Bajo la misma arepa

By Areale_deCastillo2

226K 42.4K 28K

Tras la muerte de su tía, Débora debe viajar a Venezuela para reencontrarse con su padre después de varios añ... More

Nota de Autora
La flaca mamarre
No se desprecia una arepa
Colgate, su majestad
Manzana tercermundista
Correcciones clasistas
Mogul
Vestida como sartén de pobre
Ella perrea sola
Yubiricandeleisy
Se formó el despeluque
Atributos con Photoshop
Chivato
Azúl vinagre
Evasivas
Ódiame
Novios de mentis
Oh no, fallo en la utopía
Recíproca chocancia
Sorpresas
Confesiones
Fuertes declaraciones
El último cigarrillo
Ingrata
Desaparecida
El mejor amigo
Una indirecta despedida
Planchabragas
La mardición de los Takis
Todas mienten
El boleta enamorao' (+18)
Fiesta balurda
Salve, Virgen de los Malandros
Mordisco
Esposa odiosita
El Chigüire Chigüireao'
Heteromarico
Bajo la misma arepa
Querer querernos (+18)
Cómo hago pa' no quererte
Besos sabor a caroreña
Maldita mala (+18)
El procedente de Socopó
Dominantes (+18)
Epílogo
Agradecimientos
Extra navideño
Apoyen a la autora de BLMA

Qué se siente

3.8K 695 560
By Areale_deCastillo2

Yeferson pasó sus dedos por las comisuras de los labios de Débora para eliminar los restos de su labial corrido, ella hizo lo mismo con él y mutuamente se examinaron de arriba a abajo para verificar que ambos estuviesen como si nada pasó. Cuando se aseguraron de que no quedaban evidencias, salieron del baño e intentaron adaptarse rápidamente al volúmen alto de la electrónica.

Los dos llegaron a la mesa que ocupaban los amigos de Débora, fue Bárbara quien los recibió con una sonrisa.

—¿Qué jugáis? —inquirió la castaña al ver cartas esparcidas sobre la mesa.

—Kimi —contestó Natalia, repartiendo la baraja.

—La llevo —se animó Yeferson.

En otro momento se habría alejado por la presencia de Natalia y Gabriel juntos, pero esa noche había quedado relajado después de lo sucedido en aquel baño.

—¿De qué va? —quiso saber Débora minutos más tarde, cuando Natalia y Bárbara perdieron la partida y se pararon para ceder sus asientos a los hermanastros.

—Es fácil. Nada más tienes que recolectar el mismo número con las cuatro figuras; que si tres de copas, tres de oro, tres de espadas y tres de picas. Cuando las tengas reunidas, me haces una seña para yo cantar «kimi» y ganar el juego, y viceversa. ¿Captas?

La castaña quedó algo perpleja porque se lo habían explicado demasiado rápido y la música la tenía un poco aturdida, pero acabó por asentir.

Yeferson se mordió el labio inferior mirándola fijamente para indicar que esa sería su seña. Ella lo pilló.

Entonces empezaron a jugar contra Dubraska y Gabriel. Los primeros segundos Débora estaba pensativa, sin saber qué número escoger para reunir, pero al final le dió cinco patadas a Yeferson por debajo de la mesa, haciéndole saber que ese era el número que había escogido. Yeferson le regresó dos patadas.

—Basura —Gabriel echó las cartas a un lado cuando ya nadie agarraba y Natalia volvió a poner cuatro nuevas sobre la mesa.

—Corte —le dijo Dubraska a Débora, ella la miró con el ceño fruncido.

Dubri llevaba rato viendo a la castaña con una sonrisita medio jodedora, así que había empezado a sospechar. Lo que no sabía era que Débora estaba siendo mentalmente esclavizada por un intenso flashback sexual.

—Le tienes que mostrar dos cartas diferentes —le explicó Bárbara.

Débora hizo lo que le indicaron y el juego continuó. Estaba enredada, alternando la vista entre sus cartas, la mesa y la cara de Yeferson por si reunía un kimi, así que por un momento solo de dedicó a recolectar los cinco e ignorar todo lo demás.

—Corte —le cantó Dubraska a Yeferson. El moreno se levantó de un arrebato, mirando a su hermanastra como si la quisiera matar.

Bueno, así se veían casi todos los días.

—¿Qué...?

—¡Mamagüevaaaaa, te hice señas hasta con el culo! —exclamó arrecho, lanzando el dos de copas, dos de espadas, dos de oro y dos de picas sobre la mesa.

—Qué bolas —Gabriel se echó a reír y procedió a recoger las cartas para barajearlas.

Débora sólo formó una delgada línea con sus labios y aceptó una cerveza que le ofreció Natalia.

—Kimi es demasiado conflictivo —opinó Bárbara.

—Todos los juegos de cartas, en realidad —dijo Gabriel, repartiendo otra ronda.

—¿Entonces qué hacéis jugando cartas en una fiesta? —cuestionó Débora.

—Es que Natalia no quiso jugar «Yo nunca nunca» porque ella siempre siempre —explicó Gabriel—. Y también porque no nos queríamos rascar tan rápido, quiero guardar los pasos prohibidos para más tarde.

—Pero ya me están entrando como ganas de sacar unos cuantos trapitos —dijo Bárbara—. Vamos a jugar Qué se siente, así nos quemamos entre nosotros sin necesidad de ingerir alcohol.

—Eres malvada —Natalia la señaló con una botella, riendo—. Jalo.

—Jalo —exclamaron Dubraska y Gabriel al unísono.

—Yo también —se unió Christian, sentándose junto a Yeferson y saludándolo con un asentimiento de cabeza, como si fueran amigos de toda la vida.

El moreno se alzó de hombros cuando las miradas cayeron sobre él y a Débora no le quedó de otra que acceder a jugar también.

—Pero me explicáis de qué va.

Gabriel asintió, guardando las cartas.

—Prácticamente es revelar indirectamente un secreto de cualquier persona de esta mesa. Sabes de quién es el secreto cuando esa persona toma el turno o pone mala cara, tienes que fijarte en las expresiones.

—Vale.

—Bueno, ¿Quién empieza?

Dubraska alzó la mano voluntariamente y lanzó la pregunta, mirando a Yeferson con fijeza para saber si tenía chance, porque la coño e' madre era como ciega o se tapaba los ojos cuando Débora y él andaban juntos.

—¿Qué se siente tener una vida sexual activa?

Gabriel humedeció sus labios y se empinó una botella de ginebra recién destapada.

—Quejeso, tú ni siquiera has definido si eres hetero u homosexual —lo criticó Bárbara.

—Pero tengo una vida sexual activa —Gabriel se defendió con el mentón en alto—. Todos los días me coge Digitel.

—Bueno, ¿No que no íbamos a jugar con alcohol? —inquirió Christian.

—Ese era el plan, pero Dubri empezó durísimo y la situación amerita embriagues.

Luego vino el turno de Yeferson, que decidió no tirarle a ninguno de los que le caían mal aún para que Deb no se picara tan rápido. No obstante, a alguno le tenía que tirar pulla.

—¿Qué se siente hacerse las cejas con chimó?

Natalia escupió el trago de cerveza que estaba saboreando, salpicó casi toda la mesa. Bárbara la miró mal, pero era inevitable llenarse de gracia.

—¿Qué se siente no saber dónde queda en Machu Picchu? —preguntó Débora cuando fue su turno.

Gabriel se alzó de hombros, después le tocó a Natalia.

—¿Qué se siente ser bisexual y que no te paren bolas los nenes ni las nenas?

Si continuaban así, Gabriel llegaría a su casa en carretilla, vuelto mierda y sin dignidad.

—¿Qué se siente tener una sumisa? —Dubraska seguía con sus propuestas indirectas.

Yeferson no le prestaba atención, pero Débora comenzaba a estar menos tranquila, así que no desaprovechó la oportunidad de marcar territorio cuando llegó su turno.

—¿Qué se siente te la chupe una tipa agachada en el baño de una discoteca?

Yeferson le apretó una pierna por debajo de la mesa, procediendo a echarse un largo trago de licor.

Dubraska arqueó una ceja y apretó los labios, Bárbara sonrió porque presentía que ahí había un cable pelao', Natalia tosió un poco porque se había percatado de la ligera tensión en la mesa y Christian se pasó ambas manos por la cara, deseando averiguar algún día qué se sentía eso.

Yeferson para añadir más emoción a la cosa y también para dejar claro que no tenía ni un mínimo interés en la prima del closetero, secundó:

—¿Qué se siente que te escupan caroreña en la boca?

—No me acuerdo —fue lo que respondió Débora.

El moreno alcanzó una botella de sangría que estaba en la mesa y la destapó para darle un sorbo y aproximarse a besar a la castaña, quien le acarició el cuello mientras jugaba con sus labios impregnados de la esencia de la Caroreña, saboreando el líquido exquisito que fue depositado sobre su lengua.

—Durísimo hermano —pronunció Bárbara.

Gabriel procedió a seguir con el juego.

—¿Qué se siente ver cómo otro besa a la tipa que en secreto era tu platónico?

Todos los presentes se miraron entre sí y se formó un silencio incómodo cuando Dubraska exhaló y se abrió una cerveza.

—¿Qué? —inquirió cuando sintió todas las miradas encima—. Son mi bi-panic. ¿Qué se siente tener la fantasía de hacer un trío?

Solo Christian bebió.

—¿Qué se siente insistir en demostrar interés aún cuando indirectamente te han dejado claro que estás fuera de ranking? —atacó Bárbara, ella era Team Debferson.

Todos se quedaron callados durante casi cinco minutos enteros, hasta que Barbie decidió romper la tensión que ella misma había creado al desbordar tanta sinceridad.

—¿Qué se siente crear un súper plan para robarte unos flips del mercado y después descubrir que estaban vencidos?

—Vencidos o no, estaban burde' ricos —defendió Gabo—. ¿Qué se siente meterle mano a la profe de biología para que te subiera la nota y que al día siguiente renunciara e igual tuvieras que reparar la materia?

—Pa' eso decías mi nombre y ya, maldito —Christian le sacó el dedo corazón—. ¿Qué se siente haber quedado preñada de un malandro muerto?

Natalia abrió la boca para responder, pero la cerró reiteradas veces, indignada y dolida por los trapos a la luz. Yeferson sólo aprovechó que habían sacado el tema para participar.

—Sí, ¿Y qué se siente que alguien haya dado todo por ti mientras tú le cambiabas a un sifrino totona por billete?

Débora le pellizcó un brazo, pero Yeferson no hizo más que removerse en su asiento, mirando fijamente a Natalia que veía un punto inexacto en la mesa.

—Creo que mejor jugamos otra co... —trató de intervenir Gabriel, pero Yeferson lo interrumpió.

—¿Qué se siente que por querer darte mejores cosas alguien literalmente haya dado su vida por ti mientras tú te preñabas de un carajito que seguramente intentarías meterle a él porque el otro no hacía más que utilizarte?

—Yeferson... —advirtió Débora.

—¡¿Qué se siente fingir remordimiento por unos cuantos días y después volver a salir de fiesta a cuadrarte con todo el mundo como si nada pasó?!

Gabriel no quería echar leña al fuego, pero supo que era suficiente cuando notó que Natalia tenía los ojos cristalizados. Intervendría, así tuviese que arder él.

Salir de fiesta y ligarse con varios al mismo tiempo no era la forma más sana de llenar vacíos, pero era lo único que conseguía distraer a Natalia de sus noches solitarias, donde la culpabilidad y la ansiedad que le conferían ciertas memorias la destruían en silencio.

—¿Qué se siente que después de tantas críticas burlistas un marico haya conseguido ver desnuda a una tipa antes que tú? —lanzó Gabo.

—¿Qué se siente ser un cagado sin capacidad de defenderse de un simple ataque con vegetales? Marico eres, te guste llevar Pipe o no.

—¿Qué se siente ser tan bruto como para estar en el liceo todavía con caso veinte años?

—¿Qué se siente no tener control sobre tu vida, dejando que tu papá cabeza e' chupeta decida qué coño vas a estudiar y hasta qué maldita ropa te vas a poner?

—¿Qué se siente ser un planchabragas al que le arde la ignorancia y regresa rogando atención y pidiendo perdón aún cuando no tuvo la culpa de nada? —atacó Débora, impidiendo que siguieran quemando a su amigo.

Yeferson arrugó las cejas, más alterado aún.

—¿Qué se siente que no te haya querido tu mamá y que tú papá hubiese preferido mudarse al tercer mundo antes que quedarse contigo, y sólo volver a verlo porque se murió la persona que cuidaba de ti y que posiblemente tampoco te soportaba?

Débora abrió los ojos al límite. Bárbara y Christian se miraban entre ellos, con sus retinas brillosas por el show en vivo y en directo que estaban presenciando.

—Se siente llevadero si encuentras un pobre huevón que quisiera poder leer tu mente para darte todo lo que quieras aún cuando tú demuestras de mil maneras que no le agradas.

—Maldita caprichosa —farfulló él.

—Es tu culpa. No puedo decir que quiero una vaca arcoíris voladora porque vas hasta el fin del mundo y la consigues, sabiendo que ni siquiera estás en la obligación porque no somos más que dos personas obligadas a convivir día a día por las decisiones conyugales de nuestros progenitores.

Esta vez, fue Yeferson quien se levantó de la mesa y desapareció entre la gente con cara de cañón y botella en mano.

••••••••••••••••

Holaaaaa. Perdón por desaparecer, es que tengo en mente meterme a tiktoker y he estado planeando los vídeos. Comenten si les gustaría que haga dramatizaciones entre la sifrina y el boleta<3

En Tiktok pueden encontrarme como @g.areale

¡Alejandro, feliz cumpleaños!

¿Han jugado al Qué se siente? Yo sí, y me funaron:v

¿Qué creen que pasará ahora?

Síganme en tiktok, o lloro 💔

Continue Reading

You'll Also Like

35.6K 1.9K 18
𝐒𝐚𝐛í𝐚𝐧 𝐪𝐮𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐬𝐚𝐜𝐫𝐢𝐟𝐢𝐜𝐢𝐨𝐬 𝐭𝐫𝐚𝐞𝐫í𝐚𝐧 𝐩𝐫𝐨𝐛𝐥𝐞𝐦𝐚𝐬, 𝐩𝐞𝐫𝐨 𝐧𝐮𝐧𝐜𝐚 𝐜𝐫𝐞𝐲𝐞𝐫𝐨𝐧 𝐪𝐮𝐞 𝐭𝐚𝐧𝐭𝐨𝐬. I. All...
68.5K 2.5K 100
Los personajes del Chavo son teletransportados a una sala de cine donde tendran la oportunidad de ver distintos universos y tal vez su futuro.
2.7K 461 14
Antes de salir de casa, Denis le había dicho a su hermano que no quería hacer esto, que tenía miedo. Ese camino por el que estaban yendo no era el co...
80.1K 918 200
historias que están publicadas en Fisico o que están Amazon o en otras plataformas. ❌Pronto acabará está historia y ya tengo la segunda parte prepara...