Magnolia ❞. ₊ [ HyunLix ]

Chapter Twelve : Pollen and Bees.

—. ¡Hyunjin, la planta! — Con una sonrisa inmensa, Félix suelta una carcajada y le lanza una almohada al mayor. — ¡Ten cuidado con la planta!

El rubio suelta una carcajada y le pide disculpas entre risas, llevaban cierto tiempo jugando, habían pasado de despertarse con pocas energías, a terminar teniendo una guerra de almohadas en la que habían vuelto la pequeña cama de Félix un completo desastre.

Después de que Hyunjin lanzara una almohada que casi derribó la amada planta de Félix, el menor lo había regañado de una forma divertida y cariñosa, pero lo suficientemente en serio como para hacer sentir avergonzado al más alto.

A pesar de esto, Hyunjin alza una ceja y lo mira con fingida indignación. — ¿Cómo me dijiste?

Las mejillas pecosas de Félix se ruborizan suavemente, y con una risita avergonzada, juega con sus dedos mientras observa al mayor a la cara sin responderle.

Hyunjin se acerca y lo rodea de la cintura con un solo brazo, apretándolo contra su cuerpo y acercando mucho sus rostros, provocando más de esas risitas nerviosas de parte del azabache.

—. ¿Cómo me llamaste? — Insiste, con una mirada de advertencia.

Félix ríe y lo abraza del cuello. — Te llamé por tu nombre.

—. Ese es el problema. — Hyunjin asiente y Félix suelta una carcajada. — ¿Qué pasó con mi apodo? ¿Me degradaste de cargo?

El azabache niega con la cabeza, sintiendo cómo el mayor lentamente lo acorralaba contra el ventanal, sujetándole la cintura con firmeza.

—. Me siento ofendido... Esto amerita cosquillas.

Félix se remueve entre sus brazos y grita entre carcajadas. — ¡No, no! ¡Cosquillas no!

Sin embargo sus intentos no son fructíferos, en cuestión de segundos Hyunjin lo tiene contra el colchón de la cama, está sentado sobre su cadera para asegurarse de apresarlo con el peso de su cuerpo, y ataca su estrecho torso con montones de cosquillas que lo hacen reír con efusividad.

El menor se remueve entre carcajadas, suplicando piedad mientras el rostro se le ha puesto completamente rojo, apenas logra sujetarle las manos al más alto pero no puede combatir su fuerza.

—. Basta, por favor. — Jadea risueño, tomando débilmente las manos del mayor que también se ríe de solo escucharlo.

—. Solo un poco más. — Se ríe Hyunjin, dejando cosquillitas ligeras por aquí y por allá, agitando al menor.

Realmente rendido, Félix abandona todas sus fuerzas. — Jinnie... Por favor detente.

El mayor se ve satisfecho después de que escucharlo, así que le acaricia las mejillas y se le quita de encima, levantándose de la cama para acercarse a abrir la ventana para dejar circular el aire y poder respirar un poco.

Lo que no se espera es que Félix contraataque con un último almohadazo, y cuando esta le da de lleno en la cara y cae ocho pisos hacia abajo después de haber resbalado hacia el lado incorrecto, a ambos no les queda de otra que mirarse fijamente en silencio por un segundo y finalmente soltar una carcajada.

Hyunjin se asoma por la parte abierta del ventanal, y ubica la blanca almohada de Félix en el centro del pequeño jardín del recibidor.

—. ¿Quieres que vaya por ella? — Pregunta el rubio.

A ojos de Félix, desde unos días atrás Hyunjin se veía mucho más radiante y alegre que de costumbre, se encontraba constantemente de muy buen humor, se comportaba juguetón e incluso se estaba volviendo un poco más hablador.