—No se vaya señorita ________ —escuché hablar al anciano—. Te ofrezco a mi nieto para que te quedes.
Hasta ahí llegué, solté una fuerte carcajada— Viejo no puedo, Shanks ya está demasiado pasa para mi.
—¡Oye te escuché! —el fuerte grito del pelirrojo hizo que el viejo y yo riéramos— Solo son 7 años, no soy tan viejo.
—Ay ajá —sabía que me quería pegar pero como estaba su abuelo no podía—. De todas formas, debo irme. Ya me desaparecí dos meses.
—Es una pena —escondió sus manos entre las mangas de su kimono—. El mocoso inútil de acá no es un buen contrincante.
—¡Abuelo! —lloriqueó y sonreí, ciertamente iba a extrañar eso.
—No lo trate así Abuelo —me acerqué para darle un abrazo a ambos—. Yo sé que será un gran líder, solo hay que confiar en él —sonreí antes de ofrecer una reverencia—. Gracias por todo, hasta pronto.
—Gracias a ti, nos ayudaste mucho en el tiempo que estuviste aquí, en especial con eso de la alianza con los Obanai —Kyojuro me sonrió regresándome la reverencia—. Sabes que ambos clanes estarán a tu completa disposición cuando lo necesites.
Asentí comenzando a marcharme aunque decidí regresar a verlos justo antes de salir— Yo diría que mejor cuiden a los otros clanes de mi.
Sonreí y cerré la puerta, pude escuchar las risas de ambos aún cuando me subí al coche negro que me esperaba. Me llevarían a casa así que le marqué a Izana.
•••
[Llamada]
Ozuna🎴
00:01
—¿________? —preguntó somnoliento, no lo culpo, son las seis en punto de la mañana.
—Izana precioso, abre el portón de la casa —lo escuché removerse en su cama—. Ya llego.
—¡________ ya regresa! —lo escuché gritar y seguido de eso otros gritos de sorpresa— ¡Ahora voy!
•••
Y colgó, cuando llegué Izana, Shion y Kakucho se me tiraron encima. También vi al chico alto al que solía visitar en el reformatorio estos meses ahí, nos miraba confundidos.
—Hola South —sonreí y él seguía confundido—. Eu não lhe disse porque sabia que você se recusaria a falar comigo —me acerqué con calma haciendo un esfuerzo por recordar lo que aprendí de portugués—. Sou __________, filha do homem que a adotou e a ajudou a sair do reformatório, espero que você seja feliz com nossa estranha família. Você acabou de chegar? —pregunté curiosa buscando a ver si había cajas o algo por el estilo detrás de él.
—Eu só cheguei há dois dias —sonrió, debió haber recordado que le había dicho que nos veríamos muy seguido—. E garoto, eles são estranhos —miró a todos y empezó a señalar—. Um filipino, dois japoneses , um gringo e dois sul-americanos. Que mistura esquisita. —se soltó con una fuerte carcajada.
—Não é? —sonreí pero cambié mi expresión cuando sentí que me abrazaban de manera posesiva.
—Ibang wika at hindi Pilipino. —Izana miraba feo a South y este no le entendía ni pio.
—Huwag kang mainggitin —lo abracé de regreso poniendo su cabeza en mi pecho y acariciándolo como si fuese un bebé—, tinatanggap lang kita. —cual niño mimado hizo un puchero y dejó de mirarme para mirar completamente enojado al tatuado.
—¡Nakarating muna ako! —parecía gato enfurruñado y solo podía contener las ganas de reír.
—Huminahon si Izana. —Kakucho intervino halándolo de la camisa. No pude aguantar la risa al ver la cara de confundido de South.
—Oigan, oigan… solo entendí que le dijeron a Izana que no sea celoso. —se metió Shion abrazándome del cuello, sabía que estaba buscando mimos así que le acaricié el cabello.
—Hola papá —el fósil se acercó y me dejó un abrazo—. Gracias por esperar.
—Estás tan linda —me abrazó conteniendo las ganas de llorar—. Te extrañé tanto pero no podía presionarte.
—Yo también te extrañé —sonreí separándome del abrazo—. Aunque me van a tener que extrañar un poco más. Tengo que ir a ver a alguien.
—Dime que no es Kazutora. —pidió Izana mirándome con ojos de cachorrito.
—No es Kazutora —mentí y me miró entrecerrando los ojos, por más que haga eso nunca va a saber si miento o no—. De todas formas, ayúdenme a llevar eso a la casa.
Señalé algunas cajas de cartón que había dejado el chofer en silencio, cuando regresamos a ver ya no estaba el coche. Entre risas y empujones los llevamos adentro. Era comida, golosinas, ropa y juegos para consola.
Ay, a veces si me pregunto si debería aceptar a Kyojuro, luego recuerdo que si quisiera pudiera hacer un clan Yakuza yo misma y se me pasa.
Al acabar salí a ver cómo estaba mi carro y noté que tenía una capa de polvo. Hice una mueca de asco al ver eso, en la tarde lo voy a dejar en un lavado de autos si no me olvido.
Me subí al Volkswagen y me dirigí a la casa de Tora. Al llegar estacioné frente al edificio y subí al departamento donde vivía él y su mamá.
Suspiré nerviosa, había hablado con Tora por mensaje pero no había tenido el valor de verlo luego de que me enteré que estaba en el hospital por una agresión. Él junto a Mitsuya y Smiley habían sido atacados por Yotsuya.
Golpeé la puerta con cuidado y escuché decir que ya abrían. Cuando la puerta de pino fue abierta vi los ojos dorados de Tora directamente.
Antes de que siquiera pueda decir «Hola» me besó. Era un beso necesitado, uno que transmitía demasiado cariño y que por lo rápido que fue no pude reaccionar al instante.
Me tarde dos segundos antes de enredar mis dedos en su cabello por la parte de atrás de su cabeza. Me tomó de la cadera y me apegó a él. Cuando menos me di cuenta me levantó por lo que enredé mis piernas a su cadera para evitar caerme. Escuché la puerta cerrarse y luego sentí como me recostaba de espalda en el sillón.
Nos separamos solo unos milímetros, aún con los ojos cerrados— Me hacías tanta falta —lo escuché susurrar sobre mis labios dejando un beso sobre estos, uno más calmado—… tanta falta.
Se recostó sobre mi escondiendo su rostro en el hueco entre mi cuello y hombro. No tardé en sentir las lágrimas humedecer mi piel.
Acaricié sus cabellos y cuando llegué a una pequeña cicatriz mordí mi labio con fuerza. Era la marca que le había quedado por culpa de Yotsuya.
—Lo siento Tora —como pude dejé un beso sobre la marca escondida entre sus cabellos oscuros—. Pero tenía que asegurarme de que ya no los iban a lastimar.
Volví a besar la cicatriz y lo aparté un poco para besar los rastros de las lágrimas con cuidado. Cuando paró de llorar volví a besar su cicatriz, también dejé un beso en su tatuaje.
—No te voy a dejar nunca más —besé su lunar—. Me muero antes de que pase eso.
—Ahora que estás aquí… ¿puedo ver tus cicatrices? —con su rostro entre mis manos fue adorable su petición.
Asentí nerviosa. Seguía siendo raro aun cuando algunos Yakuza las habían visto. Ni si quiera ellos me asustaron tanto como la idea de que a Tora le parezcan feas a pesar de ya haberle contado sobre ellas.
Miró la puerta de la casa e hizo una mueca— Muy expuesto, ¿verdad? —asentí— Ven, vamos.
Me ofreció su mano una vez se levantó del sofá, lo seguí hasta que entramos en su cuarto.
—Siéntate ahí por favor —señalé su cama y me obedeció—. ¿Puedes cerrar los ojos?
—¿Los abriré cuando me lo digas? —asentí— Lo suponía.
Sonrió ladino y cerró los ojos, me senté a su lado mientras que con las manos temblorosas desabotonaba mi camisa. Cuando terminé le di la espalda y escondí mi rostro entre la tela después de musitar un «Ya puedes ver» con apenas un hilo de voz.
Escuché su sorpresa y empecé a asustarme cuando hubo un silencio. Pase saliva con fuerza aguantando las ganas de llorar al sentir como el colchón se movía pensé que se había acabado todo.
Me sorprendí al sentir un beso, seguido de varios más. Las lágrimas empezaron a caer.
—No deberías tener tantas pero aun así sigues siendo hermosa —los besos escalaron a mi cuello, sus brazos rodearon mi cintura acercándome a él—. Siempre serás la más hermosa para mi.
Me giré bruscamente sentándome a horcajadas sobre él y escondiendo mi rostro en su cuello— No debería ser legal lo exageradamente cursi que me pones.
—Lo linda que eres no debería ser legal —pasó su dedo sobre mi columna vertebral, de la sorpresa solté un sonido raro y me separé. El me miró satisfecho y burlón—. Lindo tatuaje por cierto.
Dejó un beso por debajo de la clavícula y cerca del inicio de mis pechos mientras tocaba la parte baja de mi espalda donde estaba el tatuaje que me había hecho a pedido de los clanes Akagami y Obanai: una serpiente enroscándose en el tallo de un lirio del infierno.
—Fue una petición especial —él seguía repartiendo besitos en mis clavículas y subía de a poco a mi cuello—, no les podía decir que no a los abuelos, fueron amables conmigo.
—Bueno… yo también quiero dejar una marca… —susurró en mi oído y rápidamente me mordió en el cuello.
No me había molestado, pero tengo que hacerme la digna por lo que dejé un golpecito en su hombro cuando se separó y me miró orgulloso de lo que había hecho— Eres un adolescente lujurioso.
—Pero así me amas —contento volvió a lo suyo besando mi cuello—… y como yo te amo no puedo esperar el día en que nos casemos —acarició mis cicatrices con delicadeza sin dejar de atender mi cuello, yo solo acariciaba su cabello—. ¿Qué suena mejor? ¿Hanemiya ______ o Miller Kazutora?
—Eso será problema de los Tora y ________ del futuro. Disfrutemos el ahora. —nos besamos nuevamente.
Amor, devoción y pasión intentábamos transmitirnos el uno al otro.
—Lástima que no podamos divertirnos —lo miré confundida—. Mi mamá ya debe estar por regresar, solo salió a comprar unas cosas para el desayuno y el almuerzo.
Con un puchero me separé para ponerme de vuelta la camisa— Por cierto, ¿qué tienes de nuevo de los chicos?
Salimos de su cuarto cuando sonó la puerta, la mamá de Kazutora me saludó y me ofrecí a ayudarla a cocinar. Agradecida me pidió que antes de que la ayudara a cocinar le esperase a que pusiera las compras en su sitio.
Acepte y volví a acercarme a Tora— Tengo el chisme de que Emma y Draken al fin están saliendo.
—¿De verdad? —pregunte emocionada.
—Si, también Baji y Chifuyu volvieron a ponerse en contacto con Ryusei hace poco —me miró con una sonrisa. Chin, debe saber que yo metí mano por ahí—. Andan extrañamente juntos desde que Ryusei volvió a correr.
—No me mires así, tengo algo que ver pero porque Ryusei es mi amigo. —me hice la indignada mirando a otro lado.
Hubo un extraño silencio por lo que volví a mirarlo— Ya te lo había dicho por mensaje pero nadie está molesto contigo, todos entendieron que el tipo ese te obligó a tanto.
—¡Ya esta! —anunció la mami de Tora, me tardé en responder unos segundos.
—¡Ya vamos! —respondí calmada antes de soltar un suspiro— Eso me relaja mucho.
—Piensas mucho las cosas —besó mi coronilla—. Ven, vamos a hacer el desayuno.
Asentí y lo seguí, una vez ya en la cocina me puse a hacer una de las cosas que me gusta hacer: cocinar. Luego de un rato terminé adueñándome del lugar y terminé haciendo el desayuno yo. No me arrepiento y me daba risa lo meloso que estaba Tora.
No me molestó en lo más mínimo cocinar con él abrazándome por la espalda. No tendría problema con hacer esto todos los días.
•••
Y ya, este es el capítulo final.
Pero falta el epílogo así que no se me esponjen tanto xd
Traigo más ideas para fics de TR, de hecho me tarde en subir este cap porque estaba haciendo la portada de uno:
Espero algún día mejorarlo pero el que estaba haciendo bonito y con animo me lo borró la misma app de dibujo así que se me fue todo el entusiasmo 🥲🔫
Algo así estaba quedando el otro:
Lo más horrible fue que ya lo había acabado, literalmente solo me faltaba la firma 🤡
Anyway, ya está subido el prólogo, por si gustan 🤝🏼
Ah, tambien me enfermé de gripe así que me estaba cargando el payaso. Cuídense, no sean como yo 😔