En medio del abismo

Da Kashmey

876 494 115

Gray Village es el único reino restante, conocido como el abismo. Desde hace más de cien años han decidido in... Altro

Nota de las autoras
Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Andrew's Rolling Stoned
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6 - PARTE I
Capítulo 6 - PARTE II
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Andrew's Rolling Stoned
Capítulo 12
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Mapa Gray Village
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25

Capítulo 13

28 16 0
Da Kashmey

ZARA

La choza está tal cual la recuerdo, de todas esas prácticas que hicimos cuando teníamos apenas quince años. Dejo caer el peso de mi cuerpo en una de las sillas de madera, jamás pensé que debíamos recurrir a este plan. Aarón se deja caer como un saco de papas al suelo, también agotado. No me observa, no me habla, solo mira un punto fijo.

—Al menos llegamos a salvo —dice Emerick, entrando con madera—. No todo salió tan mal.

—Aún falta Colette.

Emerick hace una mueca y deja la madera en el suelo.

—Sí, ella tiene esa costumbre de malcriarte y ponerse en peligro por ti.

—¿Es mi culpa ahora? —inquiere.

—Sí, por salvar a una...

—Ni siquiera menciones su nombre, no eres digno —sisea Aarón, con una rabia que no es propia de él.

—Sólo digo que ella pudo escapar por sí sola. Una vez que Colette se entere de quién es ella, te va a asesinar con sus propias manos... —Finge pensarlo un poco y sonríe de forma cínica—. Espera, ella jamás te haría algo a ti. ¿Lo hago yo? Ni siquiera vivo para contarlo.

—Suena a que estás celoso —Aarón se levanta—. No es solo ella, hermano. Todos me quieren más a mí.

—¡Proteges a alguien que no trabaja con nosotros! —exclama Emerick.

—¡Porque la amo!

—¡No sabes qué es el amor! ¡Imbécil!

Yo también me levanto, sin saber muy bien qué hacer.

—Chicos, no creo que esto solucione nada...

—¡Es que no lo entiendes Zara! —me grita Emerick.

Aarón se interpone entre Emerick y yo.

—No le grites a Zari —le dice en voz baja—. No te atrevas a faltarle el respeto.

—¡Tú nos faltaste el respeto a todos, Aarón! —exclama frustrado—. ¡Me ocultaste quién es esa chica! ¡Nos mentiste sobre quién es en tu vida! ¡¿Y ahora?!

Aarón se pasa una mano por el rostro, frustrado también. Se sienta en la misma silla en la que estaba, y después de unos segundos Emerick hace lo mismo.

—Colette no puede enterarse.

—Debe ser demasiado para que no se lo quieran comentar a Colette —digo con la voz temblorosa.

Emerick me acerca una de las sillas de madera y la ubica frente a ellos, invitando a sentarme. Me las arreglo para controlar mi cuerpo y hacerlo.

—Se llama Maat —Aarón suspira, parece desesperado—. Fue parte de los que hicieron... el ataque.

—No termina ahí.

Esto es peor de lo que pensaba.

—Es parte de las tribus... de los grupos del territorio prohibido.

—¡De los... salvajes! —exclamo.

Aarón frunce el ceño y Emerick asiente.

—No son salvajes, Zari.

—No viven en la civilización, para mí lo son —dice Emerick—. No podemos confiar en ellos.

—Esto sí que es peor de lo que pensé —susurro.

—Oh, y espera a que Aarón continúe.

Aarón parece querer llorar por un pequeño momento, pero se recupera. Se ve que no es sencillo para él y quiero abrazarlo.

—Ella me avisó media hora antes de lo que harían, dijo que yo fui... su pase libre para entrar. Zari, yo no sabía nada hasta unos minutos antes de que sucediera y ella me rogó escapar. —Pasa sus manos por su rostro y despeina su cabello, luciendo derrotado— Su familia realizará más ataques.

—¿Por qué?

—Algunos soldados raptaron a diez niños de su tribu, no pudieron defenderse como debían, fue un ataque nocturno y... Vendieron a los pequeños al mejor postor.

—No entiendo...

—Los enviaron a los prostíbulos de lujo, Zara —Emerick es más frío y cruel en su explicación—. Para los hombres interesados del centro de Gray Village, algunos tienen gustos preferenciales por niños de tribus.

De pronto, quiero vomitar.

—Pero... pero... Eso no lo ordenó la corona.

—Es lo mismo —dice Aarón.

—No es lo mismo —susurro, horrorizada—. Ese día murió gente inocente por culpa de unos pocos.

—¿La corona no hace lo mismo? —inquiere Aarón.

—Si esos salvajes llegan al poder, nos aniquilarán, Aarón, a todos.

—¿No entiendes? ¡Eran niños inocentes! ¡¿No importan porque no eran del bloque?! ¡¿O porque crees que esos niños sí lo merecían?! ¡¿Que todo niño que pertenezca a una tribu lo merece?!

Abro la boca, sorprendida por su acusación. Emerick aprieta sus puños.

—Sólo digo que primero está nuestra gente.

—Maat es de mi familia, de nuestra familia. Ella también me ama.

—Por eso te puso en peligro, tiene sentido.

—¡Me advirtió antes de hacerlo! ¡Y ella no tiene opción! ¡Es su deber proteger a los suyos!

—Y tu deber proteger a los tuyos... —susurro.

Me observa herido, como si no esperara que yo tomara esta posición. Es la primera vez que me atrevo a tomar una, porque creo que hay otras formas de buscar justicia, como exigir recuperar y buscar a los pequeños... llevarlos a casa.

—Aarón se comprometió con ella cuando escaparon juntos, para ayudarlos a infiltrarse en el bloque —termina de decir Emerick.

Llevo ambas manos a mi rostro, esto es grave.

—Colette no puede saberlo, creerá que nos quieren atacar.

—¿No es lo que quieren?

—Quieren acabar con la corona, es diferente. Se desestabiliza su imagen frente a los demás y...

—No quiero oír más —digo en un hilo de voz—. Esto significa que habrá más muertes, ¿no es así?

—Lo controlaré, yo... lo juro. —Se arrodilla frente a mí— Sólo necesito que guarden este secreto por un tiempo, hasta que logre demostrarle a Colette que no será un peligro para el bloque.

—¿Habrá más muertes?

—Sabes que no puedes controlarlo, Aarón.

Miro a Emerick, que parece estar en una gran encrucijada.

—Ni siquiera Colette podría detenerte de hacer esta estupidez, menos nuestras amenazas —dice en voz baja—. Pero entonces, me deberás un favor, hermano.

—Lo haré.

—Y lo cobraré oportunamente, porque a diferencia de ti, ocupo las oportunidades para ser leal a mi gente, no a otros.

Emerick sale de la habitación, anunciando que irá por más madera. Aarón se excusa en que necesita tomar aire, y ambos me dejan allí, sentada con un secreto que siento que pesa en toda mi consciencia.

Colette no se involucraría, pero sabiendo que Aarón estará en el medio, es capaz de dañar a esa chica, suponiendo que maquinó con la cabeza de su hermano para obligarlo a hacer esto. La conocemos, es verdad que eso es lo que pensaría, así que sí, tal vez no decirle sea lo oportuno. Aunque la mentira nos ahogue a todos mientras Aarón encuentra la forma de balancear ambos mundos.

¿Podría juzgarlo?

¿Qué haría yo por amor?

Probablemente iría más lejos.

***

Los días han pasado lentos, ha sido abrumador. Aarón y Emerick parecen estar bien otra vez, aunque a veces el silencio los invade y ambos parecen asustados. Yo también estoy asustada, Colette no ha regresado, estoy alejada de la civilización como para saber del príncipe... Todo se siente mal.

Ambos hermanos han salido varias noches a conversar, temas que no quieren que escuche, porque no quieren abrumarme.

Ambos entran a la pequeña choza, sentándose en la mesa. En silencio, les sirvo un poco de comida, unas aves que ellos mismos salieron a cazar.

—Si ella no llega, tendremos que ir a verificar cómo está el espacio en el bloque, si siguen deteniendo personas arbitrariamente.

Ellos no saben que nuestro hogar es un lugar seguro, pero temo decir los motivos. Puedo siempre alegar que el príncipe es bueno, ellos creerían que me baso en los pequeños momentos que comparto con él por mi trabajo, pero desconfiarán si les digo que el príncipe personalmente decidió arriesgar su seguridad por salvarme a mí, enviándome con su guardia de mayor confianza.

Todo se ha vuelto tan complicado.

Siento que soy un enredo de mentiras, un hilo envuelto en cada una de las cosas que inventé sólo para que ellos no piensen lo erróneo. Ellos creen que llegué sola, que seguí el plan y todo funcionó bien, así de simple.

—Iré contigo —dice Aarón.

Emerick palmea su mano, luego ambos me miran. No puedo sostenerles la mirada, porque las verdades amenazan con salir de mi boca. Mentir me hace sentir impura, incorrecta, sucia. Me levanto con el rostro ardiendo, sintiendo que sus ojos azules casi transparentes pueden ver hasta el fondo de mi alma.

Darles la espalda para fingir que concentrarme en el exterior es más interesante es lo mejor que puedo hacer, aunque siento ambas miradas sobre mí.

—No te preocupes, Zara, regresaremos pronto —dice Emerick—. Partiremos mañana, creo que es hora.

—Jamás te dejaríamos sola —dice Aarón, con dulzura.

Siento que después de estos días que se han sentido eternos, vuelven a ser los mismos. Sus peores cualidades salieron a florecer cuando hablamos de aquella chica, la novia de Aarón. Creo que en tiempos difíciles, descubrimos lo peor de las personas que amamos, yo lo descubrí con mis padres, con mis hermanas. Yo misma, les di la espalda para no vivir la misma vida que ellos. Me prometí comenzar de nuevo y eso he hecho, y mi vida es mejor.

Sin embargo, algo se siente extraño desde la explosión. Nunca antes sentí que no podía confiar en los hermanos Blom, pero hoy me veo en la necesidad de ocultar esta verdad del príncipe y yo. Ellos, por su parte, se ven en la necesidad de ocultar otra verdad a su hermana.

Aarón, quien usualmente es dulce, parecía capaz de herir con sus filosas palabras a su gemelo. Emerick parece más celoso de su hermano que de costumbre.

Pero el día pasa, y ellos pretenden estar bien. Supongo que tenemos que aferrarnos a nosotros, con nuestras virtudes y fallas, porque aún con secretos entre nosotros, queremos cuidar del otro. Sin embargo, también quiero cuidar del príncipe y desearía saber cómo está ahora, preocupaciones que debo tragarme y no comentar con nadie. Tal vez es mi penitencia por mentir.

Una figura delgada se abre paso entre los árboles, entrecierro mis ojos. Una punzada en mi estómago adelanta quien se acerca y creo que mis mentiras se podrían desmoronar, así como los pedestales que he creado.

Colette parece herida, viene cubierta de sangre, no sé si es propia o de otra persona. Mis rodillas se debilitan, casi doblando mis piernas hasta caer. Me obligo a avanzar, sujetándome de las paredes para llegar a la entrada antes que los gemelos. Al abrir la puerta, dos ojos grandes y oscuros me observan con fijeza, siendo ellos el reflejo al propio infierno.

Se me escapa un pequeño quejido, porque desde que éramos adolescentes esto no ocurría, no puedo moverme. Su respiración es agitada, tiene tierra en la cara, sangre en el cabello, en su cuerpo. Me observa, pero sé que no lo está haciendo, ella no distingue de humanos, de buenos o malos, de amigos o enemigos cuando está en este estado.

Es como... un animal herido. ¡Ay, amiga mía!

—Colette —susurro, acercando mis temblorosas manos a su rostro—, ¿Qué...? ¿Qué ocurrió?

Su respiración es como la de un toro furioso, no se tranquiliza. Sus ojos no se apartan de los míos, está fuera de sí. Esto nunca es una buena señal.

—Colette, soy yo... Soy Zara —intento ser cuidadosa al hablar, para no alterarla.

—¡¿Qué está pasando?! —grita Emerick.

El grito la espanta, y de un fuerte empujón me hace a un lado, estrellándome contra la puerta.

Entra llevándose algunos zapatos con ella y se encierra en el baño. Hay silencio, pero basta con acercarme al mismo para oír cómo sufre.

Emerick se ubica junto a mí, también lo hace Aarón, quien parece estar desesperado por ver a su hermana.

—¿Qué le pasó? ¿Está bien? —inquiere—. ¡Col!

Aarón siendo el más protegido, nunca la vió en este estado. Yo lo hice por error, algunas veces, era aterrador. Emerick lidió más con ello, él sabe cómo tratarla.

—D-Deberías entrar tú —le susurro.

Emerick me observa a mí, un poco desorientado y luego a Aarón. Su expresión de aflicción me indica que tanto como yo, sabe que todos estamos perdiendo el control. Respira profundo y entra al baño, cerrando la puerta tras él.

Abrazo a Aarón. Quiero creer que todo estará bien.


***

Continua a leggere

Ti piacerà anche

14.2K 1.9K 57
En su vida anterior Mo anny vivió durante 15 años en el apocalipsis siendo perseguida por sus primas más cercanas, donde tuvo que vivir entre zombies...
526K 55.7K 68
Esta es la historia de una mujer que intentaron casar con muchos lords, pero que se enamoró de muchas princesas. ~~~ Monarca es la historia de la pri...
351K 22.2K 28
Todo en mi vida era normal. Hasta que entre a ese bar. ¿Dirás cuál es el problema? Ahi los conocí, conocí el secreto de este pueblo. No puedes confia...
21.6K 3.5K 44
Karla es una joven universitaria la cual, por obra del destino, presencia por error a uno de los pocos seres en el universo incapaz de ser visto por...