– ¡Ten más cuidado!–y lo dice como si no hubiese pasado nada.
–No me grites, además, ha sido culpa tuya.
–Eres tú la que va corriendo, ni que te siguiese alguien.
–Déjame en paz. –ruedo los ojos por su anterior comentario.
–Cállate, asesina.
–Gilipollas...–me mira de arriba abajo, escaneándome con la mirada, eso me incomoda, me hace sentir un objeto, y cuando mira así a una chica suele ser simplemente para tener sexo, y yo no quiero eso, no quiero que alguien más se divierta a mi costa.
– ¿Y esa ropa?
–Estás haciendo pellas. –quiero cambiar de tema, no estoy a gusto hablando con él, y no quiero hablar con él de mi cambio de ropa.
–No cambies de tema, esa ropa te favorece. –la verdad es que no me importa lo que opine sobre mi ropa, o sobre mí en general, es sólo un imbécil más, lo que piensa no es nada más que eso, una opinión.
–Me da igual– veo que se está mordiendo el labio, ¿Pero a este tío que le pasa? Hace un día me insultaba y ahora por lo visto quiere acostarse conmigo–. Le voy a decir al director que haces pellas.
–No te atreverás.
–Lo haré. –sabe de sobra que soy capaz de hacerlo, sabe que soy una asesina, que he matado a más de una persona, decirle al director que él hace pellas no es nada.
–Entonces yo le diré a la policía que aparte de asesinar, amenazas a la gente, ¿Te gustaría?
–O no dirás nada.
–Pues tú tampoco dirás nada.
–Vale.
–Ven conmigo.– ¿Y eso a que viene?
– ¿A dónde?
–A jugar. –a veces me impresiona lo inocente que puedo llegar a ser, no consigo entenderlo, ¿A qué se refiere? Llevo dieciséis años sin poder relacionarme bien con la gente, así que soy tan inocente como una niña de diez años, bueno, no tanto, pero sí que me cuesta entender las cosas así.
– ¿Qué?–estoy muy confundida.
–Venga, será divertido.
–Emmm... No. – no sé a qué se refiere, pero sé que no puedo confiar en él, aunque es lo único que puedo hacer ahora, si voy a "casa", muero, si voy al instituto, llaman a "casa" y también muero, no me queda otra opción.
– ¿Prefieres llegar tarde? – y ahora llega el chantaje, como no – Si vienes conmigo, yo cubriré la falta.
–Vale...–no es buena idea aceptar algo por su parte, pero no me queda otra.
Le veo sonreír, satisfecho, y ahí es cuando me arrepiento completamente de haber aceptado... ¿Qué quiere hacerme?
–Te divertirás.
–Ya, claro.
–Venga. –se atreve a pasarme el brazo por la cintura descaradamente, ¿quién se cree que es? Pongo cara de asco y le miro para hablar.
–Quita–me aparto, no me gusta estar cerca suyo, y menos aun que me toque–. Solo voy contigo porque me cubres la falta.
–Se amable o no la cubro– me chantajea hasta el mujeriego de mi instituto, y todo porque no puedo irme a "casa". Veo como se sienta en el respaldo de un banco–. ¿Qué te dijeron sobre mi regalo?
–Nada. –me siento en el banco, lo más lejos posible de Bennett, pero yo me siento como una persona normal.
– ¿Nada? –se acerca a mí y me agarra el brazo, gimo, ese brazo me lo hirió "Él" hace más o menos una semana, pero aún no se ha cerrado bien.
Es su forma de castigarme antes de irse a cualquier "viaje", pocas veces me dice su destino, y cuando me lo dice es porque me tengo que ir con él, me hizo el corte con un trozo de hierro oxidado, obviamente se infectó y por eso la herida todavía no se ha cerrado, pero al menos ya he conseguido limpiarla completamente, hace un par de días me colé en la enfermería para coger desinfectantes y limpiarla. Bennett me suelta el brazo al notar que me duele.
– ¿Qué pasa?
–Nada...
– ¿Y por qué te quejas si te agarro?
–Porque sí.– ¿Se cree que se lo voy a contar? Si lo hago estoy loca, ya sabe demasiado. Mi secreto solo lo sabe una persona que no está implicada, y en cuanto se lo conté quedó implicado.
– ¿Tienes hermanos? – ¿Y eso a que viene?
–No.
–Pues vaya.
– ¿Por qué?
–Son una gran compañía.
–Ah... ¿Y tú? –se lo pregunto para dar conversación, tampoco es que me importe su vida.
–Una hermana pequeña, pero no debería estar hablando de ella contigo.
– ¿Y eso?
–Eres una asesina– ¿Por qué siempre acaba diciendo lo mismo? Creo que el cerebro no le da para pensar más–. ¿Tus padres lo saben?
–No... –miro al suelo, odio hablar sobre ellos, bueno, sobre su muerte, la recuerdo perfectamente, como si hubiera sido ayer, no sé porque...
Recuerdo que estaba en brazos de mi madre, tenía la cabeza apoyada en su hombro, y de repente vi una sombra, llevaba una pistola, era "Él".
Había un niño junto a él, Daemon, parecía triste, incluso asustado, venían corriendo y escondiéndose, así todo el rato hasta que alcanzaron la ventana, se metieron dentro de la casa y se acercaron a mis padres, había una mujer que no reconozco junto a mi padre.
Vi como mi padre se llevaba un golpe con una figurita y como Daemon me cogió de los brazos de mi madre, que al asustarse estuvo a punto de desmayarse, la mujer que no reconozco se asustó casi tanto como mi madre, Marcus disparó a mi madre en el hígado, igual que a esa mujer, vi como sufrían, como sangraban, Daemon me abrazó, intentando protegerme, intentando que no viera todo lo que pasaba, de niño era bueno, creo, pero su padre le ha corrompido. Antes de que mi padre se pudiera acercar a Daemon para cogerme Marcus le pegó un tiro limpio en el pecho, no creo que sufriera mucho, y me alegro de ello, después de eso dejé la infancia feliz que tenía para estar atrapada en una habitación.
–Y entonces, dime, ¿Quién es "Él"? Alias: Hijo de puta
–Alguien. –no pienso decir nada.
– ¿Es tu padre? –auch, eso es un insulto para mí, y para él también, mi padre era muy bueno...
–No.
–Ya, claro.
–No. Es. Mi. Padre.
– ¿Y entonces qué hacen tus padres? ¿Robar?–lo dice en un tono burlón que no me gusta nada, eso me ha dolido, mis padres eran buenas personas. Acabo estallando, no se va a meter con ellos.
– ¡¡Están muertos, gilipollas!! –vale, creo que no debería haber dicho eso, conociéndolo puede que me haga bullying, o puede contárselo a todo el mundo y sería peor, me harían bullying todos, y mis amigas me dejarían porque les he mentido.
–Lo siento... yo... –baja del banco y, por primera vez en su vida, me mira a los ojos– No lo sabía... yo... me iré, te dejaré en paz y cubriré tu falta... lo siento... –la verdad es que suena arrepentido, odio que la gente sienta lástima hacia mí... suspiro.
–Da igual... –asiente y veo que se empieza alejar, me da pena, tampoco debería habérselo gritado...– No he dicho que te vayas, no estoy enfadada...
–Pero tengo que irme.
– ¿A dónde?
–A por mi hermana, hoy es su cumpleaños.– a esta hora deberíamos estar en clase... así que por eso ha querido faltar... para estar con ella.
– ¿Quieres que te acompañe? Si te vas no tengo nada que hacer. –no podría ir a "casa", Daemon estaría ahí, se enfadaría mucho, si no me mataba me encerraba en el sótano, seguro.
–Si quieres– asiento y nos vamos hacia el colegio de su hermana–. Entonces, ¿Eres una asesina? –no contesto, no quiero hablar de ello, y menos con él– ¿Sí o no?
–No te importa. –creo que eso lo tomará como un sí.
– ¿Y cómo es que vas a clase tan tranquila? Yo iría hecho un flan. me rio un poco por su comentario, él conmigo.
–No lo sé ni yo.
– ¿Por qué matas?
–No lo hago porque me gusta, tampoco soy un monstruo... no tanto... –la verdad es que me siento un monstruo.
–Claro que eres un monstruo, por el simple hecho de matar lo eres. –ah, ¿No me jodas? Pensé que era un angelito por matar.
–Mataron a mis padres... –le he dicho que están muertos, pero no porqué, ni cómo, aunque tampoco pensaba decírselo, pero lo he hecho, a saber porqué.
– ¿Q-Qué?
–Los mataron... a tiros... yo... era un bebé...
–Y-Yo... lo siento. –más le vale sentirlo, les ha llamado de todo... pero aun así me da pena, cada vez suena más arrepentido y su voz se va apagando poco a poco.
–Tranquilo...
–Y entonces... ¿Con quién vives?
–Me secuestró... "Él"...
– ¿Quién es "Él"? Dímelo por favor.
–No puedo...
– ¿Por qué?
–No te tendría que haber dicho nada... –me estoy arrepintiendo, ¿Y si ahora se lo cuenta a alguien?
–Ni que se fuese a enterar.
–Bennett, no puedo.
–... Vale... –empuja una caja para formar una especie de escalera y subir para saltar el muro, yo lo escalo, cuando vas saltando de tejado en tejado saltar un muro se te hace bastante fácil.
–Eres hábil, ¿Por qué en gimnasia no?
–Tengo una tapadera, y las nerds no son muy buenas en gimnasia, pero soy bastante hábil porque cuando huyo, siempre lo hago saliendo por la ventana, escalando hasta el tejado y saltando de casa en casa, bueno, siempre no, solo cuando las casas están pegadas o a poca distancia.
– ¿Por eso el profesor no te vio?
–Aha.
–Ya... ¿Y "Él" no te dijo nada por el chupón?
–Vivo con su hijo...
– ¿Y él no es malo?
–Igual que su padre.
–Entonces es malo–se apoya en la valla del colegio y me mira–. ¿Y qué te dijo?
–Me pegó un puñetazo y me puso contra la pared cogiéndome por el cuello, eso... no es nada comparado con lo que me suelen hacer, pero... no me gusta hablar de esas cosas...
–Vale...
–Y... ¿Cuántos años tiene tu hermana?
–Hoy cinco, y no me llames Bennett, si lo haces le caerás mal, llámame Jay.
–Solo lo haré porque está tu hermana.
–Ya... seguro que es por eso....
– ¿Qué?
–Nada, nada. –suena la campana del colegio, que en realidad es una canción infantil, y miro hacia la puerta del colegio.
No sé qué esperarme de su hermana, igual es muy pasota, o igual que su hermano, o muy callada, con un hermano como Jayden, tal vez lo odie incluso... Intentaré caerle bien, para pasar lo mejor posible este día.
––––––––
¡Hola chic@s!
¿Que tal? ¿Os ha gustado el capítulo?
¿Cómo creéis que será la hermana de Jayden?
Dejadlo en los comentarios, dedicaremos el próximo capítulo al primer comentario.
Votar y comentar. Si no lo hacéis, Marcus mandara a Ali para que os mate. ¡Ja, ja, ja, ja! Era broma... ¿O no? Ya veréis, yo que vosotros me lo pienso. ;)
–Besos, Alex ;3