Seduciendo Un Alfa |NamJin|

By nayechwan18

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SeokJin no quiere casarse. SeokJin no quiere enamorarse. Pero él ama los retos. Y NamJoon es el mejor reto p... More

ADVERTENCIA
PRÓLOGO
1: Seduciendo Un Alfa.
2: Plan para seducir a un alfa.
3: Una boca placentera.
4: El verdadero Kim SeokJin.
5: El nuero perfecto.
6: Dedos calientes y agiles.
7: Un repentino rival.
8: Los celos no son una opción.
9: Un beso no debería ser tan bueno.
10: Una puta recién follada.
11. Secretos entre amigos.
12: Nadie puede odiarte como yo.
13: No finjas ser lindo.
14: Duerme conmigo.
15: Una pequeña excepción.
16: Conflicto entre omegas.
17. ¡No somos novios!
18: La temperatura perfecta.
19: Pequeños accidentes.
20: Traicionar tu confianza.
21: La cúspide de su tolerancia.
22: Una pareja de recién casados.
23: Los ojos del amor.
24: Desde la primera vez que nos vimos.
25: No hables con desconocidos.
26: Profundamente enamorados.
27: Tu luna y mis estrellas.
28: Dime que eres mío.
29: Remanentes de un calor.
30: Tres pruebas no son suficientes.
31: Promesa.
32: Escenas de besos.
33: Soy tuyo.
34: Soy especial.
35: Destino.
36: Sueño de concepción.
37: Las historias se repiten.
38: El hijo del viejo zorro.
39: El principio del fin.
40: Confianza quebrantada.
41: Está bien si lloras.
42: Por primera vez.
43: Hay belleza en los desastres.
44: Fruto de su amor.
45: El arcoíris después de la tormenta.
46: Un Futuro Juntos.
EPÍLOGO
EXTRA 1
EXTRA 2
Extra 3
• AGRADECIMIENTOS E INFORMACIÓN •

Final: Amando Un Alfa.

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By nayechwan18



Después de abandonar el lugar en donde se llevó a cabo la conferencia, las noticias de la boda se extendieron rápidamente a sus familiares y amigos. Gracias al cielo, el señor Choi estuvo esperando por ellos en uno de los autos de NamJoon, así que ambos se sentaron en la parte de atrás y empezaron a hacer sus llamadas.

A las primeras personas a las que SeokJin llamó apresuradamente fueron a Hoseok y a JiMin para comunicarles la inesperada noticia de su boda con NamJoon. Hoseok, al igual que JiMin, estaba atónito al principio, sin poder creer que harían tal locura, pero SeokJin les explicó con rapidez que necesitaba su ayuda y la de su familia para acomodar todo en tan solo dos horas, por lo que ambos omegas no continuaron cuestionándolo y quedaron en darse prisa para encontrarse con él.

NamJoon, por su parte, estaba ocupado hablando por teléfono con varias personas, colgando una llamada solo para hacer otra, hasta que finalmente le proporcionó a SeokJin el nombre del lugar donde llevarían a cabo la ceremonia, y él pudo prepararse mentalmente para darle la noticia a su madre.

Comunicar las nupcias a JiEun resultó ser una tarea de lo más difícil. La mujer había estado incrédula al principio, tartamudeando y sin poder creer que fuera verdad. SeokJin tuvo que repetirle varias veces que realmente se casaría en dos horas y que necesitaba que su familia estuviera presente. JiEun soltó un grito y cerró abruptamente el teléfono, dejando a SeokJin momentáneamente aturdido. Temió que su madre se hubiera desmayado, pero tres minutos después, ella lo llamó de nuevo.

Cuando SeokJin respondió el teléfono, JiEun lo regañó vehementemente antes de finalmente calmarse. Luego, le preguntó si tenía un traje para la boda, a lo que SeokJin respondió negativamente. JiEun lanzó otro grito de exasperación y prometió encontrar algo lo suficientemente adecuado para él. Además, se comprometió a darle la noticia a su padre y aseguró que estaría allí en dos horas, aunque seguía murmurando que se volvería loca.

Después de colgarle a su madre, su atención se centró en NamJoon, quien después de terminar una impetuosa conversación con su abuelo, llamó a su papá, que había regresado al país junto a sus hermanos el día anterior después de recibir la noticia del accidente. NamJoon fue tan directo al explicar la noticia de la boda que SeokJin se atoró con su propia saliva y tosió escandalosamente. Pero durante varios segundos, hubo un silencio en el que SeonJo debía estar regañando a su hijo sin parar del otro lado del teléfono, lo que pareció irritar ligeramente a NamJoon porque el alfa hizo una mueca y frunció el ceño. Finalmente, NamJoon le pasó el teléfono a SeokJin con un simple "Quiere hablar contigo".

SeonJo parecía estar sollozando al otro lado de la línea, y le preguntó a SeokJin si tenía un traje de bodas, a lo que respondió que su madre se estaba encargando de eso. El omega no podía creer que se casarían en tan poco tiempo después de todas las planificaciones que JiEun y él habían estado haciendo, pero independientemente de lo que NamJoon opinara, dentro de unos meses celebrarían una ceremonia de bodas más pública y a gran escala. SeokJin estuvo de acuerdo con él en eso y el omega prometió que harían todo lo posible para estar listos.

Después de cerrar el teléfono, SeokJin se lo devolvió a NamJoon con un suspiro, y ambos se miraron en silencio antes de sonreír.

—¿Realmente estamos haciendo esto?

—Lo estamos haciendo.

NamJoon se inclinó y les dio un beso moderado, consciente de que el Sr. Choi estaba en la parte delantera del automóvil. Luego, ambos continuaron haciendo llamadas para informar a más personas sobre la noticia de su repentina boda.

Cuando llegaron al hotel, les asignaron una habitación para que SeokJin se preparara. NamJoon lo acompañó a la habitación, y después de una sesión de besos que casi termina en algo más, el alfa salió rápidamente de la habitación, temiendo que si se quedaba un segundo más ninguno de los saldría de ese cuarto hasta al día siguiente.

Casi media hora después, en la que aprovechó para tomar una ducha y comer unos bocadillos que NamJoon le había pedido a la habitación, Hoseok, JiMin y Jungkook llegaron al lugar, seguidos por su estilista, a quien SeokJin también había invitado y solicitado que lo maquillara con urgencia. Los omegas comenzaron a trabajar juntos para hacer que SeokJin luciera impecable y hermoso. Mientras tanto, Jungkook recibía incontables llamadas del gerente del hotel y sus asistentes para preguntar sobre las preferencias de decoración para el salón y el buffet.

El caos de última hora se convirtió en una emocionante carrera contra el tiempo.

Después de una hora y media, SeokJin se encontró sentado frente al espejo, asombrado por la rapidez con la que todo había cambiado. Lo que inicialmente creyó que sería una pequeña ceremonia sin nada extravagante se estaba volviendo todo lo contrario.

Su estilista trabajó diligentemente en resaltar su belleza para el gran evento, asegurándose de que cada detalle estuviera impecable. Solo faltaba que su madre finalmente llegara con el traje que prometió traer para él, y SeokJin no podía evitar sentirse ansioso por ver la elección de JiEun.

—¡Jin-hyung! —JiMin lo llamó con emoción—. Tu mamá acaba de avisarme que llegaron. Están subiendo.

SeokJin sintió un repentino estallido de emoción y nervios. Por lo general, su madre y él tenían ciertas diferencias en cuanto a gustos en ropa, pero la mujer sabía exactamente cómo le gustaba vestir, así que estaba esperanzado de que ella haya encontrado algo lo suficientemente bonito para él.

—¡Kim SeokJin! —la mujer gritó cuando JiMin le abrió la puerta y entró en la habitación como un torbellino—. ¡¿Cómo puedes casarte de repente?! ¡¿Quieres que me salgan canas del estrés?!

La omega lo agarró por los hombros para verlo a la cara, y detrás de ella ingresaron sus hermanos, ambos formalmente vestidos para la ocasión. SeokJin se apresuró a detener los regaños de JiEun mientras recibía un abrazo de parte de sus hermanos.

—¿Trajiste el traje, mamá? —preguntó ansioso, el tiempo se estaba acabando—. ¡Solo faltan veinte minutos!

—¡Por supuesto que lo trajimos!

En ese momento, su padre ingresó en la habitación con una bolsa para trajes. SeokJin llevó una mano a su pecho y dejó escapar un suspiro de alivio. Les agradeció infinitamente por encontrar un traje para él y saludó a su padre cuando el alfa se lo entregó. Por un instante, sintió que el hombre quería decirle algo, pero al final el alfa no dijo nada y solo prometió venir más tarde a buscarlo.

—Todos salgan, Jin-ah debe cambiarse de ropa, vamos —JiEun los echó apresuradamente—. La secretaria de NamJoon-ah está afuera para llevarlos al salón de la ceremonia. Vayan con ella.

Después de decir eso, casi todos salieron de la habitación, a excepción de su madre, Hoseok y Jungkook, que se quedaron. Aunque SeokJin pensó que era para ayudarlo, sus amigos estaban tan curiosos como él por ver lo que JiEun había comprado, y esa era la verdadera razón por la que se quedaron.

—Hay algo más para ti, cariño —JiEun le dijo con una sonrisa en los labios—. Fue un pedido especial de los chicos. Los dejaré solos un momento.

SeokJin arqueó las cejas con confusión, y después de que JiEun salió, JiMin volvió a ingresar en la habitación con una bolsa en la mano. Las risas compartidas por HoSeok y los demás omegas hicieron que SeokJin comenzara a sospechar de lo que se trataba. Sin embargo, no dijo nada hasta que recibió la bolsa y sacó lo que contenía.

Era lencería.

Había varios conjuntos de encaje que hacían juego con sus batas de seda en colores blanco, rosa y rojo. SeokJin los contempló y después soltó una risa.

—¿Qué haría sin ustedes? —preguntó entre risas mirando a sus amigos—. Había olvidado por completo algo tan importante.

—Tienes que estar feliz de tenernos para recordarlo —Hoseok dijo acercándose a él para abrazarlo—. Ven aquí, danos un abrazo. Todavía no puedo creer que te vayas a casar y, por si fuera poco, primero que yo.

Los otros dos omegas se rieron ante el comentario de Hoseok y luego también se acercaron a SeokJin para un abrazo grupal. SeokJin fue abrazado por sus amigos y sintió que sus ojos se llenaban de lágrimas. Odiaba que cualquier cosa le hiciera sentir tan emocional, pero no podía evitarlo. Después de terminar el abrazo, Jungkook y JiMin salieron para ir a ver cómo estaban las cosas en salón y JiEun volvió a entrar para apurarlo.

—¡Solo faltan quince minutos! —la mujer le avisó, casi histérica, mientras sacaba el traje de la bolsa—. Vete a cambiar, rápido, voy a esperar aquí para ayudarte.

SeokJin agarró la bolsa de lencería y el traje en sus manos y corrió al baño para cambiarse. Planeaba ponerse únicamente las bragas blancas y pedir que le enviaran la bolsa a la habitación matrimonial en la que NamJoon y él pasarían la noche. Unos cuantos minutos después, salió del baño con la ropa puesta, aunque estaba un poco desajustada, y JiEun se acercó a él para subirle la cremallera y terminar de arreglarlo.

El traje que JiEun había conseguido constaba de dos piezas. Un top coreano elegante de cuello alto y pantalones plisados ​​de cintura alta, ambos en color blanco. SeokJin se sintió bastante contento con que su madre haya conseguido comprar este traje un domingo por la noche. Además, la mujer había traído sus accesorios favoritos, entre ellos, el collar de zafiros que NamJoon le regaló la noche de la fiesta de finalización del rodaje y unos aretes que combinaban muy bien con el collar.

De repente, alguien llamó a la puerta y Hoseok se puso de pie para ir a ver quién era. JiEun terminó de abrocharle el collar y Hoseok volvió con SeoJon acompañándolo. Al verlo, el omega se cubrió la boca y se acercó a él para estrecharlo en un abrazo.

—Oh, dios, realmente te ves hermoso... —SeonJo lo elogió, emocionado hasta las lágrimas, y lo miró de arriba abajo—. Al menos JiEun-ah logró conseguir un traje bonito.

JiEun, que se había hecho a un lado, miró al omega con una ceja arqueada.

—SeonJo-ssi, querido amigo, ¿crees que no conseguiría un traje adecuado para la boda de mi hijo? —la mujer preguntó con una sonrisa orgullosa en los labios—. Llamé a todas las boutiques reconocidas de Seúl en busca de una que todavía esté abierta.

Para evitar que los dos omegas entraran en una discusión, SeokJin se apresuró a intervenir.

—Realmente estoy feliz con tu esfuerzo, mamá —aseguró con una sonrisa en los labios—. No esperaba que en dos horas pudiéramos hacer mucho.

—Oh, Jin-ah, tú ni siquiera necesitas mucho para verte hermoso —SeoJon volvió a halagarlo con ternura—. Antes hablé con JiEun-ah, y también te traje algo.

El omega le tendió una caja redonda que tenía debajo del brazo y SeokJin la agarró con curiosidad para ver de qué se trataba. Colocó la caja en la mesa y la abrió para revelar un bonito velo de tul con detalles de encaje florales en los bordes. Se quedó maravillado al verlo. Ya había dado por sentado que no usaría un velo, pero tener uno de repente era maravilloso.

—Este es el velo que usé cuando me casé con el padre de NamJoon —SeonJo continuó hablando con un sentimiento de nostalgia en su voz—. JiEun me dijo que no logró conseguir uno, así que te traje el mío. Aunque es viejo, fui deprisa a una lavandería para lavarlo y secarlo... Realmente me haría feliz que lo uses, espero que no sea mucha molestia para ti.

—¡No es mucha molestia! —SeokJin negó de inmediato—. Estoy encantado de poder usarlo, realmente es muy bonito. Muchas gracias, señor...

El omega agarró sus manos y lo miró con los ojos cristalizados.

—Ahora también eres mi hijo, así que puedes llamarme papá.

JiEun tosió detrás de ellos, como si se hubiera atragantado, y la sonrisa de SeokJin tembló un poco al escucharla.

—Muchas gracias, papá... —dijo con un poco de vergüenza y las mejillas enrojecidas—. También gracias por aceptarme. Estoy un poco triste de que no podamos realizar la ceremonia de pyebaek hoy.

—No te preocupes, querido. ¿Recuerdas lo que te dije por llamada? Haremos una nueva ceremonia para ustedes en unos meses.

SeokJin sonrió levemente y no dijo nada al respecto. Después de una breve charla en la que SeonJo le colocó el velo, y con solo tres minutos para que fueran las ocho y media de la noche, Hoseok dejó la habitación en conjunto con los dos omegas mayores. Entonces SeokJin se quedó solo para esperar a que su padre viniera a recogerlo.

Se miró en un espejo de cuerpo completo y se sintió completamente nervioso otra vez. Estaba vistiendo un traje elegante, su cabello estaba peinado de manera impecable en ondas suaves y el velo caía hasta su cintura. Se sentía como si estuviera viviendo un sueño, y no podía evitar sonreír ante la idea de que estaba a pocos minutos de casarse con Kim NamJoon después de todos los altibajos que habían vivido en esos meses. Llevó la palma a su panza y la acarició con esa mezcla de emociones llenando su pecho.

—¿Ya ves, bebé? Tu papi cumplió su promesa —susurró con cariño, recordando lo que le había prometido a su bebé hace dos días—. Tus padres están juntos otra vez, se casarán y vas a llegar al mundo lleno de amor... Espero poder darte toda mi atención y cuidados ahora. También espero que tu papá pueda mimarte mucho.

Después de terminar de hablarle a su bebé, SeokJin esperó impaciente a que su padre fuera a buscarlo, pero en lugar de que fuera el alfa quien llegara a su habitación, Jungkook entró con una expresión emocionada.

—¡Casi lo olvidamos por completo! —el omega gritó de pie en el umbral de la puerta. Luego, le tendió un ramo—. Tu ramo de flores, hyung. NamJoon-hyung las encargó para ti y me pidió que viniera a traértelas.

SeokJin agarró el ramo de jazmines con una sonrisa y después volvió a mirar a Jungkook. El omega tenía una sonrisa ladina en los labios, y SeokJin sabía lo que él estaba pensando, ya que era obvio por qué NamJoon escogió jazmines para él.

Se despidió de Jungkook, que se fue corriendo de vuelta al salón, y se quedó admirando las flores con una sonrisa tonta en los labios mientras pensaba en todas las ocasiones en las que NamJoon le había susurrado al oído que le encantaba su aroma. Habían pasado casi dos horas desde que vio al alfa por última vez y ya lo extrañaba con locura.

¡Pero estaban a punto de casarse!

Era una de las locuras más grandes y significativas de su vida. No soportaba la impaciencia por ver otra vez a su alfa, por besarlo, tocarlo, escuchar su voz y...

De repente, sus pensamientos se vieron interrumpidos por golpes en la puerta, y cuando abrió, se encontró con su padre, quien finalmente había aparecido. El hombre ingresó a la habitación y lo miró de arriba abajo con una expresión extraña. SeokJin no estaba seguro de lo que el alfa estaba pensando, pero esperó tranquilamente a que él hablara.

—Todavía me resulta difícil creer que te vas a casar... —el alfa dijo con la voz algo ronca. Parecía contrariado—. Pero aquí estamos, y realmente te ves muy hermoso, hijo.

SeokJin se sorprendió un poco y luego sonrió antes de decir: —Gracias, papá.

El alfa se acercó a él lentamente y llevó su palma a su mejilla. Sus ojos reflejaban emociones encontradas mientras miraba a SeokJin, una mezcla de tristeza, orgullo y amor se reflejaba en su mirada. Probablemente, todavía le costaba creer que SeokJin se iba a casar, que su cachorro finalmente estaba dejando el nido para siempre.

—No sabes cuánto lamento haber sido parte de lo que te provocó dolor... —su padre se disculpó con pesar—. Siempre serás mi niño, Jin. Te quiero y estoy muy orgulloso de ver cuánto has crecido. No tengo más que desearte que seas feliz... Y recordarte que siempre tendrás otro hogar al cual volver.

SeokJin se mordió el labio inferior, pero de todas formas las lágrimas llenaron sus ojos, y después se abalanzó a los brazos de su padre para abrazarlo.

—También siento mucho las cosas que dije ese día... —susurró, recordando la noche en que terminó con NamJoon y todas las cosas que dijo en medio de su arrebato—. Gracias, papá... Yo también te quiero.

Su padre le devolvió el abrazo y luego le dio un beso en la frente.

—Vamos ahora. Ese alfa tuyo ya está desesperado por verte.

SeokJin se rió al imaginar a NamJoon lleno de impaciencia y asintió de acuerdo. Su padre le dio el brazo y SeokJin lo agarró para salir de la habitación. Cuando finalmente llegaron al salón, la música de bodas en el piano comenzó a llenar el ambiente. SeokJin se paró en el umbral con su padre, respiró hondo, y después ingresaron.

El salón del hotel brillaba con luces suaves y decoraciones exquisitas. Grandes arreglos florales adornaban las mesas y un camino de pétalos de rosa blancos se extendía hasta el lugar donde NamJoon esperaba de pie por él.

SeokJin estaba completamente perplejo. Lo que inicialmente había imaginado como una pequeña ceremonia sin ningún tipo de lujo ni extravagancia se había transformado en algo totalmente diferente. En tan solo dos horas, NamJoon había logrado que se preparara este elegante salón en un lujoso hotel en Gangnam para celebrar su boda y que sus familiares y amigos más cercanos se encontraban allí.

Los padres de SeokJin, sus hermanos y amigos íntimos estaban presentes en el lado derecho de la habitación para ser testigos de este momento especial. En cuanto al padre de NamJoon, sus dos hermanos, el abuelo, Taehyung, el Sr. Choi y la secretaria Jung se encontraban en el lado izquierdo.

SeokJin observó a NamJoon de pie frente a una jueza, y su corazón dio un vuelco. El hombre vestía un elegante traje beige de tres piezas, con su cabello perfectamente peinado y arreglado, lo que lo hacía ver sumamente atractivo. La emoción y los nervios se mezclaron en su interior, creando una montaña rusa de emociones. No podía creer que en menos de media hora serían oficialmente una pareja casada.

Caminó por el pasillo con su padre a su lado, ambos avanzando con paso firme mientras las notas musicales llenaban sus oídos. SeokJin miró a NamJoon y sus manos cosquillearon, ya que con cada paso sus latidos se aceleraban. Al llegar frente a NamJoon, su padre miró al alfa y luego le entregó la mano de SeokJin.

—Por favor, cuídalo bien y hazlo muy feliz —el alfa pidió con seriedad, dirigiéndose a NamJoon.

NamJoon, en cambio, miró a SeokJin con una sonrisa y tomó su mano entre las suyas con ternura.

—No tenga duda de que lo haré, señor.

El corazón de SeokJin se encendió con calidez cuando sus manos se encontraron, y sus mejillas se colorearon ante la mirada intensa de NamJoon, quien lo estaba observando como si en esa habitación no existiera nadie más que ellos dos en esa habitación.

—Te ves realmente hermoso, bonito —NamJoon le susurró al oído tan pronto como su padre se alejó—. No sabes lo mucho que me estoy conteniendo para no besarte ahora mismo.

SeokJin se rió ligeramente y le devolvió la intensa mirada.

—Tu también te ves muy caliente, cariño. No sabes cómo quiero quitarte ese traje y...

La jueza carraspeó y les brindó una sonrisa. SeokJin guardó sus palabras para más tarde y NamJoon le dio una mirada cómplice.

—Buenas noches. Nos encontramos hoy aquí reunidos para unir en matrimonio a Kim NamJoon y a Kim SeokJin —la mujer se dirigió a ellos y a todos los presentes para dar inicio a la ceremonia—. Antes de dar lectura al acta matrimonial, me gustaría dirigir unas palabras a los novios y a todos los presentes. Primero que nada, muchas felicidades por haber decidido dar el gran paso que supone unir sus vidas. En este feliz momento confirmamos ante sus seres queridos que han encontrado en el otro a esa persona que los completa y con la que merece la pena pasar el resto de sus días. Ahora tienen frente a ustedes un viaje lleno de sorpresas, en el camino se encontrarán de todo, pero eso es el matrimonio: desde momentos de gran felicidad a situaciones que pondrán a prueba su amor. Para finalizar, quisiera darles un pequeño consejo: NamJoon-ssi, SeokJin-ssi, encuentren el amor en los grandes acontecimientos, como el día de hoy, pero también en las cosas más pequeñas y simples. Por ejemplo, un beso de buenas noches antes de ir a dormir o un abrazo de despedida cuando se vayan a trabajar. Sólo me queda desearles, de corazón, que la ilusión que hoy vemos en ustedes perviva para siempre.

Tanto Jin como NamJoon le agradecieron por sus amables palabras y luego la mujer procedió a leer el acta matrimonial. A decir verdad, SeokJin apenas escuchó lo que estaba diciendo. Su mente estaba distraída por el hombre que sostenía su mano y lo miraba con una dulce sonrisa. Nunca antes había visto a NamJoon sonreír tan feliz y por tanto tiempo. Sus dos hoyuelos se marcaban en sus mejillas de una manera adorable. SeokJin deseaba acercarse y besar cada una de las pequeñas hendiduras en sus mejillas y...

—A continuación, Jeon Jungkook, el primo del novio, nos leerá algo que ha escrito en honor de la pareja.

SeokJin salió de su ensoñación al escuchar las palabras de la mujer, demasiado sorprendido, y se giró para buscar a Jungkook con la mirada. En ese mismo momento, una música suave se escuchó en el salón y Jungkook se paró frente a todos con una sonrisa avergonzada.

—Honestamente, esto será algo improvisado, como prácticamente todo en esta boda —el omega dijo con humor. Todos los presentes se rieron por el comentario burlón y NamJoon negó con la cabeza con una sonrisa en los labios mientras miraba a su primo—. Les voy a contar una pequeña anécdota. La razón que me hizo saber que mis hyungs terminarían juntos desde antes de que se dieran cuenta de sus sentimientos, porque sí, tardaron mucho en aceptar sus sentimientos, ¿no? —SeokJin resopló al escuchar sus palabras, pero la sonrisa en sus labios se volvió más grande por esta inesperada intervención—. Fue hace meses atrás, un día muy ocupado para mí y NamJoon-hyung, sin embargo toda la tarde hyung estuvo mirando su celular y yo me pregunté: ¿qué es lo que tanto mira? Todo el que conoce a mi hyung sabe que no es del tipo de persona que le gusta escribir, mucho menos durante tanto tiempo. Definitivamente es algo muy raro. Pero esa tarde, me di cuenta que estaba en una entretenida charla con SeokJin-hyung, y me pareció sorprendente porque ellos no tenían mucho tiempo de haberse conocido. En la noche, durante una reunión con unos socios comerciales, NamJoon-hyung se disculpó y se fue sin terminar la reunión. Yo estaba completamente desconcertado. Salí detrás de él para saber a dónde iba, y me dijo que se encontraría con Kim SeokJin, porque ese omega tonto no había cenado y no tenía como volver a casa, y se fue sin pensarlo dos veces, ¿pueden creerlo? El mismísimo Kim NamJoon abandonó una reunión para ir a llevarle de cenar a ese omega tonto que lo había estado fastidiando.

SeokJin se cubrió la boca y se rió con ganas al caer en cuenta de cuál era la noche de la que estaba hablando Jungkook. Fue aquel día del comercial, cuando tuvo que grabar hasta tarde y empezó una ridícula conversación con NamJoon después de decirle que lo odiaba.

Esa tarde había estado al pendiente de su celular en cada momento libre, porque estaba ansioso por ver la nueva respuesta de NamJoon a sus mensajes, y parecía que Kim NamJoon había hecho lo mismo. Esa misma noche, después de decirle a NamJoon que no había podido comer y que planeaba tomar un taxi, el alfa apareció en el lugar del comercial con una caja de comida especialmente para él. SeokJin recuerda cada momento de ese día, porque fue el inicio de su tonto arreglo con NamJoon, la primera noche que pasaron juntos, y a partir de ahí, surgió todo lo que tenían ahora.

—¿Eso es cierto? —susurró únicamente para NamJoon con diversión en su voz—. No puedo creer que el presidente Kim haya abandonado una importante reunión solo para ir a ver a un omega tonto que no había cenado ni tenía como volver a casa...

NamJoon desvió la mirada con una pequeña sonrisa en los labios y apretó su mano entre la suya.

—¿Qué esperabas? ¿Que le dijera a ese tonto omega que su forma única de comezar una conversación me impresionó y necesitaba una buena excusa para verlo otra vez?

SeokJin negó con la cabeza y golpeó juguetonamente su pecho.

—Me alegra saber que siempre te he impresionado, cariño.

NamJoon le dedicó una sonrisa y llevó su mano a sus labios para darle un beso. Después de que todos dejaran de reír, Jungkook prosiguió con su anécdota.

—En ese momento, me di cuenta de que SeokJin-hyung se convertiría en una constante en la vida de mi hyung y que lo que estaban formando entre ellos no sería pasajero. Los días que le siguieron a esa noche me lo confirmaron. NamJoon-hyung parecía haber encontrado la solución para su malhumor y estrés, y todos en KNS Inc., incluyéndome, fuimos más felices que nunca —el omega se rió y NamJoon arqueó una ceja al escuchar tal comentario—. En el día de hoy, me alegra mucho haberlos ayudado y poder ver que finalmente unirán sus vidas... Realmente los quiero mucho a ambos y les deseo la mayor de las felicidades.

—Oh, Jungkook-ah... —SeokJin abrazó al omega con los ojos cristalizados y pensó en todas las veces que el más joven lo había ayudado—. Gracias por siempre estar para nosotros... También te queremos mucho.

Después del abrazo de SeokJin, el omega también fue abrazado por su primo, y todos aplaudieron el momento emotivo. La jueza decidió continuar con la ceremonia después de eso. En este punto, la mujer pasó a dar lectura a los artículos del Código Civil sobre el matrimonio.

Otra vez, SeokJin apenas prestó atención. Su mente seguía viajando entre todos los momentos que NamJoon y él compartieron juntos. Se sentía maravillado al pensar cómo ambos habían crecido juntos. Finalmente, cuando terminó de leer los códigos civiles, ella dijo: —También Jung Hoseok, el mejor amigo del novio, desea dirigirnos unas palabras.

SeokJin se giró y miró a su amigo con sorpresa. Lo de Jungkook fue inesperado, pero ahora Hoseok también estaba de pie para compartir algo sobre ellos con todos, y SeokJin no sabía cómo sentirse al ver cómo sus amigos hacían esto por ellos, para volver esta boda improvisada aún más especial.

—Al igual que Jungkook, yo también tengo una anécdota divertida. Me gustaría avergonzar un poco a mi mejor amigo porque decidió casarse primero que yo —SeokJin se rió y negó con la cabeza. Lo sentía por Hoseok, pero esto fue algo inevitable—. Hace unos meses, cuando Jin-hyung me contó que NamJoon le pidió matrimonio, estaba feliz y sorprendido por la noticia. En ese momento, no pude evitar recordar al SeokJin que conocí hace unos años, ese que era un completo escéptico en el amor y que juraba que nunca se casaría ni tendría hijos, porque sí, Jin-hyung estaba totalmente reacio a la idea del matrimonio, ¿saben? —su madre y hermanos le dieron la razón a Hoseok entre risas y SeokJin sintió sus mejillas enrojecer de la vergüenza al recordar todas las cosas que llegó a decir. En su defensa, solo NamJoon logró cambiar sus concepciones—. Nunca creí que llegaría a ver un momento como este, realmente di por hecho que Jin-hyung nunca se iba a enamorar, pero cuando NamJoon llegó a su vida, me di cuenta de que eso iba a cambiar. Nunca vi a SeokJin tan empeñado y determinado en algo como en seducir a ese alfa. Al principio me preocupé, y creí que Jin-hyung se estaba obsesionando, pero a medida que pasaba el tiempo noté cómo esa determinación se convertía en algo mucho más profundo y, de repente, sucedió, lo que nunca antes creí ver. A pesar de su gran orgullo y terquedad, SeokJin-hyung empacó sus cosas, buscó ayuda de Jungkook y decidió seguir a NamJoon a Japón. Yo estaba completamente asombrado. Ni siquiera podía creer que él llegaría tan lejos únicamente por seducir a un alfa. Y como imaginé, cuando volvió de Japón, muchas cosas habían cambiado. Él todavía no lo aceptaba, pero estaba completamente enamorado, y su preocupación dejó de ser él mismo para convertirse en NamJoon. SeokJin-hyung lloró porque temía no ser suficiente, por no poder ser lo que NamJoon necesitaba en su vida, por miedo a perderlo, y yo solo podía mirarlo y pensar en lo fuertes que eran sus sentimientos. El día de hoy, me alegra mucho ver cómo superó todas estas inseguridades y miedos, y cómo finalmente enlazará su vida con la del alfa del cual se enamoró... Te quiero mucho, Jinnie. Eres mi mejor amigo y te deseo toda la felicidad del mundo.

En este punto, SeokJin ya estaba sollozando, así que se apresuró a abrazar a Hoseok entre lágrimas y a decirle lo mucho que lo quería. Hoseok le dio un beso en la mejilla y volvió a desearle lo mejor; una carrera próspera, un matrimonio feliz e hijos saludables. Una vez terminado su conmovedor abrazo, JiMin se acercó para tenderle un pañuelo con el que pudiera secarse las lágrimas, y después se abrazaron de la misma forma, al mismo tiempo que Hoseok le daba un abrazo a NamJoon.

Cuando todos volvieron a sus lugares, y SeokJin se recompuso, la jueza decidió continuar con la boda.

—Hemos llegado al momento clave de la ceremonia en el que ustedes deben tomar la palabra para confirmar lo que sienten el uno por el otro. Primero le preguntaré a NamJoon-ssi. —La jueza sostuvo la mirada de NamJoon con solemnidad—. ¿Kim NamJoon, aceptas recibir a Kim SeokJin como esposo, y prometes serle fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, y así, amarlo y respetarlo todos los días de tu vida?

Las miradas de NamJoon y SeokJin se entrelazaron en un momento que parecía detener el tiempo. No necesitaban palabras para comunicar sus sentimientos y la felicidad que los envolvía. NamJoon miró a la jueza y después respondió con voz firme:

—Sí, acepto.

La mujer luego dirigió su atención a SeokJin, cuyos ojos reflejaban una mezcla de nerviosismo y emoción que eran casi palpables.

—Ahora le preguntaré a SeokJin-ssi. ¿Kim SeokJin, aceptas recibir a Kim NamJoon como esposo, y prometes serle fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, y así, amarlo y respetarlo todos los días de tu vida...?

—¡Sí, acepto!

SeokJin respondió con entusiasmo, su voz llena de emoción y firmeza. Naturalmente, su respuesta provocó risas y aplausos entre sus amigos y familiares. El rubor tiñó sus mejillas al escuchar las risas de sus seres queridos, y la jueza, comprensiva y amable, carraspeó antes de continuar.

—Con esto, se comprometen delante de mí, de sus padres y de todos los invitados a amarse como compañeros para toda la vida —la mujer sonrió y extendió una mano hacia ellos—. Por favor, felicitemos a esta pareja por su nuevo comienzo con un gran aplauso.

Los aplausos resonaron en la sala, acompañados de silbidos juguetones de Taehyung y el hermano menor de SeokJin. En cambio, JiMin se puso de pie y cuestionó con diversión: —¡¿Y el beso?!

—¡JiMin! —Hoseok reprendió al omega entre risas, pero todos sabían que la ceremonia aún no estaría completa sin ese beso tan esperado.

NamJoon miró a SeokJin y respondió con una sonrisa cómplice: —Él tiene razón, todavía falta el beso.

El alfa apartó el velo de SeokJin con ternura, sus miradas se encontraron, llenas de amor, y sin esperar un segundo más, se inclinó y unió sus labios en un beso. En ese momento, los aplausos y los silbidos que llenaban el espacio se volvieron distantes, pero los latidos del corazón de SeokJin resonaban más fuerte en sus oídos. Sus brazos se aferraron al cuello de NamJoon mientras se perdían en la intensidad del beso y en ese momento tan especial para ambos.

Finalmente, después de romper el beso debido a la decencia, se dieron la vuelta y tomaron los bolígrafos que la jueza les extendió para firmar el acta de matrimonio. A SeokJin le tembló un poco la mano, pero firmó el papel con firmeza mientras NamJoon le dedicaba una sonrisa cálida. El alfa siguió rápidamente, firmando sin titubear.

Sus nombres quedaron plasmados en el acta matrimonial de manera permanente.

Kim NamJoon y Kim SeokJin.

Por el resto de sus vidas.

Cuando ambos terminaron, la jueza los declaró oficialmente esposos, y los aplausos y las felicitaciones continuaron a su alrededor, pero ellos volvieron a abrazarse con fuerza. Si no fuera por el embarazo de SeokJin, NamJoon probablemente lo habría cargado y dado vueltas de alegría.

Este era el comienzo de un nuevo capítulo en sus vidas, uno lleno de promesas y sueños compartidos, donde cada día sería un recordatorio de la historia que forjaron juntos y este instante mágico que los unió más profundamente que nunca.

NamJoon no era tan solo su alfa ahora, también era su esposo y su compañero.

Después de un rato, fueron llevados a la sesión de fotos. SeokJin no tenía ni idea de dónde había salido el fotógrafo, pero ya casi nada podía sorprenderlo, así que les tomaron fotos a ambos con su familia, después con la familia de NamJoon, con sus amigos y finalmente a ellos solos.

Las fotos fueron variadas; tal como en su cita de aquel entonces cuando formalizaron su relación, NamJoon aceptó todas sus sugerencias para las fotos. Primero, se tomaron fotos abrazados y mirándose a los ojos. Luego, se tomaron fotos con NamJoon colocándole el anillo de bodas y después cargándolo en sus brazos. Por último, trajeron un pastel para la sesión y ambos tomaron el cuchillo para cortar el pastel antes de besarse.

Después de las fotos y la comida, hicieron un brindis que salió bastante mal debido a que SeokJin olvidó por completo que había personas, como el padre de NamJoon, que no tenían conocimiento sobre su embarazo. Se negó a beber alcohol y soltó la información de forma casual. Kim SeoJon casi se desmaya al escuchar la noticia, y SeokJin recibió una gran protesta de su parte por no decírselo antes.

Hubo innumerables abrazos y felicitaciones por su embarazo, pero también varios regaños. Su madre tuvo que salir en su rescate y llevar a SeoJon a su mesa para tener una larga discusión acerca de la fiesta de bienvenida para los bebés, que el abuelo de NamJoon volvió a insistir en que se llevara a cabo en su casa de playa junto con la segunda fiesta de bodas que esperaban realizar. Ambos omegas estaban convencidos de que deberían tener una nueva ceremonia dentro de unos meses para poder invitar a todos sus conocidos. SeokJin no les llevó la contraria; también quería una gran fiesta de la cual fanfarronear en el futuro, pero aún más ansiaba una luna de miel muy especial.

Después de ser arrastrado de un lado a otro para conversaciones y felicitaciones, SeokJin finalmente se sentó en su mesa y tomó un respiro. Todos parecían estar felices y disfrutando de la fiesta. El abuelo de NamJoon, SeoJon, y su madre tenían una acalorada discusión sobre qué nombre deberían adoptar los gemelos, porque sí, JiEun se había encargado de meterles en la cabeza que eran dos.

En cambio, su hermana y la de NamJoon estaban inmersas en una animada conversación. El jefe Choi había invitado a la secretaria Jung a bailar, lo que sorprendió gratamente a SeokJin. HoSeok y YoonGi también se entregaron al baile después de que HoSeok devorara casi todos los bocadillos. Incluso Jungkook, JiMin y Taehyung no parecían tener ningún tipo de enemistad después de terminar su complicada relación. SeokJin no podía evitar sonreír al ver que todos estaban contentos por su boda.

—¿En qué está pensando mi bonito esposo? —NamJoon se acercó a él con dos copas en las manos. Después de dejar la sidra sin alcohol frente a él, se sentó a su lado y besó su mejilla—. Te ves un poco distraído. ¿Te sientes mal? ¿Tienes malestares? Si te sientes mal, tienes que hacérmelo saber...

SeokJin negó con la cabeza y lo detuvo al notar cómo la preocupación de su esposo iba en aumento. Le gustaba sentir cómo el alfa parecía aún más protector con él, pero tampoco quería que el hombre exagerara demasiado. Se recargó en el costado de NamJoon y descansó su cabeza en su hombro.

—Tu esposo está pensando en la luna de miel... —susurró con un tono bajo y coqueto—. Sé que no podremos tener una luna de miel, pero me gustaría que nuestra noche de bodas sea especial.

—No te preocupes, podemos tener una segunda luna de miel en el futuro, e incluso una tercera —NamJoon prometió mientras acariciaba sus nudillos—. Y no tienes que preocuparte por la noche de bodas, bonito. Eso fue una de las primeras cosas en las que pensé.

SeokJin soltó una risita al entender las implicaciones de las palabras de NamJoon y luego compartió con el alfa una mirada llena de amor y complicidad. Estaba seguro de que sería una noche muy especial sin importar dónde estuvieran. Giró un poco más el rostro y permitió que su esposo juntara sus labios en un beso suave que duró unos pocos segundos.

—Antes de irnos a disfrutar de nuestra noche de bodas, ¿hay algo que a mi esposo le gustaría hacer? —SeokJin coqueteó con diversión cuando se separaron, deslizando su dedo índice por el pecho de NamJoon hasta llegar al botón de sus pantalones—. Estoy de buen humor y todavía tengo mucha energía. Deberías aprovechar eso, cariño.

—Hmm... —NamJoon fingió pensarlo. Agarró la mano de SeokJin para evitar que hiciera algo indecente por debajo de la mesa y se inclinó para darle otro beso en los labios—. Me encantaría saltarnos esta parte e ir directamente a la noche de bodas, pero antes también me encantaría bailar con mi esposo... Es una decisión muy difícil, ¿sabes?

—¿Bailar? —SeokJin preguntó con sorpresa—. ¿Quieres bailar ahora?

—Sí, bailar. Los novios deben bailar juntos, ¿no?

SeokJin se rió y no negó esa afirmación. Le ofreció su mano al alfa, permitiendo que NamJoon lo llevara a la pista de baile. Sin embargo, NamJoon no lo condujo al centro del salón donde estaban los demás. En cambio, lo guió hacia otro lugar, y SeokJin se quedó momentáneamente confundido por el camino que estaban tomando.

—¿A dónde vamos?

—Es una sorpresa.

El alfa abrió unas puertas de cristal y cuando salieron, SeokJin se encontró en una terraza completamente vacía. Se alejó de NamJoon para observar el lugar y recordó la primera vez que habían bailado juntos. No pudo evitar sonreír con ternura al recordarlo, un sentimiento de nostalgia llenó su pecho, aunque ahora ese recuerdo se sentía agridulce debido a todo lo que había sucedido esa misma noche. A pesar de ello, era una noche que siempre atesoraría todo todo lo bueno.

—No sabía que podías ser tan romántico, cariño —bromeó, girándose para mirar a su marido a la cara—. ¿Ser un romántico es parte del paquete matrimonial?

NamJoon lo atrajo hacia sí hasta que sus cuerpos se tocaron, rodeando la cintura de SeokJin con sus brazos.

—Enhorabuena, has desbloqueado una parte del paquete matrimonial.

Justo cuando SeokJin estaba a punto de responder, una suave melodía comenzó a sonar a través de los altavoces y luces de colores iluminaron el lugar. Rápidamente, se dio cuenta de que era la misma canción de aquella noche, y su sentimentalismo se abrió paso entre la diversión del momento.

NamJoon rompió la poca distancia que separaba sus cuerpos, y SeokJin envolvió sus brazos alrededor de su cuello. A diferencia de aquel entonces, no hubo torpeza en sus movimientos, ya que se conocían tan bien que lograron seguir el ritmo del otro de inmediato.

Bailaron mirándose a los ojos, perdidos en la melodía lenta de la canción y en innumerables recuerdos. Las luces a su alrededor iluminaron sus siluetas y la brisa nocturna fluyó entre ellos, meciendo sus cabellos suavemente.

Al final de la canción, NamJoon se acercó a su oído y susurró: —Todavía tengo una sorpresa más para mi lindo esposo. —Sin esperar que SeokJin reaccionara, lo tomó por los hombros y lo giró, envolviendo sus brazos alrededor de SeokJin—. Mira el cielo, bonito.

Bajo la noche estrellada y la luna que brillaba sobre ellos, luces de colores se elevaron en el cielo y estallaron, cubriendo el firmamento con colores brillantes.

SeokJin abrió los labios con sorpresa y luego sonrió mientras veía los fuegos artificiales llenar su campo de visión. Si NamJoon no le hubiera asegurado que todo había sido una idea de último momento, juraría que el hombre había planeado esto de antemano para hacer algo tan especial.

SeokJin se dio la vuelta en los brazos de NamJoon y rodeó el cuello del alfa para besarlo. No cabía más emoción en su corazón en este momento. Ni siquiera sabía qué hacer con todo lo que estaba sintiendo. Después de días de tristeza y penas, ahora estaba experimentando la máxima felicidad.

No pudo resistirse más. No pudo contener las palabras y el peso en su corazón. Entonces, por primera vez, simplemente las soltó.

—Te amo... —dijo, con la voz ronca y nasal—. Te amo tanto, mi amor...

Fue todo lo que dijo, pero su corazón latió casi dolorosamente en su pecho. El sentimiento inundó cada parte de su ser. Tal vez, todo este tiempo, toda esa carga emocional, se podía resumir fácilmente en esa frase.

NamJoon, en cambio, lo miró. No había sorpresa en sus ojos, porque el alfa no tenía dudas sobre su amor, pero sí había una profunda emoción. NamJoon se rió suavemente y besó su frente. Luego, después de besar su frente, agarró su mano y la llevó a su pecho, justo donde estaba su corazón.

SeokJin lo sintió. Sintió cómo el corazón de NamJoon latía tan fuerte como el suyo, tal vez incluso más rápido después de las recientes palabras de SeokJin, pero latía con la misma intensidad y amor con la que latía el suyo.

—Esto es lo que provocas en mí... —NamJoon susurró con una debilidad inusual en él—. Creo que no hace falta decir otra vez lo que eso significa.

SeokJin respiró hondo y agarró su rostro para besarlo. Sus narices se rozaron y sus alientos se mezclaron.

—Pero quiero escucharlo otra vez... —pidió en voz baja, con un puchero en los labios—. Solo me lo has dicho dos veces. ¿No puedes decirle a tu esposo cuánto lo amas?

NamJoon suspiró ante su caprichosa solicitud y se rindió de inmediato. Era débil. Un alfa muy débil cuando se trataba de su omega.

—Te adoro, Jinnie. —El alfa se inclinó y besó sus labios con suavidad—. Creo que me enamoré de tu insolencia, tus berrinches y tu orgullo... ¡Incluso de tu pereza, por si fuera poco! —ambos se rieron. Pero NamJoon hizo una pausa, mirando a SeokJin a los ojos, como si estuviera perdido en la profundidad de su mirada—. Simplemente, amo que seas una cosita caprichosa y mimada... Amo que seas tú.

—Es lo más romántico que alguien me ha dicho —SeokJin se burló cariñosamente, sus ojos llenos de admiración.

—Espero decir esto y mucho más a partir de ahora, amor.

No tenía dudas de que el alfa lo haría.

—¿Qué te parece si nos escapamos a nuestra noche de bodas ahora, Joonie? —sugirió con un tono bajo y lascivo, deslizando sus manos desde el pecho de NamJoon hasta su abdomen.

—¿Escaparnos de nuestra propia fiesta de bodas?

NamJoon parecía gratamente divertido con la propuesta, y sus manos también hicieron un recorrido sensual por la espalda de SeokJin. Por un momento, ambos compartieron una mirada llena de deseo y complicidad, entendiendo perfectamente sus intenciones, y en el momento siguiente se estaban besando con lengua incluida.

—Bien... —NamJoon estuvo más que de acuerdo con la idea—. Vámonos ahora mismo. Quiero disfrutar completamente de mi esposo ahora.

Tomó la mano de SeokJin, y juntos se retiraron discretamente sin que nadie se diera cuenta. Habían compartido una noche llena de felicidad y emoción con sus amigos y familiares, pero ahora era el momento de disfrutar de su tiempo a solas.


. . .


Cuando el ascensor llegó al último piso del hotel, donde se encontraba la suite presidencial que habían preparado especialmente para ellos a último momento, NamJoon se inclinó, lo tomó por la espalda y los muslos y lo cargó en sus brazos de forma nupcial.

—¿Qué estás haciendo? —SeokJin preguntó con diversión, envolviendo sus brazos alrededor del cuello del alfa, mientras este caminaba con él en sus brazos hasta la puerta de su suite.

—Es una tradición común cruzar el umbral con tu esposo en brazos.

—¿De verdad? —bromeó, más que encantado de estar en los brazos de su alfa—. Entonces, no debes olvidar que también tienes que llevarme en brazos cuando crucemos el umbral de nuestra nueva casa, ¿bien?

—Pretendo hacerlo.

La seguridad con la que el alfa le respondió era suficiente para saber que no estaba bromeando. NamJoon realmente volvería a cargarlo cuando finalmente se mudaran a su nuevo hogar. SeokJin no podía soportar la emoción de pensar en su futuro juntos.

Ellos entraron en la suite, y SeokJin notó de inmediato, bajo las luces tenues anaranjadas del pasillo, los incontables pétalos de rosas rojas cubriendo el pasillo y formando un camino.

—¿Son pétalos de rosas...? —dijo con admiración. Ver esta escena le hizo sentir un poco asombrado por lo rápido que trabajaron en arreglar el lugar para ellos y crear este tipo de ambiente íntimo para su noche de bodas—. Vaya, se esmeraron mucho.

—Tenían que hacerlo. He invertido en esta cadena de hoteles durante años, y hoy pagué una buena cantidad de dinero al gerente.

SeokJin llevó su mano al costado de la cara de NamJoon para acariciarla.

—Oh, presidente Kim, tienes a todos a tus pies. Su esposo debería sentirse afortunado.

NamJoon lo bajó al suelo sobre la alfombra y lo miró con esa arrogancia natural. SeokJin no estaba seguro de cuánto le gustaba ver a su esposo sonreírle con tanta seguridad, pero era claro que simplemente le encantaba.

—¿Por qué motivo? —NamJoon preguntó poniendo un mechón de su cabello detrás de su oreja—. Yo estoy a los pies de mi esposo.

La respuesta del hombre hizo que SeokJin se sintiera en las nubes. Lentamente, ambos comenzaron a romper la distancia entre sus cuerpos, mientras mantenían esa típica conversación tonta entre ellos. SeokJin envolvió sus brazos alrededor del cuello de NamJoon, lo miró con coquetería, y el alfa rodeó su cintura.

—Entonces, su esposo es afortunado de tenerlo a sus pies, presidente Kim...

—¿Es así...? —Los ojos de NamJoon se detuvieron en sus labios y una profunda hambre brilló en su mirada—. Necesito confirmarlo.

SeokJin entrecerró los ojos por la atracción, sus ojos también cayendo en los labios de su marido, y dejó que NamJoon lo aprisionara contra la pared para besarlo. El beso fue un intenso y húmedo desde el comienzo. Sus labios se encontraron en un choque ardiente y sus lenguas se entrelazaron para profundizarlo.

Los labios de NamJoon eran suaves y cálidos, una deliciosa contradicción con la ferocidad con la que lo besaba. SeokJin respondió con la misma intensidad, aferrándose al alfa con todo su cuerpo. El sabor de los labios de NamJoon era adictivo, y besarlo así le hizo darse cuenta de lo mucho que extrañaba este tipo de momentos íntimos entre ellos.

—¿Ya lo confirmaste...? —preguntó en un susurro, su voz cargada de deseo. Respiró hondo, sintiendo su cuerpo caliente, pero NamJoon volvió a callarlo con un beso corto.

—Hmm... Lo estoy comprobando —el alfa afirmó y luego le dio otro beso en los labios—. Creo que sí, es cierto... Pero me gustaría estar aún más seguro.

Sin decir una palabra más, comenzaron a besarse de nuevo con el mismo desenfreno y deseo de antes. Parecía que no importaba cuánto lo besara, NamJoon no tendría suficiente de su boca, su sabor y suavidad. Las manos del alfa recorrieron su cintura hasta posarse en sus nalgas y apretarlas en sus manos. SeokJin soltó un jadeo entre sus labios y se aferró a su saco cuando el beso se intensificó.

De repente, NamJoon lo levantó y lo cargó a horcajadas. SeokJin enredó sus piernas en su cintura y sintió cómo el alfa presionaba su espalda contra la pared, teniendo cuidado de no apretar su abdomen, y su beso se volvió aún más impetuoso. Las manos de NamJoon sobre sus nalgas se apretaron, y SeokJin podía sentir cómo el calor que se filtraba por sus cuerpos, junto con las feromonas alfas de NamJoon, provocaban que su excitación aumentara.

—Mierda... —NamJoon gruñó llevando sus besos a su cuello—. No sabes cuánto te extrañé... Realmente me estaba volviendo loco tenerte lejos.

SeokJin inclinó la cabeza hacia atrás para que el alfa tuviera un mejor acceso a su cuello. La lengua caliente de NamJoon se deslizó por su manzana de Adán y luego sus labios chuparon con fuerza su glándula odorífica.

—¡Nam! —SeokJin gimió cuando el alfa rozó su glándula con los dientes, su cuello estaba más sensible que nunca.

NamJoon se apartó unos centímetros y le permitió recuperar el aliento. El alfa lo volvió a poner en el piso y le dio la vuelta para quitarle la prenda superior.

—¿Cómo se supone que se quita esto...?

Al notar que el hombre no encontraba el cierre, SeokJin giró el rostro y dijo: —Espera, no vayas a romperlo. Tiene un cierre invisible arriba.

NamJoon llevó las manos al cuello y encontró el cierre. Lo bajó y descubrió la espalda de SeokJin. Sin esperar un segundo, enterró su rostro en su nuca e inhaló profundamente su olor.

—No sabes cuanto extrañaba tu aroma... Es demasiado adictivo.

El alfa besó su nuca y después sus hombros, uno a la vez. Sus labios húmedos y cálidos deslizándose por la piel de SeokJin, marcándolo, y provocando cosquillas por todo su cuerpo.

—Yo también te extrañé, cariño —SeokJin exhaló cuando sintió la palma del alfa deslizarse por su costado, hacia su pecho, y rozar sus sensibles pezones con las yemas de sus dedos—. Pero... Pero aquí no...

NamJoon se detuvo cuando estaba a punto de tirar de sus pezones y soltó una risa ronca en su oído. Su diversión causó confusión en SeokJin, pero no tuvo la oportunidad de preguntar, pues el alfa se explicó de inmediato.

—Aunque me gustaría arrancarte la ropa y follarte aquí mismo, prometí hacerte el amor como nunca antes, ¿recuerdas? —NamJoon le dijo con un tono bajo y lleno de humor—. No planeo que lo hagamos aquí, tan solo estoy probando un poco. Ahora, date la vuelta, voy a terminar de quitarte esto.

Cuando SeokJin se dio la vuelta para quedar frente a NamJoon, el hombre le ayudó a sacarse la prenda por completo, y sus ojos recorrieron su cuerpo lentamente hasta llegar a su abdomen, el cual miró fijamente con una expresión extraña que hizo a SeokJin creer que sucedía algo.

—¿Por qué me miras así...? —SeokJin cuestionó con un poco de inseguridad acerca de su nueva apariencia—. ¿No crees que me veo atractivo ahora que tengo una pancita?

Aunque quería sonar indiferente, la preocupación en su voz fue fácil de identificar para NamJoon. El alfa agarró su rostro de inmediato y le dio un beso en el entrecejo que hizo que SeokJin dejara de fruncirlo. Se apartó y lo miró a los ojos con cariño.

—No, por supuesto que no es eso —NamJoon aclaró mientras acariciaba sus mejillas con ternura—. Tan solo pensar que es mi semilla la que está creciendo en ti me pone muy caliente, ¿sabes?

SeokJin hizo un puchero, como si no le creyera del todo, y lo miró con preocupación.

—¿Entonces? ¿Qué es?

NamJoon se apartó un poco y miró otra vez su vientre. Sus ojos parecían brillar con algo que era difícil poner en palabras y, siendo de esa forma, SeokJin empezó a imaginar de qué podía tratarse.

—Solo pensé que me alegra estar contigo para ver cómo nuestro cachorro crece... —el alfa confesó en voz baja. Su tono era cálido y emotivo—. No sé qué habría sido de mí si no hubiera podido estar contigo en estos meses... Realmente me alegra poder ver cómo crece nuestro bebé.

SeokJin sintió que su corazón palpitaba de ternura por las palabras de NamJoon. Aunque pensó muchas veces cómo serían sus meses de embarazo sin el alfa a su lado, no imaginó cómo se habría sentido NamJoon al perderse estos momentos de su embarazo. Sintió sus ojos arder un poco y agarró el rostro de su esposo con sus manos para mirarlo de cerca a los ojos.

—Oh, mi amor... —susurró con ternura—. Yo también estoy feliz de que puedas estar con nosotros... Además, empezaba a necesitar a alguien que consintiera mis antojos, ¿sabes?

Lo último era una pequeña broma para aliviar el ambiente emocional, que resultó como esperaba, porque NamJoon se rió de inmediato al escucharlo, y luego se besaron con suavidad. Sus labios se encontraron en un beso tierno y lleno de amor. Fue tan reconfortante que parecía detener el tiempo por un instante. NamJoon rompió el contacto de sus labios, pero sus frentes permanecieron unidas mientras compartían miradas profundas.

—Hay algo que he querido hacer toda la noche —el alfa confesó, su voz llena de afecto y anhelo.

—¿Qué es...? —SeokJin preguntó, curioso, y sus ojos reflejaron la misma ternura y cariño.

Las manos de su alfa se detuvieron con delicadeza en su cintura, y sus ojos se desviaron hacia su abdomen otra vez. La pequeña panza de embarazo de SeokJin parecía ser lo único en su campo de visión.

—Besar esta bonita pancita —NamJoon respondió con una sonrisa burlona, pero llena de sinceridad.

SeokJin no pudo evitar sonrojarse ante las palabras del hombre.

—¿Por qué dices algo tan vergonzoso...? —se quejó, aunque su voz carecía de molestia; en vez de eso, estaba llena de entusiasmo y amor.

—También quiero disculparme con nuestro cachorro —NamJoon continuó, mientras colocaba suavemente una mano sobre el vientre de SeokJin y, con un gesto lleno de adoración, se arrodilló frente a Jin y ahuecó su vientre con sus palmas para acariciar suavemente la pancita que albergaba a su bebé.

Acariciar el vientre de embarazo de su omega por primera vez se sentía como un momento mágico y lleno de emociones. La piel de SeokJin bajo la mano de NamJoon estaba tibia y suave, y él se sintió tan maravillado como afligido por esto. Su pequeño cachorro crecía ahí dentro. El fruto de su amor por SeokJin. NamJoon quería adorarlo. Deseaba protegerlos de cualquier cosa que pudiera hacerles daño.

—Hola, pequeño... Soy tu papá —le habló en voz baja—. Quiero que sepas que siento haber preocupado mucho a tu papi. Espero no volver a hacerlo en el futuro... Te prometo que siempre estaré aquí para ti y para tu papi, ¿bien?

Después de hablarle y acariciar la barriga de SeokJin durante un rato, NamJoon se inclinó y depositó un suave beso en ella, una forma de transmitir su cariño y crear un lazo con su futuro hijo, antes de levantarse del piso y mirar a su omega.

Los ojos de SeokJin estaban llenos de lágrimas de felicidad y emoción mientras lo observaba con adoración. SeokJin no tenía palabras para describir lo que le hizo sentir ver al alfa por primera vez mostrar su amor por su cachorro, pero la felicidad se reflejaba en todo su rostro.

—Realmente te extrañé mucho... —musitó con la voz rota—. Creí que podía cuidar de nuestro cachorro yo solo... Pero en realidad no quería pasar todos estos meses sin ti...

SeokJin sorbió por la nariz y escondió su rostro en el hombro del alfa. No quería separase del hombre. Se sentía tan sensible como el día después de su celo. Necesitaba del aroma de NamJoon, de sus besos y sus abrazos. Necesitaba de su calor, sus elogios y cariño. Necesitaba todo de su esposo.

—Está bien, amor —NamJoon lo arrastró a sus brazos para abrazarlo con más fuerza, cuidando siempre de no presionar su abdomen—. Estoy contigo ahora. Estamos juntos. Voy a cuidar de ti y nuestro bebé. No tienes que preocuparte más.

NamJoon besó sus párpados y secó sus lágrimas. Tomó su rostro entre sus manos y dejó pequeños besos por toda la cara de SeokJin. Primero sus comisuras, un beso en cada una, luego en sus cachetes, nariz y frente, causándole cosquillas a SeokJin, y por último en sus párpados e incluso sus orejas. Jin terminó riendo por la ternura del alfa.

—¿En qué estábamos? —le preguntó a NamJoon, ahora más repuesto. Sus manos se apoyaron en el pecho del hombre.

Al ver que estaba de humor otra vez, NamJoon lo abrazó por la cintura y sonrió de lado. —Escuché por ahí que nos prepararon el jacuzzi con agua caliente, espuma y aceite de esencias... —el alfa comentó depositando un beso en su hombro—. Hmm, ¿quieres ir a confirmarlo, bebé?

SeokJin rió por la ocurrencia, pero asintió de inmediato, y NamJoon, que parecía obsesionado con cargarlo, volvió a sostenerlo en sus brazos de forma nupcial para llevarlo a la habitación principal de su suite.

El alfa lo cargó con firmeza mientras avanzaban hacia la habitación. Al entrar, la vista que se abrió ante los ojos de SeokJin lo dejó asombrado. La cama era enorme y estaba decorada con un corazón formado por pétalos de jazmines, un gesto romántico que hizo que una sonrisa se dibujara en su rostro. Además, la tenue luz de las numerosas velas estratégicamente colocadas por la habitación creaban un ambiente íntimo y cálido que invitaba a la pasión.

Con cuidado, NamJoon depositó a SeokJin en el suelo, y de inmediato se sumergieron en un beso lento y húmedo. Sus lenguas se entrelazaron en una danza ardiente que expresaba todo el deseo y el fervor acumulado. De inmediato, SeokJin procedió a despojar al alfa de su saco y chaqueta, una por una, sus manos adorando cada centímetro del cuerpo de su marido, explorando con deseo y devoción la firmeza de sus músculos y el calor de su piel. Cada prenda que caía al suelo revelaba la belleza del cuerpo de NamJoon, aumentando la intensidad de su excitación.

Cuando el pantalón de SeokJin cayó al suelo junto a la ropa amontonada del alfa, NamJoon dejó escapar una exhalación y luego miró a su omega con diversión. La luz de las velas danzantes iluminó sus rostros mientras se acercaban el uno al otro.

—Veo que no fui el único que hizo sus preparativos para la noche de bodas —NamJoon comentó con la voz ligeramente ronca, sus ojos recorriendo desde el rostro de SeokJin hasta las bragas de encaje blanco que realzaba su erección y la liga apretada en su muslo.

—Siento no poder darte otra clase de sorpresa —SeokJin se lamentó con resignación—. Me siento un poco triste de que fueras el único en preparar tantas cosas bonitas para nosotros. Si hubiera tenido suficiente tiempo, yo también habría preparado algo más para ti.

NamJoon se inclinó y besó la frente del omega sin darle importancia al tema.

—Está bien. No tienes que disculparte. Ya me has sorprendido de varias formas hoy. —El alfa acarició con suavidad la barriga de SeokJin y con su otra mano apretó una de sus nalgas—. Puedes sorprenderme de otras formas en el futuro, bonito.

SeokJin asintió, de acuerdo con él, porque planeaba sorprender a NamJoon de muchas formas en el futuro. Tenían toda una vida por delante para hacer de su matrimonio un recuerdo inolvidable. Alzó el rostro y dejó que el alfa besara sus comisuras antes de atrapar su labio inferior entre sus dientes y volver a besarlo.

Finalmente, cuando NamJoon terminó de desvestirse por completo, y ambos quedaron desnudos y jadeantes, se miraron con ojos llenos de deseo y amor.

NamJoon tomó la mano de SeokJin para llevarlo al jacuzzi, que ocupaba una esquina de la enorme habitación. SeokJin observó una bandeja con aperitivos y una botella de lo que supuso que era sidra sin alcohol sobre una mesita al lado del jacuzzi.

—Entra tú primero, cariño, dame un minuto —pidió, deteniendo sus pasos.

NamJoon lo miró con duda, pero obedeció de inmediato. Mientras el alfa ingresaba en la bañera para ponerse cómodo mientras lo esperaba, SeokJin fue a revisar si habían traído la lencería que sus amigos le habían regalado para la ocasión. Tras una breve búsqueda, encontró la bolsa en el baño, suspiró aliviado y aprovechó para quitarse toda su joyería y dejarla sobre la mesa.

—¿Todo bien, amor? —NamJoon preguntó cuándo lo vio regresar—. Si hay algo mal...

—Estoy bien —SeokJin lo interrumpió para evitar que el alfa se preocupara de más. Luego, señaló su ropa interior con una sonrisa—. ¿Quieres que me las deje puestas?

—Sí, quédatelas. Me gusta ver cómo te quedan —NamJoon abrió los brazos y se sumergió en el agua, haciendo que esta se moviera suavemente bajo la superficie—. Ven aquí, cachorro.

SeokJin lo hizo, metió un pie y luego el otro, mientras el alfa agarraba sus manos para asegurarse de que no se resbalara. Una vez dentro, SeokJin se sintió reconfortado por el calor del agua que mantenía una temperatura perfecta, y su cuerpo reaccionó al contacto con su esposo. Permitió que NamJoon lo atrajera hacia sí, rodeándolo con sus brazos fuertes y cálidos. El calor se intensificó, y SeokJin se acomodó en el regazo del alfa, con las piernas a cada lado de los muslos de NamJoon, trazando su pecho y el tatuaje en su brazo con la palma de su mano.

—¿Estás cómodo? —NamJoon preguntó para asegurarse de que la posición fuera placentera.

SeokJin llevó ambas manos a los hombros de su alfa y se inclinó para darle un casto beso en los labios. Podía sentir la polla semidura de NamJoon presionando contra su piel, y esa sensación solo avivó su ansia.

—Estoy cómodo, no te preocupes.

NamJoon sonrió levemente y luego se giró para alcanzar una fresa de la bandeja junto al jacuzzi. SeokJin observó cómo el alfa sumergía la fruta en chocolate y luego la llevaba a sus labios, así que no dudó en saborearla. Sin decir una palabra, lamió un poco del chocolate con la punta de su lengua y luego abrió los labios para permitir que NamJoon le diera la fresa.

—¿Está buena? —NamJoon preguntó, sus ojos fijos en los labios de SeokJin. Este asintió y se lamió los labios—. Entonces, creo que yo también debería probarla, ¿no?

SeokJin no estaba seguro si NamJoon se refería a la fresa con chocolate o a sus labios. Sin embargo, el alfa sostuvo su nuca y se inclinó para lamer sus comisuras, respondiendo su duda. Tuvo que aferrarse con más fuerza a los hombros de NamJoon y abrir la boca para darle acceso a la lengua del hombre. La lengua de NamJoon exploró su boca con afán, y SeokJin no pudo evitar gemir suavemente ante la sensación abrumadora.

Cuando el alfa abandonó sus labios esta vez, había un fino hilo de saliva que los unía. SeokJin todavía estaba abrazado a él y NamJoon sujetaba con fuerza su muslo. Podía sentir la dureza del hombre contra su abdomen.

—Sabe dulce —NamJoon comentó contra sus labios, y SeokJin se sentía tan mareado que otra vez no estaba seguro si hablaba de la fresa o su boca—. Puede volverse mi sabor favorito.

—¿Qué, no lo era ya? —coqueteó, inclinándose para morder el labio inferior del alfa—. Me siento muy triste...

—Todo de ti es mi favorito —NamJoon afirmó de inmediato.

—Demuéstralo —lo retó.

Los ojos de NamJoon brillaron, y su mano regresó a la nuca de SeokJin.

—Planeaba hacerlo.

El alfa volvió a apoderarse de sus labios en un beso que se volvió ardiente y desenfrenado. Los sonidos de sus labios chocando llenaron la habitación mientras sus lenguas se enredaban. SeokJin gimió en medio del beso, sus piernas temblorosas, y NamJoon sonrió con satisfacción, sus manos recorrieron arriba y abajo la espalda desnuda de SeokJin, dejando un rastro de espuma sobre su piel.

—Eres tan hermoso, bebé —NamJoon susurró, sus narices se rozaron con ternura—. Me hace feliz pensar que cada mañana lo primero que veré será tu rostro, tus ojos y tus preciosos labios...

SeokJin sintió un cálido cosquilleo en el pecho y se retiró ligeramente, mirando el rostro de NamJoon. Él también era hermoso, con una combinación de suavidad y fuerza que lo dejaba sin aliento. NamJoon lo miraba con tanto afecto y deseo que SeokJin se sintió abrumado.

Con la punta de sus dedos temblorosos, SeokJin trazó la mandíbula del alfa hasta llegar a su nariz y luego siguió la línea hasta sus labios. Mientras contemplaba los rasgos de su marido, la curva de su sonrisa y la suavidad de sus labios, una pregunta surgió en su mente.

—¿Puedo decirte algo, Joonie...? —preguntó con un tono suave que alertó de inmediato al alfa.

NamJoon lo abrazó con fuerza y besó sus mejillas.

—Puedes decirme lo que quieras, amor.

SeokJin suspiró ante el apodo, aún no se había acostumbrado, pero le encantaba escuchar a NamJoon llamarlo amor.

—Estoy muy feliz de haberte conocido, sin importar lo desastrosa que fue nuestra primera cita... Te amo mucho, cariño.

Eso era todo lo que SeokJin quería decir, y fue suficiente para que algo en la mirada de NamJoon se iluminara. El hombre lo atrajo nuevamente hacia un beso apasionado y fogoso.

Con los dos desnudos en el baño, sus cuerpos entrelazados y sus labios conectados en un beso apasionado, nada más en el mundo les importaba. NamJoon lo besó con hambre, desenfreno y pasión. Sus labios se encontraron con facilidad, como si hubieran aprendido el ritmo de un baile especial que compartían. El beso se profundizó rápidamente, sus lenguas se entrelazaron ansiosas por explorar y saborear el uno al otro.

Las manos de NamJoon se aferraron a la cintura de SeokJin, sus dedos dejaron marcas en su piel mientras lo acercaban más. Sus pechos se presionaron juntos, y SeokJin pudo sentir la excitación de NamJoon, su polla dura atrapada entre sus cuerpos, rozando contra él. La erección de NamJoon se volvió más pronunciada, presionando contra SeokJin de manera provocativa.

El sentir que era él, y solo él, quien podía provocar esta reacción en su marido hizo que SeokJin jadease. El beso se rompió mientras SeokJin se estremecía ante el contacto. NamJoon no lo había tocado en mucho tiempo, desde aquel fatídico día, y durante ese período, ni siquiera se había permitido tocarse a sí mismo. Ahora, con tan solo esta pequeña fricción, podía sentir un inmenso calor recorrer su cuerpo.

Los ojos de ambos se abrieron, sus miradas se encontraron, y SeokJin se lamió los labios. Las pupilas de NamJoon estaban ligeramente desenfocadas, sus labios entreabiertos y rosados, resbaladizos y ligeramente hinchados. El cuerpo de SeokJin tembló de deseo. Tentativamente, apretó sus brazos alrededor del cuello del alfa y giró sus caderas, frotando su propia erección contra la de NamJoon. Los ojos de su marido se cerraron, sus manos apretando sus caderas.

—Joder —NamJoon inhaló profundamente, con los ojos abiertos de nuevo—. Si me miras así, mientras te mueves de esa forma, ¿cómo puedo ser paciente, bonito?

SeokJin sonrió y lo miró con una expresión traviesa.

—Puedes hacerme el amor y también puedes cogerme duro —dijo con un falso tono inocente—. Nunca he dicho que te restrinjas a una sola forma, mi amor. Solo debes ser cuidadoso.

NamJoon negó con la cabeza y lo miró por un momento antes de deslizar una mano por la columna de SeokJin, tomando su nuca y atrayéndolo hacia él para darle un beso ardiente. Al mismo tiempo, el alfa usó su otra mano para recorrer la espalda de SeokJin hasta llegar a sus nalgas. SeokJin sintió cómo la mano de NamJoon apretaba una de ellas con fuerza y luego lo acariciaba suavemente. El hombre continuó haciendo esto hasta que el cuerpo de SeokJin se llenó de calor y su agujero palpitaba con necesidad.

—Na-Nam... —suplicó en medio del beso—. Uhm... Por favor...

Ya respiraban con dificultad, y NamJoon no parecía estar mucho mejor. El agujero de SeokJin estaba húmedo y deseaba sentir los dedos de NamJoon allí, acariciando su sensible entrada con las yemas de sus dedos o la cabeza de su polla, pero el alfa todavía no tenía la intención de complacerlo. La mano de NamJoon se deslizó hacia la parte posterior de su cuello, sosteniéndolo allí mientras se besaban, y su otra mano se movió hacia su cintura para animarlo a moverse nuevamente.

SeokJin soltó un ruidito parecido a un gemido y movió sus caderas sobre él. A diferencia de antes, NamJoon empujó sus caderas hacia arriba para encontrarse con las de SeokJin. Sus cuerpos se deslizaron juntos bajo el agua, y SeokJin jadeó en la boca del alfa.

Se sintió increíble, sus cuerpos balanceándose y meciéndose juntos mientras se besaban. El calor se acumuló en el vientre de SeokJin, y sabía que podría llegar así, simplemente por frotarse contra su marido como un adolescente cachondo. Pero no era como quería tener su primer orgasmo después de tanto tiempo; no cuando ansiaba más. Antes de eso, necesitaba la polla de NamJoon dentro de él, enterrada en su agujero hasta la base, follándolo hasta que solo salieran palabras inentendibles de su boca.

—Si quieres jugar así, yo también lo haré... —le dijo a NamJoon, con la voz un poco ronca y llena de lujuria.

Quitando un brazo de alrededor del cuello del alfa, SeokJin se movió ligeramente, pero sin romper el beso. Lamió la boca de su alfa mientras dejaba que su mano se deslizara bajo el agua. SeokJin se alejó ligeramente, creando un poco de espacio entre ellos. NamJoon hizo un sonido suave e interrogativo, que pronto se convirtió en un gruñido de placer cuando SeokJin movió su mano entre ellos y agarró su pene, apretándolo ligeramente.

—Creo que tu polla me extrañó tanto como yo la extrañé —SeokJin bromeó mientras acariciaba el miembro de NamJoon.

—¿Cómo no podría extrañar ese lascivo agujero? —NamJoon se burló de él y abrió un poco más las piernas, asumiendo una posición más relajada y despreocupada—. Deberías darle lo que quiere, ¿no?

SeokJin apretó el pene del hombre y el cuerpo de NamJoon se sacudió ligeramente. Comenzó a acariciar la erección del alfa bajo el agua, y el hombre juntó sus frentes mientras su respiración se volvía un poco desigual.

—Parece que te extrañaba más de lo que creía... —murmuró NamJoon—. Mierda, te sientes tan bien.

El elogio envió una ráfaga de calor por la columna de SeokJin, y su erección se contrajo bajo el agua. Las cosquillas en su agujero eran insoportables, y SeokJin estuvo a punto de usar su otra mano para tocarse a sí mismo cuando NamJoon pareció tener la misma idea. La mano en la nuca de SeokJin desapareció, solo para reaparecer un momento después en la parte inferior de su cuerpo.

—Nam... —SeokJin jadeó, un escalofrío lo recorrió cuando los dedos de NamJoon hicieron a un lado las bragas y rozaron su orificio.

—Voy a prepararte... —NamJoon avisó, rozando sus labios torpemente—. Ha pasado mucho tiempo y...

SeokJin lo calló con un beso, tan desesperado por el contacto que empezaba a doler, y NamJoon abrió los labios, sus ojos húmedos por el deseo, permitiendo que SeokJin delineara su boca con la lengua, hasta que volvió a tomar el control del beso e ingresó su lengua en la boca de SeokJin. En ese momento, SeokJin dejó escapar un ruidito de satisfacción y abrió más la boca, lo que el alfa aprovechó para volver a saquear su boca con más hambre que antes.

Dos de los dedos de NamJoon ingresaron en su orificio al mismo tiempo, abriéndolo ligeramente antes de comenzar a moverlos con destreza. Esta acción le hizo arquear la espalda y gemir. Se sentía bien. Perfecto. Los dedos de NamJoon, al igual que su polla, estaban hechos para él. Probablemente, si no estuvieran en el agua, su lubricante estaría resbalando por sus muslos y empapando la mano de su marido.

SeokJin deslizó sus dedos por toda la longitud del alfa, deteniéndose ocasionalmente para acariciar la cabeza con el pulgar, provocando respuestas placenteras en NamJoon. Este último hizo lo mismo, igualando el ritmo de SeokJin con los suyos mientras continuaban acariciándose mutuamente.

El placer que recorrió el cuerpo de SeokJin era extraordinario, una sensación aguda y ardiente que parecía crecer con cada caricia en su interior y con cada beso que se daban.

—Lo necesito adentro —SeokJin pidió, su voz aguda y sus ojos húmedos por la excitación—. Por favor... Mételo ya...

NamJoon apretó los labios sobre su hombro y soltó un sonido afirmativo. Era más que obvio que él tampoco podía continuar conteniéndose. Sus dedos abandonaron el agujero de SeokJin, que ya estaba dilatado y sensible, y sostuvo su cintura para levantarlo un poco. Con su otra mano, NamJoon agarró su pene y lo alineó en su entrada, soltando la cintura de SeokJin para que sea él mismo quien se empalara en su polla. 

SeokJin exhaló y se apoyó en los hombros de su esposo mientras bajaba. NamJoon estaba muy duro, su polla gruesa y erguida. SeokJin podía imaginar cómo las venas se marcaban en esa tersa piel, y su boca salivó por el pensamiento. Quería llevarlo a su boca y chuparlo tan bien como la primera vez. Y lo haría. Quizás no esa noche, pero sí al día siguiente, y en muchas más ocasiones.

Bajó casi por completo en un solo movimiento, hasta que sus nalgas hicieron contacto con los muslos de NamJoon, y una cruda sensación le hizo estremecer. Apoyó su frente en el hombro del alfa y respiró con dificultad. La sensación era abrasadora, pero sin duda lo había extrañado demasiado.

—Te tengo, cachorro. No tienes que apresurarte —NamJoon le recordó, envolviendo su cintura con suavidad—. Puedes tomarlo con calma, déjamelo a mí. No es bueno que te esfuerces.

SeokJin no sentía que se estaba apresurando. Estaba completamente bien. Había extrañado esa sensación que le daba apertura al torbellino de pasión que eran cada uno de sus encuentros sexuales. En este momento, lo único que deseaba era una conexión aún más profunda con su alfa. Sentir ese sentimiento de que eran uno solo envolviéndolo. Besó a NamJoon y rápidamente se perdió en la emoción del momento. La pequeña incomodidad quedó atrás y abrió más los muslos para que toda la longitud del alfa terminara de ingresar en él hasta la base.

Cuando NamJoon movió sus caderas hacia arriba, SeokJin casi se corrió. Clavó sus uñas en los omoplatos del alfa y siguió su ritmo. Los primeros movimientos de sus caderas fueron suaves y certeros. El vaivén sobre la polla de NamJoon lo hizo soltar un par de ruiditos lascivos que encendieron aún más su alfa.

Todo se sentía tan correcto y perfecto que SeokJin lo experimentó como una ráfaga de calor expandiéndose en su pecho. No pudo evitar mover las caderas en círculo, follándose a sí mismo con la polla de su esposo.

—Te extrañaba... —SeokJin gimió, presionando sus labios contra el hombro del alfa, mientras sentía incontables emociones rebalsar su pecho. Sus ojos se llenaron de lágrimas y sus piernas se volvieron temblorosas—. Te extrañaba tanto, NamJoon...

—Lo sé, cachorro —NamJoon le dijo mientras sus empujes se volvían más duros y profundos—. Yo también te extrañaba con locura.

El alfa agarró sus nalgas y empezó a joderlo con más crudeza, siempre cuidando de no lastimar su pequeña panza. SeokJin casi se corre torpemente por la repentina estimulación en su próstata, pero lo soportó tenazmente. De repente, todo se volvió puro instinto y fervor. La manera en la que NamJoon lo follaba hizo que su visión se nublara con lágrimas y su mente quedara en blanco. SeokJin solo podía sentir: la dureza que ingresaba en su cuerpo, el calor subiendo a su cabeza, sus gemidos, los ruidos obscenos de sus pieles al chocar y el agua derramándose al piso.

Las manos de NamJoon cayeron alrededor de su cuerpo, envolviéndolo y acercándolo más, mientras enterraba su cabeza en su hombro. SeokJin envolvió sus piernas en su cintura, se arqueó hacía atrás y miró el techo con los ojos nublados. Todo se convirtió en sensaciones. La manera en la que su marido estaba arremetiendo contra su culo le hizo clavar las uñas en su espalda. Podía sentir cómo su agujero acogía la polla del hombre y la apretaba como si fuera a ordeñarla.

Gimió el nombre del alfa una y otra vez, entre sus suspiros laboriosos que se convirtieron en gemidos ruidosos. SeokJin persiguió el placer, ansiando su liberación. El placer se acumuló en él como un resorte que se enroscó con fuerza, sintiendo el calor emanar desde las puntas de los dedos de sus manos y pies. NamJoon tenía una mano extendida sobre su espalda baja, proporcionando estabilidad mientras SeokJin se movía desordenadamente sobre él. Todo sucedió al mismo tiempo, el empuje profundo, el apretón y el beso desordenado; el roce de su erección contra el abdomen del alfa, el deslizamiento húmedo del pene de NamJoon en su agujero y el estremecimiento que vino después de eso.

—Estoy tan cerca —NamJoon gruñó, sus propios jadeos volviéndose entrecortados mientras sus manos agarraban los glúteos de SeokJin con más fuerza.

Ese aviso llevó a SeokJin al límite. Esa promesa, murmurada con placer en su oído, lo hizo gritar el nombre de su marido. Su cuerpo se tensó y tembló a través de un orgasmo que arrasó como una ola todo su cuerpo.

NamJoon también llegó al borde, soltando un jadeo entrecortado con el nombre de SeokJin, y su semen derramándose en su interior. SeokJin lo abrazó con fuerza, dejando besos desordenados y aturdidos en el costado de la cara del alfa y su cabello húmedo hasta que NamJoon le devolvió cada uno de los besos.

La sesión de besos y abrazos poscoital le hizo sentir en las nubes. Sus pieles húmedas, apretadas entre sí y el calor del agua los envolvió por varios minutos. Con un suspiro estremecedor, NamJoon se movió en el agua del baño y levantó una mano para tomar la mandíbula de SeokJin. El beso que compartieron fue suave y tierno. El alfa lo besó de nuevo, sus narices se rozaron mientras susurraba: —Vamos a la cama... No me gustaría que te refríes y todavía quiero abrazarte.

SeokJin estuvo de acuerdo, demasiado perezoso para hablar. NamJoon lo levantó y agarró una toalla de las que estaban bien dobladas sobre una mesita para envolverlo. SeokJin apenas logró quitarse la lencería, que se había roto, y secarse un poco cuando el alfa lo atrapó nuevamente entre sus brazos para besarlo y abrazarlo con ternura. Ambos llegaron tambaleándose a la cama, y NamJoon lo acostó con cuidado.

—¿Te sientes demasiado cansado? —NamJoon le preguntó, sus nudillos acariciando el costado de la cara de SeokJin.

SeokJin envolvió sus brazos en su cuello y lo atrajo más cerca. —Todavía puedo tener un orgasmo más, ¿sabes? —bromeó, su tono travieso y suave.

NamJoon se colocó con cuidado sobre él, abriendo sus muslos para meterse entre ellos. Luego, agarró su mano derecha y besó sus nudillos, sobre sus anillos, de una manera tan gentil que el corazón de SeokJin se saltó un latido.

—¿Puedo hacerle el amor ahora a mi esposo?

NamJoon podía hacerle lo que quisiera mientras lo miraba de esa forma, SeokJin pensó con humor.

—Creí que ese era el plan, ¿no?

—Es el plan.

El alfa volvió a besarlo y el tiempo parecía detenerse mientras se fundían en una pasión abrumadora, construyendo un vínculo más profundo que nunca. Se saborearon el uno al otro con delicadeza y amor. El dulce sabor de sus besos extasiándolos, maravillándolos de mil maneras, y llevándolos a un éxtasis mayor.

SeokJin llevó sus manos a la espalda de su esposo para acercarlo más a su cuerpo, mientras abría más los muslos para acoplarse mejor. Sus cuerpos desnudos y calientes se mantuvieron juntos por un rato, presionándose el uno contra el otro en un abrazo, sin indicios de urgencia en cada beso y caricia, porque tenían toda la toda la vida para hacer el amor una y otra vez.

Las manos del alfa, que estaban en su cintura, bajaron hasta su cadera y muslos, acariciándolo despacio y sutil, mientras trazaba en ellos pequeños y grandes círculos uniformes con las yemas de los dedos que hacían a SeokJin suspirar contra sus labios.

Cuando sus penes estuvieron erectos otra vez, NamJoon se apartó lentamente de sus labios, para empezar un viaje lento de besos húmedos, desde sus párpados, mejillas y boca, hasta su cuello, hombros y pechos, lamiendo y chupando sus sensibles pezones, antes de volver otra vez arriba.

—Voy a entrar —avisó, y aprovechó el momento para abrir sus muslos con suavidad y alinear su miembro en su entrada. Acarició su agujero con la cabeza de su polla por unos segundos, provocando un estremecimiento en SeokJin, hasta que empezó a entrar con lentitud.

—NamJoon... —SeokJin exhaló, sintiéndose extasiado por la sensación. Envolvió sus brazos en el cuello del alfa y lo jaló hacia abajo para besarlo.

Sus labios se acariciaron con amor y deseo, mientras NamJoon empezaba a balancear sus caderas de atrás hacia delante en movimiento lentos. Los pequeños jadeos de SeokJin se convirtieron en ruiditos llenos de placer cuando las embestidas del alfa se volvieron más profundas; llenaron por completo la habitación con los hermosos sonidos que salían de su boca y volvían loco a su marido.

Entonces, NamJoon le hizo el amor. Sí, le hizo el amor. Toda esa mierda dulce y vainilla del sexo suave y lento. Tan dulce que podría empalagar a un niño y matar a un diabético, pero le hizo el amor.

NamJoon besó cada parte de su cuerpo, desde sus pies a su cabeza, y no dejó un espacio en SeokJin sin ser besado. El hombre lo adoró. Lo adoró como nunca antes lo hizo. O tal vez lo hizo, y en muchas ocasiones, pero SeokJin siempre estuvo tan concentrado en que no significaba nada, que nunca se dio cuenta de que siempre estuvo ahí: en la forma en la que se miraban, la manera en la que se besaban, o tan solo en cómo se tocaban. Siempre estuvo ahí: la calidez, la dulzura, el deseo... Todo siempre estuvo todo ahí, en una mezcla confusa e intoxicante, pero llena de un amor reprimido.

Kim NamJoon lo amaba. Lo amaba desde hacía mucho tiempo, y nada podría cambiar ese hecho.

Su esposo lo llamó bonito, lo más lindo que tenía, su pequeño tesoro. Besó sus mejillas y le dijo que lo volvía loco, que la forma en que gemía era adorable, que la manera en que se sonrojaba era hermosa. Desde los pies hasta la cabeza, NamJoon hizo que SeokJin se sintiera perfecto e invaluable, como si fuera lo mejor que le había sucedido en la vida.

El corazón de SeokJin se sintió cálido, pesado y lleno en su pecho, sin saber cómo manejar tantas palabras dulces de su alfa. Quizás esta sí era la primera vez que NamJoon era tan honesto consigo mismo y con SeokJin, pero no sería la última. No, por supuesto que no lo sería. SeokJin tendría que acostumbrarse a ser tan adorado por este hombre y devolver toda esa adoración con la misma intensidad.

También tenía que acostumbrarse a ser lo más atesorado, bonito y hermoso en la vida de Kim NamJoon, porque NamJoon le había llamado todo eso al oído mientras empujaba suavemente dentro de él, hasta que estuvieron tan profunda y estrechamente enredados que SeokJin no sabía dónde comenzaba NamJoon y dónde terminaba él.

Las lágrimas llenaron los ojos de SeokJin mientras se aferraba a la espalda del alfa. Estaba tan profundamente enamorado de su esposo que le resultaba difícil respirar y pensar con claridad. Entonces, NamJoon besó cada uno de sus párpados y le susurró: —Incluso tus lágrimas son hermosas, mi amor... —con la voz ronca y llena de cariño, dejando a SeokJin en un estado de emoción que antes desconocía, pero que ahora sabía que era amor.

El amor más intenso y hermoso que jamás creyó encontrar.

Mientras se acercaban al orgasmo, NamJoon entrelazó sus manos con las suyas. Sus labios buscaron las comisuras de su boca en un beso tierno y gentil.

—Te amo... Te amo tanto, Joonie —SeokJin le dijo al oído, besando el costado de su rostro. Se perdió una vez más en NamJoon, en sus palabras y caricias, deseando hacer el amor con él durante toda la noche, por cada día que pasaron separados, hasta que el calor que abrazaba sus cuerpos y sus corazones cediera, hasta que el amor que ardía en sus entrañas menguara, si es que lo hacía alguna vez.

—Voy a marcarte —NamJoon expresó con voz ronca, su deseo de marcar a SeokJin, de unir sus vidas de una manera aún más profunda, brillando en sus ojos como llamas ardientes.

—Hazlo... ¡Por favor, hazlo! —SeokJin pidió, aún con lágrimas de emoción en los ojos, mientras soltaba sus manos y las envolvía alrededor del torso de NamJoon.

El alfa llevó sus labios al cuello de SeokJin, concentrándose en su glándula odorífica, demostrándole su afecto con besos suaves y caricias tiernas para sensibilizar aún más la zona. Finalmente, en un gesto que simbolizaba su compromiso y unión, NamJoon clavó sus caninos en el cuello de SeokJin, rasgando su tersa piel con el filo de sus dientes.

Todo sucedió en un instante.

SeokJin sintió como su mente, corazón y cada parte de su cuerpo se conectaban con los de NamJoon, hasta el punto de percibir todos y cada uno de sus sentimientos por unos segundos. Fue embriagante, la paz que cruzó a ambos era cómoda y única, como si siempre hubiera estado destinado a ser así, como si hubieran nacido para unirse, para pertenecer al otro, y crear esa marca de unión que los vincularía como compañeros de vida.

El dolor y el placer se fundieron en una misma emoción que hizo explotar a SeokJin, bañando su abdomen y la cama con su tibia esencia, al mismo tiempo que su corazón latía desenfrenadamente por las emociones del alfa.

De repente, todo pareció como un sueño, una fantasía dulce, porque SeokJin podía jurar que la luz de la luna que ingresaba por el ventanal brillaba con más intensidad sobre sus cuerpos, y sus ojos se iluminaron mientras sentía cada parte de NamJoon conectada con él.

¿Era así cómo se sentía estar enlazado con la persona que amabas?

Sus sentidos se abrumaron cuando el alfa terminó y lamió la marca con suavidad. SeokJin quería llorar, si es que ya no lo estaba haciendo. Estaban enlazados. Intrincadamente unidos.

Oficialmente, NamJoon y él eran esposos y compañeros.

Sin salir de él, NamJoon besó su nuca y cabello innumerables veces, acariciando con sus manos su vientre de manera gentil y cariñosa.

—¿Te sientes bien, amor? —NamJoon preguntó con dulzura, sus dedos acariciando suavemente el cabello de SeokJin.

La frescura de la marca aún provocaba estremecimientos en su cuerpo, así como un intenso cosquilleo en su cuello. SeokJin podía sentir el amor y la preocupación de NamJoon tan intensamente que aún le costaba creer que estaban irremediablemente unidos.

—Estoy bien... —dijo, acariciando el contorno de la cara de su marido—. Me siento muy feliz. Estoy mejor que nunca, Joonie.

SeokJin no solo estaba bien, estaba eufórico, extasiado. Sentía como si hubiera recibido una dosis de su droga más preciada después de semanas de abstinencia.

NamJoon se retiró suavemente y se recostó a su lado, acariciando su vientre con cariño. No solo había hecho un lazo con SeokJin, sino también con el pequeño bebé que crecía en su útero. La conexión entre ellos ahora sería más fuerte que nunca.

Los dos se perdieron en el brillo mutuo de sus miradas, compartiendo un momento lleno de amor y significado, y la mente de SeokJin retrocedió en el tiempo, recordando todos los momentos compartidos con NamJoon. Desde aquella desastrosa cita a ciegas en la que NamJoon se mostró aburrido y desinteresado por él, hasta esa tarde en la playa en que el alfa le pidió compartir sus vidas por primera vez. Las experiencias que habían vivido juntos, cada risa compartida y cada obstáculo superado; el dolor, la angustia, el amor y la dulzura, todo, cada pequeña parte de su historia, se superponía en este momento, en esta noche en donde no existía nadie más que ellos dos.

Sin embargo, a través de todos esos fragmentos de recuerdos, hubo uno en especial que se hizo paso en la mente de SeokJin.

El comienzo de su ridícula historia.

—Eres mi alfa, Kim NamJoon... —SeokJin declaró, como si estuviera recordando un secreto sagrado.

Al escucharlo, NamJoon lo miró fijamente a los ojos, y fue como si él también fuera capaz de sentirlo, o pensar lo mismo que SeokJin, porque lo miró con ternura, diversión y amor antes de finalmente responder:

—Y amo serlo.

SeokJin se rió.

Se rió con ganas y mucha nostalgia.

Había jurado convertir a este hombre en su alfa en un acto lleno de orgullo y arrogancia, sin saber nada de todo lo que eso acarrearía, pero nunca se rindió. Lo logró. SeokJin lo había logrado.

Sedujo a este alfa y lo volvió suyo.

A pesar de ello, seducir a un alfa nunca fue más desafiante, y amar a un alfa nunca debió ser tan fácil.

Pero resulta que, en su intento por seducir a un alfa, SeokJin había encontrado algo mucho mejor.


Fin




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