MinHo había llegado en el primer tren hacia Seúl, tenía todas sus pertenencias en una maleta, y recorría la estación con cierta prisa, marcando el número telefónico de Hyunjin.
Sabía que el menor iba a sentirse mal por haberlo hecho regresar antes de tiempo de su fin de semana con Jisung, pero a él no le importaba, no porque le diera igual dejar solo a su novio, sino porque había sido el mismo Jisung quien lo había mandado de regreso a Seúl en la madrugada, diciéndole que él estaría bien por esperarlo otros quince días, pero que Hyunjin lo necesitaba inmediatamente, y no había excusas para no ir a verlo.
Él solía sentir el corazón cálido cuando su novio era tan dulce y amable, sobre todo cuando se trataba de una acción hacia el que era uno de los únicos dos amigos que tenía en la vida; por eso le había dado la razón, y ahora estaba a punto de tomar un taxi.
Se sorprendió cuando escuchó la grave voz que contestaba el teléfono de Hyunjin. — Habla Félix, Hyunjin sigue dormido.
El castaño asiente y todavía un poco conmocionado, termina entablando una breve conversación mañanera con Félix, con quien acaba por compartir números de teléfono, tan solo para que el menor pueda enviarle un mensaje directo con su ubicación exacta, en vista de que el teléfono de Hyunjin estaba bloqueado y no podía hacerlo desde allí.
Inmediatamente MinHo se sube al taxi y menciona la dirección, para pasar solo un par de minutos en el vehículo y luego de un par de vueltas por las calles cercanas finalmente marcar el botón del departamento de Félix en el intercomunicador; el menor le abre la puerta exterior con un controlcito que apunta desde la ventana, y cuando el guardia de seguridad lo deja entrar por la puerta del recibidor, marca el octavo piso en el ascensor y en un instante Félix está abriendo la puerta del lugar para dejarlo pasar.
MinHo ha comprado cosas en el camino, llega con golosinas de las favoritas de Hyunjin, con café americano instantáneo y varios ingredientes para preparar alguna comida deliciosa para el azabache.
También hay una bolsa con artículos personales como un cepillo de dientes nuevo, crema corporal, shampoo especial para cabellos tinturados y otras cuantas cosas.
—. Suele dormir muy profundo cuando algo lo ha hecho sentir mal. — Murmura MinHo mientras recibe la taza de café recién hecho que le ofrece Félix, quien está metido en su pequeña cocina, y parece estar pensando en qué cocinar para el desayuno.
No es una decisión tan fácil considerando que ninguno de los tres ha desayunado y las provisiones de su hogar son bajas ya que vive completamente solo, además, no conoce en lo absoluto el paladar de MinHo, y como si eso no fuese suficiente, quería pensar en una clase de desayuno cálido para el corazón, para reconfortar un poco a Hyunjin tan pronto se levantase.
—. Pasó una muy mala noche. — Responde el de los ojos azules, mientras parece haber decidido cocinar hotcakes. — Tuvo fiebre alta y muchas pesadillas.
A pesar de todo, Félix también se veía desanimado y sin tanta energía, MinHo se preguntaba si se debía a que estaba muy preocupado por Hyunjin, o si le sucedía algo más, sin embargo no preguntó, se limitó a ayudarlo a hacer espacio en la encimera que era a su vez la isla que servía como mesa de comedor.
Mientras medía las cantidades de las instrucciones que tenía por detrás la caja de mezcla para hotcakes, Félix pensaba en silencio y para cuando emitió su duda, se veía incómodo y un poco culpable. — ¿Es imprudente de mi parte preguntar si no hay forma de pedirle a la policía que le pongan una orden de alejamiento o algo parecido a ese señor?
MinHo suspira y se revuelve un poco el cabello, sabiendo que el menor habla con suavidad para no despertar a Hyunjin o en caso de que él esté despierto y no quiera demostrarlo, que no lo escuche; él lo imita por la misma razón.
—. No es imprudente, tu preocupación se agradece. — Dice y le alcanza el cartón de leche para que pueda continuar cocinando. — Pero por mucho que varios queramos hacerlo, solo Hyunjin tiene la potestad legal para pedirlo.
El menor asiente, y la conversación muere después de eso.
Un rato más tarde, MinHo y Félix están uno junto al otro frente a la estufa, procurando voltear todos los hotcakes sin terminar haciendo un desastre, bastante concentrados en la tarea para evitar que se quemen o se arruinen.
Es el aroma dulce y agradable de los hotcakes siendo servidos con miel y crema batida lo que hace que Hyunjin se siente flojamente sobre la cama y se frote los ojos antes de bostezar y caminar hacia ellos, todavía algo hinchado de llorar y de dormir.
—. Buenos días, Bello Durmiente. — Se ríe MinHo, y su mejor amigo le da un pequeño golpe en el hombro soltando una risa también, para después rodearlo con un brazo y estrecharlo cerca.
MinHo no necesitaba más gesto que ese para saber que Hyunjin estaba agradecido de verlo allí por sorprendente que fuera, y él se ve en la necesidad de sonreír y enviarle un mensaje a Jisung, para agradecerle por haberlo hecho volver a Seúl en dicha circunstancia.
Levanta la mirada cuando ha terminado de escribirle al chico, y se encuentra con un adorable abrazo entre Hyunjin y Félix, el menor es visiblemente más bajito que él, sin embargo se nota que su pequeño cuerpo es capaz de reconfortar al más alto, quien se ve sereno y calmado mientras apoya el mentón en su hombro.
—. Me duele un montón la cabeza. — Expresa, y toma asiento junto a MinHo para recibir el desayuno que con tanto amor le ha preparado Félix.
El mayor de los tres le palmea la espalda, y comienza a buscar entre las bolsas que había llevado, esperando encontrar la que contenía algunas medicinas para alcanzar a sacar una para combatir el malestar del más alto.
Para su desgracia, Félix le gana, y en un simple viaje hacia su mejita auxiliar, vuelve con la píldora e incluso con un vaso de agua para que Hyunjin la beba ahora que ya ha comenzado a comer y no le hará daño al estómago.
Se quedan en silencio durante un rato, en el cual Félix le sirve desayuno también a MinHo y se muestra amable al permitirle tomar lo que guste para acompañar los hotcakes, y es solo cuando el menor está a punto de sentarse a comer con ellos que puede notar cómo a Hyunjin se le resbalan las lágrimas por las mejillas mientras corta los últimos trozos de su hotcake del final.
MinHo y Félix suspiran suave pero audiblemente casi al mismo tiempo cuando lo notan, y no pueden hacer más que reconfortarlo durante todo el rato en el que Hyunjin se tapa la cara con ambas manos para sollozar hasta que se cansa.
Ninguno había hecho comentarios con respecto a la apariencia del más alto, parecía que se hubiese involucrado en una pelea callejera, tenía un corte en el labio inferior, rasguños en una mejilla y en el cuello, moretones en los brazos y gran parte del pecho, y aquel corte en la frente que Félix afortunadamente había sabido curar bastante bien.
Era frustrante verlo así, sin embargo no es demasiado lo que pueden hacer, y con suavidad, después de que él ha vuelto a calmarse, Félix lo anima a terminar de comer y le deja un beso en la mejilla, alejándose para lavar el plato mientras Hyunjin se sentía más tranquilo con recargar la cabeza en el hombro de MinHo.
El mayor le acaricia el cabello a su mejor amigo y le habla mientras mira a Félix terminar de comer. — No es la primera vez que te lo propongo, ¿por qué no vienes a vivir en mi departamento?
Hyunjin niega con la cabeza y se limpia las lágrimas con el dorso de la mano. — Si no hay nadie que lo controle, o hará una locura, o se va a morir. — Murmura con la nariz congestionada, refiriéndose a su padre. — Y si él se muere, a mi me va a matar la culpa.
Vuelve a llorar con mucho sentimiento, y MinHo solo puede apretarlo en un abrazo mientras Félix parece un poco perdido mientras mastica lentamente; el mayor de los tres sabía que a pesar de todo lo que estaba viviendo, Hyunjin era una persona realmente familiar, y si bien le había afectado muchísimo el abandono de su madre, y estaba teniendo fuertes problemas con su padre, él los amaba, y no aceptaría darle la espalda al hombre que lo estaba maltratando.
En ese instante no se le ocurre nada, sin embargo, cuando Félix se aclara la garganta y los mira, ambos fijan su mirada en el de los ojos azules.
—. ¿La protección social no es una opción?
A pesar de que finalmente parece que Félix ha reaccionado y ya no se nota tan perdido en sus pensamientos, Hyunjin se acomoda, se seca las lágrimas y niega con la cabeza.
—. Es una opción, pero realmente no quiero hablar más de eso, ¿no podemos dejarlo de lado un rato?, me siento tranquilo con ustedes aquí, pasemos el día y ya.
Los otros dos simplemente se limitan a asentir, y tras un momento de silencio en el cual aprovechan de lavar todos los utensilios sucios después del desayuno, se disponen a no hacer nada más que complacer al más alto.
Félix acomoda un poco el departamento, si bien no había mucho que desordenar, la visita de Hyunjin y la de su amigo había sido completamente inesperada, por lo que tenía manuscritos e impresiones en casi cualquier rincón del sitio, de modo que se dedicó a despejar el espacio y reunir todo en su área de trabajo, el escritorio pulcramente organizado frente a la cama, en el cual se encontraba su computadora y una pila de hojas con correcciones.
Después de hacer espacio, el menor arrastra el mini sofá con ayuda de MinHo, y lo ubican frente al televisor que aunque es un poco pequeño, tiene bastante buena calidad de imagen y les sirve perfectamente para pasar toda la mañana viendo películas aleatorias.
Cuando es cerca de la una de la tarde, MinHo se levanta del pequeño sofá en donde habían estado él y Hyunjin, avisa que él se encargará del almuerzo y le da una mirada a Félix para que se suba al mueble, pues el más pequeño había estado sentado en el suelo, recargando la cabeza contra una de las piernas de Hyunjin mientras este le mimaba el cabello distraidamente.
Apenas el más alto tiene a Félix entre sus brazos luego de haberlo acomodado contra su pecho para seguir mirando la película que estaba en curso, suelta un suspiro y lo estrecha cerca, dándole una mirada teñida de culpa a su mejor amigo.
—. Lamento haber arruinado tu fin de semana con Jisung. — Le dice desde su lugar, y MinHo se ríe, ya que había estado esperando esa disculpa desde que el azabache se había levantado.
Él le resta importancia y se concentra en preparar un buen almuerzo para los tres, elogiando la estufa de Félix en el proceso, pues aunque era una cocina pequeña, el aparato funcionaba de maravilla y lo había ayudado a terminar mucho más rápido.
Almuerzan bastante tarde, y cuando el cielo está teñido de naranja avisando que estaba por comenzar a anochecer, MinHo acomoda su maleta frente a la puerta y avisa que tiene que irse, entonces Félix abre la puerta y Hyunjin lo acompaña hasta el exterior del edificio.
Mientras juega con la llave, el más alto atiende a las palabras de su mejor amigo. — ¿De verdad no quieres irte conmigo?
Él balancea su cabeza en un asentimiento leve. — Si quiero, y voy a hacerlo, solo dejame pensar un poco y... En realidad quisiera pasar un par de días con Félix también, quiero escuchar su idea, y aclarar mi mente para saber qué hacer.
MinHo asiente comprensivamente, le da varias palmadas en la espalda y se sube al taxi que había pedido solo un rato antes de anunciar que se marchaba.
De vuelta en el departamento, Hyunjin entra con cuidado y al encontrarse a Félix limpiando decide ayudarlo, para terminar abrazándolo y dejando un beso cálido y sutil en sus gruesos labios. — Gracias. — Le susurra.
El de los ojos azules le sonríe cariñosamente y le acaricia las mejillas. — Por favor nunca, jamás, dudes en acudir a mi si necesitas ayuda.