El sábado por la mañana cuando Hyunjin y Félix se encuentran con MinHo y su novio, las energías se elevan inmediatamente.
En términos generales Félix es bastante enérgico y ruidoso, suele tener aquellos pequeños ataques de energía en los que se divierte jugando con la paciencia de Hyunjin, sin embargo, él nunca lo había visto ser tan escandaloso como en el momento en el que se juntó con Jisung.
Aquel par se había caído excelentemente bien, en cosa de una hora ya daban la impresión de haberse conocido quince años antes y de ser mejores amigos inseparables.
Caminando detrás de ellos, MinHo y Hyunjin que apenas estaban cargando las energías después de haber dejado la cama parecían apenas poder vigilarlos para que no hicieran un gran desorden.
La cita doble había comenzado con una caminata por el zoológico, Félix y Jisung corrían por las caminerías y de vez en cuando se lanzaban a rodar cuesta abajo por el césped de cualquier colina que apareciera en su camino, mientras Hyunjin y MinHo caminaban detrás de ellos, compartiendo un café y tomándoles fotos a los otros dos.
—. ¡Jinnie, rápido! — Emocionado, Félix lleva a su novio hasta la orilla de la laguna. — Mira, son tortuguitas.
Al azabache los ojos le brillan de ilusión, por lo que sin que haga falta la pregunta, Hyunjin se ríe y saca su teléfono, deja que Félix se acomode, y le toma una foto en la que se nota su enorme sonrisa al estar junto a las pequeñas tortugas que tiene cerca.
No alcanza a mostrarle la foto de todos modos, pues Jisung pasa corriendo junto al de los ojos azules y se lo lleva casi arrastrado hasta el otro lado de la misma laguna, de modo que en cosa de minutos los puede admirar a los dos saltando graciosamente desde lejos.
Mientras los graba en un video, el rubio se ríe y mira a MinHo. — ¿Qué están haciendo?
—. Jisung encontró ranitas.
No hay más que risas, y el transcurso de la mañana se basa en eso, risas, correteos, saltos y muchas fotos, en las cuales MinHo y Hyunjin comienzan a verse un poco más despiertos solo después de las diez de la mañana.
El tiempo de todos modos les sirve para conocerse mejor, Jisung acaba por admitir que cuando MinHo le comentó que el novio de su mejor amigo era australiano, había estado imaginándose a una persona realmente pálida, rubia y de ojos claros, y le sorprendía mucho el estar tan equivocado.
Por otra parte, Félix, que no había tenido ningún tipo de expectativa, admitió que no imaginó nunca a alguien tan divertido como Jisung, pero se sentía gratamente sorprendido por lo agradable que era.
Casi durante todo el rato había parecido que los de la cita eran ellos dos, no obstante, cuando entraron al terrario se les habían controlado las energías, de modo que cada uno tomó la mano de su respectivo novio y mantuvieron la compostura por un tiempo.
A Félix se le había bajado la tensión al final del recorrido, pues después de ver un montón de reptiles hermosos en el terrario, había sentido la confianza de dejar que le pusieran en el cuello aquella hermosa boa albina que tenían los cuidadores en la salida del establecimiento, solo para tomarse una foto, sin embargo apenas la sintió, se le pusieron los labios pálidos y había estado a punto de desmayarse.
Hyunjin se había preocupado un poco, sin embargo apenas el menor del grupo se mejoró, todo se había vuelto un pequeño motivo de burla y habían continuado su paseo.
MinHo se tomó un par de fotos con varios quokkas que encontró en el camino, y Félix había pasado el resto del tiempo quejándose de que Hyunjin no sonrió en la foto que le sacó en el hábitat de las comadrejas.
—. Muero de hambre. — Se queja el rubio, mientras entrelaza sus dedos con los de Félix, sujetando su manito pequeña.
MinHo asiente. — Pidamos comida china.
Y sin mucho que esperar, pagan un taxi y acaban por instalarse de vuelta en el departamento de MinHo para descansar allá, haciendo el pedido de comida china que llega mucho antes de lo que habían estado esperando.
La película que hace el ambiente queda de fondo cuando entre todos intentan discutir si el hecho de que a Félix no le guste el picante es gracias a que no ha probado buena comida picante o que simplemente tiene una lengua débil, y concluyen que es la segunda, cuando Hyunjin tiene que cargarlo y llevarlo a la cocina a beber un gran vaso de leche para calmar la tos que lo estaba ahogando después de una mordida a las alitas picantes que ordenó el mayor.
Después del susto, deciden que lo mejor es culminar el día con un plan más tranquilo, por lo que ven una segunda película a la cual si le prestan atención, y después de haber drenado todas las energías del día, los cuatro están de acuerdo a que lo mejor es marcharse a dormir.
MinHo se marcha con Jisung colgando de un hombro como si fuese un costal de papas, y este lo único que hace es reírse mientras exclama buenas noches para el par que se queda unos minutos más en la sala.
Entre varias risas, Hyunjin y Félix terminan de recoger el pequeño desastre que había quedado, y una vez todo está listo, apagan las luces y caminan de la mano hasta la habitación del rubio.
No hace falta encender las luces, el ventanal que tiene la habitación deja entrar suficiente luz nocturna y citadina como para que no sea necesaria mayor iluminación, y aunque la que tienen es muy tenue, resulta perfecta para sus planes.
Juntos, lo que hacen es acurrucarse uno contra el otro debajo de las sábanas, Félix se acomoda entre los brazos de Hyunjin y apoya la cabeza contra su pecho, y mientras el rubio le acaricia suavemente la espalda, él le va dejando besos diminutos sobre las clavículas.
—. Lo pasé muy bien hoy. — Susurra el menor, levantando su brillosa mirada para hallar el rostro hermoso de su novio.
Hyunjin le obsequia una sonrisa delicada y lo estrecha contra su cuerpo, acercándose para besar sus labios con lentitud y detenimiento, con movimientos pausados y calmados, suspirando de vez en cuando.
Los besos que le da el rubio siempre que están a punto de dormir son sutiles y serenos, lo hacen olvidar lo que pasa a su alrededor, y normalmente lo relajan tanto que acaba por quedarse dormido con los labios contra su boca, mientras que Hyunjin sonríe y deja ligeros piquitos sobre sus gruesos labios hasta decidir dormirse también.
Esa noche, es casi el caso, sin embargo cuando siente que los sonidos comienzan a hacerse un poco lejanos y que los movimientos de su novio son flojos y más lentos, un sonido bastante particular los trae de vuelta a la consciencia bruscamente.
Se miran a los ojos como si hubiesen recuperado las energías de golpe, guardan silencio para tratar de asegurarse de lo que sucede, y tras escucharlo una vez más, lo confirman.
Al otro lado de la pared, en la habitación de MinHo, Jisung gime rítmicamente y con claridad, sin preocuparse por el volumen de su voz, y sabiendo que el golpeteo sobre la cama no va a escucharse porque MinHo tiene protectores de goma en las esquinas de la cama y contra la pared.
No hacen más que soltar una risa suave, sin embargo la situación es algo incomoda, y la vergüenza hace que Hyunjin en particular se ruborice hasta el cuello.
Por lo visto, las energías de los otros dos son bastante altas, y lo activa que es su noche no encaja con la calma que ellos pretendían tener, por lo que silenciosamente terminan por escabullirse al pequeño balcón que está del otro lado del departamento.
Hyunjin se asegura de cerrar la puerta desde afuera para que nada de lo que sucede dentro del departamento se escuche, y una vez allí, se ríe y acaba sentándose en el suelo junto a Félix.
Permanecen en silencio los siguientes minutos, la alfombrilla es cómoda para sentarse, y Félix parece encajar perfectamente en el espacio entre sus piernas, acomodando su espalda contra el pecho del rubio como si lo utilizara a modo de respaldo.
El cuerpo del australiano es pequeñito para Hyunjin, es delgado y suave, así que cuando le rodea la cintura en un abrazo y apoya su menton en uno de sus estrechos hombros, suspira de amor tan pronto lo siente acurrucarse y volverse todavía más pequeño en su lugar, disfrutando el sutil calor de su gesto.
Félix alza la mirada y observa la luna, aunque sus ojos se desvían constantemente a los grupos de estrellas cercanos, tratando de identificar alguna constelación. — La vista aquí es muy hermosa, se ven un montón de estrellas.
La forma en la que susurra llama la atención de Hyunjin, quien asiente, pero no lleva sus ojos hasta donde apunta Félix.
Él está mucho más entretenido con la idea de poder admirar el perfil del menor, la forma en la que se alza la punta redonda de su nariz abotonada, y cómo sus mejillas están repletas de esas hermosas pecas a las que él les encuentra más constelaciones de las que el mismo cielo tiene.
Resulta difícil determinar cuánto tiempo pasan así, sin conversar demasiado, tan solo mirando las nubes y murmurando la forma a la que se asemejan, compartiendo besos cortos y unos cuantos mimos, o incluso contando un par de historias de su infancia.
No los alcanza el frío, permanecen bien abrazados el uno al otro, e incluso a Hyunjin le da la impresión de que Félix toma una siesta de unos veinte minutos cuando permanece quieto y en silencio con el rostro hundido en su cuello.
Félix se excusa con que solo estaba disfrutando sentir su rico aroma, pues le parece bastante varonil, pero Hyunjin no cree aquella excusa y apenas puede reírse.
Por mucho que lo pasan bien sin hacer demasiado, comienzan a comprender que les duela tanto la espalda cuando el sol comienza a asomarse en el horizonte, indicando que han pasado toda la noche en el balcón.
—. Si quieres duerme un rato en el sofá, haré desayuno. — Murmura Hyunjin cuando vuelven a entrar.
En el departamento hay silencio, y aunque Félix quiere ayudar, no suele pasar toda la noche sin dormir, así que tan solo toma la opción que le da su novio y se acurruca en el sofá, a pesar de que intenta mantener una conversación con él.
No obstante de eso, no logra dormirse ya que unos minutos más tarde cuando Hyunjin ha comenzado a preparar algunos huevos para ponerle a un par de sandwiches, MinHo y Jisung hacen acto de presencia, estirándose, y de un humor excelente.
—. No cabe duda que pasaron una muy buena noche. — Se burla Hyunjin, mientras su pareja se ríe y los otros dos lucen algo avergonzados de no haberlos dejado dormir.
—. Que conste que le dije a MinHo que los invitaramos, pero se puso tímido.
De ese modo entre un par de burlas y otros comentarios, Hyunjin acaba por hacer desayuno para ellos también, y un rato más tarde el par de novios avisa que deben irse, ya que los esperan en la casa vacacional de la familia Han, y después de acordar que se verían la semana siguiente, se despiden y se marchan.
Hyunjin sin embargo se acerca al sofá y termina por cargar a Félix, quien se ha quedado dormido en el sofá después de desayunar, por lo que lo alza en brazos y lo lleva a la cama, acurrucándolo bajo las cobijas y abrazándolo contra su pecho para mantenerlo cerca.
No sabe exactamente en qué momento se queda dormido junto al azabache, pero es apenas a mitad de la tarde que ambos abren los ojos, se estiran y suspiran, compartiendo algunos besos esquimales y caricias hasta que se les va el sueño.
Félix se estira y se sienta sobre la cama, y lo siguiente que sucede es que Hyunjin pasa la próxima hora y media pidiéndole que no se vaya, sin embargo no tiene éxito, porque Félix tiene trabajo y debe marcharse antes de que sea de noche.
En la puerta del edificio, Hyunjin le acaricia las mejillas y le besa toda la cara al menor, indicándole que le avise cuando esté en casa, que tome un baño, se ponga ropa cómoda y que cene.
Por su lado, Félix promete cumplir cada una de las indicaciones de su novio, y se va satisfecho solo cuando Hyunjin acepta darle el hoodie que lleva puesto en ese momento.
Sonriente y con la prenda abrazada al pecho, Félix se marcha y se despide con la mano antes de tomar el bus, no sin antes prometer que irá a almorzar con él a la papelería en la tarde siguiente.