Pelea de perras. Esa es la definición, el título que se le da, a estas peleas verbales.
Seijuro sabía cuan dañinas pueden ser las palabras de Kouki, lo sabe en carne propia gracias a que él mismo convive con este lado suyo de vez en cuando, aunque en menor medida.
Esta era la primera vez que escuchaba a Kouki en en una verdadera pelea de perras.
— ...
¿Era raro que le pareciera muy atractivo este lado de él?
Digo, a Seijuro siempre le gustó ese lado de Kouki, con sus ojos indiferentes y furiosos, con su voz firme y calmada, sin nada de dudas, sus diálogos cortos y cortantes, su sincero ser tan dañino pero real...
— Creo que estoy a punto de adquirir un gusto raro...
Mirando el techo de su habitación, Seijuro sintió su rostro arder.