Magnolia ❞. ₊ [ HyunLix ]

De smagalakser

32.4K 5.1K 622

» ❝ Jamás esperé gran cosa de la vida, sin embargo pedí un amor bonito y te trajo a ti, creo que estoy hacien... Mais

Chapter Two : The Earth.
Chapter Three : Sow Love.
Chapter Four : Irrigation Land.
Chapter Five : Planting Process.
Chapter Six : Fleas and Diseases.
Chapter Seven : Cut the Weeds.
Chapter Eight : Rain or Drought.
Chapter Nine : Blooming Slowly.
Chapter Ten : Rising Flower.
Chapter Eleven : Buds.
Chapter Twelve : Pollen and Bees.
Chapter Thirteen : Butterflies.
Chapter Fourteen : Bearing Fruit.
Chapter Fifteen : Sunflower's Sun.
Chapter Sixteen : Spring on Summer.
Chapter Seventeen : Sea and Coral.
Chapter Eighteen : Shinning Again.
Chapter Nineteen : Stars.
Chapter Twenty : Weeping Willow.
Chapter Twenty One : Autumn Breeze.
Chapter Twenty Two : Chaotic Storm.
Chapter Twenty Three : False Calm.
Chapter Twenty Four : Broke Up.
Chapter Twenty Five : Wasteland.
Chapter Twenty Six : Traveling Butterflies.
Chapter Twenty Seven : Winter is Over.
Chapter Twenty Eight : Harvesting Love.
Chapter Twenty Nine : Grow up.
Chapter Thirty : Endless Story.
Thanks

Chapter One : The Seed.

3.9K 313 70
De smagalakser

—. Bienvenida, señorita.

Lee Minho y el gato tricolor de la entrada eran quienes solían recibir y saludar a los clientes que entraban a la papelería en la que trabajaba su mejor amigo.

Normalmente el muchacho de grandes ojos color avellana regalaba una sonrisa y acariciaba al gato que siempre mantenía recostado sobre sus piernas, el cual se estiraba y se removía mostrándole la panza para seguir siendo mimado.

Él, para nada era trabajador del sitio, sin embargo trabajaba a partir de la mitad de la tarde, de modo que siempre que se despertaba temprano se alistaba e invadía el espacio laboral de Hwang Hyunjin, el encargado de la concurrida papelería desde las ocho de la mañana hasta las dos de la tarde.

Aquel último solía agradecer mucho la compañía del muchacho, pues por lo general necesitaba un poco de ayuda, sobre todo en temas de recepción, algo en lo que el extrovertido joven era sumamente bueno y además parecía disfrutar.

Mientras tan solo estaba sentado en una silla giratoria junto a la puerta con el mimoso felino sobre los muslos, Minho le indicaba a los clientes dónde esperar y de vez en cuando era capaz de responder unas cuantas preguntas con respecto a servicios y productos disponibles.

Aún asi, a Hyunjin lo que más le importaba de la presencia del muchacho era justamente su compañía, ya que tendía a sentirse solitario cuando él no iba, y el día era aburrido y apagado sin su presencia.

Estaba cerca de terminar su turno cuando llegó el último cliente de la media tarde.

A veces, era "ese" cliente en especial el que despertaba cierto mal humor en Hyunjin, fuese quien fuese, la persona que llegaba justo un par de minutos antes de que se acabase su turno, le causaba molestia.

En otras circunstancias Hyunjin habría disimulado sus grandes ganas de marcharse a casa y le habría dicho amablemente que por cuestiones de tiempo no podría ser atendido sino hasta las tres de la tarde, cuando iniciara el turno del otro trabajador, y habría girado el letrero de "abierto" muy lentamente con una expresión de falsa disculpa y pena.

Esta vez, sin embargo, cuando estuvo a punto de gesticular la negativa para que aquella persona no entrara, Minho ya había abierto la boca, y la puerta.

—. Bienvenido, joven. — El castaño movía la silla de un costado a otro, y había captado un poco tarde que debía voltear el letrero de "abierto" en lugar de abrir la puerta, así que lo hizo tan solo en ese momento, disculpándose con la mirada.

El más alto en cambio solo tuvo que aceptar su destino, y de no ser por lo agobiado que se veía aquel muchacho que apenas entraba, muy probablemente habría dado una atención algo apresurada o brusca.

No fue así la situación, aquel chico que apenas medía un poco menos que su mejor amigo tenía una expresión angustiada y parecía nervioso, cargaba con una mochila negra y más que triste o estresado, se notaba perdido.

—. Disculpa, ¿te encuentras bien?

Minho había percatado la situación, por lo que se había acercado cuidadosamente al muchacho para sacarlo de ese pequeño ensimismamiento en el que parecía estar aturdido o asustado.

Lee Félix levantó su mirada apenas reaccionó, y Hwang Hyunjin juró haber descubierto los misterios del universo en el azul profundo de sus grandes ojos brillantes.

Según lo que el par de amigos logró en parte entender y en parte asumir, el muchacho estaba bastante abrumado ya que era extranjero, llevaba menos de cinco días en el país, y estando solo en las calles de Seúl la barrera del idioma le estaba resultando muy alta.

Luego de un vaso de agua y una disculpa, todo había vuelto a la normalidad, Hyunjin se había tomado el tiempo de atender al muchacho con paciencia, sin presionarlo o apresurarlo cuando lo veía mirar hacia el techo o a los costados mientras buscaba las palabras en su reducido vocabulario, y buscando cada ítem de la lista que había traído escrita a mano en una hoja arrancada de un cuaderno cualquiera.

Por cortesía, le había terminado regalando un pequeño cuadernillo de notas, el cual le dijo que podía utilizar en esos casos para que mantuviera sus anotaciones ordenadas y no rompiera otro cuaderno.

El muchacho llevaba artículos estudiantiles, cosa que lo hacía suponer que estaría por entrar a la universidad, pero no hizo preguntas personales de ningún tipo más allá de su nombre para ingresar el pago y realizar la factura.

Para cuando Hyunjin hubo terminado, Minho ya tenía las pertenencias de ambos recogidas y había preparado el candado exterior de la puerta, listo para cuando pudieran irse.

Se habían retrasado al menos unos veinte minutos gracias al muchacho, no obstante el par de amigos se había ido con la satisfacción de dejarlo ir mucho más sereno y con un mapa detallado en mano de cómo llegar a la estación de trenes desde la papelería, cosa que él había agradecido mucho.

—. Era muy lindo.

Hyunjin, en silencio, tan solo balanceó la cabeza para asentir, soltando una risa cuando su amigo le dio un empujón mientras caminaban y por poco lo estrelló contra la vitrina de otra tienda.

Generalmente el menor del par acompañaba al contrario hasta su trabajo, luego cruzaba la calle y regresaba sobre sus pasos por la acera opuesta para tomar el tren de regreso a casa y acostarse en su cama con toda la disposición de enviarle un mínimo de cien videos y mensajes por la noche al castaño.

De esa forma había sucedido esa vez, Minho se despedía sigilosamente desde el ascensor en el interior del edificio en el que laboraba como agente de seguridad, y Hyunjin agitaba el brazo entero dándole una evidente despedida hasta que se cerraban las puertas, luego de eso, regresaba solo y en silencio.

Aproximadamente a una cuadra de la estación del tren, encendía sus audífonos y ponía cualquier canción en aleatorio que lo aislara del ruido que hacían las personas alrededor, y entonces caminaba hasta el andén y se detenía en el extremo frontal de la estación, a la espera del siguiente tren.

Esa tarde, cuando faltaban unos diez minutos para que llegase el tren, el pequeño toque que sintió en la espalda lo hizo sobresaltarse, un salto ligero pero dramático en el que había perdido uno de sus audífonos dejándolo caer en las vías del tren.

Con una mano sobre la oreja en la que ya no estaba su audífono, tan solo se dio la vuelta y su mirada fue impactada una segunda vez por aquellos profundos ojos azules, que una vez más lo miraban con angustia.

—. Lo siento mucho, te hice perder tu audífono.

La disculpa era sincera, sin embargo el más alto negó con tranquilidad, si se sentía enojado era probablemente más consigo mismo que con él.

El más bajo no se había perdido gracias al mapa que todavía sostenía en su mano, pero había vuelto a preguntarle la forma de llegar a otro lugar, acercándose a él con toda la seguridad ya que sabía que era el mismo chico que lo atendió en la tienda según decía.

—. Para empezar, estás en el lado incorrecto de la estación.

Parecía tener muchas cosas por hacer y el día se le estaba viniendo encima, por lo que Hyunjin sintió cierta compasión.

La tarde apenas iba a la mitad, así que sabiendo que tenía tiempo para dibujar unos cuantos mapas más, se sentó en una de las bancas y mientras parecía concentrado en tratar de recordar cuidadosamente las calles, la voz grave y tímida de Lee Félix lo alcanzó.

—. Disculpa, ¿podría tener tu número de teléfono?

Hyunjin lo miró por un instante y luego asintió, anotando el número en una esquina de la hoja seguido de su nombre.

Se giró de frente a él y luego de pensar en que no hacía nada más que desperdiciar el internet en las tardes y pasar malos ratos con su padre, probó suerte. — ¿Quisieras que te acompañe?

Félix le respondió con una sonrisita mitad tímida y mitad esperanzada, le agradeció varias veces más después de aceptar, y Hyunjin simplemente había sido capaz de reír e indicarle que lo siguiera.

Pudo notar cómo el más bajito había dado una última mirada hacia los rieles, donde su audífono esperaba su destino final para cuando el tren le pasara por encima, casi podía jurar que el chico se hubiese lanzado a las vías a recuperar el pequeño objeto si le hubiese dado tiempo suficiente de treparse al andén nuevamente antes de que llegase el tren.

Aún así no dijo nada, simplemente lo acompañó a cruzar la estación para tomar la dirección opuesta, tomándose un momento para explicarle lo más simple que podía el cómo funcionaba el diagrama que indicaba los destinos.

El más bajito parecía más un turista que un residente extranjero, fotografiaba y anotaba cada cosa que le era posible para evitar olvidar lo que el azabache le explicaba, y repetía las cosas después de él de vez en cuando, algo que sin dudas le hacía gracia y ternura.

Hyunjin había notado durante todo ese rato que Félix era muy detallista y atento, siempre lo miraba a los ojos cuando le explicaba algo, recordaba con palabras precisas lo que le decía, y hacía dibujitos rápidos para ilustrar sus anotaciones.

Era lindo, no podía negarlo, por mucho que fuese tan solo un muchacho, su aura tan vibrante, sus grandes ojos poco comunes y el cúmulo de pecas que tenía en el rostro lo tenían embelesado.

Félix estaba alrededor del metro setenta, tenía la piel pálida y con un aspecto exageradamente suave, cargada con pecas y lunares chiquitos, tenía la barbilla pequeña y las mejillas abultadas, además de tener los ojos grandes y rodeados de pestañas bastante largas, su cabello negro cortado en mullet caía desordenado a los costados de su rostro, y lucía bien con su estilo soft boy.

Tenía un collar delgado del cual colgaba un pequeño cristal rosa con forma ovalada, atado de manera estratégica con cuerdas finitas, una especie de joya que hacía juego con una de las tres pulseras que estaban en su mano izquierda, las otras dos eran una trenza de cuero marrón y negro, y la otra, una cinta con tres franjas de colores, rosa fuerte, violeta y azul rey, atada con un nudito.

Se sorprendió apenas notó aquel detalle, supo incluso que se puso bastante rojo tras ver la pulsera, sobre todo después de haber estado detallándolo con tanto detenimiento los últimos quince o veinte minutos que habían estado juntos sentados uno frente al otro en el tren.

Esperaba de todo corazón que el chico abiertamente bisexual al que le estaba haciendo compañía, no estuviera sintiendo que él lo estaba juzgando o acosando, pues el límite entre mirarlo porque le parecía atractivo, y mirarlo porque le parecía raro, era usualmente muy pequeño.

Hyunjin agradece que cuando Félix está por preguntarle por qué se puso tan rojo, la voz automática del tren anuncia que han llegado a destino y lo único que hace es levantarse rápidamente para salir.

El edificio al que se dirigen no se encuentra demasiado lejos, sin embargo se requiere una autorización para entrar, y de ambos, solo Félix la posee, por lo que él le sonríe sutilmente y le dice que lo esperará afuera.

Espera alrededor de media hora mientras camina de un lado a otro en la acera, y apenas ve a Félix salir victorioso de la edificación, le sonríe nuevamente y retoma el camino hacia la estación de trenes, pues ya es momento de retornar a casa.

—. Muchas gracias por ayudarme hoy. — Sonríe Félix esta vez, metiéndose las manos en los bolsillos del abrigo.

Hyunjin está por contestar cuando su teléfono comienza a sonar con una canción contagiosa de algún personaje de Animal Crossing.

Cuando contesta, su expresión se descompone por completo.

Cuelga la llamada, y con cierta molestia marca con fuerza en su celular para pedir un taxi. — Discúlpame, tengo que irme ahora.

Félix asiente un tanto aturdido por la forma tan rápida en la que cambia el ambiente, el auto que dice "taxi" que está aparcado en la esquina de la misma calle atiende a la llamada de Hyunjin y le basta con avanzar unos metros para abrir su puerta y llevarlo a su destino.

El más alto se despide vagamente, pero Félix corre hasta él y lo detiene un momento.

—. ¡Espera! Yo... ¿Qué excusa puedo utilizar para verte de nuevo?

Hyunjin se nota nervioso y apresurado en partes iguales, se palmea los bolsillos en un intento de buscar algo, mas el momento solo le da para sacarse la bufanda de encima y enrollársela en el cuello al más bajito.

—. Toma, se me quedó esto, regrésamela lo más pronto posible porque hace frío.

Ambos se ríen entre nervios y un dejo de timidez, Hyunjin se va y Félix vuelve a casa, la brisa se siente fría, pero él se encuentra significativamente más cálido.

Continue lendo

Você também vai gostar

513K 52.6K 132
La verdad esta idea es pervertida al comienzo, pero si le ves más a fondo en vastante tierno más que perverso. nop, no hay Lemon, ecchi obviamente, p...
119K 12.6K 72
hyunjin y felix, la vida pone a prueba su "amistad" después de que les muestre la realidad de sus sentimientos.. negarlo no sirve y evitarlo tampoco...
108K 6.7K 26
⿻ꦿꦂ🍑 Historia 1OO% mía ▪︎ ▪︎ ▪︎ lean si quieren saber🤧💕 ㆒᮫᮫ᨗ᪼͘⸼ֻ݇᠂⃟🍉 Terminada♡ 12/02/20: #24 hyunlix 17/03/20: #21 hyunlix 22/04/20 #31 hyunlix
995K 105K 142
1era y 2da temporada ♥️ Sinopsis: En donde Jimin es un Omega mimado y Jungkook un Alfa amargado, los dos se casan por sus propias conveniencias. ⚠️...