Capítulo XXV: Preparations.
La boda de Bella y Edward cada vez estaba más cerca. Por lo tanto una Alice demasiado emocionada y ansiosa, acababa con todo la paz que había en su hogar.
No había ni un mínimo descanso, todo debía estar perfecto.
Era la primer boda luego de unos largos siete años. Jasper y Lyra habían sido los últimos. Pero no sólo Alice estaba en el medio volviendo locos a todos, Rosalie la seguía a la par.
Pobre de Bella si Rosalie hubiera querido ayudar en la organización de la boda.
Lyra había quedado con más traumas después de ello. Insoportable con cada detalle, pero había valido la pena. Después de todo, Rosalie era una buena opción como diseñadora.
Jaaper estaba cortando troncos junto a Emmet, mientras ellas ayudaban a Bella a caminar con los tacones. Era casi una misión imposible. Jamás había conocido a alguien que estuviera más de una semana intentando manejarlos.
Incluso Jane una vez mientras jugaban se puso lo tacones y obtuvo la habilidad al instante.
Esperaba que Bella pronto pudiera usarlos a la perfección.
— Esto es imposible.— dijo Bella mirando a Lyra.— ¿Hay posibilidades de que use zapatillas?
— No creo que a Alice le guste ello. Yo no la haría enojar si fuera tu.
— Te creo demasiado. ¿En tu boda fue así?
— Mucho peor, solo porque Rosalie también estaba estricta.— Bella sonrió mientras se miraba al espejo.
Lyra se levantó del sillón y la ayudó a caminar hasta él, sin que se matará en el intento. No quería una fractura antes de la boda.
— Gracias.— Bella se empezó a quitar los zapatos, mientras buscaba palabras para hablar con ella.
Nunca habían tenido tiempo a solas, siempre había alguien en el medio o una situación. De hecho, la última vez que estuvieron juntas fue cuando Victoria mordió a Jane. Una situación muy terrible.
— Dime lo que quieras. Tengo unos bonitos colmillos, pero te aseguro que no muerdo.— le dijo Lyra bastante divertida.
— Eres muy maternal, me transmites demasiada tranquilidad.
— Supongo que eso es un bonito alago.— la rubia le sonrió y se apoyo más cómoda en el sillón.— Tu me agradas más ahora. No era que no me agradaras, pero te veo más madura y segura de lo que quieres.
— Si, yo también me agrado más ahora.— ambas rieron al mismo tiempo.— ¿Puedo preguntar algo?
— Lo que desees.
— ¿Cómo se siente transformarse?— miro el piso mientras se rascaba el brazo.— No me malinterpretes. Amo a Edward, pero admito que me da bastante miedo transformarme.
— Creo que ninguno de nosotros es el indicado para decírtelo.— Lyra se cruzó de brazos.— Yo no quería ser transformada. Pero puedo decirte que duele.
— ¿Conoces a alguien que no le molesto?— preguntó. Lyra asintió con la cabeza divertida.
— El tonto de mi hermano, Jack. Me dijeron que cuando se despertó lo primero que hizo fue festejar que le había ganado al puma.
— Se vino a mi mente, Emmet.— suspiró.— Puedo saber tu historia.
Lyra asintió con la cabeza. Bella ya era parte de la familia, algún día se lo tendría que decir de todas formas.
— Claro que si. No es la gran cosa. Pero diría que es un tanto extensa, si fuera tu me pondría cómoda.
— Solo se que eres rusa, una vez te escuche maldiciendo a Edward en ese idioma. Fue divertido.
— En mi defensa se lo merecía y contestando a tu pregunta, si soy rusa.— Nací en el año 1931, en Rusia. Era la única hija que tuvieron mis padres. Mi madre era una hermosa mujer que fue casada a elección de sus padres, lo cual fue una mala idea. Mi progenitor pintaba ser algo que no era. Me tuvieron a mi, pero el quería un niño. Literalmente castigo a mi madre pero eso, como si ella pudiera reconocer el género del feto. En fin nací yo y como toda mujer de esa época, mi padre estaba dispuesto a criarme como toda una señorita para cuando tuviera que la edad suficiente para casarme. Curioso porque parecían haberse quedado un siglo atrás. Las mujeres ya podíamos trabajar.
— Eso suena aterrador. Si apenas puedo andar en tacones, no hubiera servido en esos tiempos.
Lyra sonrió divertida, esta Bella le agradaba demasiado.
— Ni yo servia, no encajaba en la sociedad de ese momento. Yo me considero una mujer de estos tiempos. Siempre supe valerme por mi misma. Digamos que eso a mi padre no le gustaba mucho.— Bella asintió con la cabeza.— Bien, prosigamos. Hasta ahí todo normal, el problema más grande fue cuando mi padre descubrió que me encantaba leer, estudiar y pensar en un futuro en donde no dependería de nadie. Eso lo enfureció y lo peor de todo es que me castigó. Pero no de una forma normal, el tenía en mente otra cosa sobre el castigo. Tenía tan solo ocho años en ese momento. Ese día cuando llegué a casa con mi madre de comprar nos empezó a gritar a ambas, era pequeña pero sabía que estaba borracho, así resolvía todos sus problemas. Le grito a mi madre palabras sin sentido y luego me tomó a mi del brazo. No tuvo nada de piedad y me empezó a pegar con el cinturón hasta dejarme inconsciente. Desperté al otro día y apenas me podía mover con los golpes. Para ese tiempo descubrí que si quería algo, ese hijo de puta tenía que estar muerto.
— Eso es terrible. ¿Nadie las pudo ayudar?
— Era inútil. Era un hombre y de una familia de alta clase. Nadie le haría nada.
— Lo mencionaste una sola vez y ya lo odio.
— Ya somos dos, Bella. La cuestion es que no todo termino ahí, desde ese entonces las cosas empeoraron. Yo no me rendía y estaba dispuesta a tener una vida independiente. No me importaban los golpes o los castigos que me diera, apenas tuviera la oportunidad estaba dispuesta a irme de ese sucio lugar e intentar llevarme a mi madre conmigo. Pero mi padre se dio cuanta que sus castigos no me hacían nada y que seguía pensando en lo mismo. Entonces encontró mi debilidad, la cual era mi madre. Y te puedo asegurar que eran los castigos más asquerosos que podían existir; y repugnantes para una niña de tan solo once años. Recuerdo muy bien ese día. Había llegado del colegio y uno de mis profesores le dijo a mi padre que yo quería ir a la universidad, no lo hizo con malas intenciones, el estaba muy feliz por ello. Pero eso a mi padre lo volvió loco.
》Fue entonces que cuando llegue golpeó a mi madre y la violo en frente de mis ojos. No le importo ninguna de mis súplicas y dejó la imagen más horroroza en mi cabeza. Los castigos continuaron hasta que cumplí dieciséis años, cuando me comprometieron con un chico, hijo de los amigos de mi padre. Y yo sabía que iba a ser igual a él, así que desde ahí empezó mi plan de escape. Quería hacerlo con mi madre, pero ella estaba demasiada enamorada de esa bestia asquerosa para irse. Entonces en la noche de mi cumpleaños número diecisiete que intente escaparme de casa, pero el lo descubrió. Entonces me golpeó y apuñaló hasta casi dejarme muerta, después de eso mato a mi madre y el se suicidó. Senti como alguien me mordía y un fuerte dolor se apoderó de mi.
》Desperté a los tres días y juro que en ese momento no quería volver a abrir mis ojos. Resulta que Esteban, mi padre adoptivo, había me había encontrado en esa casa y decidió darme una segunda oportunidad, porque el consideraba que era muy joven. Desde ese entonces los Williams se convirtieron en mi familia, me hicieron sentir lo que era el amor de la familia y lo que era la libertad. Aunque al principio no quería, ahora estoy eternamente agradecida con ellos. Ahora se lo que es vivir y estoy muy feliz por ello. Y se que podré hacerlo por el resto de mi eternidad y más ahora que estas a mi lado. Los fantasmas de mi pasado no me atormentan y me enseñan que no importa que pase, siempre hay una segunda oportunidad.
— Me gustaría algún día conocerlos. Siento mucho por lo que tuviste que pasar.
— Nada de lamentos. Eso fue lo que me hizo ser la persona que soy hoy en día. No es algo que debemos tomarnos como una maldición. Y hablando de mi familia la conocerás en tu boda. Prepárate porque mi hermana Lily es mucho peor que Alice.
— Apuntado. ¿Cómo se conocieron Jasper y tu?
— Fue después de más de cuarenta años. Estábamos en una ciudad de Canadá. Los Cullen se habían mudado hace un par de días. Mi padre estaba muy emocionado por recontrarse con su gran amigo Carlise. Ellos dos juntos son como unos niños.
— ¿Carlise como un niño?
— Si, aunque no lo parezca. Lo conocí en la escuela, Jasper lo tuvo un tanto difícil. No puedo expresarme tan fácil con personas que no conozco, suelo ser muy sería. Se ganó al instante mi confianza y al instante conectamos. Jasper ya sabía que el era mi compañero. Yo no, por distraída. Empezamos a salir a los meses y aquí estamos ahora, siendo el mejor matrimonio de la historia.
— Eso es muy bonito.
— Lo sé, Bella, somos los mejores.— se levantó del sillón.— No te pongas más cómoda, es hora de continuar. No me agrada ver a Alice enojada.
— Por un momento pensé que me salvaría.
Ambas rieron. Después de tanto tiempo, Bella y Lyra tuvieron la oportunidad de hablar y conocerse. Ambas se agradaba y estaban seguras que sería muy bonito ser familia.
Perdón por la tardanza, pero estoy teniendo semanas demasiado cargadas. Gracias por leer, los amo!!