actualizar, pero de verdad no han sido mis meses, así que mándenme las mejores vibras porque si las requiero.
Muchas gracias por todo el apoyo a la historia, ya estamos prácticamente en la recta final.
Dudas y comentarios quedo al pendiente