La sala de reuniones se ve diferente, muy diferente al resto de los lugares de la Sede. El sol se asomaba por la ventana abierta, su luz áspera pintaba las habitaciones de oro y blanco. En la pared cuelgan cuadros, tanto de paisajes como de retratos, algunos aburridos y otros tan coloridos que le habían hecho daño en los ojos. Lavanda y rosas adornaron los lugares, haciendo que la habitación fuera más hermosa de lo que debe ser.
Era el contraste perfecto de lo que hay detrás de la puerta de entrada, la habitación shichibukai se sentía como un cielo seguro escondido en las profundidades del infierno, una sola puerta inocente que cuelga de las frías paredes del Cuartel General que sin saberlo guarda una belleza para muchos de los soldados buscan - consuelo y calor y todo lo que pueda hacerles olvidar la aspereza del mar y la muerte que lo acompaña.
Era irónico que la habitación más hermosa que había visto albergara a personas que podían pintarla de rojo en cuestión de segundos.
Se quedó tan quieta como un árbol antiguo, sin indicios de vacilación o desmoronamiento por el peso de su propio cuerpo. Rígida como el hielo mientras evitaba, con grandes esfuerzos, las miradas acaloradas de los señores de la guerra que se sentaban pacíficamente en sus respectivos asientos.
"Garp" su voz sonó fría, enviando escalofríos desconocidos a quienes la escucharon.
Garp la miró fijamente, la mirada ardiendo en su propia piel. Se ve un poco diferente al Garp que ella conocía, la piel mucho más bronceada que antes, cortesía del sol que los siguió en cada segundo de su viaje, el cuerpo más delgado, el cabello un poco más gris, pero la misma gran sonrisa todavía dibujada en su cara.
Lo extrañaba, tal vez, no lo sabe, tal vez sí - extrañaba a muchas personas después de todo, algunas de las cuales ni siquiera sabe el nombre y, sin embargo, anhelaba sus rostros de todos modos.
Un destello de cabello dorado y ojos azules vino a su mente.
"¿Sí? ¿Qué necesitas de mí, cara de muñeca?" había preguntado Garp, con una sonrisa un poco más grande que antes.
"YO-"
"Eres tú" dijo una voz, un poco entrecortada y un poco rápida. Como si las palabras hubieran salido corriendo de su boca sin su propio permiso.
Se había girado hacia donde pensó que estaría el dueño y tomó todo lo que tenía para no dar un paso atrás, la habitación en la que se encuentra ahora se sentía un poco más grande que antes, más brillante, menos reconfortante, podía sentir sus ojos en cada rincón de ella. su piel, como si juzgara el material de su ropa, si es lo suficientemente bueno o no.
Se encontró con los ojos dorados de Darcule Mihawk, se olvidó de lo bonito que era y de lo entrañable que es. De alguna manera se ve incluso más hermoso con la luz del sol pintando su piel pálida.
Solo deseaba verlo en un entorno diferente, con menos ojos y no frente a todos los Warlords.
Ella lucha por elegir entre reconocerlo o fingir que no lo conoce. El hecho de que ella conozca a un señor de la guerra, especialmente uno que es conocido por ser reservado y presta más atención a su propio vino que a las personas que lo rodean, podría generar sospechas, aunque pequeñas, pero sospechas de todos modos.
Ella frunció el ceño, desviando la mirada del espadachín en lugar de abrir la boca. Mihawk sintió que se le helaba el pecho, como si alguien le hubiera hecho un agujero en los pulmones y le hubiera pinchado los nervios del corazón.
¿Por qué ella lo ignora?...
"Huh" Murmuró Crocodile a su lado, un grueso tabaco colgando entre sus labios. Sus manos, adornadas con rubíes y anillos de esmeraldas, bailan sobre la caja negra dorada con oro y plata que contiene algunos de sus cigarrillos. La marca 'King Ground' representada en su frente.
Mihawk lo miró, sus ojos dorados picaban en el humo que emitía su cigarro encendido. Crocodile lo miró a los ojos, una sonrisa subió por sus labios. Como si se burlara de él.
Dracule apretó la mandíbula y miró hacia otro lado, las orejas ardían en un rojo suave.
T/n se aclaró la garganta mientras caminaba hacia Garp, el hombre mayor la observó mientras lo hacía, como si estuviera aturdido, como si la vista de ella caminando hacia él fuera tan hermosa como la puesta del sol.
"Necesito que firmes esto" dijo ella, decidiendo cortar el silencio que se cernía sobre la habitación.
"¿Y no puede esperar hasta después de la reunión?" La voz de Sengoku había llegado desde el lado del hombre sonriente, severa y fuerte.
T/n lo miró fijamente, igualando con confianza la mirada en sus ojos, sabía que no debería, después de todo, ella era la que estaba equivocada, pero T/n es una maldita idiota y no puede evitarlo.
"¡Oh, deja a la chica en paz, Sengoku! Además, echo de menos esta cara bonita" Garp se había reído a carcajadas antes de alcanzarla, manos bronceadas cubiertas de cicatrices y venas habían agarrado su brazo y la habían atraído suavemente hacia él. Los ojos de Sengoku tiemblan, murmurando sobre lo molesto que es Garp y lo cansado que está.
"Ahora déjame ver lo que quieres que firme, querida" dijo en voz baja, casi en un susurro mientras ella estaba de pie en medio de sus piernas abiertas, muslos gruesos casi rasgando los pantalones de vestir de lino que llevaba.
"Fufufufufufu~ No sabía que te gustaban las chicas más jóvenes, Garp" La voz de Doflamingo resonó en toda la habitación, profunda y casi áspera.
"¿Quién hubiera pensado que al honorable héroe de la marina le gusta su mujer fresca" si pudiera reírse como un maníaco, lo haría.
Garp le lanzó una mirada que le recordó su lugar. Aunque Doflamingo estaba intimidado, no lo demostró, la misma sonrisa loca todavía salpicada en su rostro extrañamente encantador, todo encías y dientes.
"Te sugiero que te ocupes de tus propios asuntos, escoria pirata" declaró la vicealmirante, con una voz tan profunda que le hizo temblar los huesos del pecho.
Su mano sin saberlo se colocó sobre la tela de sus caderas, enormes que eran, cubriendo casi la mitad de sus muslos. Él se volvió hacia ella, la mirada desaparecida y reemplazada por una sonrisa enferma de amor que casi la hizo sonrojar, casi .
"Ahora déjame ver eso, muñeca" le quitó el papel de la mano y lo miró fijamente, con la mano todavía sobre ella.
"Tsk" Dracule estaba molesto por cada movimiento que hacía el maldito hombre, cada movimiento del dedo de Garp hacía que su palma picara en desesperación por sacar su espada y cortar su sucia mano del cuerpo de la mujer.
Sengoku chasqueó la lengua, irritado y molesto por la tontería de su propio amigo cuando se trata de chicas bonitas, o supuso, chica. Teniendo en cuenta que la mente y la boca de Garp están constantemente llenas con el rostro y el nombre del nuevo artesano, "solo ella", lo recuerda diciendo antes de pasar media hora diciéndole lo bonita que es, lo etérea, lo dulce y lo fiestera, y esto y aquello, y todo lo que hizo que Sengoku quisiera empujar su cabeza contra la pared y quedarse allí hasta el final de los tiempos.
Garp era molesto antes, sí, pero los Sengoku creen que ahora es más molesto.
"Ah, creo que debemos discutir esto más antes de que lo firme, linda muñeca". Garp declaró con el ceño fruncido mientras apretaba ligeramente la carne de sus caderas.
La mirada de Mihawk ardió en la mano del vicealmirante, los muslos rebotando debajo de la mesa de caoba con irritación.
"¿Qué quieres decir?" Preguntó, aferrándose desesperadamente a la pequeña cantidad de paciente que residía profundamente en su mente.
Es solo una maldita hoja de permiso, ¿seguramente lo había visto antes? Entonces, ¿por qué diablos lo mira como si viniera de otro mundo?
"Es demasiado complicado, verás", no lo es y Garp sabía que "mi firma es bastante valiosa en el gobierno teniendo en cuenta que soy un vicealmirante y todo eso, así que necesito hablar contigo más sobre esto antes de firmarlo".
Sengoku le lanzó una mirada, la vena palpitaba en la palidez de su frente.
'¿De qué mierda está hablando este tonto?' Una vez vio a Garp firmar una hoja de petición para que Akainu fuera arrojado al mar por "diversión".
"¿Decir ah?" T/n quería darle un puñetazo en la garganta, necesitaba el maldito equipo ahora, ¡maldita sea! ¡¿Por qué tiene que ser tan jodidamente complicado?!
"Ven, hablemos de esto afuera"
Garp se puso de pie, el sonido de su silla arañando el piso de madera en el aire incómodo de la habitación.
"Es un asunto serio, no quiero que los demás se metan en nuestro negocio"
'¡¿Que asunto?! ¡Es solo una hoja de permiso!
T/n estaba furiosa, más aún cuando sintió la mano de Garp en la parte baja de su espalda, casi engullendo la mitad de su torso, él la estaba conduciendo hacia las puertas, fue amable, sí, pero eso no hace que su irritación disminuya. lo más mínimo.
Sengoku apretó la mandíbula al verlos, sabía qué demonios estaba haciendo, el anciano no era tan elegante como pensaba.
'Ese maldito tonto está tratando de faltar a la reunión' su ojo derecho se crispó, apretando la mandíbula con molestia. Pero no hizo nada más que mirar, francamente, la presencia de Garp no era necesaria ya que solo asistía debido a su posición como Marine, de hecho, Sengoku piensa que Garp es más complicado que el resto de los shichibukai que estaban sentados frente a él.
Era ruidoso, increíblemente, cada oración que salía de su boca siempre era seguida pronto por una risa ensordecedora, sin importar a quién hablara, siempre encontrará el humor en cada situación. Era irritante, pero claro, era lo que le gusta a Sengoku de él.
"¿Vas a dejar que se vaya?" Mihawk había preguntado, la profundidad de su voz casi hizo que el hombre saltara, como si hubiera venido de una cueva abajo, resonando en sus oídos.
El espadachín rara vez hablaba a diferencia de los demás, siempre estaba callado, sengoku nunca se habría fijado en él si no fuera por la enorme espada que siempre lleva consigo. Así que se tomó una sorpresa cuando decidió hablar con él, se olvidó de lo profunda que era su voz, de lo extrañamente intimidante que estaba, estaba acostumbrado a la voz de Doflamingo, áspera y casi quejumbrosa, como un niño malcriado y la mierda rosada que sí actúa. como uno muchas veces.
"Déjalo hacer lo que quiera" gruñó Sengoku, aunque estaba molesto. "El tonto es mejor afuera que aquí, su presencia no nos haría ningún bien aquí de todos modos"
"Él es un vicealmirante, es su deber estar presente en una reunión como esta" había respondido Mihawk, lo miraba fijamente con tanta atención, sus extraños ojos se clavaban en los suyos. Nunca se acostumbrará a sus tonos dorados.
"No permitiré que un pirata como tú me sermonee sobre lo que debemos y no debemos hacer, ¿me oyes?" Sengoku lo fulminó con la mirada, todo calor y repugnancia. "Callar"
La mirada de Mihawk se sintió más fría que el ardor habitual que acompaña a cualquier mirada. A Sengoku le resultó difícil igualarlo, mirarlo fijamente, el espadachín no era alguien que mostrara emociones, siempre fue el tranquilo, el dócil, era extraño para él hablarle en primer lugar, más aún cuando lo estaba mirando. a él ahora.
"¿La conoces?" —había preguntado Boa Hancock, con una hermosa taza de té de porcelana colocada cuidadosamente sobre ella; la danza de su vapor nublaba un lado de su rostro, de alguna manera se ve aún más etérea con el humo adherido a su piel.
Sengoku entrecerró los ojos, molesta por el interés recién formado con respecto a la mujer. "Algún nuevo artesano del que no deberías preocuparte"
"¿Mhmmm artesano dices?" había preguntado Doflamingo, las gafas rosas brillando peligrosamente a la luz del sol. "Podría haberme comprado uno si son tan hermosos" su lengua colgaba repugnantemente entre sus labios, risas tranquilas subiendo por su pecho asomado.
"¿Por qué conseguir uno si puedes simplemente robar la pequeña belleza debajo de sus narices?" Moria soltó una risa inquietante, moviendo los hombros con cada ritmo de su ruido.
"Prueba y Garp tendrá tu cabeza debajo de su pie" declaró Sengoku, cruzando sus gruesos brazos sobre su pecho.
"Interesante, fufufufufu~" Doflamingo se recostó en su asiento, el abrigo de plumas rosas susurrando en el susurro del viento. "¿Así que es seguro asumir que Garp consiguió una mujer? Fufufufu~ que extraño, pensé que ustedes dos estaban juntos"
Las cejas de Sengoku se contraen.
"Yo también lo pensé" Jimbei asintió, sus ojos tan serios como si la noticia lo hubiera impactado mucho. "Pensé que Garp era tu pareja, siempre fue terriblemente susceptible contigo..."
Sengoku no puede creer esto, ¡¿de qué diablos están hablando?! ¿Él y Garp? ¡Prefiere sumergirse en agua hirviendo y empapar su herida con sal marina que pensar en el hombre como alguien con quien tiene una relación romántica!
"Tengo una esposa" dijo Sengoku con dientes de saludo, las venas apareciendo en la palidez de su piel.
"Qué vergüenza" dijo Kuma mientras sacudía la cabeza, muy estoico "Siempre pensé que ustedes dos eran adorables"
"Sí, eran muy lindos" siguió Crocodile asintiendo con la cabeza, rara vez hablaba en tales reuniones pero, bueno, solo estaba diciendo la verdad, los dos vicealmirantes eran realmente lindos.
"¿Él la está cortejando?" Mihawk había preguntado, sin una pizca de atención sobre el tema que se presenta actualmente en la conversación. Necesitaba saber por qué Garp parece estar tan familiarizado con la mujer.
Sengoku se volvió hacia él con el ceño fruncido irritado "ya sea que lo haga o no, no pude ver por qué debería importarte"
El ojo izquierdo de Dracule se contrae "Simplemente tenía curiosidad"
Sengoku entrecerró los ojos, con la mandíbula apretada por la molestia. ¿Por qué los aguanta?
"Creo que eres celoso, Mihawk" La suave voz de Crocodile había venido a cortar la tensión que pende como un péndulo en el aire.
"Qué ridículo que asumieras-"
"No estoy asumiendo nada, espadachín" Le dirigió una mirada deslumbrante, el gancho dorado apoyado en la mesa de caoba, brillando maravillosamente bajo la luz del sol, similar a los ojos del ahora furioso shichibukai.
"Cualquiera podía verlo tan claro como el día"
Una vena palpitante en la frente de Mihawk.
"Fufufufufu~ ¿Es ella una de tus muchas damas, Mihawk?" Doflamingo preguntó, inclinándose ligeramente hacia adelante para mirarlo más acaloradamente. "¿Quién hubiera pensado que un hombre aburrido como tú tiene un gran gusto?" se rió, los dientes y las encías asomaban entre sus labios entreabiertos.
"¿Una de mis damas?" Había preguntado, sorprendido y molesto. "No me complazco en tal-"
"No seas idiota, pájaro" gruñó Crocodile, lanzando una espesa columna de humo en dirección al hombre rosado. "Los hombres como él no participan en cosas como tú"
"¡Tal vez debería!" Moria había declarado, la misma vieja sonrisa torcida salpicada en sus labios. "Conozco un buen burdel no muy lejos de aquí, tal vez una mujer o dos puedan ayudar a eliminar el aburrimiento que pareces llevar".
Doflamingo y Moria compartieron una buena carcajada ante eso.
"Los hombres son repugnantes" refunfuñó Boa, clavando las uñas en la mesa de madera.
"¡Todos ustedes deberían ser erradicados!"
Kuma asintió con sus palabras, asintiendo en silencio mientras le servía a la hermosa mujer otro juego de té verde.
"¡Oh, míralo! Apuesto a que no ha experimentado el toque de una mujer antes, ¡qué lamentable!" Moria había bromeado de nuevo, riendo tan fuerte como el espadachín se sonrojó tanto por la vergüenza como por la ira.
"Fufufufu~ ¡Apuesto a que un vistazo de un tobillo desnudo lo pondría de rodillas como uno de esos príncipes victorianos que parece querer ser!" Entonces dijo Doflamingo, riéndose mientras lo hacía.
"¡Apuesto a que un solo toque lo pondría duro como una maldita roca!" Ambos se rieron entonces, ruidosamente y desagradablemente y tragándose por completo la alguna vez calma de la ahora ruidosa habitación.
Boa Hancock negó con la cabeza ante las palabras de Moira, ansiosa por empujar sus tacones en las encías de su repugnante boca.
Mihawk casi temblaba en su asiento, Crocodile lo miraba con cautela, la palidez de su piel ahora reemplazada por un rojo furioso.
"¡Él debe ser virgen!"
Crocodile siseó por lo bajo cuando vio la mano del espadachín más cerca de su enorme espada, el arma brillaba peligrosamente bajo la luz, una amenaza silenciosa.
'Esos dos idiotas realmente necesitan mantener la boca cerrada' había pensado mientras se alejaba poco a poco del pálido shichibukai, ojos dorados ahora oscuros y parecidos a una bestia salvaje.
"¿Eres mihawk? ¡Oh, Dios mío, ¿verdad?! ¡Kishishishishi! ¡Qué adorable!" Moria se rió tan fuerte que casi pensó que se le saldrían los pulmones de la tos.
"No sabía que eras virgen, Dracule Mihawk" dijo Boa con una sonrisa propia y el rostro rojo de Dracule se profundizó, la vergüenza se aferró a cada rincón de su piel como fuego vivo.
"Eso es muy admirable" había seguido Kuma con un gesto de respeto, Mihawk no sabía si debía tomarlo como un cumplido.
Mihawk es un hombre ocupado, pasa los días y las noches bajo el pergamino de los libros o los brazos doloridos por el peso de su propia espada, entrenó y entrenó y entrenó hasta que sus rodillas se doblaron en protesta por soportar su peso que caía, Dracule no es un amante, nunca lo ha sido, es un luchador, un guerrero, un combatiente con la determinación de un soldado anhelante en medio de una guerra furiosa: balancea su espada como si fuera la última, los dedos huesudos de la muerte se aferran a su cuello como un espada imaginaria lista para cortar las venas de su carne y derramar su sangre, así que ¿cómo podía preocuparse por el amor o el romance o los besos bajo la lluvia y el calor del amor de una mujer cuando estaba tan ocupado entrenando para mantener su vida lejos de aquellos que desea tomarlo?
La piel de su cuerpo no fue hecha para ser tocada suavemente, no fue hecha para ser adorada ni besada, fue hecha para ser magullada, herida, sangrando y cicatrizando. No estaba hecho para ser amado y para ser sostenido con tanta ternura bajo la luz de la luna o las estrellas, estaba destinado a pelear, golpear y empujar, golpear, patear y matar. No estaba hecho para acostarse bajo las sábanas con nada más que amor y adoración en su palma temblorosa, sus labios no estaban hechos para susurrar dulces alabanzas o suaves 'te amo', sus manos no estaban hechas para llevar o sostener, no, él estaba demasiado duro para eso, los nudillos demasiado magullados, los ojos demasiado apagados, la piel demasiado dura: Dracule no es un amante, no, nunca lo será, pero desearía serlo.
"Sí, muy admirable, yo mismo también soy virgen", alardeó Jimbei descaradamente, con el pecho hinchado fuera de su ropa.
Sengoku puso los ojos en blanco ante la escena.
"Me estoy reservando para el matrimonio" Jimbei cerró los ojos con un movimiento de cabeza, el orgullo rebosaba en cada movimiento que hacía. "Es suyo para tomar solo, nadie más"
Boa Hancock asintió en silencio con aprobación, Kuma tarareó y palmeó la espalda de su amigo, impresionado.
"Así que no te avergüences, Mihawk", siguió el Hombre Pez, "no hay vergüenza en permanecer puro, ya sea por tu futura pareja o por la falta de tiempo, después de todo, eres un hombre tranquilo y ocupado".
"Fufufufufu~ míralos uniéndose por su falta de mujeres" dijo Doflamingo, sonriendo tan ampliamente que pensaron que sus mejillas se partirían por la mitad - Mihawk esperaba que así fuera.
El espadachín apretó la mandíbula.
"No hay nada de malo si no nos damos el gusto de tener relaciones sexuales con mujeres, Doflamingo" respondió Jimbei con el ceño fruncido, frunciendo el ceño cada vez más por el insulto del shichibukai rosa.
"Mhmm" Crocodile asintió con la cabeza "
A diferencia de ti, ellos no necesitan calentarse la polla solo para sentirse como un hombre" Declaró perezosamente, apoyando la mandíbula en los nudillos de su mano mientras inhalaba el humo.
"¿Y tú?" El hombre pájaro levantó una ceja, con una sonrisa más amplia que antes, más desagradable. "No me digas que eres virgen demasiado Crocy"
El gancho dorado brilló peligrosamente mientras se movía en su asiento, con los ojos grises encapuchados frunciendo el ceño. "Ya sea que lo esté o no, no es asunto tuyo"
"Oh, ¿entonces lo eres?"
"Yo no dije eso"
"No entiendo por qué no puedes decirme si ya has reventado tu cereza o no" el hombre hinchado inclinó la cabeza con curiosidad, sonriendo tan ampliamente que Crocodile tuvo que desviar la mirada con disgusto.
"Como dije antes", una mueca burlona se curvó en sus labios "no es asunto tuyo, pájaro".
"Fufufufufu ~" El flamenco se reclinó en su silla "debes estar guardando tu pureza para tu querida futura esposa, ¿eh Croco? Ohhhh debes serlo, debes serlo" Crocodile tembló la ceja "pero, de nuevo, eres un caballero, manteniendo las puertas abiertas para las mujeres, echando una mano a las lindas marineras en el muelle, eres todo para las mujeres que yo no soy tan seguro que son pocas de esas doncellas que ya trepan tu cama no?
La cabeza de Sengoku se contrajo de dolor, el dolor de cabeza se arrastraba como un ciempiés vivo sobre la piel de su cerebro. Sus voces rebotando en su mente como un maldito eco, fuerte y desagradable y atormentando su mente hasta que palpita y palpita hasta el punto de querer partirla en dos.
No puede comenzar la maldita reunión sin Tsuru, no puede evitar que los malditos piratas discutan sin explotar, ¿por qué lo tolera? ¿Por qué no puede ser como su querido amigo y correr hacia la puerta y nunca mirar atrás? ¡Maldito sea él y su honor!
"Tsk" Mihawk chasqueó la lengua tanto con rabia como con fastidio, su espada brillaba tenuemente como tentándolo a levantarla y cortar la cabeza de todos los que ocupaban la mesa de la habitación. "¿Debemos hablar de esto? ¿La pureza es realmente tan vergonzosa que pierdes la cabeza al pensar en ella?"
Moria quería argumentar que no es vergonzoso ni gran cosa, pero él realmente no puede imaginarse ni creer que el espadachín, que prácticamente puede meter a quien quiera debajo de las sábanas, sea una puta virgen.
"¿Preferirías que discutiéramos tu conexión con la mujer antes?" Pregunta de cocodrilo, manos gruesas cruzadas sobre su pecho. "¿Cómo te ignora quizás?"
"Sí, la llamaste antes, recuerdo" había dicho Kuma, asintiendo.
Mihawk apretó la mandíbula. "Ella no es nadie", respondió en voz baja, hundiendo el hombro sutilmente, como si sus palabras lo pesaran mucho, haciendo que sus pies se hundieran en el frío suelo de abajo.
"Yo..." tragó saliva "Debo haberla confundido con otra persona"
Doflamingo levantó una ceja. "¿Está seguro?" había preguntado Jimbe.
"Sí" Asintió sobre su propia cabeza, convenciéndose a sí mismo. "Sí, ella no es nadie" respiró hondo "Simplemente nadie"
Ignoró la frialdad de su pecho ni el doloroso apretón de sus pulmones, trató de enterrar el anhelo de su corazón o el centímetro de sus manos. Ella no es nadie, pero ¿por qué desea desesperadamente sostenerla en sus brazos? Mirarla a los ojos aunque sea por un breve momento, solo uno, un minuto o un segundo, no le importa, quería verla, quería que ella lo mirara, que lo mirara fijamente, que lo notara , que escuchara su nombre en sus bonitos labios, llámalo con el uso de su voz que parece jugar como un mantra cada vez que su noche se enfría y todo en lo que puede pensar es en la mujer que vio en el barco.
Tal vez si la viera más tarde, con la misma sonrisa torcida que le había dado antes y llamándolo con nombres que secretamente adora, finalmente podría dar un paso adelante en la vida que había deseado olvidar antes. Una vida llena de amor infantil y las dificultades comunes de una vida normal, ¿tal vez Mihawk finalmente aprenda a sostener a alguien en lugar del cuerpo de su propia espada? ¿Besar en lugar de matar? ¿Bailar en lugar de frecuentar? ¿Para reír en lugar de cavilar? Dejar que su cicatriz sea solo una cicatriz y dejar que él sea solo él.
¿Le dejará amar? ¿Dejar que la abrace como anhela hacer? ¿Para acariciar la cicatriz de su piel y susurrar nada dulce a sus oídos? ¿Acunarla cerca como uno lo haría en un momento de alegría y adoración? ¿Dejar que su mano vagara y memorizara la perfección y el defecto de su carne? ¿Para besar los lunares que adornaban la esquina de su piel? ¿Dejar que su mano áspera, que una vez estuvo empapada de sangre y muerte, se entrelazara con la de ella? ¿Lo hará? Tal vez ella no lo haría, pero Mihawk aún lo intentaría, él no es un amante, no, pero por ella, por ella lo intentará.