~AÑOS ATRÁS~
THOMAS
El celular vibra sobre el escritorio hace más de 10 minutos. H decidido no responder, pues estoy en medio de una videoconferencia importante, solo que se vuelve increíblemente molesto.
Lo apago y decido de nuevo concentrarme. Tan solo han pasado dos minutos cuando Monica irrumpe en mi oficina.
- Señor Hunt. Tiene una llamada. - Susurra casi inaudible, no suele irrumpir en el lugar, mucho menos cuando sabe que esto es algo importante.
- Un momento, por favor. - Pido permiso en la videoconferencia, apago el micrófono y cámara para ver a Monica incrédulo - Monica, estoy ocupado, lo que sea, puede esperar. - Hago un amague para regresar a lo mío pero ella irrumpe haciéndose frente a mi.
- No señor, me temo que esto no puede esperar... - Traga saliva nerviosa - Llamaron del hospital, su esposa tiene problemas. - Suelta sin quitar aquella mirada que me transmite poca confianza.
- ¿La bebé? - Pregunto poniéndome de pie y tomando mis cosas.
- No lo sé, dicen que es mejor que vaya ahora mismo.
- Bien, iré para allá Monica, explícales a ellos que tuve una emergencia y mueve la reunión para después. - Le señaló la computadora, ella asiente y salgo de alli.
En el camino marco varias veces al hospital y el doctor, pero, no recibo respuesta. Mi corazón está agitado y siento un nudo en mi interior.
Al llegar doy mi identificación y una enfermera me recibe con un "lo están esperando señor Hunt". Y es así, como sin darme explicación alguna, me lleva hacia una habitación y me pide que espere.
Fuero tan solo 30 minutos allí, los 30 minutos más largos de toda mi vida. El silencio de la habitación con nada más que un sillón y un pequeño televisor es realmente abrumador, pues mi mente vuela. Yo camino de un lado a otro buscando tranquilidad, aunque no sirve de nada. Definitivamente estos meses han sido los peores de toda mi existencia.
- Señor Hunt. - El doctor llama mi atención desde la puerta, yo corro en su dirección, viste con su traje azul y su expresión no me da pista alguna de lo que esté pasando.
- ¿Qué pasó? ¿Donde está Anna? - Pregunto exaltado, inseguro de querer saber la respuesta.
- Para que lo entienda, han fallado de nuevo órganos vitales de su cuerpo, intentamos manejarlo con medicina y monitoreo pero, la bebé empezó a presentar algunos problemas. Hicimos lo que pudimos para que pudiera seguir adentro de su madre pero, fue imposible señor Hunt, hemos hecho una cesaría de emergencia y...
- ¿Cómo? ¿Ya nació? ¿Nació Katie? - Le interrumpo exaltado.
- Así es, debo decir que la sacamos justo a tiempo, un solo minutos más y definitivamente la historia sería distinta. - Toma una bocanada de aire. - La bebé esta en la unidad de cuidados intensivos neonatales, la están revisando de pies a cabeza, pues queremos asegurarnos de que todo esté en orden, entenderá que su situación es diferente. Pero, según mi experiencia puedo decirle señor Hunt, que ella sobrevivirá.
Por un breve instante siento un alivio, que se desvanece de inmediato debido a que ya sé lo que todo esto significa. Y debo tomar aire para no perder la cordura ahora mismo.
- Anna falleció, ¿verdad? - Pregunto en un hilo de voz aunque sé la respuesta.
En mis conversaciones anteriores con el doctor, decidí de qué no hay razones para seguir manteniendo a Anna con vida después del nacimiento de Katie, su único apoyo vital eran las máquinas, pues su cerebro ya había fallecido en el accidente, no había nada que hacer. Fue una decisión difícil de tomar y lo dudé demasiado pero, finalmente firme los documentos, se que ella hubiese preferido descansar.
- Esperábamos que pudiera despedirse y retirar el apoyo vital en su presencia pero, la cirugía fue demasiado para su cuerpo. Ella falleció poco después de que la bebé naciera. - Dice finalmente rompiéndome el corazón.
- ¿Puedo verla?
~ PRESENTE ~
Levanto la mirada del celular unos segundos y la miro. Ella, junto a mi en la cama, ha abierto sus ojos, están hinchados y un poco rojos por el llanto.
- Buenos días. - Susurro con una pequeña sonrisa aún sentado en el borde de su cama, no dormí un solo segundo. - ¿Cómo te sientes?
- Mejor. - Su tono de voz es débil, lo que me hace dudar de la veracidad de sus palabras.
- Sufriste un ataque de ansiedad, ¿lo habías tenido antes? - Niega un par de veces mientras cubre sus hombros con la sábana blanca. - No te preocupes, Ágatha dice que se debe tal vez a una acumulación de estrés. Si quieres hablar con ella dice que te abre un espacio hoy, y mi avión puede llevarte. - Le explico con tranquilidad, aunque ahora temo por ella.
- ¿Hablaste con Ágatha?
- Quería asegurarme de que estarías bien. - La miro preocupado, no sé si se me quitará este sentimiento mientras la vea así.
- Estaré bien, solo necesito un poco de tiempo. La verdad es que no ha sido una semana fácil.- Intenta convencerme, aún con su tono de voz débil.
- ¿Se trata de los niños Elle? Sabes que puedes decirme.
- Ellos, literalmente, han sido lo mejor de todos mis días. No se trata de ellos, se trata del hospital, las personas allí y mi racha de muertes esta semana. Además, discutí con Mike y ya no hablo con Amy. - Frunce los labios.
Puedo notar lo difícil que es para ella hablar de esto.
- No puedes seguir igual. ¿Quieres un traslado de hospital?, ¿vacaciones?
- Enviaré una carta para tomarme unos días, luego encontraré otro programa, ya no puedo seguir allí o me darán ataques más seguido.
- ¿Conoces Nueva York? - Ella niega con un ruido - Vente conmigo esta semana, estarás sola mientras trabajo y luego llegaré y cuidaré de ti.
- Qué gracioso. - Al parecer le resta importancia se y pasa las manos por los ojos terminando de despertar.
- No Elle, hablo en serio. Tú lo necesitas, necesitas alejarte y no pensar por nadie más qué tú.
- ¿Quieres que nos vayamos, sin los niños?
- Lo sé, es un poco cruel pero, con ellos allí no podrás enfocarte en ti. No es igual que las otras veces que no haz estado con ellos, tienes una crisis emocional, y después de lo que me dijiste ayer, entiendo que se trata de algo mucho más complicado.
- No voy a dejarlos Thomas, me sentí mal tan solo dejándolos ayer.
- Si quieres estar bien para ellos no hay otra opción, luego podremos llevarlos. Sé que entenderán.
- No lo sé... Ahora solo quiero ir al baño. Deberías ir con ellos, mueren por verte.
Se baja de la cama, estira su cuerpo y empieza a caminar hacia el baño, yo me quedo allí pensativo.
Quiero hacer algo por ella, necesita olvidarse de todo, estar en su lugar feliz...
Me levanto de un brinco y camino hacia la puerta del baño.
- ¿Qué te parece Las Vegas?, ¿quieres ir a Las Vegas?
- Thomas...
- ¿Australia? Hace mucho no vas a casa...
Se queda en silencio unos segundos, luego, el ruido del retrete.
Me sobresalto cuando abre la puerta. Ella me mira sin expresión alguna.
- Estoy en casa Thomas, y Las Vegas, no creo que sea lo que necesito.
- Dime que necesitas, lo haré posible.
Me mira unos segundos, desborda desesperación su mirada.
- Lo que necesito por ahora, es un abrazo. - Musita con la voz temblorosa. Yo no dudo un segundo en rodearla con mis brazos.
Ella me abraza fuerte de la cadera y deja su nariz esconderse en mi cuello, cierro los ojos para sentir su calor.
- No tienes que preocuparte de nada. Si te quedas sin fuerzas, toma las mías y si te sientes sola, pues... aquí estoy, y aquí estaré para ti. - Escucho un suave sollozo de su parte. Tan solo pensar que alguna vez estuvo tan mal por mi culpa como ahora, hace que me sienta pésimo. - No debí haberte fallado nunca, lo siento Elle, no me odies. Por favor...
Ella, sin soltarme del todo, se aleja para mirarme, tiene las mejillas húmedas. Niega un par de veces y susurra algo inaudible.
- ¿Qué dices? - Pregunto mientras limpio sus mejillas.
- Te amo Thomas. - Musita con sus ojos verdes fijos en los míos.
Siento un cosquilleo por todo mi cuerpo y mi corazón se acelera. ¿He escuchado bien?
- Entiendo que lo digas porque te sientes vulnerable, tú...
- No. - Interrumpe. - Lo digo en serio: te amo. Te amo con desesperación.
Mis ojos se inundan rápidamente hasta desbordarse por mis mejillas, es sin duda lo último que esperaba escuchar de sus labios hoy, me ha conmovido, completamente.
- Y yo te amo a ti. - Le respondo en un susurro.
- Y yo te perdono, te perdono por todo lo que hiciste. Yo también quiero disculparme si fui injusta contigo.
- No, está bien. Eso es todo lo que necesito.
Ella me abraza de nuevo con fuerza, yo la pego a mi sintiendo su calor, su aroma, su piel junto a la mía. Solo cierro los ojos para tatuarme su tacto en mi mente, es de las mejores cosas qué he podido experimentar.
- No me dejes nunca, por favor... - Dice en tono suplicante sin separarse de mi.
- No cometeré el mismo error Eleanor, prometo...
- No. - Me interrumpe mientras se aparta para verme fijamente. - No prometas nada. Solo... vivámoslo, ¿okey?.
Asiento lentamente.
- Está bien. Lo haremos bien esta vez, será diferente.
- Si, así es. - Me muestra una sonrisa que solo puedo responder con una aún más grande. - Me iré contigo.
- ¿Adónde? - Pregunto mientras me concentro en mi pulgar que se pasea delicadamente por su rostro.
- A Nueva York.
Una gran sonrisa de forma en mi rostro.
- Verás que será genial para ti.
- Si. Y ahora mismo renunciaré al hospital.
- ¿Vas a renunciar a tu carrera? - Pregunto con preocupación.
- No, me tomaré un descanso, no puedo seguir así. Ahora mismo no disfruto mucho hacer lo que se supone, me apasiona. Eso significa que algo anda mal. Ahora siento que necesito apartarme de ello un momento, para volver a sentirme bien. ¿Entiendes?
- Si, te entiendo. Pero, ¿qué quieres hacer mientras tanto?, ¿no será aburrido para alguien que suele llevar una vida agitada?
- ¿Aburrido?, jamás me aburriría teniendo a los niños, mucho menos contigo. De hecho, podrías enseñarme un poco más de tú trabajo, así puedo darte mejores consejos.
Cuando habla ahora mismo la veo mucho más feliz e ilusionada que ni siquiera considero negarme.
- Lo qué tú quieras. Es bueno que aprendas del negocio familiar. - Digo en broma, ella suelta una pequeña carcajada que es música para mis oídos.
- Si, digamos que si, padre... - Bromea, ahora causando una risa de mi parte.
- Muy bien, pues nos iremos. Ahora hay que avisarle a nuestras criaturas.
- No te preocupes, lo haremos juntos. Pero... ahora solo quiero que te calles.
- ¿Por qu...? - Me interrumpe poniendo las yemas de sus dedos en mis labios, yo la miro curioso.
- Qué te calles. - Ordena mientras aparta su mano lentamente, yo me quedo en silencio. - Cierra los ojos.
Hago lo que dice sin cuestionar un poco, a todo esto sigo abrazando su cadera y ella no se molesta en salir de mi agarre.
Pone sus manos en mis mejillas con delicadeza y empieza a pasear sus yemas por cada pliegue de mi rostro como solía hacerlo siempre, me relajo poco a poco dejándome llevar por su tacto.
Me toma por sorpresa cuando deposita un corto y cálido beso sobre mi párpado, inevitablemente esbozo una sonrisa. Continúa dejando estos pequeños besos por todo mi rostro: frente, nariz, mejillas, barbilla y finalmente en mis labios.
- Cásate conmigo Thomas Hunt. - Susurra sobre mis labios causando un remolino en mi interior.
Abro los ojos de golpe y la miro incrédulo, aún más que hace unos minutos cuando soltó aquel "te amo", que pensé no podría ser mejor.
- ¿Estoy soñando? - Apenas puedo decir cuestionándomelo realmente.
Ella sonríe y junta nuestros labios, está vez permite que se profundice el beso, fundiéndonos en nosotros mismos. No besamos con necesidad y una extrema ternura que se extiende por todo mi cuerpo, casi desbordándose.
A pesar de que no es lo que quiero realmente separo nuestro beso y la miro fijamente, amo como sus labios se hinchan después de besarla, sus pupilas se dilatan y su mirada delata emoción.
- Eso fue muy real para ser un sueño. - Le confieso sin querer soltarla.
- ¿Ya ves?, entonces dime que si, cásate conmigo Thomas. Y ya sé lo que dije antes pero, te juro que no tengo que esperar nada, no quiero dudarlo, no quiero... - Suspira despacio - No quiero perder más tiempo. Yo quiero estar contigo toda mi maldita vida, aunque me rompas el corazón. Rómpelo, ya no me importa. Me sentiría peor sabiendo que no hice nada respecto a lo que siento por ti. La vida se pasa muy rápido, y a veces creemos qué podemos darnos el lujo de esperar por cosas de las que ni siquiera tenemos la certeza de que se harán realidad, cuando podríamos estar usando ese tiempo haciendo las cosas que nos gustan, tomando riesgos, riendo, amando... - Me deja mudo por un momento. - Y no te preocupes, si no estás de acuerdo lo entiendo, no tiene que ser ahora. O mejor dicho, no debemos casarnos si no quieres, solo podemos ser Eleanor y Thomas, tomados de la mano, hasta el final de nuestros días.
- ¿En serio crees qué no quiero pasar el resto de mi vida con la mujer de mi vida? - Pregunto después de un silencio, ella sonríe. - Nunca pensé que sería yo el que alguna vez daría el si... Tú me sorprendes Elle.
- ¿Entonces si? - Pregunta con ilusión causándome ternura.
- Claro que si, ha sido un si desde que nos besamos la primera vez. - Tomo su rostro entre mis manos con delicadeza. - Me casaré contigo Elle.
Ella asiente sin poder decir nada debido a que ahora llora en silencio, la pego de nuevo en mi pecho y ahora soy yo a quien se le han humedecido las mejillas.
- Y seremos muy felices, ¿verdad?. - Pregunta en un susurro.
- Si, así será mi vida.
¿Saben lo que es escribir esto y morderme la lengua para no decirles nada?
Y eso que les dije que las cosas cambiarían, aquí está. ¿Lo esperaban?. De hecho, el adelanto intenté que fuera lo menos sospechoso posible. Creo que lo logré. 😄
¿Se irán a Nueva York? ¿Se casarán? ¿Qué dirán todos? ¿Los niños? ¿Mike?. ¿Será un momento de vulnerabilidad por parte de Elle? ¿Un sueño?.
Estaré gustosa de leer sus comentarios el día de hoy, y de nada, yo también quería verlos juntos finalmente 🙄. He escrito cosas bastante interesantes con estos dos... 🤭
¡Besos!
Sophie Lenom