Capítulo 47 ~ Sus ojos

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Me congelo en mi sitio unos segundos, ¡ni siquiera puedo darme la vuelta!.

Miro a Mark, él asiente con una mirada que me da seguridad. Sisi tiene su mano abierta reposando en su pecho mientras mira a Thomas con lágrimas en los ojos, Gianna sostiene su otra mano con fuerza.

Ahí es cuando decido no pensar, solo enfrentarlo.

Puedo con esto.

Tomo una gran bocanada de aire y me doy la vuelta. Sin dudarlo me dirijo a la camilla, un par de enfermeros me abren paso y me acerco por un lado a tomar su mano.

Al hacerlo, siento un leve movimiento en esta misma que me roba una sonrisa.

Él aún tiene los ojos cerrados y el tubo en su garganta, pero las personas en su estado despiertan poco a poco, es algo lento, ya lleva en el proceso dos días y a este punto ya podría estar más consiente.

- Hola cariño... - Está vez lloro de felicidad, aún pueden pasar mil cosas horribles pero sentirlo consiente es mejor que nada. - Soy yo, Elle. Sé que estás un poco asustado o confundido pero no debes preocuparte, estamos cuidando de ti, aquí cuidan muy bien de ti. - Acaricio su mano, él de nuevo la aprieta levemente.

El doctor me mira con orgullo, yo no puedo sentirme mejor.

- Lo haces muy bien Thomas. - Dice. - Debemos despertarte hoy mismo, debemos quitarte el respirador, por eso necesitamos que intentes abrir tus ojos, despertar.

- Dale mi vida, que yo extraño tus ojos. Se que puedes, tú puedes. - Le ánimo.

Sus párpados tiemblan un poco, él lo intenta. Él me escucha.

Podría ponerme a bailar ahora mismo.

Él de nuevo aprieta mi mano.

- Aquí estoy, yo te apoyo. No te preocupes. - Beso su mano y entrelazo nuestros dedos.

Abre un poco sus ojos, solo un poco y los cierra de nuevo. Es como un bebé recién nacido cuando abre sus ojos por primera vez.

Lo intenta de nuevo, pestañea varias veces intentando acostumbrarse la luz, hasta que finalmente están abiertos.

Sus hermosos ojos azules barren la habitación hasta fijarse en la pared, hay un par de dibujos

- Los hicieron los niños, siempre que vienen te traen uno nuevo. También traen fotos. - Le explico, es ahí cuando me mira. No pensé que pudiera volver a ver esos ojos mirándome.

Las personas a mi alrededor están más pendientes que nunca con los monitores y eso casi lo distrae.

- No sabes lo feliz que estoy de ver tus ojos. - Las lágrimas aún se deslizan por mis mejillas, es inevitable, salen una tras otra sin aviso previo.

Le hago una seña a Sisi para que se acerque, ella lo hace con gusto situándose junto a mi, Thomas la mira y le entrego su mano a Simone. Ella también debe sentirlo, debe saber que todo está bien.

- Hola hermanito. ¿Qué tal la siesta?. - Bromea. No sería Sisi si no lo hubiera hecho.

- Thomas, ¿puedes seguir la luz?. - El doctor le apunta con su linterna y la mueve de un lado a otro. Siento un alivio cuando responde con normalidad

Me fijo un segundo en el doctor Bing, él está muy pendiente de cada señal, cada movimiento. Mark prometió que Thomas tendría el mejor neurólogo que pudiera encontrar y así es como llego a nosotros. Ha sido realmente increíble, un honor conocerle.

De la nada Thomas empieza a hacer ruidos, y tose con desesperación. Al ver lo qué pasa una amplia sonrisa se forma en mi rostro.

- ¿Qué le pasa?, ¿está bien?. - Pregunta Sisi entrando en pánico.

Hold MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora