No apto para publico sensible.
Ninfas, Bestias, Dioses y Demonios.
En una vieja choza yacían tres hermanas alrededor del cuerpo agonizante de su padre a quien le costaba respirar frente a sus ojos. Él tenía más de quinientos años y los brujos perdieron poder desde que los seres infernales fueron sepultados, ya que solían extraer su sangre y esta les daba vida eterna. Sin embargo, las criaturas habían muerto hace más de dos siglos.
—No creo que aguante más de treinta lunas —Sam puso la mano en la cabeza de su padre, los seres de esa era sabían cuánto tiempo les quedaba por el color del cabello: cuando quedaba totalmente blanco la persona fallecía y la cabeza de Rick se estaba llenando de hebras plateadas.
La idea aterraba a la hermana mayor, ya perdieron a su madre y el quedarse sin su padre es algo que ninguna quería y por ello se levantó.
—Necesita sangre declaró.
—¿Cómo le vamos a dar algo que ya no existe?
Rachel elevó el mentón con la mirada de Emma, su hermana menor, que había fijado sobre ella. Estaba situada a los pies de su padre y lo cubría dándole calor.
—Hay que revivirlos —propuso.
—¿Te volviste loca? —alegó Sam— Ellos son un peligro para la aldea, los Lewis y los Skagen duraron siglos queriendo desterrarlos y nuestra madre murió en el ritual.
—Pero no vamos a dejar morir a Rick —intervino Emma— Podemos revivirlos y luego los matamos. Nosotras somos capaces de hacerlo.
Las ninfas fueron creadas por el señor de los cielos con el fin de ser una herramienta en contra de las criaturas de Lucifer. Rick tosió sangre y Rachel no soportó más, así que fue por el libro, el cual su segunda hermana intentó quitarle. Emma apartó a Sam consiguiendo que Rachel saliera y una vez que cruzó el umbral se fue detrás de ella dejando a Sam.
—¡Le avisaré a todos lo que están haciendo,Bratt no te lo va a perdonar! —Su padre tosió de nuevo, se apresuró a su sitio y lo volteó para que no se ahogara con su propia sangre.
Rachel estaba casada con uno de los ángeles guardianes y Emma, desde antes de nacer, estaba prometida al príncipe de las hadas,
que junto con los ángeles eran los soldados que usaba el señor de los cielos como guerreros para que protegieran al universo.
Habían más ninfas, pero las James eran las más poderosas del mundo, ya que el señor escogió a la más fuerte de las ninfas y la unió al brujo blanco más poderoso. Había traído a los seres que deben casarse con los guardianes y unirse a estos con el fin de extinguir todas las criaturas malignas de la tierra.
El cielo se oscureció en lo que las dos hermanas corrieron por el bosque, los truenos eran una advertencia del señor de los cielos. Las ninfas sabían de hechicería por su padre y tenían poderes por parte su madre. Siguieron corriendo entre los árboles en busca del sitio sagrado que conectaba a los tres puntos donde fueron sepultados: la cueva de piedra, la torre oscura y la caverna bajo tierra.
El bosque fue perdiendo iluminación a medida que seguían corriendo, las gotas tomaron fuerza, Sam intentó enviar un mensaje al reino, pero la tos de su padre no sé lo permitió, mientras que el corazón de sus hermanas dolía con el sufrimiento que padecía su progenitor. Llegaron al círculo donde años atrás murió su madre, tomaron la rama con la que empezaron a trazar el círculo sagrado. Abrieron las hojas del libro donde estaba inscrito un hechizo, el cual las protegia de los daños y juntas buscaron el embrujo que empezaron a recitar tomándose de las manos.
Si Sam estuviera habría sido más fácil, pero no estaba y la barrera se caía a cada nada mientras entonaban el canto que empeoraba la lluvia y hacía rugir al océano, el cual levantaba olas salvajes. Las aves salieron a volar y ellas apretaron los ojos negándose a que el caos de su alrededor le robara la concentración. Tenían que traerlos o su padre morirá. Elevaron la plegaria cuando la tos de Rick hizo eco en su oídos, el canto tomó más fuerza con las manos unidas, cabeza gacha y el libro en el suelo.
—¡Más fuerte! —pidió Rachel y su hermana elevó la voz al igual que ella.
El viento sopló fuerte, las páginas del libro pasaron rápido, los árboles se estremecieron, los cuervos graznaron, los leones rugieron y los lobos aullaron. Tormentas de arena se formaron en el desierto, Lucifer se rió a carcajadas cuando las llamas del inframundo se alzaron, el señor de los cielos se levantó de su trono y...
El libro se cerró trayendo el silencio impoluto que las hizo abrir los ojos, lo único que se mantenía son las gotas de lluvia y las hermanas se miraron decepcionadas, ya que...
La tierra tembló llevándolas al suelo cuando el último piso de la torre oscura se volvió pedazos liberando a la criatura con alas que cayó en uno de los árboles que se estremeció. La roca de la cueva salió a volar liberando al lobo que huía mientras que, a pocos metros de la tierra emerge el hombre que aterrizó con una rodilla en el suelo, con un mero vaquero puesto el cual de un momento a otro desapareció. El árbol de arriba se sacudió y a ambas se les aceleró el pecho cuando todo quedó en tinieblas.
—¡Corre!—gritó Emma cuando vió al lobo que se les venía encima consiguiendo que emprendieran la huida en direcciones diferentes. Sabían que los seres infernales eran cambiaformas y a Rachel las rodillas le dolían mientras corría. El bosque estaba lleno de criaturas malignas y una oleada de perros carroñeros sin pelo y con dientes afilados se fueron sobre ella, usó el poder de sus ojos para hipnotizarlos consiguiendo que se alejaran y el fuego azul que trajo a sus manos lo usó para abrirse paso entre la oscuridad, atacando a aquellos que intentaron derribarla, llegando al punto donde no se hallaba, ya que no tenía más que árboles alrededor. El pecho le retumbaba en busca de su hermana, pero...
La criatura salvaje que la atropelló la llevó contra las raíces de los árboles que envolvieron sus manos. Con las manos atadas sus poderes no funcionaban, así qué batalló con las raíces, pero estas envolvieron sus pantorrillas y los muslos que abrieron. El animal gris le arrancó el vestido con los dientes, sus senos redondos y rosados quedaron al descubierto y la lengua del animal se paseó por estos mientras volvía a su estado natural, dejando sobre ella a un hombre de cabello negro y ojos grises que tiró de su pezón con una fuerza que la hizo chillar. La vista de sus omóplatos le erizó la piel y tomó su cara para intentar hacer uso del poder de sus ojos, pero el hombre que tenía al frente la sumió, el rostro era de facciones perfectas.
Las criaturas infernales eran tan calientes como el infierno de donde vinieron, llevaban más de doscientos años muertos y primero debían saciar su hambre con el fin de borrar la niebla salvaje que tenían en la cabeza. Una raíz cubrió los ojos de Rachel privándola de todos sus poderes y siguió batallando en vano, porque la bestia que tenía encima bajó el vaquero tomando el bestial miembro que sujetó.
—¡Sueltame animal! —exigió ella y la criatura se rió, las raíces separaban sus piernas dejándola más abierta para él. No sabía que probar y los labios carnosos hizo que se vaya contra ella probando su boca.
El beso calentó su falo el cual palpitaba y su pecho se aceleró con un ritmo nunca antes experimentado. La necesidad por atravesarla se multiplicó y es que hacerlo es una necesidad de vida o muerte.
—¡Mía!—la reclamó y ubicó la cabeza del miembro en su entrada listo para empujar, pero...
La flecha con punta de plata que le lanzaron lo hizo volver a su forma animal cuando sintió el roce. El jinete que se acercó a toda velocidad lanzó otra y de la nada el sitio se llenó de ángeles guardianes que lo obligaron a huir, ya que no estaba lo suficientemente fuerte todavía.
—Rachel —Bratt bajó quitándose su capa, mientras los caballeros se fueron detrás de la bestia y él solo se preocupó por cubrir a su esposa cortando las raíces que la ataban— ¿Quién los liberó?
—No sé—mintió, ya que decir la verdad podría llevarlas a la hoguera.—Estábamos en casa y aparecimos aquí.
Los pies de la leona blanca se hundieron en el barro en lo que corría en medio de la oscuridad, los espectros come carne que la atacaron le tienen la pierna sangrando, pero logró evadirlos. Se supone que podía convertirse en el ser mitológico que deseaba, sin embargo, era algo que por más que intentara no le salía y hasta ahora solo ha logrado convertirse en los animales que traía a su cabeza, era un don que le robó a uno de los caballeros de la noche estando recién nacida, tenía esa capacidad de adueñarse de los poderes de otro y no sabía dónde estaba la falla: si en no saber manejar lo primero o lo segundo.
Se detuvo en uno de los árboles madre volviendo a su forma, el agotamiento le quitó energia y sin ello nada servía, estaba perdida y miró a todos los lados desorientada.
—Emm…
Cédric apareció entre los árboles devolviéndole el alma al cuerpo sin saber porque, no era muy apegada a él, cada vez que la iba a ver lo evadía. Su matrimonio fue arreglado y aunque era atractivo no le inspiraba nada. Siempre se ha consolado con la idea de que casados se iban a enamorar como su madre se enamoró de su padre. Le abrió los brazos para que vaya a él y no lo amaba, pero ahora surgía la necesidad de irse contra su torso. La envolvió con fuerza y las ganas que le surgieron hizo que busque sus labios, pero él movió la boca.
—Vamos...
Le pidió, pero ella quería besarlo y no habían dado cuatro pasos cuando de nuevo estaba sobre él. No sabía si era el miedo, lo que acababa de pasar, pero de nuevo buscó su boca, el príncipe se resistió y ella se apoderó de su cuello mientras que él le bajó la manga del vestido. Apretando sus hombros, puso la cabeza en la corteza del árbol que tenía atrás en busca de control, la erección se le remarcó y el tamaño la humedecio a ella, ya que no sabía que estaba bien dotado.
—Tómame—le suplicó buscando su boca
otra vez y el intentó apartarse, pero ella sujetó su rostro dándole un casto beso. Le fue imposible resistirse y terminó respondiendo, sus lenguas se tocaron en un beso húmedo y y ella rodeó su cintura con las piernas, dejando que la llevara al suelo. La falda del vestido quedó arriba y él bajo en busca del sexo que lamía con destreza en lo que ella hundió las manos en su cabello temblando bajo el toque que la hizo gemir. Subió de nuevo a sus labios aprisionando sus muñecas contra el suelo, sobando el pene duro que yacía bajo los vaqueros.
—Emma—dijeron de la nada y ella volteó a su derecha viendo al príncipe que apareció— En el nombre de Jesús, ¡Alėjate!
Exclamó el príncipe y el hombre que Emma tenía encima soltó a reír poniéndose en pie, adoptando su forma natural, dejándola anonadada ya que era el hombre hermoso más hermoso que había podido apreciar sus ojos: de casi de dos metros, cabello largo, ojos verdes y cargados de peligro. El príncipe preparó su arco y el sonido que emitían las alas de los dragones blancos hicieron que se alzara en el aire antes de desaparecer, mientras que Emma se quedó en el suelo con la mano en el pecho y la mirada de Cédric sobre ella en busca de una explicación.
—Ese maldito me engañó—se alteró ella—Yo... no sé dónde estoy.
El príncipe sabía cómo eran esas criaturas malignas y la ayudó a levantar, de no llegar a tiempo, ese engendro la hubiese matado y, mientras Cedric montó a Emma en uno de los dragones queriendo llevarla al castillo, el demonio se estaba saciando con Angela, la ninfa de la guerra que se desnudo para él. Los ojos rojos de ella se volvieron oscuros moviéndose de arriba abajo sobre el hombre de prendas negras, el cual mantenía el miembro por fuera mientras que ella apreciaba los rasgos bellos y enigmáticos que lo regían. Se contoneaba con más fuerza hasta que la llegada de los aldeanos con antorchas lo hicieron emprender el vuelo, consiguiendo que ella saliera del trance.
El gran palacio era un caos, tres curanderas se encargaron de Rick, ya que las hermanas eran las protagonistas del sitio. Ante el tribunal de la luz, contaron que fueron hipnotizadas y engañadas, eso las llevó al bosque y las hizo despertar a las criaturas. Sam sabía la verdad, pero tenía claro que también podría ir a la hoguera por no avisar a tiempo y por ello no le quedó más alternativa que hacer parte de la falacia.
—Los atraparemos—prometió Rachel con la chaqueta de Bratt encima. No superó cómo la tomó la Bestia, el cual dejó sus pezones ardiendo.
Emma, al igual que sus hermanas, se mantuvo de rodillas ante las grandes hadas y los grandes ángeles, la piel se le erizó al recordar el hombre que estuvo sobre ella...
—Hay que unir fuerzas —declararon—y volverlos a desterrar.
Asintieron de acuerdo, ellas también los necesitaban, su sangre en especial y se pusieron en pie. Bratt abrazó a Rachel y Cédric, pese al momento, se sintió orgulloso del deseo que mostró su prometida, siempre ha sido esquiva con él y su miembro se endureció con el hecho de saber que ya no era así. La boda se llevaría a cabo dentro de poco y, mientras que Rachel dejaba que su esposo la envolviera entre sus brazos asegurándose de que estuviera bien, los seres infernales aterrizaron alrededor del castillo encaminandose a este. Al parecer, había una fiesta y nos los invitaron.
Nota:¿ Quieren que suba el relato que Eva subió en Instagram? No tiene que ver con PP ,ni Dominio.