Seduciendo Un Alfa |NamJin|

By nayechwan18

794K 77.9K 89K

SeokJin no quiere casarse. SeokJin no quiere enamorarse. Pero él ama los retos. Y NamJoon es el mejor reto p... More

ADVERTENCIA
PRÓLOGO
1: Seduciendo Un Alfa.
2: Plan para seducir a un alfa.
3: Una boca placentera.
4: El verdadero Kim SeokJin.
5: El nuero perfecto.
6: Dedos calientes y agiles.
7: Un repentino rival.
8: Los celos no son una opción.
9: Un beso no debería ser tan bueno.
10: Una puta recién follada.
11. Secretos entre amigos.
12: Nadie puede odiarte como yo.
13: No finjas ser lindo.
14: Duerme conmigo.
15: Una pequeña excepción.
16: Conflicto entre omegas.
17. ¡No somos novios!
18: La temperatura perfecta.
19: Pequeños accidentes.
20: Traicionar tu confianza.
21: La cúspide de su tolerancia.
22: Una pareja de recién casados.
23: Los ojos del amor.
24: Desde la primera vez que nos vimos.
25: No hables con desconocidos.
26: Profundamente enamorados.
28: Dime que eres mío.
29: Remanentes de un calor.
30: Tres pruebas no son suficientes.
31: Promesa.
32: Escenas de besos.
33: Soy tuyo.
34: Soy especial.
35: Destino.
36: Sueño de concepción.
37: Las historias se repiten.
38: El hijo del viejo zorro.
39: El principio del fin.
40: Confianza quebrantada.
41: Está bien si lloras.
42: Por primera vez.
43: Hay belleza en los desastres.
44: Fruto de su amor.
45: El arcoíris después de la tormenta.
46: Un Futuro Juntos.
Final: Amando Un Alfa.
EPÍLOGO
EXTRA 1
EXTRA 2
Extra 3
• AGRADECIMIENTOS E INFORMACIÓN •

27: Tu luna y mis estrellas.

15.8K 1.5K 4.1K
By nayechwan18




Después de la recepción, en donde SeokJin conoció al señor Takahashi, su esposo y otros de sus hijos, el alfa decidió dar un extenso discurso a sus invitados para agradecer por su presencia y hablar de planes futuros de su empresa.

Él estuvo a punto de bostezar en más de una ocasión mientras escuchaba el discurso del hombre. Gracias al cielo, NamJoon sostuvo su mano y le dio un ligero apretón de manos cada vez que lo vio entrecerrar los ojos, para traerlo de vuelta a la realidad. Jin creyó que el alfa se enojaría con él por sus pequeños despistes. Pero NamJoon no dijo nada, de hecho, él estuvo más tranquilo que nunca.

Parecía como si nada de lo que hiciera podría irritarlo tan fácilmente como antes.

SeokJin no supo qué pensar acerca de esto.

Pero, una hora más tarde, y después de la finalización del discurso, ellos se vieron rodeados por muchas personas; desde omegas hasta betas, e incluso alfas, todos siendo conocidos y amigos del señor Takahashi y su esposo. En ese momento, Jin tuvo que hacer uso de todas sus buenas habilidades sociales para tratar con estas personas. Aun así, con todos sus conocimientos y excelente destreza para desenvolverse, se sintió un poco cohibido ante la atención de tantas personas que hablaban en un idioma distinto al suyo. De todas formas, aunque le haya costado un poco adaptarse, esto fue algo que se esperó desde el principio. Todos estaban curiosos por conocerlo y asombrados al escuchar que era un actor.

NamJoon no se alejó de él y, en un par de ocasiones, lo ayudó a salir de conversaciones incómodas. SeokJin estuvo muy feliz siempre que el alfa intervino por él al darse cuenta que le estaban haciendo preguntas fuera de lugar o inapropiadas para una charla casual. El hombre fue tan contundente que nadie más volvió a hacerles preguntas de esa índole mientras estuvieron tratando de charlar.

Le gustaba tanto que NamJoon lo protegiera de esta forma que no soltó la mano del alfa en ningún momento.

Sin embargo, después de un tiempo, cuando el señor Takahashi terminó sus conversaciones triviales con sus invitados, él envió a su asistente personal en busca de NamJoon para invitarle a hablar sobre sus negocios. SeokJin tuvo que despedirse del hombre y verlo ir a reunirse con su socio.

Entonces, cuando NamJoon finalmente se fue, se quedó completamente solo.

Esto era algo que también se esperaba desde el comienzo. Estaba en un país extranjero, donde la mayoría de personas se conocían entre ellas y hablaban en un idioma distinto, tarde o temprano, el alboroto por ser un recién llegado se calmaría y ya no sería rodeado por la gente, para así quedarse sin nadie con quien conversar. Aunque fue un buen respiro, porque empezó a sentirse atosigado, también se sintió totalmente apocado estando solo.

No se sentía cómodo.

SeokJin se llevó su copa de champán a los labios y tomó un largo trago. Beber era lo único que podía hacer para disipar la sensación incómoda dentro de él. Desde donde estaba, todavía podía ver a NamJoon, que se encontraba rodeado de los accionistas y ejecutivos del grupo del señor Takahashi. Él parecía tan en control de sí mismo a pesar que tanta gente lo estaba evaluando, que no parecía ser un extraño. SeokJin se sintió bien al ver lo capaz que era el alfa, pero el sentimiento de infelicidad no desapareció.

Fue realmente extraño volver a estar en esta clase de situación. La sensación de estar en un lugar lleno de personas, con música y camareros llevando bebidas de un lado a otro, mientras estaba solo en una esquina, sin nadie con quien hablar, le hizo recordar demasiado aquella noche en el aniversario de KNS Inc... Pero ahora, cuando miraba atrás, los recuerdos de esa velada parecían un poco lejanos.

El sentimiento de aquel entonces y el de ahora eran totalmente distintos. SeokJin no se sentía indignado, ni enojado, como aquella vez, cuando NamJoon lo estuvo ignorando toda la noche. Tampoco estaba buscando desesperadamente la atención del alfa y, mucho menos, estaba tratando de darle celos intencionales. Esta vez, en realidad, simplemente lo miró con un sentimiento extraño e incómodo alojándose en su pecho, porque NamJoon se sentía un poco distante a pesar de su actual cercanía.

Pero fue inevitable.

Él solo era su actor y, desafortunadamente, ya había cumplido con su papel esa noche.

NamJoon ya no lo necesitaba.

SeokJin se bebió todo el líquido en su copa de champán de un trago y la dejó sobre la mesa. Ni siquiera estaba tranquilo donde estaba de pie. Él podía escuchar claramente los murmullos de algunas personas acerca de él.

¿Quién pensaría que, después de todo, NamJoon sí tenía razón?

Estaban hablando de él en inglés y japonés, como si él no entendiera estos dos idiomas, y eso le hizo reír con un poco de humor. Nunca esperó que por su nacionalidad sería el centro de atención. Sin embargo, desde que se quedó solo, se convirtió en el objeto de charla de varios grupos de personas a su alrededor.

Parecía que un omega coreano, que lucía bonito y gentil, pero que también era un actor, era la mejor fuente de entretenimiento. Hablaron de él cosas desagradables y poco éticas en murmullos. A los que les gustaba, parecían ver carnada fresca en exhibición, y a los que no les gustaba, encontraron un buen objeto para criticar. No había un punto medio entre ellos.

SeokJin no se sintió mal por esto, como NamJoon se temió aquella noche que se negó a que él le acompañara, pero pensó que fue una suerte que el alfa no estuviera allí para escuchar estos comentarios. No quería ser el motivo por el cual el alfa se irritara. Aunque, de todas formas, fue muy poco probable que la gente hiciera comentarios acerca de él, su profesión y su relación con NamJoon, cuando el alfa estaba a su lado. Parecía que NamJoon lograba imponer algo de miedo con su presencia. O tal vez era el simple hecho de que él era un alfa, y SeokJin solo un omega, que hizo a la gente cuidar de sus palabras frente al otro hombre. Pero esto era tan ridículo que fue lo que provocó que se sintiera enfadado e incómodo.

Aun así, SeokJin ignoró estos murmullos, porque realmente no le importaba, y simplemente continuó tomando. Hubo una vez, hace años atrás, dónde incluso lloraría a escondidas al escuchar malos comentarios acerca de él o su físico. Por suerte para ellos, había dejado de ser susceptible hace mucho tiempo, cuando se dio cuenta que, como figura pública, la opinión negativa no debería importarle tanto.

Al final, no importa lo que hiciera, ya sea malo o bueno, la gente iba a criticarlo. Entonces, por supuesto, no gastaba su tiempo en ser verdaderamente correcto o prestarles atención.

—¿Tú alfa te abandonó? —Alguien preguntó, parándose a su lado, en un coreano con un ligero acento.

SeokJin giró el rostro y le dio una pequeña sonrisa al hombre que se detuvo a su lado. Había estado tan ensimismado en sus pensamientos que ni siquiera se dio cuenta cuando el alfa se acercó a él. No estaba realmente de humor para una charla amistosa, pero esto fue mejor que estar solo con sus pensamientos.

—Lamentablemente, tu padre me robó su atención —él respondió viendo a Takahashi Ryu a la cara. El alfa llevaba puesto un kimono con el pecho ligeramente expuesto y estaba mirándolo con una sonrisa agradable.

—No le culpo. —Ryu sonrió con condescendencia y se apoyó a su lado en la pared. Él se veía bastante despreocupado—. Ese viejo es un dolor de cabeza, pero todos los demás lo son más que él. Es bueno que el presidente Kim tenga mucha paciencia para tratar con ellos.

—Escuchar eso es un poco inquietante. —SeokJin se giró para centrar su atención otra vez en NamJoon. El sentimiento incómodo desapareció un poco cuando notó que los susurros a su alrededor se habían callado con la llegada de este alfa—. ¿Debería preocuparme por mi esposo?

El alfa le dio un trago a su propia bebida y negó con la cabeza. —No te preocupes por él. —Ryu hizo un ademán con su barbilla para señalar hacia su padre—. Aunque mi viejo suele ser muy escéptico, sabe bastante bien cuando algo le conviene. El presidente Kim no es el único con algo que ganar.

Aunque SeokJin estaba siendo un poco sarcástico cuando preguntó si debería preocuparse o no, porque confiaba en que a NamJoon le iría bien, escuchar tal explicación le hizo sentir inesperadamente más tranquilo. Aun así, tampoco pudo evitar notar como la actitud de Takahashi Ryu era un poco distinta a cuando se acercó a él esa mañana. De hecho, parecía más agradable.

—Entonces, me alegra escucharlo —él se volvió y miró a Ryu por unos momentos—. Haz disminuido mis preocupaciones.

—Me alegra que haya servido de algo. —El alfa le guiñó un ojo y después miró de vuelta hacia donde estaban NamJoon y el grupo de su padre hablando. Ambos se quedaron en silencio por un rato. Jin no tenía nada más con lo que conversar. Afortunadamente, el silencio no era incómodo. No obstante, cuando pensaba que ya no volverían a hablar, Ryu volvió a romper el silencio entre ellos—. Siendo honesto contigo, no pensaba acercarme a ti esta noche. Es obvio que tu marido no me quiere ver cerca de ti... Pero lo entiendo, no soy tan bueno como me gusta aparentar —él dijo con una pequeña sonrisa. Se giró y volvió a mirar a SeokJin a la cara—. Pero escuché lo que estaban cuchicheando acerca de ti y me preocupé un poco por esta situación. ¿Qué haría el presidente Kim si escuchara eso? Pensé que estabas solo porque te estabas sintiendo intimidado. Sin embargo, ahora que estoy hablando contigo, me sorprende ver que eso no es por lo que estabas tan distraído, ¿verdad?

SeokJin miró al hombre con un poco de perplejidad. Que él estuviera aceptando abiertamente que no era una buena persona decía mucho. Pase a esto, no se le había ocurrido que el alfa se acercó a él con ese pensamiento en mente. No sabía qué pensar sobre eso. Sin embargo, mantuvo su misma expresión de antes, sin permitir que el japonés notara su desconcierto.

Su mirada volvió por un momento a NamJoon otra vez, pero ahora visualizó que el hombre también los estaba mirando. El alfa tenía el ceño fruncido, porque Takahashi Ryu tenía razón cuando dijo que a NamJoon no le gustaba verlo cerca de él, pero SeokJin estaba confundido acerca de cómo tomar esto. Sabía perfectamente bien que NamJoon se preocupaba por él, sin embargo, esto no se sintió como una simple preocupación. Él tuvo que sonreír y negar con la cabeza para indicarle que no sucedía nada.

—¿Por qué crees que le molesta verte conmigo...? —SeokJin preguntó en voz baja. Originalmente, no iba a preguntar eso, pero las palabras fluyeron casi involuntariamente por su boca.

—¿Por qué le molesta...? —Takahashi Ryu lo miró con un poco de sorpresa en su faz. Después, como si se diera cuenta de algo, él se rió casi a carcajadas. SeokJin se volvió para mirarlo con el ceño fruncido. No entendía por qué el hombre se estaba riendo de esa forma—. Él me considera como un sinvergüenza que no conoce nada sobre el respeto. Le da miedo que te seduzca... Pero eres su esposo, su compañero, ¿por qué estaría celoso y sentiría inseguridad...?

SeokJin se quedó en silencio al escuchar esta última pregunta. Había algo en la mirada de este alfa que le hizo sentir intranquilo. Se sentía como si el hombre estuviera siendo vago con sus palabras de manera intencional.

—Pero quizás yo esté equivocado, y él no se sienta celoso. Después de todo, ¿cómo algo tan pequeño puede causar inseguridad en un matrimonio? —Ryu volvió a hablar mientras miraba a NamJoon con una pequeña sonrisa—. Si ustedes no fueran una pareja ya casada, me atrevería a decir que él está inseguro porque no sabe si sus sentimientos son correspondidos o no por ti, pero ese no es el caso aquí, ¿verdad...? Así que no me hagas caso. Lo más probable es que me considere una mala compañía para ti.

SeokJin arrugó la frente levemente cuando él terminó de hablar. El alfa estaba diciendo tonterías, claramente buscando que se preocupara por algo inexistente, pero sus palabras funcionaron a la perfección.

¿Por qué NamJoon sentía celos por él...?

Pensar en NamJoon, que usualmente era todo lo contrario a la palabra inseguridad, sintiéndose de esta forma, se le hizo bastante irónico. Kim NamJoon ni siquiera debería conocer tal palabra. Él era demasiado seguro de sí mismo para caer preso de un sentimiento tan lamentable como ese. Después de todo, ¿qué motivos tenía NamJoon para sentirse de esa forma por él?

SeokJin podía entender que, como alfa, se sintiera posesivo al respecto. Esto último era algo más normal en la mayoría de los alfas. De cualquier manera, saber que esto era normal en la mayoría, no evitó que se sintiera repentinamente muy desconcertado.

NamJoon nunca fue igual que la mayoría.

—Tendré que despedirme de ti antes que tu esposo venga a matarme —el alfa volvió a hablar al darse cuenta que SeokJin se había vuelto a encerrar en sus propios pensamientos. Él sonrió levemente y miró a su alrededor—. De todas formas, si alguien llega a molestarte o escuchas murmullos otra vez, búscame, yo me encargaré de ellos... A pesar de todo, el presidente Kim y yo somos viejos amigos.

SeokJin le agradeció en voz baja, sin saber cómo responder a eso, y luego volvió a quedarse solo. Había tantos pensamientos en su cabeza, un tanto incoherentes e incordiantes, que empezó a sentirse agobiado.

Él necesitaba tomar aire urgentemente.

SeokJin observó hacia todas partes, buscando con la mirada un lugar que no estuviera lleno de gente como lo estaba ese salón. Cuando finalmente lo encontró, dejó su copa sobre una mesa y se apresuró a irse, porque necesitaba que el alcohol en su sistema también disminuyera.

Se trataba de una terraza.

Él empujó un poco las cortinas y después abrió la puerta de cristal para salir del lugar. Gracias al cielo, como la fiesta era en el salón, no había nadie en la terraza en ese momento. Pero antes de continuar, volvió a cerrar la puerta como estuvo antes, esperando que ninguna persona notara que alguien entró allí. Lo que menos quería era estar rodeado de personas otra vez.

En cuanto salió, la brisa fría de la noche inmediatamente golpeó su rostro, y él dejó escapar una larga exhalación cuando cada parte de su cuerpo se sintió refrescada. SeokJin no se había dado cuenta de lo mucho que necesitaba tomar aire fresco hasta ahora que lo estaba haciendo. Él volvió a suspirar profundamente mientras se recostaba en la puerta. Finalmente, cuando se sintió un poco mejor, se alejó del cristal y caminó hasta pararse frente a la barandilla.

Tokio durante las noches se sentía como estar en otro lugar. Aunque no era el piso más alto del edificio, SeokJin todavía tenía una gran vista de la ciudad, que se veía inusualmente más hermosa que durante el día, con todas esas luces y la gran actividad nocturna. Incluso el paisaje del hotel le resultó ser más espléndido que cuando dio su paseo por el lugar esa mañana. Las copas de los árboles se movían con la briza, y las fuentes de agua estaban iluminadas por colores neón, entre púrpura rosa y azul, que se veían como un pequeño espectáculo nocturno.

SeokJin se sintió más cómodo que antes en ese espacio privado. La terraza no era exactamente grande, pero tampoco era pequeña. Tenía varias mesas, algunos sofás, arbustos decorativos y estaba iluminada por algunas luces anaranjadas. Aunque las luces estaban, en su mayoría, apagadas, la luz del exterior y la luna ayudaron a crear un buen ambiente.

Él recostó su cabeza sobre una de sus manos y se quedó apoyado en la barandilla. Observó la ciudad durante mucho tiempo, mientras sentía el viento mecer su cabello y enfriar su piel. No estaba ebrio, en realidad. Sin embargo, estar entre tantas personas desconocidas, escuchando comentarios sobre él y NamJoon, le hizo sentir un poco abrumado. Las palabras de Takahashi Ryu solo fueron la gota que derramó el vaso. Se sintió más ofuscado y confuso. Por un momento, sintió que se ahogaba y necesitaba aire.

Jin no supo cuánto tiempo pasó en ese lugar. Se olvidó del tiempo y los motivos por los que estaba ahí. Simplemente, se quedó aletargado, pensando en nada y a la vez en todo, porque ningún pensamiento lo llevó a algo racional. Sólo parecía estar en un bucle de lo mismo: ¿qué le estaba sucediendo? ¿Qué estaba sintiendo? ¿Qué significaba NamJoon en todo esto...?

SeokJin estaba muy confundido.

Pero no le gustaba saber que, de hecho, NamJoon era la causa de todo esto.

¿Qué había hecho el alfa para hacerle sentir de esta forma...?

Después de un rato, ensimismado en sus pensamientos, Jin escuchó la puerta abrirse. Él giró el rostro levemente, para ver de quién se trataba, ya que no pretendía quedarse solo con un desconocido. Pero cuando estuvo a punto de moverse, se dio cuenta que se trataba de NamJoon.

SeokJin lo observó con un poco de extrañeza.

¿Por qué él estaba ahí...?

Pero el alfa lo miró, exhaló audiblemente y después peinó su cabello hacia atrás. Entonces, como si algo en él se sintiera más calmado, empezó a acercarse a SeokJin con el ceño fruncido.

—¿Por qué viniste aquí? —NamJoon interrogó cuando se paró frente a él. Viéndolo de cerca, SeokJin notó algunas pequeñas gotas de sudor en sus sienes—. Estuve buscándote...

SeokJin lo miró todavía un poco atónito. Sin embargo, al darse cuenta que su respuesta podría desencadenar una pequeña discusión entre ellos, decidió ser claro desde un principio.

—Salí a tomar un poco de aire —él dijo tan sereno como podría fingir estarlo, cuando todos sus anteriores pensamientos, así como las palabras de Takahashi Ryu, todavía estaban perturbando su mente—. Disculpa por no avisar... No quería interrumpirte.

NamJoon lo miró a la cara por un momento y después resopló como si se estuviera dando por vencido en discutir por ello. SeokJin sonrió sutilmente y esperó por lo que diría el alfa ahora.

—Me preocupé por ti —NamJoon dijo finalmente. Su tono de voz fue extrañamente vacilante. Pero cuando SeokJin volvió a mirarlo a los ojos, se dio cuenta que no solo su voz era de esta forma, también había algo extraño en la mirada del hombre—. Quería volver antes cuando vi que estabas solo... Pero luego estabas hablando con Takahashi Ryu. No pretendía hacer lo mismo que esta mañana, incluso si me inquieta verlo hablar contigo, pero después te perdí de mi vista... y me preocupé. Empecé a buscarte entre la gente, hasta que el jefe Choi se acercó y me avisó que te vieron salir aquí... —NamJoon hizo una pausa y chasqueó la lengua. Pero SeokJin lo miró con los ojos más abiertos de lo normal por lo que él estaba diciendo—. La próxima vez, no importa si interrumpes, avisa donde estarás, ¿bien?

SeokJin lo miró a la cara y abrió la boca para responder, unos segundos después, volvió a cerrarla sin saber qué decir. Al final, todo lo que hizo fue llevar su puño a su boca y soltar una pequeña risa.

Esto se sentía demasiado raro.

—¿Cómo se supone que me perdería en un lugar como este...? —él indago con un poco de humor. No obstante, al notar el ceño fruncido de NamJoon, trató de cambiar su expresión a una más seria—. La próxima vez te avisaré si necesito escapar por un instante... No te preocupes.

—De acuerdo —NamJoon respondió tan cortante como siempre. Él verdaderamente tenía un don para actuar con indiferencia—. Aunque espero que no haya una próxima vez... Desde que reciba una respuesta concisa del señor Takahashi nos retiraremos.

SeokJin asintió estando más que feliz con eso. Él también estaba contando los minutos para volver. Había una extraña tensión alrededor de ellos que empezaba a hastiar. Y si era honesto consigo mismo, en este punto, parecía una necesidad tener a NamJoon solo para él durante unos momentos; sin nada que los moleste o los interrumpa como la anterior noche.

Solo deseaba que fueran ellos dos, enredados en la cama, entre calor, besos y jadeos, para terminar con esa tensión complicada de una buena vez...

—Hay algo que quiero preguntarte —SeokJin dijo cuando notó que el alfa no pretendía continuar hablando. NamJoon le dio su atención y esperó pacientemente por lo que él tenía para preguntar—. Esta mañana, cuando me viste hablar con Takahashi Ryu... Honestamente, pensé que tu comportamiento fue extraño, pero no encontraba algo en particular para que lo hicieras más que tu excusa sobre estar preocupado... Ahora, cuando volviste a mirarnos, frunciste el ceño y te sentiste inquieto... pero, ¿por qué...? —él mordió ligeramente su labio inferior y observó la expresión del alfa. En un principio, no iba a hacer esta clase de pregunta, pero la curiosidad pudo más que su razón—. ¿Tú estabas celoso por mí...? ¿O realmente solo fue preocupación?

La expresión imperturbable de NamJoon se rompió hasta cierto punto. Él arrugó la frente y arqueó una ceja como SeokJin estuviera preguntando algo muy absurdo.

—¿Por qué estaría celoso? —él espetó con un tono latoso. SeokJin resopló al darse cuenta que esto era imposible—. No tengo motivos para tener celos... —NamJoon hizo una pequeña pausa y dio un paso para acercarse más a él—. ¿O sí...? ¿Los tengo, SeokJin?

SeokJin inclinó la cabeza y lo miró con confusión. ¿Qué clase de preguntas eran esas?

Tal vez Takahashi Ryu no estaba tan equivocado.

—¿Por qué los tendrías, NamJoon...? —él respondió con otra pregunta, de la misma forma que el alfa. Luego, dio un paso para acercarse más él, ahora con una sonrisa cínica haciendo aparición en su rostro—. Dime, Kim NamJoon, ¿por qué sentirías celos de mí...? —Jin observó detenidamente como la expresión del alfa vacilaba. Solo necesitaba presionar un poco más para obtener una respuesta clara. Sin embargo, al pensar en todas las posibles respuestas de NamJoon, algo no se sintió correcto para él con esto. Desvió la mirada y apretó los dientes. En realidad, no quería escuchar una respuesta certera—. No te preocupes, si estás celoso o no por él, ya no importa... No pienso abandonar a mi marido falso en este momento tan crucial para él.

—Es bueno escuchar eso... —NamJoon masculló entre dientes con sarcasmo—. Últimamente, estoy siendo tan delirante, que creí que nunca lo harías.

SeokJin resopló y dejó escapar una pequeña risa al escucharlo. Aunque no lo dijo abiertamente, NamJoon era consciente de que, tarde o temprano, esto terminaría tal como empezó. Quizás era algo que ambos siempre han tenido demasiado en mente desde el principio. Aun así, cuando volvió a mirar al alfa a los ojos, SeokJin estiró su mano y la colocó sobre una de sus mejillas.

—¿No lo dije antes? —él preguntó con un poco de humor en su voz, siendo tan desvergonzado como solía serlo siempre, mientras observaba la inequívoca confusión del alfa en sus ojos—. El amor viene y va. Florece y se marchita. Pero es cuestión de uno mismo saber mantenerlo, ¿no? —SeokJin acarició un poco la mejilla del hombre, sintiendo la calidez de su piel a través de su palma, antes de alejar su mano y darse la vuelta para mirar la ciudad con ese sentimiento extraño volviendo a punzar contra su pecho—. Si algún día quieres a alguien, no lo trates con tanta indiferencia, incluso si es parte de tu encanto, cariño... Eso es algo que mi mamá siempre me dice, pero nunca la he escuchado seriamente.

NamJoon se quedó en silencio por un tiempo. Un momento después, él preguntó: —¿Tu madre tiene esta clase de filosofía? —Su voz era baja y parecía contener un poco de sorna—. Cada vez estoy más asombrado. La próxima vez que vea a la señora Kim, le daré mis respetos adecuadamente.

—¡Ella puede dar buenos consejos a veces! No es tan mala como crees cuando la conoces mejor —SeokJin replicó mientras reía. Él observó al alfa de reojo y notó que él también lo estaba mirando con una pizca de diversión—. Si vas y le das tus respetos, creerá que finalmente consiguió un buen yerno, así que será más audaz al tratarte de lo que ya es.

—¿Es así? —NamJoon se burló con una pequeña sonrisa—. Eso explica mucho su actitud cuando fui a verte esa vez que estabas enfermo.

SeokJin sintió sus orejas calentarse a recordar aquella vez. Él había escuchado lo último que su madre le pidió a NamJoon esa noche. De todas formas, no se atrevió a hacer un gran escándalo por eso, ya que sabía que la mujer solo se preocupaba por él. JiEun siempre fue esa clase de madre extrovertida y metiche. Sin embargo, aun a sus veinticinco años, ella continuaba tratándolo como a un cachorro. Desafortunadamente, SeokJin tampoco creía que ella dejaría de hacerlo algún día, pero la amaba de todas formas.

NamJoon terminó acercándose a él lo suficiente como para estar un paso detrás. Si SeokJin quisiera, podía inclinarse hacia atrás para apoyarse contra su pecho. Si NamJoon lo deseaba, podía rodear su cintura con sus brazos.

Pero ninguno hizo un movimiento.

En cambio, al ver que el alfa ya no tenía nada más que decir, SeokJin volvió a apoyarse en la barandilla para ver el cielo. No pudo evitar pensar en lo diferente que se sentía haber estado solo ahora que NamJoon lo estaba acompañando.

Por suerte, el silencio entre ellos no era incómodo. El alfa parecía tranquilo, y su aroma, que había estado un poco amargo antes, volvió a ser el mismo de siempre. SeokJin podía sentir incluso la calidez que irradiaba su cuerpo por lo cerca que estaban. Le gustaba estar con el alfa de esta forma. Eran los momentos en los que se sentía más cercano a él de una manera no sexual.

Pero las cosas buenas no duraban para siempre.

—Hay algo que deseaba decirte antes —NamJoon dijo de repente, rompiendo el cómodo silencio entre ellos, pero su voz era baja y más agradable que antes. Hizo a SeokJin sentir que el alfa podría decir cualquier cosa y sería totalmente bienvenido.

Jin inclinó la cabeza y le echó un vistazo de reojo. NamJoon no lo estaba mirando, sus ojos estaban fijos en la ciudad, mientras sus manos estaban en sus bolsillos.

—Soy todo oídos... —él avisó para indicarle que continuara hablando. El alfa podía decir cualquier comentario molesto y no creía ser capaz de enfadarse con él en ese momento.

Pero NamJoon continuó callado por lo que pareció varios minutos. SeokJin empezó a creer que él no diría nada al final. No obstante, cuando finalmente pareció estar listo para volver hablar, NamJoon se giró y lo miró a la cara con una expresión seria.

SeokJin se sintió extraño, quizás un poco incómodo, porque no creía haber hecho algo malo para que el alfa lo mirara de esta forma otra vez. Pero él también se giró lentamente y lo miró de frente. Si el alfa quería decir algo, bueno, joder, era mejor que se lo dijera directamente a la cara.

—Estuve pensando en tus motivos para ayudarme sin pedir nada a cambio —NamJoon empezó a hablar con mucha calma. Su atención recayó por completo sobre los ojos de SeokJin. Sin embargo, al escuchar sus primeras palabras, él abrió los labios para protestar, porque nunca vino pensando en obtener algo a cambio. Pero el alfa colocó un dedo sobre su boca para indicarle que se callara—. ¿Puedes dejarme terminar...? —él inquirió con un poco de humor en su voz y SeokJin frunció los labios mientras asentía lentamente—. Bien... Lo que trato de decir es que, en realidad, he sido muy injusto contigo. En muchas ocasiones. Siempre desconfiando de ti o tratando de encontrar motivos ocultos en tus acciones...

NamJoon hizo una pequeña pausa y SeokJin lo miró con más interés que antes. Había algo completamente singular con esta declaración que capturó toda su atención.

—Pero tú, Kim SeokJin, voluntariamente accediste a ayudarme con esto... —el alfa volvió a hablar—. Nunca espere que las cosas resultaran como lo están haciendo hasta ahora: muy bien... Sin embargo, cuanto más lo pienso, me doy cuenta que es todo gracias a ti... Has dado lo mejor de ti para ayudarme, y no he sido capaz de recompensar el esfuerzo que has hecho... —NamJoon desvió un poco la mirada y se rió con autocrítica—. Ni siquiera pude darte palabras buenas y halagarte correctamente cuando me preguntaste cómo te veías... ¿Qué tan ridículo es eso?

SeokJin se quedó en silencio después de escuchar todo esto. Volvió a mirar a NamJoon a los ojos, notando lo serio que él era, y sintió su corazón empezar a latir más rápido que antes. Nunca esperó que él le dijera algo como esto tan de repente. Ni siquiera sabía cómo debía responder a eso.

—Me alegra saber que las cosas van bien para ti... —Fue lo único que se atrevió a decir. Escuchar a NamJoon dándole crédito fue casi insospechado, pero también muy refrescante. SeokJin miró en otra dirección al sentir un poco de vergüenza—. Aunque solo hice lo que me pediste...

El alfa dio un paso para estar más cerca de él, y SeokJin tuvo que alzar levemente el rostro para verlo otra vez a los ojos, dándose cuenta que NamJoon continuaba mirándolo de una forma muy extraña.

—Lo único que te puedo ofrecer en este momento es un agradecimiento... —él volvió a hablar con una expresión más afable que antes. SeokJin sintió calor en todo su cuerpo por esto—. Gracias, Jin... por todo lo que estás haciendo por mí. —NamJoon agarró su mano con suavidad y, repentinamente, la llevó a sus labios. Él besó el interior de su muñeca y lo miró a los ojos—. Tenías razón cuando dijiste que eras mi mejor opción. Sin ti aquí, honestamente, no creo que las cosas hubieran resultado bien... Me siento feliz de que seas tú.

SeokJin lo miró boquiabierto.

Él estaba totalmente cohibido ahora. Su garganta se sentía seca y su corazón estaba latiendo demasiado rápido. Al ver que NamJoon no pretendía soltar su muñeca, tuvo que llevar su otra mano al área de su pecho, agarrando su propio jeogori en un puño sin importar que se arrugara.

¿Qué fue todo esto?

SeokJin no sabía qué hacer. Tampoco sabía qué decir. No encontraba ni siquiera algo tonto con lo cual salir de esta extraña situación. Pero sus mejillas estaban calientes, y NamJoon continuaba presionando sus labios contra su muñeca, mientras lo veía a los ojos sin importarle nada más.

Repentinamente, se sintió muy tímido por esto.

Él desvió levemente la mirada, relamió sus labios y peinó uno de sus flequillos detrás de su oreja con mucho nerviosismo. Ni siquiera tenía la valentía suficiente para alejar su mano de la boca de NamJoon cuando él no dejaba de verlo de esa forma.

—Na... NamJoon —él pronunció con la voz un poco temblorosa, con la necesidad de decir algo rápidamente para acabar con su bochorno, pero en cuanto volvió a mirar los orbes cafés del alfa, que parecían brillar, cualquier palabra que estuvo a punto de vociferar murió en su boca.

Su mente fue despojada de cualquier pensamiento racional.

—No tienes que decir nada... —NamJoon murmuró al darse cuenta del conflicto que centelleaba en sus iris. Él bajó su mano, todavía sin soltarla, y cuando SeokJin estuvo a punto de alejarse un poco, el alfa agarró su otro brazo—. No quiero que digas nada.

NamJoon tiró de sus brazos hasta que SeokJin chocó contra su pecho. Él no comprendió lo que el alfa estaba haciendo en ese momento, porque todo era demasiado repentino. Pero percibió cómo el hombre lo soltaba para rodear su cuerpo con sus brazos y lo entendió todo...

NamJoon lo estaba abrazando.

Oh, dios, NamJoon lo estaba abrazando por iniciativa propia.

SeokJin exhaló temblorosamente, sin saber qué hacer con todo esto. Su cabeza parecía haber dejado de funcionar correctamente. Estaba totalmente abrumado. Pero NamJoon lo apretó con fuerza contra su pecho, quitándole cualquier oportunidad de apartarse, porque él quería tener todo el control de este abrazo.

Tuvo que inhalar profundamente, necesitando aire, pero eso también fue un error. El aroma a ginebra de NamJoon lo embriagó y le hizo sentir más mareado que antes. SeokJin abrió la boca para decir algo, pero otra vez fue interrumpido.

—No digas nada... —El alfa volvió a repetir cuando se dio cuenta de su estado. Él enterró su rostro en el cabello de SeokJin e inhaló profundamente—. Por favor... Solo cállate por un momento y no digas nada.

SeokJin cerró la boca y se quedó callado.

Ya no planeaba decir nada.

Aun así, después de unos segundos en silencio, él terminó alzando sus propios brazos para colocar sus palmas sobre los omóplatos del alfa. No entendía por qué el hombre estaba haciendo esto. Pero SeokJin ya no lo podía evitar. Él respiró hondo para tomar una bocanada de su aroma otra vez, como un adicto lleno de necesidad, y cerró los ojos con fuerzas. Solo necesitó hacer esto para abrazar al alfa con la misma vehemencia con la que él lo estaba haciendo.

Esta fue la segunda vez que se abrazaban de esta forma, pero SeokJin se sintió igual que la primera vez.

Él mantuvo los ojos cerrados todo el tiempo, porque temía que se tornaran vidriosos, y dejó que la calidez del cuerpo de NamJoon lo abrigue. Le costaba respirar y también pensar con normalidad. Pero eso estaba bien, él no quería pensar con claridad. No necesitaba hacerlo en ese instante. Solo deseaba continuar abrazando a NamJoon de esta forma hasta que no supiera en donde comenzaba él y terminaba NamJoon.

Hasta que no hubiera necesidad de decir nada para entenderlo todo.

Pero, de todas formas, quería decirlo; cada una de las palabras que estaban sacudiendo su mente y su corazón.

Le gustaba que NamJoon lo abrazara.

Le gustaba que NamJoon lo besara.

Podría refugiarse en sus brazos por el resto de su vida.

Sin embargo, después de varios minutos, en lo que estuvieron abrazados sin decir nada, los brazos del alfa alrededor de él empezaron a aflojarse lentamente.

Lo inevitable estaba a punto de suceder otra vez.

NamJoon dio un paso atrás y se separó un poco de él. SeokJin no se atrevió a mirarlo a la cara en ese momento. No cuando se sentía tan confuso y ansioso; lleno de sentimientos complicados y descubrimientos aterradores.

Pero él tuvo que hacerlo. Tuvo que mirar a NamJoon a la cara otra vez. Y cuando lo hizo, dándose cuenta que el alfa lo estaba viendo sin esa habitual expresión impasible, pensó que si no decía algo rápidamente iba a terminar cometiendo una locura.

—¿Puedo saber a qué se debe tu repentino deseo por contacto físico...? —él inquirió apoyando su frente en el hombro del alfa. No quería hacer mucho contacto visual con él ahora.

—¿Qué pasa si no quiero decirlo? —NamJoon le respondió con otra pregunta en el mismo tono bajo que él.

—Entonces, creeré que beber champán, vino y sake hizo algo mal contigo... —SeokJin susurró con un poco de diversión. Las manos del alfa todavía estaban en su cintura—. Francamente, esa es una mezcla terrorífica para cualquiera...

NamJoon se rió un poco de su observación y SeokJin percibió la forma en la que sus hombros se sacudían mientras lo hacía. Se sintió tan cómodo que no pudo evitar sonreír también.

—¿Ahora estás insinuando que estoy borracho? —NamJoon cuestionó con un poco de ironía. Sus manos apretaron suavemente la cintura de SeokJin—. No te preocupes, no me embriago con facilidad. Solo quise darte un poco de reconocimiento, ¿sabes?

SeokJin se quedó en silencio y suspiró con un pequeño nudo en la garganta que no desaparecía. Al final, cuando no pudo soportarlo más, musito con fragilidad: —Me hace muy feliz que lo hicieras...

NamJoon volvió a abrazarlo, esta vez más suave que antes, pero todavía era un abrazo. Ambos se quedaron en silencio. Pero Jin no hizo ningún intento por interrumpir o apartarse del alfa. Se quedó allí, con su frente apoyada sobre el hombro de NamJoon, mientras mantenía sus manos en su espalda, sintiendo su calor y extasiándose con su olor.

—Tu aroma parece un poco diferente... —NamJoon murmuró sacándolo de sus pensamientos. El aliento del alfa en su cuello le hizo un poco de cosquillas—. Pero es agradable... Hueles muy bien.

El alfa enterró su rostro en su cuello e inhaló profundamente su olor. SeokJin se quedó momentáneamente en silencio sin entender a qué se refería él. —¿Diferente...? —él inquirió con un poco de asombro. Era casi imposible que NamJoon se diera cuenta de algo como eso...

—Sí, es un poco diferente que antes —NamJoon se separó de su cuello para verlo a la cara. SeokJin hizo lo mismo que él y lo miró con un poco de turbación—. ¿Quizás Jazmines y esencias...?

SeokJin abrió los labios ligeramente y luego los cerró. Estaba demasiado anonadado por el descubrimiento de NamJoon. Era muy extraño que el alfa lograra percibir este pequeño cambio en su aroma; casi nadie sabía que él también podía oler de esta manera cuando estaba cerca de su periodo fértil o en celo.

—¿Te gusta como huelo...? —él preguntó con una pizca de perplejidad en sus facciones.

Siempre se le hizo una combinación un poco desagradable. Por eso estaba feliz de que nadie notara este cambio en su aroma. Sin embargo, aquí estaba Kim NamJoon, diciéndole que era agradable, mientras olisqueaba su aroma como si lo codiciara.

¿Cómo podría no sentirse estupefacto y afligido con esto?

—Me gusta tu aroma —NamJoon respondió con un semblante serio. No había ninguna clase de burla en sus palabras—. Es una buena combinación.

SeokJin lo observó fijamente por un instante, notando la forma en la que el cabello de NamJoon se mecía suavemente con el viento otoñal. Este hombre realmente lo estaba viendo como si fuera la única persona que deseaba mirar en ese momento, tal y como le sugirió cuando estaban en el ascensor, pero ellos ahora estaban completamente solos... No había necesidad de hacerlo, a menos que sí fuera real.

SeokJin se cubrió los labios y empezó a reír. Sus mejillas estaban tan calientes como sus orejas otra vez.

Tal vez sí era el destino.

Cuanto más miraba a Kim NamJoon, sintiendo todas estos sentimientos ambiguos y confusos, el pensamiento se volvía más inevitable.

SeokJin ya no podía continuar renegando algo que era bastante obvio.

—¿Por qué te ríes...? —NamJoon protestó con el ceño fruncido. Él llevó sus manos a las mejillas de SeokJin para pellizcarlas—. No estoy mintiendo. Deja de reírte... —SeokJin continuó riéndose con mucho ánimo y el alfa apretó sus mejillas—. ¿Por qué sigues riendo así...? ¿Te estás burlando de mí?

—Eres tan raro... —él dejó escapar entre risas.

Pero NamJoon enarcó una ceja al escuchar sus palabras, y él estaba seguro que el alfa estaba a punto de protestar otra vez, porque era parte de su personalidad de mierda. Sin embargo, en esta ocasión, fue SeokJin quien no le permitió hablar. Agarró las solapas del jeogori de NamJoon con fuerza, provocando el desconcierto del hombre, y juntó sus bocas en un beso.

SeokJin lo besó, suave y profundamente, como deseaba hacerlo desde hace horas atrás.

Sus labios se movieron contra los de NamJoon con facilidad, porque conocía todo lo que a este alfa le gustaba, y su boca se abrió para permitirle paso a su lengua cuando él finalmente correspondió. Ellos se besaron sin ninguna clase de prisa, solo tocándose el uno al otro, mientras sentían las pequeñas diferencias entre este y todos los besos que habían compartido.

Y se sintió muy bien, cada vez que sus labios se deslizaban entre ellos, intercambiando el aliento y el calor, se sintió excepcional.

—¿Puedo saber a qué se debe esto...? —NamJoon interrogó con curiosidad y humor en su voz cuando se separaron.

Los brazos del alfa todavía estaban rodeando su cintura. SeokJin lo miró a la cara, pensando que los ojos de NamJoon resplandecían casi como las estrellas, y dejó escapar un indiscreto suspiro.

Nunca había visto a este hombre mirarlo con tanta gentileza como ahora.

Y nunca había pensando en lo mucho que le gustaba ser el centro de atención de una mirada como esta.

—Se debe a muchas cosas... —él musitó con los labios temblorosos.

—¿Hay algo en particular? —NamJoon cuestionó en voz baja con mucho interés—. ¿O es algo que no puedes decir...?

SeokJin sonrió ligeramente al escucharlo.

Esto era algo que no debería decir y, a pesar de todo, agachó la cabeza por unos segundos para tomar una bocanada de aire. Sus manos estaban apretando el Jeogori de NamJoon con fuerza otra vez, mientras su corazón buscaba valentía para hacer lo que su mente no era capaz. No estaba seguro de que lo que estaba a punto de confesar estuviera dentro de su guion, de todas formas, volvió a alzar la cabeza para ver al alfa a los ojos, tal y como al hombre le gustaba, porque esto era algo más trascendental que todas sus inhibiciones.

—He pensado que hay algunas cosas inevitables en este mundo... —él musitó viendo a NamJoon a los ojos. Su propia mirada era suave y cálida, como lo eran los brazos de NamJoon alrededor de su cuerpo, o como lo fue su anterior beso—. Quizás el habernos conocido fue inevitable, ¿no? Así como lo ha sido el que yo viniera aquí... o como lo es el que me gustes un poco, Kim NamJoon...

Algo como esto no estaba destinado a ser dicho de esta forma, pero fue todo lo que SeokJin podía decir en ese momento. Si NamJoon realmente le gustaba o no, era algo que descubriría correctamente en el futuro, pero lo que sentía no era cualquier cosa banal y absurda.

El alfa abrió los ojos al escucharlo, lleno de sorpresa y confusión, tal vez tan desconcertado como lo estaba SeokJin, pero él lo miró a la cara como si lo estuviera viendo por primera vez.

Pero SeokJin siguió sonriendo.

Se sintió tan liberador haber dicho esas palabras. No esperaba que NamJoon le respondiera. Ni siquiera quería que el alfa lo hiciera. Estaba perfectamente bien así como estaba. Esto no era una confesión de amor ni nada por el estilo.

Esta fue una confesión más para sí mismo que para NamJoon.

Él llevó una mano a la boca del alfa y evitó que el hombre hablara. De cualquier manera, no era como si NamJoon pudiera decir algo, ¡él seguía totalmente descolocado! Pero SeokJin se sintió más tranquilo al impedirle tomarlo por sorpresa más adelante.

—¿Escuchas eso...? —él preguntó para cambiar el tema. La música de la fiesta se escuchaba más fuerte que antes. Parecía que el alcohol estaba empezando a hacer sus más comunes efectos y los invitados estaban más centrados en bailar que conversar—. Tenía muchas ganas de bailar cuando estaba allí adentro... Pero es una lástima que los alfas y betas escapen de los omegas casados, ¿sabes?

La sonrisa suave en sus labios se convirtió en una más coqueta y descarada. Su común naturaleza estaba volviendo después de haber confesado lo que apresaba su corazón y molestaba su consciencia. Y aunque lo del baile era tanto una pequeña mentira como una excusa para cambiar de tema, ya que, en realidad, no había tenido ganas de bailar, ahora la idea no le parecía tan mala.

Nunca antes había querido bailar tanto con una persona como deseaba hacerlo ahora con Kim NamJoon.

El alfa lo contempló por unos segundos, la conmoción y confusión de antes ya había desaparecido de sus facciones, para dar paso a su habitual inexpresividad, pero agarró la mano de SeokJin y la apartó lentamente de su boca.

—¿Tú quieres bailar...? él indagó con incredulidad.

—¿Estás preguntando para invitarme o por mera curiosidad? —SeokJin preguntó con falsa confusión. La mano de NamJoon sostuvo la suya con un poco de fuerza, pero él inclinó la cabeza y lo miró con una pequeña sonrisa coqueta—. Porque si es la primera opción, estoy dispuesto a aceptar... Pero si es la segunda, quizás no te responda, querido.

NamJoon desvió la mirada y escuchó atentamente la canción. El sonido no era tan claro, porque la puerta estaba cerrada, pero el ritmo era inconfundible. Él lo pensó durante varios segundos, tal vez buscando cuáles eran sus alternativas, pero, al final, él tiró suavemente del brazo de SeokJin hasta que sus pechos casi chocan otra vez.

—Bailemos, Kim SeokJin —dijo con mucha formalidad.

Pero Jin casi se ríe al pensar que eso se escuchaba más como una orden que una petición. De todas formas, asintió con la cabeza, aceptando bailar con él, porque era lo único que deseaba hacer en ese momento. NamJoon inmediatamente posicionó su mano derecha, ligeramente ahuecada, sobre su espalda, tratando de no romper la poca distancia que había entre sus cuerpos, mientras que él se irguió y puso su mano izquierda sobre el hombro del alfa, para así permitir que NamJoon sostuviera su mano derecha entre la suya.

Ellos se miraron a los ojos, percibiendo el mismo tipo de diversión brillar en sus miradas y, luego, empezaron a bailar.

Fueron de lo más torpe al inicio, ambos moviéndose sin ninguna clase de coordinación o ritmo, mientras buscaban adaptarse a los movimientos del otro como si se tratase de una competencia. Tan tonto y ridículo que SeokJin volvió a reír.

—¿Qué estamos haciendo...? —él preguntó, entre risas y movimientos uniformes, tratando de seguir el compás de NamJoon. La falda de su hanbok se movió de un lado a otro con cada uno de sus torpes pasos.

—Lo mismo me gustaría preguntarte a ti... —NamJoon le respondió. Aunque su expresión era impasible, SeokJin se dio cuenta que el alfa también estaba de buen humor.

—Bueno... —él murmuró mirándolo por debajo de sus pestañas—, podemos continuar intentándolo hasta que encontremos un buen ritmo.

NamJoon estuvo de acuerdo con eso.

Ellos siguieron bailando hasta que, naturalmente, encontraron coordinación entre ellos y sus pies. SeokJin permitió que el alfa lo guiara, al tener dificultades para moverse adecuadamente con su hanbok, y sus pasos se volvieron más acordes. La próxima canción comenzó inadvertidamente. Se trataba de una más lenta. Él creyó que el alfa se detendría, porque bailar una canción era suficiente para él, pero NamJoon continuó guiando. SeokJin se dejó llevar y empezó a moverse al ritmo lento de la música. Sus manos se deslizaron por los brazos del alfa, encontrando sus manos una vez más, y NamJoon tiró de él hasta que no hubo más espacio entre sus pechos, cambiando las posiciones de sus brazos; ahora se encontraba abrazándolo por la cintura. SeokJin lo miró con suma atención y luego sonrió sutilmente, relajándose en su toque, antes de rodear su cuello con sus brazos.

En esta posición, la anterior diversión se perdió, y SeokJin miró los orbes cafés del alfa fijamente, entonces se dio cuenta que el hombre también lo estaba mirando con la misma seriedad. Y solo dios sabe cuánto tiempo se vieron el uno al otro de esta forma, porque ambos se perdieron en el ambiente íntimo que los rodeaba, incluso cuando había pequeñas sonrisas todavía iluminando sus rostros.

Ellos bailaron un rato más, perdidos en los movimientos ondulantes del hanbok, las luces cálidas a su alrededor y la música de fondo. El viento fluyó a su alrededor, moviendo sus cabellos suavemente, y el corazón de SeokJin se agitó al tener un espontáneo pensamiento: ellos parecían dos amantes, bailando juntos debajo del cielo estrellado, sin que nada más que ellos mismos les importe.

Pero la mirada que NamJoon le estaba dando lo era todo.

Las luces que se filtraban por las cortinas, los destellos púrpuras, azules y rosa de las fuentes de agua, e incluso la luna y las estrellas en el cielo, parecían superponerse en el brillo en sus ojos.

En la sonrisa en sus labios.

E incluso en el toque de sus manos.

SeokJin sintió que su presión cardiaca aumentaba; los latidos de su corazón más acelerados y urgentes. Su piel cosquilleó, su aliento se quedó atrapado en sus pulmones y sus labios se abrieron ligeramente.

Había tanto calor fluyendo entre ellos que todo en él se sintió extraño otra vez.

Él dejó escapar el aliento y sus ojos se deslizaron lentamente hasta los labios de NamJoon. Sus pies se detuvieron paulatinamente y la música ya no se escuchó más. Pero sus ojos se encontraron una vez más y permanecieron allí, perdidos por unos instantes, mientras sus labios se abrían casi simultáneamente.

El rostro de NamJoon se acercó despacio al suyo. Y no lo pudo evitar, cerró los ojos cuando la respiración del hombre se mezcló con su aliento, esperando lo que su corazón estaba añorando. Y cuando los labios del alfa tocaron ligeramente los suyos, las cosquillas en su cuerpo se intensificaron, eso provocó que se estremeciera notablemente.

NamJoon lo besó con tanta suavidad que fue casi atípico en él.

SeokJin sintió sus emociones a flor de piel. Fue dulce, húmedo y caliente. Todos sus sentidos se nublaron con ese beso. Sin embargo, en cuanto sus labios empezaron a deslizarse a través de los del otro con más vehemencia, llevó sus manos a la nuca de NamJoon. El alfa, en cambio, apretó su cintura entre sus brazos hasta que él, lentamente, se reclinó hacia atrás y tuvo que aferrarse a su cuello para no caerse.

SeokJin fue besado hasta que sus labios hormiguearon y sus respiraciones se volvieron desiguales.

NamJoon lo besó hasta que le robó el aliento.

Fue así por tanto tiempo que, cuando se separaron, SeokJin necesitó saber urgentemente lo que estaba considerando el alfa. —¿En qué estás pensando...? —él preguntó entre los labios de NamJoon, porque sentía que su corazón estaba a punto de explotar—. Por favor... dime qué estás pensando...

NamJoon lamió su labio inferior y después lo chupó suavemente.

—Estoy pensando muchas cosas ahora... —él murmuró con serenidad al tiempo que se apartaba para ver su rostro—. Pero ahora, mientras miro tu rostro, estoy pensando que eres demasiado lindo... Tan bonito y brillante como la luna detrás de ti...

SeokJin se quedó perplejo al escucharlo. Luego, él se río con mucha incredulidad.

Esta era la primera vez que escuchaba a Kim NamJoon, ese alfa apático e inflexible, hacer una comparativa tan absurda y bonita sobre él. No supo cómo sentirse con esto, pero cualquier otro pensamiento se esfumó de su mente después de escuchar tal halago.

Pero, si en ese momento SeokJin se veía como la luna a los ojos de este hombre, entonces, NamJoon se veía como las estrellas a los suyos.

Brillando como nunca antes lo había hecho.

—¿Hay algo más que estés pensando...? —él exhaló con suavidad y cerró los ojos cuando el alfa volvió a agacharse para besar sus comisuras.

—Sí, hay algo más —NamJoon afirmó. SeokJin tenía los ojos cerrados, pero logró percibir cómo él sonreía contra su mejilla—. Estoy pensando en lo mucho que me gustaría arrojarte sobre la cama y arrancarte ese hanbok pieza por pieza.

Al escucharlo, abrió los ojos y se rió. —Eso es demasiado inapropiado —dijo llevando sus brazos al cuello del alfa—. ¿Vas a arruinar mi bonito hanbok...?

NamJoon lo contempló por un instante. Sus dedos haciendo círculos en su cintura.

—Podemos hacer una excepción con ciertas partes... —él espetó, mirando la parte inferior de su hanbok—. No me importaría desvestirte lentamente esta noche.

SeokJin negó con diversión. Lo que NamJoon estaba contemplando era algo que ambos estuvieron pensando desde que salieron de su suite. Después de una semana, ¿por qué no tomarse el tiempo para probarse el uno al otro despacio?

—Todavía quiero recompensarte por toda tu ayuda —NamJoon susurró contra su oído—. Pídeme lo que quieras, Jin...

SeokJin inhaló y agarró su rostro para mirarlo. Él no quería ninguna clase de recompensa por su ayuda. De cualquier manera, la joyería de lujo y las comidas que NamJoon compró para él en esos dos días, valían el precio de su ayuda.

—Te lo dije antes, ¿no? —él dijo con sutileza—. No espero una recompensa por esto...

SeokJin se interrumpió a sí mismo.

Oh, maldición, él sí tenía algo que pedir...

¿Qué tan malo sería decirle a NamJoon que necesitaba su ayuda económica por el bien de su familia? ¿Qué tan dispuesto estaría el alfa a ayudarles?

Tal vez eso fue lo único que SeokJin deseaba. Después de todo, ese era el motivo por el que se acercó a Kim NamJoon en un inicio: interés.

—Está bien —NamJoon se rindió con él y acarició sus cachetes. Pero SeokJin ya no se sentía tan feliz como segundos atrás al recordar la razón por la que se acercó al alfa—. Tu celo es en unos días, ¿verdad? Podemos ir a visitar las aguas termales y hospedarnos en un hotel durante esos días... Quiero que te sientas cómodo y feliz, Jin.

SeokJin miró al alfa con sorpresa después de escuchar su sugerencia. Si el hombre hubiera dicho estos unos minutos atrás, probablemente, lo abrazaría por el cuello lleno de emoción, pero ahora no había nada más en él que un repentino sentimiento de tristeza.

—Sí me gustaría ir contigo a las aguas termales —él susurró con un tono débil—. Pero hay algo que me gustaría decirte antes...

Si algo que SeokJin ha tenido en cuenta todo este tiempo es que, en realidad, no existe tan diestra mentira que no se venga a saber; NamJoon lo descubriría, tarde o temprano, todo lo que él había estado haciendo para ganarse su favor por nada más que intereses personales y egoístas.

—Estoy escuchando —el alfa le hizo saber cuando él se quedó callado.

NamJoon continuaba sosteniendo su nunca con una mano mientras acariciaba su cachete con su dedo pulgar. SeokJin inclinó su cabeza a su toque y cerró los ojos.

La culpa era un sentimiento asfixiante.

—Escúchame con mucha atención... Por favor.

Él inhaló aire, pensando en como explicar todo, pero empezó a sentir que se ahogaba otra vez. Y NamJoon, sin tener en cuenta nada de lo que estaba incordiando su estado de ánimo, volvió a agacharse para acariciar su nariz con la suya en suaves movimientos circulares. Luego, depositó un beso fugaz sobre sus labios, antes de abrir los ojos y mirarlo otra vez. NamJoon estaba siendo tan cariñoso que Jin temió por lo que el alfa realmente sentía por él ahora.

SeokJin lo observó y empezó a arrepentirse de esta decisión.

No deseaba arruinar todos sus avances.

Pero el ardor en su pecho, que crecía mientras miraba las iris cafés del alfa, empezaba a incendiar cada parte de su cuerpo.

—Se trata de una confesión —él dijo relamiendo sus labios. El calor de antes se había esfumado de sus mejillas—. Hasta ahora, es algo que no había podido decirte... Pero quiero hacerlo.

—¿Uhm? ¿Es otra repentina confesión de amor? —NamJoon inquirió con diversión en su voz.

Era más que obvio que el alfa se encontraba mofándose del ambiente íntimo entre ellos y la anterior confesión de SeokJin. Si cualquier persona los mirara en ese momento, y escuchará sus palabras, definitivamente creería que él estaba a punto de confesar su amor secreto.

Desafortunadamente, no fue así.

Esto era todo menos una confesión de amor.

—No seas idiota... —SeokJin se rió, su voz estaba un poco ronca, pero el nudo en su garganta solo creció hasta volverse casi doloroso. Sin embargo, cuando volvió a abrir los labios para hablar, sintió un terrible miedo.

No quería que todo acabara tan rápido.

—Entonces, ¿qué es tan importante? —NamJoon cuestionó con una pequeña sonrisa en sus labios—. Por favor, no me des otra de tus engreídas y presuntuosas advertencias... Temo no poder ir despacio esta noche si lo haces.

SeokJin se sonrojó un poco al escucharlo.

NamJoon realmente estaba de muy buen humor.

Tan feliz que a SeokJin le dolió verlo a la cara.

—¿Recuerdas cuando me preguntaste qué es lo que realmente quiero...? —SeokJin apretó el hanbok de NamJoon con fuerza entre sus manos. Quizás esto era lo más difícil que ha hecho hasta ahora—. Cuando me preguntaste qué espero de ti...

—Lo recuerdo —NamJoon asintió con un semblante más calmado que antes. Él estaba empezando a notar el cambio en su aroma.

Pero todo el cuerpo de SeokJin estaba empezando a temblar levemente. Incluso si deseaba hablar y decir toda la verdad de una vez por todas, las palabras se negaban a salir por su boca. Inconscientemente, sabía lo que pasaría una vez que le dijera a NamJoon la verdad, porque el hombre odiaba las mentiras y el engaño. Esto iba totalmente contra sus principios. Pero aquí no había otra clase de explicación. Él es lo que es: embustero, mentiroso y egoísta. No había forma de cambiar la verdad. Pero esto también le hizo sentir como la mierda.

—NamJoon... —él musitó con dolor en su garganta. Su historia no estaba destinada a acabar bien. Esto era algo que siempre había tenido en mente—. La primera vez que preguntaste te dije que era deseo... Nunca ha sido una mentira. Te deseo, Kim NamJoon... —Su cabeza se sentía caliente y su cuerpo estaba tiritando. Sin embargo, él continuaba buscando desesperadamente cualquier excusa para no ser directo. Necesitaba un salvavidas que lo mantuviera a flote—. Te deseo más de lo que piensas... Te deseo tanto que era muy difícil para mí aceptarlo... Pero esa no es la única razón por la que decidí perseguirte...

—Eso es algo que me dijiste cuando empezamos este arreglo —NamJoon le interrumpió—. Iba a decírtelo antes, pero no me dejaste... —El alfa hizo una pequeña pausa para agarrar su cara entre sus palmas y volver a mirarlo a los ojos—. También te deseo, Kim SeokJin... tanto que me vuelve loco que sea de esa forma, pero es algo que he empezado a aceptar, así que ya no me irrita tanto mirar tu cara...

SeokJin cerró los ojos y permitió que el alfa volviera a besarlo.

Tenía tantas ganas de llorar que no se volvió a atrever a hablar.

Odiaba la vulnerabilidad y la culpa que sus propias mentiras le estaban haciendo sentir.

Gracias al cielo, y cualquier entidad divina en él, SeokJin observó como la puerta de cristal se abría para dar entrada a una nueva persona. Se trataba del jefe Choi. El hombre los miró a ambos con un poco de asombro en sus facciones, porque todavía continuaban abrazados, y entendió perfectamente bien que había interrumpido algo muy importante.

Aun así, SeokJin se lo agradeció profundamente. Esta era la excusa que necesitaba para no continuar hablando.

—Disculpe la interrupción, señor... —el hombre carraspeó e inclinó la cabeza—. El señor Takahashi está buscándolo. Tiene algo importante que discutir con usted antes de finalizar la velada.

NamJoon lo miró con un semblante estoico, tan diferente a como estuvo mirando a SeokJin antes, y asintió con la cabeza.

—Está bien, iré en un momento —él aseguró—. Puede retirarse, señor Choi.

El alfa asintió de acuerdo y se disculpó antes de salir de la terraza otra vez para brindarles privacidad. Hubo un pequeño silencio entre ellos después.

—Creo que debes ir ahora... —él susurró.

NamJoon acarició su mejilla con sus nudillos y lo contempló por unos segundos. Luego, con humor y arrogancia, dijo: —Él puede esperar a que termine de charlar con mi esposo, ¿no?

SeokJin tragó en seco, volviendo a sentir esas punzadas de dolor, pero sonrió levemente y negó con la cabeza. —Creo que mi esposo y yo tenemos toda la noche para hablar... —Llevó sus manos al hanbok del alfa y trató de arreglarlo para que no luciera desordenado—. En realidad, lo que iba a decir no era tan importante... No te preocupes.

NamJoon lo evaluó con una mirada llena de escrutinio. SeokJin tuvo que hacer un gran esfuerzo para sonreír alegremente y no delatarse.

—Está bien —el alfa terminó aceptando. Jin soltó un pequeño suspiro lleno de alivio al escucharlo, pero NamJoon después añadió—: Pero nunca pienses que tus pensamientos no son importantes, ¿de acuerdo?

SeokJin alzó la mirada y observó a este hombre con un poco de asombro. No entendía por qué NamJoon estaba siendo tan afectuoso. Era cierto que el hombre se encontraba agradecido y feliz con él. También que lo deseaba mucho. Sin embargo, esto todavía se sintió muy raro, porque NamJoon nunca había mencionado las palabras gustar o querer en todo lo que le dijo.

De todas formas, a SeokJin no le importaba, incluso si el alfa no lo decía abiertamente, sabía que NamJoon lo apreciaba más que antes. Él no quería que NamJoon se enamorara de él cuando sabía que todo se iría al carajo, como consideró tiempo atrás, cuando solo estaba pensando en sus propios deseos.

Ya no deseaba herirlo de esa forma.

—De acuerdo... —Él soltó el jeogori del alfa y dio un paso atrás—. Apresúrate y vuelve pronto.

El alfa volvió a inclinarse para capturar su boca en un beso de despedida. SeokJin tuvo que cerrar los ojos, creyendo que podía ahogarse con el calor en su pecho y la falta de aire, pero el hombre terminó el beso justo a tiempo.

—No te quedes mucho tiempo aquí afuera —NamJoon le advirtió con un poco de severidad—. Hace frío y puedes tener un resfriado.

—No me quedaré mucho tiempo.

El alfa siguió mirándolo y SeokJin parpadeó varias veces sin entender porque él no se iba de una buena vez.

—Terminaré de hablar con él y nos marcharemos —NamJoon volvió a hablar, esta vez, un poco más bajo que antes. Él volvió a acariciar sus mejillas con sus nudillos—. Todavía no he cambiado de idea sobre arrojarte a la cama y arrancarte ese hanbok...

SeokJin se rió y golpeó su pecho.

—Sí, sí... Ve y vuelve rápido.

NamJoon se despidió otra vez y él se quedó solo como en un principio. Después de un momento, observando el cielo y la luna, SeokJin fue demasiado consciente de lo que estuvo a punto de hacer.

Maldición, ¿en qué demonios estaba pensando...?

Él realmente estuvo a punto de echar a la basura todo lo que había logrado en esos tres meses por un momento de debilidad y culpa, influenciado por el ambiente íntimo y afectuoso entre NamJoon y él.

SeokJin peinó su cabello hacia atrás y maldijo para sí mismo.
—¿En qué mierda estaba pensando...? ¡Soy tan idiota!

NamJoon apenas estaba empezando a ser agradable y suave con él. Si descubriera los verdaderos motivos por los que inició ese ridículo convenio entre ellos, era posible que el hombre nunca se lo perdonara.

No quería que NamJoon lo odiara...

SeokJin se tapó los ojos con sus manos, inhaló y exhaló para calmar su respiración, sintiendo que estaba a punto de tener un ataque de ansiedad.

No se sentía bien.

Se estaba asfixiando con sus propias emociones.

Sin embargo, incluso si hizo varias rondas de respiración profunda para calmar su estado, no percibió ningún alivio; sentía que le faltaba el aire y el hanbok le ahogaba. El sudor perló su frente. Sintió calor y espasmos musculares por todo el cuerpo. Eran tan graves, o él estaba tan débil, que sus rodillas se doblaron y cayó al suelo.

No, no, no... —SeokJin exhaló aire caliente y agarró su bolso con las manos temblorosas—. Maldición, no ahora...

Él no estaba teniendo un ataque de ansiedad.

En realidad, era su celo lo que se había adelantado a la fecha prevista...

El espeso dulzor de sus feromonas se extendió a su alrededor y su cuerpo comenzó a sentirse febril. SeokJin tuvo que abrir su bolso y buscar desesperadamente un inhibidor para calmar los síntomas. Era una suerte que siempre llevara con él una tableta para emergencias. Inmediatamente, sacó la pastilla y se la metió a la boca para tragarla. Los síntomas de su calor disminuyeron un poco, pero su aroma volvió casi a ser el mismo, que era lo que necesitaba más que nada para poder irse. Tardaría alrededor de media hora para entrar completamente en celo; el tiempo suficiente para regresar a su habitación y hacer algunos preparativos previos.

Regresó al salón, sintiendo que el hanbok le estaba provocando muchas cosquillas cada vez se frotaba contra su piel sensible, aun así, siguió caminando de forma rápida. Pero no importa cuán bueno era el aire acondicionado del salón, su cuerpo todavía estaba caliente y su garganta se sentía seca.

Él buscó ansiosamente a NamJoon con la mirada y lo vio a los lejos, todavía hablando con el señor Takahashi y otras personas. Francamente, tenía mucha vergüenza de interrumpir, pero esto fue algo que se salió de sus manos. Le diría a NamJoon que se sentía un poco indispuesto y necesitaba irse primero. Luego, mientras esperaba a que el alfa regresara, se encargaría de sí mismo.

Él se acercó con una expresión calmada y una sonrisa cordial en los labios. No tuvo que acercarse mucho al círculo de alfas para que su presencia fuera notada.

—Disculpen... —SeokJin interrumpió fingiendo ser casual. Al escuchar su voz, NamJoon inmediatamente se dio la vuelta y lo miró con un semblante inquisitivo. El alfa probablemente se estaba preguntando si sucedía algo. Pero él mantuvo una sonrisa en sus labios cuando le dijo—: Cariño, sé que estás muy ocupado, pero me siento un poco indispuesto... Me retiraré primero, ¿sí?

NamJoon lo miró con un poco de confusión mezclada con aparente preocupación por él. —¿Necesitas que te acompañe? —él inquirió, acercándose un poco más.

—No, no hay necesidad... —SeokJin negó rápidamente. Aunque, de hecho, quería que NamJoon lo acompañara y lo cuidara, como cualquier omega que estaba a punto de entrar en celo, no se atrevió a mencionar esto frente a tanta gente—. Puedes alcanzarme cuando termines... Estaré esperándote despierto.

Si NamJoon realmente fuera su alfa, el celo de SeokJin no era algo que pasaría desapercibido para él. Un alfa siempre sabía cuándo su omega estaba a punto de tener un calor gracias a la marca. Pero SeokJin solo tenía una marca falsa aquí, y NamJoon y él nunca habían pasado un celo juntos, por lo que, obviamente, el hombre no era capaz de saberlo a menos que SeokJin lo dijera claramente o él se acercara lo suficiente para olfatear su cuello.

Sin embargo, que NamJoon hubiera notado el ligero aroma a esencias en él, tuvo que haber sido una alarma de lo cerca que estaba de tener su calor. SeokJin fue descuidado y lo pasó por alto por todo lo que estaba sucediendo entre ellos.

—De acuerdo —NamJoon respondió después de mirarlo por un momento. Él alfa llevó una mano a su mejilla y la acarició como lo hizo antes en la terraza. SeokJin no pudo evitar estremecerse un poco por el contacto físico—... Iré contigo tan pronto como termine, ¿bien?

SeokJin asintió con una sonrisa y giró un poco el rostro para presionar sus labios contra la palma del alfa, tan necesitado de contacto físico y afecto que fue difícil el controlarse a sí mismo, pero la manera en la que NamJoon lo miraba decía mucho sobre lo que él estaba pensando.

—Voy a esperarte... —SeokJin le dijo con más suavidad que antes—. Quiero hacer todo lo que me dijiste allá afuera.

NamJoon alzó una ceja y después sonrió un poco. Él había entendido las palabras implícitas de SeokJin. Entonces, cuando finalmente terminó de despedirse, dio un paso atrás e hizo una inclinación para no ser maleducado.

Sin perder más el tiempo, salió casi corriendo en dirección al ascensor.

. . .

SeokJin contó los minutos mientras estaba en el ascensor. No le gustaba estar rodeado de personas cuando estaba a punto de entrar en celo; su piel se tornaba un poco roja, sentía calor y cosquilleos por todas partes, y una indescriptible comezón lo atormentaba. Era demasiado incómodo hasta que entraba de lleno en celo. Sin embargo, gracias a que persiguió al alfa en este viaje, pasaría su celo con él, que era lo único que lo reconfortaba.

Usualmente, sus celos podían durar hasta tres días. Él solía alquilar una pieza o ir a un hotel especial para pasar sus celos. Casi nunca lo hizo con alfas para evitar ciertos peligros. Pero ahora, con la planificación natal, no creía que su celo durara la misma cantidad de días que siempre. Era probable que solo fuera un día y medio o dos como máximo.

Pero mientras NamJoon terminaba de arreglar sus asuntos, tenía que ir preparando todo para que fuera cómodo para ambos. En primer lugar, podría tomar un baño y usar sus dedos para prepararse, luego estaría bien arreglar la cama y tomar algún supresor que inhibiera un poco más los efectos de su celo; odiaba convertirse en una cosa caliente y sudorosa que solo pensaba en tener una polla dentro de él. No quería mostrarle esa parte de sí mismo a NamJoon; temía por las cosas que diría o haría.

El pasillo estaba tenuemente iluminado después de oscurecer. Pero se sentía un poco extraño cuando solo era él quien caminaba por el lugar. SeokJin agarró la falda de su hanbok y caminó a toda prisa para girar hacia el corredor que llevaba a su suite. Sin embargo, en su prisa, terminó colisionando con otra persona que salía del pasillo continuo.

Desafortunadamente, mientras trataba de estabilizarse, pisó la falda de su hanbok y cayó al suelo de bruces.

El jadeo de dolor que dejó escapar casi hizo eco en el pasillo y su cabeza dio un par de vueltas. Fue una suerte que no se golpeara en la cara. Pero tuvo que usar sus manos para apoyarse a sí mismo y lograr sentarse. Luego, dándose cuenta que fue el único que cayó vergonzosamente al piso, alzó la cabeza y observó a la persona frente a él.

La vergüenza en su faz desapareció por completo.

La persona frente a él era ese mismo alfa con el que chocó esa noche en la salida de la casa del señor Tanaka. No obstante, a diferencia de ese día, su presencia en ese piso del hotel fue demasiado desconcertante.

¿Por qué él estaba ahí...?

SeokJin sintió un indescriptible escalofrío recorrer su cuerpo cuando observó que el hombre no se marchaba. Él tampoco trató de ayudarlo a ponerse de pie o le pidió unas disculpas y, aun así, continuaba mirándolo fijamente.

Algo no estaba bien con su reacción.

Pero el japonés, después de un momento, tarareó con aparente humor y se agachó frente a él. SeokJin tuvo que arrastrarse un poco hacia atrás por lo cerca que él estaba de su cara.

—Esta es la segunda vez que chocas conmigo... ¿Qué harás para recompensar los daños? —el hombre le habló en japonés. Pero SeokJin percibió como el aroma desagradable de este alfa se extendía a su alrededor—. En este punto, las disculpas ya no me sirven...

—Si necesita dinero como una compensación, puedo dárselo... —murmuró tratando de aparentar calma. No creía que algo tan ridículo necesitara una compensación monetaria, mucho menos cuando él era el más afectado, pero no quería enfurecer a este tipo—. Puedo llamar a mi alfa ahora mismo para que le dé el dinero...

El hombre lo miró por unos segundos y después se rió cínicamente.

SeokJin se quedó estupefacto.

No obstante, cuando trató de ponerse de pie, el alfa agarró su brazo y lo detuvo. —Estoy aquí por algo más importante —él dijo ejerciendo fuerza en su agarre. SeokJin tuvo que morder su labio inferior para no maldecir—. No tenía planeado encontrarme contigo, pero la suerte nos sonríe... Atraparte vale más que una pequeña compensación.

Al escucharlo decir algo así, SeokJin sintió que el aliento se le escapaba de los pulmones y su aroma se disparaba por el miedo. No pudo controlar su reacción ante este inminente peligro. El alfa frente a él olfateó el aire y después arqueó las cejas con sorpresa. Una vil sonrisa surcó sus labios cuando se dio cuenta de su estado.

—¿Un celo...? —el hombre jaló su brazo y SeokJin jadeó cuando él se acercó para olfatear su cuello. Trató de alejarse, empujando al alfa, pero él lo sujetó con más fuerza—. Tu celo está a punto de llegar y estás solo, ¿no es gracioso? Cuando llegue, no te resistirás tanto, te abrirás como una perra a cualquier alfa que te muestre su...

SeokJin lo abofeteó.

El sonido de la cachetada resonó por todo el pasillo y su muñeca dolió por lo fuerte que golpeó al hombre. Sin embargo, cuando el japonés se volvió para mirarlo, se dio cuenta que cometió un grave error.

Él se dio la vuelta y trató de sacar su celular, desesperadamente, de su bolsa para pedir ayuda. Pero el alfa se abalanzó sobre él, cubriendo su boca con una mano, mientras le arrebataba el aparato con la otra. Jin sintió que la sangre abandonaba su rostro al caer en cuenta que estaba en riesgo de ser raptado.

—¡SUÉLTAME! —él gritó a todo pulmón cuando apartó la mano del japonés de su boca—. ¡AYUDA...!

Se retorció, pataleó y trató de gritar otra vez. No podía permitir que este alfa horrible lo encerrara sin que nadie se diera cuenta, de ser así, estaría arruinado. Pero todos sus esfuerzos fueron en balde. El japonés agarró sus brazos y le metió un paño en la boca. Incluso si luchó para soltarse, fue arrastrado por el suelo del pasillo con mucha facilidad.

Sus ojos ardieron mientras trataba de gritar. El suelo parecía moverse debajo de él, porque se sentía mareado, pero no había nadie que lo ayudara. El lugar estaba completamente vacío; teniendo en cuenta los muchos invitados de la fiesta, era muy posible que todos los huéspedes de esa ala fueran invitados del señor Takahashi y ahora estuvieran en el salón de actos.

Nadie se daría cuenta de que lo estaban raptando.

SeokJin sintió que su cuerpo se helaba. No importa cuánto calor tuvo antes, en esta clase de situación, lo único que sintió fue un terrible frío recorrer su cuerpo. Pensó en su guardaespaldas por unos segundos. Pero ninguno de ellos abordó el ascensor con él. ¿Cómo diablos lo encontrarían ahora...?

No, no, no...

Su cabeza se volvió un lío de pensamientos erráticos.

¡NamJoon...!

¡Cualquier persona!

¡Por favor, alguien...!

¡No quería ser violado!

Pero no hubo nadie que le escuchara farfullar.

Tampoco lo hubo cuando el alfa agarró su cabello y lo arrojó contra el suelo.

Nadie vino en su rescate.

SeokJin fue arrastrado dentro de una habitación, mientras sentía todo su cuerpo adolorido y acalambrado. Lo único que logró hacer fue quitarse uno de sus zapatos cuando se retorció en los brazos del hombre. Afortunadamente, el japonés no se dio cuenta, pero fue la única pista que dejó atrás.

—No pienso matarte —el alfa dijo con una sonrisa en los labios. SeokJin todavía estaba tratando de escapar de su agarre—. Aunque no tienes nada que ver con esto, te estuve mirando, y pensé que serías un valioso rehén cuando todo esto termine...

Miró al hombre con rabia en los ojos. Ahora no tenía dudas acerca de que él fue quien lo estuvo espiando esa mañana. Pero Jin no tenía nada que ver con lo que sea que estaban haciendo. NamJoon tampoco lo tenía. Entonces, ¡¿por qué él tenía que ser un rehén?!

Sin embargo, al ver que el alfa había soltado sus brazos, demasiado distraído por su afortunada captura, se sacó el paño de la boca y pateó al hombre en el pie.

Su patada no fue la gran cosa, mucho menos para un alfa, pero al estar agachado, el hombre terminó perdiendo el equilibrio. SeokJin se arrastró lejos de él y se puso de pie. No podía correr hacia la puerta porque el japonés estaba frente a ella. Entonces, con la cabeza hecha un lío, corrió hacia el otro extremo de la habitación para alcanzar el teléfono en la mesita de noche y marcar a emergencias.

Su corazón estaba latiendo deprisa, y la adrenalina se estaba liberando en grandes cantidades por su sistema circulatorio, provocando que los efectos del inhibidor se redujeran en gran consideración. Necesitaba escapar de ese lugar apresuradamente. No obstante, cuando descolgó el teléfono y marcó la tecla de emergencias, SeokJin sintió que el hombre le agarraba del pelo.

—¡Maldita perra coreana! —le gritó jalándolo de su cabello hacia atrás.

—¡No...! ¡No me toques! —SeokJin agarró sus manos para que lo suelte y chilló de dolor—. ¡Suéltame, hijo de puta!

—¡¿Qué crees que estás haciendo, perra...?!

El hombre japonés, de repente, le dio la vuelta y lo abofeteó.

SeokJin gimió de dolor y cayó sobre la cama después del golpe.

Él observó las sábanas blancas de la cama con aturdimiento. Se sintió mareado y con mucho dolor. Su cuero cabelludo ardía y su cabello estaba totalmente enmarañado ahora. Las lágrimas de dolor, mezcladas con su miedo, se deslizaron por sus mejillas en ese instante. Nunca nadie le había pegado en la cara...

Estaba muy aterrado y tenía muchas ganas de llorar.

Quería tanto regresar en el tiempo y quedarse con NamJoon.

Oh, NamJoon...

Lo necesitaba tanto.

SeokJin sollozó contra las sábanas.

—Eres buena mercancía, pero no eres intocable —el hombre espetó con crueldad. Él se inclinó sobre SeokJin y presionó la punta de algo contra su mejilla—. ¿Qué tan valiosa puede ser esta cara...?

SeokJin lo miró de reojo y tragó en seco. Sus sollozos se quedaron atascados en su garganta y su rostro palideció.

El alfa tenía una navaja en la mano.

—No... por favor... —él suplicó con los ojos vidriosos. Su rostro era una de las partes de su cuerpo más preciadas para él—. Te... te daré todo el dinero que quieras, pero no me lastimes... por favor...

—Ponte de pie y haz lo que te pido —el japonés tiró de su brazo y lo hizo volver a pararse.

SeokJin observó la navaja en sus manos con mucho terror.

Todas las lágrimas que estuvo reteniendo se empezaron a deslizar por su rostro en ese momento. El calor y los temblores en su cuerpo se volvieron más incontrolables también. Eventualmente, su celo no tardaría en suprimir los efectos de su inhibidor.

Cerró los ojos y se encogió de hombros.

El alfa agarró una silla y se sentó. Él estaba sonriendo con diversión. SeokJin se paró en medio de la habitación con la cabeza agachada y no se atrevió a volver a mirarlo. Todavía continuaba pensando en diferentes escenarios en donde escapaba de alguna forma o convencía al hombre de pedir una recompensa monetaria en vez de hacerle daño.

Pero ni siquiera se atrevió a volver a abrir la boca. Se odiaba a sí mismo por ser un cobarde...

Quítate la ropa —el alfa ordenó con su voz de mando—. Pieza por pieza.

Jin abrió los labios y volvió a llorar después de escuchar esa orden. Sus brazos se movieron involuntariamente, todavía temblando por la ansiedad y el pánico, pero se dirigieron a su espalda para bajar el cierre de su jeogori sin poder rehusarse.

Él empezó a desnudarse.

Pieza por pieza.




Dicen por ahí que la felicidad tiene precio... Pero, no se preocupen, todo es por un bien mayor jajaja.

De todas formas, oficialmente, el NamJin ya está en la etapa del "enamoramiento", aunque todos sabemos que ellos ya estaban ahí desde hace unos capítulos atrás.

Gracias por leer. Espero que hayan disfrutado este capítulo. Honestamente, a mí me gustó mucho 💜

Continue Reading

You'll Also Like

674K 66.1K 91
❝Donde Min Yoongi, el nuevo entrenador de básquetbol, es homofóbico❞. ━ADAPTACIÓN, la obra original le pertenece a otra persona. ━HOMOSEXUAL FANFIC. ...
111K 16K 32
Kim Namjoon, era un tanto peculiar y las personas de ese pequeño pueblo lo sabían, pero preferían no decir nada, creían que era un persona de gustos...
239K 23.6K 64
𝐄𝐋𝐄𝐂𝐓𝐑𝐈𝐂 𝐓𝐎𝐔𝐂𝐇 . . . !! 𖥻 ִ ۫ ּ ִ 𝖼𝗂𝗇𝖼𝗈 𝗁𝖺𝗋𝗀𝗋𝖾𝖾𝗏𝖾𝗌 𝒆𝒏 𝒅𝒐𝒏𝒅𝒆 . . . En donde el regreso de Cinco trae co...
7.8M 467K 96
Esta es la historia de Katsuki Bakugou y _____. Dos adolecentes con una misma meta, ser héroes profesionales, pero también un mismo sentimiento. ¿Qué...