VICTORIA
Asier y papá se fueron esta mañana, con al menos dos hombres de confianza, que son parte de la familia. Mamá está preocupada, pero prefiere ocultarlo y ocupar sus pensamientos en lo que está sucediendo conmigo. Eso explica el motivo por el que en estos momentos está en frente de mí enumerando por décima vez el sueño que tuve.
—Entonces, te dijo que ocurriría una explosión.
—Sí, Danella, es lo que dijo —dice la abuela, apartándola del frente—. Ahora, lo que me preocupa es que te veo demasiado tranquila por lo sucedido. Tu padre no dejó de gritar sobre lo preocupado que estaba por su niña, pero no veo que te esté afectando.
—Claro que lo hace, mamá Purple, pero entonces... Recordé que la primera vez, dijo lo que sucedería y era una parte de la profecía de los Sagrados.
—Sí, los que están extintos —dice mamá.
—Y de los que nuestras matriarcas formaron parte —asevera la abuela con tranquilidad—. Quieres ir con mi hermana, ¿no es así?
Mi respuesta es afirmativa. La hermana mayor de la abuela, es aquella bruja que me ayudó a bloquear a esa mujer de mi cabeza, pero hay diversos motivos por los que quiero ir con ella: a) La protección no esté funcionando ahora; b) Ella sabe de la profecía.
—Bien, le pediremos que bloquee todo tipo de conexión con esa mujer... —Comienza mi madre, pero la detengo.
—No. —Su mirada es severa— Mamá, yo quiero permitirle entrar en mi cabeza, pero necesito entender cómo lo hace y también otras cosas.
—¿Cómo qué?
—Una profecía que quemaron, por ejemplo.
—No quiero faltar el respeto a ninguna mujer de esta familia, pero sabemos que tía Nadjela no ha estado atravesando por sus mejores años, y con eso me refiero a que no considero que esté bien mentalmente. ¡No recuerda a sus propios hijos!
—Pero sí su poder, mamá, toda la familia ha ido con ella en busca de protección y guía.
Mi madre observa a la abuela en busca de apoyo, pero la abuela ya parece haber tomado su decisión.
—Iremos con Nadjela.
Mamá no puede replicar, aún asumiendo ella como matriarca, la abuela sigue teniendo más autoridad. Sucederá lo mismo cuando yo deba asumir mi posición.
Nos toma al menos 3 días de viaje llegar al hogar de la tía Nadejla, es la única miembro de la familia que vive tan separada de la casa central del clan familiar. La abuela la obligó a vivir en un lugar más apartado, por lo que su hogar está casi en el límite del bloque Norte, hacia los grandes cerros. Es una casa modesta, a diferencia de la casa central, no está pintada de color morado.
La abuela frunce el ceño cuando la carroza se detiene y cuando nuestro acompañante dice que es seguro bajar, ella lo hace, pero con desconfianza. Al bajar una cálida brisa golpea mi rostro, el sol está en su punto más alto y el lugar es un poco árido para mi gusto, pero no es un desierto, al menos. Llegamos a la puerta de la pequeña casa y enseguida somos recibidos por los hijos de tía Nadjela, a quienes saludo con amabilidad. Nos llevan hasta su habitación, no hay cuadros en sus paredes, su casa está más vacía de como yo la recordaba.
Al entrar a su habitación, la primera imagen que veo es de una mujer preciosa, muy similar a mi abuela, pero su mirada es más suave, más amigable. Lleva colgantes y un vestido blanco muy hermoso, la hacen lucir pacífica. Sus facciones son un poco más marcadas que las de mi abuela, sus labios más gruesos y ojos más grandes. Parece un poco sorprendida de vernos.
—¿Cuál es la noticia de esta grata sorpresa? —inquiere con un tono suave—. Creí que las hijas Purple del Sur no vendrían hasta en un mes más. Pueden esperar, papá debe estar en una reunión. ¿Quieren servirse algo?
—Mamá, ella es tu hermana, ¿la recuerdas? Conversamos que vendría.
—Pero mi hermana tiene apenas doce años. —Se ríe ella—. Siéntense, por favor.
La abuela no parece afectada, está acostumbrada a lidiar con esto, ya que suele venir más seguido que los demás, pero yo me siento descolocada. Tomamos asiento donde ella nos indica y se sienta frente a nosotras. Todos los demás salen de la habitación.
—¿Ha sido un viaje muy agotador? —inquiere.
—Sí, lo ha sido, Nadje —responde la abuela y alarga su mano hacia la de su hermana, quien la toma con una sonrisa dulce—. ¿Cómo te has sentido?
—Bien, estos extraños jóvenes visitan la casa todos los días, pero está bien, son agradables. Papá se ha tomado un tiempo encerrado en sus reuniones, pero todos sabemos cómo es.
—¿Está en su oficina?
—Ahí está, no quiero molestarlo.
—Está bien. —Suspira la abuela, como si ya hubiese rendido con la situación—. No he venido por él, de todas formas.
Me hace una seña con los ojos y entiendo enseguida que debo mostrarle mi collar a su hermana, es lo que hago. Ella lo observa por unos segundos, con curiosidad, hasta que el entendimiento parece llegar a ella y entrecierra sus ojos como consecuencia. Suelta la mano de mi abuela para tomarlo con ambas manos, lo analiza de cerca unos segundos, luego cierra los ojos.
—Está cargado de energía, puedo sentirlo. —Suspira— ¿Es un collar de protección? Oh, la energía es muy poderosa, puedo visualizarla. Es algo... confusa, hay fuego y... calaveras.
De la nada suelta una carcajada que me sobresalta.
—¿Qué es lo gracioso? —pregunta la abuela.
—Recordé algo divertido. Mi pequeña hermana solía tener estas pesadillas, hasta que yo le di un amuleto de protección, me dijeron que no resultaría, que yo no tenía el poder de nuestra madre, pero claro que funcionó. ¡Ahora veo que me copian!
—¿Puedes ver algo más?
—Sólo fuego y calaveras, pero ese no es el mensaje, no. Sólo es su energía, puedo sentirlo, está realmente cargado.
—Nadjela, escucha esto, la niña junto a mí tiene pesadillas, tal como las tiene tu hermana, pero son más intensas, ¿comprendes? Comenzaron cuando era una niña, entonces una mujer muy inteligente nos dijo que tenía una conexión, ¿crees en eso?
La abuela sólo la está poniendo a prueba, porque ella misma fue la que afirmó eso hace unos años atrás. Nadjela asiente con lentitud, luego su mirada se posa en mí.
—¿Qué edad tienes?
—Veintitrés años.
—Mmm. ¿Las pesadillas son frecuentes?
—Se detuvo con el collar, pero hace poco ha vuelto a ocurrir, esta persona me muestra situaciones que luego suceden o sucedieron en el pasado.
—No sobrevivió ninguna mujer u hombre con el poder originario de los Sagrados —murmura volviendo a levantar el collar frente a su rostro—, pero sí sobrevivieron los que ocupan esa energía oscura a su favor. Podría ser alguno de ellos, pero la única lógica para mí, es que exista algún tipo de conexión. Mi generación no aprendió el poder natural, eso quiere decir que yo no podría entrar en tu mente aunque quisiera. Mi madre lo hacía, pero yo no puedo, sucede lo mismo con ellos. Tal vez hay alguna conexión sanguínea o un pacto. Dime, cielo, ¿Hiciste algún pacto de sangre?
Niego con la cabeza, desconcertada. Eso jamás me lo preguntó cuando era pequeña.
—Sí, la magia oscura es compleja, pero no podemos acceder al poder de la luz, por lo tanto, no controlamos mentes aquí —dice, riéndose un poco—. Si no hiciste un pacto de sangre entonces hay alguna conexión. ¿Has visto su rostro?
—No, jamás me ha dejado verla.
—¿Qué fue lo último que te mostró?
—Una explosión, me mostró una explosión.
Entonces su mirada pasa del colgante hacia mí y se mantiene fija, expectante. Me remuevo un poco incómoda.
—¿Quieres dejarla entrar?
—Quiero hacer preguntas, no quiero que me controle, sólo quiero hacer preguntas.
—Tienes que saber controlar tu mente para eso. de lo contrario es peligroso. Es energía oscura, la carga es demasiada, no llegaría a controlarte, pero podría hacerte sufrir a través de imágenes.
—¿Cómo lo hace? —murmuro.
—Bueno, algunos pudimos desarrollar esa habilidad porque se nos regaló desde el nacimiento, pero perder nuestros textos sagrados dificultó el aprendizaje. Es un arma de doble filo.
—Quiero que me enseñes.
—Bajo mi supervisión —interviene mamá Purple—. Nadjela, sé honesta, ¿qué es lo que ves?
La sonrisa de Nadjela titubea.
—Es un alma que no debería estar en nuestro espacio terrenal, está atormentada, pero su mensaje es una directriz. Su alma está cargada de energía espesa, grumosa... Puede ser dañina, pero sólo ocurrirá si la dejas entrar a tu mente y no sabes controlarla. Pero hay más, no es sólo ella... Es demasiada carga, parecería una conexión ancestral; Pero eso lo descubriremos, no te preocupes por eso ahora. Por otra parte, quiero que me digas si hubo una explosión.
—Nadjela, atacaron a la reina.
Su mirada se ensombrece.
—¿En qué mes estamos?
—El mes de la celebración.
Comienza a murmurar algo que no llego a entender, lo repite una y otra vez. Entonces, Nadjela toma mi mano y me obliga a tomar el collar nuevamente, es brusca al hacerlo. Apenas mis dedos entran en contacto con la gema, todo se vuelve oscuro, pero entonces, veo a una niña jugando frente a mí, su cabello rizado se mueve con la brisa y parece que va saltando charcos de agua. La niña continúa jugando, mi respiración se comienza a agitar. ¿Qué está pasando? La niña continúa saltando, canta una canción, no logro entender lo que dice. Entonces, el fondo oscuro se convierte en el borde de un barranco.
—¡Aléjate de ahí! —no puedo evitar gritar—. ¡Niña!
Ella me ignora, sigue cantando y saltando, cada vez más cerca, cegada ante lo que está frente a ella.
—¡Niña! ¡Muévete de allí!
Intento llegar a ella, pero da un último salto. La niña cae por el barranco.
—¡NO! —siento mi garganta doler.
Una voz grita a lo lejos y siento como mi cuerpo se sacude de un lado a otro. Comienzo a gritar repetidas veces sin poder controlar lo que me sucede, me siento ahogada, siento que ahora soy yo la que cae por el acantilado.
—¡DETENTE! —escucho a alguien gritar, a lo lejos—. ¡NADJELA!
Entonces se detiene.
Sostengo mi cabeza y parpadeo varias veces. Las paredes de la casa vuelven a estar en mi campo de visión y frente a mí está la abuela, quien sostiene mi mentón con el ceño fruncido.
—¿Qué fue eso? —digo, mi voz se rompe.
—Vamos a liberar esa energía.
—Pero la niña...
—No sólo esa mujer ha intentado establecer una conexión contigo, hay más de una energía allí. Ahora, debes aprender a controlar tu mente.
—¿Cómo pude verlo? —susurro.
Siento que las lágrimas siguen cayendo por mi rostro. La abuela las seca y por primera vez la veo insegura de lo que sucede.
—Yo lo liberé. —Sonríe un poco y se levanta del asiento—. Entonces, tenemos todo el día.
—¿Funcionará? —pregunta la abuela.
—Si no lo hace, se tendrá que quedar conmigo. Estoy siendo positiva, ella tiene el poder, pero está asustada. Cuando ella deje de temer, entonces podrá usarlo como se debe.
Vuelve a poner el colgante alrededor de mi cuello con delicadeza. Mamá Purple la observa con cierta distancia.
—¿Estás segura de esto, Victoria? —inquiere.
Es su forma de decirme que es mi última oportunidad de retractarme de mi propia idea y una parte de mí quiere hacerlo. Nadjela interviene antes, sin embargo, una intervención que sólo ella podría hacer causando tanta confusión como consecuencia:
—Está bien, hermana. Yo jamás dañaría a una de tus descendientes, si supiera que esto le hiciera daño, entonces no accedería a ayudar —dice, sosteniendo uno de mis brazos y obligándome a levantarme—. Ahora, descubriremos que sucede con esos mensajes que te quieren entregar.
»Primera lección: Sólo una buena oyente de la naturaleza podría oír el aleteo de los cuervos sobre la copa de los árboles y el rugido del lobo en la lejanía.
—Tarde o temprano recuerdas, Nadjela.
—Victoria, visualiza ese bosque.
No entiendo a qué se refiere hasta que me hace cerrar los ojos.
—Conéctate con la naturaleza, con tu entorno —dice en voz baja—. Cierra los ojos, concéntrate en tu respiración y en los latidos de tu corazón. ¿Qué ves?
Intento visualizar algo, pero no puedo imaginar nada. Se lo hago saber, ella sólo se ríe un poco. Me enfoco en lo que ella mencionó, pero nada sucede. Siento una presencia a mi alrededor, como si alguien caminara en círculos, en torno a mí.
—Ella está aquí.
—¿Quién? —pregunto.
—La niña. Deja que te guíe.
Poco a poco puedo comenzar a verla, otra vez me lleva a un bosque. Su cabello rizado desordenado y su vestido sucio. Corre entre los árboles, canta y baila. Ya no es de día, es de noche. Al llegar a un puente lo cruza, atraviesa una muralla hecha por las ramas de los árboles. Los cuervos vuelan por sobre su cabeza, y al final, hay una mujer sentada dándole la espalda. Entonces, la niña se sienta junto a ella, como si nada. La mujer acaricia su cabeza.
—¿Te perdiste en el camino, Victoria?
La niña y la mujer se voltean a mí. Son similares. Sus cuadros están colgados en los pasillos de nuestro hogar. Es mi bisabuela, con su hija menor. Ambas fueron asesinadas porque eran poderosas, eran Sagradas. Lo recuerdo, mamá Purple lo comentó muchas veces. La corona temía del poder de la matriarca más poderosa de los siete linajes, y decidieron cortar su poder de raíz.
—Estás tomando el camino correcto, pero me temo que debes ser veloz. Es momento de que dejes que tus ancestros te guíen.
—¿Cómo?
—Asegúrate de que esas escrituras lleguen a ti, necesitas tener la historia completa, la profecía completa y entenderás lo que sucederá a continuación.
—¿Entonces esto está ocurriendo?
—Rescata a los que merecen ser salvados.
—Todos merecen ser salvados.
—Sólo las almas puras deben vivir. Aquellos que viven en la oscuridad, los condenarán a todos otra vez. —Me observa con cierta ternura y se levanta, aún acariciando a la pequeña—. Sabía que tú serías poderosa. Ahora, Victoria, debes asumir tu rol en la familia. Te guiaremos cuando lo necesites.
—¿O sea que está ocurriendo? ¿Empezó?
—Esto empezó desde hace muchos años. Y es momento de que el linaje Purple se posicione otra vez, siendo fiel a sus principios. ¿Recuerdas el principio número doce que rige a la familia Purple?
—No salvaré sólo a mi familia. Hay personas inocentes que viven en la oscuridad sin siquiera saberlo.
—Entonces, Victoria, estarás cometiendo un grave error.
—¿Por qué?
—Las almas malditas, oscuras, no pueden salvarse. No serán tus aliados. Ellos sólo conocen un principio —Extiende su mano hacia mí—: La venganza. No les importa a quienes se llevan en el camino.
—¿A qué se refiere?
—A que alguien estará en tu camino y será una prueba muy grande de esto. Temo que tu buen corazón pueda nublar tu juicio.
—Soy sensata.
—Pero esta persona te va a nublar completamente, si tu le permites hacerlo. Sólo podrás enfrentarla si tienes la profecía.
Me mantengo en silencio, uno que ella interpreta como duda.
—Porque así comprenderás el motivo por el cual hay almas que no pueden ser rescatadas.
—¿No puede usted ayudarme?
—Todos los que poseemos el poder ancestral hicimos un pacto de sangre, que se lleva hasta la muerte. No hablamos de la profecía, sólo guiamos su camino.
—Necesitaré su guía.
—Nunca abandonamos a la familia. Ahora, debes hacer lo que ya se escribió, encuentra esa profecía. Salva a las almas puras.
De un segundo a otro, su rostro se comienza a deformar y sus palabras se convierten en gritos, la niña en cuervos. Siento que algo tira de mí y lo único que puedo hacer es gritar.