Capítulo XXII: Training
La casa de los Cullen era un caos sin ningún tipo de control. Edward había dicho en voz alta que un lobo se había imprimado en Jane y Rosalie había entrado en desesperación minutos antes de que iniciará el entrenamiento.
Lyra no podía entender cual era su desesperación, pero estaba dejando que la rubia se descargara para luego intervenir. Estaban pasando por un momento muy agobiante, quizás necesitaba eso para descargarse.
— No puedo creer que un maldito chucho haya hecho eso.— se quejó mientras se agarraba los pelos.— ¡Es solo una niña!
En ese momento la rubia deseaba ser humana y poder comer pochoclos mientras escuchaba la escena dramática que estaba sucediendo en ese momento.
— No tienes que desesperarte, Rosalie.— le dijo Carlise.
— ¿Cómo no desesperarme? Los chuchos son muy gruñones.
— Amor, no tienes de que preocuparte. Lyra no esta enojada, incluso esta tranquila.
Rosalie se dio vuelta y miró a Lyra, su esposo tenía razón estaba demasiado tranquila para lo que estaba pasando.
— ¿No te molesta?— le preguntó.
— ¿Por qué debería hacerlo?— se levantó del sillón y tomó la mano de Jasper.— Ella es feliz con Paul. Además de que apasar de ser un gruñón, malhumorado e impulsivo; el es un osito cariñocito con Jane. El la ama y es su fiel protector, así que no hay nada que me inquiete.
Toda la habitación quedo en silencio ante las palabras de Lyra. Si ella decía eso nadie podía decir nada en su contra, después de todo ella era la que pasaba la mayor parte del tiempo con Jane.
— Háganle caso a Lyra.— dijo Esme.— Y será mejor bajar. En cualquier momento tienen que llegar Edward con las chicas, claro, además de la manada.
Le hicieron caso a Esme y bajaron a entrenar. El más emocionado era Emmet, quien quería vencer a Jasper pero no lo pudo lograr en ningún momento. Cosa que a Lyra le daba gracia.
No importaba cuántas veces el terminaba en el piso con tierra hasta los intestinos, el no se rendía.
— Una más.
— ¿Ya no estas cansado de tanto perder?— le preguntó Lyra divertida.
Emmet frunció el ceño, Lyra siempre sabía dar en donde más molestaba. El no se rendiría, ni aunque ella lo mandaría volando hasta China.
Del auto se bajaron los tres que faltaban. Jane se acercó hasta donde estaba Lyra y la abrazó. La rubia sonrió y le dio un beso en la frente.
— ¿Lista para ver el mejor entrenamiento de tu vida?— Jane se río mientras se separaba de la rubia.
— Nací lista.
Antes de que pudieran seguir ambas fueron rodeadas por los brazos de Jasper, quien estaba con una gran sonrisa.
— Mis dos chicas favoritas van a ver a la mejor persona en combate cuerpo a cuerpo.
— Yo apuesto a que Lyra gana.— dijo Jane divertida.
— Yo también voto eso, Jane.— le gritó Mike desde lo lejos mientras abrazaba a Alice.
Todo quedo en silencio cuando los lobos empezaron a salir del bosque. Incluso Lyra pudo notar como los ojos de Jane brillaron al ver a Paul. Lo saludo con la mano y se sentó en el suelo junto a Esme.
Lyra sonrió viendo a Paul y le asintió con la cabeza mientras entrelazaba sus manos con Jasper.
— No nos tienen la suficiente confianza como para asumir su forma humana.— dijo edward.
— Vinieron, eso es lo que importa.— Carlise dio unos pasos al frente.— ¿Puedes traducir? Bienvenidos. Jasper tiene experiencia con los recién nacidos. Nos enseñara como derrotarlos.
— Quieren saber que los diferencian de nosotros.
— Son más fuerte que nosotros porque la sangre humana aún permanece en sus tejidos. Nuestra especie nunca es tan poderosa como en sus primeros meses de existencia.
— Carlise tiene razón. Por eso los crearon.— Jasper empezó a hablar, parecía como si volviera ser un soldado.— Los recién nacidos no necesitan miles, como un ejército humano. Ningún ejército humano sería capaz de contenerlos. Lo más importante que debemos recordar es, primero, jamás dejen que los abracen. Los harán pedazos. Segundo, nunca opten por el ataque obvio. Eso estarán anticipando ellos. Y perderán. Emmet.
Ambos caminaron hasta detrás de todo bajo la mirada expectante de todos.
— No te contengas.
— No es mi forma de ser.
El primero en atacar fue Emmet. Lyra no pudo evitar sonreír al ver lo bien que se veía su esposo peleando. Podía asegurar que eran la mejor pareja. Claramente Emmet perdió, por distraerse.
Después de eso continuaron Carlise y Edward, así sucesivamente. Fue una tarde bastante divertida, Lyra estaba más observando que participando, pero después de todo lo que ella tenía que mejorar era otra cosa. Las clases co Jasper ya habían sido dadas hace un par de años.
Ahora estaba junto a Jane y Paul, en su forma de lobo, acompañandolos hasta la frontera. El silencio de Jane estaba preocupando demasiado a ambos.
— ¿Estás bien, Jane?— le preguntó Lyra mientras se detenían en la frontera.
— Solo estoy un poco preocupada, no quiero que nadie salga herido.
— Todo estará bien, no debes preocuparte.— Lyra beso su frente.— Después de todo los mejores te protegeremos.
Lyra puso su mano y Paul la choco con su pata, haciendo que Jane se riera. Las dos personas que más amaba se llevaban demasiado bien y eso le encantaba.
— Confío en ustedes.— Jane le dio un abrazo a Lyra para después subirse sobre Paul.— Te veo a la noche.
— Nos vemos a la noche, cuídensen.
Así Lyra volvió, sabiendo que faltaba cada vez menos tiempo para poder enfrentar a Victoria y con un mal presentimiento cruzándose en su tranquilidad.