Nota: Estos dos capítulos los van a disfrutas 7u7.
Casi todas las pizzas tenían promoción de dos por uno, así que pidieron una pequeña dividida en distintos sabores, la primera era hawaiana y combinada, la segunda era a la mexicana y de champiñones. La de champiñones era básicamente puro queso, pero era la favorita de Leslie, así que pensó en dársela cuando despertara.
Como el niño estaba descansando a esa hora salieron a la cocina a cenar. Denise no pudo evitar sentirse un poco extraño, como si hubiese pasado un siglo desde que se quedó a solas con Steve. Ambos estaban sentados en la mesa, Steve en la cabecera y Denise a su derecha.
—Siento lo de Tony, lo vi cuando se fue, no era mi intención causar problemas —quería decirlo desde hacía varios días. No estaba dispuesto a disculparse con Tony por nada, pero no quería que hubiera malos entendidos con Steve.
—No problema, Tony is a dick —espetó, sin poder evitar que se le notase un poco el enojo. Sin dudas estaba resentido, no solamente por los problemas que le causó con Denise, también porque después de la pelea simplemente dejó de hablarle esperando que Steve le pidiera disculpas. Luego se marchó como si fuera la víctima en lugar de enfrentar los problemas y resolverlos con él.
Ni siquiera le pidió disculpas a Denise, quien le había abierto su casa incluso después de la primera mala impresión que tuvieron. Steve pensaba que ambos podían ser buenos amigos si no hubiera insistido en ser un imbécil.
—De todas formas, me siento culpable —murmuró, soltando un suspiro—. ¿Sabes? Al final fui yo quien dejé que me besara porque pensé que eras tú —explicó con franqueza.
Steve levantó una ceja, Denise tenía una expresión pensativa, como si no fuese consciente de lo que acababa de decir. Por un segundo pensó en dejarlo pasar, pero la oportunidad estaba ahí y quién sabe si podría volver a presentarse.
—¿Por qué era yo? —preguntó, inclinándose en la mesa, dedicándole una sonrisa divertida. Denise reaccionó de inmediato, abriendo los ojos de par en par y sintiendo que la cara se le calentaba.
No ayudaba que Steve se hubiera cortado la barba, Denise tenía la impresión de que repentinamente se había transformado en el tipo de hombre que le gustaba. Aunque quizás sólo estaba excusando su infidelidad a Bright.
—Soy yo ¿Puedo besarte? —insistió el hombre, tomándolo de la barbilla.
Denise no dijo nada, se le quedó viendo anonadado mientras sentía que su cuerpo reaccionaba ante aquellos ojos azules. Ambos permanecieron unos segundos en silencio y luego Steve se inclinó sobre él, Denise hizo lo mismo, se empujó ligeramente hasta que sus labios se tocaron.
El contacto se sintió como una explosión, Denise gimió y tomó a Steve del rostro, profundizando el beso y utilizando su lengua. La mano del hombre se movía a su nuca, sosteniéndolo de la base del cabello para empujarlo cerca. Gimió una segunda vez, sintiendo como Steve comenzaba a dominar el beso, el agarre en su pelo envió una punzada de excitación que lo tomó por sorpresa.
Entonces escuchó un grito. De inmediato se separó del hombre y se giró. Leslie estaba parado mirándolo con los ojos abiertos, Aquiles estaba sentado a su lado, moviendo la cola y pareciendo ajeno a todo.
Denise retrocedió de golpe, avergonzado por la mirada del niño, que parecía consternado por la escena.
—Bebote —dijo, sonriendo apenas—. ¿Quieres pizza? —preguntó, al mismo tiempo que intentaba descubrir cuánto tiempo llevaba ahí, según él había dejado al niño durmiendo en la cama. Debió despertarse por el olor a comida.
Leslie caminó hacia su silla y se estiró. Denise lo levantó, acomodándolo a su lado, las cajas de pizza estaban sin abrir, así que este hizo los honores. Con los ojos revisó el contenido de las cuatro cajas hasta que encontró su favorita y comenzó a tirar de una de las rebanadas. Denise tomó el cuchillo y lo ayudó a partirlo, Leslie colocó la rebanada directamente en la mesa, así que Denise tomó su propio plato y se lo dio, cuando el niño se le quedó mirando, él tomó un sobrecito de cátsup y le echó encima, dibujándole una carita feliz.
—¿Siempre es así? Con el dibujo —Steve intentó recuperar la compostura, para después aclararse la garganta.
—Si su comida no tiene una carita feliz no come, no puedes obligarlo a hacerlo, porque si lo obligas comienza a llorar, a gritar y a morderse las manos —explicó, sintiéndose extraño de decir en voz alta algo que era muy normal para él y al mismo tiempo intentaba no mirar al hombre mientras su hermanito estuviera cerca. No porque a Leslie le importara, más bien porque no quería actuar de forma imprudente frente a él.
—Nenis —Leslie ya le había dado una mordida a la pizza y estaba masticando cuando habló. Denise no pudo evitar sonreír, el niño le ofreció un pedazo de su pizza.
—¿Para mí? —preguntó, tremendamente halagado
—Sí —respondió, aunque sin mirarlo a la cara. Leslie siempre parecía ausente, incluso cuando estaba dirigiéndose a él.
—Aww, gracias —Denise se inclinó y le dio una mordida a la pizza. Leslie no dijo nada más y continuó comiendo.
—Habló —Steve abrió los ojos, sorprendido. Llevaba menos de veinticuatro horas conviviendo con el niño, pero de todas formas fue extraño verlo articular algunas palabras.
—Te dije que sabe hablar, sólo no lo hace mucho, no le gusta, o no le ve la necesidad —dijo, encogiéndose de hombros. En realidad, Denise sólo podía especular sobre esa clase de cosas, porque la criatura no era muy comunicativa con nadie.
Sin embargo, eso no importaba, Leslie era como era, así como Denise tenía su propia personalidad. Su mamá le dijo que seguramente el niño comenzaría a volverse más abierto cuando entrara al kinder.
—Tú eras exactamente igual de niño —decía siempre—. Bueno, con un poco menos de mal carácter, pero mírate ahora, nadie consigue que te calles.
Sin embargo, la pandemia le estaba quitando la oportunidad a Leslie de interactuar con otros niños e intentar relacionarse. Quizás Leslie nunca llegaría a ser como Denise, permanecería callado y en su propio mundo, pero él esperaba que pudiera hacer al menos un par de amigos. Para Denise su hermanito era la criatura más adorable del planeta y se merecía tener una infancia normal. Tristemente, al igual que otros niños, la forma en que se relacionaba con el mundo había cambiado completamente reduciéndose a cuatro paredes y casi nulo contacto con el exterior.
—He's amazing —Steve observó consternado como el niño se terminaba la pizza e intentaba tomar otra rebanada.
—No —Denise lo detuvo, ya era tarde y de todas formas una rebanada era suficiente para alguien de su tamaño.
Leslie frunció el ceño, e intentó tomas otro pedazo una vez más, pero nuevamente fue detenido.
—Ya es tarde, te vas a enfermar ¿No prefieres un poco de avena? —espetó, alejando la pizza.
Leslie soltó un grito agudo y comenzó a llorar casi instantáneamente. Denise suspiró, tomándolo de la cara.
—Mañana te daré otro, si tienes hambre te daré otra cosa —explicó, mirándolo a los ojos, pero Leslie continúo gritando y comenzó a tirar manotazos e intentar golpear las cosas. Steve se sorprendió otra vez por la fuerza de sus pulmones.
Denise abrazó al niño, sentándolo en su regazo para que se quedara tranquilo, sin embargo, eso no hizo que se calmara, continuó llorando, gritando, pateando y tratando de golpear se Denise o a si mismo con las manos.
—Lo siento —le dijo a Steve. Este negó con la cabeza, observando la forma en la que el niño perdía los estribos.
Su hermana tenía un bebé más pequeño que Leslie, de inmediato se preguntó si ella tendría que lidiar con semejantes rabietas todo el tiempo. A él no le gustaban los niños, no demasiado, principalmente ver a un niño llorando lo ponía de mal humor, pero ver a Denise avergonzado porque Leslie no podía controlarse le hizo querer ser más paciente.
Además, se había comido la rabieta de un hombre adulto dos días atrás, cuando se peleó con su hermano mayor y este dejó de hablarle, no se sentía con el valor moral de actuar enfurruñado porque el niño no dejaba de llorar.
—¿Do you like baby shark? —dijo, sacando su celular y reproduciendo el video frente al rostro del niño.
Leslie comenzó a hipear, deteniendo gradualmente su llanto. Cuando estuvo un poco más relajado Denise le soltó los brazos y Leslie tomó el celular en las manos, viendo el video fijamente. Esa clase de trucos seguramente no funcionaban todo el tiempo, pero lo hacían de vez en cuando.
—Gracias por eso —Denise le secó las lágrimas al niño con una servilleta, este ni siquiera parpadeó y cuando terminó el vídeo, le dio click en la pantalla para ponerlo otra vez.
Denise y Steve continuaron hablando durante la media hora que tardó Leslie en dormirse, sólo entonces comenzaron a cenar porque si lo hubieran hecho antes el niño habría insistido con el tema de la pizza.
Cuando terminaron Denise se quedó despierto otro rato haciendo su tarea y Steve se fue a su casa para continuar con su trabajo pendiente.
Las lluvias fueron constantes en lo que quedaba de la semana, pero no eran nada comparado con las tormentas eléctricas de la semana pasada, así que la casa de Steve no se inundó. El presidente municipal había anunciado la ampliación de las tuberías para evitar siniestros el próximo año, pero eso ya se había hecho la administración pasada, en realidad lo que necesitaba la gente de esa ciudad era dejar de tirar basura indiscriminadamente, si no fuera por eso el tamaño de las tuberías no sería un problema.
De todas formas, lo que le importaba era que Leslie estaba muy estresado por culpa del constante repiqueteo de las gotas de lluvia sobre el cielo y la imposibilidad de salir a jugar. Denise, por su parte, ya no soportaba escuchar baby shark todo el día en casa y era muy cansado detener sus tareas de la escuela cada vez que Leslie quería que viera Pocoyó con él.
En solo tres días ya estaba más cansado de lo que lo estuvo el resto del mes. Esa tarde, por ejemplo, tardo tres horas aproximadamente rellenando un cuestionario para la clase porque Leslie se sentó a su lado y comenzó a balbucear una canción sin detenerse y cada vez más fuerte.
Denise a veces tenía ganas de gritarle, pero no podía, principalmente porque solo era Leslie haciendo sus cosas de siempre y luego porque de todas formas el niño nunca le hacía mucho caso, así que esa noche, cuando por fin termino con sus tareas, decidió tomarse un descanso de todo y olvidarse del mundo.
Lastimosamente eso no fue posible, aunque la razón no fue exactamente mala.
A las ocho de la noche Leslie se asomó por la puerta del patio y comenzó a hacer un ruido extraño con la boca mientras saltaba. A su lado Aquiles empezó a ladrar como loco, interrumpiendo el descanso de Denise, que intentó ignorarlos durante el mayor tiempo posible.
No fue mucho, pues Les corrió hasta él y comenzó a dar saltos mientras le pegaba con las manos.
—Brrum ¡Bruuuum! —repetía cada vez más alto.
—¿Qué quieres? ¿Porque no me dejas en paz? —Lloriqueo Denise, pero el niño no se detuvo.
—¡Brruuuuum! —repetía, sin dejar de pegarle.
Denise soltó un suspiro profundo y cargó al niño en brazos para asomarse por la puerta.
Sorpresivamente lo que vio fue a Steve abriendo el portón de la casa de Doña Rosa para meter una camioneta enorme de color azul marino.
—¡Que es eso! —espetó, levantando la voz por encima del sonido de la lluvia.
—¡Brruum! ¡Bruum! —gritó Leslie, dándole una cachetada.
Le estoy agregando títulos gráficos a esta historia, espero que les gusten. Siento que me hizo falta algo que tuviera que ver con BL, pero era un tema muy extenso, no metí nada que tuviera que ver con el tema. XD
Espero que disfrutaran el capítulo, recuerden que es octubre de actualizaciones dobles y viene uno más. <3