Bueno acabe de escribir en mi blog.
Siempre pensé que sería mala idea escribir las reglas que invente para poder controlar el amor. Pero me han llegado varios comentarios diciendo que funciona, que es genial y lo recomendaran. Me alegro de ayudar a la gente con lo que hice.
Con lo que hice para vengarme de ÉL.
¿Pero si ni siquiera puedo pensar su nombre, como voy hacer que se enamore de mi?
Pero tienes que hacerlo, te lo prometiste.
Ha conciencia ahí estas. Creí que te había perdido desde cuando no te hice caso en eso de "No va a funcionar, el reglamento solo es un invento tuyo, que jamás funcionara". O eso de. "No lo compartas si no vale arruinaras las vidas de los demás".
Pues creo que me equivoque.
Aja me estoy volviendo loca al estar discutiendo con mi propia conciencia . Pero en algo tiene razón. En lo que me lo prometí.
Y es la única promesa que estoy dispuesta a cumplir, cueste lo que me cueste. Haré que ÉL pase todas las tardes llorando, que no pueda ni comer por el sufrimiento, que todos lo miren con lastima. Haré que sufra como nunca antes, haré que pague por matar a Amber y se arrepentirá de haber creado a Mac.
Nunca me olvidare de ese día. Fue el más doloroso y el mas cruel de mi vida.
Y lo peor de todo, es que lo recuerdo como si hubiera sido ayer:
A los 12 años.
Hoy es un día precioso mis padres me llevaran a una gran ceremonia. Según mi mamá es para presentarme a los inversionistas que harán crecer el negocio de mis padres.
Mis padres son inversionistas pequeños, pero con mucho potencial para las finanzas. Y estoy mas que segura que con algo más de esfuerzo y suerte llegaran a ser los mejores del país. Hasta llegaran a tener sus propias redes de empresas en todos los países.
—¡Hola Amber!
—Hola So.— Sophie o So es mi mejor y única amiga. Y la que me ha apoyado siempre. Porque mi aspecto no es el típico de chica atractiva y amable. Mas bien soy la nerd regordeta y feita de la escuela.
—¿Estudiaste para el examen de matemáticas?— me pregunta. La verdad las dos somos las nerds de la escuela pero ella no es regordeta solo que usa lentes y tiene granitos gracias a la adolescencia.
—Si, y eso me recuerda que ahora me tengo que ir con Aiden para hacer que el también estudie— le digo con una sonrisa en la cara.
—Ay amiga, te estas ilusionando demasiado con ese chico. Y si te soy sincera no me da buena espina.
—No digas tonterías So, él es buen chico. Además nunca me haría daño.
—Yo solo quiero que no sufras amiga. Ya sabes la fama que tiene. De revoltoso y rebelde.
—Tal vez, pero no me importa su reputación. Yo se que él no es así. Y mejor me voy. Hoy tenemos muchas cosas que hacer.
—Bueno amiga pero si llega a hacerte algo. No digas que yo no te lo advertí.
Le indicó la lengua en forma de desacuerdo y me voy corriendo de allí, para ver a Aiden.
Llego a la biblioteca donde siempre nos reunimos todas las mañanas.
— ¡Hola Aiden!
—Hola Amber, estas muy linda el día de hoy—dice con su sonrisa de infarto en la cara.
Me pongo nerviosa cada vez que me sonríe.
A veces creo que no hay nada mejor que estar todo el día contemplando esa sonrisa.
—Gra.... Gracias—tartamudeo—¿Y si nos ponemos ha estudiar matemáticas? Porque en pocas es el examen— le digo mientras me siento a su lado.
—Claro por mi bien. Pero...—dice mientras coloca su mano sobre la mía.— que tal si me prestas los deberes de hoy para igualármelos— y me mira con esa sonrisa coqueta y encantadora, en la cara.
Odio prestarle mis deberes, porque se que mientras yo hago todo, él no esta haciendo nada. Pero cuando me mira con esos ojos color miel. No puedo negarme a nada.
—Claro— accedo después de un rato, entregándole la carpeta con los deberes.
Él toma la carpeta y luego me da un beso en la mejilla. Eso no me lo esperaba y me pongo muy pero muy roja.
—Te puedo pedir un favor mas— me dice poniendo la cara de perrito tierno.
—Si, claro, lo que necesites— contesto al instante sin dudarlo.
—Me puedes dar haciendo el deber de química y el de inglés. Sabes que son las materias que mas mal llevo.
—No sé...—dudo un poco. Ya que aunque para mi seria fácil hacer unos deberes mas. Eso me quitara tiempo valioso que tengo para hacer otras cosas. Además él no aprenderá nada y aprender es el propósito de los deberes.
—Vamos ayúdame con esto—dice acercándose mas a mí.
Estamos demasiado cerca que siento su respiración en mi cara. Y mi corazón se me quiere salir del pecho.
—Ok, esta bien. Pero no volveré hacerte ningún trabajo mas. Porque si no, nunca aprenderás nada—acepto sonriendo.
—Eres la mejor—dice en un susurro y se acerca mas a mi, si eso aún era posible, y aunque se que debería alejarme. Mi corazón dice que me detenga y que me quede quieta.
Y de pronto él me besa. Dulcemente y despacio. En ese momento estoy en las nubes, siento como mi corazón late rápidamente de alegría.
Él me continua besando apasionadamente y coge mi cabeza entre sus manos para profundizar el beso.
Cuando nos quedamos sin aliento. Nos separamos y me dice
—Te quiero—esas dos simples palabras me llevaron al cielo y me dejaron allí por varios segundos. —Tengo que irme—dijo sin expresión en la cara—gracias por prestarme los deberes—se lleva la carpeta en una mano y con la otra abre la puerta de la pequeña biblioteca.
—Hasta luego— me despido con una sonrisa tonta en la cara.
—Si...Hasta luego—dudo mucho. Pero no me importaba nada en estos momentos. Estaba en el cielo y creía que nadie podía sacarme de allí.
Salgo del estado de shock en el que me dejo Aiden y voy a las siguientes clases que me tocan. La verdad ahorita no tengo cabeza para pensar en nada mas que no sea en sus labios. En la sensación que senti al momento en el que me beso. En lo que él podría estar sintiendo ahora. Fue mi primer beso y me alegro mucho de que haya sido con él.
Por fin llega la hora del receso, y lo único que quiero hacer es ver a Aiden. No sé bien que quiero hacer cuando llegue hasta él. Pero lo que si sé, es que quiero verlo lo antes posible. Poder estar a su lado. Y si es posible, sentir otra vez sus labios.
Cuando llegue al patio de comidas lo primero que busque fue a Aiden, ni siquiera me preocupe por donde estuviera So.
Pero...pero entonces lo vi. Eso que después me cambiaría la vida por completo. Eso que mi corazón no pudo olvidar aunque pasaran más de 8 años.
Lo vi a él pero no estaba solo.
Estaba besándose con Nella. En ese momento sentí como mi mundo se fue abajo. Con Nella ¡Podría ser cualquier otra pero con ella! CON ELLA.
Nella es mi peor enemiga y aunque su cara de muñequita de porcelana te engañe, es como el mismo demonio por dentro. Con esos ojos azules marinos casi negros que te penetran en el alma y luego te la matan. Y aunque este buena de cuerpo y no es nada fea. De carácter ni siquiera parece que sea humana, más bien parece una especie de demonio cuya misión es destruirte la vida solo para reírse después.
Pero mi dolor y furia son más que yo y en este momento no tengo miedo al enfrentarme a ellos. Ya no me importa nada, ya me lo han quitado todo, mi corazón esta tan roto que ni siquiera es un corazón, solo son escombros. Ya no siento nada, ya no tengo miedo. Pero no puedo llorar del dolor, porque este se ha vuelto furia y la furia me guía en estos momentos.
—Así que andas cambiando de chica como cada cambio de clase—digo dirigiéndome a Aiden, no me importa Nella en estos momentos.
—¿Y a ti que te importa gorda sosa?—pregunta Nella, al parecer ella si se estaba fijando en mí. Cuando yo no lo hacía en ella.
La furia me llevaba así que solo puede decir—Tú cállate zor...—pero no pude decir la palabra. Porque aunque este demasiado enojada nunca digo malas palabras. Mis padres me criaron bien en ese aspecto.
—Oooh la bebita que no dice groserías—dice Nella poniéndose los puños en las mejillas haciendo un gesto de cómo que quiere llorar.
—Bueno seré una bebita, pero nunca caeré tan bajo al igual que ustedes—. En verdad la furia me sienta muy bien, nunca he podido enfrentarme a ella de esa forma.
—Yo he caído bajo. Mírate tú que ahora estas reclamando algo que no es tuyo solo por un simple beso—contraatacó abrazándose a Aiden que no había dicho nada en toda la discusión.
Pero cuando ella me dijo eso me quede helada. Él se lo había contando ¿Pero porque? Porque me hizo eso, si yo nunca he hecho nada para que él me lastimara de esa forma. Solo he sido amable y generosa con él, para que ahora me pague de esta forma.
—Se lo contaste— digo mirando a Aiden a los ojos y veo un poco de temor en ellos. Pero ahora que me doy cuenta que no lo conozco como creía. Sé que no es temor es vergüenza.
—Díselo amor dile que solo la estabas utilizando para que te hiciera los trabajos. Ya que tus padres no te dejaban salir de la casa hasta que vieran que pasaste todas las materias.
No me lo podía creer o no me lo quería creer. Pero en ese momento todo tomo sentido, porque alguien como él se fijaría en alguien como yo. Los pedazos de mi corazón se volvieron más pequeños y mi mundo se destruyó completamente. Me había matado, había matado a Amber.
—Dímelo tú—le pedí casi sollozando. No le pedí que me dijera que no es cierto porque sabía que era verdad. Pero quería asegurarme que no era una pesadilla. Y escucharlo de su boca.
Él soltó un suspiro y dijo—Es cierto Amber, mis padres me estaban presionando mucho y yo no tenía otra solución. Además como te veías tan inocente e ingenua decidí utilizarte—dijo sin más. Sin ningún "lo siento" o "espero que me perdones". Pero tampoco digo que eso hubiera cambiado las cosas.
—Ya lo ves—dice Nella con esa ridícula voz chillona que tiene y luego abraza nuevamente a Aiden, la verdad no vi bien cuando lo había soltado—Él nunca se hubiera fijado en una nerd gorda y fea como tú. Ay niñita debiste ser más inteligente y darte cuenta antes. Porque Aiden solo puede ser mío y así va a ser siempre—dijo con una sonrisa en la cara y por más que tenía unas ganas enormes de borrársela con un golpe. No lo hice porque como dije antes, no caeré tan bajo.
—Espero que sean felices y que sigan arruinando la vidas de los demás. Porque por esa razón son perfectos el uno para el otro—. Esas fueron mis últimas palabras para Aiden y Nella.
Porque de allí salí corriendo, sin importarme todas las risas y burlas de las personas que habían presenciado el acto. Yo solo podía correr y correr hasta salir de allí. Y eso hice corrí hasta mi casa, que quedaba solo a unas manzanas. Como tenía las llaves de la casa, entre aunque no hubiera nadie, y eso era mejor, no estaba para dar explicaciones a nadie.
Solo pude encerrarme en mi habitación y llorar, llorar hasta que ya no me quedaran lágrimas. Llorar hasta secarme, llorar no por él sino por Amber. Por su muerte, porque desde ese día estoy más que segura que no volveré a ser esa niña feliz e inocente de la que se han burlado. La que se ha enamorado hasta la cabeza y ahora ya no tiene corazón ni alma.
Seré una persona valiente y que no dejara que nada y nadie la lastime. Seré fría y calculadora. Porque desde hoy ya no tengo alma, ya no tengo corazón. Ya no soy Amber. Amber está muerta.
Ahora solo tengo una promesa que me haré a mí misma, la que me mantendra con vida y con un proposito. Y es "Haré pagar a Aiden Nelson Fairchild Olson por esto, haré que sienta lo mismo que me hizo sentir a mí. Lo haré sufrir como nunca ha sufrido antes. Y después me iré lo dejare solo con su sufrimiento como él ha hecho conmigo. Se arrepentirá de haberme utilizado de esa manera, se arrepentirá de haber engatusado a Amber y luego haberla matado".
Lo juro. Lo prometo.