Hold Me

By SophieLenom

139K 14.7K 5.3K

-TERMINADA- Secuela de "Choose Me" Es necesario leer el primer libro antes de este, si quieres leerlo lo en... More

Sinopsis
Capitulo 1 ~ No olvides mi nombre
Capitulo 2 ~ El oso azul
Capitulo 3 ~ Tipos de amor
Capitulo 4 ~ Un secreto
Capitulo 5 ~ Mi familia
Capitulo 6 ~ T.G.B.
Capitulo 7 ~ Juntos
Capitulo 8 ~ Indefenso
Capitulo 9 ~ Silencio
Capitulo 10 ~ "Homenajeamiento"
Capitulo 11 ~ Más de mil razones
Capitulo 12 ~ El último beso
Capitulo 13 ~ Solo con ella.
Capítulo 14 ~ Inolvidable
Capitulo 15 ~ Negociemos
Capitulo 16 ~ Solo amigos
Capítulo 17 ~ Macarrones
Capitulo 18 ~ ¿Qué cambiará?
Capitulo 19 ~ Una mujer...
Capítulo 20 ~ Todo de ti...
Capitulo 21 ~ Nuestra burbuja
Capítulo 22 ~ Una vez más.
Capitulo 23 ~ Lo que somos.
Capitulo 24 ~ ¿Por qué no solo... ser felices?
Capitulo 25 ~ Ojitos aceituna
Capitulo 26 ~ Siempre commigo.
Capitulo 27 ~ La diferencia
Capitulo 28 ~ Te sostengo.
Capitulo 29 ~ Hasta el final de nuestros dias.
Capitulo 30 ~ Pepita
Capitulo 31 ~ Salvarnos
Capitulo 32 ~ Perfección
Capitulo 33 ~ Rosas y vino
Capítulo 34 ~ Mi error más grande
Capitulo 35 ~ Amor de mi vida
Capitulo 36 ~Mi sueño hecho realidad
Capitulo 37 ~ Un gran paso.
Capítulo 38 ~ El país de los recuerdos
Capitulo 39 ~ A un segundo
Capitulo 40 ~ Respira
Capítulo 42 ~ Una uva.
Capítulo 43 ~ Flores y brillos
Capítulo 44 ~ Eternidad
Capitulo 45 ~ Agridulce
Capitulo 46 ~ El último intento
Capítulo 47 ~ Sus ojos
Capítulo 48 ~ Rendirse
Capítulo 49 ~ Dos pasos
Capítulo 50 ~ Invencible
Epílogo

Capítulo 41 ~ Moriremos felices.

2.1K 225 123
By SophieLenom

~MESES ATRÁS ~

- ¡Volviste! - Corro como niña pequeña hacia él, que me saluda con gusto.

- Me encanta regresar de trabajar y verte aquí. - Me da un corto beso mientras me abraza de la cadera. - ¿Qué hiciste hoy?.

Nueva York resultó ser más encantadora de lo que pensé y me pasé la mayoría del día vagando por ahí.

- Tomé una clase de yoga con un profesor que olía exageradamente a aceite de coco. - Le hablo sin soltar su abrazo.

- Información súper útil, - Dice con sarcasmo frunciendo el ceño - pero, ¿te sirvió de algo?.

- Sip, ahora estoy en otra sintonía, tienes que verme haciendo el saludo al sol, soy toda una profesional. - Le presumo, él sonríe.

- Si es una pose sexual...

- Podría serlo. - Frunzo los hombros, él sonríe.

- ¿Quieres pastel? - Pregunta separando nuestro abrazo para buscar algo en su portafolio negro de cuero.

- ¿Pastel?, ¿tienes pastel en tu portafolio?.

- Tengo todo en mi portafolio. - Saca una cajita mediana de color celeste. - Hoy uno de los pasantes me lo obsequió como agradecimiento por un favor que le hice hace unos días. Pensaba dárselos a alguien más por allí pero, vi que eran de chocolate y sé que es tu favorito, entonces pensé: "¿Por qué no llevárselos a mi querida futura esposa?". Y así es como terminaron en mi portafolio. - Explica haciendo gestos graciosos.

Amo la complicidad que de nuevo se ha formado entre nosotros, amo sentirme yo misma cada segundo mientras estoy a su lado.

- Pues si, se me antoja, gracias cariño. - Tomo la cajita en mis manos y le doy un corto beso.

- Bien, ¿qué quieres hacer hoy? - Pregunta mientras caminamos hacia la habitación, apenas empieza a anochecer.

- Podemos ver una película, o cocinar la cena juntos, ¿qué te parece?. - Propongo sentándome sobre la cama, él en cambio va al vestidor.

- Lo qué tú quieras.

Sonrío victoriosa mientras abro la pequeña caja, encontrándome con cuatro perfectas rebanadas de pastel de chocolate, no dudo un segundo en meter una de estas a mi boca.

- Wow... - Musito con la boca llena de pastel. - Está realmente bueno.

Soy fan del chocolate desde que tengo memoria, de hecho, es el primer sabor que siempre escogeré si me dan opciones, en donde sea y como sea.

- ¿Qué cosa?, ¿mi trasero? - Pregunta desde el vestidor apenas asomando la cabeza con un gesto coqueto, yo me rio mientras meto otro bocado de pastel a mi boca.

No muy buena combinación, casi aspiré el pastel.

- Ujum... Ese también. - Respondo de nuevo con la boca llena.

Él sale segundos después con solo un short de pijama encima.

- ¿Sabes que es de mala educación hablar con la boca llena? - Se sienta en la cama junto a mi.

- No me importa. - Frunzo los hombros y después de tragar le doy otro bocado al pastel.

- Tranquila señorita, el pastel no irá a ningún sitio.

- No había comido nada esperándote y está muy bueno. ¿Quieres? - Le ofrezco una rebanada que recibe a regañadientes, él, por el contrario, no es muy fan del chocolate.

Thomas escogería algo así súper básico como vainilla como primera opción de sabor. Y si, lo sé, el chocolate es básico, pero, es más interesante.

Le da una mordida y después de saborearlo un poco asiente satisfecho mientras le da una segunda mordida.

- Tienes razón. - Habla ahora él con la boca llena.

- ¿Lo ves?ñ

Sonrío dándome cuenta de las cosas que hacemos cuando no están los niños: Comer pastel de chocolate en la cama, sin modales.

- Si nos vieran nuestros hijos ahora mismo... Qué desastre. - Admito mientras tomo otra rebanada y le doy una mordida.

- Definitivamente nunca nos verán haciendo estas cosas. - Dice comiéndose el último trozo en su mano.

- Los extraño... un montón.

- Lo sé, yo también, no ha sido fácil estas semanas aquí. - Toma la última rebanada de la caja.

-  Aún así, creo que está bien a veces solo... alejarse de todo. - Digo muy segura de mis palabras.

- Mucho mejor si es contigo.

Dejo un corto beso con sabor de chocolate en sus labios con una sonrisa en el rostro como respuesta.

- ¡Vamos! - Me pongo de pie de un brinco - ¿Qué vamos a hacer hoy?. ¿Pasta? Para variar... - Bromeo, pues es lo que siempre hacemos. Es más simple.

Thomas termina de comer su rebanada de pastel.

- Y si en lugar de eso vamos al jacuzzi... ¡juntos!

- Tentador, pero no. Llevo muchas horas sin una comida decente y si no como ahora mismo me pondré de mal humor.

- Nunca te pones de mal humor por eso...

- Es qué siempre estoy comiendo Thomas.

Él se queda pensativo unos segundos, luego asiente.

- Tienes razón, entonces, vamos. - Se pone de pie de la misma forma y caminamos hacia la cocina que no es tan grande como podría serlo en un departamento así.

Esta vez, Thomas no eligió un departamento enorme como suele hacerlo. Es bastante cómodo, tiene dos habitaciones y buena vista.

- Podemos hacer... ¿paella?. - Propongo mientras abro el refrigerador diciendo lo que primero llega a mi cabeza.

Apenas he comido paella tal vez dos o tres veces en toda mi vida. Una de ellas fue cuando una de las amigas españolas de mi abuela fue a visitarla y nos enseñó cómo hacerla. Aunque estuve más concentrada en su acento que en la misma receta así que no recuerdo nada.

- ¿Sabes como hacer una paella? - Pregunta un tanto sorprendido.

- Emmm, no. - Admito ahora con ganas de aprender a hacerla. - Extraño a Greta. - Hago un puchero de frustración.

Él se acerca y me abraza por la espalda.

- Déjame decirte querida mía que yo tengo una gran cocinera trabajando para mi y tú me convenciste de decirle que se fuera esta semana. - Dice en mi oído mientras pasa sus manos bajo mi camisa y desliza sus yemas con delicadeza por mi abdomen.

- Pues, "querido mío", no quería que la pobre nos viera o escuchase tener sexo. ¿O tú sí?.

Reprime una carcajada, yo paso mis manos por detrás de mi hasta enredar mis dedos en su cabello.

- Buen punto. ¿Ordenamos algo?.

- Ordenamos algo. - Confirmo dándome la vuelta para verle la cara, él se pone cómodo dejando sus manos en mi nalga derecha.

- ¿Pizza?. - Propone.

- O... una súper hamburguesa con queso extra y papitas fritas. Y helado de postre, helado de chocolate y chispas. - Mi boca se hace agua mencionándolo.

- Sonaste igual a Amelia.

- Es que hoy iba en el auto por alguna calle que no conozco, y había un letrero con una hamburguesa gigantesca, por alguna razón no ha salido de mi cabeza. Es como si me llamase, ¿lo entiendes?.

Imagino ese momento una vez más, después de salir de una clase de yoga donde se habló de los hábitos saludables, una hamburguesa del tamaño de un auto se me cruza en la calle.

- ¿Y el helado?.

- Tengo hambre, ya te lo dije. No me juzgues.

- No te juzgo... te admiro.

Le dirijo una sonrisa que interrumpe con tierno un beso.

- Le diré a cualquier guardaespaldas que esté en la puerta que haga la orden. No tardo. - Indica antes de dejar otro beso fugaz en mis labios y sale del lugar.

Me siento la mujer más feliz y afortunada del mundo.

Voy a la habitación y enciendo el televisor mientras me lanzo en la cama.

Le doy un recorrido VIP al catálogo de Netflix sin éxito.

- ¿Por qué te escondes?. - Thomas entra a la habitación haciendo un puchero y se lanza junto a mi.

- ¿Vemos una peli? - Propongo mientras entrelazamos nuestras piernas.

- Vale. Tu hamburguesa gigante no tarda en llegar. 

Levanto la cabeza para mostrarle una gran sonrisa victoriosa, él me abraza recostando mi cabeza en su pecho, yo dejo mis dedos en su cabello.

De todas las cosas que se pueden hacer en Nueva York, está es mi favorita.

Poco después vemos una rara película sobre una familia falsa traficando en una van, mientras terminamos de cenar sobre la cama.

- Oye,  ¿te vas a comer esas papitas? - Señalo un par papas fritas que se ha dejado en el plato.

Ni siquiera las quiero, solo no quiero que se queden ahí.

Él se queda mirando la pantalla del televisor con fascinación, luego me mira a mi y sonríe.

- Elle... Me siento extraño. - Suelta una carcajada que me contagia.

Miro el televisor un par de segundos, los colores se ven más brillantes que nunca, y se distorsionan un poco, eso causa un cosquilleo en mi panza, hace que quiera reír de nuevo.

- Yo también. - Me dejo caer hacia atrás sobre el colchón mirando la lámpara en el techo, es hipnotizante. - Es como sol... - La señalo y me doy cuenta lo curioso que es cubrirlo con mis dedos.

Ese extraño cosquilleo se extiende por mi cuerpo haciéndome sentir de hecho más liviana, como si estuviese flotando en una nube.

- ¿Y si había veneno en la hamburguesa? - Escucho su voz de fondo, pero yo no quiero responderle, me concentro en la luz pasando a través de mis dedos. - ¡Como a las ratas! - Suelta una carcajada que hace eco en mi cabeza.

- ¿Qué nos pasa?. - Pregunto sin querer mover mi vista de la lámpara.

- ¿Como interpretarías tú la frase "pastelitos mágicos" seguido de un guiño?. - Pregunta

- Creo que estamos drogados... No. Suuuuper drogados. Eres un tonto. - Lo regaño con el índice, él hace una mueca.

- Pensaba que decía que estaban mágicamente deliciosos, como las abuelas, no que tenían drogas. ¿Alguna vez has estado drogada?.

- Claro, tengo un cultivo de coca en el jardín. La trafico los viernes y la consumo los domingos con mis amigos del barrio. - Suelto con sarcasmo.

Él suelta una carcajada y me mira fijamente. Sus ojos son muy azules, tanto como dos M&M's.

- Yo tampoco. Es nuestra primera vez.

- ¿Y si nos morimos?. - Le cuestiono, aunque no me preocupa ahora realmente.

- Moriremos felices. - Toma mi mano como si fuese una propuesta inocente, rutinal.

- Voy al baño, si mueres, me avisas, ¿vale?.

- Vale...

Thomas sale de la habitación dejándome sola, sola con la luz.

El televisor suena de fondo como si estuviese muy lejos, lejos de aquí. Pero, puedo verlo, está frente a mi y es muy bonito, es el arcoíris.

Un fuerte ruido me sobresalta, lo conozco, ¿de donde lo conozco?.

- ¡El celular! - Me levanto de golpe y paseo mis manos por las sábanas que están tan suaves como nubes de algodón. - ¿Donde estás?, no te escondas.

Termino tirando las almohadas al suelo pero el celular no está.

¡Sigue sonado!

SUENA EN TODAS PARTES.

Finalmente lo veo sobre la mesa de noche y lo pongo en mi oreja.

- Hola. Habla Eleanor, se pronuncia Elenor, como si no tuviera una "a", pero mis amigos me dicen Ellie, que se pronuncia Eli, y mi prometido me llama Elle, que se pronuncia El. ¿En qué puedo ayudarte?.

- Ayúdame Elle... - Thomas solloza en el celular. - ¡No encuentro la salida!, estoy perdido, ¡ayúdame!.

- ¡Mi amor!... Ay espera, te expliqué como sé pronuncia mi nombre, pronunciándolo. - Me rio mientras él sigue llorando en el celular. - ¿Traerás la cena?.

- Elle, ven por mi por favor, ¡moriré de hambre!. No quiero comer jabón.

Un ruido extraño del baño llama mi atención. ¿Hay una gallina?.

- Vale cariño, buena suerte. Te amo. - Dejo el celular y camino hacia la puerta del baño.

Se escuchan ruidos raros, como las gallinas.

¿De donde vienen las gallinas?.

De los huevos.

Pero, ¿quien puso el huevo de la primera gallina?.

¡Las gallinas son alíens!

Escucho ese ruido de nuevo y esta vez salgo corriendo de la habitación, no quiero que me haga daño.

Me dejo caer en el sillón del salón y mi cabeza se llena de preguntas.

¿El color naranja se llama naranja por la naranja o la naranja se llama naranja porque es naranja?

¿Adónde se va la luz cuando se va?

¿Donde está la mitad del Medio Oriente?

Si nosotros contamos ovejas para dormir, ¿qué cuentan los ovejas?.

Siento que me explotará la cabeza.

- ¡Señor Hunt! - Un grito me aturde.

¿Me explotó la cabeza?

Pongo mis manos allí.

No, ahí está.

- ¿Se encuentra bien señorita? - Uno de los dos guardaespaldas que ahora están adentro me habla.

- No, la verdad no. O bueno, si. No lo sé.

Él me mira confundido.

- El señor Hunt llamó diciendo que está perdido, ¿sabe dónde está?.

Niego con la cabeza, luego aparece el otro guardaespaldas con Thomas.

- Creo que el señor Hunt está ebrio. - El hombre calvo le habla al que tiene cabello rubio. Thomas se sienta junto a mi y sonríe.

- Eres muy bonita.

- Gracias. Tú también. - Mis mejillas se sonrojan.

- Oigan, aquí. - El hombre calvo ahora está frente a nosotros moviendo su mano. Baila muy mal. - ¿Están ebrios?. ¿Alguien les hizo esto?.

- Estamos súper drogados porque nos comimos un pastel encantado. Uwuuu - Finjo misterio, a él no él parece gracioso pero Thomas ríe cubriendo su boca con sus manos.

- ¿En serio? - El rubio nos mira incrédulo.

- Si, estamos súper drogados Kowalski. - Confirma Thomas con su voz más grave.

- No puede ser... - El calvo se queja.

- No te preocupes, tú puedes ser Skipper. - Le tranquilizo, él no parece feliz. - ¿O Rico?

- ¿Tu naciste calvo o tienes cáncer? - Pregunta Thomas.

- ¿Tienes cáncer?, ohhh no, pobrecito tú. - Lo miro con lastima, luce muy serio para morir.

A él rubio le parece gracioso, eso es grosero.

- ¿Qué vamos a hacer con ellos? - Pregunta.

- Quédate a cuidarlos. - Le dice el calvo.

- ¿Por qué yo?. Hazlo tú. - Se queja el rubio.

- Oye, siempre es igual. Ellos son tu responsabilidad también, hazte cargo.

- ¡Yo trabajo 12 horas Jordan!, y me encuentro con esto, con que son mi responsabilidad también, pues créeme, ¡lo sé!, ¡Es de ambos!.

- ¿Cuál es tu problema conmigo?.

- No, no eres tú realmente. Soy yo.

- ¿De qué hablas?

Me aburro.

Miro a Thomas que está contando los dedos en su mano.

- Oye, ¿nos vamos?.

Él asiente sin decir nada más y mientras ellos discuten, no escabullimos y salimos a correr fuera del departamento.

Tomo la mano de Thomas mientras corremos por el largo pasillo mientras somos seguidos por Tom y Jerry.

Es un subidón de adrenalina con el que podría correr por las paredes.

- ¿Adónde vamos? - Pregunta sin parar de correr.

- ¡No sé! - Le respondo mientras mis piernas se mueven a toda velocidad.

- ¡Okey!

No pudimos correr mucho porque al llegar al ascensor nos atraparon Mario y Luigi y nos encerraron en el departamento.

De nuevo estamos Thomas y yo en el sillón, solos.

- Eleanor... - Se detiene a mirarme

- ¿Jum?

- ¿Y si tenemos sexo en la terraza?.

- ¿Ya?.

- Si.

- Okey. - Me pongo de pie y le ofrezco la mano.

Ahora caminamos a la terraza también tomados de las mano.

Nos detenemos en la puerta a la terraza, él se acerca para besarme pero justo antes de que nuestros labios se junten se cae.

¡Se cae!

Y me lleva con él.

Ambos reímos en el suelo, luego se detiene y fija sus ojos azules en mi.

- ¿Sabes que incluso súper drogado sé que te amo?.

Esta es mi manera de compensarlos por las lloradas de los capítulos anteriores y por las que se vienen. (Se vienen muchas.)

Es que no sé qué preguntarles hoy, con esto, pero, a ver...

¿Alguna vez se imaginaron a Thomas y Eleanor drogados? ¿Qué podría salir de aquí?.

Yo, como dije antes, no escribí este capítulo sola, escribí a partir de las ideas de unas chicas tan locas como yo. Gracias a ustedes, me divertí mucho.

A todxs, les quiero, muchísimo.

¡Besos!

Sophie, Anto, Nadia y Tati.

Continue Reading

You'll Also Like

186K 11.6K 41
Libro 1 de la saga "Amores que duelen" Limerence: significa estar enamorado de una persona, de forma involuntaria y caracterizado por un fuerte deseo...
2.8K 403 7
Donde Felix está aburrido y decide contar por twitter la historia con sus exs. 🝱 ! Autor original: koomimisoft 🝱 ! Chan top! felix...
1M 166K 151
4 volúmenes + 1 extra (+19) Autor: 상승대대 Fui poseído por el villano que muere mientras atormenta al protagonista en la novela Omegaverse. ¡Y eso justo...
45.2K 5.3K 23
𝗣𝗢𝗦𝗜𝗧𝗜𝗢𝗡𝗦 𝗣𝗢𝗦𝗜𝗧𝗜𝗢𝗡𝗦 𝗣𝗢𝗦𝗜𝗧𝗜𝗢𝗡𝗦 𝙩𝙝𝙞𝙨 𝙨𝙤𝙢𝙚 𝙨𝙝𝙞𝙩 𝙩𝙝𝙖𝙩 𝙄 𝙪𝙨𝙪𝙖𝙡𝙡𝙮 𝙙𝙤𝙣'𝙩 𝙙𝙤 𝙗𝙪𝙩 𝙛𝙤𝙧 𝙮𝙤𝙪 𝙄...