Maldita la hora en la que se le ablandó el corazón y le dijo al extorsionador que quedarse.
ㅡ¿De verdad te trajo un talismán contra la brujería? ㅡallí estaba, contemplando harto cómo el moreno se cagaba de risa mientras agarraba el papel y lo agitaba en el aire, se calmaba y luego volvía a reír.
ㅡTe callas o te vas. ㅡdeterminó un enfadado JeongGuk, arrebatándole el talismán.
ㅡNinguna de las dos. ㅡrespondió con dificultad porque su estómago estaba doliendo por tanto reír, mirando a JeongGuk con esos ojos profundos.
ㅡMe voy a dormir. No hagas ruido. ㅡgruñó.
Era verdad que estaba cansado y quería echarse en la cama de una vez por todas, pero también estaba huyendo porque un deseo incontrolable de quitarle el barbijo y ver su sonrisa apareció inesperadamente en su cabeza y no quería causar más conflictos.
ㅡ¿En serio me vas a dejar dormir en el sofá? ㅡpreguntó, fingiendo estar ofendido.
ㅡEs lo suficientemente grande para que duermas cómodo, Deja de ser una princesa, yo no te invité.
ㅡSí lo hiciste.
ㅡTú llegaste solo.
ㅡYa me iba a ir.
ㅡSólo déjame dormir tranquilo. ㅡy se metió a la habitación con el talismán en la mano, cerrando la puerta tras él y poniendo el pestillo.
Inhaló fuertemente por la sorpresa, despertando inmediatamente al sentir unas manos grandes envolver su cintura y jalarlo hacia atrás, haciéndolo chocar con un cuerpo duro.
ㅡ¿Cómo diablos entraste? ㅡexclamó con la voz ronca, haciendo el amago de alejarse pero fallando.
ㅡTengo habilidades, ahora shhh. ㅡronroneó el moreno, su voz profunda muy cerca de la oreja del menor, provocándole escalofríos desde el cuello hasta la espalda.
ㅡShhh mi culo ¡Sal de aquí! ㅡchilló, removiéndose pero sólo consiguió que el hombre afianzara su agarre.
ㅡVamos, dijiste que querías descansar.ㅡacurrucó su cabeza en la espalda del castaño.
ㅡSí, y no se necesita compañía para hacerlo.
Comenzaron a forcejear en pro de los intereses individuales hasta que en un ágil y accidental movimiento, Guk quedó de frente al moreno, con las manos sobre su pecho duro y totalmente pegado a su cuerpo, las piernas enredadas y las narices tocándose.
ㅡSi no te duermes ahora no lo harás después. ㅡno entendió qué había querido decir con eso, pero lo dijo de una forma tan amenazante que tuvo que tragar saliva y mirarlo con los ojos bien abiertos aún si no había mucha iluminación.
Un momento...
No llevaba puesto el barbijo... ¡No llevaba puesto el barbijo! ¡Y JeongGuk no tenía los ojos cubiertos! Pero no podía ver con claridad de todas formas.
ㅡSólo vas a dormir, ¿verdad? ㅡdijo Guk, cauteloso.
ㅡSí.
Pasó un rato en total ausencia de ruido.
ㅡ¿Sigues despierto? ㅡsusurró Guk contra el pecho del mayor.
ㅡ¿Qué quieres? ㅡatendió a regañadientes y con la voz rasposa, todavía con las manos amoldadas a la cintura de Jeon
ㅡ¿Te puedo preguntar algo y no te enojas?
ㅡSí.
ㅡ¿Sí qué? ¿Sí puedo o sí te enojas?
El hombre suspiró pesadamente, siendo su turno de estar cansado.
ㅡSólo haz la pregunta.
ㅡTú... ahmmm ¿Tienes hijos? ㅡy cerró fuertemente los ojos por temor a la reacción del pelinegro, pues era obvio que ya no se encontraba de humor para seguir hablando de su vida privada.
ㅡNo. ㅡcontestó cortante. Guk sólo se quedó callado y cerró los ojos dispuesto a quedarse dormido; al cabo de unos minutos, tal vez muchos, pudo escuchar la respiración acompasada del moreno y tuvo un deja vu al sentir su pecho subir y bajar contra su rostro.
La situación de por sí estaba más torcida que una trenza, se hallaba en los brazos de su extorsionador, con éste dormido plácidamente luego de una revelación apabullante.
Y hablando de eso... nunca hubiera sospechado que ese hombre escurridizo y con complejos de jefe estuviera casado, ni siquiera le había visto el anillo, pero tenía sentido tomando en cuenta cómo se sentía él hacia su matrimonio.
Una pizca de lástima se espolvoreó sobre el corazón de Jeon y cuando menos acordó ya estaba dibujando con su dedo las líneas en los marcados abdominales y pectorales del azabache, quien era totalmente ignorante a ello.
O eso creyó.
ㅡEstás jugando con fuego, JeongGuk.
Y una chispa incendió al chico porque número uno: nunca lo había llamado por su nombre en persona; y número dos: su puta voz más profunda que el océano pacífico, Dios.
ㅡProbablemente sea porque me quiero quemar.
No lo hubiera dicho.
Joder que no lo hubiera dicho.
En menos de tres segundos ya estaba debajo del moreno, éste con los brazos apoyados a cada lado de su cabeza y mirándolo como una bestia hambrienta.
Lo siguiente fueron esos labios sobre los suyos, los dientes del mayor mordiéndolo como tanto parecía gustarle y su lengua invadiendo todo en su boca.
Y ni hablar de las manos...esas manos versadas que no perdieron el tiempo en quitarle el pantalón del pijama y apretar sus muslos como si fueran masa para pan.
ㅡAh... ㅡgimió cuando algo duro chocó con su erección en proceso, clavando sus dedos en los bíceps del pelinegro, para el cual era una verdadera fortuna poder tocarlo así.
Besos, saliva, mordidas, succiones, apretones y caricias, respiraciones erráticas y desesperación.
Una mezcla de todo eso y momentos después JeongGuk ya estaba perdido. Pronto ambos estuvieron desnudos a excepción de su ropa interior.
Una vez que sus dedos largos se metieron en la cinturilla del boxer de Guk, éste alcanzó a recuperar algo de cordura.
ㅡNo...
ㅡ¿Por qué? ㅡinquirió, pareciendo que de plano estaba a punto de cogérselo y no le importarían las objeciones.
ㅡNo quiero ser una de las putas que buscas para no pasar la noche con tu esposa. ㅡrepitió las palabras del moreno y lo escuchó suspirar.
ㅡTú no eres una puta, pero está bien.
El pecho de Guk se sintió cálido y no precisamente por la temperatura que había subido en los últimos cinco minutos; seguido de eso un vacío reemplazó aquella calidez al sentir cómo el moreno se quitaba de encima.
ㅡ¿S-serás cuidadoso? ㅡmurmuró, logrando que el otro se detuviera de alejarse.
ㅡNo.
ㅡHabrá que correr el riesgo.
Y nuevamente se reanudaba el juego. Adoptando la posición de antes, el hombre llevó su boca hacia los pezones de JeongGuk y los maltrató, provocando que éste gimiera fuertemente y arqueara la espalda, haciendo chocar sus miembros y logrando escuchar por primera vez un gemido ronco salir directamente de la garganta del azabache, cosa que terminó de ponerlo.
Sin esperar un segundo más, lo levantó y lo puso contra la cabecera acolchada, arrancándole los bóxers y quitándose los suyos también.
El terror volvió a invadir al castaño cuando algo caliente, duro y no tan pequeño tocó su entrada.
Es que al menos del culo sí era virgen.
ㅡ¿Cuánto mide? ㅡpreguntó aterrado y pasó saliva, empuñando las sábanas con fuerza mientras retenía el aire.
ㅡVeinticinco.
ㅡMadre mía ¡Ah! ㅡno bien dijo eso, el moreno se introdujo a la mitad de un solo golpe, soltando un gruñido porque el castaño estaba malditamente apretado y a su pene, aunque le estaba costando, también le estaba gustando.
JeongGuk tuvo que agarrarse de los brazos del rizado otra vez porque el dolor era tan insoportable que todo su cuerpo se tensó y la cabeza le daba vueltas.
¡Ni siquiera lo había preparado! No era estúpido, sabía que cuando un hombre recibía, tenía que haber una primera entrada con los dedos para no sufrir tanto a la hora de la hora ¡Pero al idiota le había importado una mierda! Al parecer hablaba en serio cuando dijo que no sería cuidadoso.
Se quedaron así unos segundos en los que sólo se escuchaban sus respiraciones agitadas y alguno que otro quejido lastimero de JeongGuk. Luego, cuando el dolor había disminuido un uno por ciento, el azabache empujó de nuevo y esta vez todo entró.
Ahora sí que el chico no pudo retener un pequeño grito seguido del llanto. Joder, que dolía.
ㅡLo estás haciendo bien, nene. ㅡgruñó el azabache, disfrutando la estrechez del castaño, sosteniéndolo con fuerza de las caderas.
ㅡVete a la mierda. ㅡsusurró el pobre JeongGuk, sintiendo que su ano se iba a romper en cualquier momento.
Una risa ronca se hizo oír.
ㅡ¿Recuerdas que te dije que quería escucharte maldecirme? ㅡGuk sólo respiraba erráticamente, esforzándose por no llorarㅡPues ninguna de las otras veces me ha gustado tanto como esta.
Y en cuanto terminó de decir eso, dio la primera embestida, escuchando un gemido que fue más por el dolor que por el placer.
Al cabo de tres más, el moreno pudo escuchar el primer gemido placentero de JeongGuk y sólo eso bastó para que pudiera ir más rápido.
Velozmente el mayor hizo al castaño subir ambas piernas a sus hombros y el contacto se volvió jodidamente directo. Jeon se felicitó a sí mismo por haber ejercitado toda la semana, pues gracias a eso había ganado flexibilidad.
Los gemidos agudos del menor se hacían cada vez más constantes y sus uñas ya habían dejado los hombros del moreno cubiertos de arañazos.
ㅡDilo, JeongGuk ㅡgruñó el mayor, sólo viendo los ojos brillantes y casi cerrados del chico ㅡ, vamos, dilo.
ㅡAh... papi. ㅡbalbuceó viendo estrellas y también los rizos mojados del azabache que brillaban a contraluz.
ㅡMás fuerte. ㅡordenó, sin poder contener sus gemidos profundos.
ㅡ¡Papi! Ah, joder... ¡Mas rápido, papi!
Las estocadas se aceleraron al máximo y cinco segundos después un chillido abandonó los labios de JeongGuk cuando se corrió; infestado de corrientes eléctricas y espasmos deliciosos, todavía fue embestido siete veces más hasta que el moreno pudo correrse también.
Los jadeos eran inevitables y ambos se desvivían por recuperar el aliento.
ㅡAhora sí vamos a dormir. ㅡdijo Guk, aun agitado.
ㅡAdelante, nene. ㅡconcedió, sacando su miembro y riendo porque el JeongGuk gimió bajito al sentirlo rozar de nuevo sus sensibles paredes.
A continuación el azabache quitó la sábana que se había manchado y no hizo falta una nueva para entrar en calor y quedarse dormidos, el mayor envolviendo a JeongGuk con sus brazos.
Puerkas jajajajaja.
Gracias por VOTAR.
Te quiero.
I'm out <3