“¿Por qué siempre hay algo que no termina de encajar?”
Taehyung se encontraba saliendo de uno de los bloques de la universidad, miraba con desinterés su celular y, nuevamente, habían llamadas perdidas pero de otro número.
¿Qué estaba pasando? Se preguntó y enarcó una de sus cejas. Decidió hacer el mismo ejercicio de bloquearlo y guardar el objeto en uno de los bolsillos de su abrigo.
—Eh, pelirrojo —comentó una voz que él reconocía y decidió mirar hacia esa dirección, claramente, mostrándose muy sorprendido.
¿Para qué lo estaba buscando?
—Tengo un nombre —dijo sin más Taehyung e iba a irse, pero le indignó lo que escuchó.
—No lo recuerdo. Lo siento.
Taehyung detuvo sus pasos, resopló en un intento de mantener la compostura y volvió a mirarlo.
—¿Te dejaron como tarea hacer que, definitivamente, me caigas horrible, niño? —Cuestionó y frunció su ceño.
—No es mi intención, pero prefiero eso a inventar algo y haga que te enojes más —comentó con simpleza y se encogió de hombros.
—¿Ya me dirás qué es lo que quieres? —Preguntó, intentando acortar su, nada deseada, conversación.
—¿Sabes en dónde se encuentra Jimin?
—Tu novio no vino hoy —respondió e iba a irse, pero se detuvo ya que, aunque no lo quisiese, se preocupó—. ¿Le pasó algo a Jimin?
Jungkook frunció su ceño al escuchar su respuesta.
—No lo sé. Desde ayer no contesta —dijo y Taehyung se preocupó un poco más.
Al parecer sí tenía algo de corazón. Por ello, decidió revisar su celular y marcar el número del chico; después de tres tonos, sí, no contestó.
—Tienes… razón.
—Bueno, creo que iré a verlo —dijo sin más e iba a irse.
—Eh, Jungkook, ¿no? —El nombrado se detuvo y lo miró— Si sabes algo… ¿podrías decírmelo?
—En cuanto lo vea, le diré que te llame. Seguramente ha de estar enfermo o algo —mencionó y no esperó para decir algo más y tomar su camino.
El pelirrojo, aunque no lo quisiese, se había encariñado de alguna forma con ese chico. Era de esas personas que se notaban tanto que, cuando no se encontraban, su presencia era de extrañarse.
Tampoco esperó para volver a guardar su celular y dirigirse hacia el estacionamiento, tomó la llave de su auto para prenderlo, mas se dio cuenta que había una nota pegada en la ventanilla del piloto. Con algo de duda, se acercó hasta la nota y la tomó para leerla.
“No sabía que tus gustos habían cambiado para mal”.
Taehyung no supo qué pensar.
[…]
Jimin se mantenía en silencio, se encontraba sentado en el pequeño sofá de su apartamento y tomaba café. Todo a la misma vez que sus pensamientos lo controlaban.
Sintió cómo el timbre se escuchó y eso lo alertó, dejó el café a un lado para colocarse de pie y verificar por la merilla de que no se tratase de su padre; se tranquilizó al ver a Jungkook.
Soltó un pequeño suspiro y se apresuró a abrir.
—Vaya, entonces sí estás vivo —comentó.
—Sí. —Rió sin ganas.
—¿Pasó algo? —Preguntó el más alto al preocuparse— Si no quieres contestar, está bien.
—No te preocupes. Todos tenemos cambios anímicos —aseguró—. ¿Quieres desayunar conmigo?
—Ya va a ser medio día, ¿te acabas de levantar?
Jimin se sorprendió y miró la hora en su reloj de pared.
—Entro a trabajar en dos horas… —Mencionó.
Jungkook rió y asintió con su cabeza.
—Yo entro en media hora. Sólo pasé para ver si estabas bien o necesitabas algo.
—Estoy bien —aseguró y se apoyó en el marco se la puerta—. Ve, antes de que llegues tarde.
El de cabello azabache iba a irse, pero se detuvo al recordar otra cosa.
—Por cierto, este pelirrojo engreído, umm…
—¿Taehyung?
—Exacto —afirmó—. También está preocupado. Puedes llamarlo, supongo.
Jimin hizo media sonrisa al escuchar eso y asintió.
—Gracias.
—No hay de qué. Nos vemos en la noche. Y no dejes que algo te deje inestable —dijo y lo miró por unos segundos—. Esa clase de pensamientos son inoficiosos para nosotros —afirmó y decidió salir, dejando al castaño en completo silencio.
El chico respiró profundo y soltó un suspiro pesado.
Pensamientos inoficiosos…
Suponía que sí los eran.
No esperó más para mirar su celular y marcar el número de ese chico. Honestamente, sí le sorprendió escuchar eso, más si venía de esa persona.
Después de dos tonos, pudo escuchar la voz del pelirrojo.
—¿Jimin? —Habló el de la otra línea— ¿Te encuentras bien?
—Tae… siento si te hice preocupar —se disculpó—. Sólo… no tenía ganas de asistir el día de hoy.
—Umm… está bien.
Después de un silencio un poco incómodo, el castaño rió.
—¿No estás acostumbrado a esta clase de conversaciones? —Se burló.
—¿Se notó mucho?
—No te preocupes~ —volvió a reír—. Nos vemos mañana, ¿sí?
—Bien, cuídate —no dijo más y colgó.
Jimin hizo media sonrisa y dejó el teléfono a un lado.
Aunque no lo quisiese demostrar, ese chico también era algo tierno.
No esperó más para fijarse nuevamente en la hora y empezar a prepararse para irse al trabajo.
[…]
Justo en ese momento, el castaño se mantenía dentro de un ascensor que iba en dirección hasta su piso. Al momento de abrirse las compuertas, miró en dirección hasta su puerta y pudo reconocer a una de las figuras que se encontraba frente a ella.
¿Pero qué carajos?
Estaba Hyunshik y dos hombres más que, al parecer, lo estaban cuidando.
Uno de ellos miró hacia el ascensor y le avisó a los demás, lo cual alertó al más joven y no esperó para presionar uno de los botones en un intento de cerrarlo. Sin embargo, fue muy tarde, ya que uno de los hombres metió su pie y lo sacó por uno de sus trabajos.
—¡¿Pero qué mierda quieren?! —Habló alterado y miró a Hyunshik— ¡Te voy a demandar por acoso, ¿lo entiendes?!
El nombrado respiró profundo, se acercó hasta él y acarició su mejilla.
—Tú y yo… necesitamos solucionar todo esto.
—¡No hay nada qué solucionar! —Decía, a la misma vez que intentaba soltarse— ¡Dile a tu simio que me está lastimando!
—Ellos sólo están haciendo su trabajo —aclaró—. Ahora, coloca la clave de la puerta —pidió.
—No voy a colocar una mierda —escupió sus palabras.
Hyunshik rió, lo agarró fuertemente de la mandíbula y lo obligó a mirarlo.
—Sin duda, salir con ese vándalo no te ha dejado nada bueno.
—Ah, ¿son celos? —Rió. —¿Sigues sin saber cuál fue tu lugar en todo esto?
—Coloca la clave —le ordenó.
—¿De verdad te estás comparando con ese chico? —Sonrió y ladeó su cabeza. —Aún cuando te dije que sólo necesitaba algo de ti, ¿de verdad pensaste que podrías hacerme cambiar de opinión?
—¡Coloca la maldita clave! —Exigió, estando más alterado.
—Eres viejo, Hyunshik. ¿De dónde mierda sacaste que podría estar dispuesto a tener una vida al lado de alguien que me dobla la edad y que podría morir por un paro cardíaco en cualquier momen-
Iba a seguir hablando, pero sintió cómo una mano pesada arremetió contra su mejilla, dejándolo en completo shock y sin saber cómo carajos iba a salir de esa situación.
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Pasen buena
tarde. ♡
-Gab