I Knew You Were Trouble. [Ter...

By PauSmile

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Enamorarse de quien no debía, ese fue el gran error de Marie. Su vida era perfecta hasta que él llegó a poner... More

I Knew You Were Trouble.
La llegada del Problema.
Tonto bipolar.
'I Hate Bad Boys'
Lista de Vírgenes.
Encerrados.
¡Nunca de los nunca!
¡Se Espontanea!
¡Juguemos con fuego!
Sólo medicina.
El plan Perfecto.
No caeré.
¿Lo olvidaste?
¡Ya no puedo más!
Fin del trato.
La respuesta...
Mis dos chicos.
Inesperadas noticias.
Te necesito.
Celos.
La presentación.
Última noche.
Sin el pan y sin el queso.
Sola, de nuevo sola.
Rumores.
Abismo.
Upside down!
El nuevo maestro.
Nunca Suficiente.
Duele.
Baile de Invierno. Parte I
Baile de Invierno. Parte II
Baile de Invierno. Parte III
Por fin, sólo tu y yo.
Mi final Feliz.
Juegos.
Provocar.
Cuento de Hadas.
Escribiendo nuestra Historia de Amor
Te amo.
Próximos eventos.
Tropiezos.
Somos uno.
Concurso de canto
El premio Mayor.
Canadá Parte I
Solo te necesito a tí.
Posesivos.
Preguntas relevantes.
Lo que nos depara.
La Boda. Parte I
La Boda. Parte II
La Boda. Parte III
Mi dueño.
Por esto y más lo amo.
*****
Traición.
Karma.
No te dejaré ir.
Volviendo a ti.
The Troublemaker...
La magia de la navidad.
Créeme por favor...
***
Regalo de navidad.
Compromiso.
Sólo Nosotros.
Monotonía I
Monotonía Parte II
Epílogo.
Agradecimientos.
¡Súper noticias!
Segunda temporada.
Troublemaker Family.
¡IMPORTANTE!

Estrés amoroso.

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By PauSmile

¡Contrólate Marie! –me repetía en mi mente– No puedes caer ante sus encantos... 

Con mi mano derecha alcancé una de mis almohadas y lo golpeé con ella en la cabeza. –Ouch! –se quejó mientras se reía. 

–¡Ja, ja, ja, ja! Debiluch –le saqué la lengua y lo empujé lejos de mí, me puse en pie y busqué mi computador. 

–¿Qué vas a hacer? –me preguntó, aún tenía en sus labios una leve sonrisa. 

–Cancelaré con Ed, al parecer no saldremos de aquí pronto. 

–Me parece perfecto que le canceles a ese –su tono era muy... ¿posesivo? 

–“Ese” tiene nombre, se llama Ed. ¿Y a ti por qué te alegra que le cancele? –dije sin mirarle mientras ingresaba a mi Mail. 

–Pues... –se tardó un momento en hallar las palabras–, porque creo que te podrías divertir más aquí, conmigo. 

–¡Já! Sí claro. Me encanta estar encerrada aquí contigo –intenté ser sarcástica, pero la verdad era que sí me divertía.

En mi cuenta tenía 3 mensajes nuevos.

–Tal vez no te has relajado lo suficiente como para divertirnos... –dijo algo más pero mis ojos se quedaron fijos en un correo de la profesora Fitzpatrick. 

Queridos estudiantes, como ya saben la tormenta ha dejado la cuidad un poco paralizada, es por esto que el examen que estaba programado para el lunes se realizará el Domingo a las 10 am en las instalaciones de la escuela. Aula 409, todo esto con el fin de evitar atrasos en la asignación de notas. 

El siguiente mensaje era del maestro de cálculo. 

Sres. y Srtas. Por cuestiones climáticas nos hemos visto obligados a desarrollar las actividades académicas correspondientes a los exámenes el día domingo. (Por órdenes directas de la directora). Agradezco su colaboración el día domingo a las 11:30 am en el aula 214. 

El mail final era de mi maestra de baile.

Marie,

Quiero avisarte que tendremos una práctica final el Domingo a las 7pm, en el auditorio de la escuela. Te espero.

–¡Genial! –exclamé algo molesta.

–¿Qué sucede?

–Tenemos que presentar los exámenes de Cálculo y química el domingo... y tengo práctica de baile también.

–¿El Domingo? –se puso en pie y se paró detrás de mí observando la pantalla, abrí los correos...

–Sí –suspiré e hice un círculo con mi cabeza girando con mi cuello; ya estaba estresada.

–Marie te irá bien, cálmate.

–Zayn son demasiadas cosas, me estreso con facilidad. Voy por unas aspirinas... –salí de la habitación.  

Me dirigí a la habitación de mis padres, en la mesita de noche tenía unas cuantas en un cajón, pero para mi sorpresa ya no había. –¿En serio? –pregunté mirando al techo en busca de ayuda celestial.

Salí de allí y bajé a la cocina, me preparé un té y me senté en el living. Me calmé un poco, siempre me daban ese tipo de cosas al estar presionada, y lo odiaba. Al rato Zayn bajó. Me preguntó si me encontraba bien, a lo que respondí con un leve asentimiento.

–No lo tomes tan en serio, son sólo dos exámenes.

–No es sólo eso. También es la audición y de eso depende todo mi futuro –la preocupación estaba surgiendo de nuevo.

–Por lo menos sabes qué quieres hace con tu vida. Y si eres tan buena en la escuela me imagino que eres buena bailando también –apreciaba que me estuviera dando su apoyo.

–Buena no es suficiente para entrar a Julliard... –dije en un suspiro.

–Marie, me estas asustando.

–Lo sé, dejo de ser yo cuando me estreso. Mi doctor dice que me hace mal. ¡Tontas aspirinas! Tenían que acabarse.

–¿Tomas medicina? ¿Tan mal te pones? –me alegró encontrar un tono de preocupación es su voz.

–Sí. Es horrible. Deberías alejarte, podría matarte... –sonreí como demente.

–¡Ja–Ja–Ja! No es gracioso.

–Lo es.

–¿Siempre ha sido así...?

–Sí, desde que recuerdo, pero cuando salía con Liam se fue. Supongo que el me calmaba –entristecí un poco ante el recuerdo.

–Tal vez Ed ayude mañana. No olvides protegerte... –esa sonrisa me hizo entender su doble sentido.

–¡¡Eres Idiota!! –ambos nos reímos–. Te sugiero que escondas los cuchillos ¡Ja, ja, ja!

Nos quedamos allí viendo TV, al parecer podríamos salir al día siguiente. –Bien, no tendré que cancelarle a Ed –la señora del clima dijo que las temperaturas subirían un poco, lo cual ayudaría a que la nieve bajara.

Mi celular empezó a sonar, corrí escaleras arriba, llegué a mi habitación y me lancé sobre la cama.

–¿Hola?

Marie, hija ¿Cómo estás? –era mi madre.

–Bien mamá, estoy aún atrapada pero estoy bien. No te preocupes. ¿Y la abuela cómo está?

Ella está bien, ya sabes igual que antes...

–Dale mis saludes por favor.

Lo haré. ¿Segura estás bien? Suenas diferente, ¿Ya fuiste al Doctor? Recuerda que debes hacerte el chequeo cada mes.

–Lo sé, mamá lo sé. Voy mañana al doctor.

Bien. Hija por favor llámame pronto. Te extrañamos... –su voz se quebró.

–También los extraño mamá. Adiós.

Colgué el teléfono, me quedé en la cama pensando, simplemente pensando en mis padres, en mi vida, en la audición, en la escuela, en mis amigos, en... Zayn... Me quedé dormida en algún punto.

Cuando me desperté estaba cubierta por mis cobijas, abrí un poco los ojos, había oscurecido. Vi a Zayn sentado en el escritorio con mi computadora. Me quedé mirándolo, estaba de espalda; de la nada empezó a hablar solo, o tal vez chateaba con alguien.

–No, claro que no. ¡Ella NO! .... ¿Qué le sucede a este idiota?.... ¡Ah! Con que tú eres ¿Qué tienes tú que yo no?.... Pobre, no sabe lo que le espera.

Lo interrumpí –¿Te sientes bien, o es normal que hables solo?

–Hola. No, estaba en Facebook viendo algunas cosas.

–Okey. ¿Vamos a cenar?

–Ya cené. Tu cena está abajo, era tarde y no despertabas –habló como un niño pequeño.

–¿Qué hora es? –me senté en la cama lentamente.

–La... 1 am...

–¿Cómo? –dormí demasiado. Me puse en pie, bajé a la cocina y únicamente me comí un trozo de pan, luego subí para volver a dormir.

Me quité los zapatos y me acosté en la cama cubriéndome con la cobijas. –¿Qué no piensas dormir? –le pregunté.

–Sí, ya voy. Ya sé que te hago falta en la cama –dijo poniéndose en pie.

–¡Sí que te tienes confianza con las chicas! –repliqué.

–Mucha. No he encontrado a la primera que se resista a mí.

Claro, ya veremos... –pensé. Como leyendo mi pensamiento dijo: –Marie, que seas mi tutora no te salvará de mí –su voz era...un poco aterradora...

–¿De qué estás hablando?

–Nada, solo que TODAS las chicas ceden...

–¡Já! No, no, no. Te equivocas. Además pensé que te gustaban otro tipo de chicas.

–Eres de mi tipo... –dijo como si nada.

–¡No molestes! –casi grité con una sonrisa de burla.

–Marie, Marie, Marie... –canturreó, se paró al borde de la cama y se quitó la camiseta.

–¿Qué haces? –lo admito, me asusté bastante, no sabía qué me iba a hacer.

–Voy a dormir, ¿Te incomoda?

–No, la verdad no –mentí. Se escabulló en las cobijas, sentí su torso tibio cerca de mí. –Mejor me voy a la otra habitación... –me senté en la cama.

–Pensé que no te molestaba –esa sonrisa malévola.

–No me molesta, ya te lo dije. Sólo quiero estar cómoda.... –no terminé de hablar cuando me acercó a él tirándome del brazo. –Auch! ¡¡Zayn!!

–Creo que estarás muy cómoda aquí conmigo, si quieres...–estábamos muy cerca.

–Mira casanova, tengo que dormir y tú también, así que me voy –enfurecí.

–Eres una fiera, ¿eh? Tranquila, no te haré nada, es tu cama, ¿no es así?

–Pues sí, es MI cama –suspiré. Me giré para no verlo y me cubrí con las cobijas.

Me calmé, pero su respiración tan cerca de mi cuello y el hecho de saber que estábamos tan cerca y que él ''gustaba de mí'' no me dejaban dormir. Me giré tratando de estar más cómoda. Él ya estaba dormido, su rostro lucía perfecto, parecía un ángel, algo que él no era.

–¿Disfrutando la vista? –me asustó, abrió los ojos y sonrió.

–¡Idiota! Por poco me caigo de la cama del susto –me llevé la mano al corazón.

–Marie, estoy a tus servicios.

–¿Qué significa eso? –pregunté sin tener en cuenta que la respuesta era evidente.

–Ya sabes, podemos compartir un buen rato cuando quieras –sonó muy engreído.

–¡Qué asco! –hice cara de vómito.

– ¡Já! Asco... –me besó de la nada. Mordió un poco mi labio inferior, un pequeño gemido salió de mí sin poder controlarlo. Se separó sonriendo. –Claro, se nota que te doy asco.

–¡Me mordiste! –me revisé si tenía sangre, pero no. –Asco, asco, asco. –me giré nuevamente. Esa vez si pude quedarme dormida, con el sabor de sus labios en los míos.

A la mañana siguiente me desperté sola en la cama. Supuse que se había ido. Me levanté y fui a la ventana, la nieve había bajado. Caminé hacía la mesita de noche, tomé mi celular; eran las 9am, tenía una hora y media para ir al doctor. Me duché me vestí con unos jeans, zapatilllas, una camiseta negra, una chaqueta negra y el cabello suelto. Tomé mis cosas en una mochila, la crucé de lado, tomé un pequeño desayuno, me cepillé los dientes y salí de casa.

El día estaba bastante frío, caminé rápido para entrar en calor. El consultorio estaba un poco lejos, pero estaba a tiempo, y siempre me había gustado caminar, me ayudaba a pensar, y en ese momento lo único que tenía en la mente era él...Zayn. Mi corazón se alteraba con sólo pensar en él y entonces lo acepté: me gustaba y mucho. ¿Aceptaría su propuesta? No, no lo haría, después de todo, ¿de qué me servía acostarme con él? ¿Qué ganaba yo?

Lo que debía hacer era tragarme lo que sentía y esperar a irme a la universidad lejos de Londres y de él.

Llegué al consultorio. En pocas palabras el doctor me dijo que debía controlar mis niveles de estrés, también en pocas palabras me llamó anormal por padecer estrés siendo tan joven. Me recomendó relajarme, reírme un poco, salir de paseo, no complicarme y bla, bla, bla.

Salí del lugar algo molesta, pasé por un Starbucks y compré un capuchino. Me encaminé a casa mientras lo bebía. Al llegar a la puerta de casa me di cuenta que debía correr la nieve del sendero y de la salida del garaje. Entré a casa, saqué la pala del cobertizo y salí al frente para cumplir mi labor.

Cuando finalmente terminé entré a casa para prepararme algo de comer. Como no tenía muchas ganas de cocinar, solo calenté en el microondas una pizza congelada. Me estaba preparando algo de Limonada cuando sonó el timbre.

–¡ED! –grité con una sonrisa en el rostro mientras corría a abrir la puerta. –Hola –le sonreí.

–Hola. ¿Estás lista?

–No. Sigue, ya bajo –subí a mi habitación, me cepillé los dientes, me puse algo de rímel, brillo de labios y un poco de rubor. Me miré al espejo antes de salir; estaba linda pero sin dejar de ser yo.

Bajé las escaleras rápidamente. –¡Estoy lista! –él me sonrió, estaba recostado a una pared, parecía un modelo sinceramente.

–Vámonos –al salir vi su auto. Abrió mi puerta amablemente, subí, luego él subió y nos dirigimos al parque.

–¿También te quedase encerrada en casa? –preguntó para entablar conversación.

–Sí… ¿Y tú?

–Igual, no te imaginas cuán agotador fue. Ya sabes como es mi padre... –ambos nos reímos.

–Yo estuve bien. Nada fuera de lo normal –mentí ya que no iba a decirle que me quedé con Zayn.

–En casa solo tuve paz con mi música.

–Sí, había olvidado que eres músico.

–No lo soy, sólo toco lo que siento... –se sonrojó un poco.

–¿Y has hecho canciones? –Asintió con la vista fija en el camino. – ¿Me enseñarías una?

–Sí, tal vez luego.

Sin darme cuenta ya habíamos llegado el parque, aparcamos y luego fuimos a la taquilla. El parque era realmente grande, no lo conocía y al parecer todo el mundo hablaba de el. 

Primero subimos a los carros chocones, tenía tanto tiempo sin subir a uno de esos. Luego fuimos al carrusel, sí lo sé, suena raro, pero Ed casi me obligó; se veía tan gracioso sobre ese caballo. Tras eso corrimos hacía la montaña rusa. Es una de mis atracciones favoritas, ¡¡La adrenalina era genial!! Ed se mareó un poco, entonces cuando bajamos lo abracé por la cintura para que se sostuviera en mí. 

–No seas bobito, no estaba tan fuerte –le dije burlándome de su mareo. 

–¡Estas demente! ¿Cómo te subes a una de esas y bajas tan normal? 

–¡Ja,ja, ja! Vamos, no es nada, sólo unos cuantos giros...–se rió conmigo. 

–¿Quieres un helado? –señaló una tiendita. 

–Sí, me encantaría. 

Ed compró los helados, caminamos un poco para que se sintiera mejor. Después de eso fuimos a la rueda de chicago, era un lugar romántico, y me recordaba a Liam, pero con Ed teníamos una buena amistad. 

Empezó a subir, no me daban miedo las alturas pero abracé a Ed, él pasó su brazo por mis hombros. 

–Tenemos una linda vista... –mencioné. 

–Lo sé.... ¿Hace cuánto nos conocemos Marie? 

–Hace dos años... creo... ¿Por qué? 

–No lo sé, solo preguntaba.  

Cuando dio varias vueltas bajamos. Tomé a Ed del brazo, caminamos hasta el aparcamiento. Él abrió mi puerta caballerosamente. –¿Quieres algo de comer? 

–Pero si tú cocinas –le respondí–. Tu padre me comentó que eres hábil cocinando. 

–Sí, la verdad es que no me muero de hambre –el auto se llenó de carcajadas. 

En pocos minutos llegamos a su casa, que lucía más hermosa por la nieve. Entramos, estaba bastante cálido adentro. –¿No hay nadie? –preguntó él al silencio. 

–No al parecer... 

–Bueno –alzó los hombros quitándole importancia–, ¿cocinamos? 

–¡Claro! 

Entramos a la cocina y preparamos una lasaña de carne y pollo. Ed no hacía más que hacerme reír, sus chistes, y sus bromas, y ese cabello despeinado… sus ojos, su sonrisa y la forma dulce en que me trataba... TODO en él lo hacía...el chico perfecto. ¿Pero sería perfecto para mí? Seguramente él no gusta de mí –pensé.

Después de cenar me invitó a su habitación, me senté en su cama. En las paredes tenía muchos posters de bandas de rock y Pop. La habitación era de colores terracota, naranja y una pared blanca; tenía un ordenador sobre un escritorio y sobre él muchos papeles. 

–¿Y qué tal la escuela? –le pregunté. 

–Bien, aunque me encantaría volver a nuestra escuela –olvidé mencionarlo, Ed estudiaba con nosotros antes, pero su padre lo envió a una mejor escuela. Por eso lo conocía antes de trabajar para el Sr. Sheeran, de hecho Ed fue quien me recomendó para trabajar en la cafetería. 

–Sí, allá también te extrañamos...sobre todo la profesora de música. 

–Ella siempre fue muy dulce conmigo –mientras hablaba divisé una guitarra en una esquina. 

–¿Me tocarías una canción? 

–Sí...déjame buscar las letras... –tomó su guitarra y luego sacó una caja pequeña de debajo de la cama. 

–¿Por qué las escondes? 

–Son muy personales... –se sonrojó. Sacó una, me la pasó y se sentó a mi lado. La melodía empezó a sonar... 

'Give me love like her,...give me love like never before...,my, my ,my, my oh give me love, my, my, my, my, give me love, lover...' 

–¡Wow! Ed, es...hermosa... 

–Gracias Marie. 

–¿Y en quién o qué te inspiras? Es decir, es muy bonita... 

–Pues... me inspiro en una chica, hace un tiempo que la conozco y muchas veces me quedo mirándola mientras trabaja, es hermosa. –su sonrisa reflejaba una alegría sincera. 

–¿Mientras trabaja? 

–Sí... Marie... –apartó su guitarra del camino y se acercó a mí–, lo que sucede...es que me gustas mucho... hace no sé, desde que te conozco... 

Yo no sabía que decirle, yo creía que era un gran chico, un chico PERFECTO. ¿Le daría una oportunidad a ese chico dulce y pelirrojo? ¿Él Sería capaz de quitarme a Malik de la cabeza? ¿Podría sacarme a Liam para siempre del corazón?

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