—¡Liam!
Dylan activo su magia restableciendo su vista al acto. Noto que varias cosas en la sala estaban volcadas. Llego a su sobrino, este estaba temblando aun sujetando al paciente que hace unos instantes se retorcía, ahora estaba desmayado en los brazos del príncipe.
—¡¿Estas bien?! —Dylan ayudo a Liam a poner al enfermo sobre una camilla, ya que Liam parecía en trance—. ¡¿Qué carajos paso?!
Dylan se quedó sorprendido al ver los ojos dorados de Liam.
—Tus poderes... —Dylan sujeto el rostro de Liam—. ¿Cómo activaste tus poderes?
Liam pestañeo.
—¿Poderes?
Dylan palmeo su rostro para hacerlo despertar de su trance.
—¡Liam reacciona!
—Yo... —el príncipe se safo de las manos de su tío y miro al hombre en la camilla—. Creo que lo cure.
Dylan miro al hombre esta vez con mas detenimiento. Se acerco a este y poso sus manos intentando encontrar el veneno del vampiro.
No sintió rastro del daño y tampoco vio la pierna casi muerta que vio minutos atrás antes del acto. Llamo a los doctores y enfermeros que intentaban ayudar a algunos enfermos que se vieron afectados por la luz cegadora y la onda de poder.
—Revísenlo con detenimiento y envíenme inmediatamente los resultados...
—¡Puedo ver! —grito un hombre en bata levantándose de una camilla algo lejos de ellos—. ¡Puedo ver!
Dylan se tambaleo y después miro a su sobrino.
—Revisen a todos y después me envían los resultados —dijo Dylan con un hilo de voz.
Sujeto a Liam, que aun parecía mareado y lo llevo a rastras. Los guardias los esperaban en la entrada y los llevaron al palacio.
—Me dolía.
Dylan lo miro en el auto.
—¿Te duele algo? —se alarmo Dylan.
—Ahora no —negó Liam—. Siempre... cuando alguien sufría siempre me afectaba, mi papá me dijo que era muy empático, que eso era bueno porque me haría un buen Rey, pero hoy ese dolor fue real, podía sentir en mi propia carne el dolor de aquel hombre. Sentía el dolor... sentía el dolor en mi corazón, sentía que debía hacer algo por él, que era mi deber hacer algo por el... después no recuerdo muy bien que paso, toque al hombre y todo brillo.
Dylan apretó su mano para reconfortarlo.
—Oh dulce niño —dijo Dylan, no le decía así desde que Liam era un pequeño que iba a pedirle consuelo y curación cuando se lastimaba por sus travesuras—. Todo estará bien, ya no te preocupes, estoy aquí para ayudarte.
***
Kerim miraba el techo sumergiéndose en el aburrimiento infinito. Intentaba ver televisión sin éxito. Una semana entera encerrado en esa mansión, sin poder comunicarse con nadie. Tenia guardias en las puertas que evitaban que se escapara y comida abundante en la cocina.
Algunas veces vio llegar personal a limpiar el lugar, pero evitaron a toda costa tener contacto con él.
Había dejado sus teléfonos en la cartera de Jessy y por eso estaba sin poder comunicarse con ella o con su padre.
Su papá y la enferma de Elizabeth debían estar al tanto de que pasaba. Si el miembro del escuadrón Jaime Dickens no hubiera desbaratado toda la red criminal que tenia Elizabeth en el Reino, posiblemente ya se hubiera puesto en contacto con él.
Ahora solo esperaba que alguien viniera a decirle si se quedaba en el Reino o era expulsado y devuelto a Francia.
No pensó que se demorarían tanto en darle respuesta.
Se moría por ver a Jessy, estaba demasiado preocupado por ella. Todo había sido un desastre y Kerim no era estúpido, después del interrogatorio, supo que Jaime Dickens no les creía nada y si lo que decían de su inteligencia era cierto, era cuestión de tiempo para que viera la verdad de su procedencia.
Jessy y Kerim debían huir del Reino lo antes posible, en cualquier momento se darían cuenta de la verdad.
El mate de Jessy ya debía haberse puesto en contacto con ella seguramente. Kerim se moría de la angustia por que le hiciera algo. La suerte no estaba de lado de Jessy, que le tocara de mate al hijo del enemigo mortal de su madre era terrible.
Cuando descubrieran de quien es hija y todo lo que había hecho desde que llego al reino, la colgarían, no creía que cambiara mucho de quien es mate.
Kerim necesitaba urgentemente hablar con Jessy. Debian largarse de ahí.
Escucho ruido en la puerta y una voz que no conocía antes.
—¡Hogar dulce hogar! —grito un joven—. Oh no se preocupen, dejen el equipaje aquí, yo mismo lo llevare a mi habitación.
Kerim dio un salto del sofá donde había estado acostado y apago la tv. Se acerco con pasos cautelosos hacia el recibidor de la mansión.
—¡Hola! —Natsuki lo saludo con una gran sonrisa.
Kerim asintió cauteloso.
—¿Tu debes ser Kerim cierto? —dijo Natsuki acercándose y extendiendo su mano para estrecharla—. Soy Natsuki, futuro alfa de la manada Shirokami.
—Un gusto —dijo Kerim respondiendo al saludo.
—Me informaron que te quedaras aquí lo que resta del año y que asistiremos juntos a la escuela real, será genial ser compañeros de aula.
Kerim lo miro sorprendido.
—¿No me expulsaran del Reino?
Natsuki negó con la cabeza.
—¿No se comunicaron contigo al respecto? —pregunto Natsuki confundido—. Pasado mañana empiezan las clases.
Kerim negó con la cabeza.
—Raro, yo lo supe algunos días —dijo Natsuki—. Hable con Jessy también, soy demasiado curioso para quedarme con la aburrida versión del señor Jaime, ella me explico todo mucho mejor. Lo siento amigo, debe ser difícil lo que estas pasando, pero que sobrevivieras a Bael ya es algo bueno.
Kerim no supo que decir al respecto.
—Mira, déjame instalarme y cenaremos pizza ¿Qué te parece? —dijo Natsuki recogiendo sus maletas—. Si vamos a vivir en el mismo lugar debemos ponernos al día.
Natsuki cargo sus maletas a su habitación mientras Kerim se dirigió a la cocina muy aturdido. Había varias pizzas congeladas en la heladera, las había preparado el mismo en su intento de pasar el tiempo, le gustaba mucho cocinar, aunque no era tan satisfactorio cocinar para comer uno solo.
Estaba colocando la mesa cuando Natsuki apareció con el cabello húmedo y con otro cambio de ropa, se quedó viendo la mesa con asombro.
—Estaba pensando en pedir pizza a domicilio y desparramarnos en el sofá, pero esto esta mejor —dijo Natsuki sonriente—. Esas pizzas se ven muy bien.
Los dos se sentaron y Kerim sirvió vino.
Natsuki estaba algo impresionado, nunca vio la mesa tan bien decorada y en el tiempo que había pasado en la mansión, no cocino jamás. A penas y sabia usar el microondas. Solía pedir comida a domicilio todo el tiempo, podría contratar personal para cocinar, pero le gustaba mucho su privacidad.
Los dos empezaron a conversar, Natsuki era muy agradable como Jessy le conto. Este le explico como había conocido a Jessy y todo lo que paso el año pasado en la escuela. Kerim se asombro al escuchar que Jessy parecía otra chica diferente a la que él conocía.
Kerim pregunto cómo se encontraba Jessy y le dijo que no había tenido contacto con nadie desde hace una semana.
—Debe ser todo por culpa de lo que paso en mi manada —dijo Natsuki—. Debes estar enterado de lo que paso, ¿no es cierto?
Kerim asintió.
—Si, bueno, se que desde eso todos los protocolos de seguridad están mas rigurosos y se que algunas manadas están mas alertas —suspiro Natsuki—. Pobre señor Jaime, debe estar tan atareado que no se ha acordado de avisarte.
Kerim se mordió la lengua.
Debe estar vigilando mis movimientos y querer saber cómo reaccionare al encierro, pensó Kerim, va a esperar al ultimo minuto para decirme que no seré expulsado.
Trago saliva, esa era una confirmación mas de que ya estaba todo sobre la marcha, miro a Natsuki, tal vez el no lo sabia pero lo que paso en su manada los había dejado al descubierto.
Se lo dijo a su padre antes de que fuera al Reino, que después de lo que paso en la manada japonesa era cuestión de tiempo para que los encontraran, gracias a la aliada loca de Elizabeth estaban en peligro. Ella había contado parte de sus planes y sabia que el Rey y su gobierno en cualquier momento descubrirían donde estaban.
Pero la ambición de Elizabeth cegaba su mente, no haber sido descubierta tantos años le dio una confianza desmesurada.
Una parte de él se alegraba de que el rey atrapara a Elizabeth, a él jamás le agrado la esposa del mejor amigo de su padre, pero después de descubrir todo lo que le había hecho a Jessy, no le sorprendía que un príncipe le quemara la cara y que el Rey quisiera matarla.
Las pocas veces que había ido de visita a la manada de su madre en Turquía, escucho las historias de la malvada hermana de alfa alemán, que se había vuelto loca y que intento invadir el reino con el alfa ruso.
Cuando se entero que aquella horrible mujer era nada más que la madre de su mejor amiga Jessy dio el grito al cielo, se asustó mas cuando descubrió que su padre junto al mate de esta la ayudaban para dar un ataque al Reino.
Se calmo por un tiempo al creerle a su padre de que ella era la buena de la historia y que el Rey había mentido, pero ya no creía eso más. Ninguna mujer decente utiliza a su hija de ese modo para beneficiarse, nadie decente hace un trato con el violador de su hija para ganar más poder.
Si no fuera que su padre estaba muy involucrado en el asunto y la vida de Jessy corría peligro, iría a gritarle a Rey donde estaba Elizabeth, pero no podía hacerlo, no aún. Tenia que hablar con Jessy.
Aunque esta se resistiera por su padre, Kerim sabia que no había salvación para él. Algo dentro de él le decía que Elizabeth se desharía de él apenas Jessy deje de servirle, pero Jessy amaba demasiado a su padre para ver la manipulación de Elizabeth.
Oh, Jessy, pensó Kerim impotente, Mi querida Jessy, es como si el mundo estuviera en tu contra, espero poder salvarte de todo esto.
Su cabeza estallaría por todo en cualquier momento.
—Yo también pase por algo parecido ¿sabes? —dijo Natsuki tomando mas vino y crispándose un poco—. La chica que me gustaba encontró a su mate y quede hecho mierda.
Natsuki empezó a hablar de Odette y Kerim sintió tristeza por Natsuki, parecía un buen chico, tal como le había descrito Jessy. No lo conocía y le hablaba como si fuera un amigo de hace años.
Podía ver la tristeza en sus ojos, debía haber pasado un verano espantoso y se sintió terrible porque sentía que el tenía parte de la culpa al encubrir todo esto y porque sabia que el primo de Natsuki, que también estaba implicado, estaba siendo protegido por Elizabeth.
El chico le pregunto sobre su relación con Jessy y Kerim empezó a contarle lo que había ensayado con ella, era una verdad entre algunas mentiras. Kerim era el mejor amigo de Jessy desde que tenían diez años y ella fue la única que no lo juzgaba porque sus padres no eran mates. Habían pasado cosas realmente buenas y Kerim jamás se perdonaría lo que le había pasado a Jessy a manos del bastardo de James.
—¡¿Qué es lo que huele tan malditamente bien?!
Escucharon la puerta abrirse con algarabía.
Los sentidos de Kerim despertaron, una corriente eléctrica recorrió su cuerpo y se vio a si mismo levantándose en contra de su voluntad.
Un aroma inundo todos sus sentidos y su lobo aulló dentro de él.
—¡Natsuki tenías mesa! —grito Bastian entrando al comedor con una gran sonrisa y mirando la comida—. Eso se ve delicioso.
—¿Kerim que te pasa? —pregunto Natsuki preocupado también levantándose.
Parecía que Kerim iba a tener un ataque de pánico.
Este callo de rodillas muy agitado, Bastian se asustó por eso y lo miro algo sorprendido.
—¿Amigo estas bien? —pregunto Bastián acercándose junto a Natsuki.
Kerim intentaba controlar su respiración. Levanto la vista y los dos chicos se sorprendieron al ver la visión lobuna de Kerim.
Este miro directamente a uno de ellos.
De un salto derribo a Bastian aprisionándolo sobre el suelo.
—Mate —gruño Kerim mirándolo con posesividad perdido en su instinto—. Mio.