La senda del ave perdida

By FeniksAkull

186 23 20

Ezra es un adolescente de aproximadamente 17 años (al menos él se calcula esa edad) no muy alto pero no bajo... More

1. Eres uno de nosotros
2. Prometo quedarme contigo.
3. Raptada
4. Rescate no tan bien planeado

5. No me iré

28 4 5
By FeniksAkull

―¡No Ezra!―Esas simples dos palabras emanadas de los labios de Kira me hicieron trastabillar en el aire. Sólo lo suficiente para que cuando me concentrara de nuevo descubriera que no había nadie donde antes estaban mis presas.

Las sombras se arremolinaban en las partes alejadas del almacén. Sobrevolé todo el perímetro interior para asegurarme de que no hubiera nada que los delatara. En eso estaba cuando se empezó a escuchar a la tormenta rugiendo como bestia maldita, y se rompieron en fragmentos los altos cristales cuando les cayeron múltiples rayos. Eso me hizo enfurecer y chillar igual que si estuviera poseído. En cierta forma lo estaba, Áyax me había encomendado una tarea y los dones de Dayana y Richard me dificultaban cumplir con ella.

Decidí atacar a ciegas. Me lanzaba a lo más que podía contra zonas aleatorias de las sombras y agitaba mis garras y mis alas, con la idea de que en algún momento tendría que acertar. De un punto detrás de mí se oyeron repentinamente unos silbidos de algo surcando el aire. Me gire a tiempo de ver improvisadas lanzas hechas con palos afilados a lo rústico, pero para esquivarlas. Se encajaron en mis alas, haciéndome caer de dolor al suelo. Las arranqué con el pico y vi como el flujo de sangre cesaba y las heridas cerraban. Iba a remontar el vuelo y seguir con mis embates en contra de las sombras cuando Áyax me llamó.

―Ezra ven. ―Olvidé lo que me había dicho anteriormente y me acerqué arrastrando las alas. ―Ya que tus amigos no quieren salir, ¿por qué no empiezas matando a esta niña?

Me acercaba y aunque no podía verla, no me iba a frenar. Bajé la vista cuando estuve lo bastante cerca y la vi, nunca estuvo tan frágil como en ese momento. Ella era una chica alegre, de risa fácil, vigorosa e independiente; que había sido reducida a una joven llorosa y atada, con grandes ojos castaños rezumando miedo. Fue cuando me detuve y momentáneamente no hubo más, sólo el dolor en el pecho ante la pregunta crucial, ¿tenía miedo de mí?

Ajeno a todo Áyax se puso en mi campo de visión, y antes de que mi mente consciente fuera capaz de pensar qué hacer, sus palabras me nublaron las ideas. Pero por un momento no había ni claridad ni confusión dentro de mi cabeza y me encogí sobre mí mismo. Un golpe me sacó del estado en que estaba, era de Áyax que blandía una barra de metal.

―Es demasiado fuerte transformado. ―Lo dijo tan bajo que mi seguridad de haberlo oído no era total. ―Vuelve a ser humano.―Dijo mirándome a los ojos y no pude ni chistar, me transformé en seguida, y quedé como la última vez, desnudo y agotado.―Tú, dale el saco.

Sentí después de un momento una tela gruesa caer sobre mi cuerpo, me levanté y me cubrí. Ahora me sentía diferente del anterior estado de nublación, seguía con el deseo de obedecer pero no estaba sin mis propios deseos. Áyax me puso un cuchillo en la mano e insinuó una sonrisa, sabía lo que quería, que matara a Kira. Pero yo no quería eso, iba a negarme cuando unos gritos desesperados llamaron a Kira. Enfrente se habían revelado ya Richard y Dayana.

―¿Por qué haces esto Ezra?―Habló el hombre puesto que era obvio que de la chica sólo saldrían insultos si abría la boca. ¿Que por qué lo hacía? No lo tenía muy claro, pero sabía que pensaba más cosas de las que decía, él era un hombre de pocas palabras. No pude responder, en verdad no pude. No me salía la voz aunque quería.

―Él lo controla, no es su culpa.―Esa voz. Quería voltearme a ver a su dueña, pero a la vez no, consciente de que no era amo de todos mis actos y de que podría ser peligroso que la viera.

―Así es, él ya no tiene voluntad, sólo es mi títere. Mata a alguien Ezra, sólo para probarles que digo la verdad.

―Alto.―Romynah entró como Pedro por su casa y se dirigió directo a Áyax. ―Nada de matar querido, nos servirán más vivos que muertos.

Esas palabras. No era un genio, pero hasta yo me di cuenta del significado tras sus palabras, ella estaba con ellos. Dayana y Richard estupefactos se quedaron de piedra cuando ella se volteó y les sonrió descarada.

―Ya lo sé, pero me gusta sacar todas las emociones de mis títeres antes de que ya no puedan hacerlo. Ezra, ve y lastima a Kira. ―No iba a hacerlo, tal vez no controlase todas mis acciones, pero estaba lo suficiente lúcido para no hacer algo así.―¿Te resistes? Bueno, habrá que hacerlo lento, voltea directamente hacia Kira.

Obedecí. Tenía que hacerlo, una parte de mí me hacía hacer lo que él dijera, y mientras no me dijera expresamente de lastimar o asesinar era más difícil evitar hacer caso. Ella no me miraba, sino detrás de mí.

―¡Tío, Dayana, váyanse!―¿Cuán increíble es una chica que estando en la situación que estaba se preocupaba por los demás? Después sí volteó a mirarme. ―Pelea Ezra, yo sé que puedes hacerlo, eres fuerte.

―Estoy de acuerdo, debes pelear, si no ¿cómo queda tu imagen de chico malo enamorado que hace cualquier cosa por su chica?―De repente allí enfrente estaba Giel, con su rojiza melena destacando contra los apagados colores del almacén.

Y para hacer todo más extraño se coló un colibrí por una de las ventanas rotas. Un colibrí que había visto algunas veces antes y que podía hablar.

―Malditos aprovechados, atacan por la espalda. Y tú Romynah eres una, agh, traidora de lo peor y...―Dejé de escucharla cuando se fue revoloteando por todo el lugar maldiciendo hasta el aire que se respiraba. Tenía la sospecha de que alguien estaba de mal humor por no haber comido dulces en un par de horas.

Romynah y Áyax se pusieron tensos ante lo que parecía una multiplicación de los nuestros. Los demás al parecer eran controlados y expresaban poco y nada. La verdad no entendía que se tensaran, seguían siendo más que nosotros, y mejor parados. Porque, ¿qué diferencia hacía un colibrí malhablado y una chica de amor?

―Esto se está saliendo de control. ―Le señaló Romynah a su compañero.―Acabemos pronto, manda a tus títeres para allá y encárgate aquí.―Apenas sus palabras fueron obedecidas se fue tras los demás, dejándonos cerca a Áyax, Kira, Giel y yo.

El chico sólo paseó su mirada sobre nosotros tres. Kira y Giel la esquivaron pero yo no pude, y me encontré avanzando cuchillo en mano hacia Kira. Quería detenerme y mi paso se volvió irregular.

―Acércate Ezra.―Giel había aparecido atrás de Kira y me llamaba.

―Sí Ezra, acércate a ellas.―Juro que podría haberme detenido si sólo ejerciera su influencia sobre mí Áyax, pero algo más pasaba, veía a Giel y automáticamente a Kira, y luego en verdad quería acercarme y lo hacía.

Me acercaba con el cuchillo en una sola mano, y no sabía qué es lo que haría. Áyax me manipulaba en contra de la única especie de familia que había tenido en la vida. Y Giel me llamaba a la persona que menos quería dañar y a la que más posibilidades habían de hacerlo. ¿Estaría Giel también con ellos?

―Vamos Ezra.

―Sí Ezra "vamos".

Kira me contemplaba directamente a la cara. Ahora no mostraba miedo. Yo sabía que lo tenía, ¿quién no estaría asustado? Pero ella veía que no estaba de acuerdo con lo que hacía, o al menos con lo que se pretendía que haría.

―Ya casi estás. ―Ahora Áyax no la imitó, sino que soltó una cruel carcajada.

El cuchillo se levantaba en mi mano. Quise frenarlo con la otra pero no me respondía. Estaba a unos centímetros de Kira, y me sentía más cerca de ella de lo que antes había sentido, o de lo que era posible también. Quería cerrar los ojos pero no podía, quería que alguien nos viese y me detuviera pero estaban todos ocupados, quería ver Giel y pedirle que detuviera esto pero parecía no querer hacer nada, quería incluso clavarme la hoja para que no terminara en Kira pero no me respondía el cuerpo para eso.

Cuando se elevó lo más que se pudo el cuchillo mi cuerpo en piloto automático fue el que se encargó de hacer lo que quería. Justo antes de bajarlo Giel apareció a nuestro lado y nos tomó a cada uno de un hombro. Pero eso no detuvo mi mano de bajar y cortar.

El cuchillo cortó rápida y certeramente la cuerda que ataba las manos de Kira, para luego seguir con la otra. No sé quién de los dos estaría más sorprendido, pero por el rabillo del ojo pude ver a Giel con una enorme sonrisa.

―¿Qué? Eso no es posible.―Áyax sonaba más que escandalizado.

―Es posible con la fuerza más grande de este mundo.―Giel estaba satisfecha.

―Ahora verán, ustedes vengan.―Habló sin volverse, y he ahí su error. Si lo hubiera hecho cuando nosotros vimos se habría fijado en que nadie podía hacerle caso, sus títeres humanos habían sido atados y sólo se acercaba Romynah.

―No hay nadie Áyax, todos tus hombres están atados. Pero no importa, no podrán contra tus poderes directamente. ―Obviamente ella no había visto que por una u otra razón el poder de control no había servido.

Todavía pensaba qué hacer ahora. Que no hubiera cedido ante los deseos de Áyax para hacer daño a Kira no significaba que podría seguir sin que sus poderes surtieran efecto en mí. De pronto los dos se fueron hasta el piso farfullando cosas incoherentes, y removiéndose como si estuvieran dormidos y tuvieran pesadillas.

Entró Eloisa con su cortina de cabello negro viendo fijamente a la pareja en el suelo. Y recordé que su poder era como el de Romynah, hacer a alguien ver lo que quisiera, pero sin necesidad del contacto físico. Eloisa avanzó hasta nosotros seguida de Richard, Dayana y una Cristina humana cubierta con una sábana o algo así. Ella tenía cara de aburrimiento, pero sus ojos demostraban muchas emociones. Era una adolescente que intentaba ocultar sus sentimientos pero con unos ojos muy expresivos.

Entonces empezaron las muestras de afecto colectivo. Sólo por el hecho de que todos se conocían de tiempo atrás menos yo. Me sentía como un intruso, y más por el hecho de que me hubieran controlado para que dañara a estas personas. Suspiré y decidí irme. Ya no era como antes que no sabía nada de mí, que era como un animal, un ave en concreto, que extravió el camino. Ahora me conocía mejor y sentía que debía buscar mi camino y mi lugar en el mundo.

―Ezra.―No había avanzado más de diez pasos lejos de los demás cuando el llamado me hizo volverme. Cuando lo hice alcancé a ver a Kira corriendo hacia mí antes de que me abrazara con fuerza. ―No t-te vayas.

―No lo haré.―Un sentimiento de gran calidez se instaló en mi interior con nuestro poco elocuente y poco pensado diálogo. Tal vez no tuviera que buscar mi camino, tal vez éste ya existía y sólo tenía que seguirlo.

Unas horas después de haber vuelto a casa casi todos se habían vuelto a sus respectivas habitaciones, Kira y yo no habíamos querido separarnos y ahora estábamos en un espacio entre un sillón y una pared. Estábamos sentados tomados de la mano. Tal vez debiera decir que después de todo lo del almacén y que Giel nos explicara su idea de que el amor era la mayor fuerza en el planeta (¿qué se podía esperar de alguien con poderes del amor?) Kira y yo habíamos aceptado que por lo menos nos gustábamos y habíamos decidido salir. Dayana estaba más que molesta, ahí me di cuenta que sólo se preocupaba por su amiga. Estábamos sentados en el suelo sin emitir ruido por temor a que nos encontraran cuando oímos pasos.

―...y por todo eso creo que tu movida fue muy arriesgada Giel, ¿qué hubiera pasado si no lograbas a tiempo que se gustasen?, además tampoco es lo mejor juntar a dos adolescentes en contra de su voluntad. ―Esa era Dayana, con su tono de no me gusta la relación Kira-Ezra y todo lo que va alrededor.

―Te lo he dicho ya varias veces Dayana, sé de estas cosas y yo no forcé nada.―El tono de Giel era fastidiado, muestra de que habían mantenido esa conversación antes.

―Y todas esas veces te pregunto, ¿qué significa eso?

―¡Qué se te olvida que mi poder no es sólo hacer que las personas se enamoren, también es identificar las almas gemelas! ¡Yo no forcé a Ezra y Kira a que se gustasen, sólo les di un empujón y adelanté lo que iba a pasar de todas maneras!―Después de eso soltó un gruñido frustrado y se escuchó un par de pies alejándose rápidamente, corriendo. Y después otro par corriendo en persecución del anterior.

Voltee a ver a Kira. Ella también me miraba. Ambos estábamos un tanto sonrojados por lo que escuchamos. Pero permanecimos sentados juntos detrás del sillón de la sala, aunque un poco más cerca que antes.


N/A

Se acabó lo que se vendía, aquí se rompió una taza y cada quien para su casa.

Sólo me resta decir a quienes llegan a leer hasta aquí gracias.

Y un agradecimiento a los creadores de los personajes que utilicé, espero no haberlos destruido demasiado.

Continue Reading

You'll Also Like

Nobilis By YinaM

Science Fiction

352K 32.2K 68
En un régimen estable, donde la calidad de vida es alta y la guerra es solo un mito de antaño, Aletheia es una adolescente a puertas de un compromiso...
48.5M 4.6M 83
Primer libro de la serie #GoodBoys. En físico gracias a Nova Casa Editorial (este es un borrador). Inteligente, perfeccionista, competitivo, meticulo...
14.4K 725 11
•. 𝐂𝐓 | 𝐎𝐒 .• || Pequeños escenarios ficticios de tus cantantes favoritos *⁠.⁠✧ 𝐏𝐄𝐃𝐈𝐃𝐎𝐒 𝐀𝐁𝐈𝐄𝐑𝐓𝐎𝐒
64.6K 4.1K 31
estos comics no son míos créditos Asus respectivos creadores ☆☆☆☆☆☆☆☆