-Fue divertido ¿No?.- Preguntó Satán mientras caminaba junto a Jaziel.
-No... Hiciste desaparecer a una persona ¿Qué tiene eso de divertido?.- Cuestionó Jaziel.
-Bueno, para mí si lo fue. Ese bastardo aprenderá a escribir bien los nombres de los demás...
-Ahora que lo mencionas, siempre he tenido esa duda de si... ¿Satán es tu verdadero nombre?.- Satán se detuvo solamente para sentarse en una pequeña banca.
-Es obvio que no, tonto. Mi verdadero nombre no lo sabe absolutamente nadie... Satán, diablo, demonio, lucifer, etc. Son nombres que los humanos me dieron para identificarme y temerme o adorarme, en fin, nadie nunca podrá saber mi nombre. Aquel hombre que llegue a saberlo, morirá.- Sentenció el diablo con una mirada tan sombría que erizó la piel de Jaziel.
-Rayos... Bueno, espero no saber jamás tu verdadero nombre.
-Puedes desearlo, pero entonces, tu deseo de inmortalidad se anulará.
Ambos siguieron caminando por el parque mientras bebían su frappuccino.
—Owww mira un gatito.— Se detuvo Jaziel para acariciar al pequeño animal.— Está herido...
—¿Y?.— Preguntó Satán.
—Se va a morir... Creí que estaba dormido, pero está agonizando. Hay que ayudarlo.
—¿Y que quieres que yo haga? Es la ley natural de la vida, los más débiles se van y se quedan los fuertes.
—Deseo que cures al gatito y le des una buena vida.— Pidió Jaziel.
—No, no lo haré, deseo denegado.— Satán siguió disfrutando su bebida.
—No puedes negarte, tu dijiste que cumplirías mis deseos, así que tienes que curar al gato ¡Se va a morir!.— Exclamó Jaziel mientras veía como la vida del pequeño felino se apagaba.
—¿Es que no lo entiendes? Va en contra de mi naturaleza ayudar de esa manera. A mi pídeme sexo, dinero y hasta salud. Pero nunca me pidas que haga caridad, porque cariño, eso jamás pasará.
—Te lo suplico, haré lo que sea pero por favor... Curalo.
—¿Y que importancia tiene ese animal? Ni siquiera es tuyo, de todos modos se va a morir. Seguro el ángel de la muerte no tarda en venir por él, así que dejemos que la vida siga.
Jaziel corrió tras Satán y lo jaló hacia el sitio donde estaba el gato.
—¿Que crees que haces cretino?.— Cuestionó Satán.— Date cuenta que soy el príncipe de las tinieblas, y que en cualquier momento te puedo hacer mierda con solo pensarlo.— Ahora el diablo lucía algo molesto.
—Te lo imploro, ayúdalo por favor. Debe haber una forma de que lo hagas, te lo ruego.— Jaziel se arrodilló mientras abrazaba las piernas del diablo.
—¿Es que no entiendes? No soy el hada madrina, ni el ángel de la guardia. Yo no hago estás cosas, no es mi problema. Pero está bien, salvaré a ese animal. Debo decir que los gatos no son mis favoritos. Y te advierto, si alguien se entera de eso, haré que tú alma se arrastre por el universo, para siempre.— Amenazó Satán.
El diablo se acercó al gato y lo levantó, en cuanto lo tocó, el gato abrió los ojos y comenzó a lamer su pelaje y a ronronear.
—¡Gracias!.— Exclamó Jaziel.
—Si bueno, ahora vámonos de aquí y pobre de ti si dices algo así. No quiero imaginarme si mis legiones se enteran de está atrocidad que acabo de cometer.
—Se te olvida conseguirle un buen hogar.— Remarcó Jaziel mientras tomaba al pequeño gato en sus brazos para acariciarlo.
—Ay por favor¿Y luego qué? ¿Me voy a convertir en el Salvador de los animales? Ya fue suficiente con curar a esa cosa peluda.
—Te lo suplico.— Se volvió a arrodillar Jaziel.— Mira los ojitos de este pequeño gatito. Se merece una buena vida, al parecer alguien lo atropelló y fue abandonado aquí.
—¡Por todos los infiernos!.— Satán chasqueó los dedos y el gato desapareció.
—¿Que le hiciste?.
—Lo envié a la puerta de una familia que rescata animales. Son millonarios que aman a los animales, la ecología y esas tonterías, cuidarán bien de ese animal. Ahora, si ya terminaste con el papel de hermana de la caridad, quiero seguir disfrutando de mi frappuccino.
—Gracias.— Jaziel abrazó al diablo y le dio un beso en la mejilla, pero se apartó rápidamente al sentir su mejilla hirviendo.
—Sin muestras de cariño, ya te dije que no soy tu hada madrina.— Añadió Satán.
—Eres un tonto, por un momento creo que...
—¿Y en qué momento yo te hice creer que soy el Dios de la amistad y el amor? Estoy para cumplir tus tontos deseos, y puede que lo más afectivo que obtengas de mi, sea sexo desenfrenado, loco y violento, nada más.
—Eres un tonto... Pero gracias, gracias por haber salvado al gatito.
—Jamás debes mencionar que hice una buena acción o yo mismo me encargaré de que sufras el peor de todos los castigos, incluso por encima de tus deseos ¿Entendido?.— Amenazó Satán.
—Si, ya entendí la lección. Ahora mejor vayamos a casa, ya fue suficiente...
—Oye ¿Puedo tomarte una foto?.— Una chica con una cámara fotográfica se acercó al diablo y lo retuvo.
—Claro ¿Por qué no?.— Dijo Satán con una sonrisa en el rostro. Mientras tanto, Jaziel miraba la escena con fastidio.
—Gracias, es que eres hermoso. Nunca había conocido a un chico con tu atractivo, podrías ser modelo si te lo propones.— Dijo la chica con una sonrisa coqueta.
—¿En serio? ¿Crees que alguien como yo podría ser modelo?.— Satán actuaba como un chico inocente y eso al parecer enamoraba a las chicas, pues varias se detenían al verlo mientras posaba para la cámara.
—Claro, eres el chico más guapo que jamás había visto en la vida. Tienes cara de Dios griego.— Sonrió la chica.
—Gracias chica linda, tomaré en cuenta tu oferta y quizás acepte hacer desnudo artístico.— Satán le guiñó el ojo y la chica se sonrojo bastante, haciendo imposible ocultar el rubor de sus mejillas.
—¡Ay por Dios!.— Exclamó la chica.— No tengo un estudio profesional, somos estudiantes apenas... Pero en serio me gustaría que fueses mi modelo, espero que aceptes.— La chica parecía tan emocionada.
—Claro, toma mi tarjeta y llámame cuando quieras, estoy disponible a cualquier hora del día... Y de la noche.— Satán le volvió a guiñar el ojo a la chica.
Esta parecía casi estar en trance al perderse en los ojos azules del malvado ser. Pero luego miró la tarjeta y se extrañó al leerla:
"Satán, criaturas infernales y demás A.C de C.V"
Puedo hacer tu deseo realidad y llevarte hasta el infierno
Tel 01 666 666 666
Colonia infierno
Calle dolor y sufrimiento
Satán ♥️
—Ah... Yo... Yo te llamaré.— La chica estaba tan confundida por lo que había leído en la tarjeta.
Sin más, tomó su cámara y se marchó junto a sus amigas.
—¿Por qué le diste esa tarjeta?.— Cuestionó Jaziel.
—Me gusta ser bromista, además, esa mujer estaba muy caliente por mi, pude sentirlo. Prácticamente sentía su clítoris palpitar.
—Eres un degenerado.— Dijo Jaziel.
—No tanto como tú cuando olfateabas la ropa interior de tus compañeros ¿Ya lo olvidaste? ¿Los vestidores del equipo de fútbol de secundaria?.— Se burló el diablo.
—¿Cómo sabes?... O claro, lo olvida, eres el maldito diablo. De todos modos, eso fue hace bastante, jamás he vuelto a hacer eso... Yo quiero... Es decir... Estaba en la pubertad y las hormonas se me alborotaban y....
—O pero también lo hiciste con tu ex compañero de habitación en la universidad ¿Recuerdas como te masturbabas mientras olfateabas el boxer de tu amigo? O y en la fiesta de tu oficina te esperaste a qué tú colega heterosexual se embriagara para chuparle el pene ¿Quieres que siga?.— Cuestionó Satán.
—No... Yo... Ya entendí, ahora sí me disculpas quiero irme a casa.— pero antes de cualquier cosa, un chico extremadamente atractivo apareció frente a ellos.
—¿Que haces aquí?.— Le preguntó Satán al chico misterioso que se plantó frente a ellos.
—Te necesitamos en el otro lado.— Susurró aquel chico mientras miraba fijamente a Jaziel.
—Debe ser serio o no habrías venido hasta aquí ¿Cierto?.— El chico misterioso asintió.— Bien, vamos, necesito arreglar esto lo antes posible.— El chico misterioso le dedicó una mirada de desprecio a Jaziel.
—¡Oye ¿Y mis deseos? ¿Mi mansión, mi plata?!.— Exclamó Jaziel.
—Cuando vuelva te daré lo que quieras, hasta verga te voy a dar. Pero por ahora necesito irme.
—Oye ¿Y como regreso a mi casa? No tengo...
Antes de que pudiera decir algo más, el diablo y aquel chico desaparecieron en medio de una espesa niebla.
—Genial, tendré que cruzar toda la ciudad para llegar a mi casa. No puedo creer que me haya dejado aquí, y no tengo ni una moneda para el autobús ¡Es un desconsiderado!.
Jaziel tomó lo que quedaba de su frappuccino y lanzó el vaso a la basura para luego caminar hacia su casa, y rogarle a Dios que pudiera llegar antes del anochecer.
Continuará...
Jaziel antes de cambiar de cuerpo
Jaziel después de cambiar de cuerpo
(Espero no me quiten la imagen, lo digo por si no la llegan a ver).