𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐓𝐖𝐄𝐋𝐕𝐄
𝙡𝙤𝙨 𝙢𝙖𝙩𝙚 𝙖 𝙩𝙤𝙙𝙤𝙨
Llegamos a Tatooine después de unas cuantas horas de viaje. Nos subimos en un carro que nos llevó hasta una especie de ciudad, y allí buscamos a un vendedor.
-Hola, Watto - dijo Ani a una especie rara que no conocía - Deja que te ayude con eso
Dijo, en un idioma que no logré entender muy bien. Anakin cogió a uno de los robots y lo arreglo al segundo. El hombre empezó a hablar con Anakin, hasta que dijo:
-¿Ani? - preguntó el hombre - ¿Eres Ani? ¡Eres el pequeño Ani! - dijo muy feliz - ¡Eres tu! Ja, ja, ja, ¡menudo estirón has pegado!
Yo me reí por ese comentario.
-¡La ordiga! ¡Un jedi! ¡Que te parece! A lo mejor podrías ayudarme con unos morosos que me deben mucha pasta...
-¿Y mi madre? - preguntó Ani -
-Ah, si, este... Ehm...Pues verás, ya no es mía... La vendí
-¿La vendiste? -preguntó Ani alterado-
-Hace muchos años... Lo siento, Ani, pero los negocios son los negocios - respondió Watto - Se la vendí a un granjero de humedad llamado Lars, bueno, al menos creo que era Lars... Y aun que parezca mentira, ¡oí que la libero y que se casó con ella! ¿Has visto cosa igual? ¿Eh?
-¿Sabes donde están ahora? - preguntó Anakin -
-Esta muy lejos de aquí... En algún lugar a otro lado de Mos Eisley, me parece... - dijo Watto -
Al instante, Anakin me miró cuando nombró eso, y yo me estremecí. No quería ni volver a pasar por ahí.
-Querria saberlo - dijo Ani -
-¡Claro! ¡Faltaría más! ¡Echemos un vistazo a mis archivos!
Acompañamos a Watto a dentro de una caseta, y en cuanto nos dijo la dirección, volamos hacia allí lo antes posible. Cuando casi llegamos a la casa, nos encontramos un droide plateado que nos hablo:
-Oh, ¡hola! ¿En qué puedo servirles? Soy C...
-¿3PO? - completo Anakin, parándose en frente del droide con una enorme sonrisa -
-¡Oh! ¡El hacedor! ¡Amo Ani! ¡Sabía que volverías! ¡Lo sabía! - dijo muy emocionado - ¿Quién es ella?
-Hola 3PO, soy...
-Ella es Layra, mi compañera. - completo Ani por mi -
Eso, de una manera u otra, me dolió. Aunque no sabía muy bien porque, ya que era yo la que le había rechazado al pobre varias veces.
-¡Benditos sean mis circuitos, cuanto me alegro de veros!
-He venido a ver a mi madre - dijo Anakin -
-Oh, eh... Quizá sea mejor que vayamos adentro- dijo C3PO -
Seguimos al droide hasta dentro de la casa, donde nos presento a dos chicos:
-Amo Owen, te presento a dos visitantes sumamente importantes - dijo -
-Soy Anakin Skywalker - se presentó firmemente ante el chico -
-Owen Lars - contesto este - Está es mi novia, Beru
-Hola - dijo la chica -
-Yo soy Layra Shilter - dije, y los chicos me hicieron un asentimiento de cabeza -
-Creo que somos hermanastros - le dijo Owen a Ani - Sabía que algún día aparecerías.
-¿Mi madre está aquí? - preguntó Anakin, ignorando lo que había dicho Owen -
-No, no está aquí - dijo un hombre en una silla de ruedas que había aparecido detrás nuestra - Cliegg Lars - se presentó el hombre, estrechando nos la mano - Shmi es mi esposa
Anakin lo miro con confusión y desconfianza, y me pareció que algo de furia.
-Es mejor que entremos - dijo Cliegg - Hay mucho de que hablar.
Nos sentamos en una mesa mientras que Beru traía algo de beber.
-Fue antes de romper el alba - explicó Cliegg - Surgieron de la nada. Una partida de caza de Bandidos Tusken. Tu madre había salido temprano para recoger las setas que crecen en los vaporizadores. Por el rastro, estaba a medio camino cuando la cogieron. Los Tusken andan como hombres, pero son monstruos, viles y salvajes. 30 hombres iniciamos la búsqueda, solo volvimos 4 . Yo habría seguido buscando, pero, tras perder la pierna me siento incapaz de cabalgar hasta que me cure. No quiero darla por perdida, pero ya ha pasado un mes. Es muy difícil que continúe con vida
Anakin asintió y se levantó, dispuesto a irse.
-¿Adonde vas? - le pregunto Owen -
-A buscar a mi madre - le dijo, con algo de desprecio en la voz -
-Tu madre está muerta, hijo, acéptalo - le dijo Cliegg -
Yo miré a Cliegg, y luego a Anakin
-No - dije de repente - No está muerta, tengo un presentimiento. - le dije -
Anakin salió de la casa y se quedó mirando a la nada, como hacía cada vez que le preocupaba algo.
-Tendras que quedarte aquí - me dijo - Son buena gente, estarás a salvo
-Ten cuidado, Anakin - le dije, y me lancé a sus brazos a abrazarle lo más fuerte que pude -
El también se agachó un poco para abrazarme, levantandome con cuidado del suelo y disfrutando cada momento de nuestro abrazo.
-No tardaré - me dijo, para después montarse en una moto e irse bajo mi mirada -
Yo volví a entrar a la casa de los Lars, y me senté en la mesa en la que estaban todos.
-¿Ya se ha ido? - preguntó Cliegg -
-Si, hace unos segundos - dije, a la par que asentía con mi cabeza -
-Tu novio es muy terco - volvió a decir el hombre en silla de ruedas -
Yo me sonrojé al instante y negué.
-No, no. No somos pareja - dije, completamente roja - Solo somos compañeros, padawans del mismo Jedi. No se nos está permitido amar.
-Ah... Está bien, lo siento mucho - dijo sonriente-
Ese día me fui a dormir, muy preocupada por Anakin y casi no concilie el sueño. Y aún menos cuando un pinchazo inundó todos mis sentidos. Un pinchazo sobre algo que había pasado. Algo le había pasado a Anakin.
Al día siguiente me desperté a las 7 de la mañana cuando oí la moto de Anakin llegando a la casa.
Anakin se bajó de la moto, mientras que Owen, su novia y Cliegg también salían a ver qué pasaba. Anakin volvía, pero no venía solo, venía con un cuerpo en brazos, envuelto en una manta. Supuse que era su madre y le mire con tristeza cuando el nos miró a todos con rabia acumulada y se fue al taller sin decir nada. Yo suspiré y me metí de nuevo en la casa, para dejarle solo un tiempo.
Después de un rato en el que Anakin no hablo con nadie, baje al taller en el que estaba con una bandeja de comida.
-Te he traído algo - le dije, pero él no me miró, siguió toqueteando los cachivaches de la mesa - ¿Tienes hambre?
-Se le ha roto el cambio - dijo el, mirándome con una mirada totalmente triste - La vida parece más sencilla cuando arreglas objetos
Deje la bandeja en otra mesa, mientras que Ani decía:
-Soy bueno arreglando cosas. Siempre lo he sido. Pero no he podido... - me volvió a mirar, con una mezcla de rabia y tristeza que hizo que me estremeciera - ¿Porque ha tenido que morir? ¿Porque no he podido salvarla? Sé que habría sido capaz - se giró y ando hacia el lado contrario, dándome la espalda -
-A veces hay cosas que nadie puede arreglar - dije yo, mirándolo - No eres todopoderoso, Ani.
-Pues tendría que serlo - dijo, con mucha rabia acumulada - Algún día lo seré. Me convertiré en el jedi más poderoso que haya existido. Eso te lo prometo - dijo ahora, girándose hacia mi - ¡Y aprenderé a evitar que las personas mueran!
Yo estaba impresionada por lo que estaba diciendo, y hasta un poco asustada - Anakin...
-¡Toda la culpa es de Obi Wan! ¡Tiene celos! - gritó enfadadísimo - ¡No me deja avanzar!
Tiro algo con fuerza contra la pared, y yo di un pequeño paso para atrás. No me gustaba para nada que hablara así de nuestro maestro, y me daban algo de miedo sus problemas de ira.
-Anakin, sabes que eso no es verdad...- pare cuando oí un pequeño sollozo de su parte, y me sorprendí - ¿Que te pasa, Ani?
-Los... Los maté - dijo, y mi corazón dio un vuelco - Si... A todos. Están muertos. Todos están muertos.
De la nada, se giró hacia mí con lágrimas en las mejillas, pero con una sonrisa orgullosa y poderosa que me hizo querer salir corriendo.
-Y no solo a los hombres. También las mujeres, al igual que los niños - dijo, acercándose a mí, pero me negué a retroceder - ¡Son como animales! ¡Y los he aniquilado como animales! ¡Y los odio! - grito con fuerza, a la vez que lloraba -
Anakin se apoyo en la pared y se resbaló por esta hasta que cayó al suelo llorando y encogido. Yo me senté a su lado, y acaricie su brazo.
-Enfurecerse es humano - le dije, mientras el me miraba atentamente -
-Soy un jedi - dijo, negando con la cabeza - Se que estoy por encima de esto.
De la nada, empezó a llorar con más intensidad, asi que me acerque a él y pase la mano por su pelo repetidas veces, intentando tranquilizarlo. Le abrace después de un rato intentando reconfortarle que no sirvió para nada. Anakin enterró su cuello en mi clavícula y yo le abrace con toda la fuerza que pude.