Trastorno De Identidad Disoci...

By Kized15

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¿Qué tan jodido sería si tu vida estuviera siendo manipulada sin que siquiera te des cuenta? Geno es un joven... More

Prólogo
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By Kized15

Varios días habían transcurrido tranquilamente desde entonces.

Error comenzaba a dejarse llevar por las conversaciones expontaneas de Ink, pues a pesar de parecer callado, el abino era en realidad un parlanchin ocurrente, que en ocasiones llegaba a decir incoherencias.

Las conversaciones de ambos se volvieron amenas, aunque Error se mostraba bastante dispuesto a hablar de sí mismo, no era el caso de Ink, siempre que Error le hacía preguntas más íntimas, como las cicatrices en todo su cuerpo, o la convivencia con su tutor, Ink las ignoraba por completo y casi siempre terminaban por discutir cuando Error insistía por mucho tiempo.

Ink no logró conocer a las demás entidades de su amigo, ni siquiera llegó a saber que tenía un trastorno.

Error se quejaba constantemente de las tareas dejadas para realizarse en casa porque, a su parecer, eran excesivas, al punto de llegar a ser abusivas. Si no fuese por la beca, Error le pediría a Reaper ver clases en casa, así se evitaría tantos problemas.

.

Había comenzado a nevar un día por la tarde. La tormenta era fuerte y en poco tiempo cubrió la ciudad. Todas las calles estaban cubiertas de una espesa capa de nieve y seguramente el día siguiente no tendrían clases.

Reaper había vuelto de la universidad un poco más tarde de lo habitual, afortunadamente ya para esas horas de la noche, la tormenta había cesado.

—Que maldito frío hace afuera— resoplo Reaper al cerrar la puerta principal. Toda su ropa y cabello estaban cubiertos de partículas de nieve que comenzaban a derretirse y a mojar la tela.

Ink se encontraba en la sala, con una laptop en sus piernas, realizando algún trabajo. Se notaba que hacía su mejor esfuerzo para mantenerse despierto y Error estaba dormido a su lado, apoyando la cabeza en el hombro del albino.

Era la primera vez que Ink se quedaba hasta tarde, el reloj ya casi marcaba las 2 a.m, pero Ink no se había percatado de esto.

Reaper saludó al albino con una mano y el adverso correspondió de la misma manera. Reaper le preguntó en voz baja si se quedaría esta noche, puesto que ya era muy tarde y era peligroso por la nieve en las calles. Al cabo, se acercó a Error, con cuidado, le quitó sus lentes, le dio suaves golpes en una de sus mejillas para despertarlo, pero no reaccionó, así que lo cargó entre sus brazos.

—Este trabajo es muy largo, aún faltan 20 páginas y Error no parece querer despertar, haré el trabajo de ambos mientras él descansa. Si no es mucha molestia, me quedaré hasta terminar— Dice Ink, masajeando sus ojos con la yema de los dedos. Aunque se sentía cansado, debía terminar el trabajo si quería justificar su estadía, además de no querer escuchar los reclamos de Error por no haber terminado.

—Quédate hasta mañana. Es peligroso que regreses tan tarde a casa. ¿Ya le dijiste a tu padre? —

El adverso asiente con la cabeza. Sus ojos se desvían hasta el rostro del joven entre los brazos de Reaper y le observa quejarse dormido.

«Perece un bebé» piensa Ink. Al cabo, Error abre con lentitud sus ojos hasta formar pequeñas ranuras, sus miradas se conectan por un momento antes que Error voltee a ver a Reaper y una sueve sonrisa le adorne el rostro, para inmediatamente volver a cerrar sus párpados y caer en un sueño profundo.

—Iré a dejarlo en su cama— le dice Reaper a Ink y este solo asiente con la cabeza.

Pasaron unos 20 minutos antes que Reaper volviera con unos sandwiches y bebidas calientes para ambos. Le ofreció un plato a Ink y ambos se sentaron a comer.

—Creo que eres el mejor preparando sandwich— comentó Ink. De todas las cosas que Reaper preparaba para comer, los sandwiches eran sus favoritos. Algo tenían que le hacían desear comer uno tras otro. Tal vez porque siempre los come en compañía de otra persona y eso le da un toque agradable o quizás por el sabor de la levadura. Estaba a punto de pensar que tenía cierta afinidad por ese sabor. Cuál fuese la respuesta, no podía evitar sonreír con cada bocado que entraba en su boca.

—Niño, soy el mejor en todo— dijo el pelinegro fanfarrón. Esto sacó una pequeña carcajada en el adverso. A Reaper le gustaba verlo sonreír, se sentía bien lograr que alguien tan imperterrito como Ink curveraa sus labios en sonrisas sinceras por las cosa que él hacía o decía, era una satisfacción extraña de explicar. Ese niño tenía una risa bastante contagiosa y Reaper no podía evitar sonreír cada vez que él lo hacía, sin embargo, sentía un gran pesar cuando lo descubría con la mirada perdida, pues sabía gracias a las cosas que Geno le comentaba, que Ink no era feliz con su vida.

—Estoy a punto de pensar eso— susurró Ink con un deje de melancolía.

El ambiente era agradable.

Ambos se habían vuelto cercanos a medida que pasaba el tiempo. Ink le había tomado gran aprecio a Reaper. Pensaba que, fuera de actuar en ocasiones como un niño, era una gran persona con cualidades tan increíbles como preparar esos exquisitos sandwiches o contar chistes tan malos que le hicieran reír.

—¿A qué hora se quedó dormido? — Preguntó Reaper luego de un tiempo en silencio.

—No me di cuenta, desde las 8 más o menos.—Dijo Ink deduciendo que obviamente se trataba de Error — Terminó un punto que le correspondía, luego yo continué y no hablamos, me concentre mucho en lo que hacía y no me di cuenta hasta hace como una hora que sentí su cabeza reposar sobre mi hombro. Como ya estaba por terminar, quise despertarlo, pero no pude, así que continué con su parte y luego llegaste— le explica Ink y muerde otro pedazo del sandwich.

—Oh, ya veo. Debió ser un día agotador— Comenta Reaper para luego seguir comiendo en silencio.

Cuando Ink terminó de comer, quiso hablar un poco con Reaper. En el tiempo que llevaba conociéndolo, le pareció una persona sensata, que sabía guardar secretos y por alguna razón, le causaba un sentimiento de tranquilidad estar con él, además, había escuchado de Error que su tutor estudiaba psicología. Ink necesitaba un consejo, siempre le había gustado escucharlos de ciertos adultos y Reaper era bueno con ellos, algunos eran graciosos  otros realmente intensos, pero siempre lograban solucionar sus aflicciones.

—¿Puedo... Decirle algo? — Ink se atreve a hablar

—Claro— asiente Reaper.

Ink respiró profundo y exalo suavemente.

—Todos tenemos secretos que ocultar—su voz tembló un poco al principio, dejando claro que el tema que tocaría era difícil para él —. Incluso está ese secreto que no queremos que nadie sepa, ese que escondemos a veces incluso de nosotros mismos.— hace una pausa, donde voltea a ver a Reaper—Mi tutor — Una extraña mueca se dibujó en su rostro, permaneció unos segundos en silencios, pero fueron suficientes para que Reaper se preocupara—, es una persona que necesita ayuda psicológica urgentemente. — soltó con rapidez—. Lo sé desde hace mucho y aún así, me he quedado a su lado todos estos años.—Explicó pausadamente— Nunca encaje con los demás porque él nunca me enseñó a ser amable o empatico. No entendía las emociones y me costaba tanto expresarme y eso me dificultaba acercarme a los demás. Siempre que alguien contaba un chiste, yo era incapaz de reír, o si alguien lloraba, simplemente pasaba de él y seguía con lo mío, incluso cuando los niños me molestaban yo solo soportaba todo sin sentirme realmente mal, era como si yo... Como si no pudiese.... No lo sé —Ink parecía buscar las palabras adecuadas para continuar —. Así viví hasta hace poco, cuando las clases junto a Error comenzaron, sentí que él era como yo, alguien que no podía encajar. Pero a él le daba igual no hacerlo, él era feliz así, a su manera. Y me pregunté ¿por qué no se esfuerza en tener amigos? Y hace poco descubrí la respuesta: simplemente porque él se ama tanto a sí mismo que puede soportar la soledad, puede soportar que no encaja. Pero yo siento que mi mundo no tiene sentido, me aferro desesperadamente a la aprobación de una persona a la que sé que no le importo. Tengo miedo de depender así de él. Es desesperante que la emoción más intensa que siento sea miedo y terror todos los días y que aún así, me niege a alejarme de él. ¿Puede entender lo que trato de decirle? Es como si estar con él me hiciera sentir vivo, aunque no sea correcto—

—Niño.—Reaper no dijo nada por unos minutos, estaba sorprendido por lo que acabada de oír. Deseaba poder darle ayuda a ese joven —Aunque no lo creas, sí puedo entender lo que tratas de decirme. Hace tiempo... Me encontraba en una situación similar. Sé lo frustrante que es estar atrapado en una falsa libertad— Reaper tomó aire en sus pulmones y resoplo—Es difícil para mí darte un consejo respecto a eso... Es complicado cuando estás apegado emocionalmente a una persona y lo es aún más cuando lo que te une son emociones negativas. Aún así, no es imposible alejarte y seguir con una vida normal, de hecho, eso fue lo que hice: luche con todas mis fuerzas y tomé la libertad que me pertenecía. Cuando me di cuenta que podía vivir por mi cuenta, sentí que una gran carga se iba— la mirada fija que Ink tenía sobre Reaper se desvío a sus manos. El mayor observó unas lágrimas traicionera caer sobre las palmas de las manos, que luego empuño con fuerza.

—Gracias.— por primera vez, Ink se mostraba vulnerable frente a alguien más. Sus mejillas estaban rojas, se sentía tan avergonzado por lo que estaba haciendo, no sabía qué más decir o cómo actuar. Eran varias emociones fuertes expresándose en un mismo momento y no sabía qué hacer— Lo siento. — se disculpa, pero Reaper rápidamente coloca una mano en su hombro y le dice que no haga eso, que es normal querer buscar ayuda. Ink no puede contenerse y, sollozando, cubre su rostro con las manos mientras se inclina hacia Reaper buscando un abrazo, éste le consuela y le dice que todo va a estar bien.

Reaper se recordó a sí mismo hace años, cuando se reveló contra sus opresores padres y decidió vivir sólo. En aquel entonces, Reaper tenía tan sólo 15 años, sin embargo, nunca se arrepintió de su decisión, sin importar lo difícil que fuese para él adaptarse a esa nueva vida sin los lujos a los que estaba acostumbrados. Hubo un tiempo donde incluso tuvo que trabajar en un establo como cuidador de caballos, tenía que mantener el lugar y los animales limpios y bien alimentados. Siempre olía a estiércol y su presencia no era algo que agradara a los visitantes, por lo que se mantuvo mucho tiempo a solas, desarrollando cierto gusto por hablar con los caballos. Por supuesto, eso no duró para siempre, ya que luego de conseguir un mejor trabajo se mudó a un lugar más tranquilo, su vida se volvió más normal. Durante todo ese tiempo, Reaper se mantenía relajado y tranquilo, sabía que si dejaba a su mente divagar, probablemente terminaría por volver a la casa de sus padres a seguir siendo un hijo trofeo, así que intentaba estar siempre ocupado, y cuando no tenía trabajo distraía su mente leyendo algún libro.

Salió de sus pensamientos luego de un tiempo y notó que Ink estaba comenzando a calmarse. Sabía lo duro que era para ese niño confesar algo así y se notaba lo cerrado que era emocionalmente. Era muy evidente que sufría de depresión y que constantemente intentaba ocultar este hecho. Reaper sintió un profundo pesar al comprender lo solo que se encontraba Ink, sin amigos para disfrutar su joventud o algún apoyo donde al menos poder desahogarse.

Cuando Ink dejó de llorar y ya se encontraba un poco más calmado, Reaper le habla para irse a dormir.

—Ahora, apaga eso y descansa. Puedes levantarte temprano y terminar el resto. Así Error puede ayudarte también. — Dice Reaper cuando Ink se aparta para mirar la computadora, como intentando buscar la excusa para continuar tecleando en aquel aparato.

—Esta bien— asiente el albino, dejando de lado su idea. Apaga la laptop y recoge sus cosas mientras Reaper lleva los platos a la cocina.

—Puedes dormir en la habitación de Error, su cama es lo suficientemente grande para los dos, si no quieres, debajo de la cama hay un colchón. Me disculpo por lo incómodo, no solemos recibir visita. Si sientes que la noche está muy fría, en el armario hay más frazadas o si quieres duermes conmigo. Cómo quieras— dijo eso último en broma, haciendo que una sonrisa escapara del joven.

El aludido niega con la cabeza y dice que no tiene problema en dormir así.

No puede conciliar el sueño por más que lo intente, hay algo que le hace sentir una fuerte presión en el estómago, como un vértigo, tal vez sus nervios le estaban jugando una mala broma, quizás la culpa lo tenía el silencio sepulcral de la habitación o el hecho de dormir junto a otra persona y que esa persona sea Error, no lo sabe y no quiere entenderlo.

Ink cierra sus ojos intentando olvidar que esa no es su cama, y hay algo, no sabe exactamente lo que es pero le hace un nudo en la garganta, comienza a sentirse frustrado y a respirar de manera errática, el aire frío del ambiente le quema la garganta y las lágrimas fugitiva que escapan de sus ojos le hacen querer levantarse y salir corriendo a algún lugar. Sabe que está solo, es un hecho, se lo repite constantemente, está consciente que Reaper y Error sólo estarán hasta que entre en la universidad, por lo que comienza a pensar en su vida luego que eso suceda. Tiene miedo de irse y saber que realmente nadie lo extrañará. Muchas veces se pregunta cómo sería el mundo si él no existiera. Tal vez su vida es un error. No puede dejar de llorar en silencio, solo aquella almohada es testigo de su dolor y de sus incontables deseos.

Geno estaba de espaldas a Ink, sin embargo, no sé encontraba dormido, podía escuchar los sollozos del chico en medio de la oscuridad. Quería darse la vuelta y consolarlo, pero no lo hizo, deseaba descubrir algo que le hiciera entender su tristeza. Esperó mucho tiempo, pero Ink no hacía más que llorar, por lo que terminaron dormidos.

A la mañana siguiente, la nieve no había cesado, si bien era leve, las calles estaban cubiertas de gruesas capas de hielo y nieve que no se iban a derretir pronto. Definitivamente ese día nadie trabajaría y los estudiantes no tendrían clase, esas fueron las noticias de la mañana. Reaper sólo hizo una mueca de desgano antes de apagar la TV. Aún era temprano, el sol apenas se mostraba tras las grises y espesas nubes. Decidió volver a dormir antes que los chicos se levantaran.

El sonido irritante de su despertador le hace reaccionar de inmediato estirando la mano hasta alcanzar el despertador en la mesita de noche y apretar como por inercia el botón de apagado y todo esto con los ojos cerrados, dejando claro la habitual secuencia. Bufa con enojo, como una queja para el universo por tener que despertar, sin embargo, al cabo de unos minutos abre los ojos con lentitud, se incorpora poco a poco y al hacerlo, observa que al otro lado de su cama se encuentra su compañero. Tenía el ceño fruncido, como si una pesadilla lo estuviera atormentando. Se quedó mirándolo por un largo tiempo perdido en su mente en blanco, sin embargo, al reaccionar, detalla cada facción en el rostro de Ink, como sus pestañas largas y rizada, o sus delgados labios un poco pálidos que se entre abrían dejando escapar unos pequeños murmullos,  incluso sintiendo curiosidad por el gran lunar, o lo que fuese, en su mejilla derecha. El albinismo de su largo cabello lacio le recordaba el color natural del cabello de su hermano. Tocó la corona de su cabeza sin desviar su mirada. Pensó en dejarlo crecer hasta que volviese a tener su color orginial, pero ésta idea se fue al darse cuenta que Ink abría sus ojos y volteaba hasta mirarle fijamente.

Ninguno dijo una palabra, mas sin embargo el contacto visual duró lo suficiente como para que Ink se sintiese incómodo y fingiera un bostezo para desviar su mirada.

Algo en el ambiente se sentía bien, como si las palabras estuvieran de más, incluso para Ink que aún se mostraba un poco adormilado. La suave música clásica que se escuchaba a lo lejos llegaba hasta sus oídos, causando un efecto relajante, como del que toma una taza de té o algún analgésico leve. Tal vez la melatonina aún afectaba su cerebro.

Error sonrió al ver que Ink tenía en su pijama un estampado de chocolates. Un recuerdo lejano le llegó a la mente: esa era la pijama que Reaper usaba los primeros días luego de adoptarlo. Por alguna razón, verlo usar esas prendas le hacía sentir bien y seguro. Incluso le agradaba dormir junto a él siempre que la usaba y le rogaba por que le comprara una igual.

—Me gusta— dijo Error

Ink pensó que la cálida sonrisa del peli negro era linda. Era una lástima que fuese tan gruñón.

—Es la primera vez que escucho eso de ti— comentó el albino, pues desde que lo conocía, nunca mostró interés por nada, excepto por las siestas y el chocolate.

Error le miró con seriedad, como si estuviera analizando sus palabras. Sin decir nada, solo con un gesto, le invitó a salir de la habitación.

Todo apuntaba a que el día sería tranquilo.

El desayuno ya estaba servido, Reaper los estaba esperando mientras miraba la TV. Usaba una pijama al igual que ellos y no tenía planeado quitársela en todo el día. Era un día de descanso inesperado, no lo dejaría pasar.

Hubo demasiado silencio entre ellos en toda la mañana, a excepción de los sonidos provenientes del televisor.

Ink cerró los ojos un momento, al menos esa fue su intención, pero terminó por dormirse otras horas extras. El cansancio acumulado le estaba pasando factura.

Cuándo finalmente despertó, observó su alrededor, notó a Reaper y Error que estaban sentados en el suelo con almohadas y comiendo palomitas mientras miraban una película. El ambiente era tranquilo, sólo se escuchaba el sonido del televisor.

Ink no recordaba si alguna vez había estado en una situación similar, la paz sólo la encontraba en soledad, no al revés.

Disfrutó aquel día como ningún otro. Incluso las ocasionales peleas entre Reaper y Error, pues le parecían graciosas. Sin embargo, ese día llegó a su fin y, tras finalizar los deberes pendientes, Ink tuvo que volver a su propia casa, a ese infierno que tenía por hogar.

.

Las clases habían comenzado, pero Ink y Error se encontraban sentados en una de las mesas del comedor ya que el profesor presentaba un retraso y no sabían con certeza cuándo llegaría.

Estaban algo ansiosos porque en unas pocas semanas culminarían la secundaria y podrían ir a la universidad. Ninguno comentaba nada de lo que harían luego de salir de allí, no era un tema que les apasionara tocar.

Error jugaba en su celular e Ink solo lo observaba en silencio, pues en una de las reprimenda de Henry este terminó estrellado el aparato con la pared, dejándolo inopoerable. En el juego, el personaje de Error terminó cayendo al vacío cuando otro jugador lo echó de la arena de combate. El peli negro soltó una queja al perder y decidió dejar su juego de lado.

—Esta versión es horrible, no puedo ver bien los gráficos— comenta Error

—A mí me parecen muy buenos. Es la mejor que ha tenido hasta el momento— opinó el más alto

—No puedo ver bien con esto lentes— se excusa el pequeño—, reflejan los efectos y luces del teléfono y no puedo ver una mierda— dice mientras se quita sus lentes de montura roja y los mira con desaprobación.

—Sí, claro. Yo lo haría mejor incluso con tus lentes de nerd— dijo Ink, claramente cuestionando las habilidades de Error, lo cual hizo enojar al aludido.

—¡Ah! ¿Te crees mejor solo por tener esos ojitos de arcoiris?— dijo molesto, hizo un puchero con los labios y se cruzó de brazos.

—¿Qué quieres apostar? — Incitó al adverso.

—¿Qué te parece si...? — lo meditó por un momento y cuando una idea iluminó su mente, no pudo evitar sonreír con malicia—Si ganas el juego mientras usas mis lentes dejaré que decidas un castigo para mí, pero si pierdes, tendrás que dejarte mandonear por mí todo el día — propuso el pequeño con orgullo, suponiendo de antemano que Ink no podría ganar.

El más alto esbozó una sonrisa de victoria antes de aceptar. Error le dio su celular y sus lentes.

El juego comenzó.

Al principio era complicado para Ink ya que la graduación en el cristal de los lentes era bastante y también estaba el tema del reflejo de luces, Error tenía razón, pero eso no le impidió jugar adecuadamente luego de acostumbrarse.

Error miraba la inminente victoria que Ink estaba por conseguir y la sonrisa confiada de su rostro se fue desvaneciendo poco a poco.

En un rápido movimiento de pulgares, Ink obtuvo una aplastante victoria sobre su adversario.

La sonrisa de satisfacción en los labios de Ink se hizo más grande al ver la expresión de asombro en el rostro de Error.

—Gané— marcó lo obvio. Error recibió sus lentes y los miró atónito, no podía creer que Ink pudiera ganar con tantos factores en contra.

—Sí... No sólo ganaste— dijo bajando el rostro en lo que parecía ser un acto de tristeza por haber perdido, pero justo en el momento que sintió la mano de Ink en su hombro, alzó la mirada y con molestia dijo: —¡Superaste mi marca! — gritó agitado —¿Ahora cómo mierda voy a superar ese puntaje? — la preocupación mezclada con ira hacían que el berrinche que Error estaba haciendo fuese adorable.

Ink le miraba sin decir nada, pero al ver la rabieta que hacía, sonrió con ternura, jamás pensó ver algo así en ese niño gruñón, pues a pesar de mostrarse molesto, su carita tenía los mofletes rojos y los ojos al borde del llanto. Era como ver a un bebé haciendo puchero.

—Pareces un bebé— comentó mientras estiraba la mano y apretaba una de las mejillas del adverso.

Error apartó la mano de Ink y volvió a cruzarse de brazos.

—¿Qué demonios quieres que haga? Ya dilo de una vez para que terminemos con ésto — pidió el más pequeño.

—Bien... Tu castigo será ser mi esclavo por este día— dijo Ink sin titubeos. Error mostró una mueca de desapruebo inmediato.

—¿Qué te pasa? Eso no es lo acordado. Es injusto. Es solo un castigo —

—Me parece muy justo, ya que si perdía tendría que ser yo el que recibiera las ordenes de ti ¿por qué no tener un riesgo de igual magnitud? —

—Porque yo ya había jugado y no tendría otra oportunidad, ya que la apuesta se hizo cuando tú tomabas el mando—

—Pero recuerda bajo las condiciones y las desventajas que yo, una persona sin problema de vista, usara tus lentes con... demasiado aumento. Además, era la primera vez que jugaba en mucho tiempo, en cambio tú has estado jugando toda la mañana. A mí me parece muy justo que ahora que gané bajo tus condiciones, pueda mandonerte todo el día como tú lo ibas a hacer conmigo si perdía.—

Con aquello, Error no pudo refutar más y al sentirse impotente, intentó ahorcar a Ink en alguna especie de juego, pero antes de que sus manos tocaran el cuello contrario, Ink le detuvo y con un rápido movimiento le hizo girar y luego le hizo caer en sus piernas.

—Solo quédate allí hasta que nos llamen a clases o comience el descanso — dijo Ink sin mirar a Error.

El pequeño se tranquilizó y aceptó su derrota, permaneció allí sintiéndose cómodo, pero tuvo curiosidad por mirar debajo del hoddie de Ink. ¿Habría más cicatrices que en sus piernas? ¿Sus brazos también estarían tan marcados? ¿Actualmente le dolería algo? ¿Cómo podía mostrarse tan calmado la mayoría del tiempo?

Fueron preguntas que pasaron por su mente. Decidió meter una de sus manos por debajo de la prenda superior de Ink, quien al sentir las frías manos de Error, se le erizo la piel y bajó la mirada hasta encontrarse con los ojos de Error.

No dijo nada al saberse invadido, solo siguió observando lo que Error hacía y las expresiones en su rostro.

Error al saberse autorizado, continuó su camino, miró debajo del hoddie beige y se sorprendió muchísimo al ver tantas cicatrices y moretones que aún no sanabas y estuvo a punto de apartar la vista, pero se mantuvo firme y, con sus dedos, comenzó delinear cada cicatriz que veía. Ink al sentir el contacto helado prefirió apoyar sus brazos y su cabeza en la mesa de madera y disfrutar del suave toque, pues no recordaba la última vez que sintió algo así.

Error detalló cada una de las marcas y sintió tristeza de comprender lo que Ink soportaba. Tomó mucho aire en sus pulmones antes de expulsarlo con lentitud. En consuelo, el pelinegro abraza el abdomen del más alto y piensa... no sabe exactamente en qué, pero su mente no está recibiendo información de la realidad, es por eso que no puede sentir cuando Ink le toca el hombro para llamarlo, sino que logra salir de su trance cuando el adverso le toca el rostro con las manos frías.

—Tengo que ir a hablar con el director. ¿Vienes? — menciona Ink. Error asiente con la cabeza sin decir nada.

Se levantaron con cuidado de la mesa y comenzaron a caminar a paso lento.

Error miraba al piso sin prestarle atención a su entorno, es por eso que no vio cuando una puerta se abrió repentinamente y terminó chocando con éste, retrocedió aturdido y no midió sus pasos, pues terminó pisando mal y cayendo al suelo. Ink corrió a ayudarlo al escuchar que había soltado una queja de dolor.

De la puerta que se abrió, salió una mujer alta con un vestido azul ajustado al cuerpo.

—Oh, lo siento mucho pequeño. ¿Estás bien?— Habló la elegante mujer

—Sí, lo llevaré a enfermería para que revisen su pie. — dijo Ink sin voltearla a ver.

Error masajea el golpe de su frente y mira detalladamente el rostro de la mujer en silencio.

La mujer sin más se retiró luego de mirarlos por un segundo con una extraña mueca de satisfacción.

Ink se levantó y le ofreció ayuda a Error para levantarse, éste la aceptó y se sostuvo hasta mantener el equilibrio, luego Ink se ofreció a llevarlo en su espalda pero Error se negaba. Ya después de mucho insistir, el pequeño terminó aceptando.

Mientras Ink camina llevando a Error en su espalda, éste le preguntó sobre las cicatrices en su cuerpo, pero Ink, como era de esperarse, no le respondió. Error no volvió a preguntar y simplemente se relajó y apoyó su cabeza en la ancha y acogedora espalda de Ink. Sin darse cuenta, terminó dormido al poco tiempo.

Caminaron por unos 10 minutos antes de llegar a su destino, pero cuando Ink intentó entrar, se percató que la puerta estaba mal cerrada y que dejaba un resquicio entre el marco y la puerta. Pudo ver a través del espacio algo que le sorprendió muchísimo: el director Gaster y el doctor de enfermería estaban peligrosamente cerca y agitados, sus respiraciones irregulares se mezclaban, sus miradas se conectaban y sus ropas estaban a medio quitar. El hombre de cabello castaño estaba apoyado en el hermoso escritorio de arce, mientras una de sus piernas era alzada con delicadeza por el director a la altura de sus caderas. Gaster estaba de espaldas a la puerta, mirando de frente al hombre bajo su poder. Sus pantalones estaban un poco bajos y su saco gris estaba tirado en el suelo. Todo apuntaba a que acababan de tener sexo y por lo que se miraba, no era la primera vez que eso dos se encontraban de esa manera.

Ink continuó su camino sin comentarle nada a Error, quien parecía haberse quedado dormido. Caminó hasta su salón y allí despertó a su compañero para que se sentará en la silla.

Sin preguntar nada, hizo lo que Ink le pidió. Sus ojos estaban adormilados, así que Ink terminó ayudándolo a tomar asiento para que no se fuese a lastimar.

Movió la mesa del lugar para poder atender la torcedura en el tobillo de su compañero. Afortunadamente, tenía un quit de primeros auxilios en su morral. Intentó curarlo con lo poco que tenía y le atendió improvisadamente colocándole ungüento y una venda.

Ink volvió su mirada hacia arriba y vio el rostro dormido de Error. Por un momento se preguntó si esos delgados labios sabrían a chocolate, pues era lo que Error más comía. Pero agitó la cabeza en negación y decidió ignorarlo. Sin embargo, un vago recuerdo de lo que vio en la oficina del director le llegó a la mente. Un inevitable calor azotó su cuerpo, era como estar muy cerca de la llama de una chimenea, necesitaba salir de allí a tomar aire, pues se sentía sofocado dentro de aquel lugar. Salió y al hacerlo suspiró sintiendo su cuerpo menos tenso y acalorado.

Sé preguntó por qué últimamente estaba comenzando a sentir algo repentino en su estómago, como un vértigo, cada vez que Error y él estaban cerca. Entendía que le agradaba pasar tiempo con su compañero, no era como los demás, a pesar de que en algunas ocasiones salieran de su boca palabras un poco crueles y duras para decirle alguna verdad, Error parecía entender sus intensiones, ignoraba la cruel sinceridad que muchas veces no lograba disfrazar y simplemente seguía la conversación sin hacer énfasis como otras personas.

Era verdaderamente agradable recordar la sensación de esas suaves manos tocarle debajo del hoddie, eran frías, por el clima helado del invierno, pero agradable con el calor de su cuerpo. La mirada en los ojos de su compañero le avisaba que sentía curiosidad, pero Ink no se atrevería a decir de su propia boca la causa de sus cicatrices, sin embargo, ese hermoso brillo en sus oscuros ojos le parecía hermoso, no recuerda la última vez que había mirado detalladamente a alguien y esos ojos definitivamente se grabarían por siempre en su memoria.

Pasó una mano por todo su rostro para salir de sus exhaustivos pensamientos.

Cada vez se hacía más tarde y el profesor no se reportaba, así que el director les llamó a su oficina y les dio permiso de volver a casa.

Ink acompañó a Error hasta su casa, pues no tenía nada mejor qué hacer.

Durante su estadía se divirtió mucho con Error, pues al no tener deberes qué hacer, pudieron tomarse la tarde para jugar videojuegos, hablar y comer algo.

Ink volvió a atender el pie de Error con las medicinas que habían en su casa gracias al botiquín que Reaper siempre mantenía lleno. Y luego volvieron a procastinar en el sofá de la sala.

Fue una tarde alegre, Ink no paraba de reír con los comentarios que Error soltaba en ocasiones.

Sin embargo, cuando cayó el ocaso, el sonido del timbre resonó por toda la casa, irrumpiendo una amena conversación entre los chicos.

Ink se levantó y fue a mirar quién podría ser, luego de que Error le pidiese el favor. Cuando Ink abrió lo puerta, un hombre alto ataviado con un uniforme de policía estaba de pie frente a él. En la calle se encontraba estacionada una patrulla con otros dos policías esperando fuera de ella.

—Buenas tardes, soy teniente de policía Dickson ¿se encuentra Ink Comyet?—preguntó el policía de manera cordial.

Ink dudó en responder, algo no le parecía coherente, pues ¿cómo irían a buscarlo en una casa ajena a la propia?

—¿Sucedió algo?— preguntó Ink tratando de averiguar un poco más —¿Por qué lo busca aquí?—

—Estuvimos investigando en su escuela y necesitamos interrogarlo por el asesinato de Henry Comyet, su padre adoptivo. Lo encontraron muerto, flotando en el lago de la ciudad, con evidentes signos de una muerte ocasionada y no como un suicidio.—

—¿Y le dijeron que aquí podía encontrar a esa persona? No, no ha venido aquí en mucho tiempo. Lamento no haber sido de ayuda, señor oficial.— Ink aparentaba mantener la calma, pero en su interior, todo era un mar de preguntas y sentimientos mezclados que no lograba calmar.

—Lamento las molestias. Si llega a saber algo de él o su paradero, por favor, comuníquelo a la estación de policía. Que tenga buenas noches.— Se despidió el policía con un saludo cordial.

—Está bien— dijo Ink antes de cerrar la puerta, para luego apoyarse de espaldas a ella y déjese caer hasta el suelo donde se quedó con la mirada perdida en el suelo de la casa.

Error se levantó del sofá con cuidado y fue a ver que había sucedido con Ink y por qué tardaba tanto, sin embargo, se alarmó al ver a su amigo sentado en el suelo con los brazos apoyados en las rodilla ocultando su rostro entre ellos. Fue tan rápido como pudo hasta él, apoyando sus manos a la paredes, se arrodilló junto a Ink y le preguntó una y otra vez qué le sucedía, pero Ink no parecía querer responder, hasta que Error terminó por enojarse y sacudirlo con fuerza, haciendo que su rostro cubierto de lágrimas quedase al descubierto.

—Ink, ¡mierda! Por favor, dime ¿qué te pasa? Nunca te he visto llorar ¿Y quién tocaba la maldita puerta? ¿Fue esa persona? ¿Te hizo estar así esa persona? Ink, por favor, no soporto verte así, tú... Tú no eres así. —Error comenzaba a desesperarse al no poder obtener respuestas de su sollozante amigo —En serio me estás asustando, maldito idiota. Dime ¿qué sucedió para que estés así de mal?— nuevamente, su desesperada pregunta no tuvo respuesta.

Él mismo estaba entrando en pánico, así que sólo optó por lanzarse a abrazar a su amigo.

Ink correspondió rápidamente, cruzó sus brazos por la espalda de Error y lo apretó con algo de fuerza, como intentando que no se separaran. Susurró pequeñas palabras de disculpas en el odio de su amigo y luego hundió el rostro en su cuello, sollozando en silencio.

Error quedó confundido y aquellas acciones de Ink le dejaron aún más confundido, esas palabras en su oído le habían erizado la piel y para él se sintió bien, algo que nunca había experimentado antes. Pero se sintió tan mal de disfrutar aquello en medio del sufrimiento de su amigo.

Pasó un tiempo para que Ink se calmara con la ayuda de las caricias de Error en su cabello. Cuando se separaron, Ink volteó el rostro avergonzado y cuando intentó cubrirlo con sus manos, Error las tomó y las alejó.

—No sigas evitando mi mirada. No te estoy juzgando, al contrario, quiero comprenderte. Odio ver tu rostro triste. Esta tarde te veías tan diferente sonriendo de esa manera, divirtiéndote a carcajadas sinceras. ¿Acaso crees que voy a juzgarte? Ink... — le tomó de la barbilla con una de sus manos y le obligó a mirarle —Sé que hay cosas que no quieres decirme y está bien, trato de respetar eso, pero esta no es una situación en la que puedas quedarte callado. Estabas bien hasta hace unos minutos y ahora estás hecho un mar de lágrimas, eso da mucho que pensar. Por favor, dime algo...—

Ink limpió sus lágrimas y se armó de valor para comentarle su pérdida.

—Era un policía quien tocaba la puerta, preguntó por mí pero no le dije que era yo... Me comentó que Henry...— No pudo evitar arrugar el rostro de tristeza cuando recordó la noticia—Encontraron su cuerpo flotando en el lago de la ciudad— concluyó su confesión con nuevas lágrimas en los ojos.

El rostro de Error se convirtió en uno de sorpresa total. Se conmovió al ver tal tristeza en su amigo y le invitó a volver al sofá, pero cuando intentaba levantarse, su tobillo lastimado dolió y le hizo volver a caer sobre su amigo. Apenado, se apartó y preguntó si le dolía algo, a lo que Ink respondió que no.

Con su ayuda, Error se levantó del suelo y fueron hasta el sofá. Ink se notaba más calmado y colaboraba con las respuestas que Error quería saber. Incluso confesando de su propia boca los maltratos que había vivido toda su vida, su miedo al abandono y su depresión....

Hi Starlights

El capítulo fue extenso pero me encantó escribirlo. Me apasiona narrar cosas que hay en mi cabeza y ver que les gusta a otras personas. No soy buena haciéndolo, pero puedo mejorar :)  tengan fe en mí y cosas buenas vendrán; puede qe este escrito tenga una adaptación a cómic.

Bye Starlights

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