1460 días junto a él

By Gema024

7.1K 3.7K 624

Día 1: Adiós chico del poema, un placer imaginar mil escenarios maravillosos a tu lado. Día 1460: Adiós chic... More

Nota de la autora
El chico del poema
Un nuevo salon de clases
Ojos de amor (Dia 1)
Fiesta patria (Dia 26)
Llamada nocturna (Dia 59)
El museo (Día 69)
El árbolito del amor
Día de muertos (Día 73)
Sin miedo (Dia 99)
Vamos a conocernos
Six Flags (Día 107)
Navidad (Día 123)
El secreto (Día 129)
Feliz cumpleaños Gema (Día 141)
La fiesta familiar (día 151)
¿Quién es el señor? (Día 179)
Adiós mamá (dia 197)
Tíos (Dia 201)
Feliz cumpleaños (dia 221)
La carta de despedida (Día 232)
Un paseo por el parque (dia 235)
La casa de campaña (dia 242)
El cine (Dia 254)
La foto de graduacion (Dia 282)
Feria de las culturas (Dia 291)
El partido de fútbol (Dia 295)
Una mañana juntos (Dia 297)
Formalidad (Dia 302)
El contrato (Dia 309)
La graduación (Dia 325)
La llamada de mamá (Dia 334)
¿Volvera a casa? (Dia 349)
Tarde de peliculas (Dia 357)
Ni un peso (Dia 370)
El hospital (Día 385)
El collar (Dia 399)
El departamento (Dia 414)
Aniversario (Dia 434)
Club de motos (Dia 437)
La fiesta escolar (Dia 449)
El árbol de navidad (Dia 479)
Navidad (Dia 488)
Confianza (Dia 499)
Fiesta de cumpleaños (Dia 506)
El sueño (Dia 515)
El dibujo (Dia 527)
El nuevo empleo (Dia 534)
Museo de fotografías (Dia 541)
El auto nuevo (Dia 549)
El nuevo integrante (Dia 564)
Escuela a distancia (Dia 577)
La apuesta (Dia 585)
Cumpleaños (Día 588)
Mudanza (Dia 604)
Fotografias (617)
El diario (Día 634)
Inseguridades (Dia 641)
Maquillaje (Dia 648)
El regalo (Dia 677)
Ahorros (Dia 692)
Adios Señor (Dia 712)
Visitas (Dia 734)
Enfermedades (Dia 749)
Distancia (Dia 761)
Cambio de hogar (Día 785)
Aniversario (Dia 799)
Dia de muertos (Dia 801)
Comida (Dia 820)
Compras (Día 834)
Pintando la casa (Dia 841)
Funeral (Día 850)
Adiós a otro año (Día 860)
Sorpresa (Día 870)
Bautizo (Día 889)
Pizza (Día 896)
Fiesta (Día 903)
Vacunas (Día 918)
Padrinos (Día 926)
Huellas (Dia 943)
Cartas (Dia 952)
Paseo (Dia 961)
Notas de amor (Dia 993)
Recuerdos (Dia 1002)
Votaciones (Dia 1016)
Una nueva compañera (Día 1028)

La verdad (Dia 397)

52 25 10
By Gema024

28 de Septiembre 2019

Algunos días después mi abuelo requirió de una operación, la cual era peligrosa pero necesaria, los médicos no daban mucha esperanza de que pudiera salvarse pero así fue, salió de la operación y del hospital para volver a su casa ya que él hace algunos años se separó de mi abuela y dejó de vivir con nosotros.

Ahora que puedo estar tranquila de que mi abuelo esta en casa, Gerry y yo planeamos una de nuestras acostumbradas salidas a nuestro lugar favorito, así es, el estreno de una nueva película en el cine en la cual usaríamos las playeras color rosa que me regaló, un pantalón azul y tenis blancos.
Llego por mi, tarde como era su costumbre, llegamos al cine y disfrutamos de una buena película que nos puso los sentimientos de punta, pues trataba de una perrita extraviaba y siendo sinceros ¿quien no se pone sentimental con ese tipo de películas?.
Al salir del cine fuimos en busca de mi comida favorita >Comida china< después nos dirigimos a un verde parque repleto de naturaleza en donde podríamos comer sin interrupciones, nos sentamos debajo de un árbol que hacía sombra, el clima resultaba demasiado agradable, el aire fresco y un ambiente silencioso, se podía escuchar el cantar de las aves al fondo.
      — Gema ¡Debo decirte algo! Dijo un Gerry disgustado y serio
     — ¿Que sucede? ¿Todo bien?
     — Debo decirte la verdad acerca de algo...
     — ¡Valla! Creo que el sentimentalismo de la película nos puso sinceros pero claro dime
     — ¡No tengo 18 años como tú!
    — Ya de Jesús, tienes 19, eres un año mayor que yo.
    — No Gema dijo lleno de seriedad
    —  Jesús, te conozco y esta debe ser una de tus bromas, te advierto no voy a caer en tus juegos dije mientras lo señalaba con el dedo índice
    — No es ninguna broma Gema, en realidad tengo 30 años.... Y dos hijos...
Una exagerada risa salió de mi al escuchar dichas palabras, por supuesto que estaba bromeando y yo no iba a caer...
   — ¿Porque te ríes? Pregunto indignado
   — Por tus chistes, por supuesto que es mentira, no tienes 30 años y tampoco tienes 2 hijos dije mientras lo miraba fijamente achicando los ojos.
   —Me has atrapado dijo enseguida de una risa — Si es mentira
    — ¡¡LO SABÍA!! grite mientras mordía un trozo de rollito primavera
   — Pero ya hablando enserio, no tengo 18 ni 19 años.
   — Jesús, entiende que no voy a caer en tus juegos...
   — Es Enserio Gema, tengo 21... al decir eso su piel clara se tornó en un tono rojo lo cual me hizo dudar que estuviera mintiendo.
Lo observé fijamente durante algunos segundos sabiendo que si mentía no tardaría en reír, risa que jamás llegó lo cual sacó un — ¿Enserio? De mi
   — Si Gema, mira... dijo mientras sacaba su identificación de su cartera para corroborar que lo que decía no era una más de sus bromas.
  — Perdóname que no te lo había dicho hasta ahora, es algo que me da mucha pena...
Acaricie su hombro como muestra de consuelo
         — No te preocupes, eso no cambia nada entre nosotros ¿Quieres platicarme cómo es que perdiste 3 años?

Años atrás...

El primer año lo perdí en la primaria, cuando aún vivía con Graciela, ella la mayor parte del tiempo renegaba de sus hijos o de las atenciones que debía prestarles, por ello estando en la primaria no sabía ni leer, ni escribir, ella solo me culpaba por no saber hacerlo pero nunca presto atención a que tenía un problema, la maestra la llamo en varias ocasiones pero nunca fue por lo cual perdí el año, tuve que repetir el año de primaria y al poco tiempo me fui con mis padrinos, gracias a ellos me regularicé en la escuela y aprendí a leer y escribir pues mis primas y madrina me ayudaban con mis tareas y ponían su tiempo y esfuerzo en que yo aprendiera, incluso después de eso mis calificaciones fueron de excelencia, recuerdo a mi tía decirme que me invitaría una comida si estaba en el cuadro de honor, me esforcé lo suficiente y lo logre.
El segundo año fue el la secundaria, me entró la etapa de la rebeldía como a todo adolescente y comencé a bajar mis calificaciones y mi rendimiento escolar, mis padrinos hacían lo posible para que yo me interesara en la escuela pero siempre obtenía como resultados calificaciones bajas hasta que un día platicaron seriamente conmigo acerca de mi futuro y la importancia de la escuela, por supuesto en su momento no lo entendí. Ellos me propusieron que debía entregar buenas calificaciones a cambio de continuar en la escuela o dejarla aún lado y dedicarme a trabajar, no sabía que la escuela lo era todo hasta ese momento ya que continué con mi desinterés y como era de esperarse no mejore, así que salí un año de la escuela, el año más pesado de mi vida, me dediqué a trabajar por completo con mi padrino y sus familiares, llegaba rendido todos los días, solo deseaba descansar y regresar a la escuela, en ese momento entendí que la escuela era la mejor inversión y la mejor herencia que me estaban dejando, entendí el esfuerzo diario que hacían mis padrinos para pagarla y debía valorarla, desde ese momento me propuse que siempre sacaría buenas calificaciones y me costara lo que me costara terminaría una carrera universitaria.
Finalmente el tercer año lo perdí en la preparatoria pues cuando llegue a vivir con Graciela solo me faltaba cursar un semestre del tercer año pero cuando ingrese a la escuela la directora no me permitió que fuera así y me acepto en la escuela sólo si cursaba el semestre de segundo año y todo el tercer año nuevamente, así que así fue como perdí un año más.
Nunca dije nada porque siempre me lleno de vergüenza estar tan grande, incluso en la preparatoria por ser bastante alto creían que era más grande lo cual siempre negué y por supuesto más pena me daba el motivo por el cual había perdido tres años, ahora que entré a la universidad me dio seguridad que la mayoría de compañeros tienen mi edad o incluso hasta son más grandes, en la carrera hay personas mayores de treinta años, desde ahí comencé a sentirme más seguro y menos pena de decir mi edad. Ahora solo me preocupa una cosa, que entré con mentiras a tu familia, no les fui sincero a tus tíos cuando fui a pedir permiso para que fueras mi novia y me da miedo que se enojen por haberlo ocultado.

— Gerry, no debes sentir vergüenza, muchas personas dejan de estudiar por un tiempo por distintos motivos, lo importante es que tú decidiste retomarlo y los años que perdiste fueron una lección para ti, te dieron más firmeza ante la decisión de querer estudiar y te motivaron a crecer como persona, yo estoy orgullosa de ti y me da gusto que te estés quitando esa inseguridad. Con respecto a mis tíos no tengas miedo a lo que dirán, te aseguro que no se enojarán pues tío Miguel es cinco años mayor que tía Lupe, de hecho ellos son novios desde que ella tenía quince y él veinte, así que por ellos no te preocupes, cuando estés listo para decirles tú edad yo te apoyo, lo importante es que tú te sientas tranquilo.
Después de dichas palabras Gerry se arrojó a mis brazos y me abrazo con tanta fuerza como le fue posible — Gracias por entenderme y no enojarte por haberlo ocultado casi un año.
— No tengo porque enojarme, todos tenemos inseguridades con las que trabajamos todos los días, al contrarío te agradezco por platicarme.
— Gema, tus palabras siempre me tranquilizan, gracias por siempre entenderme.
Como respuesta acaricie su mejilla y le regale una sonrisa mientras que él levantaba la mirada que llevaba la mayor parte de la conversación en dirección al suelo.
— Gerry para que no te sientas mal también te platicaré algo...
— Lo que tú quieras preciosa

5 años antes...

De pequeña siempre fui una niña muy gordita, lo sé quizá no imaginas a una Gema con sobrepeso pero así fue de pequeña lo cual nunca me acomplejo, todo cambio cuando entré a la secundaria. Para ser exacta todo paso cuando tenía trece años y cursaba el segundo año, había un grupo de cinco niñas un año mayor que yo las cuales se encargaban de hacerme la vida imposible con comentarios despectivos sobre mi cuerpo, ni siquiera puedo recordar como las conocí o como inicio todo, solo recuerdo que se volvió algo imparable, me molestaban todo el tiempo que les era posible dentro de la escuela e incluso por mensajes en redes sociales, sus burlas cada vez se volvían más constantes y la inconformidad acerca de mi cuerpo comenzó, sabía que no podía hacer nada al respecto pues mi cuerpo así era y no sabía de qué manera podía cambiarlo así que sólo comenzó el odio hacia mi cuerpo.
En el salón de esas niñas había un niño llamado Liam quien me pretendía pero por supuesto yo no buscaba una relación amorosa entonces lo ignoraba y algunas veces hasta era grosera con el, todo cambio un día cuando las burlas de esas niñas me tenían cansada y le pegué a una de ellas, por supuesto ella fue de llorona con su orientador y al día siguiente me esperaba una regañada con mi orientadora, las niñas me habían reportado en la escuela por "Bullying" al yo haber golpeado a una de ellas le hicieron creer a los maestros que yo era quien siempre las molestaba lo cual era totalmente ilógico ya que ellas eran cinco y más grandes era imposible pero no en la escuela pues les creyeron y yo terminé con una suspensión y un castigo, aquí es donde él niño Liam entra pues se acercó a los maestros y les dijo que él había presenciado cuando ellas me molestaban y las que merecían ser castigadas eran ellas no yo, en ese momento por la acción decidí darle una oportunidad a Liam como mi novio ya que gracias a él solo recibí un castigo por golpear a una de ellas pero no una expulsión por molestarlas con ellas lo habían hecho pensar.
En ese momento Liam y yo comenzamos una relación amorosa la cual a mis trece años, inexperta parecía pintar bien, Liam era bastante detallista pero a los pocos meses comencé a descubrir que no solo conmigo, digamos que era cariñoso con muchas niñas, lo cual creo más inseguridad en mi, me volví exageradamente celosa y tóxica por comportamientos que veía en el, siempre buscaba la manera de justificarse y yo de disculparlo.
Las cosas comenzaron a empeorar cuando Liam comenzó a compararme con otras niñas, me restregaba los cuerpos de otras niñas en mi cara y siempre me juzgaba por estar un poco pasada de peso, muy frecuentemente me hablaba de su ex novia quien me mencionaba tenía un cuerpo muy lindo. Esto y muchas otras cosas más fueron detonante para llegar a la etapa más difícil de mi vida en la cual por nada del mundo quisiera volver a verme.
Comencé a aislarme de mis amistades, comencé a tener problemas con mamá y a tener un carácter que nadie toleraba, llegaba de la escuela a encerrarme en mi cuarto mientras que nadie me molestaba pues mi casa siempre estaba sola, dormía la mayor parte del tiempo e inclusive podía pasar días enteros sin bañarme, dormía la mayor parte del día y lloraba la mayoría de la noche, baje mis notas en la escuela y me quedé sin amigos.
Esto se repitió durante varios meses, incluso me olvidé de la comida y aquí fue donde todo empezó, me di cuenta que el ritmo de vida que estaba llevando hacia que perdiera kilos y por ello opté por dejar aún lado la alimentación, llegaba de la escuela y para espantar él hambre bebía un vaso enorme de agua y comía algunas cucharas de avena, después de ello me iba a la cama a dormir para evitar que mi estómago pidiera comida, algunas veces cuando él hambre era intensa comía la mitad de una manzana o un poco de lechuga con limón, fueron muchos meses con esa rutina, podía ver en el espejo grandes cambios en mi cuerpo y en mi ropa pero nunca parecía suficiente pues siempre tenía grasa en el abdomen y piernas anchas desde mi perspectiva, un día tomé un cinturón y lo puse al rededor de mi cintura y coloque una marca en donde sería mi meta llegar a lo cual me faltaban más de diez centímetros pero estaría satisfecha cuando la marca del cinturón rodeara mi cintura. Nadie en casa podía notar lo que estaba pasando pues nunca estaban así que era fácil mentir y decir que ya había comido aunque no fuera así, después de medio año llegue a mi meta, el cinturón me quedaba hasta donde había puesto la marca, mi uniforme de la escuela me quedaba enorme y mi ropa se me caía pero no me sentía satisfecha, no era suficiente, ante el espejo mi cuerpo me seguía llenando de disgusto e inconformidad, por su parte Liam seguía criticando mi cuerpo sin saber lo que estaba pasando conmigo.
Todo se vio derrumbado cuando tía Lupe comenzó a darse cuenta que tenía una enfermedad llamada anorexia y todos en casa comenzaron a alertarse, Lupe pasaba más tiempo en casa e incluso me invitaba a comer a lo cual yo me negaba pero ella se paraba en la puerta de mi habitación hasta que saliera y comiera con ella lo cual me llenaba de culpa pues sabía que nunca sería delgada si aceptaba su comida, cuando en casa percibieron mi enfermedad comenzaron a estar sobre mi todo el tiempo, tenía que recurrir a otros métodos así que devolver la comida después de ser obligada a comer se volvió parte de la estrategia.
Fueron muchos meses en que mi cama desatendida y yo nos volvimos mejores amigas y pasaba horas en ella sin bañarme ni probar alimento, hasta que un día entró mi mamá llorando a mi cuarto, no entendía el motivo de su llanto
     — Tenemos que buscar ayuda dijo entre lágrimas
     — ¿A que te refieres con ayuda?
    — Ayuda a tu enfermedad, a partir de la próxima semana asistiremos con una psicóloga que contacte.
Al escuchar esas palabras automáticamente algo en mi se activo que se negaba a ser gorda o a asistir a terapias con una psicóloga pero no importó mi opinión porque días después llego mamá y mis tíos dispuestos a llevarme a la primera consulta.
Se acercaron a mi cama y trataron de convencerme, lo que menos quería era ser molestaba así que me levante, me puse unos zapatos y los acompañe, no me bañe, no cambié mi ropa, no cepille mis dientes ni mi cabello solo salí de casa y subí al auto, aún recuerdo que vestía un pantalón azul que me quedaba enorme y un suéter rojo bastante sucio.
Pasamos algunas calles hasta que llegamos a un enorme zaguán color gris en donde salió una mujer con un look bastante raro, vestía ropa colorida y un cabello igualmente colorido, unas botas bastante feas y medias llamativas.
    — Hola soy la psicóloga Paulina dijo mientras estiraba su mano en mi dirección
Correspondí a su saludo aceptando tomar su mano y entramos a una sala bastante iluminada en donde había una camilla, dos sillas y un sillón.
Ella tomó asiento en el sillón mientras que mamá y yo en las sillas frente a ella.
La escuché por varios minutos pero siendo sincera no recuerdo lo que dijo, la ignore la mayor parte del tiempo, ella notó mi indiferencia ante sus palabras y me invitó a acostarme en su incómoda camilla, me pidió cerrar los ojos y no moverme, así lo hice y cuando menos lo espere comenzó a colocar muchas agujas en todo mi cuerpo, me decía que si me movía me dolería así que mantuve mi cuerpo inmóvil por varios minutos, cuando termino de colocar sus horrendas agujas salió de la habitación con mamá y me quedé sola, mi cabeza no dejaba de pensar que hacía ahí y porque hacía aceptado.
Al término de esa consulta al salir mamá se encontraba llorando
— ¿Porque lloras? Le pregunté
— La psicóloga me acaba de decir que tienes depresión la cual te llevo a la anorexia, todo esto se derivó de una "herida de abandono" Escúchame Gema
— Mmm si dime
Mamá tomó mis manos fuerte — Yo se que piensas que todos te han dejado pero yo te prometo que yo nunca te dejaré sola NUNCA
Su promesa me dio ánimos y sabía que tenía que estar bien
Pasaron semanas en terapia y la psicóloga Paulina comenzó a darse cuenta que estaba indispuesta así que aún recuerdo sus palabras — Si no quieres hablar no lo hagas pero así como vas morirás pronto, tu cuerpo necesita alimento y si tú no quieres poner de tu parte esto no va a funcionar, si tú no quieres hablar tu cuerpo si lo va a hacer.
A partir de ahí sus técnicas comenzaron a cambiar pues implementó sus agujas, gotas, hierbas, medicamento y unos masajes en el cuerpo que me hacían llorar de lo mucho que dolían, comencé a comer nuevamente pero muy poco y no todos los días, tras algunos meses de terapia y años con esa enfermedad poco a poco comencé a comer.
Después de un año y ocho meses me dio de alta, estaba lista para dejar de verla, había vencido la depresión aunque no puedo decir que la anorexia también pues según la psicóloga es una enfermedad muy difícil que una vez que llega nunca se va. Y así era, ya comía pero siempre estaba ese miedo a subir de peso, comía la comida que en casa hacía mi abuela pero evitaba la comida chatarra o alimentos grasosos.
Esa enfermedad me trajo muchos problemas de salud como constantes enfermedades y dolores de huesos, incluso el invierno llegó a ser mi peor enemigo pues el frío me hacía llorar de el dolor de huesos y me era imposible dormir.
Recuerdas los mensajes respecto al embarazo, por esa enfermedad fue que el bebé que en algún momento cargué en mi vientre no logró sobrevivir, ese tema aún no estoy lista para tocarlo del todo pues también hay historia detrás de ello, solo quería compartir contigo la enfermedad con la que e luchado cinco años.

— Gema, estoy sin palabras, nunca creí que hubieras pasado por todo esto y solo te dire que yo ye ayudare a ser más fuerte que una enfermedad, siendo sincero llegue a sospechar un poco pues nunca querías aceptar alimento y siempre me decías que ya habías comido, eres bastante delgada.
Unas lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas y tomó mis manos — Te prometo que estaré para ti siempre, gracias por platicarme y siempre quiero verte bien, física y emocionalmente saludable, yo confío en ti y sé que es difícil para ti hablar de esto y tal como lo dijiste fue una etapa fea en la que no quieres volver a caer y no será así porque tú eres fuerte, te admiro, eres hermosa en todo aspecto, has pasado por mucho pero la vida te tiene preparado algo maravilloso, ten por seguro que estemos o no estemos juntos siempre vas a contar con mi apoyo.
¡Te admiro Gema, tú puedes con todo!
Un abrazo termino con aquella plática en la que ambos fuimos sinceros y hablamos sobre asuntos de nuestro pasado, la comida se había terminado y el sol comenzaba a ocultarse.

Continue Reading

You'll Also Like

83.4K 7.7K 29
Fina, una joven del 2024, y Marta, una mujer de 1958, se encuentran inesperadamente en el presente debido a un inexplicable viaje en el tiempo. A pes...
3M 190K 102
Becky tiene 23 años y una hija de 4 años que fue diagnosticada con leucemia, para salvar la vida de su hija ella decide vender su cuerpo en un club...
42.1K 3.1K 72
Hace nueve años hice algo terrible. No fue uno de mis mejores momentos, pero vi la oportunidad de tener al chico que he amado desde que era una niña...
255K 8.9K 70
holiii, está es una historia obviamente de rivari la cual cuenta con partes +18 así que si no te gusta mucho la idea puedes cambiar capitulo, por si...