El arroyo de los cardenales r...

By LadyBerrybell

377K 43.8K 4.5K

El pequeño y dicharachero Leo tiene un gran problema. Ese gran problema mide aproximadamente 1.81, tiene el p... More

Una pequeña queja.
Capítulo 1 (Editado)
Capítulo 2 (Editado)
Capítulo 3 (Editado)
Capítulo 4 (Editado)
Capítulo 5 (Editado)
Capítulo 6 (Editado)
Capítulo 7 (Editado)
Capítulo 8 (Editado)
Capítulo 9 (Editado)
Capítulo 10 (Editado)
Capítulo 11 (Editado)
Capítulo 12 (Editado)
Capítulo 13 (Editado)
Capítulo 14 (Editado)
Capítulo 15 (Editado)
Capítulo 16 (Editado)
Capítulo 17 (Editado)
Capítulo 18 - Alain (Editado)
Capítulo 19 (Editado)
Capítulo 20 (Editado)
Capítulo 21 (Editado)
Capítulo 22 (Editado)
Capítulo 23 (Editado)
Capítulo 24 (Editado)
Capítulo 25 (Editado)
Capítulo 26 (Editado)
Capítulo 27 (Editado)
Capítulo 28 (Editado)
Capítulo 29 (Editado)
Capítulo 30 (Editado)
Capítulo 31 (Editado)
Capítulo 32 (Editado)
Capítulo 33 (Editado)
Segunda Parte: Capítulo 1, Alain (Editado)
Capítulo 2, Leo (Editado)
Capítulo 3, Alain (Editado)
Capítulo 4, Alain (Editado)
Capítulo 5, Alain (Editado)
Capítulo 6, Leo (Editado)
Capítulo 7, Alain (Editado)
Capítulo 8, Alain (Editado)
Capítulo 9, Leo (Editado)
Capítulo 10, Alain (Editado)
Capítulo 11, Alain (Editado)
Capítulo 12, Alain (Editado)
Capítulo 13, Leo (Editado)
Capítulo 14, Alain (Editado)
Capítulo 15, Alain (Editado)
Capítulo 16, Alain (Editado)
Capítulo 17, Alain (Editado)
Capítulo 18, Alain (Editado)
Capítulo 19, Leo (Editado)
Capítulo 20, Alain (Editado)
Capítulo 21, Leo (Editado)
Capítulo 22, Leo (Editado)
Capítulo 23, Leo (Editado)
Capítulo 24, Leo (Editado)
Capítulo 25, Leo (Editado)
Capítulo 26, Leo (Editado)
Capítulo 27, Leo (Editado)
Capítulo 28, Leo (Editado)
Capítulo 29, Leo (Editado)
Sebastian (Editado)
Áurea (Editado)
Capítulo final, Leo El sonido del mar. (Editado)
Cumpleaños Sebastian. (Editado)
Extra. La boda de Áurea.

Capítulo 34 (Editado)

5.2K 660 31
By LadyBerrybell

Bajo las escaleras descalzo en cuanto escucho los ligeros ronquidos de mi padre.

No soy de los que escuchan y tampoco de los que necesiten una niñera.

Llego a la puerta que da al jardín donde el pequeño Lovecraft está totalmente estirado lamiéndose con pereza las patas delanteras. Le rasco la cabeza para que se aparte pero no se mueve. Para evitar que se ponga a maullar por haberlo movido me cuelo por el hueco. La habitación de mi padre da a la calle principal, por lo que es mejor prevenir.

No puedo llevar el coche así que camino lo más rápido que puedo. Dada la distancia a la que se encuentra el hospital, me esperan dos horas de nervios.

Me ruje el estómago. Me he saltado el desayuno y el almuerzo. Debería haber cogido algo en la cocina antes de marcharme, pero me arriesgaba a que mi padre se despertase. Aguantando las imperiosas ganas de comer me alejo de casa por el sendero que discurre paralelo al bosque. Unas pequeñas gotas impactan sobre mi rostro. Perfecto. El desánimo me sacude virulentamente.

Me percato de que tengo el cordón de la bota desatado por lo que me agacho justo cuando llego al cruce de caminos que une la montaña con el pueblo. Dos personas pasan delante de mí, sin verme. Sus voces llegan, así como el aguacero.

—¿Qué es lo que pretendes decir con "ya estoy harta de esto"? —ese timbre de voz es demasiado grave pero suave. En el fondo de mi mente sé quién es y por ello tiemblo de arriba abajo. Me arrastro hasta ponerme detrás de uno de los árboles que cercan el camino.

—Pues lo que escucha, profesor —la segunda voz pertenece a una mujer joven—. No sé qué tiene contra Leo Lordvessel, pero no me interesa meterme en más líos. Colgar los recortes ya ha sido bastante para hacerle entender que no pinta nada en Faraway.

Me inclino para poder atisbar. Desde mi posición solo alcanzo a ver la espalda del profesor William Wackerly crisparse momentáneamente.

—No tengo nada en contra de él, ciertamente —comenta, como si hablara del tiempo—. Pude haberlo matado cuando era pequeño y no lo hice —la chica hace un sonido de horror ante la mención del asesinato—. Pero necesito que se marche o podría estropear mis planes como la última vez.

—Eres un maldito psicópata, ¿no es así? —la mujer tiembla al decir esas palabras, pero no parece retroceder—. Avisaré a las autoridades, les diré a todos lo que se esconde detrás del profesor de matemáticas tan adorado por sus alumnos.

Veo como se mueve hacia ella.

—¿También le dirás a tu querido padre como te abrías de piernas, o eso lo dejas como nuestro pequeño secreto?

—Le diré como me obligaste y forzaste. Mi padre es el alcalde y te pudrirás en la cárcel por esto.

Distingo un ruido que se ve ensordecido por el chaparrón, similar al de un fardo cayendo al suelo. Por el movimiento del brazo sé que le ha pegado.

¿Qué hago? Tengo miedo. La sombra en medio de la lluvia. William tiene el mismo aspecto. Su voz ha cambiado por completo, se ha vuelto más dura y fría.

—Tú padre —suelta, como si se tratase del peor insulto que pudiese recibir—. Tu padre no merece ser feliz. Y tú menos.

Me repito una y otra vez que ya no soy un niño. La vida de esa mujer depende de lo que decida.

Podría correr para pedir ayuda, ¿no es eso lo que hice en el pasado? ¿Cómo terminó? ¿Dónde estaba ahora Lira?

Miro con sumo terror el cabello rubio claro de la chica y como William lo agarra con fiereza para arrastrarla hasta la espesura.

Clavo las uñas en la madera y me rompo un par hasta empieza a salir la sangre, sin llegar a sentir el dolor. Solo la tensión. Tengo que mover mis piernas. Debo hacerlo. ¡No puedo dejar que muera!

Finalmente lo logro. De alguna manera.

Los sigo un tanto alejado, sabedor del lugar al que se dirigen. Cojo entre mis manos una rama gruesa del suelo. La lluvia ahoga mis pasos y las quejas de la chica que se debate más adelante.

El arroyo donde los cardenales rojos cantan en invierno brama cargado de agua, moviéndose rápido hacia su muerte en el mar. Tal y como lo estoy haciendo yo mismo.

El claro abre la espesura del bosque a un cielo gris perlado.

Tira a la chica y le entreabre las piernas con parsimonia.

—Voy a hacer lo mismo que tu padre hizo.

Es solo un sucio depravado. No hay nada que temer.

Saca un cuchillo. Posiblemente el mismo que iba a utilizar en Lira hasta que se lo arrebaté de las manos, diez años atrás.

Aferro con fuerza el tronco acercándome por detrás mientras el rasga la ligera ropa.

Puedo hacerlo.

Sé que puedo.

El golpe que descargo contra su nuca provoca que la madera se parta. Cae hacia un lado, momentáneamente desorientado y el cuchillo impacta contra las hojas.

—Corre —impero. Unos ojos azules llorosos me miran abiertos de puro pánico. Es entonces cuando me percato de que es Andrea—. ¡Que te largues!

Mi pesadilla se mueve, con una sonrisa bailando en sus labios. Me abalanzo para tomar el cuchillo sin lograrlo, el hombre lo tiene de nuevo en sus manos. Andrea reacciona, se pone en pie y corriendo como alma que lleva el diablo.

Me interpongo entre el hombre y la dirección que ha tomado Andrea. Ahora puedo ver su rostro, los ojos verdes y vacíos. En un lugar de mi mente analizo el hecho de que había estado usando lentillas para ocultar su verdadero color de ojos, pero, ¿por qué razón? Tampoco lleva la ropa típica de profesor, sino una camiseta negra a juego con sus pantalones. De esta manera no parece tener más de treinta años.

—Leo, mi pequeño y entrometido Leo —alza ligeramente el cuchillo, pasándolo por sus carnosos labios—. Te ofrezco un bello indulto y vuelves con ánimos renovados para entrometerte. Cómo tu estúpido amigo Alain —la lluvia impacta con tal fuerza que mi visión se vuelve borrosa. Las siguientes palabras me dejan sin aliento—. Ni siquiera cuando maté a su padre estuvo quieto. ¿A cuántos más vais a involucrar? Solo quiero resolver mis asuntos y terminar con esto de una vez.

Retrocedo trastabillando cuando él se aproxima.

Me caigo. ¿Por qué demonios me aterroriza tanto? Es solo un hombre. No es un dios, ni un demonio.

Me levanta. Lanzo un puñetazo que intercepta y me retuerce el brazo. El cuchillo se pasea por mi mejilla derecha.

¿Soy realmente tan débil?

Pruebo a propinarle una patada, preso de su agarre. Funciona y consigo apartarme un par de metros hasta que la afilada hoja impacta en mi pierna, hundiéndose en la parte trasera de mi pantorrilla.

Caigo de bruces al suelo, tierra y hojas mojadas se meten en mi boca.

Me obliga a echar la cabeza para atrás tirando fuertemente de mi pelo.

—Debí haberte matado la primera vez que te involucraste en mi venganza —me arrastra hasta el arroyo, sumerge mi cara en el agua helada. El aire deja de asistir a mis pulmones, llegando hasta el punto en el que el blanco más puro inunda mis ojos bien apretados. La herida de mi pierna duele lacerante. Me saca la cabeza del agua y mi boca se abre intentando capturar todo el aire posible—. No tendría que haber mostrado piedad, no en el camino que escogí. Ya no hay vuelta atrás.

El cuchillo se hunde nuevamente en algún punto de mi espalda.

¿Voy a morir?

Debería haber escuchado a mi padre. Y a Alain.

Alain. Ahora que por fin parecía ir todo bien entre nosotros.

—¿Quieres sentir lo mismo que Lira? —masculla arrastrándome hasta las pulidas piedras que rodean la orilla del arroyo. Toma mi frente para impactar mi cabeza contra el duro suelo. Una, y otra vez hasta que solo deseo que todo acabe—. Esa asquerosa niña. La niña que destruyó mi felicidad y la felicidad de quién amaba. Nunca debió haber nacido y sin embargo sigue viva.

El mundo se escurece poco a poco. El dolor deja de existir. Lira seguramente contempló el cielo de la misma manera.

— ¡Aléjate de Leo! —Escucho el grito desgarrador de Áurea. Sé que es ella. De alguna manera.

Vete. Quiero decirle. No dejes que te haga daño.

No quiero morir.

Cierro los ojos. Percibo unos cálidos brazos rodeándome. Unos sollozos que me arrullan. Pero de alguna manera no siento dolor alguno.

La oscuridad me lleva con ella no sin antes escuchar otra voz.

—No dejaré que muera.

Alain.

Continue Reading

You'll Also Like

103K 13.3K 163
Entra para obtener más información de la historia 💗
38.5K 5.5K 37
[L(G)BT] -Secuela de Sin Colores- Una vida diferente puede ser un desafío cuando no se tiene idea de cómo vivirla. Contra toda expectativa, en especi...
75.6K 3.9K 17
Para lenna el solo era el mejor amigo de su hermano aún si ella quería que fueran más. Para alessandro ella era más que que la hermana de su mejor a...
3.3K 312 7
❛Donde Jungkook tiene relaciones mientras duerme y Jimin creé que es una broma❜ ⏤ 𝗶𝗻𝗳𝗼𝗿𝗺𝗮𝗰𝗶𝗼𝗻 ¡! ❛primera parte. ❛autor/a original: @Chry...