¿Qué se hace a los 21? [En Pr...

By AlvaZaar

110 5 2

La vida requiere de sacrificios y Selisha lo sabe. Es difícil para ella recordar el momento en que cambió sus... More

ANTES DE LEER
Prologo
Besos Artificiales
Feliz Extraño 2023
Dejandome llevar al fin del mundo
Ex-perimentos Bio-logicos
El sueño de una pesadilla
Grandes batallas y mejores soldados
Planes y posibles secuestros.
Encuentra, Acecha y Captura
El sol a veces no regresa
Administrando el Entretenimiento
Propuestas y decisiones.
La Oreja de Van Goh
Ahi estabas
Una Banda en un Sombrero
Problemas Musicales
Arnold, deja de sonreir
Frío de confianza
Mentira Sobre Mentira
Confesiones

Sal de ahi que te atrapan

3 0 0
By AlvaZaar


El tiempo que estuve en casa, lo pasé dignamente estudiando, leyendo y viendo alguna que otra película japonesa. Me había vuelto adicta a estas por sus hermosos paisajes a tal punto que ya había visto cinco películas en dos semanas.

Estaba aprovechando mi tiempo en casa, no había salido desde la "pijamada", solo hablado con mis amigas. Ya comenzaba a acostumbrarme a como era mi vida viendo el exterior desde mi ventana y concentrándome solo en mis estudios. Bueno, eso pensé hasta este día.

Las cosas no estan saliendo bien, habia iniciado el día con una caida de la cama, el agua de la ducha habia salido fria y si no fuera lo suficientemente mal, habia roto una taza en el desayuno. Me sentia sofocada pensando en que otra cosa podria arruinar y tenia razón. Cerré la tapa de la laptop al ver que no prendía, me saqué los lentes y froté mis cansados ojos buscando relajarme.

No estaba funcionando.

Me levanté de la silla y la acomodé mecánicamente en su lugar.

Aun sujetaba el espaldar de esta cuando miré hacia la calle. No muchas personas pasaban por ser área de poco movimiento. Me preguntaba lo ciega que era para no darme cuenta que sólo con salir de la puerta hacia fuera se respiraba tranquilidad. - Eso necesitaba - Regresé la mirada a mi habitación, con detenimiento y observé cada detalle, nada ahí me relajaba. No podía acercarme a la cama si no optaba por dormir, no podía acercarme al baño si no era para una ducha rápida, no podía acercarme al escritorio si no tenía que estudiar. - ¿Qué hace la gente cuando quiere descansar o relajarse y no, no habló de dormir? - En ese momento no quería hacer nada - ¿Como se hace? ¿Dónde se supone que haces nada? - Y mi vista viajo a la ventana de nuevo, ese era el punto. Ansiaba estar afuera como si necesitara salir para vivir, ansiaba sólo ir y hacer nada no acá, afuera de mi cuarto, sino afuera de esta realidad que me apresaba.

Escenarios variados pasaron por mi mente.

Tomar las llaves y caminar hacia la puerta por impulso. Llegar la entrada y escuchar un "¿A dónde vas de mi madre?" para decirle "Por ahí". Quería salir sin darle explicaciones al mundo. Quise estar afuera sin necesidad de estar pendiente a cada mensaje o llamada de mis padres buscando explicaciones. Por primera vez me sentí encarcelada, secuestrada, aunque no lo era. ¿Esclava de qué? ¿De mis padres? ¿de mis propias leyes? ¿Qué me impedía salir?

Era frustrante, todo en mi cabeza era frustrante. Las ganas de ir afuera y los impedimentos invisibles que no conocía o fingía desconocer.

Cuando me di cuenta, ya no me hallaba a lado de la ventana, estaba al centro de aquel cuarto. Había caminado sin que mi mente lo supiera, solo mis pasos guiando. El alrededor se agrandaba y yo me achicaba. Se sentía tan abrumador estar aquí. No quería estar aquí.

Dos golpes en la puerta me hicieron voltear la cabeza. Esta se abrió con un sonido que me pareció demasiado molesto a pesar de que siempre lo hizo. ¿Por qué abrir mi cuarto? ¿Por qué no esperaban a que yo lo hiciera? ¿Por qué me fastidia que lo hagan ahora? El rostro de mi hermano se asomó como quien hace tiempo para asegurarse de no interrumpir algo. Cuando se aseguró que no había impedimento de entrar, abrió con confianza la puerta y entro sin cerrarla, solo sujetándola.

-¿Qué haces parada ahí? - pregunto con una mirada confundido al verme

Me heché un vistazo y uno breve a mi alrededor

-Pensaba - respondí algo misteriosa

-¿Qué has hecho? - me miró John, mi hermano, con los ojos entrecerrados.

-¿Por qué piensas que he hecho algo? - cuestione con el ceño fruncido.

-Sólo, parece que no sabes que hacer- señaló - Como cuando tiras un plato y no sabes que hacer con los vidrios que te quedas parada solo viéndolos - me dice y sus palabras no pueden sentirse más correctas.

Si, tenía un problema, uno de esos que no podría entenderte alguien que no lo ha pasado. Era algo insignificante para el resto, pero de demasiado valor para mí y mi hermano no lo comprendería.

-Que tú andes metido en problemas, no quiere decir que yo también - respondí tratando de aminorar el impacto de lo real que era su deducción.

Confiado como lo puede estar un adolescente de 16 años, solto la puerta, caminó a mi cama y sin mucha delicadeza se sentó.

-Pero somos hermanos y algo sé - declaró con una mirada profunda sobre mí, como si en verdad algo supiera - ¿No me piensas contar?

-No hay que contar - negue sentándome a los pies de mi cama cruzando los brazos.

Era un duelo de miradas, el queriendo sacarme información y yo queriendo mantenerla en mi. Decirle que quería salir y otras tantas cosas, no era buena idea. El era capaz de darme ese empujón que necesitaba para que la vida me diera igual, era mi hermano y sabía exactamente que me quería lo suficiente para cubrirme en lo que se me diera la gana. Pero lo que necesitaba era regresar mis pies a la tierra antes de que se acostumbraran a estar en el aire.

-Si no me cuentas, le diré a mamá que te besaste a un chico en una fiesta - amenazó

-No me vas a... espera, repite eso - ordené

¿Eso era lo que él imaginaba que me fastidiaba en la mente? ¿Tan poco profunda me creía? De seguro era mejor darle por su lado, al menos iba a una dirección menos importante que los problemas de identidad que parecía tener.

-Te lo dije, mamá lo sabrá - amenazó

-¿Tú como sabes eso? - pregunté fingiendo más sorpresa de la necesaria

-Ah con que ¿eso era? - pareció complacido - ¿te preocupa haberte dado unos besos con un chico y que te haya gustado? - insinuó con un rostro algo pervertido - Ni vayas a gritarme - exigió y yo suspiré.

-Fue un desconocido y ya, no hay sustancia - aminoré el hecho con la mano evitando su mirada.

Y era verdad, los sentimientos en ese beso, diré pico, no brotaron en ningún momento. Traté de pensarlo más a fondo pero nada, había sido solo contacto humano que esperaba no me llevara a tener una enfermedad mortal.

-Si mamá supiera que besaste un desconocido daría el grito en el cielo - acota

-Tu seguro que lo habrás hecho mil veces ¿Por qué sería diferente conmigo? - reclamé viéndolo capaz de contarle a mamá.

-Es que tu eres tú, no creo que mis papás les guste saber eso... de ti - añadió mientras pensaba.

Era obvio que mi hermano, se daba cuenta que el esfuerzo de mis padres con ellos era menor. El interés y la esperanza que debía estar enfocada en cada uno de sus hijos iba sólo a mí. Tres hermanos, una se había sacrificado por los menores y ahora ellos gozaban sin presiones de cada etapa. Ese era el problema, me agradecían por ser la que había dado su vida por ellos y me aborrecían por ser la única que preocupaba a nuestros padres, típico amor odio de hermanos.

Inevitablemente me sentí culpable de que no hubieran contado con mis padres en muchas cosas y por impulso las palabras salieron de mi boca. - esto de dar y recibir parece una maldición, rayos.

- La verdad es que les mentí, la pijamada fue una ida a un bar y de la fiesta, me había olvidado hablarles - solté ante mi inmaduro hermano y algo se relajó en mí.

-Eso es preocupante - comentó en tono de mamá regañona.

- Si lo se, no debí mentirles..

- No, eso no. - me detiene y quedó confundida.

- ¿Qué entonces?

- Lo de que hayas ido a un bar y a una fiesta a voluntad - señala - quizás deberíamos llevarte a un médico- medita mientras lo veo totalmente impactada - dicen que la meditación ayuda..

- Volviendo al tema - lo saco de sus pensamientos -¿No te parece desleal de mi parte? - pregunté haciendo una mueca en busca de una respuesta, debía admitir que la culpa me había perseguido por unos momentos.

-Desleal, sí. De tu parte, No. - dijo y no me noté tan segura por lo que continuó - Selisha, eres nuestra hermana mayor, con impecables notas, actitudinal inalterable envidiable y que nunca en su vida a salido a reuniones sociales que no involucren a la familia. De la que nuestros padres están orgullosos y a la que siempre observan con más interés. - mencionó y no pude evitar agacharme al sentirme culpable por serlo. - No hay persona más leal con nuestros padres que tú.

-Pero ellos me dieron el permiso y yo sólo... les mentí - le dije mientras él cogía un papel sin importancia de mi mesa de noche.

-Sólo déjalo ir. No lo volverás a hacer de todas formas - señalo mientras en sus manos doblaba el papel.

Ese era el asunto pendiente que no me atrevía a decir. Había disfrutado la idea de salir, de vivir. No podía decírselo, pero anhelaba que surgiera la posibilidad de pasar nuevamente tiempo fuera de casa. La respuesta era sí, lo volvería hacer si eso me daba algo de libertad. Pero empezaba a tratarlo como un torpe ideal ocasionado por el momento.

-¿En qué momento dejaste de ser mi hermanito pequeño? - me abalance a él para hacer cosquillas que trató de esquivar poniéndose de pie.

-Sigo siendo el menor - declaró mientras dejaba de reír.

Nos dedicamos una sonrisa fraternal.

- No eres desleal, sólo estas viviendo un poco tarde. - dijo con sus manos puestas en mis hombros - Pero eso sí, no te pases con esas saliditas. - me zarandeó toscamente para luego apuntarme con el dedo.

-¿Acaso no puedo? - reté al menor

-Claro que puedes - mencionó mientras dejaba el papelito en mi cómoda - sólo recuerda que le puedo decir a mamá - terminó de hablar y escapó como pudo de mi cuarto.

Me quedé viendo a la puerta con algo de nostalgia. Había crecido y no me había dado cuenta, era parte de priorizar otras cosas, era inevitable dejar cosas en el camino.

-Dice mamá que bajes a cenar Selisha - gritó desde las escaleras.

-Ya voy - contesté en voz alta

Aún seguía en mi cuarto sin sentirme cómoda, pero me sentía mejor. Quien diría que conversar con el inmaduro de mi hermano serviría. Una risa salio de mis labios.

Suspiré con algo de esperanza en acabar con aquella sensación y caminé a la puerta. Caminé por el pasillo, luego baje las escaleras, vi mi reflejo en aquel espejo frente a los escalones. ¿Esa era yo? Me veía tan diferente a la última vez que me detuve frente a uno, aunque no lograba saber que era distinto ahora.

Mi madre apareció por la derecha pasando las manos por aquel mandil que llevaba.

-Hija apúrate que ya estamos todos - tan pronto habló, se regresó por donde había salido.

Caminé sin apuro, encontré a mi padre sentado con mis hermanos y lo saludé. Fui hacia la cocina, la comida estaba servida pero mi madre aún no se sentaba sentada.

-Ven a comer, que se enfría - apuré al verla lavando algunos utensilios.

-Ya voy, sólo quiero dejar esto limpio - respondió.

No la podía dejar así, mi hermano tenía razón al decir que era leal a mis padres. Me acerqué jalando el secador y empecé a acomodar lo que terminaba de lavar. No conversé, me quedé en silencio pensando en lo que había pasado en mi cuarto, en mi ideal absurdo - Eres leal - me dije a mi misma para convencerme.

-¿Que tienes hijita? - preguntó mi madre viéndome brevemente.

-Nada - le dije mientras fijaba mi mirada en el portavasos.

No me preguntó más, dejó que mi mente fluyera y se lo agradecí internamente.

Caminamos de regreso al comedor y rápidamente nos sentamos para empezar a comer. Las cucharas sonaban mientras comíamos, pero las voces no. En otro momento estaría animada de hablar; sin embargo, no se me ocurría tema de conversación alguno. Por suerte no duró mucho el tiempo de silencio, mi madre se había tomado la molestia de llenar aquel tiempo con una noticia.

-Con su papá hemos logrado juntar unos ahorros - dijo con una mirada algo cómplice - Y queremos ir de viaje con ustedes antes que se acaben sus vacaciones - soltó - sé que estaban tristes porque viajaron sus tíos y ustedes no, así que quisimos llevarlos a otro lugar. No es tan maravilloso como a donde se fueron ellos, pero es muy hermoso, es el lugar donde nos conocimos con su padre - terminó viendo amorosamente a mi padre.

-Pero papá tiene trabajo, ¿Él no irá? - pregunté y aunque no quise que sonara a excusa, lo hizo cuando mi hermano Jhon me miro extrañado.

Quería que me dijeran que se cancelaba, que se habían olvidado de ello.

-Pedí permiso en el trabajo y me dieron una semana - respondió con una sonrisa pequeña.

¿Por qué no me emocionaba aquel viaje familiar? - tú eres leal - Era la primera ocasión de viaje sólo para nosotros y no me hallaba contenta.

-¿Qué dicen ustedes muchachos? - mi madre llamó la atención de ambos chicos que comían.

Ellos eran verdaderamente únicos, uno de los chicos sólo encogió los hombros como respuesta y el otro le dio un asentimiento a mamá mientras masticaba.

-No hay problema - dijo John

-¿Cuándo será? - indagué

-Este fin de semana para aprovechar el tiempo - comentó mi madre

No me vería con mis amigas, no me encontraría con ellas. Me decepcionó no poder salir, pero era leal a mis padres. ¿verdad?. Así que estaba decidido, iríamos de paseo una semana a Elsevier, un pequeño pueblo alejado al que no muchos conocían pero que contaba con hermosos paisajes difíciles de olvidar. Mi madre me había comentado del lugar cuando pasó por mi cuarto antes de descansar. La ilusión por pasar tiempo en familia se le notaba, también era una oportunidad para mis hermanos de tener un momento con ellos. Si lo veía como otro sacrificio, era más satisfactorio.

Sé que suena descabellado decir que me arté de mi familia y aún pienso en ello. Por eso quería darme esta oportunidad, de esta forma podría volver a ser la Selisha de antes. Tener menos preocupaciones superficiales que involucren amistades y enfocarme nuevamente en mi futuro como siempre lo hice. Esperaba que este viaje me ayudara a descubrir si es algo pasajero o no.

Al día siguiente les avisé a ambas chicas que no podríamos reunirnos el fin de semana. Denise también había comentado que viajaría dentro de poco así que no tendríamos ocasión para vernos de nuevo antes de la universidad. Algo desanimada por no verlas fuera de aquel lugar, me puse a arreglar mis maletas con ropa abrigadora, los viajes no eran lo mío, la altura siempre me afectaba. Cuando acabé con todo, me recosté en la cama para descansar. Recordé esa primera semana con 21 años y las cosas que me habían pasado, no pude evitar sonreír. Riendo, cantando, un desconocido, un beso imprevisto y una fiesta. ¿Esto es lo que se hace a los 21? Denise ya tenía 22 al igual que Maggie. Seguro ellas conocerían la respuesta mejor que yo.

Agarré mi teléfono y abrí el chat que teníamos las tres.

"¿Qué se hace a los 21 años?" pregunté. Unos minutos pasaron y habían visto mi mensaje pero no respondían. Así que esperé algo de tiempo, me daba curiosidad. Abrí y cerre el chat para asegurarme que no era mi celular el que demoraba en recibir el mensaje.

"Se vive" respondieron.

°°°°°°°°°°°°°°°°°°°
Perdón por el bloqueo je je. También arregle los caps anteriores y mejore la trama, sólo pequeños detalles graciosos.

Y colorin colorado, Otro cap acabado. Espero les haya gustado. ¿Creen que Selisha dejará de pensar sobrepensar al regresar del viaje?

Denise y Maggien han sido grandes amigas y espero le ayuden sin obligarla a hacer cosas.

Estudien, besos artificiales.

Continue Reading

You'll Also Like

262K 8.1K 186
What if a Pokémon Trainer found herself in the world of One Piece? What if she found herself with the Strawhat Pirates? What if she finds herself get...
273K 7.9K 134
"𝑻𝒉𝒆𝒓𝒆'𝒔 𝒓𝒆𝒂𝒍𝒍𝒚 𝒏𝒐 𝒘𝒂𝒚 𝒐𝒇 𝒘𝒊𝒏𝒏𝒊𝒏𝒈 𝒊𝒇 𝒊𝒏 𝒕𝒉𝒆𝒊𝒓 𝒆𝒚𝒆𝒔 𝒚𝒐𝒖'𝒍𝒍 𝒂𝒍𝒘𝒂𝒚𝒔 𝒃𝒆 𝒂 𝒅𝒖𝒎𝒃 𝒃𝒍𝒐𝒏𝒅𝒆."
8.2K 101 11
a girl fell in love with the boy which is her ideal type but turned out to be a school Playboy will they love each other once more